Le fui infiel a mi esposo y solo llevaba 15 d�as de haberme
casado.
Hola, este relato es real y espero que les guste y que me
comprendan, no quiero que piensen que soy una puta aunque despu�s de lo que pas�
me siento como una, quiero saber si a todas las mujeres le pasan cosas como esta
o solo a m�.
El hecho que marc� mi vida sucedi� hace dos meses,
actualmente tengo 22 a�os y gracias a la naturaleza poseo un cuerpo espectacular
que siempre arranca piropos de los hombres por la calle, soy una mujer Casta�a
de piel blanca, ojos color miel, tengo unos deliciosos senos de buen tama�o
(Talla 90) bien redondos y levantados, mis piernas bien torneadas, unas nalgas
excepcionales que son bastante llamativas por su redondez y firmeza, adem�s de
un rostro muy atractivo y una boca deliciosa. Siempre me gusta estar bien
vestida, faldas cortas y un buen escote.
Comenzar� por decirles que me cas� muy enamorada de Juan,
llev�bamos 4 a�os de noviazgo y nos sent�amos preparados para vivir juntos ya
que ten�amos relaciones sexuales desde 2 a�os antes de casarnos y eran
sensacionales, el me hac�a sentir la mujer mas feliz y deseada del mundo, antes
de casarnos a Juan lo trasladaron a una ciudad diferente de donde vivimos toda
la vida y como quer�a llevarme con �l fue que decidimos casarnos, dos d�as
despu�s de la boda y debido a la gran cantidad de trabajo que tendr�a que hacer
Juan viajamos.
Llegamos a una casa amplia rodeada de grandes jardines que no
permit�an ver hacia el interior de la casa a pesar de sus grandes ventanales y
por lo tanto me daban sensaci�n de privacidad y me permit�an hacer algunas cosas
que en otras condiciones yo jam�s har�a, debido al trabajo de mi marido yo me
quedaba la mayor parte del tiempo sola en la casa y me dedicaba a ver televisi�n
y a hacer los oficios del hogar, pocos d�as despu�s de nuestra llegada
comenzaron a visitarnos y a darnos la bienvenida los vecinos pero casi siempre
los atend�a yo sola porque mi esposo llegaba muy tarde en las noches, casi todos
eran casados y ven�an a verme en parejas por lo que las miradas de los hombres
hacia mi cuerpo eran muy disimuladas aunque no pod�a dejar de ver algo de deseo
en las caras de algunos de ellos, aunque yo estaba acostumbrada a esto y para m�
era normal por mi cuerpo y mi forma de vestir.
Una ma�ana uno de mis vecinos soltero y que estaba en
vacaciones golpe� en mi puerta y me pidi� que lo dejara revisar la conexi�n de
la televisi�n puesto que la de �l estaba fallando y pensaba que podr�a haber
alg�n corto, yo lo hice pasar y fui muy amable con �l, estuvimos hablando largo
rato mientras �l revisaba los cables y decid� cocinar algo para que comi�ramos
los dos, pens� que como era soltero no tendr�a nada preparado y que lo tomar�a
como una gran gentileza de mi parte, el ten�a como 35 a�os, era casi de mi misma
estatura pero muy delgado, aunque no era feo tampoco me parec�a atractivo,
aunque s� me cay� muy bien...
Estaba yo en la cocina cuando el pas� y me pidi� prestado el
ba�o, hay una ventana que d� de la cocina al ba�o pero est� muy alta y por eso
siempre permanece abierta, de pronto escuch� un chorro muy fuerte que ven�a del
ba�o y pens� que tipo de manguera podr�a producir ese sonido, aunque nunca me ha
obsesionado el tama�o del pene ya que solo conoc�a el de mi marido mi reacci�n
que a�n hoy no comprendo fue pararme sobre la mesa de la cocina y asomar mi
cabeza para satisfacer mi curiosidad, lo que v� me dej� helada, me quede
sorprendida al ver el pitote que tenia Sergio aunque estaba fl�cido y dormido me
pareci� que era m�s grande y gordo que el de mi marido cuando est� tieso, se le
notaban unas venas grandes y era casi del mismo color que el resto de su piel,
me pareci� un pene hermoso y me qued� contempl�ndolo hasta que termin� de orinar
y subi� sus pantalones.
R�pidamente me baj� de la mesa y trat� de seguir con lo que
estaba haciendo, me sent�a como una ni�a traviesa que acababa de hacer una
pilatuna y estaba algo exitada por esa idea, sin embargo esa visi�n no pod�a
sacarla de mi cabeza, el termin� la revisi�n y cuando se desped�a de m� le dije
que esperara a almorzar y el acept�, le serv� un trago de Wiskhy que mi marido
siempre tiene y se sent� a ver televisi�n mientras esperaba, comimos y me fui
tranquilizando, segu�amos hablando y parec�a como si nos conoci�ramos de a�os,
de pronto el me dijo que era una mujer muy hermosa, que le encantaba mi forma de
ser y que sent�a una enorme envidia de mi marido, ese comentario me sorprendi� y
me agrad� a la vez, charlamos durante media hora m�s y el no perd�a oportunidad
para halagarme y hacerme sentir bien, de pronto el me pidi� que lo dejara
besarme y yo me ofend� y le record� que era una mujer casada, el me dijo que ya
lo sab�a y que lo perdonara pero no hab�a podido contenerse las ganas de besarme
y que no lo culpara por intentarlo.
Su repuesta me pareci� sincera y muy graciosa, as� que me re�
y olvid� la cosa, el me dijo que se sent�a muy solo y falto de cari�o, as� que
me pidi� que por favor lo dejara besarme en la mejilla, no le v� nada de malo y
pens� si todos mis amigos me saludan de beso porqu� voy a negarme a algo tan
normal y con alguien que me ca�a bien, acept�, el me tom� delicadamente de las
mejillas, las acerc� a su cara y me dio un suave beso que me hizo sentir
escalofr�os por todo mi cuerpo, no sab�a porqu� un beso inocente pod�a hacerme
sentir as�, luego el me dio otro beso en la otra mejilla y a continuaci�n puso
sus labios sobre mi boca, en un instante pens� en golpearlo y hecharlo de mi
casa por atrevido pero algo en m� me dijo que no corr�a ning�n riesgo con �l y
me dej� besar, me sent�a algo exitada y empezaban a volver a m� los recuerdos de
lo que hab�a visto por la ventana del ba�o, inconscientemente abr� mi boca y
empec� a devolverle sus deliciosos besos, su lengua empezaba a hacer peque�as
invasiones dentro de mi boca y yo trataba de detenerla con la m�a, trenz�ndonos
en el m�s apasionado y deliciosos de los besos que me han dado en la vida.
Empezaron a salir de adentro de mi cuerpo peque�os suspiros y
fueron ellos los que al parecer lo incitaron a dar un paso m�s, sent� una de sus
manos sobre mi voluptuoso pecho, al principio con unas caricias un poco t�midas
pero que inmediatamente me hicieron levantar los pezones que de por s� ya se
marcaban mucho dentro de mi blusa, se pusieron duros como la piedra y trataban
de salirse del sost�n, el comenz� a acariciarme el pecho con m�s firmeza y
empezaba a exitarme mucho, sent�a como mi cara se acaloraba y mi vagina
comenzaba a lubricarse, de momento reaccion� y pens� que lo que estaba haciendo
estaba mal, pero de inmediato surgi� una voz en mi cabeza que me dec�a que por
un beso no pasar�a nada, por lo tanto me abandon� a sus besos y a sus caricias y
me dediqu� a gozar del inmenso placer que sent�a, el pareci� notar como me gusta
que me acaricien los senos y me dijo: "Que hermosas tetas tienes, son las m�s
grandes y firmes que he tenido en mis manos", de pronto sus manos h�bilmente
subieron mi blusa hasta debajo de mis axilas y sacaron mis pechos de la prisi�n,
sol� el broche y tir� el sost�n sobre el sof� de la sala donde estabamos
sentados.
Parec�a que el estaba seguro de que yo no protestar�a, pues
acto seguido se llev� uno de mis senos a la boca y comenz� a chuparlo de una
forma deliciosa, se aferr� a mi pez�n como un beb� reci�n nacido y de vez en
cuando me daba unos peque�os mordisquitos acompa�ados de leves tirones con sus
dientes, se sent�a maravilloso, mi cabeza daba vueltas y sent�a como mi conchita
estaba cada vez m�s h�meda, puso una mano en mi otro seno y lo masajeaba al
mismo tiempo que me besaba y mord�a el otro, alternaba sus boca sobre mis pechos
y el placer que estaba empezando a sentir era inmenso, Sergio comenz� a pasar
sus manos por mi vientre y cintura y sentir su calor recorri�ndome aceler� mi
coraz�n y mi calentura fue creciendo, baj� sus manos hasta mis nalgas y empez� a
sobarlas sobre la tela de mi falda al mismo tiempo que chupaba y mord�a mis
pezones, baj� su mano hasta mis piernas y comenz� a acariciarlas y a subir por
ellas lentamente, hasta encontrar el borde de mi minifalda, a pocos cent�metros
de mi caliente cuevita, tom� mi falda por los bordes y la hal� hacia arriba, sin
pensarlo levant� mi cola del sof� para permitirle que me enrollara la minifalda
en la cintura.
A esas alturas mi calentura era m�xima y s�lo pensaba en como
crecer�a aquella verga que yo hab�a visto dormida por la ventana del ba�o,
quer�a tocarla y por lo tanto estir� mi mano hasta sus pantalones y empec� a
buscar el tesoro que se encontraba escondido de ellos, tan pronto lo encontr� lo
masaje� suavemente por encima del pantal�n y pude sentir como estaba medio tieso
y a medio parar, las dimensiones de su aparato me exitaron a�n m�s, desboton� su
pantal�n y trat� de bajarlo, el me ayud� y baj� de una vez su pantal�n y sus
interiores hasta sus rodillas permiti�ndo un alcance directo a ese delicioso
palo, el cual tom� con mano firme y fui acariciando de arriba abajo hasta que
sent� que se puso duro como el hierro y muy caliente, por su grosor no alcanzaba
a abarcarlo todo con mi mano, nuevamente me asaltaron reproches sobre mi
conducta al estar casi desnuda con un tipo que era pr�cticamente un desconocido
(que ten�a una verga m�s del doble de grande que la de mi marido) haci�ndole una
espectacular paja.
Creo que �l adivin� mis pensamientos pues en ese momento
solt� mi pez�n y me dijo que por una vez que le fuera infiel a mi marido no
pasar�a nada con mi matrimonio y que al contrario podr�a mejorarlo, trat� de
convencerme a m� misma que �l ten�a raz�n y que lo que hiba a pasar entre
nosotros ser�a solo una sesi�n de sexo sin consecuencias (C�mo me equivocaba!!),
me olvid� de mis pensamientos y me entregu� a mis sentidos solo imaginaba como
se sentir�a aquel animal que ten�a entre mis manos dentro de mi conchita y a la
vez me asustaba pues el pene de mi marido solo med�a 13 cent�metros erecto y
este f�cilmente pasaba de 24 cms sin contar que era tremendamente grueso, no
pude contenerme y le permit� que me quitara las bragas y empezara a tocarme la
concha que siempre mantengo bien arregladita, depilada y con una rayita delgada
de bello sobre ella, comenz� a explorar con su dedo coraz�n y encontr� la
entrada de mi almejita y meti� su dedo, sent� como ese dedo invad�a el sitio
sagrado que solo hab�a sido profanado por mi marido y me gustaba c�mo se mov�a
dentro de m� de adentro hacia fuera y nuevamente adentro, Sergio comentaba que
concha m�s h�meda y caliente tienes vecinita no aguanto las ganas de bes�rtela.
Se baj� del sill�n y acomod� mis piernas cada una a un lado
de su cabeza y meti� su cara dentro de mis piernas bes�ndolas al mismo tiempo
que sub�a hasta mi encharcada vulva, cuando sent� su lengua sobre mis labios
mayores me corri� un escalofr�o por todo el cuerpo y apret� mis piernas, el me
las abri� con ternura y comenz� a chuparme de una forma exquisita, al mismo
tiempo que met�a su dedo dentro de m� su lengua y sus dientes se apoderaron de
mi cl�toris y empezaron a masajearlo de la misma forma que lo hab�an hecho con
mis pezones, no tardaron en empezar los gemidos y los grititos ahogados por el
placer que me estaba dando mi vecino, vino mi primer orgasmo de la tarde
acompa�ado con una enorme cantidad de jugos que sal�an de mi vagina y que Sergio
beb�a muy diligentemente, me dec�a que rico sabe tu n�ctar princesa, sigui�
comi�ndome el co�o hasta que me corr� otras dos veces y fue cuando el dijo
�Ahora me toca a m�!.
Se levanto del piso, tomo su gran verga con la mano y trat�
de meterla dentro de mi boca, apart� su miembro de mi boca con una mano y le
dije que no se lo mamar�a puesto que nunca lo hab�a hecho pues mi marido nunca
me lo hab�a pedido y me daba asco, el me dijo pru�balo y ver�s que rico est�, te
prometo que te va a gustar como sabe, y cosas as� hasta que sin pensarlo lo cog�
y lo llev� hasta mi boca la cual abr� hasta el m�ximo para tratar de metermela
toda pero era demasiado para m�, su sabor era agradable y se sent�a rico tener
ese pedazote de carne entre mis labios, como no entraba toda decid� chupar el
pedazo de pinga que lograba entrar dentro de mi boca y al mismo tiempo con mis
dos manos masturbarle el resto que no lograba meter en mi boquita, era
sensacional, nunca me hubiera imaginado que mamar una polla fuera tan rico, mis
movimientos eran r�tmicos y trataba de apretar mis labios lo m�s que pudiera
para provocarle un mayor placer, el ten�a colocadas sus manos sobre mi cabeza y
trataba de coordinar la mamada, estuve chup�ndoselo como 10 minutos cuando el lo
sac� y me dijo que parara que se iba a correr.. pero que antes quer�a met�rmela
y saber como se sent�a su gran pito dentro de un hermoso cuerpo como el m�o.
Se puso de rodillas en el suelo y volvi� a levantar mis
piernas, me corr� un poco hacia el borde del sill�n para facilitarle la tarea
pues yo ya estaba loca de ganas de tener ese palo hirviente dentro de m�, tom�
su capullo y lo acerc� a la entrada de mi concha y empez� a sobarlo de arriba
hacia abajo, levant� mi cabeza para poder observar y v� c�mo pasaba su glande,
brillante por mis jugos por todo el contorno de mi vagina, de pronto detuvo su
movimiento y apuntando su enorme ca�a trat� de penetrarme, empuj� con fuerza y
meti� la punta al tiempo que de m� sal�a un grito de dolor, pues sent�a que me
estaba abriendo la concha hasta el l�mite de sus comisuras, el calor de se pene
me quemaba por dentro y le dije que me dol�a mucho que me lo sacara, que no
estaba acostumbrada a ese tama�o, el comprensivamente lo sac� de m� y me dijo
que comprend�a, por lo tanto me suguri� que montara sobre su verga y me la fuera
metiendo a mi ritmo, acept� y nos acomodamos, yo sobre �l, frente a frente, tome
su verga con mis manos y la llev� nuevamente hasta mi co�o.
Empec� a sentarme despacio y a sentir como su inmensa tranca
empezaba a abrirse paso por mi vagina lentamente, sent�a dolor pero me retiraba
para luego volver a sentarme sobre �l y cada vez me entraba un poco m�s, su
tranca estaba muy caliente y mi concha muy h�meda por lo que poco a poco fue
cediendo y se fue dilatando, estaba yo con menos de la mitad de su carne metida
dentro de m� cuando el me dijo: "estas muy estrecha, pareces virgen", su
comentario me exit� a�n m�s, verdaderamente me sent�a virgen frente a aquel gran
palo que me estaba partiendo en dos, me tom� por la cintura y me dijo m�tetela
toda, quiero sentir el calor de tus entra�as y me hal� hacia abajo sin mucha
fuerza haciendo que su verga entrara m�s de cinco cent�metros, lanc� un fuerte
grito de dolor y trat� de salirme de aquella bestial empalada que me estaba
dando mi flacuchento vecino, el dolor fue cediendo y sus comentarios sobre lo
rica que estaba y lo bien que mi concha le sobaba su vergota me encendieron
hasta el l�mite y de un fuerte sent�n me met� su tranca hasta el tope lanzando
al mismo tiempo un grito a�n mas fuerte, sent� m�s dolor que nunca, fue m�s que
cuando mi esposo me desvirg� y sent�a su caliente capullo chocando contra mi
�tero.
Ya estaba totalmente atravesada por �l y empec� a subir y a
bajar lentamente hasta que el dolor se fue calmando, me recost� contra �l y
empec� a mover mis caderas m�s en�rgicamente, sent�a mi concha totalmente llena
y estirada hasta el l�mite, nunca pens� que fuera tan doloroso pero a la vez tan
rico, su verga acariciaba cada mil�metro de mi mojada cueva y me hac�a sentir
una hembra completa, comenc� a gemir Ahhhhh, Ahhhhh, Ohhhh, S�, S�, lo que al
parecer lo puso a�n m�s caliente y empez� a embestirme con fuerza desde abajo,
con cada caderazo suyo sent�a como si su verga se me quisiera salir por la
garganta y al sentirla aplastando mi �tero empezaron a llegar los orgasmos, cada
embestida bestial me provocaba un fuerte Ahhhh, grito que iba acompa�ado de las
r�tmicas contracciones involuntarias que produce un orgasmo, mis jugos eran
tantos que se resbalaban por su palo, se juntaban en sus bolas y ca�an sobre la
tela del sill�n, sus embestidas se hac�a cada vez m�s r�pidas y yo segu�a
disfrutando de los numerosos orgasmos que me provocaba, su ritmo era fren�tico
de pronto cerr� los ojos me atrajo hacia el con m�s fuerza, dej�ndome totalmente
ensartada y empez� a venirse, pod�a sentir las contracciones de su verga dentro
de m� y luego inmensos chorros de semen que llenaban mi vagina y que se
estrellaban con fuerza directamente contra mi �tero, tuve en ese instante el m�s
intenso y prolongado de los orgasmos, me dur� todo el tiempo que el estuvo
vaciando su leche en lo m�s profundo de mis entra�as.
Cuando cesaron todas las sensaciones de este orgasmo me
sent�a d�bil y sent� que me desmayaba, recargu� mi cara sobre su hombro y trat�
de descansar, empezaban a asaltarme nuevamente sentimientos de culpa y a la vez
la preocupaci�n de que me hubiera pre�ado, trat� de bajarme de �l pero su pene
segu�a duro como una roca, el me tom� por la cintura y me dijo no pensar�s
bajarte ya o si?? Porque a�n me queda mucha leche calientita para darte en esa
rica almejita. Le dije que si me gustar�a que me diera m�s verga pero que sent�a
mi concha destrozada y no estaba segura de aguantar otro polvo como el que ya me
hab�a echado, a pesar de mis reparos empec� a moverme nuevamente de arriba hacia
abajo, comenzando nuevamente un fren�tico mete y saca que me hac�a sonar la
concha chop. Chop, chop, chop, baj� mi mano hasta sus huevos por detr�s de mi
espalda y comenc� a acarici�rselos para que se corriera r�pido y me dejara
descansar mi adolorida vagina, el gem�a de placer y me dec�a que rico, mu�vete
m�s mi reina, mas duro, si, asii, as�, que rica almeja, como me exita tu concha,
que ricooooo,.... me exit� de nuevo, dej� de sobar sus pelotas y pas� mi mano
por detr�s de su cuello, cuando la v� estaba roja, ensangrentada, y pens� que me
hab�a lastimado la concha o que estaban en peligro mis organos reproductores,
pero lo pens� mejor y pronto comprend� que la sangre era de mi himen que estaba
intacto en gran parte, pensaba que por fin estaba siendo bien desvirgada y me
calentaba todav�a m�s saber que un extra�o estaba tomando lo m�s sagrado de una
mujer y que mi marido no hab�a sido capaz de romper.
Los movimientos de mi cadera se aceleraron al mismo tiempo
que los sucios comentarios de mi vecino quien me dec�a goza esta verga,
si�ntela, mu�vete mas mi reci�n casada, dale otro orgasmo a tu vecino con tu
apretada concha, sigue as�, as�, as� si.. que bien montas, dale duro... ya
estaba yo nuevamente sintiendo los orgasmos correr por toda mi piel, de pronto
el me levanta as� como estaba ensartada hasta la garganta y me tira sobre el
sof� que tambi�n ten�a restos de mi sangre, me pone a cuatro patas y empieza a
taladrarme el co�o con mucha fuerza casi con furia mientras que mis gemidos ya
eran nuevamente los gritos de placer de una hembra en celo, con cada embestida
mis tetas se bamboleaban hacia atr�s y hacia delante, me estuvo dando en esa
posici�n casi una hora!!!!! Como aguantaba este maldito!, perd� la cuenta de los
orgasmos que me hizo tener y nuevamente sent� su semen en mis entra�as, el se
baj� sudoroso, yo pens� que estaba agotado y que ya me dejar�a en paz pero me
equivocaba luego de un descanso de casi 15 minutos su tolete se volvi� a poner
tieso y mi vagina se contra�a sola con solo pensar que me iba a penetrar
nuevamente ese delicioso trozo de carne.
Me puso en la posici�n del misionero y estuvo mont�ndome
durante toda la tarde, de vez en cuando me hacia inclinar sobre uno de mis
costados y me penetraba desde atr�s sosteniendo una de mis piernas con su mano,
eran casi las 9 de la noche y seg�n mis cuentas estabamos tirando como desde las
tres de la tarde, por f�n se vino por �ltima vez dentro de m� se visti� y se fue
no sin antes darme un ardiente beso en los labios, Como todav�a faltaba algo de
tiempo para que llegara mi marido limpi� el sill�n y me fui a ba�ar para que el
no me encontrara as� puesto que el semen de mi vecino se estaba saliendo de mi
cuevita (cueva despu�s de tener ese palo adentro) hasta mis tobillos, bajo la
regadera y dado que ya me hab�a pasado la exitaci�n comenz� a dolerme mucho el
co�o, sab�a que estaba roto y muy maltratado por la marat�nica sesi�n de sexo
que me hab�a dado mi vecinito, su enorme estaca me hab�a dejado la concha muy
dilatada y le ve�a los labios muy rojos e inflamados, sal� de la ducha y tuve
que ponerme compresas de agua fr�a y bolsitas de hielo para calmar el dolor,
cuando lleg� m marido fing� estar dormida y se acost� sin sospechar nada,
Tuve que esperar casi una semana para poder volver a caminar
normalmente y a sentir que mi vagina estaba recuperada, durante este tiempo mi
marido ni me toc�, lo cual le agradezco pues de pronto al meter su pichita en mi
dilatada concha podr�a sospechar algo, pasada ese tiempo y dado que los
recuerdos de aquella tarde ven�an a mi mente cada vez m�s frecuentemente y con
m�s fuerza decid� llamar a mi vecino para que me volviera a dar todo ese placer
con su poderosa herramienta y desde ese d�a m�s se demora mi marido en irse a
trabajar que yo en estar debajo de mi vecino sacudi�ndome con cada de sus
embestidas y gritando como loca de placer....
Lo que sucedi� despu�s ser� motivo de una pr�xima
historia....
Si les gust� mi relato y quieren conocer como termin� todo esto escr�banme a
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