(mi despertar sexual a los 12 a�os)

Antes de continuar con mi relato, les voy a pedir que me
tengan un poco de paciencia para permitirme disertar un poco sobre mi vida,
prometo no aburrirlos mucho.

Creo que la vida ha sido bastante buena conmigo, siempre me
ha dado todo lo que necesito y casi todo lo que le he pedido. No soy una mujer
religiosa a pesar de haber crecido entre monjas y sacerdotes o quiz�s
precisamente debido a que crec� entre monjas y sacerdotes, y no porque yo
sienta que los curas me hayan hecho alg�n mal, antes yo dir�a que fue al
contrario, me hicieron mucho bien, pero el hecho real es que la religi�n no me
llama demasiado. Si creo que hay un dios, no se si sea el dios de la Biblia,
el dios de mis padres, pero si hay un dios que mueve y rige todo el universo,
y yo siempre he tratado de atenerme al destino marcado por ese Dios.

Nac� y crec� en un pueblo de provincia, un pueblo grande
pero que no llega a ser ciudad, y actualmente vivo en una ciudad enorme, la
mas grande del mundo, y me gusta, me gusta vivir en esta ciudad, pues aun con
todos sus problemas yo vivo muy a gusto. Trabajo en una empresa asesora de
servicios y gano muy buenas comisiones, aunque debo reconocer que a veces
tengo que hacer uso de mi cuerpo para lograr la firma de alg�n contrato, pero
esto no es ning�n problema para m�, lo hago con todo el gusto del mundo.

Estoy casada desde hace seis a�os con el mejor hombre del
mundo, tuve una incre�ble suerte al encontrar a este hombre, el me ha
comprendido desde un principio en todos los aspectos de mi vida, moral,
emocional, espiritual, etc. pero sobre todo, me ha comprendido en el aspecto
sexual, el ha entendido mi temperamento y mi vocaci�n de puta, ha entendido
que soy una ninfomana, y no solamente lo ha entendido sino que me ha animado a
seguir si�ndolo, a el le gusta que yo sea una puta y que me acueste con
cualquier cabron que se me antoje, e inclusive cuando no he tenido alguien con
quien coger a la mano, el me ha llevado a algunos de sus amigos para que me
cojan, he estado con seis o siete cabrones a la vez y todos me dan por todos
mis hoyitos y se vienen todas las veces que quieran en la parte de mi cuerpo
que ellos quieran venirse.

Yo soy feliz siendo as� y mi esposo es feliz vi�ndome feliz
a m�, aunque debo aclarar que no se trata de un mandilon, ni un mantenido ni
nada por el estilo. Mi esposo es de un car�cter muy fuerte y no se deja
dominar por m� tan f�cilmente, en alguna ocasi�n en que el no quer�a que
cogiera con determinado cabron que a el le ca�a mal, le dije pensando que a el
no le quedar�a otra que aceptar que ese tipo me cogiera:

-�������� Pues
aunque tu no quieras yo voy a coger con el.

-�������� Pues si
tu coges con el, -me contesto mi esposo bastante molesto y vi�ndose en su cara
que no estaba jugando ni hablando por hablar- yo te rompo toda tu madre y
despu�s me voy y no me vuelves a ver nunca.

Y naturalmente que no cog� con ese tipo, pues soy puta pero
no pendeja, yo quiero mucho a mi esposo y de ninguna manera quiero perderlo,
pues dudo mucho que yo pudiera encontrar a otro hombre como el en un pa�s de
machistas como el nuestro. Y fue entonces que me di cuenta que el me quer�a
mucho tambi�n pero que no era un juguete en mis manos.

Y adem�s de todas sus grandes cualidades, mi esposo tambi�n
tiene una gran potencia sexual y me da verga por todos lados casi todos los
d�as. Soy una mujer hermosa y me doy cuenta del deseo que brilla en los ojos
de los hombres cuando me miran, y esto me derrite por completo, cuando veo ese
brillo de deseo, de inmediato se comienza a mojar mi panochita y quisiera
lanzarme sobre la primera verga que tenga a la mano.

Aqu� cabe aclarar un poco mi condici�n de puta, como ya
dije antes soy una puta de coraz�n, de alma, por vocaci�n y por aceptaci�n,
pero no soy una prostituta, no lo hago por dinero, nunca he recibido dinero a
cambio de acostarme con alguien (mas bien alguien ha recibido dinero a cambio
de mis nalgas y ese alguien es mi papa, pero eso ya lo contare mas adelante en
otro relato) soy puta porque me gusta la verga con toda el alma, pero antes
que nada soy una dama, y para que le de las nalgas a alguien, primero tiene
que conquistarme y naturalmente tiene que gustarme, cuando alg�n tipo me gusta
a veces me conquista con solamente unas palabras y a veces les cuesta un poco
mas de trabajo, pero generalmente siempre termino empin�ndome. Es cierto que
en el trabajo le he llegado a dar las nalgas a alg�n cliente para que firme un
contrato, pero ese cliente primero ha tenido que gustarme y luego agradarme de
alguna otra forma.

Es distinto cuando se trata de coger con los amigos de mi
esposo, a todos ellos si los acepto como sea, no puedo negarme cuando mi
esposo me pide que me deje coger por alguno o algunos de sus amigos. Igual es
cuando viajamos a alguna otra ciudad y nos hospedamos en casa de alg�n amigo
nuestro o de mi esposo, ah� yo tengo la instrucci�n clara y precisa de darle
las nalgas a cualquier hombre que nos visite en la casa, pues ya se entiende
que solo nos visitaran amigos.

Para escribir estos relatos generalmente me tardo mucho
tiempo, pues yo no soy escritora y nunca hab�a escrito nada, de manera que no
los hago de un solo jal�n sino en varias sesiones, �pero en la mayor�a de
estas ocasiones tengo la invaluable ayuda de mi esposo, el me inspira y me
anima para escribir, y la mejor forma de animarme e inspirarme es con su
vergota bien parada. Antes que nada nos encueramos los dos (en realidad, aqu�
en la casa cuando estamos solo casi siempre andamos encuerados) y luego el me
pone su verga junto a la cara y yo le estoy dando sus buenos besos y sus
chupetones mientras escribo, o a veces como en este momento, el se sienta en
la silla y yo me siento en su verga meti�ndomela indistintamente en la panocha
o en el culito, y as� mientras el me bombea y me manosea las chiches y las
nalgas, yo sigo escribiendo totalmente inspirada por la vergota de mi esposo,
debo decir que esto solamente lo hago con el pues no me gusta que nadie mas
vea lo que escribo, con mi esposo no hay problema porque el conoce toda mi
vida, para el soy como un libro abierto, sabe lo puta que fui y lo puta que
sigo siendo, desde que nos casamos nunca me ha cogido ning�n hombre sin que el
lo sepa, adem�s de que tiene una verga grande y s�per aguantadora, puede
tenerla parada toda la noche sin que decaiga cuando se viene en mi boquita.

En fin, no quiero aburrirlos mucho, de manera que voy a
continuar con mi relato.

Me quede en que pase dos a�os chupando vergas y co�os de
los buenos curas y las monjas del convento que estaba cerca de mi pueblo, y
esto reafirm� la disposici�n de mi cuerpo para ser usado sexualmente, pero
todav�a faltaba que me desvirgaran y sentir una verga dentro de mi panochita y
de mi culito, hasta que se llego el momento esperado tan ansiosamente por mi.

El padre Manuel ya me hab�a dicho que en cuanto cumpliera
yo los 14 a�os, el mismo me desvirgar�a mis dos orificios, y yo so�aba con ese
momento, siempre que le chupaba la vergota al padre Manuel, lo cual era muy
seguido, siempre me imaginaba como seria que ese tremendo pitote me entrara en
mi co�ito, pero sobre todo pensaba en como diablos podr�a entrar en un hoyito
tan estrecho como mi culito. Deseaba y tem�a que llegara el momento, lo
deseaba por mi naturaleza caliente, por mi esp�ritu de puta, y lo tem�a porque
como todos los seres humanos siempre he tratado de rehuirle al dolor y pensaba
que ese seria un dolor muy fuerte.

Y sucedi� que despu�s de cumplir los 14 a�os, en una
ocasi�n me dijo el padre Manuel que le avisara a mis papas que ese pr�ximo fin
de semana me tendr�a que quedar en el convento desde el viernes hasta el lunes
porque tenia yo mucho que estudiar, aparte de ayudar a las monjas con unos
trabajos, y claro que mis padres no pusieron ning�n pero. Nunca antes me hab�a
yo quedado todo el fin de semana, siempre hab�a sido cosa de una sola noche,
pero claro que ese seria un fin de semana especial.

Por la noche el padre Manuel me ordeno como ya lo hab�a
hecho en otras ocasiones, que fuera a su cuarto y que lo esperara totalmente
encuerada, y as� lo hice, entre al cuarto del cura y me encuere toda. Mi
cuerpo ya hab�a cambiado en estos dos a�os, mis chiches ya eran mas grandes y
redondas, y mis nalgas estaban mas firmes y paraditas aun a pesar del intenso
manoseo a que hab�an estado sujetas en los dos �ltimos a�os, mis piernas y mis
muslos se hab�a alargado y se hab�an torneado y mi cara comenzaba poco a poco
a dejar de ser de una cara de ni�a, para convertirse en una hermosa cara de
mujer.

El padre Manuel llego un poco mas tarde y se paro en medio
de la habitaci�n viendo fijamente mi cuerpo desnudo, yo de inmediato proced� a
quitarle la ropa como sabia que era mi obligaci�n cada vez que me quedaba con
el, y cuando termine de desvestirlo el ya tenia su vergota bien parada como
presintiendo que esa noche iba a ser guardada en mis calidos hoyitos. El cura
me abrazo pegando su pito a mi pubis y me dio varios calidos besos en la cara
y en la boca, y luego recost�ndose boca arriba en la cama, me dijo:

-�������� Bueno
Patsy, antes de proceder a desvirgar tu panochita, vamos a hacer un 69 `para
acabar de calentarnos y en unos momentos vendr� la monja Maria para ayudarnos
en tu iniciaci�n.

-�������� Si
padrecito �le conteste mont�ndome de inmediato en su cara y recost�ndome en su
cuerpo para meter en mi boca su pitote.

Lo �nico que no me gusto fue que fuera a venir la monja
para ayudarnos, yo no sabia en que iba a ayudarnos pero no me quedaba otra m�s
que obedecer. Y as� estuvimos por unos minutos practicando un rico 69 hasta
que escuche que la puerta se abr�a para dar paso a la monja, yo ni siquiera la
mire, sino que segu� en mi labor de chupar la verga del cura.

La monja se desnudo en un instante. Era una mujer como de
unos 40 a�os, con un cuerpo aceptablemente hermoso, solo que un poco gorda,
sus pechos eran grandes y sus nalgas redondas y fuertes.

El padre Manuel me ordeno que me levantara y me recostara
boca arriba sobre la cama, hinc�ndose el entre mis piernas con su vergota
parada muy cerca de mi co�ito. La monja puso unos trapos bajo mis nalgas y
luego procedi� a untarme una especie de crema en mi panochita meti�ndome
primero un dedo y despu�s dos y despu�s tres, mientras besaba y lengueteaba la
verga del cura. Yo me sent�a hirviendo por la calentura y las ganas de coger
que tenia.

Entonces la monja tomo con su mano el enorme pitote del
cura y acerco la cabeza a mi panochita d�ndome un suave masaje en la misma con
el glande de la verga y de pronto sent� como la cabezota comenzaba a entrar y
se distend�an los pliegues de mi panochita dando entrada al invasor, y el pito
sigui� entrando hasta que me lo meti� todo. Yo en esos momentos estaba viendo
estrellas, galaxias y todo el universo completo, sent� que todo el cuarto se
mov�a a m� alrededor y creo que estuve a punto de desmayarme, el dolor era
fuerte, pero el placer era mucho m�s fuerte. De manera instintiva comenc� a
mover mi cadera haciendo que la verga saliera un poco y se volviera a meter,
mientras tanto la monja me besaba los pechos, me mord�a los pezones, me besaba
en la boca meti�ndome su lengua, y finalmente se hinco sobre mi cara
poni�ndome su panochota en la boca, la cual yo comenc� a chupar con una fuerza
y unos deseos que nunca antes hab�a sentido.

Varios orgasmos uno tras otro inundaron mi cuerpo y cuando
estaba yo llegando casi a la plenitud del �xtasis, sent� en el interior de mi
panocha como el padre Manuel se venia a grandes chorros inund�ndome por
completo con la leche de su pito, y en esos momentos llegue al cenit de mi
placer, me retorc�, grite como pude pues tenia la panocha de la monja en mi
boca, y luego me deje relajar, mi cuerpo se distendi�, hab�a sentido un placer
desconocido pero inmenso, el mas amplio placer que un cuerpo humano pueda
sentir y me quede como privada y con los ojos en blanco.

Todav�a sent� y vi. cuando el padre Manuel saco su vergota
de mi panochita y la monja se levanto de mi cara y procedi� a limpiar la verga
del cura con su boca y su lengua, trag�ndose los restos de leche que quedaron
en el garrote.

Yo quede tendida y despatarrada sobre la cama, me dejaron
descansar un rato y luego la monja procedi� a limpiar de mi panochita con un
trapo h�medo la poca sangre que hab�a salido por el desvirgamiento, y luego
los dos se pusieron a calentarme de nuevo manoseando y besando todo mi cuerpo
a la vez que platicaban.

-��������
Definitivamente que es un buena putita, �no lo cree usted padre?

-�������� Si
hermana, es una buena puta esta escuincla �contesto el cura- que bueno que
pudimos ganarla para la causa, creo que podremos gozarla durante varios a�os
antes de que sus padres nos la quiten.

-�������� Tiene
unas chichitas preciosas y sabrosas y ha aprendido a chupar la panocha como
toda una puta maestra.

El cura asinti� mientras segu�a besando y manoseando mi
cuerpo. Igual me chupaban las chiches, que cada uno agarraba uno de mis pies,
me besaban y me lam�an las plantas y luego me chupaban mis deditos uno por
uno. Luego la monja me volteo boca abajo, me abri� las nalgas con las manos y
meti� su boca entre ellas para chupar mi culito. Yo ya estaba muy caliente
nuevamente pero ellos siguieron as� por dos horas mas, estaban tratando de
calentarme al m�ximo para luego desvirgar mi culo.

Era yo una mu�eca en sus manos, era yo plastilina que ellos
iban moldeando como quer�an, hasta que me tuvieron en su punto. Me empinaron
sobre la cama haci�ndome alzar las nalgas lo mas que se pod�a, la monja me dio
unos ricos lenguetazos en el culo y luego lleno de saliva toda la verga del
padre Manuel que ya se encontraba nuevamente parada en todo su esplendor y
cabeceaba con firmeza retadora como pidiendo un hoyo que se le pusiera
enfrente para vencerlo como siempre venc�a. En seguida el padre puso el glande
de su vergota en mi hoyito mientras la monja me lo abr�a con sus manos, y poco
a poco me fue entrando, si dol�a pero no demasiado, de hecho cuando sent� ya
estaba yo con mas de la mitad del pito dentro, y unos momentos despu�s ya sus
bolas pegaban contra mi panochita y comenzaba a moverse lentamente haci�ndome
entrar en otro cielo desconocido, era tanta mi calentura que yo misma comenc�
a moverme para adelante y para atr�s sacando y metiendo el pitote del cura en
mi culito.

La monja aprovecho para toquetearme el cl�toris y esto hizo
que tuviera nuevos orgasmos que volvieron a desmadejar mi cuerpo y no ca�
sobre la cama solamente porque el cura me sosten�a fuertemente de las caderas,
hasta que despu�s de unos 20 minutos el cura se vino en mi culito
abundantemente, y fue una sensaci�n inigualable, creo que en ese momento me
gusto mas la leche en mi culo que en mi panocha. El padre saco su verga
caliente y casi humeante de mi culito y se dejo caer sobre la cama, y la monja
procedi� a limpiarle el pito al cura con la lengua y luego me limpio a mi el
culo, el cual no se hab�a roto pero si lo tenia todo rosado y adolorido, por
lo que las caricias de la lengua de la monja me supieron a gloria y se lo
agradec� con toda el alma.

-�������� �Te gusto
putita? �me pregunto la monja al o�do aprovechando para bes�rmelo y meterme su
lengua.

-�������� Si,
mucho, -conteste- nunca me imagine que la verga del padre Manuel se sintiera
tan rica al tenerla dentro de mi panochita y de mi culito.

-�������� Es una
buena verga �dijo la monja a la vez que se la agarraba con una mano- debes de
quererla mucho y darle las gracias con muchos besitos y lamidas cada vez que
te haga gozar, �esta bien?

-�������� Si
�conteste.

-�������� Pues
empieza ahora mismo para que este vergota no se vaya a dar por sentida porque
tu no le agradeces lo que hizo por ti.

-�������� Si.

De inmediato dirig� mi cara a la verga del cura y la llene
toda de besos, a la vez que le daba unos ricos lenguetazos que seguramente la
hac�an gozar igual que a mi me hacia gozar el d�rselos, y le dec�a en voz baja
pero con mucho amor y devoci�n:

-�������� Gracias
preciosa vergota por haberme desvirgado de mi panocha y de mi culito, gracias
por haberme hecho gozar tanto.

Todo esto le dec�a a la verga sin dejar de besarla, y
entonces el cura me pregunto:

-�������� �Patsy,
realmente te gusto la verga dentro de tus orificios?

-�������� Si
padrecito �le conteste mientras se la segu�a moviendo con mis manitas.

-�������� Pues me
da gusto que te haya agradado porque de ahora en adelante la vas a tener muy
seguido dentro de tu cuerpecito.

-�������� Ay si
padrecito, que gusto, que rico tener esta vergota dentro de mi, usted puede
meterme su palote cuando quiera, yo ser� la esclava de este pitote siempre que
usted tenga ganas de met�rmelo en donde usted quiera, mi panochita y mi culito
siempre van a ser para este palote, yo le voy a dar a usted las nalgas siempre
que usted tenga ganas de cogerme y ojal� tenga ganas muy seguido padrecito.

-�������� Claro que
voy a tener ganas de cogerte muy seguido pues no voy a perderme este pastelito
por nada del mundo.

Y as� seguimos por toda la noche, el cura me echo otros dos
palos alternados en mis hoyitos, la monja hizo un 69 conmigo que duro mas de
dos horas y que dejo mi panochita babeando inmensamente de placer.

Y luego todo el d�a del s�bado, y la noche del s�bado, y el
d�a del domingo, y la noche del domingo, todo ese tiempo estuve con la verga
del padre Manuel metida a ratos en mi panocha, en mi culito y en mi boca. Me
la pase encuerada todo el fin de semana y al pendiente para aliviar y
satisfacer todos los deseos de mi confesor, el cual se porto a la altura y me
lleno de verga y de leche por todo mi cuerpo.

Solamente la monja sal�a del cuarto por momentos y
�nicamente para traernos algo de comer y de beber. Com�amos los tres
encuerados y de inmediato regres�bamos al manoseo corporal y a darnos gusto
con todas las posiciones que se le ocurr�an al padre Manuel y a la monja.

Y de esa forma quede placenteramente desvirgada de mis dos
hoyitos de abajo, y lista para ser usada por todo el que quisiera meterme la
verga y vaya que me la metieron. En los a�os siguientes fui la puta de
infinidad de hombres, entre ellos mi padre. Muchos sacerdotes gozaron
intensamente con mi cuerpo, y muchos amigos o feligreses del padre Manuel que
no eran curas, tambi�n tuvieron su parte en el fest�n sexual que mi cuerpo
proporcionaba a todos los hombres que se acostaban conmigo.

En esos cuatro a�os, de los catorce a los dieciocho, pase
por toda la gama de placeres sexuales habidas y por haber, prob� muy variados
tama�os y grosores de vergas, prob� diferentes panochas y diferentes culos de
mujeres, prob� todas las posiciones del kamasutra, prob� distintos tipos de
lenguas en mi panocha y en mi culito, y sobre todo prob� muchos tipos y
sabores de leches de hombres, espesas, aguadas, dulces, saladas, pues no se
porque pero mi boca siempre ha tenido un especial atractivo para los hombres y
les gusta mucho venirse en ella, mi esposo dice que les gusta porque es
hermosa y suavecita y les aprieto muy rico la verga sobre todo cuando me la
meten hasta la garganta, y yo digo que me la meten hasta la laringe pues he
aprendido a comerme vergas de verdad grandes.

En un pr�ximo relato les platicare como fueron las
relaciones con mi papa, como el viejo resulto ser un semental insaciable que
me cogia de d�a y de noche por todos lados, y como se convirti� de ser mi
santo y autoritario padre a ser mi padrote, que pagaba sus deudas con mi
cuerpo o me proporcionaba a sus amigos a cambio de dinero o de alg�n favor
especial, y tambi�n como fue escalando puestos en su empleo, puestos que por
su capacidad jam�s hubiera alcanzado, y todo a cambio de darle mis nalgas a
sus jefes y a algunas personas claves dentro de su trabajo.

Pero todo esto con mi padre sucedi� hasta que yo tuve 16
a�os, y por mientras en los dos a�os que siguieron despu�s de cumplir los 14,
todo sigui� siendo a escondidas de mi familia, muy seguido me quedaba yo los
fines de semana en el convento dizque para estudiar, o por lo menos eso era lo
que sab�an mis padres, pero la verdad era que me quedaba yo a las org�as que
los sacerdotes preparaban y en donde yo era el plato principal.

En el Inter. De todo esto, me entere de que a mi amiga
Rosita tambi�n se la hab�a cogido el padre Manuel, siempre con el cuento de
que tenia que limpiarla de sus pecados, sin embargo por alguna raz�n que
desconozco, a ella solo la llamaban de vez en cuando para cogersela y en
cambio a mi me cogian varias veces a la semana.

Inclusive el padre Manuel se alcanzo la puntada de pedirles
permiso a mis padres para llevarme a un convento situado a varias horas de
camino de nuestro pueblo durante dos semanas para darles clases de catecismo a
unos ni�os y mis padres aceptaron encantados y orgullosos de que los buenos
curas se fijaran en mi para dar clases a los infantes, pero claro que la
realidad era que dichos ni�os no exist�an ni tampoco exist�a el convento, la
realidad fue que me llevaron a una enorme casa situada en una playa solitaria
y en compa��a de Rosita, y en esas dos semanas desfilaron por nuestros cuerpos
una infinidad de hombres que nos cogieron por todos lados y en todas las
posiciones inventadas hasta la fecha.

En fin que rosita y yo seguimos siendo amigas y seguimos
teniendo nuestros escarceos sexuales aunque muy ocasionalmente pues no
cont�bamos con el tiempo para nosotras, pues casi todo nuestro tiempo libre se
nos iba en darles placer con nuestros cuerpecitos a todos lo curas que nos
requer�an.

En realidad fueron dos a�os dichosos, aunque no sab�a yo
que los siguientes dos a�os serian aun m�s dichosos saboreando la enorme verga
de mi papa, pero eso se los contare en alg�n siguiente relato.

Hasta pronto.

p.d. he recibido much�simos correos por mis relatos y les
agradezco a todos los hombres y mujeres que me han escrito y si a alguno no le
he contestado, desde aqu� le suplico que me disculpe pero es que a veces no se
cuenta con el tiempo necesario para revisar todos los correos.

Tambi�n les agradezco a todos la acogida que me han dado
(ojo: dije acogida) con sus comentarios al final de mis relatos, en realidad
se siente muy bonito que la alaben a una en un sitio p�blico.

Muchas gracias

Patsy