Relato: Mi mujer, mi hermana



Relato: Mi mujer, mi hermana

- Esto que voy a relatar, a muchos
tal vez les parezca anormal, degenerado, sucio, y un sin número
de calificativos más, pero esta es una historia real y es mi historia.
- Comenzó hace ya varios años atrás, por el 85, hoy
tengo 34 años, cuerpo atlético, rubio, en aquel entonces
vivía en casa con mi madre y mis dos hermanas, una de ella 2 años
mayor y la otra 3 años menor, mi madre contaba por aquel entonces
con 36 años, éramos los cuatro solos en la familia, mi padre
había fallecido en un accidente de transito tan comunes acá
en Argentina. La relación con mis hermanas era lo que se podría
decir normal, ya habíamos dejado de pelear como los perros y los
gatos, sobre todo con la mayor, a quien en algún momento llegue
a odiar ( o al menos eso es lo que sentía cuando por momentos ante
las cosas que me decía sentía tal impotencia que llegaban
a correrse mis lagrimas). Pero con el correr de los años y el abandono
de la adolescencia la cosa comenzó a cambiar, las charlas eran adultas
y no nos pegábamos debajo de la mesa.



- Mi hermana mayor, Victoria , se
estaba por recibir de abogada, y mi otra hermana, Verónica estaba
comenzando a cursar la misma carrera, por mi parte yo estudiaba por las
noches pues a parte de mi madre alguien debía realizar aporte para
mantener la casa, yo trabaja de analista de sistemas, y estudiaba lo mismo
con lo cual con la experiencia recibida por trabajar, los estudios no se
me hacían muy pesados, aunque en más de una oportunidad tuve
que recursar alguna materia.



- Cierta noche estábamos
en el comedor y le comento a mi madre que vendría a casa la noche
siguiente Adriana así se llamaba quien era mi novia, me comento
que no había problema, y que si iba a quedarse a cenar, le dije
que sí y asunto terminado.



- Cuando tocaron el timbre salí
a recibir a Adriana, pues mis hermanas estaban viendo televisión
(día de semana, no salían con sus respectivos novios) y como
sabía que ella vendría ni se inmutaron, además Adriana
no les caía muy bien. Siempre la trataron con una frialdad que espantaría
a cualquiera. La hice pasar y cuando se dirigía al sillón
al estar la di vuelta y la besé, no sé por qué pero
abrí los ojos y mis dos hermanas miraban la escena como queriendo
incinerar a Adriana, aflojé y nos sentamos, ofrecí algo de
tomar y todas aceptaron, Victoria como yo, un Whisky, Verónica un
Licor de Naranja, y Adriana un GinTonic, charla amena si cabe hizo su aparición
mi madre saludo con Adriana e invita a mis hermanas a preparar la mesa,
luego fuimos todos a comer, una sobremesa no muy prolongada y mi madre
sube a su habitación y mis hermanas que la seguían, con lo
cual me quedé con Adriana y nos fuimos al estar, comenzamos a besarnos
y a acariciarnos, cuando Adriana se arrodilla entre mis piernas y extrae
mi aparato que ya estaba en su máxima expresión y lo comienza
a besar a lamer de una manera que me enloquecía, mientras yo con
mis manos en su cabeza le imponía el ritmo que me gustaba (Adriana
siempre fue muy obediente en esto), mientras tanto le decía algunas
obscenidades, levanto la vista y mi veo a Victoria que estaba observando
desde la escalera, con lo cual pudo observar como Adriana deglutía
mis 19 x 8 como si fuese el más rico de los manjares, yo le obsequié
una sonrisa se dio vuelta y subió por las escaleras con lo cual
le dije a Adriana que parará, tenía miedo de ver a mi madre
y a mis hermanas bajar por las escaleras, guardé mi miembro que
aún estaba erecto y seguimos charlando yo mirando siempre de reojo
la escalera esperando lo peor, cuando tocan el timbre de casa, era el papá
de Adriana que pasaba a buscarla un beso de despedida y escalera arriba
a hacerme un paja pues había quedado caliente por culpa de mi hermana,
y lo peor no había acabado con lo cual los testículos me
parecía que iban a estallar.



- Entré en mi cuarto y comencé
a desvestirme, unas payasadas frente al espejo y me fui tan solo con el
slip, un slip limpio y un toallón al baño (en casa a excepción
del cuarto de mi madre los otros no tenían baño privado,
así que debía compartirlo con mis hermanas), ingresé
en el mismo y abrí la ducha ingresando bajo ella que habrán
sido 3 o 4 minutos y siento golpes en la puerta del baño corrí
la mampara y pregunté quién era, no me escuchó o no
me quiso escuchar pues otra vez los golpes, así que cerré
la ducha y me dispuse a salir de la misma, con lo que había pasado
y sin haberme calmado, tenía aun mi pija medio erecta, así
que me sequé rápidamente, me puse un slip y se notaba que
mi bulto era respetable, abrí la puerta y veo a Victoria parada
en la puerta:



- Qué mierda querés
ahora, esto se esta convirtiendo en una costumbre - dije bastante enojado



- Tengo que entrar al baño,
no puedo esperar, yo también me tengo que bañar



- Victoria déjate de joder
- dije esto mientras pasaba a su lado



- Pero en ese momento pasó
por mi cabeza una idea, no muy de hermano, y me di vuelta a ver a Victoria
como una mujer, su cola paradita, su cabello negro hasta la cintura, su
busto, sus piernas (las piernas de las mujeres es la parte de su cuerpo
que más me atrae, y es lo primero que hago a un lado), cuando fije
mi mirada en su tanga negra marcando esa cola, mis pensamientos no fueron
todo lo puro que debían ser, y dije en voz alta:



- Si no fueras mi hermana. - e ingresé
en mi cuarto



- Quince minutos después
estando en mi cuarto y haciéndome una paja, para descargar la calentada
que me había hecho Adriana, pero pensando en Victoria, siento un
quejido que proviene de su cuarto, me levanté y me acerqué
hasta él, la puerta entreabierta y mi querida hermana dándole
rosca a su clítoris, yo estaba fascinado viendo ese cuerpo retorcerse
en la cama, mientras su mano se perdía entre su tanga y salí
hacia mi cuarto que al que dejé con la puesta entreabierta a efectos
de que se escucharan también mis quejidos por el pasillo que unía
los cuartos, cuando escuché como acababa Victoria, acabé
yo, pensando en ella y dejando escapar uno de los quejidos fuerte y claro,
quería que lo escuchara y no dudara de lo que me había pasado.



- Por la mañana cuando desayunamos
Victoria me miraba con otros ojos y supongo que yo a ella también,
el día transcurrió sin mayores dramas y en mi cabeza solo
rondaba Victoria y su quejido, llamé a Adriana y le dije si podía
darse una vuelta por casa, que llevara el auto o que hiciera los arreglos
convenientes para que su padre la pasara a buscar. Al llegar a casa le
dije a mi madre que vendría Adriana, Victoria que estaba en la cocina
ayudando a mi madre se dio vuelta casi en el aire me miró, yo me
a di vuelta y salí de la cocina con una sonrisa de oreja a oreja,
el plan que me había trazado podía resultar, era solo una
suposición pero tal vez...



- Antes de llegar Adriana, Victoria
había subido a su cuarto y la verdad que me quedé sin aliento
cuando bajó, estaba hermosa, se había vestido con un top
amarillo y una minifalda negra súper ajustada, unas medias con encaje
(esto lo descubrí después) y tacos altos realmente bellísima,
dijo que después de cenar debía salir con el novio, cuando
le estaba dando esas explicaciones a mi madre, siento el timbre de la puerta,
era Adriana que llegaba, nuevamente en el estar ya estaban mis hermanas
y al llegar a él volteo a Adriana y la beso, esta vez abrí
apenas los ojos para ver la furia en la cara de Victoria.



- La cena sin mayor problema, mi
madre que se retira y Verónica que también lo hace no así
Victoria que esperaba a su novio, transcurrió una hora más
y Victoria que se despide pues al parecer el novio no iba a venir, yo en
el sillón del estar con Adriana, otra vez besos, caricias y otra
vez que se arrodilla entre mis piernas y pone mi pija en su boca, yo vigilaba
la escalera con los ojos entrecerrados con mi mente en la escalera, y mi
cuerpo en el sillón, vi a Victoria que miraba, y entonces tomé
a Adriana y tumbándola en el sillón levanté su mini,
saqué su tanga y mientras la lamía sabiendo que mi hermana
miraba, comencé la penetración, mientras los quejidos de
Adriana se iban acentuando mientras mi pija se abría camino en su
deliciosa concha. Adriana no dejaba de pedir más y yo me acerqué
a su oído y le dije acaba no aguanto más, mientras ella se
retorcía en espasmos por su acabada, yo guardé mi pija, sin
acabar, tenía otros planes para ella. Luego de reponernos y Adriana
acomodarse la ropa y el pelo pues era un desastre como la había
dejado, me pidió que la acompañe hasta la puerta era tarde
y se tenía que ir.



- Subí a mi cuarto y me desvestí
y fui al baño en slip y con el toallón en la mano, pero esta
vez al palo, ingresé en la ducha, 3 o cuatro minutos después
siento golpes en la puerta, quién es no me contestan, cerré
la ducha y salí de ella me seco rápido, me pongo el slip
con la pija semiparada y abro la puerta, mi hermana que en lugar de mirarme
a mi mira mi bulto, y yo le dije:



- Desde cuando uno no se puede bañar
tranquilo en esta casa, hoy igual que ayer.



- Tengo que entrar al baño,
no puedo esperar, yo también me tengo que bañar



- Victoria déjate de joder
- dije esto mientras pasaba a su lado - Victoria este dialogo no lo hemos
tenido antes - Pregunté - ay piba si no fueras mi hermana Victoria



- Ingresé a mi cuarto cerré
la puerta, dejando una rendija de 2 o 3 centímetros para poder espiar
qué pasaba en el pasillo, un rato después veo que sale Victoria,
yo me recosté sobre la cama, saqué mi pija y comencé
a hacerme la paja, con los ojos entrecerrados miraba la puerta entreabierta,
cuando veo que alguien se para y observa por la misma, yo como si nada
pero en realidad volaba, un instante después veo que la sombra que
veía al trasluz desaparece, y me incorpora para ir nuevamente hacia
la puerta y luego al cuarto de Victoria, esta tenia la puerta entreabierta,
y para ser sincero hasta creo que la dejaba a propósito, siento
los quejidos y me fui hasta mi cuarto a continuar con mi paja, siempre
tratando de captar cualquier ruido que viniera del cuarto de Victoria,
y cuidando que nadie más me viera, siento el quejido de Victoria
que denotaba su acabada y obviamente yo también acabé con
un quejido bastante, pronunciado, como para que Victoria se diera cuenta
que yo había acabado.



- En la mañana, cuando estábamos
desayunando, yo miraba a Victoria fijamente, y esta a mí, cada bocado
que llevaba a mi boca lo mordía mirándola fijamente como
si en realidad estuviera mordiéndola a ella, al menos esos es lo
que yo trataba de transmitir, Victoria hacía lo mismo con sus tostadas,
y comprendí que entre nosotros se había desatado una guerra
de conquistas y provocaciones mutuas que no sabía en lo que iba
a terminar, sobre todo porque mi madre no era boluda y para ser franco
tenía mucho miedo que se diera cuenta de la situación, en
tanto Verónica nos miraba a Victoria y mí tratando de entender
qué pasaba cuando me di cuenta y por supuesto le comencé
a dar charla sobre sus estudios y a preguntarle si necesitaba una mano
en los mismos, cuando me di cuenta que de abogacía yo no sabía
nada a excepción de Derecho Romano, materia que ya había
quedado atrás para ella.



- Otra vez al trabajo y mis pensamientos
a Victoria, me hablaban y yo como si nada, me di cuenta que o estaba enamorado
de mi hermana o tenía una calentura que no podía describir.
Decidí que estaba caliente, era lo mejor, una calentura pasa, pero
estar enamorado de mi hermana era muy distinto, me sorprendí preguntándome
cómo había llegado a esa situación si la semana anterior
estaba todo bien y mi hermana era realmente mi hermana y no como lo era
ahora el objeto de mi deseo, una hembra que quería tener en mi cama,
por supuesto que esto se mezclaba con el miedo de ser descubierto por mi
madre, sí miedo porque en casa siempre habían prevalecido
las buenas costumbres y respetaba a mis padres y sus pensamientos más
allá de todo.



- Al llegar a casa, Victoria y mi
madre haciendo la comida, un beso a mi madre, he hice lo que pocas había
hecho le di un beso a Victoria acariciando su rostro y lanzando mi aliento
sobre su oído mientras le daba las buenas noches, mi madre lo tomó
como algo natural, yo al palo, y Victoria que me mira el bulto, di medía
vuelta y subí al cuarto de Victoria, pensaba que como todo iba a
transcurrir como la noche anterior decidí tomar una tanga de mi
hermana porque quería sentir su olor cuando me hiciera la paja pensando
en ella, más adelante. Escondí la tanga en el placard de
mi cuarto y bajé a cenar, demás esta decir que la cena fue
un calco de lo que pasó en el desayuno a excepción de mi
madre que nos miro y nos dijo:



- Qué les pasa a ustedes
dos, no han peleado otra vez - interrogo mi madre



- Quédate tranquila - me
apresuré a decir yo - esta todo bien, hace años que no peleamos
con Victoria- Verdad Victoria



- Sí, sí, claro, hace
años



- Más te vale - y asunto
terminado



- Me levanté y me fui al
estar a ver televisión y a esperar a Victoria, que subió
a su cuarto, un rato después la veo bajar con un vestido mini ceñido
al cuerpo que me dejó sin habla, siento el timbre de casa y fui
hacia la puerta, era Roberto el novio de Victoria (en ese momento hubiera
querido matarlo), con su cara de tipo mundano me preguntó por Victoria,
le dije que ya la llamaba, (el tipo nunca me gustó, nunca había
querido pasar a casa, nunca se había querido comprometer, yo hacía
lo mismo cuando mi único objetivo era voltearme una mina), Victoria
se despidió de mi madre que estaba en la cocina, y de Verónica,
al salir hizo lo conmigo lo que yo había hecho con ella al volver
a casa horas antes, se acercó me dio un beso en una mejilla mientras
me acariciaba la otra y siento la voz de ella que me dice:



- Hoy me toca a mí - y con
una sonrisa se dio vuelta y se fue



- Yo estaba loco, sí loco
de deseo y de pensamientos morbosos hacia mi hermana y asesinos hacia su
novio, decidí que lo mejor era tranquilizarme, subí a mi
cuarto y me senté en la computadora a realizar unos trabajos prácticos,
por supuesto que apagué la compu a los 5 minutos, caminaba por las
paredes, me imaginaba a Victoria en los brazos de ese tipo, y me dije,
que lo mejor era parar, que así no iba a andar la cosa, y por lo
tanto, decidí dejar mis celos (si celos) de lado, me puse a pensar
qué hacer, esto se estaba transformando en algo enfermizo y no me
convenía si quería alcanzar mi objetivo, me recosté
y luego de dar vueltas en la cama algunos millones de veces me quedé
dormido, desperté al escuchar ruidos en el pasillo me asomé
y era Victoria que había regresado. Me dije Play again, y salí
hacia el cuarto de baño con el toallón en mano, abrí
la ducha y a los 3 o 4 minutos golpean la puerta, pregunté quién
era (yo lo sabía) y otra vez los golpes en la puerta, cerré
la ducha me sequé, al palo y al abrir la puerta era Victoria, era
un juego así que nuevamente le dije:



- Desde cuando uno no se puede bañar
tranquilo en esta casa, hoy igual que ayer.



- Tengo que entrar al baño,
no puedo esperar, yo también me tengo que bañar



- Victoria déjate de joder
- dije esto mientras pasaba a su lado - En el telo que te llevó
Roberto no había baño



- Y a vos qué mierda te importa
donde me llevó Roberto. Esto lo dijo con algo de rabia, se pudrió
todo me dije y me fui a mi cuarto al llegar a la puerta como siempre le
dije:



- Si no fueras mi hermana Victoria
- esto lo dije casi con dolor



- Un rato más tarde sale
del baño Victoria yo estaba esperando ese momento y fui hacia mi
cama, y me tiré a hacerme la paja y esperar como se desarrollaban
los acontecimientos, veo que se para en la entrada de mi cuarto y observa
pues había dejado la puerta entreabierta igual que la noche anterior,
yo me estaba haciendo la paja mientras olía su tanga, cuando se
retiró me paré y salí al pasillo a ver por su puerta,
evidentemente los dos nos habíamos declarado la guerra y no sabíamos
cuán lejos podría terminar (yo sabía cuán lejos
quería llegar yo, pero sabía qué pensaba Victoria),
comenzó con sus quejidos y yo me fui a mi cuarto a concluir la paja
que había quedado inconclusa al tener que seguirla, los quejidos
que provenían del cuarto de Victoria eran más que elocuentes,
se estaba pajeando a pesar de haber salido con Roberto, y yo comencé
a pajearme al sentir como ella acababa, yo también acabé,
pero esta vez al terminar de limpiar mi esperma con una toalla pasé
su tanga sobre ésta dejando rastros de semen.



- En la mañana otra vez desayuno
y el mismo juego, con la comida, tenía ganas de levantarme tomarla
colocarla sobre la mesa y tomarla en ese momento, cosa que tal vez hubiese
hecha si no fuera por Verónica y por mi madre, ayudé a levantar
la mesa habíamos quedado los dos solos en la cocina, mientras acercaba
algunas tasas y platos a la mesada, le miré el culo y al darme vuelta
para dirigirme hacia la mesa y le dije:



- Qué bien Victoria, qué
bien - Juro que no sé que pasó, sentí un dolor en
la entrepierna y una fuerza que me levantaba, era la patada que me había
dado mi hermana en mis preciados y nunca bien ponderados huevos, retorciéndome
hasta quedar en cuclillas le dije.



- Qué te pasa, imbécil,
tarada, retardada, por la concha de tu madre - mi madre al sentir mis rugidos
apareció en la cocina preguntando que había pasado, le dije
que me había Victoria había movido la mesa y yo la había
atropellado, con el resultado que estaba a la vista, entonces preguntó:



- Y te duele mucho - yo la miré
y le dije - Mamá vos sos boluda esto te duele y te duele mucho,
me di vuelta y como pude subí a mi cuarto y me recosté acurrucado
en mi cama



- Un rato después sube Victoria
que golpeando a mi puerta pregunta con voz aterciopelada:



- Alberto puedo entrar.



- No, ándate - le dije



- Entonces entró - y abrió
la puerta ingresando en el cuarto y mientras se acercaba me dijo - Discúlpame,
no sé que me pasó perdí la cabeza



- Sí, vos perdiste la cabeza
y yo casi pierdo mis huevos.



- Déjame ver qué te
paso - dijo esto estirando la mano



- Ni se te ocurra, final de la historia,
por favor déjame solo, con lo que has hecho el horno no está
para bollos - levantó su culo de la cama y al irse le dije



- Haceme un favor, avisa que voy
a llegar a tarde y me di vuelta maldiciendo una vez más los arranques
de arriba que tiene mi hermana



- Una vez calmado el dolor me fui
a trabajar, pensando que lo mejor era cortarla con Victoria, pero también
pensando que era hermoso lo que había ocurrido, pensando que quizás
mi hermana me había dado aquella patada por lo que paso con Adriana,
y esa era su forma de descargarse o podía ser porque le alabé
el culo y eso la enfureció, así todo el día, que sí
que no.



- Al llegar a casa mi mama que me
recibe y pregunta si me siento bien, le digo que sí, que todo esta
bien y miro a Victoria diciéndole que se controle, que ya es todo
una mujer, etc. Debo reconocer que Victoria aquella noche estaba fortísima,
me retire a mi cuarto, no tenía mucho animo y a decir verdad quería
que Victoria extrañara mi presencia en la mesa, me encerré
en mi cuarto y me puse a estudiar, era lo mejor que tenía por el
momento transcurridas varias horas siento que golpean a la puerta y la
abren me di vuelta sabiendo que era mi madre, ella golpeaba y entraba no
esperaba, para qué lo iba a hacer, se suponía que ninguno
de sus hijos necesitaba privacidad, vino hacia mí y me dijo:



- Estas bien



- Por supuesto mamá, fue
un golpe, no es el primero que me han dado ni el último que me van
a dar



- Tu hermana te golpeó fuerte
- me dijo mientras que con su mano revolvía mi pelo



- Doy fe, mamá, pero ya pasó



- Bueno descansa - me dijo mientras
me daba un beso en la cabeza y se retiró



- Tome el toallón y me fui
al baño, esta vez no pensé en juegos, realmente me quería
bañar, así que abrí la ducha y me metí en ella,
3 o 4 minutos después nuevamente los golpes en la puerta, no me
iba a molestar en preguntar, me seguí bañando tranquilamente,
otra vez los golpes y yo nada, yo sabía que era Victoria pero debía
hacerla sufrir no se había portado bien y debía hacerle sentir
el látigo psicológico de su hermano. Al rato salgo y al abrir
Victoria con un baby doll precioso y me comencé a poner al palo,
me miró y me dijo:



- Hace rato que espero - yo la miré
y le dije



- Hoy no Victoria, hoy no - vi su
cara de sorpresa, su hermano había cortado el juego, al llegar a
mi cuarto ella seguía parada en la entrada del baño, esperando
las palabras que cada día desde hacia tres le decía pero
yo solo ingresé en mi cuarto, al escuchar la puerta del baño
cerrarse, tomé la tanga de ella que tenia escondida y la llevé
hasta su cuarto, y la dejé en piso, detrás de una silla donde
descansaba a veces su ropa (en casa teníamos y tenemos la costumbre
de utilizar una silla a modo de placard, nosotros la llamamos la silla
placard), salí hacia mi habitación y dejé la puerta
entreabierta como había hecho las noches anteriores y esperé
a que saliera del baño, pero esta vez no estaba haciéndome
la paja y al pasar mi Victoria por la puerta se detiene y espía
yo haciéndome el que dormía esperé que se alejara
hacia su cuarto, al rato aparece parada en mi puerta que la abre de un
empujón y entra con la tanga en la mano, y me dice:



- Alberto, qué es esto -
mostrándome la tanga y el semen



- No se, pregúntale a Roberto
- dije esto sarcásticamente, con lo cual Victoria se tiro arriba
mío tomándome de los pelos y diciéndome que era un
degenerado, con lo cual la di vuelta y poniéndome encima de ella
y acomodando mi pija entre sus caderas,(por supuesto que ella tenia su
tanga y yo mi slip) le dije.-



- Sí un degenerado y vos
sabes bien el por qué, pero que no se te haga costumbre el agredirme,
porque vos sabés que perdés - con lo cual la solté
y dejé que se acomodara y se parara, se fue hacia la puerta y mientras
salía le dije - Vos sabés que perdés Victoria



- Había perdido mi más
clara posibilidad de cogerla , y cuanto más lo pensaba más
boludo me sentía, la tuve abajo, estaba seguro que si le hacía
el quiero ella hubiere aflojado, pero no, hubiera querido volver el tiempo
atrás, me quería matar había actuado como un pendejo
de 10 años, que boludo me sentía.



- A la mañana, desayuno y
Victoria que me miraba, esta vez sin jugar con la comida, y yo por mi lado
otro tanto, pero quería ver qué reacción iba a tener
Victoria, tomé una tostada la unté con dulce y me la llevé
a la boca, viendo como Victoria abría grande los ojos y una sonrisa
comenzó a aparecer en su rostro. Estamos en juego nuevamente. Ayudé
a levantar la mesa así que me quedé solo con Victoria, al
acercar las cosas a la mesada ella limpiaba y yo arrimaba, le arrimé
mi pija a su culo y la abracé desde atrás, y moviendo su
cola contra mi pija, me dijo:



- Esta noche, Alberto, esta noche



- Yo casi acabo de solo imaginar
lo que me esperaba, iba a tener a mi disposición a mi hermana, la
yegua de mi hermana, la hembra de mi hermana, ese día anduve por
las nubes, al llegar a casa luego de la universidad, subí a mi cuarto,
me bañé, andaba como un perro alzado, no podía sacarle
los ojos de encima a Victoria y Victoria devolvía las miradas más
sensuales que yo haya visto en mi vida. Debo confesar que luego de la comida
los minutos de sobremesa se me hicieron interminables, yo hubiere querido
ponerle un somnífero a mi madre y a Verónica en su comida,
para poder estar solo con Victoria, claro que esto no podía ser.



- Al subir a nuestros cuartos me
pego a Victoria y le digo te espero, Victoria me dedicó una sonrisa
y no dijo nada. Cuando ingresé en mi cuarto comencé a desvestirme
y a soñar con lo ojos abiertos con Victoria, como me calentaba.
Me metí en la cama a esperar, cuando de repente se abre la puerta
e ingresa Verónica que tenía una mano apoyada en el abdomen,
al ingresar me dice, me duele acá y me duela mucho, cuando vi donde
se tocaba dije o es cólico o es el apéndice, salté
de la cama y comencé a vestirme y me fui a los gritos llamé
a mi madre, aparecieron mi madre y Victoria en la puerta , yo estaba terminando
de ponerme los mocasines y le dije que quien me quisiera se vistiera ahora
por que yo me iba a llevar a Verónica a una clínica o a un
Hospital, bajé con Verónica las escaleras y subí al
auto mientras lo encendía toqué un par de veces la bocina
para ver si bajaban mi madre y Victoria, una vez en el auto salí
hacia el hospital. Al llegar se determinó que tenía apendicitis
y que había que operar o se convertía en peritonitis, mientras
operaban a Verónica yo maldecía mi suerte (no es que fuera
insensible, esas operaciones son corrientes hoy en día), Victoria
dejó de consolar a mi madre y vino a sentarse a mi lado, me tomó
la mano y me dijo:



- Bebé, tranquilo ya va a
pasar, es unos minutos - bebé, mi hermana me había llamado
bebé, y con mi otra hermana en el quirófano, yo pensaba en
que Victoria me había llamado bebé, de más esta decir
que en ese momento estaba al palo



- Todo salió bien con lo
cual me dispuse a regresar a casa, mi madre se iba a quedar con Verónica
y yo miré a Victoria y le dije:



- Qué vas a hacer te quedas
haciéndole compañía a mamá o querés
venir a casa a descansar



- Y no sé, necesitas que
me quede mamá



- No, anda con tu hermano y descansa,
mañana será otro día - y la besó en la frente



- Vamos, vamos - le dije a Victoria
y me encaminé a la salida



- Victoria venía atrás
yo retardé mi paso para que me alcanzara, y al salir, la tomé
de la mano y la abracé apoyó la cabeza en mi hombro y nos
fuimos hacia el auto, yo tenía la pija parada, y no encontraba el
momento de llegar a casa. Mientras manejaba podía ver como Victoria
a mi lado cruzaba las piernas, yo podía ver su tanga blanca ya que
ella se había sentado atravesada en el asiento delantero es decir
mirando hacia mi lado. Al llegar estacioné el auto, ella ya había
ingresado en la casa, subimos las escalera y la introduje en mi cuarto,
la vi vuelta y me di un beso, nuestras lenguas se comenzaron a retorcer
yo tomé la suya y comencé a chupar su lengua soltándola
sólo para morder sus labios, estaba en esos momentos teniendo entre
mis brazos a mi querida y adorada hermana, en ese momento más querida
y adorada que nunca, mis manos volaban sobre sus curvas, dejé su
boca y bajé por su cuello con pequemos besos hasta el nacimiento
de sus pechos para luego con mi lengua emprender el camino hasta su oído,
donde tomé su lóbulo que comencé a morder y chupar,
solo interrumpido de tanto en tanto para decirle:



- Victoria, me volvés loco,
te amo, bebé



- Yo también mi amor, yo
también te amo



- La giré apoyando mi pija
en su culo, y comencé a desprender cada uno de los botones de su
blusa en tanto que por cada uno que desprendía acariciaba sus pechos
notando como sus pezones se habían erguido, en tanto hacía
esto Victoria refregaba su culo contra mi pija que me dolía por
la erección que tenía, cada tanto separaba su culo solo para
introducir sus manos entre nosotros y acariciarme la pija sobre el pantalón,
cuando logré quitar su blusa, tomé su pelo lacio cuyo largo
era a medía espalda y los pasé hacia delante, pero sin separar
mi pija de su culo, cuando quedó a mi disposición el cierre
de su sostén, pero antes de sacarlo, di unos pequeños mordiscos
en su nuca en tanto pellizcaba sus pezones a través de su sostén,
luego llevé mis manos hasta el cierre del sostén y lo quité
sacándolo con lentamente, con una calentura que volaba, pero disfrutando
del momento plenamente, Victoria se dio vuelta y comenzó a desprender
mi camisa mientras acariciaba con su lengua mi pecho, hasta arrodillarse
y poner su cara a la altura de mi pija, tomó mi cinturón
y comenzó a desabrocharlo, en tanto yo terminé de sacarme
la camisa, luego tomó el cierre de mi jean y lo bajó lentamente,
mientras miraba hacia arriba, en tanto que yo ya no aguantaba más,
viendo a semejante hembra arrodillada y además sabiendo que era
mi hermana, la fruta prohibida, y me la pensaba comer, bajó mis
pantalones y con se retiró, yo me los terminé de sacar, y
ella parada frente a mi con su pechos enfundada en una mini y tacos altos,
por Dios qué visión, qué hembra, me acerqué
y besándola en la boca y rodeando su cintura con mis manos la acerqué
necesitaba sentir sus pechos contra mi piel, quería fundirla conmigo,
dejé de besarla y bajé hasta sus pechos comencé a
besar suavemente sus pezones, luego con mi lengua comencé a realizar
círculos en sobre los mismos sin tocar la punta, luego unos suaves
mordiscos y entonces cubrí con mi boca el pezón y comencé
a chupar sin tocar con mi lengua la punta del pezón, una vez que
los gemidos de Victoria se hacían insoportables, empecé a
pasar con fuerza mi lengua sobre él en tanto que introducía
mi mano por debajo de la mini, tratando de llegar a su entrepierna, cuando
siento los espasmos del cuerpo de Victoria y un gemido de placer, al llegar
a su entrepierna comencé a acariciar su tanga que estaba mojada,
corrí mi mano unos centímetros buscando el borde de su tanga,
cuando lo encontré introduje mi dedo índice entre la tanga
y su concha que estaba chorreando, dejé sus pezones y comencé
a bajar mi lengua hacia su abdomen, en tanto deslicé mi índice
hacia atrás para comenzar un suave masaje entre su concha y su ano,
me di cuenta que esto la volvía loca cuando sentí sus uñas
clavándose en mi espalda, di unos mordiscos en su abdomen antes
de deslizar mi lengua hacía su ombligo, mientras Victoria con un
movimiento acompasado acompañaba mis masajes, comencé a deslizar
mi índice hacia su ano mientras comenzaba a deslizar mi otra mano
desde sus tobillos acariciando sus piernas hasta llegar a sus nalgas, deslizando
mi mono a su cintura y comenzando a deslizar hacia arriba la mini, para
poder sumergir mi cabeza en su pubis y comenzar a beber sus jugos, su esencia
, comencé a acariciar su pubis en tanto que continuaba realizando
el suave masaje que había comenzado en su ano, acerqué mi
mano al borde de su tanga y corrí ésta pudiendo observar
su vello púbico depilado, en tanto apoyé mi lengua en su
ingle y comencé a deslizarla hacia la parte inferior siguiendo el
contorno de su pierna y entrepierna, rozando apenas con mi lengua sus labios,
esto lo hice cinco o seis veces antes de abandonar mi masaje anal y ya
sí con mis dos manos libres aparté los labios de su hermosa
concha y comencé a pasar mi lengua sin tocar el clítoris,
en tanto sentía la presión que hacía sobre mi cabeza
las manos de Victoria que parecía querer introducirme en su vagina,
luego dirigí mi boca hacia su clítoris atrapándolo
con mis labios, y empezando a sorberlo como el mejor de los manjares, Victoria
que parada se retorcía de placer mientras dejaba escapar un - Te
quiero - yo loco de la vida a esta altura del partido y luego de sentir
por segunda vez los espasmos de Victoria, me paré la besé
en los labios introduciendo mi lengua en su boca y dándole a probar
su propio sabor, Victoria en ese momento comenzó a introducir su
mano en mi slip, pero desde arriba sino desde abajo y bajando mi pija hacia
el costado la sacó por abajo, arrodillándose y comenzando
a chuparme la verga de una manera que no lo hubiere imaginado nunca - Te
quiero - le dije, qué hembra caliente que tenía a mi disposición
y pensaba aprovecharla, cuando dejaba de chuparme se pasaba la pija por
toda la cara al tiempo me miraba y me decía te quiero y yo le respondía
que también la quería, introdujo mi pija en su boca y yo
no soportando más comencé a acabar, diciéndole - Mi
amor, mi amor - mientras veía como caían de su comisura mi
leche, la leche que tenía para darle a mi hermana. Se paró
se limpió el semen que corría por sus pechos y la besé,
en tanto que la acerqué a la cama y la tiré sobre ella, tomé
su tanga y la saqué, luego hice lo mismo con mi slip, me arrodillé
y nuevamente hundí mi boca en su concha, que estaba súper
lubricada en ese momento, y no soportando más, pues era tal la excitación
que ni siquiera atinó a bajarse, subí hasta apoyar mi pija
en su concha, y comencé a acariciar con la punta de mi pija su concha,
mientras la besaba y sentía las envestidas de su pelvis, queriendo
devorar mi verga, cuando dejé su boca para lamer su cuello y el
bulbo de la oreja, siento su voz ronca que me dice:



- Ponemelá, no aguanto más,
bebé, quiero ser tuya, quiero sentirme mujer, tu mujer- yo me acerqué
a su oído y le dije



- Toma mi pija y acaríciate
la concha, Victoria, quiero ver como te acaricias con mi pija, la pija
de tu macho, quiero ver como mi mujer se hace la paja con mi chota - Victoria
bajo sus manos y agarró mi pija con las dos manos y comenzó
a deslizarla lentamente a lo largo de toda su concha, hasta que en un momento
me tomó del tronco pasando las dos manos por debajo de mis huevos
y hundió mi pija en su concha - Cógeme, bebé, cógeme,
quiero sentir tu chota en mis entrañas



- Sí, mi amor, te estoy cogiendo,
demostrame Victoria lo putas que sos para tu hermano, demostrame que podes
ser mi hembra, mi mujer, demostrame que vale la pena cogerte



- Sí, mi amor, te voy a mostrar
lo puta que soy, después que termine con vos, no vas querer que
te coja nadie más que tu hermana, vas a ser mío hoy mañana
y siempre - yo estaba en el cielo mientras escuchaba esto entonces apoyé
mis manos en la cama y retirándome sin dejar de ensartar a Victoria
le dije:



- Mira Victoria, mira como te coge
tu hermano - mientras esta levantaba la cabeza de la almohada y podía
ver mi miembro que entraba y salía de su vagina, clavó sus
ojos en mí y me dijo:



- Dame Alberto, dame más,
dame todo lo que tengas - envío su cabeza nuevamente la hacia la
almohada y cruzó sus piernas por mi espalda, clavando parte del
taco de su sandalia en mi espalda, yo bajé mis manos hasta sus nalgas
y la agarré con fuerza, diciéndole:



- Victoria, mi amor, acaba, acaba
que yo ya no doy más



- Hechame la lecha adentro, regame
las entrañas, dale la leche a tu hermana



- Toma la leche de tu hermano, toma
mi lecha Victoria - dije esto último entre espasmos y con la felicidad
de haberme cogido a mi hermana.



- Le di un beso y mientras dejaba
mi miembro morir adentro de su vagina, ella comenzó a realizar un
movimiento con los músculos interiores de su vagina como si me succionara
, yo abrí los ojos y me retiré un poco, la miré sorprendido
mientras mi miembro se acrecentaba en su interior, ella sonrío y
me dijo:



- Te das cuenta por qué no
me vas a dejar nunca, estás en mis garras, y vas a ser mi macho
- yo la seguía mirando y sintiendo al sensación más
placentera que había sentido en mi vida, le saqué la pija
de su concha, y dándola vuelta le dije:



- Sí, pero lo que acabas
de hacer no va a impedir que te haga el culo, saber por qué Victoria
-pregunté



- No, no se por qué, pero
te digo que eso no es natural así que olvídalo - como estaba
boca abajo me recosté sobre su espalda y le dije al oído
en un susurro.



- Victoria, no lo tomes a mal pero
te voy a culiar, en realidad te voy a reculiar, así que relájate
déjate estar y dedícate a disfrutar, de la chota que voy
a poner dentro de culo.



- Bajé hasta su entrepierna,
estaba excitada, porque después de decirle aquello ni siquiera intento
moverse, así que estado en su entrepiernas comencé a lamer
si concha y con mi lengua a transportar sus jugos hacia su ano y luego
empecé a chupar su culo que estaba completamente depilado y empecé
a hacer presión con mi lengua hasta que pude introducir la punta
de ella en su ano, y mientras sentía el palpitar de su esfínter
oprimiendo mi lengua, que cada tanto retiraba sólo para recorrer
la hendidura de sus cantos hasta el nacimiento de la espalda y vuelta a
devorar ese culo y otra vez mi lengua abrazado por su esfínter cuando
pude introducir más de la mitad de mi lengua, los gemidos de Victoria
se comenzaron a hacer más intensos y comenzó a removerse
en la cama, con lo cual retiré mi lengua y le introduje un dedo,
cuando lo iba introduciendo más de la mitad, me dijo duele, con
lo cual comencé a masajear el esfínter con el notando como
se aflojaba, en cuanto pude lo hundí con alma y vida, Victoria se
retorcía mientras yo comencé a ingresar y sacar mi dedo índice
de su culo, y acerqué a su cara para poder besarla mientras mi dedo
no dejaba de entrar y salir, cuando note que estaba relajada bajé
nuevamente a su entrepierna y pase mi lengua por su concha lo cual provoco
que Victoria temblara y empecé a correr sus jugos hasta su ano,
yo iba a calentar a mi hermana hasta hacerla delirar, una vez que estuvo
nuevamente bien lubricada comencé a introducir otro dedo, que comenzó
a calzar perfectamente, Victoria se retorcía y le dije:



- Esto mi amor, es solo el principio
de lo que te espera, tu hermano menor te va a romper el culo, te voy a
culir - le dije, esto ultimo poniendo énfasis en cada palabra, mientras
la tomaba de la cadera y la llevaba a una posición de 4 patas, dio
vuelta la cabeza y me dijo.



- Con cuidado, se cuidadoso, no
me hagas doler.



- Victoria, no te va a doler, así
que no tengas miedo, disfrútalo haceme caso



- Apoyé la cabeza de mi chota
en la entrada de su culo y comencé a hacer presión, yo notaba
como lo cerraba, y le dije.



- Victoria te relajas y disfrutas
o por Dios que no te vas a poder sentar más, porque te voy a ensartar
de tal manera que te va a sangrar por el resto de tu vida



- Victoria se relajó, y yo
comencé a hacer presión, introduje la cabeza de mi pija y
siento un grito de dolor por parte de Victoria.



- No me iba a doler, no me iba a
doler, sos un hijo de puta



- Cállate y goza, goza Victoria,
solo goza - dije esto cuando la tenía bien agarrada de las caderas
y pude de un envión guardar 10 centímetros más - Victoria
se dio vuelta y con ojos que expresaban un mirada de asesino, me dijo



- Puto, sos un Puto, cómo
me haces esto - yo la miré y le dijé.



- No mi amor, no soy un puto, soy
tu macho, y vos sos mi puta, entendiste - dije esto mandando adentro los
5 centímetros restantes.



- Me estas matando Alberto



- Yo empecé a entrar y salir
como loco de su culo, no podía creer que tenía ensartada
a Victoria, me la estaba culiando, y la yegua se estaba dejando culir por
su hermano, el sólo de pensar que era mi hermana me podía
hacer acabar.



- Movete Victoria, sácame
la leche. Sácale la leche a tu hermano



- Siiii, siiii, papitoooo, te voy
a dejar los huevos secos mi amor, te voy a coger todos los días
de mi vida, dame más, maassss



- Sí hermanita, la tengo
toda para vos, sólo para vos, qué rica puta que me conseguí,
cómo te gozo Victoria, no sabes cómo te gozo



- Yo también te gozo, mi
amor, qué feliz me siento, ensartada por mi hermano, qué
rico macho que tengo sólo quiero tu chota mi amor, mássss,
másss



- Yegua hermosa, como te voy a acabar,
te voy a llenar de leche el culo.



- Sí dame, dame, dame, toda
toda tu leche, culiame, bebé, dame la leche



- Sí toma toda la leche,
toda la leche que necesitas- dije esto mientras dejaba mi leche en su culo
y sentía como Victoria, acababa.



- Luego retiré mi pija de
su culo y Victoria se tiró hacia delante clavando la cabeza en la
almohada, yo me levanté y viéndola tirada boca abajo, aun
con su mini y sus tacos me acerqué a ella y le dije.



- Vamos a bañarnos, Victoria,
vamos - Victoria giro lentamente y me miró, se incorporo hasta sentarse
en la cama y me dijo. - Me rompiste el culo, pero cuánto me gusto
- y me dio un beso en los labios al retirarse me dijo - y ahora qué
hacemos



- No se, Victoria, estoy enamorado
de vos



- Yo también lo estoy Alberto,
yo también lo estoy, no creí nunca que esto pudiera pasar
y no sé cómo lo puedo manejar.



- Si estas dispuesta a seguir adelante,
de eso me encargo yo, pero me tenés que decir qué querés



- Yo te quiero a vos - me dijo y
me dio un beso



- Ya no vivimos en nuestra ciudad
natal, ahora vivimos en la capital, vivimos como marido y mujer, y para
ser sincero, no nos arrepentimos de nada, ahora con los años que
tenemos, ella 36 y yo 34, no hemos perdido la lujuria que nos envolvió
desde un principio, hacemos el amor dos o tres veces al día, vivimos
excitados, tal vez por ser hermanos, y eso aunque por nuestra sociedad
esta prohibido, sinceramente, creemos que esto es lo mejor que nos pudo
ocurrir.



- Victoria y Alberto




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Relato: Mi mujer, mi hermana
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