RENZO, MI SOBRINITO DE 3 A�ITOS por Don Pato (32) 15/08/2011

RENZO, Mi sobrinito de 3 a�itos Hola, soy Don Pato, y les contar� como es que me inici� en este morboso placer por las ni�as y ni�os muy peque�itos. Todo comenz� cuando yo ten�a 17 a�os; en esa �poca viv�a solamente con mi mam� y mi abuela. All� por el a�o 89 yo estudiaba en una academia prepar�ndome para ingresar a la universidad. Todo era tranquilidad en mi casa, mi vida transcurr�a rutinariamente entre las clases, los amigos, la familia, y de vez en cuando o casi todos los d�as hacerme una rica paja mirando revistas o cintas de video porno. Recuerdo que fue a finales de noviembre de ese a�o, cuando nos visit� uno de mis tantos t�os, quien ten�a 2 hijos, una mujercita de 6 a�os y un varoncito de 3 a�itos reci�n cumpliditos, Renzo. Recuerdo haber estado jugando con mi atari antiguo con los peques en la sala, mientras escuchaba en el comedor que mi t�o conversaba con las mujeres de la casa, al parecer �l pasaba por problemas econ�micos muy graves; entre otras cosas, le ped�a a mi abuela que el peque�o ni�o se quedara a vivir con nosotros por un tiempo, mientras la situaci�n mejoraba; mi abuela acept� inmediatamente, y mi mam�, es mas, se puso contenta. Renzo era el m�s peque��n de mis sobrinos y yo ya le ten�a mucho cari�o. A pesar que la situaci�n fue muy intensa al comienzo, todos nos pusimos contentos de que Renzito se quedara a vivir con nosotros. La vida trascurri� normal por unas semanas mas, a pesar de que en teor�a, Renzo era mi primo, �l me dec�a t�o, lo cual a mi no me molestaba, yo lo quer�a mucho, era como el hermanito menor que nunca tuve, jug�bamos todo el tiempo posible, nos �bamos a pasear al parque, en casa a veces lo ayudaba a ba�arse, a cambiarse de ropa, en fin; �ramos inseparables, jaja. Comenzando el a�o siguiente, ingrese a la universidad, todo era felicidad, conoc� nuevas amigas y amigos, con los cuales nos �bamos de parranda casi todos los fines de semana o despu�s de clase. Uds. saben como es a esa edad, uno solo piensa en divertirse y pasarla bien. Fue precisamente un s�bado, de ese verano muy caliente, que sal� con mis cuates a tomar unos tragos hasta muy tarde, tan tarde que yo llegu� a casa a eso de las 5:30 am. Esa ma�ana de domingo, mi vida cambiaria para siempre. Entre a mi casa, totalmente borracho y a tropezones pude llegar a mi habitaci�n, pero no ten�a sue�o, ten�a ganas de tirarme un rico pajazo, me desnud� r�pidamente, qued�ndome en calzoncillos, saqu� mis revistas porno y la verdad la estaba pasando rico, cuando al rato escucho movimiento all� afuera en el pasillo, al parecer las mujeres de la casa ya estaban bien despiertas y arregl�ndose para salir; claro, record� que era domingo y ellas saldr�an pronto a la misa de seis. Entonces, se me ocurri� que seria rico ver unos videos porno que yo ten�a debajo del colch�n de la cama, pero el betamax estaba o en la sala o en el cuarto de mi abuela, por eso deb�a esperar a que ellas salieran. Al no escuchar mas ruido all� afuera, sal� con 2 cintas de video porno a la sala, pero no encontr� el betamax; as� que me dirig� a su cuarto, donde Renzo tambi�n ten�a su peque�a cama. Al entrar, lo primero que salt� a mi vista fue una imagen tan excitante que recordar� siempre. Renzito estaba durmiendo boca abajo, vest�a �nicamente un polito blanco sin mangas y nada m�s. As� es, estaba con el potito descubierto, y mas aun, el almohad�n estaba bajo su guatita, lo que hacia que su culito se le notara bien levantadito, sus nalgas se ve�an tan perfectas, tan redonditas, blanquitas, hasta pod�a notar un poco su agujerito entre esas nalgas riqu�simas, todo ese espect�culo hizo que la verga se me pusiera dur�sima, tanto que me apretaba el calzoncillo, fueron sensaciones extra�as en esos instantes, ya hab�a olvidado por que hab�a entrado al cuarto, repentinamente ya me encontraba a escasos cent�metros de rozarle sus nalguitas con mi mano y cuando lo hice fue la sensaci�n mas exquisita que hab�a sentido en mi vida, le sobaba todo su culito, sus piernotas, su espalda baja, entonces �l parec�a despertarse y yo me asust� y sal� pr�cticamente corriendo de all�, para encerrarme otra vez en mi habitaci�n. Estaba sentado en el piso de mi cuarto, tratando de descifrar porque me estaba pasando lo que me estaba pasando, como era posible que Renzo, mi propio sobrinito de solo 3 a�itos hab�a logrado que me calentara tanto. Por momentos me recriminaba a mi mismo por excitarme de esa manera, pero inmediatamente ese sentimiento de culpa era reemplazado por un morbo indescriptible que hacia que lamiera mi propia mano que hacia unos minutos hab�a tocado ese culito precioso. Es curioso, no era la primera vez que ve�a a Renzo desnudo, si hasta lo enjabon� varias veces en la tina, pero esta vez fue diferente, fue s�per morboso el pensar una y otra vez en su potito chiquito y mi mano perversa estruj�ndolo delicadamente. DEBO ESTAR LOCO, pens�; busque una toalla, me quite el calzoncillo, y me dirig� a la ducha, pero a los pocos segundos, no pude mas, era algo que se me hab�a metido en la cabeza y no saldr�a con un simple pajazo, me vinieron ganas de volver a tocarlo, y tambi�n quer�a olerlo, saborearlo y mas. Sin importarme nada m�s, me dirig� otra vez a su cuarto, pero esta vez completamente desnudo y decidido a todo. Al entrar, el peque�o segu�a durmiendo boca abajo pero esta vez, su carita estaba pr�cticamente al borde de la cama, en direcci�n a m�. Con mi verga totalmente al palo, me acerque a �l, sujet� delicadamente su pelo, y le puse la cabeza de mi verga entre sus labios. AHHHHHH gem� como un pose�do, ya no pod�a controlarme. Maniobrando mi pichula, logr� que le entrara la cabeza de mi verga en su boquita, fue entonces que �l se despert�, y levant� su mirada somnolienta pero angelical, me mir� a los ojos, y luego se zaf� de m�, y se acomod� hacia el otro costado para seguir durmiendo. Que lindo, se le ve�a todo un angelito, como se saboreaba sus labios. Pero yo segu�a totalmente empalmado observando todo su cuerpito, al subirle el polo lo m�s que pude, le empec� a besar la mejilla, pasarle la leng�ita por su espalda y bajando despacito por su derrier, mmm sus nalguitas, se las bes�, se las mord� despacito, se las lam� como si fuera un perro sediento. Su anito, oh si, busqu� la entrada a su cuevita con mi lengua, y fue exquisito, un olorcito que me lleg� directo al cerebro; yo quer�a mas, y como si se tratara de un animalito, lo levante de su cintura de tal manera que �l se apoyara en sus rodillas, y su potito quedara bien levantado para apreciar mejor su anito rosadito. Que ricas lamidas le di en su hoyito aun virgen, yo estaba totalmente engolosinado con ese culito que cada vez ced�a mas a la presi�n de mi lengua ensalivada, por ratos estrujaba sus nalguitas con mis manos como queriendo abrirlas lo mas que se pueda, SSSSSSSS y le dejaba caer harta salivita, tal y como hab�a visto en pel�culas porno, para luego introducir mi dedo �ndice. Oh si que estaba apretadito, al asomarme a ver la carita de Renzo, �l ya estaba bien despierto, ya le estaba entrando de a poquitos mi dedo, pero �l se zaf� otra vez, dej� de flexionar sus piernas y se ech� de nuevo, as� que me acomod� encima de �l, siempre he sido de contextura gruesa, un poco llenito de barriga, y una buena verga gruesa de 17cms. El tambi�n era un poquito gordito, por eso tenia unas nalgas firmes y bien redonditas. El empez� a incomodarse por mi peso encima suyo, as� que me apoy� con mis manos en la cama y empec� a moverme como si lo estuviera culeando, sob�ndole su potito con mi verga que ya botaba harto liquido preseminal, el cuarto estaba muy iluminado, y yo pod�a ver claramente las estelas de presemen que le iba dejando en sus nalgas, su espalda baja; por ratos me embadurnaba la pichula con harta saliva para seguir en ese vaiv�n exquisito, el sonido del chapoteo era delicioso, todo alrededor de nosotros era silencio casi total. Y yo empec� a gemir m�s duro y prolongado, quiz�s tambi�n sabiendo que no hab�a nadie m�s en casa. AHHH AHHHHH QUE RICO POTITOOOO. O era yo o es que Renzo tambi�n se mov�a a mi comp�s, levantando de a poquitos su culo, MMMM AH TE GUSTA LA PICHULA, NO? QUE RICO.. ASI MUEVETE AMORCITO� ASIIIIII. La cama se remec�a de los movimientos salvajes que empezamos a hacer de un momento a otro AHHHH ASIIIII MUEVETE AHH QUE RICO. Le entr� un poco de mi verga en su anito rosadito, al menos eso sent�, que mi verga irrumpi� en un hoyito calientito y apretad�simo. Fue cuando me vaci�, me sali� hart�simo leche que fue a dar a todas partes: su anito, su espalda, sus nalgas, algunos chorros rebotaron y mojaron sus piernitas, las s�banas, fue todo lujurioso. Me incorpor� un poco mas, me limpi� con las s�banas, lo limpi� a �l, �l volteaba su carita, quer�a mirarse su potito, seguramente curioso por saber que hab�a pasado. Me baj� de la cama y me par� a un costado; nos miramos, me mir� fijamente la pichula. VEN PARA LIMPIARTE, le dije, �l se puso de pie, lo segu� limpiando con la sabana. MMM DAME BECHITO le dije, �l me abraz� por el cuello y nos dimos un beso tierno. Le quit� el polo, e hice un bollo con todo lo que estaba sucio y nos fuimos a la ducha, a pesar de ser temprano hacia much�simo calor ese verano. Terminamos, le puse un short limpio, y lo llev� al mueble de la sala a que vea tele, mientras yo llev� todo lo sucio a lavar. Justo cuando terminaba, y sal�a a la sala, mam� y abuela llegaban de misa y juntos vimos a Renzo durmiendo en el mueble, acurrucadito, muy angelical. Y ESTE NI�O QUE HACE AQU�? Pregunt� mi abuela, pues le conteste. ES QUE SE ORIN� LA CAMA Y COMO NO LAS VI� A USTEDES FUE A BUSCARME A MI CUARTO. Con toda la naturalidad del mundo, a lo que mam� dijo: VAYA, SI �L NUNCA SE HA ORINADO EN LA CAMA! con una ligera sonrisa les dije: SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ. Despu�s de ese d�a, yo fui su macho y �l mi putito en la casa. Cada vez hac�amos cosas m�s ricas y que duraban mucho m�s. Fue as� que hasta noviembre, el mismo d�a que cumpli� 4 a�itos, le di un regalo muy especial: toditita mi verga dentro de su culito, como siempre dese�, y creo que �l tambien, desde esa ma�ana, pero eso se los contar� en la 2da parte de este relato 100% real

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