Relato: Julia, Hipnotizada





Relato: Julia, Hipnotizada

Julia, Hipnotizada


por Hypnoman


�l necesitaba una asistente. Ella era brillante. Era un desperdicio
tenerla solamente para el trabajo ...




Desde hac�a mucho tiempo Juan, como asesor principal de la empresa,
necesitaba una asistente. Nunca hab�a tenido el suficiente tiempo para encontrar
a la persona correcta. Cuando �l encontr� a Julia en una conferencia,
instant�neamente se dio cuenta que ella era la persona indicada. Brillante y con
la solidez acad�mica que le daban sus conocimientos, y aun lo suficientemente
joven como para ser abordada, �l le hizo una oferta laboral que ella no pudo
resistir. Tres semanas despu�s, ella estaba instalada en su oficina, un
departamento de tres ambientes, en el cual se respiraba status. Hab�a muchas
compa��as en el centro de la ciudad pero pocas ten�an la importancia de �sta.
Julia era muy atenta y se preocupaba mucho en hacer bien su trabajo. A los 26
a�os ella ten�a un cuerpo tonificado y se hab�a convertido en una asistente
h�bil y que brindaba mucha confianza. Ella siempre dejaba una muy buena
impresi�n a los clientes de Juan, la mayor�a hombres que finalizaban los
cuarenta o comenzaban los cincuenta a�os.


Juan s�lo le hab�a encontrado un defecto a su nueva aprendiz, ella no se
daba cuenta de algunas cosas. Nunca se percat� que �l en algunas oportunidades
se hab�a quedado mir�ndola, a ra�z de su buena apariencia. Juan sab�a que pod�a
manejar la cosa mejor pero no pod�a sacudir de su cabeza la idea de verla
desnuda alg�n d�a, aunque esto pudiese deteriorar la relaci�n profesional.
Aunque Juan era divorciado, no ten�a la menor intenci�n de llevar en serio una
relaci�n con una joven de 26 a�os. Pero siempre ced�a a la tentaci�n facilmente
y �l lo sab�a.


Una tarde, el estaba preparando una presentaci�n para la semana siguiente,
cuando su mente comenz� a navegar. Record� sus d�as en la universidad, cuando
despu�s de haber le�do un libro sobre hipnosis, intento hacer pruebas con una
chica que el conoc�a. Ellos no hab�an sido amantes as� que no hab�a ning�n
inter�s sexual oculto cuando ella accedi� a que �l tratara de hipnotizarla. �l
se sorprendi� de cuan facilmente ella cay� en trance profundo y le realiz� una
serie de pruebas para confirmarlo. Cuando estuvo satisfecho le implant� una
sugesti�n post-hipn�tica, relacionada con la menci�n de un vaso de agua. Nunca
tuvo que tratar de hipnotizarla por segunda vez. La muchacha se convirti� en su
novia, su amante y, obviamente, la simple amistad desapareci�.


Ahora Juan se encontraba tratando de revivir la escena pero reemplazando a
la chica por Julia. Y comenz� a imaginar m�s y m�s sugestiones sexuales a las
que ella responder�a como en un sue�o, pero de una manera intensamente er�tica.


El ruido de unas llaves en la puerta lo arranc� de imprevisto de su sue�o.
La puerta se abri� y entr� Julia, luciendo un poco cansada. Dijo "Hola" un poco
sorprendida al ver a Juan todav�a en la oficina. �l le contest� sin moverse de
detr�s de su escritorio, esperando que el bulto que asomaba entre sus piernas,
producto de sus pensamientos para con Julia, disminuyera. Julia se sent� en un
sill�n, apoyando en su falda una impresionante pila de papeles. Despu�s de un
rato, el se levant� y se dirigi� donde se encontraba ella, sin aparente
intenci�n.


- Hey, pareces un poco cansada esta tarde. �Realmente tienes que hacer
�sto ahora?


- Estoy bien. S�lo quiero estar bien preparada y no quiero dejar todo a
�ltimo momento.


�l miro al piso, un poco avergonzado por lo que iba a decir.


- Sabes, una vez le� un libro sobre meditaci�n. C�mo relajarse
completamente en 30 minutos y recuperar toda la energ�a. �Quieres que te muestre
como hacerlo?


Pareci� pasar una eternidad antes de que ella contestara, pero �l se
mantuvo mir�ndola con seguridad, sin demostrar segundas intenciones, hasta que
ella finalmente dijo:


- Seguro, �por que no?


- Ok. Pon los papeles en el piso, recu�state en el sill�n y cierra los
ojos. No trates de pensar en nada en particular, s�lo escucha lo que voy a
decirte. Deja que mis palabras invadan libremente tu mente. Trata de dejarte
guiar por mis palabras, s�lo rel�jate y d�jate llevar. Ahora, ya est�s un poco
m�s relajada. Puedo notar que respiras en forma m�s pausada y profunda. Voy a
contar hasta cinco y, por cada n�mero que diga, tu respirar�s y soltar�s el aire
en forma controlada. Cada inspiraci�n ser� m�s profunda que la anterior. No
prestes atenci�n a �sto, s�lo deja que suceda libremente.


Comenz� a contar y not� que ella respond�a con muy buena receptividad. A
la cuenta de cinco, ella di� una profunda inspiraci�n y exhal� lentamente.


- Ahora te sientes mucho m�s c�moda y calmada, �no es cierto?


- S� -murmur�


- Ahora te ayudar� a relajar el cuerpo completo. Cuando yo diga "Dura" tu
sentir�s la rigidez en tus brazos y dedos, como si tu hubieses deseado
estirarlos desde hace mucho tiempo pero no pod�as hacerlo hasta que yo diga la
palabra. A los pocos segundos te relajar�s y sentir�s una c�lida sensaci�n en
los m�sculos de tus brazos y en tus manos.... �Dura!


Vio como ella respond�a tal como se lo hab�a dicho, como si fuese la cosa
m�s natural del mundo. Cuando ella se relaj� y exhal� al mismo tiempo, �l se dio
cuenta que ella estaba en camino de llegar a un muy profundo trance. Esta
situaci�n era muy intensa para �l y not� que su coraz�n lat�a r�pidamente.


- Ahora, nosotros haremos lo mismo con las piernas.... �Dura!. Siente la
c�lida sensaci�n de relax recorriendo tus piernas, relajando tus m�sculos y
haci�ndote sentir tan bien. Te encuentras muy calmada y relajada, ahora.


Mientras le dec�a que iba a colocar su mano en la frente de Julia, le
dijo:


- Cuando comience a contar de uno a diez, sentir�s como si mi mano
irradiase una c�lida energ�a que comenzar� a invadir tu cuerpo. Te sentir�s como
entre algodones, como si un c�lido flu�do recorriese tu cuerpo. Relaj�ndote
completamente. S�lo �brete y d�jalo entrar a tu cuerpo. No pienses en nada, s�lo
deja que suceda.


Coloc� su mano sobre la frente y dijo "Uno". Inmedi�tamente not� como las
pocas tensiones que todav�a resist�an en el cuerpo de Julia, iban desapareciendo
y ella parec�a estar hecha de algod�n. "Dos, tres......cuatro.....cinco..."
Julia se encontraba en un profundo trance, era f�cil darse cuenta.


- Seis, siete, ocho. Muy relajada, muy c�moda. Dejame guiarte hacia una
profunda relajaci�n. Nueve....Diez.


Ella respir� prof�ndamente y �l pudo notar el movimiento de sus ojos
detr�s de los p�rpados cerrados. Juan sonri� y se ilusion� por lo que estaba por
ocurrir.


�l le dijo que volver en otro momento a ese estado de calma y de paz que
provocaba ese estado de relajaci�n, ser�a muy f�cil.


- T� tendr�s como un interruptor, como un interruptor de luz. Cuando yo
cuente de uno a tres y diga las palabras "LUCES APAGADAS", tu cuerpo se volver�
liviano como el algod�n, tus ojos se cerrar�n inmedi�tamente y de inmediato
volver�s a este estado de trance profundo. Mant�n estas palabras en el fondo de
tu mente. No te preocupes en recordarlas cuando despiertes. Ahora t� est�s
flotando en un peque�o bote sobre un lago muy calmo. El sol es c�lido y te
sientes adormecida y totalmente en paz.


La dej� as� unos momentos y luego le dijo que estaba pr�ximo a
despertarla. Que ella s�lo recordar�a haber estado prof�ndamente relajada,
recostada en un peque�o bote con los c�lidos rayos del sol explorando su cuerpo.
Cont� hasta tres, conduci�ndola progresivamente fuera del trance, y al llegar a
tres choc� sus manos mientras le dec�a "Despi�rtate completamente"


Ella abri� los ojos, parpade� unas pocas veces, sonri� y dijo:


- Wow! Esto se siente realmente bien.


�l sonri� y la observ�.


- Puedes hacerlo t� sola, si quieres, cuando quieras. Esto es solo una
gu�a que puedes practicar y aprender a relajarte por t� misma.


Se acerc� a ella, la tom� de la mano y la ayud� a incorporarse. Ella a�n
se sent�a un poco adormecida, su cara estaba sonrojada. �l la tom� por los
hombros y la enderez�, como un soldado, en posici�n de firme. Le dijo con
autoridad "Mira mi mano" mientras la extend�a frente a sus ojos. Ella intent�
fijar los ojos en la mano, con una mirada un tanto perdida. Su cuerpo estaba
tenso y la mand�bula un poco baja, quedando su boca semiabierta. �l sab�a que
ella no pod�a sacar la vista de su mano. Comenz� a mover sus dedos de un lado a
otro y not� como los ojos de Julia los segu�an. Su cabeza no se mov�a, pero ella
trataba de mantener la mirada sobre los dedos. �l coloc� su mano izquierda sobre
la nuca de Julia y r�pidamente cont�:


- 1, 2, 3. LUCES APAGADAS


Cuando Juan "accion� el gatillo", r�pidamente le dio un peque�o empuj�n en
su frente, con su otra mano. Inmedi�tamente ella cay� en sus brazos, sumida en
un profundo trance. La coloc� sobre el sill�n, mientras afirmaba su estado con
algunas sugestiones. Le hizo levitar los brazos mientras la hac�a imaginar que
se encontraba bajando unas escaleras, tom�ndose del pasamanos. Ella estaba
prof�ndamente bajo su control.


- Imagina que est�s cenando con dos hombres. Est�s disfrutando la comida y
la compa��a. Has tomado un poco de vino y te sientes un poco mareada y
adormecida. Te disculpas y vas a recostarte un rato. Hay una habitaci�n para
invitados con una gran cama. Te sientes muy relajada...


Le dijo que se trataba de una hierba que hab�an colocado en su vino.
Totalmente inofensiva pero que se trataba de un afrodis�aco extremadamente
potente. Que le remover�a todas sus inhibiciones. Que transformar�a cada punto
de su cuerpo en un receptor de placer. Le dijo que pod�a ver como sus pezones
comenzaban a endurecerse...y que pronto comenzar�a a humedecerse. Que
r�pidamente iba a comenzar a sentirse excitada, m�s de lo que se hubo sentido
jam�s.


- En unos momentos comenzar�s a tocarte. No trates de resistirte, no
puedes. Esta hierba es extremadamente poderosa, no puedes hacer nada. Te sientes
muuuuy excitada....


Esper� unos momentos y vi� un ligero movimiento en su mano derecha...
luego su mano se movi� y apret� el interior de su muslo...


- Sentir�s un potente urgencia en quitarte tu pollera y tus medias. Cede a
esa urgencia, te har� sentir m�s c�moda.


Ella levant� ligeramente la cola para poder quitarse la pollera... Juan
pudo ver una mancha h�meda sobre sus medias, antes de que ella tambi�n se las
quitara. Su respiraci�n era un poco m�s acelerada ahora. Una de sus piernas cay�
hacia el piso mientras la otra se apoyaba contra el apoyabrazos del sill�n. Juan
ten�a ante s� una vista espl�ndida de su humedicida entrepierna y vio como sus
dedos suavemente se dirig�an hacia su abertura. Juan sinti� como su coraz�n
galopaba y comenz� a darse cuenta que estaba bastante caliente. Sentimientos
mezclados. Por un lado �l no pod�a quitar la vista de la escena, dif�cilmente
pod�a parpadear, pero �qu� hab�a hecho? �qu� lo hab�a llevado a hacer esto?. Lo
sab�a demasiado bien. Vio los dos dedos de Julia, endurecidos, dentro de su
concha, hurgando, brillantes. Con la punta de su dedo �ndice, ella hac�a
c�rculos sobre su cl�toris. Sus caderas se mov�an al encuentro de sus dedos,
mientras intentaba cojerse. Pero se burlaba a s� misma con peque�os toques sobre
su cl�toris humedeciendo cada vez m�s su concha.


- Bien, te gusta hacerlo, �no es cierto?


- Mmmmmmm -fue la respuesta de Julia.


- Ahora, uno de los hombres con los que estabas cenando, entra a la
habitaci�n. Cierra la puerta. Te calienta al extremo ver como �l te mira, verte
tan sexy y saber que �l no puede sacarte los ojos de encima. Est�s
extrem�damente excitada y ese poderoso afrodis�aco en el vino te ha hecho perder
todas las inhibiciones. Quieres que ese hombre mantenga la vista sobre t� y
quieres que tambi�n te toque. Cuando yo diga "ahora" comenzar�s a caminar hacia
�l, tratando de hacer que �l te toque, tratando de calentarlo m�s all� de su
control, tratando de lograr que te coja. Cuantas m�s cosas le digas, m�s
excitado lo pondr�s hacia t�... �AHORA!


Julia ten�a dos dedos movi�ndose adentro y afuera en un ritmo sostenido.
Con los otros dedos presionaba su cl�toris. Sus labios se mov�an un poco para
ning�n sonido se escuchaba. Una mancha de humedad ya se hab�a formado sobre el
sill�n. El bulto que Juan ten�a en sus pantalones era impresionante. Con un poco
de desesperaci�n, se dio cuenta que la puerta de la oficina pod�a estar sin
llave. No era usual tener visitas a esas horas, pero uno nunca sabe. Lentamente
se incorpor� y silenciosamente se dirigi� hacia la puerta y se asegur� de
cerrarla con llave. Cuando regres�, claramente escuch� a Julia, gimiendo y
hablando.


- Por favor, c�geme... ven conmigo.... mu�strame tu verga... d�jame
verla.... mira mi concha toda mojada..... est� esperando por tu pija bien
dura... estoy esperando que me cojas... Te quiero dentro m�o .....mmmm.... entr�
en mi concha que est� bien mojada para vos....


Juan le dijo a Julia que el hombre se estaba quitando la ropa... y que se
estaba acomodando en la cama para poner su cabeza entre sus piernas... para
darle el mejor sexo oral que ella haya tenido. Ella par� de mover sus dedos,
puso ambas manos debajo de su ombligo y abri� sus labios vaginales, haciendo que
su cl�toris se expusiera a�n m�s. Estaba totalmente mojada, sus caderas se
mov�an ligeramente. Ella mov�a su cabeza atr�s y adelante fren�ticamente, y
entre gemidos dec�a:


- Chupame la concha, por favor, no te detengas...


Sin darse cuenta, Juan hab�a abierto el cierre de su pantal�n. Su miembro
estaba duro como una roca y �l lo manten�a fijamente agarrado. Sus ojos estaban
vidriosos. El show que ten�a ante sus ojos era nunca visto. Pero, a�n as�, �l se
acerc� a Julia, puso una mano sobre su frente y en voz alta cont�:


- 1, 2, 3. �LUCES APAGADAS!


Inmedi�tamente, Julia cay� sobre el sill�n, completamente ida. �l
permaneci� de pie, mir�ndola por un largo rato. No sab�a que hacer. No pod�a
quitarle los ojos de encima. Solamente con mirarla parec�a entrar �l en trance.
Y sin darse cuenta segu�a toc�ndose. Estaba m�s excitado de lo que parec�a.
Hab�a sido la experiencia m�s er�tica que hab�a tenido. Sab�a que era incapaz de
ponerle fin a todo hasta que no acabase. En el fondo de su mente pensaba en
salir corriendo hacia el ba�o y terminar con todo, pero no pod�a moverse. Se
estaba masturbando, m�s fuerte, m�s r�pido... En vez de cumplir con lo que
estaba pensando, se fue acercando a Julia, tan cerca que la cabeza de su verga
tocaba su mejilla. Entonces comenz� a acabar con violentas sacudidas, largando
grandes cantidades de semen sobre sus labios y su cara. Y tambi�n sobre el
sill�n. Se dej� caer al piso, respirando pesadamente. Ella no se movi� ni un
mil�metro. Permanec�a en un profundo sue�o, calmada y en paz. Juan fue hacia el
ba�o, se limpi� y regres� hacia donde estaba ella.


- En unos momentos, te despertar�s. Ir�s hacia el ba�o y te limpiar�s. Ha
sido el mejor sexo que has tenido hasta ahora. Te vestir�s y regresar�s a esta
habitaci�n y te sentar�s en el sill�n. Cuando yo toque tu hombro, despertar�s de
este profundo sue�o. Tendr�s un d�bil recuerdo de un sue�o extremadamente
er�tico pero no podr�s recordar ning�n detalle. Te sentir�s muy feliz y contenta
y decidir�s irte a tu casa a dormir. Te sentir�s muy bien. Y la pr�xima vez que
yo te diga la palabra "SEXY" te sentir�s inmedi�tamente excitada. Y tus dedos
ser�n tan sensitivos como tu cl�toris. Perfectamente podr�s llegar al orgasmo
con s�lo tocar tus dedos. Ser� perfectamente natural, ni siquiera pensar�s en
ello.


Ella hizo lo que �l le hab�a dicho. Abri� los ojos y con los p�rpados muy
pesados y caminar lento y torpe se dirigi� hacia el ba�o. John la sigui� con su
ropa. De regreso a la habitaci�n, se sent� y �l toc� su hombro.


- �Como te sientes? -le dijo, sonriendo- Pienso que necesitas dormir un
poco m�s. Me cost� mucho trabajo despertarte. �No duermes por las noches?


- Mmmmm... debo haber estado m�s cansada de lo que me parec�a -dijo
mientras bostezaba.


Julia mir� a su alrededor...mir� a Juan... y de repente �l pudo ver que
ella se ruboriz� y desvi� la mirada, como si recordase vagamente algo no muy
f�cil de explicar.


- Hey, �quieres que te lleve a tu casa?


- Bueno, te lo agradezco.


El auto dej� el garage. Ambos iban en silencio. Al pasar por un cine Juan
dijo:


- Siempre pens� que Michelle Pfeiffer era una mujer extremadamente SEXY.
�No crees?


- Mmmmm.... -dijo Julia, sus ojos se cerraron mientras llevaba dos de sus
dedos hacia su boca.


FIN


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Relato: Julia, Hipnotizada
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