Relato: Mi hermano y yo (II) Dos días después de
nuestro encuentro, estaba solo en la casa, hablando por teléfono,
cuando Lorenzo llegó y dio un portazo, le pregunté qué
le pasaba y me dijo que no le había ido bien en la universidad y
que Samantha, su novia del momento, había salido de improviso a
hacer un viaje. Acto seguido me gritó: "Cuelga esa mierda y
vete para el cuarto, marico, tengo ganas de cogerte ". Realmente me
asustó e hice todo lo que me dijo, lo esperé mientras lo
oía discutir por teléfono.
Una vez en el cuarto, se bajó
los pantalones, se lubricó el guevo me quitó los shorts y
me dijo que me volteara. Le pedí que no, "así no, por
favor, no estoy preparado y soy tu hermano, Lorenzo". Poco le importó,
ya que me agarró por la nuca y me arrojó sobre mi cama, me
puso en posición fetal y comenzó a introducírmelo
con menos violencia que la primera vez, pero con más brusquedad,
me cogía con desdén, ni siquiera me tocaba o acariciaba,
me sentía casi como una cosa que era utilizada para el sexo. De
repente hizo un movimiento brusco y su verga se salió de mi culo,
estaba un poco sucio, esto lo llenó de ira y la emprendió
con una correa a pegarme y llevarme hacia el baño. Me dijo que no
volviera a ensuciarlo porque eso no era nada comparado con la golpiza que
me daría. Traté de explicarle que yo le había dicho
que no estaba listo, pero más me golpeaba, no oía razones.
Entré al baño llorando para prepararme bien esta vez.
Antes de salir me vi en el espejo
y noté todos los golpes que tenía en mi cuerpo, temblando
volví a la habitación y me acosté sumisamente. Me
ordenó ponerme de cuclillas y volvió a montarme y esta vez
sentía como estaba de excitado y supuse que era por lo caliente
que había quedado, pero no, me dijo que le excitaba ver mi cuerpo
marcado. Su verga me llegaba hasta el fondo en ese momento comenzó
a darme con la correa de nuevo mientras que con la otra mano me sujetaba
por el pelo. El miedo que comenzaba a tenerle era incontrolable, solo esperaba
oír su deseo para complacerlo, y así lo hizo. Me ordenó
no moverme hasta que él acabara, me empujó hacia delante
quedando yo completamente acostado solo con mi culo elevado para facilitarle
su cogida. Acelerando su ritmo acabo después de 15 minutos de dolor
y sufrimiento de mi parte lo que no parecía importarle. Se paró
y me dijo que a la noche quería verme en el cuarto a las 9:00pm
y ya sabía para que.
Se metió en el baño
a ducharse, mientras yo quedaba sobre la cama confundido y temeroso de
lo que mi hermano era ahora, un guapetón de barrio cualquiera que
abusaba de mí y lo peor era que yo lo permitía y estaba comenzando
a disfrutarlo.
A las 9 lo esperé en el cuarto,
llegó, cerró la puerta y se sentó en su cama, me miró
fijamente y me dijo: "De ahora en adelante estarás a mi disposición
siempre que lo desee, eso implica que tu culo debe estar siempre limpio
para mí. Te encargarás de hacerme mis cosas en la casa y
mantener lo mío en orden, no quiero que me ensucies con tu leche
de marico mientras te cojo, así que si acabas te golpeo. Estas solo
para complacerme y darme gusto y si alguien se entera, te largas "
Enseguida le respondí que
no le entendía, que eramos hermanos e inclusive él con mas
estudios que yo, que porque actuaba con tanta violencia conmigo. No me
contestó, se sacó el guevo y tuve que mamárselo hasta
que me acabó en la boca, prendió la TV y se puso a verla.
Continuará...
Towers
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Relato: Mi hermano y yo (II)
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