Esta historia empieza tal vez en estas p�ginas. Leyendo una y
otra vez historias de org�as y de esposas emputecidas, poco a poco un deseo
incre�ble de ver a mi mujer en esas situaciones fue apoder�ndose de mi. Mi
nombre es Angel y tengo 30 a�os. No soy un forro de hombre, mido 1.78 y peso
alrededor de 70 Kilos, y sin ser un gal�n, puedo decir que me he acostado con
todas las mujeres que he querido, ya saben, como los buenos abogados, basta con
engatusar con las palabras correctas. Tampoco considero tener un pene
kilom�trico como com�nmente vemos en las historias, pero si puedo asegurarte,
querido lector, que soy capaz de mantenerlo erecto durante las horas que sean
necesarias, sin necesidad de descanso.

Mi esposa, Lorena, es una ricura de 22 a�os, que sin ser
virgen cuando lleg� a mi lado, si se sorprendi� de mi capacidad para hacerle el
amor; vamos, es una mujer sumamente caliente al igual que yo y puedo decir con
orgullo que es la �nica que me ha aguantado las marat�nicas sesiones de sexo que
me gusta tener. De igual forma, ella se siente completamente satisfecha cuando
terminamos, ya que generalmente llega a sentir por lo menos 3 o 4 orgasmos.

Mide 1.58, es morena clara, tiene unas tetas peque�as pero
deliciosamente formadas, aunque debo decir que ya estoy ahorrando para unas
"bubbies" nuevas, pues no se siente a gusto con ellas. Para mi, aparte de decir
que me resulta muy hermosa, y que me encanta su pelo negro a media espalda, debo
confesar que su mejor atractivo desde mi punto de vista, son unas lindas piernas
y un culito parado y delicioso. A mi me encanta que use jeans apretados o mini
faldas realmente cortas con tacones de agujas, me encanta ver las miradas de
lascivia y los chiflidos de los hombres cuando la ven pasar. Realmente est� muy
rica.

Aparte de ser una mujer adorable como pareja, es una
excelente amante. Si alguna vez has escuchado aquello de ""una dama en la calle,
una se�ora en su casa y una puta en la cama", sabr�s a lo que me refiero. Es
completamente abierta a cualquier idea nueva. Me toc� desvirgar su delicioso
culito y desde entonces se volvi� una verdadera golosa; de igual forma, aprendi�
a beber semen y lo hace deliciosamente, con la verga completamente en su
garganta� una verdadera joya que cualquier hombre se sentir�a dichoso de tener
en la cama.

Despu�s de dos a�os de ser pareja, muchas veces vimos
pel�culas pornogr�ficas (Otro de nuestros vicios) y en especial las de gangbang�
ella se sent�a excitada cada vez que ve�amos a una putita rodeada de vergas y
ensartada por todos sus agujeros. Generalmente, nunca termin�bamos de ver las
pel�culas y en la misma sala cog�amos como desenfrenados, generalmente en una
doble penetraci�n, con la ayuda de alguno de nuestros amiguitos de pl�stico.

Cada una de estas sesiones de cine, fue plasmando a�n m�s la
idea en mi cabeza: Quer�a verla usada, como una verdadera puta por un grupo de
hombres.

Sab�a que la idea no le desagradar�a del todo, pero
necesitaba de tacto para no echarlo a perder. De tal forma que era necesario
sembrar el mismo deseo en su cabeza. De inmediato comenc� con mi plan;
explotar�a toda su lujuria y todos sus deseos para hacerlo ver poco a poco como
algo natural.

Cuando sal�amos a alguna discoteca o a alg�n bar, siempre le
hac�a notar como la deseaban, como los hombres no le quitaban el ojo de encima,
desnud�ndola con la vista. Le hac�a comentarios como:

Ten�amos di�logos como esos de manera continua, y notaba que
cada vez que lo hac�amos, se excitaba. Le insinuaba situaciones posibles en
restaurantes, centros comerciales, cines, en fin, en el lugar al que fu�ramos.
En una de nuestras constantes correr�as por las discotecas, un d�a decid� dar un
paso m�s. Hab�a un grupo de chicos, que para decir la verdad, ten�an muy buen
aspecto, se notaba que gustaban del gym. Todos atl�ticos, excelentes cuerpos, 4
en total, 3 de ellos morenos y uno rubio. No dejaban de mirar a Lorena y de
hacer comentarios mientras bail�bamos, viendo como mov�a su espectacular cuerpo
a unos metros de ellos. Cuando fuimos a sentarnos, not� que se le hab�an pasado
un poco las copas, as� que le dije:

No dijo nada m�s, simplemente se levant� y fue hac�a ellos.
Sinceramente, fue muy divertido ver la cara de ellos cuando se acerc� y les dijo
que quer�a bailar con los 4 al mismo tiempo, seg�n me dijo despu�s. Tras unos
segundos en los que se miraron unos a otros como bobos, de inmediato se
levantaron y fueron a la pista. Al principio, bailaban un poco separados de
ella, mirando como se mov�a al comp�s de la m�sica; despu�s, ella un poco m�s
descarada, empezaba a acercarles el trasero y ellos poco a poco fueron cerrando
el c�rculo. Era delicioso ver a aquellos grandulones con esa delicia de mujer en
medio. De repente, la m�sica cambi� por las cl�sicas baladas y supuse que en ese
momento se sentar�an. Error. S�lo dos se retiraron y los otros dos continuaron
bailando con ella, uno por delante y otro por detr�s. "Ahora si se puso bueno el
asunto", pens�. En ese momento vi como empezaba a besarse con el rubio, que la
acercaba hacia su cintura, mientras uno de los morenos se agachaba un poco para
repegar su paquete contra sus deliciosos globos de carne, al tiempo que
levantaba un poco su ya de por si corta minifalda para acariciar sus piernas. Yo
mientras tanto, estaba que no lo cre�a; imaginaba miles de escenas cachondas,
pensando en como se ver�a penetrada por esos tipos, ella desnuda en medio de una
cama, saboreando sus vergas, una por una, degustando su leche. Despu�s de unos
minutos de estar as�, se volte� lentamente bailando y pude ver que ambos ten�an
un tremendo multo entre las piernas, era seguro que Lorena estaba bastante
excitada.

Cuando termin� de dar la vuelta, qued� esta vez de frente al
moreno y con el rubio atr�s y continu� el tremendo cachondeo, bes�ndose de
manera fren�tica. El rubio mientras tanto, se daba gusto pegando su verga a sus
nalgas y acarici�ndole, m�s bien dicho, estruj�ndoles sus tetitas desde atr�s.
No lo pod�a creer, ella se meneaba en una forma tal, que parec�a que le estaban
haciendo el amor ah� mismo. Pasados unos minutos, los otros dos que de seguro se
mor�an por tomar parte en el show, se levantaron y pidieron su parte; por la
cara de los otros, not� que no ten�an muchas ganas de hacerlo, pero al final
cedieron sus lugares y los otros de manera a�n m�s voraz comenzaron a "bailar"
con ella. Yo s�lo ve�a cuatro manos tocando por todos lados a mi esposa. Por un
momento, pens� que me chorrear�a ah� mismo. De pronto, un mesero se acerco a
ellos y les murmur� algo, tras lo cual, Lorena se dirigi� hacia mi y s�lo me
dijo, "V�monos". Me qued� intrigado y not� que todas las miradas se dirigian
hacia nosotros. Tom� mi chamarra y nos dirigimos hacia el auto. Al salir, not�
que todas la miradas se centraban en ella. Una vez arriba, lo encend� y
arranqu�.

AH!! Olvide comentarte un peque�o detalle� vivimos en una
ciudad, que de unos a�os a la fecha, tras la perdida en las elecciones del
partido pol�tico de siempre, ahora el nuevo gobierno se comporta de manera
inquisitorial, y la mayor�a de la gente suele ser bastante hip�crita y
santurrona. As� que cuando visiten Guadalajara, M�xico, busquen los lugares m�s
apropiados para ir de marcha, o en caso contrario, prep�rate a ser quemado en la
hoguera.

No bien terminaba de decirlo, cuando se agach� y sac� mi
verga del pantal�n, con bastante trabajo, ya que se encontraba a punto de
reventar de la excitaci�n. Sent� como su rica boquita empezaba a comerse mi
pene, pero de una manera desesperada, sus labios succionaban como si en ello le
fuera la vida, mientras en cada viaje se iba comiendo m�s y m�s tronco, hasta
que se senti como la cabeza empezaba a estrellarse contra su garganta. Sent�a
sus ricos labios aferrarse a mi tronco mientras sub�a y bajaba con maestr�a.
Como pude, con mi mano derecha deslic� su tanga hac�a abajo y acarici� su
vagina� �ESTABA COMPLETAMENTE MOJADA! No lo pod�a creer, pero estaba estilando y
sus jugos se corr�an por sus piernas, cualquiera hubiera pensado que se estaba
orinando ah� mismo. Enterr� uno, dos, tres dedos y ella empez� a jadear como
loca, sin sacar mi m�stil de su garganta. Ah� empez� una lucha fren�tica: ella a
comerse mi verga por completo, sin dejar un solo pedazo afuera y yo a dedearla
salvajemente y a intentar mantener la concentraci�n mientras conduc�a.

Sent�a mi verga deliciosamente acariciada por su lengua,
mientras sus labios me prodigaban una deliciosa y firme succi�n. Yo segu�a
metiendo con furia mis dedos en su mojada puchita, y escuchaba sus jadeos y
grititos, s�lo calmados por el tap�n de carne que se tragaba. Al llegar a la
esquina de la casa, la mamada que me daba se intensific�, a la vez que de sus
labios se escuchaban frases mutiladas:

No aguant� m�s, mientras escuchaba que no pod�a ni hablar
bien con mi verga enterrada en su garganta y su explosivo orgasmo, empec� a
disparar mis chorros de semen directo a su traquea.

No se cuanta leche le solt�, pero fue una venida de
campeonato. La muy puta mamaba y mamaba mientras me acariciaba los huevos, sent�
7 u 8 disparos, todos directo a su garganta y ella sigui� mamando sin dejar
escapar una sola gota. Menos mal que ten�a los vidrios arriba o de lo contrario
hubi�ramos despertado a todo el vecindario.

Bajamos del auto de inmediato y nos dirigimos de inmediato a
la habitaci�n. Lorena empez� a desnudarme de manera violenta, incluso bot� 2
botones de mi camisa; parec�a como pose�da.

Saqu� del closet los dildos, ten�amos 3 en total, un par de
7" uno de ellos delgados y el otro como un pene normal y el fabuloso super 11",
un juguetito de 11 pulgadas de largo y bastante gordo, que alguna vez pens� que
hab�a sido dinero tirado a la basura, pues nunca hab�a querido usarlo, dec�a que
estaba muy grande. No me dio tiempo de nada, s�lo se quito por completo las
empapadas tangas y se subi� un poco el vestidito de lickra, mont�ndose en mi
cara en posici�n del 69, tomando de nuevo mi verga entre sus labios, que ya
estaba bastante dura s�lo de ver el estado de excitaci�n en que se encontraba.
Comenz� de nuevo a mamar como una posesa, mientras sus jugos estilaban hasta mi
cara moj�ndola por completo. Tom� el m�s delgado de los consoladores y lo empap�
un poco con sus abundantes l�quidos y lo empuj� un poco en su ano, mientras
tomaba el m�s grueso y lo deslizaba por su vagina. Su esf�nter respondi�
hambriento al igual que su mojado co�o, tomando por completo lo que se les
ofrec�a. De pronto dej� de mamar y me dijo:

Eso si era demasiado. Pese a su habitual calentura, esa noche
Lorena se encontraba como una verdadera puta en celo. Saqu� los consoladores de
sus agujeros y met� el que estaba alojado en su vagina por el ano, el cual se
abri� como por arte de magia y lo trag� por completo. Tome el gigante de
pl�stico que pr�cticamente era virgen y lo encend� a la m�xima velocidad, pues
cre� que era demasiado grueso para ella, quien sigue bastante estrecha y lo
coloqu� en su entrada para tratar de dilatarla un poco, por si acaso.

Bueno, donde manda capit�n, no gobierna marinero; De un solo
envi�n le retaqu� en su rica puchita las 11 vibrantes pulgadas de pl�stico, no
sin cierto esfuerzo, la estaba abriendo al m�ximo, y sent� que casi al final
topaba un poco, pero segu� empujando con fuerza.

En ese momento, algo que yo consideraba un mito, me golpe�
como una gran verdad: la eyaculaci�n femenina. No se si lo fue o no, pero en ese
momento, sus jugos empezaron a escurrir por su vagina, llen�ndome por completo
la cara, mientras yo hac�a grandes esfuerzos por beberlos por completo, pero era
imposible, era una fuente que parec�a no tener fin. Lorena se retorc�a, con mi
tranca clavada hasta el fondo de su garganta. Empec� a sacar las vergas, despu�s
de su tremendo orgasmo.

Anda con la putita!� Bueno, al cliente lo que pida� segu�
bombeando una y otra vez con los pitos pl�sticos por su ano y su puchita.
Mientras, ella no dejaba de mamarme la verga de una manera que hasta ahora hab�a
sido completamente desconocida para mi, pues aunque siempre hab�a sido una
mamadora de primera, esta vez adem�s de mamarme la verga, la abr�a un poco m�s y
empezaba a dar alojamiento a mis huevos en su dulce boca. Primero uno, luego el
otro�. NO SABIA EN DONDE DIABLOS SE GUARDABA TANTA CARNE!!

Yo segu�a las �rdenes de mi enloquecida puta y met�a y sacaba
los m�s r�pido y duro que pod�a los consoladores de sus enrojecidos agujeros,
que parec�an a punto de reventar, dilatados al m�ximo. Se sucedieron los
orgasmos una y otra vez y parec�a que lejos de calmar su fuego, se encend�a m�s.
Yo tuve dos eyaculaciones m�s y ella segu�a mamando sin dejar escapar la verga
de sus labios, tom�ndose cada gota de mis calientes chorros. Despu�s de mi
tercer venida, se sac� la verga de la boca y todav�a con mi leche en su lengua
me dijo:

ZAZ! Lo que pensaba que era el "siguiente paso", de pronto se
hab�a convertido en la idea rondando en su mente! Me sal� de debajo de ella y se
recost� y sigui� meti�ndose los dos vergones en sus dilatados agujeritos.

Vaya, al final el esfuerzo rend�a frutos� aunque debo
confesar que a�n lo me lo cre�a por completo. Lorena sigui� d�ndose gusto con
los trozos de pl�stico que ten�a dentro hasta que despu�s de alcanzar el en�simo
orgasmo, se los saco con suavidad y se qued� profundamente dormida sobre su
costado. Su rica puchita estilaba jugos y su ano se encontraba dilatado en
serio. Me acomod� entre sus piernas y con mi lengua limpi� el desorden en su
vagina, mientras met�a 4 dedos en deliciosamente abierto culo. Despu�s de un
rato, tambi�n me recost� y me qued� dormido, cansado pero satisfecho.

Unas horas despu�s, me levant� con una resaca de muerte y
descubr� que Lorena no estaba a mi lado. Me levant� y la encontr� en la cocina
preparando el desayuno. Se notaba que acababa de ba�arse y se notaba tan fresca
como si nadie hubiera pasado.

Creo que algunas mujeres no dejar�n de sorprenderme. No s�lo
se encontraba sin resaca, si no que adem�s ten�a una vitalidad que no parec�a
normal para alguien que hab�a tenido una docena de orgasmos en medio de una
borrachera.

En ese momento, mi pene que ya hab�a estado despertando por
la pl�tica, se puso como de acero. No lo pod�a creer. Por fin, mi sue�o de verla
como toda una puta a la disposici�n de otros hombres empezaba a cristalizarse.

Ese d�a no par� de hacerle el amor, especialmente us�, no,
mejor dicho, abus� de su ano que se conservaba un tanto dilatado despu�s de la
noche anterior. Durante las siguientes 2 semanas, no pod�a pensar en otra cosa
que no fuera organizar la tan dichosa org�a con Lorena como plato principal.
Pero a medida que pensaba en posibles situaciones, hab�a uno u otro detalle que
hac�an que el plan no fuera precisamente como yo lo deseaba. Empezaba a
desesperarme, cuando un lunes por la ma�ana, son� mi tel�fono.

Javier hab�a sido junto con Ricardo Alvarez, mis mejores
amigos. No hab�a bronca, esc�ndalo o detenidos en la biblioteca sin que
estuvi�ramos nosotros 3. A donde iba uno, iban los otros dos. Sin embargo,
despu�s de la secundaria, sus familias se hab�an mudado a Monterrey, al norte de
M�xico y desde entonces, nunca nos hab�amos encontrado de nuevo

Nos reunimos a mediod�a en un restaurante. Despu�s de
platicar de nuestros respectivos negocios en lo que a ambos nos hab�a ido
bastante bien y nos permit�a darnos una buena vida, seguimos recordando las
andanzas de la adolescencia. Despu�s de un rato, la platica deriv� a Ricardo.

Sent� como si me hubieran golpeado en la cabeza. De pronto,
vi ante mis ojos la posibilidad de ofrecer a Lorena como atractivo de la fiesta.

Parec�a que ten�a toda la suerte conmigo. Las posibilidades
de que la volvieran a ver eran m�nimas, todos ser�amos gente joven y nadie sab�a
que yo era casado� sonaba perfecto.

En ese momento comprend� la verdadera dimensi�n de lo que
pensaba hacer. Estaba convirtiendo a mi Lorena, a la hermosa mujer que dorm�a a
mi lado, mi compa�era, mi amiga, mi amante, en una verdadera puta. Dud� s�lo por
un momento. Pero no pod�a dejar ir esa oportunidad ahora.

Despu�s de platicar por 3 horas m�s, me retir� directo a mi
casa. No pod�a esperar para hablarlo con Lorena. En el camino imaginaba todas la
escenas posibles con el grupo de hombres y la forma en que pensaba entregar a mi
esposa. En cuanto llegu�, la sent� en la sala y le expuse cual era la situaci�n.

Me sent� idiota. Pens� en la despedida de soltero, pero jam�s
me acord� que ten�a que ir a la boda. Eso pod�a echar por tierra todos mis
planes.

A cada momento comprobaba que Lorena ten�a alma de
prostituta. Esa idea no sonaba mal, as� que despu�s de charlar un rato,
decidimos que as� lo har�amos. Llame a Javier a su hotel.

Al d�a siguiente, nos metimos Lore y yo a una tienda para
adultos, hab�a que ver que era los que necesitar�amos. Estuvimos cerca de 2
horas viendo todo lo que pod�amos usar. Al final, le compr� una linda m�scara de
piel, que le cubr�a completamente la cara, pero dejaba su cabello suelto y un
amplio espacio en su boca, pero que escond�a lo suficiente su rostro como para
no ser reconocida. Tambi�n le compre un minivestido y ropa interior de latex,
combinado con unos zapatos de plataforma alt�simos con tac�n de aguja. Pensando
que tal vez Lorena podr�a sentirse un poco tensa, compramos tambi�n un
lubricante comestible, adem�s de una buena raci�n de condones, la mayor�a, de
sabores. Llegando a la casa, lo primero que hizo fue modelarme. Realmente s�lo
hab�a una palabra para describir como se ve�a: �PUTISIMA! Era incre�ble ver su
bien formado cuerpecito enfundado en ese uniforme de prostituta� aunque en
realidad se ve�a como si fuera su verdadera personalidad. A partir de esa noche,
repasamos detalles que tal vez parec�an bobos, pero pod�an ser muy importantes
como para arriesgarnos a ser descubiertos.

Acordamos que se har�a llamar Xara. Si alguien preguntaba,
dir�amos que hab�a iniciado como un cliente m�s, pero que con frecuencia me
acompa�aba en mi "soledad" de soltero, por lo que nos ve�amos con bastante
frecuencia y �ramos muy buenos amigos, por lo que seguido incluso sal�amos
juntos. Esto era necesario a efecto que ella se fuera conmigo al terminar la
fiesta sin despertar sospechas.

La parte complicada era la llegada. Ella no quer�a llegar
conmigo, pero era un tanto dif�cil mandarla en taxi vestida de esa manera,
corr�amos el riesgo de que la gozada fuera en otra parte. El viernes, ella fue a
un centro comercial y de regres� abord� un taxi que tripulaba un hombre bastante
mayor de algunos 75 a�os al que le indic� que ten�a que ir a una fiesta de
disfraces al d�a siguiente, pero que necesitaba una persona que la recogiera y
la llevara al lugar sin importarle su vestimenta. Le ofreci� una buena cantidad
y el viejecito que evidentemente capt� la idea de lo que se trataba, le dijo que
con gusto, que si usaba ropa muy corta no se preocupara por �l, que hac�a mucho
tiempo que hab�a dejado de ser un peligro para las mujeres.

Todo estaba listo. La noche del viernes, no pod�a dormir, me
encontraba super emocionado. Para acabar con el cuadro, Lorena desde la noche
del martes me hab�a pedido que no hici�ramos el amor, pues quer�a acumular todas
la ganas que le daba el pensar lo que pasar�a la tarde del s�bado. La ma�ana
transcurri� lenta como ning�n otro d�a que yo pudiera recordar. A las 3:30 me
desped� de Lorena y me dirig� hac�a la "casita de campo". Se encontraba en un
lugar un tanto alejado, unos kil�metros adelante del aeropuerto de Guadalajara,
pero que por otra parte daba bastante privacidad. Unos muros que deb�an tener
por lo menos 3 metros de alto, rodeaban el lugar, que tomaba varios cientos de
metros cuadrados. Al llegar a la puerta, de inmediato vi que en el �rea de
estacionamiento hab�a ya otros 4 autos.

El lugar de "casita" no ten�a nada. Era una bella casa de
estilo moderno, en 2 plantas, con amplios jardines, alberca y una c�moda terraza
en donde los dem�s invitados ya empezaban a beber y a bromear. Descend� del auto
y me recibieron Javier y Ricardo.

Me presentaron a los dem�s. Carlos y Ra�l, hermanos de
Ricardo as� como Juan y Miguel, los hermanos de Javier a quienes recordaba a�n
como unos ni�os, pues andaban rondando los 20 a�os. Humberto, el due�o de la
casa y compa�ero de negocios de Ricardo y de repente, me percat� de la presencia
de un hombre algo mayor, de alrededor de 55 a�os, a quien me presentaron como
Don Emilio, el padre de la novia. "Buen problema" pens� para mi, "Lorena no
quer�a a hombres mayores� bueno, veremos que pasa".

Estuvimos charlando un buen rato y en una oportunidad le
pregunt� a Javier

En eso est�bamos, cuando vimos el taxi ingresar al
estacionamiento. Lorena ya tra�a puesta su m�scara y hab�a te�ido algunos
mechones de su cabello con tonos oro y plata. Cuando descendi� del taxi, todos
se quedaron con la boca abierta. Simple y sencillamente se ve�a sensacional. A
cada paso que daba, se notaba que destilaba lujuria por cada uno de sus poros.
Me adelant� junto con Javier a recibirla.

Todos re�mos y empezaron las presentaciones. Not� que Lorena
hizo una ligera mueca entre de asombro y desagrado cuando le presentaron a Don
Emilio. S�lo esperaba que eso no le afectara. Hasta ese momento, todos �ramos
unos atentos caballeros con ella. Todo mundo se apresur� a ofrecerle una copa y
ella se sent� y platic� un momento con nosotros.

Todos aplaudieron la broma y entre chiflidos, Lorena tom� una
silla y la puso al frente de nosotros. Sac� de su bolsa un CD de m�sica bastante
movida y el fabuloso super 11, que juraba, ser�a un gran amigo en lo venidero y
lo dej� en una mesita a un lado de la silla comenz� la m�sica y empez� a bailar
frente a todos, con unos movimientos de mujer caliente que m�s no habr�a sido
posible. Menos mal que alguien se hab�a dignado a cerrar el port�n y nos
encontr�bamos en el lugar m�s privado que hubiera podido imaginar.

Lorena brincaba de un lado a otro y poco a poco se acercaba a
nosotros, que est�bamos sentados en un semic�rculo, con Ricardo en medio. En un
giro, de repente se par� de espaldas a �l y se agach� hasta mostrarle su cara
por entre sus piernas. Ricardo, con cara de tonto, s�lo atinaba a ver de cerca
ese hermoso culo que ten�a frente a �l.

Vaya que era de ambiente, ese se�or. Era el que mas gritaba y
chiflaba; En un momento dado y mientras Lorena repegaba sus nalgas sent�ndose
por turnos en cada uno de los muchachos, me dice al o�do

Tocaba mi turno y Lorena sigui� "bailando" en las piernas de
cada quien. Definitivamente, para ese momento maldije el momento en que se me
ocurri� ponerme unos vaqueros, la verga me estaba matando por salir de su
prisi�n. Momentos despu�s, Lorena dej� mis piernas y se sent� en las piernas de
Don Emilio, que no tard� en empezar a acariciar sus piernas con una mano y las
tetas con la otra. Vaya gusto se estaba dando el viejo!

Despu�s de unos instantes, como pudo se zaf� del morboso
viejo y se dirgi� de nuevo al tocadiscos, para poner esta vez una m�sica cl�sica
de Striptease. Se sent� en la silla y lentamente empez� a jugar con el
consolador. Haciendo un esfuerzo se lo introduc�a en la boca y lo mamaba casi
por completo. La rechifla no se hizo esperar y ella segu�a restreg�ndose contra
la silla, toc�ndose las piernas y mamando a su amante de pl�stico. Despu�s de
unos minutos, hizo a un lado su diminuto tanga y lo empez� a introducir
lentamente, haciendo gestos de placer y dolor que hicieron que la concurrencia
se prendiera a�n m�s, viendo sus piernas abiertas frente a nosotros y con el
juguete perdi�ndose dentro de ella. Su vagina comenzaba a soltar su jugos y se
ve�a bastante rica. Despu�s, cambi� de posici�n y se hinc� sobre la silla,
meti�ndose el dildo desde atr�s. La vista de su delicios trasero se antojaba
�nica y para esas alturas, Juan y Carlos ten�an sus vergas de fuera, d�ndose
peque�os jalones. Al ver esto, todos, a excepci�n m�a y de Don Emilio,
decidieron sacar su vergas y frot�rselas.

Ten�amos ah� una buena colecci�n de vergas de todos los
tama�os, nada exagerado, aunque pude ver que la de Miguel sobresal�a un poco de
las dem�s en largo y ancho.

Termin� la pieza en el tocadiscos y Lorena se acerc� a
Ricardo e hinc�ndose ante �l le dijo

Y despu�s de esto, se introdujo su verga en la boca, y empez�
a darle una deliciosa mamada, mientras que los dem�s estallaban en gritos de
algarab�a. Lorena chupaba arriba y abajo, se notaba que lo succionaba con fuerza
pues por momentos la verga se ve�a blanquecina, como si le estuviera sacando
hasta la sangre. Ricardo ten�a su palo encajado en garganta de Lorena, y ten�a
un cara de que estaba gozando como loco. Los dem�s segu�an jal�ndose las vergas,
sentados, mientras Lorena se estaba dando un gustazo con la tranca de Ricardo.
Se notaba que los d�as de abstinencia hab�an logrado su efecto. En ese momento,
vi como �l le agarraba la cabeza por detr�s mientras gritaba.

Lorena mamaba delicioso, mientras el daba la venida de su
vida, seguro que jam�s se la hab�an mamado tan sabroso, porque en dos minutos le
dispar�. Yo pens� "Que rico, se est� tragando toda su leche caliente� �LECHE?!
MIERDA! �Y los condones?" La muy puta no se hab�a conformado con el fest�n de
vergas, tambi�n lo quer�a de leche. Cuando se sac� la verga de la boca le dije

Mierda, ahora si parec�a que esto se me pod�a salir de las
manos. Lo �nico bueno era que cada mes la inyectaba con anticonceptivo, de lo
contrario me preocupar�a por un embarazo no deseado� pero no pod�a hacer mayor
esc�ndalo o todo el mundo sabr�a de que se trataba la puesta en escena que
est�bamos haciendo.

Sin decir m�s, se hinc� ante mi y me sac� la verga para
met�rsela en la boca. La sensaci�n despu�s de toda la tensi�n fue �nica. La
mujer a la que amo, hincada, trag�ndose todo mi garrote, mientras los otros
tipos miraban, fue excepcional. Me hubiera sacado la crema en unos instantes, si
no es por que los dem�s se pusieron alrededor de ella, con sus vergas en la mano
y ella empez� a mamar unas mientras con las manos tocaba otras. En eso, repar�
en que Don Emilio se encontraba muy quitado de la pena, sentado, viendo a los
dem�s repartirle verga a la boca de Lorena. "AH!! El viejito es impotente, por
eso ni se acerca". Juan se acost� y empez� a darle una mamada en su rajita,
haciendo a un lado el tanga. En cuanto su lengua la toc�, Lore sinti� el primero
de muchos orgasmos esa noche. Sigui� mamando vergas un rato y recibi� tres
lechazos m�s, uno se lo trago como si nada y otros dos cayeron en su cuello y en
parte de la m�scara. De pronto, repar� en Don Emilio y dijo algo que no me
esperaba

Se par� de donde estaba y quit�ndose el vestido, dej�ndose
s�lo la ropa interior, se hinc� ante Don Emilio, quien se par� y en lugar de
correr el zipper, desabroch� su pantal�n y lo dej� caer. Lo que vimos nos dej� a
todos con la boca abierta. Lo que ten�a el tipo entre las piernas no parec�a una
verga, era la maldita pata de una silla! Deb�a tener por lo menos 12 pulgadas y
su cabeza era un poco menos gruesa que una lata de cerveza. Todos nos quedamos
callados por la impresi�n y Lorena s�lo pudo abrir los ojos como platos,
mientras con sus manos como hipnotizada agarraba la tranca del vejete. Se llev�
la cabeza hac�a su boca, pero fue imposible, no pudo meterse semejante animal,
as� que opt� por lamerlo y masturbarlo con ambas manos. Lorena parec�a
enloquecida con aquel tremendo cacho de carne, y sigui� masturb�ndolo durante
algunos minutos, hasta que nos indic� a todos que no sent�ramos, iniciando de
nuevo la ronda de baile en nuestras piernas, pero esta vez, meti�ndose cada
verga en su mojada vagina, que se encontraba m�s que dispuesta a ser usada. El
primero en penetrarla fue Carlos, tom� a Lorena por la cintura y la obligaba a
darse sentones en su ansioso palo, que se encontraba perdido hasta el fondo en
la pucha de mi rica hembra. Ya entrados en confianza, Juan le acerc� la verga a
Lorena para que se la mamara y ella no se hizo del rogar un solo instante,
engull�ndola de golpe y con ella enterrada hasta el fondo, sacaba su lengua para
lamer sus test�culos, lo que hizo que todos, incluy�ndome, nos emocion�ramos por
la tremenda exhibici�n que esta tremenda puta nos estaba dando.

Lorena mov�a sus caderas de arriba abajo, enterr�ndose por
completo la verga de Carlos, mientras con una mano se dedeaba furiosamente el
cl�toris y con la otra, empujaba por las nalgas a Juan para tragarle la verga
por completo. Los dem�s est�bamos fascinados con la escena.

Yo sonre�a nerviosamente, pero la excitaci�n que ten�a era
realmente tremenda. Quer�a verla como puta, pues como una verdadera profesional
se estaba comportando. De pronto los bombeos de Carlos aumentaron a la vez que
Lorena mamaba desesperadamente la tranca de Juan.

El par de cabrones le estaban descargando todo el semen a
Lorena, uno en la vagina y otro en la boca, y ella por no quedarse atr�s,
termin� d�ndose unos sentones realmente violentos en Carlos, mientras sus gritos
eran ahogados por la verga que ten�a en la boca. No la solt� hasta que se hab�a
tragado toda su leche.

Javier, presto, se acerc� y le puso la verga en la boca, y la
empez� a bombear a buen ritmo. Mientras tanto, Ra�l se puso al lado de Javier.
Lorena empez� a alternar mamadas entre una verga y otra y ellos le estrujaban
las tetas. Con la bombeadas salvajes que le daba Miguel en el co�o, Lorena
sent�a otro tremendo orgasmo.

El brassiere hab�a desaparecido. La tanga estaba rota, tirada
a un lado de Lorena. Y la fiesta, definitivamente, era todo un �xito, con una
hembra que era toda lujuria, una verdadera m�quina de vaciar penes. El primero
en venirse fue Javier y Lorena le succion� buena parte de su leche y derram� el
resto sobre sus tetas. Ra�l de inmediato se apropio de la boca de Lorena y
despu�s de unas bombeadas, se la saco y se empez� a masturbar en su cara,
mientras ella abr�a la boca, pescando los calientes chorros de leche en la cara.
Miguel en ese momento le descargaba toda su crema en la pucha a Lorena.

Esto era alucinante. Cuando Miguel sac� su verga, pude ver
como del co�o de Lorena se resabalaba una impresionante cantidad de leche, unas
tremendas gotas mojaban el piso de la terraza. Lorena se recost� un momento en
el piso, saboreando su orgasmo y tomando con sus dedos la leche que le sal�a de
la vagina, para llev�rsela a la boca. Era incre�ble. Ella se encontraba en el
s�ptimo cielo y parec�a que nos dejar�a a todos sin gota de semen.

La verga de Don Emilio se ve�a realmente impresionante,
parec�a un hongo gigante. En ese momento pude comprobar que la cabeza era
bastante grande, pero el tronco era m�s bien normal. As� que el momento dif�cil
era la penetraci�n inicial. Lorena se subi� a horcajadas sobre �l y tomando el
monstruo con una mano, lo dirigi� hacia la entrada de su vagina, y lo restreg�
un par de veces, tratando de usar la leche de los otros para lubricarla un poco.
Y entonces inici� el descenso. Creo que tard� un par de minutos intentando meter
la cabezota, en medio de quejidos, un poco de dolor un poco de placer. Cuando
por fin lo logr�, sigui� meti�ndose m�s y m�s de aquel gigante. Todos
observ�bamos impactados como aquel delicado cuerpecito daba cabida a semejante
animal. Cuando por fin, despu�s de un buen rato, logr� meterlo todo, empez� un
suave movimiento de caderas; la verdad, resultaba delicioso ver aquel co�ito
abierto al m�ximo por una verga de ese tama�o.

Mientras tanto yo apunt� a su delicioso ano, e introduje
delicadamente mi verga que estaba a punto de estallar en su apretado culito.
Verla penetrada en ese tremendo garrote me ten�a realmente como loco, mi sue�o
de verla gozando como una verdadera actriz porno, me ten�a bastante caliente.
Cuando la tuve bien adentro, empezamos un acompasado movimiento, si bien Lorena
no se sacaba por completo la verga de Don Emilio, si no que segu�a con ella
hasta el fondo, pod�a sentir como provocaba que su esf�nter apretara mi garrote
m�s de lo normal.

Continuamos el movimiento, durante unos 10 minutos, en medio
de los gritos de placer de Lorena, quien no dejaba de coger y mamar como si en
ello le fuera la vida. Lleg� el momento en que no aguantaba m�s y termin�,
llen�ndole por completo su rico ano con mi leche.

Ricardo tom� mi lugar en su culo y otro de los muchachos en
la boca de Lorena. Uno tras otro, fueron utilizando su boca y su ano, pero ya
nadie, termin�, todos estuvieron cambiando posiciones entre su boca y su ano,
mientras Lorena segu�a empalada por Don Emilio, que por incre�ble que parezca no
terminaba, durante la siguiente hora y media continu� bombeando a mi esposa sin
piedad en su rica puchita, aunque jam�s lleg� a eyacular. Durante este lapso,
Lorena debi� alcanzar por lo menos otros 5 estruendosos orgasmos.

Despu�s de un rato, Lorena pidi� un momento para asearse un
poco y tomar algo, retir�ndose al ba�o, que se encontraba en la parte alta de la
casa. En ese momento, eran cerca de las 11 de la noche y empezaba a refrescar un
poco, por lo que sugirieron que pas�ramos a la sala de la casa. Mientras nos
instal�bamos, not� que Humberto se dirig�a aparentemente a la cocina y unos
instantes despu�s, regres� acompa�ado de 2 muchachos de alrededor de 20 a�os,
que despu�s supe, eran los encargados de la vigilancia de la finca y hac�an las
veces de mayordomos cuando Humberto se encontraba en Guadalajara. Ambos ten�an
excelente f�sico y se notaba que mucho de su tiempo libre lo empleaban en cuidar
sus cuerpos. Nos trajeron m�s botellas de whisky as� como algunos entremeses y
Humberto les pidi� que no se alejaran, por lo que pudi�ramos necesitar.
Aparentemente, ellos no se hab�an enterado de la fiesta que nos tra�amos en la
terraza, a no se porque todos est�bamos desnudos en la sala y una pila de ropa
en la entrada. Lorena se tard� casi media hora en regresar, me imagin� que
estar�a tomando un ba�o. Mientras tanto la pl�tica segu�a bastante animada.

Vaya. Nosotros que hab�amos estado preocupados por que
pasar�a el d�a de la boda y ah� ten�a a la banda de buitres, buscando la
oportunidad de darse otro fest�n con ella.

Todos re�mos ante la ocurrencia de Javier. Las risas se
apagaron cuando por las escaleras vimos bajar a Lorena. En efecto, hab�a tomado
un ba�o y se hab�a cambiado de ropa, lo que me sorprendi� un poco, puesto que no
me lo esperaba. Esta vez tra�a un corset negro, el cual dejaba de fuera sus
ricas tetitas, con portaligas, una discreta tanguita de algod�n y medias que
hac�an ver a�n m�s hermosas sus piernas, todo en color negro, sin olvidar su
m�scara. Se ve�a realmente espectacular y tan fresca, como si no llevara poco
m�s de 4 horas siendo usada. Not� que los muchachos que ayudaban a Humberto,
ten�an los ojos y las bocas como platos. Pese a su f�sico, parec�a que lo ve�an
mujeres como Lorena con mucha frecuencia, o por lo menos, no las llevaban a su
cama.

Se sent� un rato a tomar su copa mientras la conversaci�n
segu�a. Una vez que acab� su bebida, se paro y quitando los adornos que estaban
en la pesada mesa de centro, se hinc� mene�ndonos su rico culito.

Todos nos formamos de inmediato y a mi me toc� el tercer
lugar. El primero en penetrarla fue Miguel, quien le quito su tanguita y sin
contemplaciones, le empin� su gruesa tranca de un golpe, sac�ndole un gemido de
placer.

Miguel le empez� a dar con bastante fuerza, mientras que
Lorena gem�a como gata en celo pidiendo m�s.

A rega�adientes, Miguel sac� su verga y le dej� su lugar a
Javier, qui�n s�lo apunt� e igual, de un solo golpe hasta el fondo. Ella,
mientras tanto, s�lo daba grititos de placer, al tiempo que con una mano se daba
dedo. Acab� el turno de Javier, y segu� yo. Introduje mi trozo en ese ano que se
ve�a deliciosamente dilatado, por lo que en realidad no tuvo mucho problema, y
pude notar que en cuanto estaba adentro, empezaba a apretar sus m�sculos,
haciendo sentir mi pene deliciosamente apretado, a pesar de la dilataci�n.

Mierda! Este jueguito del minuto se pon�a bastante
interesante. En cuanto apenas te empezabas a emocionar, era el turno del otro.
Cuando Humberto tuvo que ceder su lugar, y se form� de nuevo, me dijo

No lo hab�a notado, pero los pobres muchachos no pod�an creer
lo que ve�an, al tiempo que se sobaban sus vergas por encima del pantal�n.

No bien hab�a terminado de decirlo, cuando los muchachos
quit�ndose la ropa, se formaron detr�s de Humberto. Gabriel ten�a una verga a�n
m�s gruesa que la de Miguel. En cambio, Sergio ten�a un pene m�s grande que el
de todos, digamos que un t�rmino medio entre nosotros y Don Emilio. �Don Emilio!
Pens� en lo que ser�a para Lorena tener ese tremendo verg�n en el culo, pero �l
ni siquiera se hab�a formado, estaba sentado, en uno de los amplios sillones,
gozando de la escena con una copa en la mano y acariciando su verga con la otra,
con una mirada de lascivia incre�ble. El orden en el que est�bamos formados era:
Miguel, Javier, Yo, Humberto, Gabriel, Sergio, Ricardo, Carlos y Juan. 9
deliciosas vergas a la disposici�n del vicioso culo de mi mujer. Nuevamente pas�
mi turno y cuando lleg� el turno de Sergio, Lorena peg� un grito.

Seguimos as� como por lo menos 15 o 20 rondas. De vez en vez,
Lorena pon�a un poco m�s de lubricante en su adolorido y usado ano, pero no
quer�a parar, quer�a m�s y m�s, era una verdadera hembra en celo. Yo no cre�a
que alguien pudiera aguantar tanto, pero ella estaba encantada recibiendo vergas
una y otra vez. En ese lapso, algunos de los muchachos ya hab�an terminado
dentro de ella y se colocan frente a su boca para que con h�biles mamadas, les
restaurara su instrumento para seguirla cogiendo. En eso Don Emilio, habl�:

�QU�?! Eso era lo �ltimo que espera o�r de mi mujer. Si,
hab�a recibido aquel monstruo en su vagina, pero en el ano, ya eran palabras
mayores. Ya me imaginaba compr�ndole pa�ales por el resto de su vida.