El hijastro es ahora la "putita" de su padrastro, que no duda en utilizarle en sus negocios como parte de los contratos, entregándolo a un cliente y sodomizándolo a su antojo, ahora sí, con gran placer de su hijastro.
En un viaje el padrastro aprovecha para sodomizar a su hijastro amenazando con contar que le ha intentado seducir. A partir de ese momento hará del muchacho su "putita" particular.
En el chalet de la playa la nuera se resarce de su hambre de sexo con el suegro y su hermano, que disfrutan de todos sus agujeros a placer y ella de sus vergas experimentadas.
Un matrimonio muy caliente vuelve a casa antes de lo esperado y se encuentra a sus hijos con unos amigos viendo unas cintas de vídeo que sus padres se habían grabado a sí mismos mientras practicaban sexo. Los chicos están en plena calentura y los padres se ponen de acuerdo para que se follen a su madre junto a sus amigos.
Se establece una atracción y un juego entre los dos hermanos que se desafían a cada paso. La casualidad hace que puedan disfrutar de su recién estrenado amor en un polvo estupendo que termina con una sodomización deliciosa.
Un muchacho se masturba ante su madre mientras ésta está dormida. La escena se repite muchas veces. Un día llega incluso a penetrarla fugazmente. Pero no es hasta que son ambos bien adulto que materializan su amor y hambre de sexo.
Un joven que ha perdido recientemente a su padre, descubre a su madre masturbándose furiosamente. Él sigue su ejemplo y más tarde conseguirá incluso tener una relación completa con ella.
Cada cierto tiempo se reúne el padre con sus dos hijos habidos en su matrimonio. Ese año la muchacha está hecha una mujer y los jugueteos sexuales se prodigan entre todos.
Una mujer insatisfecha y que se siente agredida sexualmente por su marido legal que no convive, inicia una relación con el marido de su tía que le abre el camino al sexo anal.
Enfadado por sus problemas personales el hermano la emprende a golpes con nuestro protagonista mientras lo toma sin consideración. Le excita golpear su cuerpo mientras lo posee. Entre el miedo a las palizas surge una cierta vena masoquista...