EL ADMIRADOR (III)
Querida amiga Laura:
Ciertamente, tus cartas me han dado mucho que pensar, pero no
quiero que te alarmes, no te voy a juzgar pues siempre has sido mi mejor amiga y
tampoco te aliviar�a que lo hiciese. Eso si, quiero que sepas que te comprendo.
Las circunstancias que me cuentas de alguna forma justifican
lo que te ha pasado con tu hijo. La verdad es que yo, aunque tenga una hija
tambi�n te comprendo, pues es aunque es un par de a�os mayor que Jos� Manuel los
j�venes no se diferencian tanto unos de otros.
Por esto precisamente te escribo, quiero contarte otra
historia que me ha pasado con ella y que tambi�n tiene su parte de esc�ndalo.
Ver�s, mi hija, como recordar�s, se llama Susana y tiene
dieciocho a�os. y en el pr�ximo curso ir� ya a la universidad. Que yo recuerde
nunca me hab�a hablado de chicos, cosa que yo achacaba a que como es tan
responsable con sus estudios, tampoco ten�a tiempo para salir. Aunque si tiene
muchas amigas, con las que sale y estudia muchos d�as en su cuarto.
Nosotros tambi�n vivimos solos desde que me divorci�,
curiosamente el mismo a�o que t�, mira qu� casualidad. En fin, la vida es as�.
Nos casamos enamoradas pero al final todo se acaba. Los t�os son unos cerdos y
cuando pierdes la juventud y ganas unos kilos se buscan alguna zorrilla para
sustituirte.
Total que una se apa�a como puede, en soledad. En mi caso, yo
no se t�, me compr� un par de consoladores, para as�, poder aplacar mis ardores,
pues mi cuerpo a�n est� caliente y necesita sesiones de sexo regularmente. Y lo
cierto es que no me quejo, pues hasta ahora me iba muy bien. Lo que no pod�a
sospechar era que un d�a iba a descubrir, que mi secreto no era "tan secreto" en
mi familia.
Normalmente vuelvo del supermercado muy tarde, sobre las
22:30h y a veces a las 23h cuando no me cuadran las cuentas de la caja, pues
desde hace un a�o tengo turno de tarde.
El caso es que un s�bado una compa�ero me llam�, para que le
cambiase el turno, pues le urg�a resolver unos asuntos de ma�ana. En principio
no me negu�, ya otras veces hab�a hecho favores a esta buena amiga. As� que le
dej� una nota a Susana, que a�n dorm�a, y que como era fin de semana no se
levantar�a hasta m�s tarde, y me fui.
De este modo cuando volv� eran las cinco de la tarde y entr�
en casa como si tal cosa. Aparentemente no hab�a nadie as� que sudando como
estaba, por el calor que hac�a durante el camino de vuelta, me acerqu� a mi
cuarto para coger una toalla y darme una ducha para refrescarme. �No te lo vas a
creer! Encontr� a mi Susana tumbada en la cama, espatarrada, completamente
desnuda, mientras una amiga, tambi�n en cueros, la penetraba con uno de mis
consoladores!!!
Un poco m�s y me da un soponcio all� mismo. Para colmo yo
estaba s�lo con las bragas puestas y mostraba mis pechos desnudos.
Ellas al verme, como es natural, dieron un respingo tal que
un poco m�s y se topan con el techo del dormitorio. Desde luego la escena fue de
pel�cula. En el fondo tiene gracia al recordarlo ahora con el tiempo
transcurrido. Yo reaccion� mal, la verdad, las llam� marranas y tortilleras y
les grit� para que se vistiesen de inmediato.
No te puedes imaginar lo rojas que se pusieron las dos, y
comenzaron a llorar y todo!! Realmente me pas� pero no s� porque reaccion� as�.
Despu�s de todo yo a su edad era igual que ellas, me encantaban nuestros juegos
por el campo en verano contigo, me hac�as unas cosas tan especiales. �Qu�
l�stima el tiempo y la distancia que nos separa! De verdad Laura, no me
importar�a encontrarme contigo y recordar viejos tiempos.
Pero la historia contin�a y a prop�sito, que la "amiga" de mi
hija era muy guapa, rubia exuberante, con una piel de melocot�n que envidiaba
terriblemente. Admito que fui mala, pues me regode� en la visi�n de sus
cuerpecitos desnudos y sudorosos. Total que mand� a su cuarto a mi hija y
despach� a su amiga, pero esta no dejaba de llorar y de pedirme que no se lo
contara a sus padres y la verdad, al verla tan afectada me arrepent� de haber
sido tan dura con ellas. As� que rectifiqu� y la dej� quedarse con Susana hasta
que se calmase y le promet� que aquello quedaba entre nosotras, eso s�, les puse
la condici�n de que la puerta del cuarto de Susana deb�a quedarse abierta en
todo momento. No quer�a que se "consolasen" a escondidas.
Con el sofoco y el calor que tra�a me puse a sudar a�n m�s y
ca� en la cuenta de que todo el tiempo hab�a estado delante suyo semidesnuda con
mis pechos al aire. Pero, lo cierto es que no me import�, incluso he de admitir
que me excit� un poco. As� que me di una buena ducha y aprovech� para
reflexionar y de paso, arrepentirme una vez m�s de mis actos. Despu�s de todo
les estaba echando en cara algo que yo hac�a a su edad contigo tambi�n.
Al acabar regres� a mi cuarto y vi a mis dos amiguitos encima
de mi la cama, donde los hab�an dejado las intrusas antes con la discusi�n. Yo
tambi�n soy d�bil y al cogerlos los not� pegajosos y los ol�, detectando ya
lejos de la nariz el aroma de sus chochitos impregnado en el latex. �Oh Laura!
Hasta diferenci� el que hab�a usado mi hija de su amiga, pues como sabes, a
todas nos huele distinto el higo. Y descubr� que el sofoco no se hab�a aplacado
con la ducha, estaba cachonda, estaba trem�ndamente excitada y mal�volamente
plane� una estrategia para resarcirme y de paso reconciliarme con mi hija y con
su bella y rubia amiga.
Me fui para su cuarto con mis dos gelatinosos amigos en los
bolsillos del albornoz que llevaba puesto sin nada debajo...
��Est�is ya mejor? �les pregunt� al entrar cogi�ndolas por
sorpresa.
Mi hija estaba sentada en la cama y su amiga sobre una silla,
a su lado. Al entrar yo se levantaron, como movidas por un resorte.
�No por favor sent�os, os quiero decir algo. Ver�is os quiero
pedir perd�n por lo de antes �afirm� poniendo un gesto apenado.
Ambas se excusaron y me pidieron perd�n a mi, pues me dijeron
que estaban avergonzadas de lo que hab�an hecho.
�Pero hija es que no sab�as que volv�a ahora, �no le�ste mi
nota?
��Nota, no mam�? No s�, pens� que hab�as tenido que hacer
alguna compra y que no volver�as ya hasta la noche. Como la semana pasada
hablamos de ir a ver muebles nuevos para la cocina pens� que no hab�as querido
despertarme. Bueno... por eso llam� a mi amiga Julia y la invit� a comer y nos
pusimos a...
�Vaya, pues s� que es mala suerte �le confes� mostr�ndole mi
compresi�n�, la nota se dibi� haber ca�do de la nevera donde la dej� cogida con
una de las frutas de adorno con im�n. Ahora entiendo que no me esperaseis tan
pronto.
�Ver� Sra. Marta estamos muy avergonzadas de lo que hemos
hecho �se excus� la amiga de Susana.
��Por favor, no me llames se�ora, a�n no soy tan vieja!
Tut�ame por favor.
�Mam� lo cierto es que ha sido culpa m�a, yo te cog� los...
bueno ya sabes los...
�Los consoladores, �no? �la ayud� yo pues al parecer le daba
verg�enza hasta llamarlos por su nombre.
�Eso, y se los ense�� a ella y claro empezamos a tontear con
usarlos y acabamos "jugando" con ellos �me confes� mi hija bajando la mirada
avergonzada.
�No os disculp�is m�s, estas cosas pasan y m�s a vuestra
edad, �y con este calor!
La verdad es que en este punto de la conversaci�n fui
maliciosa y abaniqu� mis piernas abri�ndolas y cerr�ndolas delante de Julia, que
sin duda debi� ver mi chocho, pues not� como apart� la vista r�pidamente y se
ruboriz�.
�Pero decidme, ya s� que me pod�is mentir y lo entender�a,
poni�ndome en vuestra situaci�n es dif�cil confiar algo as� a otra persona, pero
�no era la primera vez que os lo hac�ais, �verdad?
�Pero Sra. Marta, �c�mo lo sabe? �se apresur� a confesar
Julia.
�Marta, no me llames Sra. por favor. Lo s� porque soy mucho
m�s madura que vosotras y porque tambi�n tuve dieciocho a�os.
�Jo mam�, qu� corte. Entonces, �es que t� lo hiciste con otra
chica cuando ten�as nuestra edad?
�Bueno hija si, lo admito, pero si quer�is que os lo cuente
vamos al sal�n y os invito a un refresco.
Ya en el sal�n les serv� una bebida y pusimos el aire
acondicionado.
�Si os lo cuento ser� nuestro secreto, �verdad?
�Claro que s� �asintieron ambas.
Entonces les habl� de nuestros veranos, de nuestros paseos
por el campo, en fin, aunque sin dar detalles escabrosos claro. El caso es que
acabaron ensimismadas por cuanto les contaba.
�Bueno chicas, la verdad es que no se vosotras pero lo que es
yo, de contaos estas aventuras me he puesto caliente. Y ver�is, he tra�do
tambi�n mis dos juguetes. �Os apetecer�a jugar conmigo? Aunque cre�is que soy
mayor para estas cosas a�n doy mucho juego os lo advierto.
Ver�s Laura decid� atacar y aunque el plan no me sali�
exactamente como esperaba decid� pasar a la acci�n en espera de respuesta de mis
disc�pulas. Me desat� el albornoz y mostr� mi co�o y mis tetas al tiempo que
sacaba los consoladores y se los ofrec�a.
�Pero mam�, �no lo puedo creer! �exclam� mi hija estupefacta.
�Vamos no se�is t�midas y desnudaos, vamos a divertirnos.
Venga Julia y t�, Susana no seas tonta, nos lo pasaremos bien.
Ambas se miraron y me miraron despu�s a mi, que estaba frente
a ellas frot�ndome ya el cl�toris tremendamente excitada. Y para mi asombro fue
la amiga la primera en desnudarse y ofrecerme a la vista de nuevo su maravilloso
y joven cuerpo de piel amelocotonada. Susana tard� m�s en decidirse pero Julia
finalmente la convenci� y la ayud� a desnudarse. Yo ya me estaba penetrando con
mi polla favorita cuando invit� a Julia a sentarse a mi lado en el sof�.
�Susana tenemos que tratar bien a las invitadas as� que
primero ser�s t� la que nos meta las pollas a ella y a mi, y as� nos gustar� m�s
y luego ser� tu turno, �vale? �le propuse a Susana que a�n estaba bastante
cortada.
�Bueno mam�, pero, �me muero de verg�enza! �exclam� ella
llev�ndose las manos a la boca.
El caso es que Susana hizo bien su cometido conforme se fue
tranquilizando, y nos penetraba a Julia y a mi. Entonces decid� avanzar un
poquito m�s y le ped�a a su amiga que me pellizcase los pezones que se me hab�an
puesto gordos y duros y le promet� hacer yo lo mismo.
Y efectivamente no sabes cuanto me gust�, sus manos eran tan
delicadas... Y sus tetas eran perfectas, de tama�o mediano, duras y tan suaves
como una manzana. Hasta tom� la iniciativa y me chup� los pezones consiguiendo
entre las dos �que me corriera de gusto! Despu�s fui yo la que la ayud� a
correrse a ella chup�ndole tambi�n aquellas tetillas que me volv�an loca.
Cuando le toc� el turno a mi hija decid� recompensarla por su
paciencia con nosotras. Durante todo el rato nos penetr� a ambas sin descanso y
cada vez que la miraba de reojo, hasta dir�a que se regocijaba al vernos
disfrutar a las dos. Total, que convenc�a a su amiga para que le comiera el co�o
mientras yo le acariciaba las tetillas yo le acariciaba las tetillas. Le gust�
mucho y hasta me daba las gracias mientras cerraba los ojos de puro placer.
Mas tarde su amiga me dijo que le gust� tambi�n mucho lo que
hab�amos hecho, que le disfrut� a tope y que estaba deseando repetir, si yo lo
deseaba, claro. As� que cuando conseguimos aplacar los ardores de mi Susanita
descansamos y fuimos duchando para refrescarnos y lavar nuestros chochitos que
hab�an quedado super encharcados.
As� que esta ha sido mi confesi�n personal. Querida amiga,
como ves, a veces la relaci�n con nuestros hijos es complicada, incluso cuando
es una chica. Espero que nos veamos pronto, un beso.
Marta.
Nota del autor: Espero vuestras opiniones y comentarios, por
favor escribidme a
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