Relato: Desvirgamiento Anal





Relato: Desvirgamiento Anal

Desvirgamiento anal. Vivencias de Prostituta.


Despu�s de m� ultima experiencia las semanas fueron pasando
mientras me sum�a en la acostumbrada rutina de la oficina realizando las labores
de cualquier secretaria: recibir documentos, turnar, archivar, contestar
oficios, cartas, y atender a las personas que por alguna raz�n solicitaban
hablar con mi jefe.


Solo un molesto incidente interrumpi� la normalidad de los
d�as:



Mi jefe me mando llamar para dictarme algunas instrucciones
para los encargados de las secciones que operaban en todo el estado. Luego de
haber anotado los datos generales me dispon�a a salir de su oficina para
redactar los comunicados, pero el subdelegado me pidi� que esperara ya que
deseaba conversar conmigo. Cerro la puerta del privado y se sent� en una banca
muy cerca de m� y comenz� a decirme infinidad de galanter�as y jurar que siempre
hab�a estado enamorado. Le escuchaba en silencio, un poco asombrada ya que
cuando el Delegado me pidi� que apoyara a su amigo mi �nica condici�n era que
bajo ninguna circunstancia permitir�a ning�n acoso por parte de el, ya que era
famoso por aprovechar su puesto para someter a las trabajadoras que le
interesaban.


Mientras segu�a su perorata de insinuaciones amorosas y ante
mi negativa para aceptarlas me tomo fuertemente por el brazo y trato de besarme.
Cuando casi consegu�a rozar mis labios me levante tan violentamente que lo
arrastre conmigo provocando que me lastimara, amenaz�ndolo con el pu�o le ordene
que me soltara y ante la firmeza de mi actitud me libero. Sal� disparada a
buscar al Delegado que me recibi� de inmediato. En silencio escucho la serie de
improperios que lance contra su protegido. Cuando considero que me hab�a
desahogado suplico que me tranquilizara diciendo que �l resolver�a a mi entera
satisfacci�n este problema. Y sali� de la oficina. Media hora despu�s regreso
dici�ndome que el licenciado quer�a disculparse y que por su parte esperaba mi
comprensi�n ante un hombre que en verdad parec�a enamorado de m� y que por
supuesto esta situaci�n jam�s volver�a a repetirse.


En efecto aquel hombre que hab�a sido tan violento conmigo un
rato antes, ahora parec�a un manso corderito y frente del Delegado suplico que
perdonara su actitud jurando una y otra vez que esto no volver�a a suceder y que
har�a lo imposible para borrar la mala impresi�n y me rog� que continuara
trabajando para �l.


Mas por consideraci�n al delegado, que por creer lo que
promet�a el sujeto, pero sobre todo sabedora de que despu�s de la terrible
reprimenda que le hab�an propinado acepte sus disculpas y continu� como su
secretaria.


D�as despu�s y con motivo del aniversario de la instituci�n
el se�or Delegado me entrego personalmente la invitaci�n a la recepci�n con la
que a�o con a�o se celebraba el acontecimiento dici�ndome que si yo estaba de
acuerdo mi lugar estar�a en la mesa principal con �l por lo que me ped�a que
acudiera sin pareja. Aunque en principio me pareci� un poco alocada su idea pues
la mesa de honor seria ocupada solo por funcionarios de primer nivel. Pero luego
considere que no era tan mala idea ya que de cualquier forma iba a ir sola y
contaba nada mas con unirme a las compa�eras en la misma situaci�n esperando que
no faltar�an parejas para bailar que era lo que m�s disfrutaba de las fiestas.
Decid� no comentar a mis amigas nada y hacerme la aparecida en la mesa de honor.
De cualquier forma no faltar�an las habladur�as acostumbradas en el medio
gubernamental, sobre todo cuando se trataba de jefes y secretarias.


El d�a esperado llego y a todas las mujeres se nos permiti�
salir temprano de la oficina para que nos prepar�ramos para la velada. Llegue
directamente a la est�tica para que me peinaran y maquilaran. Como toda chica en
esas ocasiones hab�a comprado con bastante anticipaci�n mi vestido que era un
mini de tela ajustable color negro con algunas aplicaciones de brillante
pedrer�a de fantas�a. Tenia adem�s una coqueta abertura lateral con la que al
moverme dejaba ver buena parte del muslo; La espalda estaba casi descubierta
hasta la cintura ya que la parte frontal s� sosten�a con tirantes sujetos al
cuello y el escote frontal permit�a ver buena parte de los senos. Debajo solo
llevaba una peque�a tanga negra de encaje y medias de malla de red de igual
color. Una chalina oscura para cubrir un poco la espalda y los hombros,
zapatillas plateadas de bac�n alto y cartera del mismo color completaban mi
atuendo. Mi delgada silueta se estilizo aun m�s con el color negro y lo
cortisimo de la falda. El largo tac�n de las zapatillas me ayudo a ganar unos
cent�metros para disimular mi reducida estatura.


Llegu� temprano al sal�n acompa�ada de un joven matrimonio de
compa�eros que viv�an cerca de mi casa y que amablemente se ofrecieron para
llevarme. Estaban dispuestos a traerme de regreso al final de la fiesta aunque
ambos bromearon en el camino diciendo que lucia tan sensacional esa noche que no
faltar�a quien se ofreciera a hacerlo. Por si las dudas acepte su ofrecimiento
aunque estaba segura que el Delegado seria quien me llevar�a a casa y hasta
mucho despu�s de terminada la fiesta.


Tan pronto como entregamos nuestras contrase�as a la
encantadora recepcionista nos indico la ubicaci�n de las mesas que nos
correspond�an. La principal estaba al borde de la pista principal de baile, y al
lado contrario y en tercera fila la de la pareja de amigos. Cosa que agradec�
pues me sent�a un poco apenada por ser "invitada de honor". El Delegado me
recibi� muy nervioso, aunque no por eso dejo de comentar lo espectacular que
lucia. El motivo de su preocupaci�n era que a ultima hora su esposa hab�a
decidido acompa�arlo y el se encontraba muy contrariado, pero sobretodo mas que
apenado conmigo. Lo tranquilice diciendo que comprend�a perfectamente la
situaci�n y que podr�a acomodarme sin dificultad con los compa�eros de cualquier
otra mesa. Negando con un exagerado movimiento de su cabeza me dijo que hab�a
hecho arreglos para reservarme un lugar en la mesa de los funcionarios de la
delegaci�n: subdelegados y jefes de departamento y que estaba a solo unos
cuantos pasos y a donde me condujo de inmediato.


Di las buenas noches a todos. Algunos eran viejos y muy
queridos conocidos y se alegraron mucho de compartir la mesa conmigo, mas de uno
mir�ndome las piernas y el escote comento lo bella que lucia, ante las miradas
celosas de sus parejas. Para mi fortuna la secretaria del Delegado llego
acompa�ada de sus dos hijos que eran muy j�venes y apuestos. Cuando me los
presento ambos me dedicaron una significativa mirada y luego mientras platicaba
animadamente con mi compa�era escuche como discut�an para ver quien ocupaba el
lugar al lado m�o, ya que su madre hab�a ocupado el otro costado.


Me sent� bastante aliviada por que no estar�a sin pareja
durante la velada.


Mas tarde tambi�n llego mi jefe directo acompa�ado por su
esposa. Cuando paso a saludarnos me di cuenta que miraba con odio a los dos
j�venes, sobre todo al que estaba mas cerca de m� pensando que era mi
acompa�ante. Esta situaci�n a m� me divert�a en extremo.


La fiesta dio inicio con el arribo de las altas autoridades
del organismo a nivel nacional. Nuestro director general comprensivamente dio un
breve discurso e inmediatamente despu�s de este se sirvi� la cena mientras una
excelente orquesta comenz� a tocar amenizando la velada.


Despu�s de cenar el Delegado fue por m� para presentarme a
los convidados de la mesa de honor aprovechando la ausencia de su esposa que
estar�a seguramente en el "tocador". En eso algunas parejas se animaron a
bailar, situaci�n que el Delegado aprovecho para comentar a directores,
coordinadores y dem�s altos jefes lo excelente bailarina que era. Y no falto
quien de inmediato me invito a la pista de baile sin preocuparle la mirada
celosa de su pareja. Uno a uno se fueron turnando para bailar conmigo. Todos se
deshac�an en halagos hacia m� alabando mi belleza y mi manera de bailar. Mas
tarde al calor de las copas fueron haci�ndose cada vez m�s atrevidos.
Aprovechaban el baile para peg�rseme mas de la cuenta a m�, rozar
descuidadamente mis pechos o de plano bajar las manos para acariciar mas all� de
las caderas. Yo me esforzaba un tanto divertida para mantenerlos bajo control
tratando de ser lo menos grosera posible, acostumbrada a provocar este tipo de
reacciones en los "caballeros". Mi actitud solo consigui� alentarlos y varios de
ellos me hicieron descaradas propuestas amorosas cuando no de plano directamente
sexuales. Jugando los rechazaba de la manera m�s natural bromeando con
delatarlos ante sus esposas que a lo lejos observaban mas que molestas.


Mas tarde la orquesta tomo un respiro y aproveche para
descansar un poco y me dirig� a mi mesa escurri�ndomeles a mis admiradores y
ante la alegr�a de los hijos de mi amiga que me reclamaron por no haberles
dedicado una sola pieza. En eso la orquesta dejo de tocar y las luces se
apagaron para dar paso a un show c�mico-musical. Entonces un tanto al amparo de
la oscuridad pues su esposa se encontraba disfrutando el espect�culo, el
Delegado fue de nuevo hasta la mesa y me dijo que necesitaba hablarme a solas me
levante para seguirlo ante la desilusi�n de mis acompa�antes; caminamos hasta un
pasillo donde las risas que provocaba el espect�culo se escuchaban algo lejanas
y entonces con voz grave me dijo lo siguiente:


-Tengo un enojoso problema mi ni�a. Varios de los directivos
est�n muy molestos porque no han podido convencerte para que aceptes estar mas
�ntimamente con ellos. Me lo han comentado. T� lo sabes mejor que nadie pues
toda la noche han estado sobre ti. En verdad que los tienes excitad�simos y me
va a ser muy dif�cil mantenerlos a raya, no s� que hacer-.


Yo no comprend�a exactamente a que se refer�a con
"mantenerlos a raya" y lo solo miraba interrogante, ante mi silencio continuo:


-Estas gentes est�n acostumbradas a "tirarse" a cualquier
empleada que se les antoja y desde luego si no te consiguen ahora van a estar
insistiendo mas adelante para lograrlo. Tengo dos opciones. O te saco de aqu�
inmediatamente y busco la manera de capotearlos de aqu� en adelante-.


-�O?-, pregunte interrumpiendo y sin dejar de mirarlo.


Se quedo callado sin encontrar las palabras adecuadas.
Mir�ndolo fijamente a los ojos y adivinando sus intenciones le pregunte:


-�Que es exactamente lo que desea que haga? D�gamelo sin
apenarse yo har� lo que este en mis manos-


Hablo r�pido como evitando que pudiera interrumpirlo y
desviando la mirada.


-O te los coges de una vez y salvamos el d�a. Tu ganas porque
van a tener que pagarte muy bien y menciono una enorme cantidad. Y yo porque con
esto quedan comprometidos para apoyarme-.


Lo miraba un tanto asombrada por la propuesta, pero m�s bien
desilusionada de su actitud. Las palabras "te los coges" no lograba quit�rmelas
del pensamiento.


Mientras �l segu�a hablando.


-Desde luego si no estas dispuesta no hay mas que decir,
ahora mismo te mando a tu casa y me encargo de disuadirlos para que hasta aqu�
llegue esto, ya sabes que yo me las gasto para la grilla y por lo dem�s ya me
acostumbre a batallar todos los d�as con los directivos, que se creen los non
plus ultra del organismo-


Termino mir�ndome ahora si fijamente a los ojos esperando mi
respuesta. Con voz muy apagada le dije:


-�C�mo seria?, Quiero decir todos vienen acompa�ados, ni modo
que sus esposas les digan "no hay problema" v�yanse al hotel y aqu� los
esperamos. O mejor aun que la m�s liberal resignada acepte diciendo: "ah, si
ll�vate a la guerita para la casa, invitas a tus amigotes y mientras hacen el
amor les preparo una botanita"-.


El Delegado no se aguanto la risa y mi comentario termino con
la tensi�n que estaba soportando, mas relajado me explico:


-No claro, por supuesto que no. Es mas sus esposas no deben
enterarse. Todo se har�a aqu� lo mas discretamente posible. Aprovechar�amos el
show que va a durar dos horas o hasta un poco m�s. All� al fondo hay una oficina
muy limpia y apropiada para esto, ya fui a verla, tiene un sill�n bastante
confortable y adem�s ba�o privado, es perfecta. El vigilante con una buena
propina por supuesto, no tiene inconveniente en que se utilice-.


Yo segu�a escuch�ndolo sin perder detalle. Ya completamente
relajado y confiado en que yo aceptar�a sigui� explicando:


-Los ir�a mandando uno por uno y estar�an unos minutos
contigo, pues de otra forma sus mujeres sospechar�an de su ausencia por lo que
no pueden ocupar mucho tiempo. T� los vas atendiendo y cuando termines te mando
a tu casa a descansar pr�cticamente cuando termine el show. �Qu� te parece?-.
Pregunto.


-�Cu�ntos serian?-.


-Cuatro o cinco-. Respondi� muy serio y poni�ndose nervioso
de nuevo..


Cuatro o cinco pens� y abr� los ojos asombrada, sin pensarlo
conteste:


-De acuerdo, pero necesito 20 minutos despu�s de cada uno
para poder asearme y quiero que me garantice que voy a estar segura. En sus
cinco sentidos son peligrosos, ya tomados como seguramente estar�n ahora no
quiero ni pensar en lo pueda pasar-.


-Por supuesto mi chofer se quedara en la puerta haciendo
guardia fuera de la oficina y ante cualquier problema de inmediato correr� a
auxiliarte sin importar de quien se trate y damos por terminado esto-.


Sin darme tiempo a decir nada mas me tomo del brazo y me
arrastro tras �l. Caminamos por el pasillo hasta encontrar la oficina donde un
hombre vestido como agente de seguridad nos esperaba. Cuando nos vio
disimuladamente hecho una mirada a mis piernas. Abri� la puerta de la oficina,
encendi� las luces y le entrego la llave al Delegado y ech�ndome un ultimo
vistazo sali� apresurado. Sin perder el tiempo el Delegado me dijo que me
preparara sugiriendo que mejor me quitara el vestido para que no se maltratara y
sali� r�pidamente echando llave por fuera.


Como hipnotizada segu� sus instrucciones pensando mas bien
que lo que quer�a era ahorrarles el tiempo a sus "amigos". Desabroche los
tirantes del vestido y con la mayor precauci�n lo saque por debajo de mis
piernas y cuando iba a colocarlo en el respaldo del sill�n considere que como
ese iba a ser el escenario de la batalla era mejor dejarlo sobre el escritorio.


Semidesnuda pens� si deb�a quitarme las medias de una vez
pero como se sent�a un poco de fresco prefer� no hacerlo y me coloque tambi�n la
chalina. Verifique las instalaciones del sanitario para asegurarme que todo
funcionara y descubr� con satisfacci�n que incluso tenia regadera con agua
caliente. Luego un tanto nerviosa me arrellane en el sill�n y cruzando la pierna
me dispuse a esperar.


Mientras lo hacia tuve de tiempo para reflexionar un poco
sobre lo que estaba haciendo; me parec�a incre�ble estar actuando como si fuera
una profesional, una puta verdadera. Eso era en lo que me hab�a convertido
conclu� y esta noche a la espera de varios hombres para que me hicieran el amor
era otra prueba irrefutable de ello. �Qu� me hab�a llevado a esto?.


Nada tenia que ver con sentirme obligada hacia el Delegado, a
fin de cuentas pod�a mandarlo al demonio si quisiera, pues ya me hab�a
demostrado lo suficiente que para �l yo era tan solo un "buen pedazo de carne"
para ofrecer a quien le conviniera y obtener favores y privilegios. Tampoco era
por el dinero, despu�s de todo aunque no rica proven�a de una familia acomodada.
Adem�s de contar con su apoyo econ�mico sabia trabajar y siempre hab�a sido
h�bil haciendo negocios. Mi cuenta de banco tenia un saldo respetable. Adem�s
pr�cticamente sin obligaciones no me era indispensable ganar millonadas para
vivir holgadamente. Acaso la enorme suma que iban a pagarme me pon�a en
situaci�n de prostituta de categor�a lo que no dejaba de ser bastante excitante
para m�. Ni siquiera pod�a decir que los tipos fueran interesantes en realidad,
no es que fueran desagradables pero tampoco eran ningunos galanes y la mayor�a
eran mas bien viejos y regordetes, aunque eso si proven�an seguramente de buenas
familias, pues en este pa�s poca es la gente de clase baja que puede aspirar a
ocupar altos puestos.


Entonces me di cuenta que la �nica respuesta era que
simplemente me gustaba el sexo, sobre todo en una situaci�n que presentaba
ciertos peligros. Estaba consciente de que mi apariencia no era la �nica
responsable de la situaci�n, pues era coqueta por naturaleza y definitivamente
en esta ocasi�n hab�a puesto todo de mi parte para desencadenar las cosas. La
simple idea de ser deseada por varios hombres que en su desesperaci�n por
hacerme suya se arriesgaban a ser descubiertos por sus esposas y que por ello
cada uno aprovechar�a al m�ximo los minutos que pudiera estar junto a m� para
saciarse me prend�a totalmente.


Con estos pensamientos me excite tanto que comenc� a sobarme
con la punta de los dedos el pubis por encima de la tanga y termine por
acariciarme el cl�toris y los labios vaginales. Pero antes de que me perdiera en
este solitario gozo escuche los ruidos de la cerradura y aparte r�pidamente la
mano de mi intimidad. La puerta se abri� y uno de los directivos que no reconoc�
de inmediato entro custodiado por el chofer que al descubrirme en pa�os menores
abri� desmesuradamente los ojos, dio media vuelta y sali� apresurado cerrando
tras de s�.


Ni siquiera recuerdo director de que era el hombre pero al
verlo mas de cerca lo ubique como uno de los que m�s hab�a insistido en sus
proposiciones. Pasar�a de los 50 a�os aunque apenas unas cuantas canas poblaban
sus sienes. De inmediato se quito el saco, la corbata y los pantalones
evidenciando que no estaba dispuesto a perder el tiempo y obviamente animado por
la visi�n de haberme encontrado semidesnuda y lista para la acci�n. Permanec�
callada observ�ndolo mientras en un acto reflejo apretaba las piernas y sub�a
mis brazos a la altura del pecho como intentando ocultar de su vista mis partes
intimas.


Se paro frente a m� y mientras luchaba por quitarse la camisa
me hizo una se�a para que me levantara del sill�n. Me acerque y le ayude a
sacarse la camisa. Entonces �l me beso en la boca. Sabia a tabaco y alcohol. Un
tanto nervioso me abrazo con suavidad y como yo le correspond�a bes�ndolo
intensamente fue tomando confianza. Tallando su vientre contra mi cuerpo comenz�
a sobarme las nalgas, la cadera y la espalda. Luego me sujeto por los hombros
haciendo que me hincara. Mi cara quedo frente a su masculinidad que ya estaba
amenazando con reventarle el calz�n. Tomo mi cabeza entre sus manos y la acerco
mas hacia su vientre. Entend� lo que deseaba; lentamente le baje la prenda hasta
los muslos. Su pene era de un tama�o regular y bastante m�s oscuro que el resto
de su piel, que era muy blanca. Tom�ndolo con una de mis manos comenc� a
lam�rselo. Mi otra mano la lleve hasta mi concha para continuar masajeando mi
cl�toris y vagina. Luego me puse a chupar y �l gem�a al ritmo de la mamada cada
vez que yo met�a o sacaba su pene de mi boca. Para provocarle mas placer lo
deslizaba hasta el fondo de mi garganta y conforme lo iba retirando con mi mano
se lo iba presion�ndolo mas fuerte con los labios para terminar deteniendo el
glande entre mis dientes impidiendo que se saliera de mi boca y luego volver a
tragarlo mir�ndole de vez en cuando a los ojos. Cuando su expresi�n delataba que
estaba a punto de reventar lo sacaba y me pon�a a darle mordiditas alrededor
evitando que se viniera.


El aumento en la intensidad de sus gemidos demostraba el
inmenso placer que estaba disfrutando. Por mi parte saboreaba su pene como si
fuera el mejor de los platillos mientras aprovechaba para pajearme intensamente
gozando por igual.


En uno de esos momentos en que truncaba su orgasmo,
desesperado me levanto jal�ndome por los pelos. Me dio la vuelta mientras me
hacia inclinar hacia el sill�n pero para mi sorpresa no me dejo avanzar hacia el
c�mo yo pretend�a y manteni�ndome sostenida por la cintura con la otra mano bajo
mi tanga que cayo hasta las rodillas. Luego comenz� a masajear mi pubis
sorprendido por el hecho de que lo tuviera completamente depilado.


Yo sent�a como intentaba penetrarme la vagina por detr�s,
pero a pesar de las altas zapatillas no alcanzaba a quedar a la altura necesaria
para que pudiera hacerlo y su pene resbalaba a cada intento aumentando su
desesperaci�n. Le ped� que me permitiera apoyarme en el borde del asiento del
sill�n y entrelazados nos acercamos lo suficiente. Cuando me apoye mi culo se
levanto un poco mas y al fin tras un par de intentos fallidos logro empalarme.
Bombeaba tan apuradamente que a cada empuj�n de su pene me levantaba todav�a mas
haciendo que me parara sobre la punta de los pies y provocando que suspirara
ruidosamente. Cada movimiento de su miembro rozaba por completo las paredes de
mi vagina provoc�ndome un inmenso placer y yo gem�a tratando de apretarlo m�s e
incrementando el placer de ambos. Era obvio que �l disfrutaba enormemente ya que
entre gru�idos y gemidos repet�a una y otra vez con voz entrecortada lo buena
que estaba y lo bien que lo apretaba. Para mi desilusi�n termino corri�ndose muy
r�pido y cuando acabo de vaciarse respiro aliviado y de inmediato termino el
coito sin permitirme llegar al orgasmo.



Liberada me deje caer sobre el sill�n aun sofocada por la
excitaci�n. �l desapareci� tras la puerta del ba�o mientras arrastraba su ropa
por el piso. Unos minutos despu�s sali� vestido y acerc�ndose me dijo lo
incre�ble que hab�a estado y que esperaba poder repetir la ocasi�n con mas
tiempo y en mejores circunstancias. Toco la puerta y cuando esta se abri� sali�
apresuradamente mientras terminaba de ajustarse la corbata.


Me sent� muy mal por haber sido tratada como un simple
objeto. El hombre me uso y satisfecho se fue sin preocuparse en lo absoluto por
m�. Acaso cre�a que una pod�a quedarse tan tranquila ardiendo de deseo. Pero la
verdad es que m�s que la decepci�n del deseo truncado, me sent�a disgustada
pensando que esto probablemente se repetir�a varias veces durante la noche.


En estas elucubraciones record� que en cualquier momento
llegar�a otro mas y como si un resorte me impulsara salte del sill�n y me dirig�
hacia el ba�o para ducharme r�pidamente.


Fresca y m�s relajada volv� a ponerme la tanga, las medias y
las zapatillas y mientras me perfumaba un poco me sent� a esperar nuevamente.



Cuando la puerta abri� y paso un nuevo visitante alcance a
ver la lujuriosa mirada del chofer mientras cerraba lentamente sin preocuparse
lo mas m�nimo de que lo hubiera descubierto.


La segunda experiencia de la noche fue tan ins�pida que no
deseo entrar en detalles solamente dir� que el hombre en cuesti�n inmediatamente
despu�s de entrar a la habitaci�n me ordeno que me desnudara totalmente y que me
acostara en el sill�n. Se bajo los pantalones y los boxers y con ellos en los
tobillos, sin decir una sola palabra, sin acariciarme ni nada se monto sobre m�.
Me penetro de un solo empuj�n y menos de cinco minutos despu�s se vino haciendo
unos rid�culos pujiditos. Se levanto, se subi� los pantalones y se largo.


Mas que desconsolada volv� a ducharme maldiciendo la
estupidez de haber aceptado todo esto. Dude mucho para decidir si deb�a vestirme
considerando que estos tipos en verdad estaban apurados por terminar lo antes
posible y regresar al lado de sus ingenuas esposas.


Pero a fin de cuentas se me ocurri� que el quitarme la escasa
vestimenta alargaba un poco el momento y de cualquier como modo la noche
enfriaba cada vez mas, me puse la tanga y las medias otra vez.


No paso mucho tiempo antes de que la puerta se abriera y
mientras entraba el siguiente "amante" note como el chofer tardaba de nuevo en
cerrar la puerta.


Cuando al fin cerro puse mi atenci�n en el reci�n llegado
descubriendo al �nico que durante el baile hab�a sido respetuoso y muy
agradable, por lo que en verdad me sorprendi� que estuviera incluido en aquel
libidinoso grupo. Se sent� a mi lado y me dijo que se sent�a apenado por lo que
pensar�a de el, que aprovechaba esta situaci�n para estar conmigo. Sonriendo le
dije que en todo caso la mas apenada deb�a ser yo por encontrarme aqu�. Me
devolvi� la sonrisa comprendiendo el significado de mis palabras, pero no por
eso dejo de ser amable conmigo. A pesar de que su f�sico no se diferenciaba en
mucho al de los otros tengo que aceptar que con el pase un rato muy agradable
tanto por la virilidad que demostr� como por lo atento que fue.


Roto el hielo comenzamos por acariciarnos mutuamente primero
con cierta timidez y despu�s al calor del cachondeo todo se hizo m�s intenso.


Tumbados en el amplio sill�n uno al lado del otro, de las
caricias pasamos a los besos sorprendi�ndome por el hecho de que lo hiciera
despu�s de la mamada que le hab�a propinado a su compa�ero. Aunque ca� en la
cuenta de que seguramente el no estaba enterado de los detalles de mis
anteriores encuentros o acaso no le preocupaba por el hecho de que saber que
despu�s de cada "round" yo hab�a pedido tiempo para asearme. Su pasi�n me
prendi� de una forma incre�ble al grado que ahora era yo la que solo pensaba en
realizar el coito cuanto antes y le susurraba al o�do las ganas que tenia de
hacerlo ya. D�ndose cuenta del efecto que me produc�a se tomaba su tiempo
haci�ndome disfrutar al m�ximo cada caricia y disfrutando tambi�n las que en
correspondencia le otorgaba complacida.


Con gran delicadeza me quito completamente la tanga mientras
recorr�a mis piernas acariciando poco a poco mientras comentaba lo hermosas que
eran. Cuando las saco por mis pies tomo delicadamente uno de ellos y entre
masajes beso y chupo las puntas de mis dedos provocando que mi columna se
electrizara y sintiera un extra�o deleite a la altura del vientre. Luego fue
recorriendo con sus besos ambas piernas y al llegar a las rodillas se detuvo a
mordisquearlas con extremada suavidad para seguir hasta mis muslos que saboreaba
lentamente poni�ndome a mil por hora. Cuando llego a mis caderas y para mi
sorpresa meti� su cara entre mis piernas y comenz� a propinarme mordiditas en el
pubis y despu�s fue besando y acariciando con su lengua mi cl�toris. Me
revolcaba loca de placer pues al mismo tiempo sus manos masajeaban firmemente
mis senos y pod�a ver sobresalir entre sus dedos mis pezones exageradamente
erectos. Cuando paso del cl�toris a la vagina su lengua la abr�a y acariciaba
maravillosamente. En el paroxismo del deseo met� mi mano hasta tocarme el
cl�toris y comenc� a frotarlo intensamente rompiendo con mis desesperados
gemidos el silencio que hasta entonces reinaba en la habitaci�n.


Un instante despu�s levantando un poco su cabeza y me
pregunto si aun deseaba ser penetrada. Mordi�ndome los labios le suplique que lo
hiciera y suavemente se deslizo para quedar sobre m� y poco a poco fue metiendo
su pene entre los labios de mi vagina. A cada cent�metro yo pr�cticamente rug�a
de placer y cuando sent� sus bolas roz�ndome comenc� a mover el vientre
r�tmicamente apoyando firmemente las nalgas en el sill�n e impuls�ndome con las
caderas mientras apretaba mis paredes vaginales contra su miembro. �l jalaba
aire con dificultad pero se manten�a firme para evitar que mis movimientos cada
vez m�s violentos dejaran escapar el precioso instrumento. Me vine disfrutando
olas de placer que iniciaban en mi vagina iban recorriendo mi interior al tiempo
que una especie de corriente el�ctrica erizaba nuevamente mi espalda terminando
en la nuca, mientras jadeando le dec�a lo mucho que me hacia disfrutar. Cuando
al fin deje de mover mis caderas me quede quieta mientras por un largo rato aun
mi vagina segu�a apret�ndose y relaj�ndose alrededor de su miembro. Para nueva
sorpresa m�a acerco su boca a mi o�do preguntando si estaba satisfecha.
Autom�ticamente le respond� que no, que quer�a m�s. Era incre�ble que lo
preguntara pues yo estaba segura que el aun no hab�a tenido su orgasmo. Me pidi�
que lo dejara recuperar las fuerzas y comenz� poco a poco a sacar y meter su
verga en mi vagina reanudando la sensaci�n de exquisito placer y mientras
aumentaba la velocidad yo comenc� a pujar nuevamente. Entonces sent� como
resbalaba una gran cantidad de liquido proveniente de mi agujero y comprend� que
el tambi�n se hab�a venido anteriormente quiz�s simult�neamente conmigo sin que
yo lo hubiera notado. Tanto as� me hab�a perdido disfrutando mi propio orgasmo.


Si bien pudo continuar haci�ndome el amor sin que su miembro
perdiera rigidez, para satisfacci�n m�a le costo bastante trabajo conseguir el
siguiente orgasmo. Su cogida se alargo y mis placeres con ella hasta que volv� a
encenderme al m�ximo y a mover mis caderas coordinando maravillosamente los
movimientos de mi pelvis con los suyos. Tuve otro delicioso y largo orgasmo
mientras acosada por la pasi�n rodee con mis piernas sus caderas permitiendo que
la penetraci�n fuera mas profunda, esto lo prendi� aun m�s y desesperado aumento
la rapidez de su cogida. Como yo apretaba con demasiada fuerza las piernas
aprision�ndolo contra m� de plano se desespero y tom�ndome por los tobillos se
zafo de mi abrazo y levanto mis piernas hasta pasarlas por encima de sus
hombros. Yo le deje hacer y en esta posici�n tuvo oportunidad de moverse a
placer hasta que volvimos a venirnos casi simult�neamente mientras los dos
jade�bamos sin cesar.


Agotado se fue recostando sobre m� procurando no echarme todo
su peso encima y permaneci� as� hasta que su miembro se desinflo completamente y
sali� de mi cueva.


Luego entre apasionados besos termino recost�ndose a mi lado
mientras me dec�a que hacia mucho tiempo no consegu�a tener dos orgasmos
seguidos ya que evidentemente el tiempo no pasaba en balde, concluyendo que ante
una belleza con tanta fogosidad hasta el hombre mas fri� lo hubiera logrado y
seguramente uno mas joven seguir�a haci�ndome el amor en vez de charlar. Me re�
mucho por lo que dec�a y para que no pensara que me estaba burlando lo bese con
la misma pasi�n. Entre besos y abrazados fuertemente quedamos tumbados
descansando. Minutos despu�s un tanto recuperado se levanto y acariciando
tiernamente mi mejilla me dijo que deseaba que esa noche nunca terminara y me
hizo jurarle que m�s adelante volver�amos a vernos y que sin intenci�n de
ofenderme estaba dispuesto a pagar lo que yo le pidiera pues de sobra comprend�a
que una ni�a tan hermosa no andar�a con un viejo horrible como �l por otra
raz�n. Solamente asent� con la cabeza mientras le dedicaba una coqueta mirada y
pensaba que un hombre tan especial y tierno no necesitaba de ser guapo o
adinerado para que yo lo deseara. Reflexiones que desde luego no le dije.


Nos metimos juntos a la ducha pero �l estaba en verdad tan
agotado o tal vez tan apurado que no intento nada mas y solo accedi� a
enjabonarme cuando jugando estuve salpic�ndole los ojos con la espuma del jab�n.
Al terminar completamente desnuda y empapada lo ayude a secarse y a vestirse
como si se tratara de un peque�o. Asombrado me beso con mucha ternura intentando
secarme �l a su vez, pero yo lo apure a retirarse realmente preocupada por �l ya
que hab�amos tomado demasiado tiempo para nuestra "entrevista", mientras se
desped�a me record� la promesa que le hab�a hecho y al fin se marcho.


Mientras me secaba despu�s de la tercera ducha de la noche,
percib� una silueta por la ventana de la oficina. Me acerque mientras apretaba
la toalla contra mi cuerpo pero no hab�a nadie, si bien me di cuenta que la
cortina que la cubr�a era tan delgada que dejaba ver a trav�s de ella pues pude
ver claramente el pasillo con la luz que desped�a la oficina. Me pregunte si por
el otro lado se ve�a tan bien hacia el interior.



Todav�a suspirando volv� a "vestirme" y al darme cuenta que
la tanga segu�a un poquito h�meda pues hab�a tenido que lavararla muy bien para
quitarle el olor y las huellas de mis placeres. Afortunadamente la tela era tan
delgada que exprimi�ndola nuevamente con la toalla casi se seco por completo. Me
la puse de nuevo y sin dejar de voltear de cuando en cuando hacia la ventana,
volv� a prepararme para recibir al siguiente "invitado". A pesar del mir�n mi
disgusto y desilusi�n se hab�an esfumado por completo.


Los minutos fueron pasando sin que nada sucediera, hab�a
transcurrido mas de media hora desde que el ultimo hombre se retiro.



�Quiz�s hab�a sido todo? Pens� recordando mi ultima
experiencia.



Pero sin sospechar lo que me esperaba no fue as� y a poco se
abri� nuevamente la puerta de la oficina aunque esta vez me tape con la toalla
recordando al curioso chofer y luego divertida se me ocurri� que seguramente era
�l quien aprovechaba la ventana para verme no solo sin ropa sino disfrutando el
espect�culo completo en primera fila.


La puerta s� cerro esta vez r�pidamente y frente a m� estaba
uno de los directores que me hab�a estado estrujando alevosamente durante el
baile. Era un tipo enorme y de aspecto un tanto siniestro.


Vi�ndome a su merced socarronamente dijo:


-�Que paso mu�eca no que no? Ya ves que si se me hizo, pero
d�jame verte-. Y acto seguido me quito la toalla y con una mirada que me provoco
escalofr�os continuo:


-Mira nada mas todo lo que me voy a comer, mamacita si estas
hecha un cuero. Lastima que se me hayan adelantado esos cabrones pero ni modo la
suerte es la suerte-.


Mir�ndome a placer comenz� a desnudarse, cuando se quito la
truza dejo al descubierto un pene de gran tama�o que amenazadoramente comenzaba
a endurecerse. Hablo nuevamente:


-Vente para aqu� mi reina te voy a ense�ar que los dem�s
cabrones son unos pendejos.-


Y dicho esto comenz� a manosearme bruscamente con sus enormes
manos concentr�ndose en mis nalgas que apretaba y pellizcaba dolorosamente y
tambi�n en mis senos que abarcados �ntegramente por sus manazas apachurraba sin
misericordia. Su aliento apestaba a puro alcohol y tontamente me figure que
pasado un rato y al calor del sexo perder�a muy pronto la energ�a pues era mucho
mayor que los dem�s. �Qu� tanto pod�a aguantar? Pens� y fui cediendo a sus
caprichos con esa esperanza.


Manteni�ndome de pie estuvo agasaj�ndose con mi cuerpo un
buen tiempo. Me figuraba si �l fuera un enorme oso que tratara de atraparme
entre sus enormes garras pues mi cuerpo menudito se mov�a de un lado para otro
mientras me tocaba; Luego combino sus "caricias" con chupetones en mi cuello,
espalda, nalgas y pechos mientras segu�a apret�ndome por todas partes con las
manos. Por incre�ble que parezca comenc� a calentarme. Mi vagina humedecida y
los pezones enormemente levantados atestiguaban lo que estaba sintiendo. Me dijo
que le besara los pechos y le obedec� acerc�ndomele para dedicarme especialmente
a chuparle las tetillas que de inmediato se endurecieron. Haciendo gala de
fuerza y aprovechando la fragilidad de mi cuerpo me levanto tom�ndome por las
nalgas. Me sujete rodeando con mis brazos su cuello y cre� que iba a penetrarme
as�, pero solamente se dedico a jugar con su enorme pene entre mis piernas
movi�ndome como un t�tere sobre �l. No pod�a hacer pr�cticamente nada y solo me
sujetaba abraz�ndolo muy fuerte. Simplemente trataba de no gritar de
desesperaci�n cada vez que picaba mi vagina con la punta del pene o lo embarraba
por mi cl�toris.


Se fue acercando a la alfombrilla que estaba alrededor del
sill�n y me dejo resbalar por su vientre. Antes de llegar al piso su miembro se
restreg� en medio de mis piernas electriz�ndome por completo. Se sent� y me
atrajo hacia el. Estaba segura que ahora si iba a penetrarme y que mont�ndome en
�l controlar�a mas f�cilmente el coito, sobre todo considerando el tama�o de su
pene.



Pero no me lo permiti� y cuando intentaba subirme me dijo con
brusquedad:


-No chiquita as� no, va a ser como yo quiera, de ninguna
manera voy a "remover la leche de los dem�s"-.


Yo no comprend� lo que trataba de decir y antes de que
pensara siquiera en preguntar me volteo de espaldas e hizo que me agachara sobre
la alfombra y deteniendo con fuerza mis caderas me hizo poner a cuatro manos
sobre el piso mientras se hincaba tras de m�.


Sosteniendo con firmeza su pene comenz� a tallarlo de nuevo
entre mis piernas mientras que con la otra mano me abr�a las nalgas para
facilitar la maniobra. Dedico un buen rato a hurgar en los labios de mi vagina y
de vez en cuando introduc�a un poco la verga en ella pero cuando sent�a que se
met�a mas y que me acercaba para facilitarlo inmediatamente se retiraba y volv�a
a restregarla abarcando toda mi entrepierna d�ndome tambi�n piquetes en el ano.
Este jueguito se prolongo varios minutos y yo enardecida no pod�a aguantar m�s.



Absurdamente comenc� a suplicarle que ya me cogiera de una
vez.


Ante mi insistencia me hizo repetirle una y otra vez que
deseaba que me cogiera mientras continuaba "tortur�ndome" con sus caricias.
Luego me pregunto: -


�Te han cogido por el culo alguna vez?.


-�C�mo?-. Pregunte desconcertada.


Por el ano mamacita-. Fue su respuesta mientras picaba con
mas fuerza en mi hoyito tratando de meter su pene en �l.



Aterrada dije que no, pero �l sin inmutarse continuo aferrado
intent�ndolo provoc�ndome un agudo dolor. Quise alej�rmele y trate de ponerme de
pie. Pero r�pidamente me sujeto con mas fuerza por las caderas para impedirlo.
El enorme "verg�n" fue abri�ndose paso por las apretadas paredes de mi ano
mientras el dolor se iba haciendo m�s terrible conforme avanzaba y comenc� a
gritar desesperada que se detuviera. Pero esto lo enardec�a aun m�s provocando
que lo empujara mas violentamente e ignorando mi sufrimiento. Jam�s cre� que
algo tan grande pudiera entrar por ah� y sin embargo lo tenia hasta el fondo
pues su panza chocaba ya contra mis nalgas.


Comenz� a moverse hacia atr�s y a pesar del espantoso dolor
un tanto aliviada pens� que lo iba a sacar pero en vez de eso y antes de que
saliera volvi� a meterlo hasta el fondo y comenz� a repetir la dolorosa
operaci�n mas y m�s r�pido cada vez. Yo aullaba de dolor con los ojos llenos de
lagrimas y mov�a desesperada negando con la cabeza como pose�da a cada
embestida. No s� cuanto tiempo me estuvo cogiendo as� pero en alg�n momento el
dolor bajo de intensidad y una sensaci�n de adormecimiento empez� a inundar mis
entra�as y sus movimientos se hicieron m�s soportables.


Escuchaba como me dec�a lo apretada que estaba y lo mucho que
me estaba gozando. Creo que al dejar de gritar y de llorar comprendi� que el
dolor era menor y fue acelerando sus movimientos hasta venirse explosivamente en
mi interior inund�ndome con su semen. En ese momento euf�rico en su orgasmo me
jalo sin dejar de penetrarme. Enderez�ndome tanto que mi cuello quedo a merced
de su boca. Comenz� a morderlo y a darme chupetones tambi�n en la espalda y
hombros mientras apretaba mis pechos con una de sus manos y me manten�a
completamente empalada apret�ndome por la cintura contra �l. Tan desesperado
como estaba sus mordidas y chupadas se hicieron mas violentas provocando que
empezara a moverme sobre �l. Tomando nuevamente mi cintura con ambas manos
empez� a dirigirme haciendo que lo cabalgara mientras segu�a con el ano
atravesado.


El dolor producido por el acelerado sube y baja me arranco de
nuevo las lagrimas. Con un grito me ordeno que dejara de luchar pues tratando de
evitar las embestidas mis u�as se clavaban en sus brazos. Como no le obedec�
pellizco con fuerza mi cintura lastim�ndome severamente y volvi� a ordenarme que
me contuviera. Para evitar este nuevo sufrimiento le obedec�.


Entonces confiado en que me tenia bajo su control me dijo que
mejor utilizara mis manos para acariciarme los pechos y el cl�toris. Y yo sin
esperar otro castigo comenc� a estimularme.


Por incre�ble que me pareciera pude excitarme tremendamente
mientras �l segu�a guiando mis caderas combinando mis subidas y bajadas sobre su
pene con movimientos rotatorios alrededor de el.


Mis propios masajes y sus furiosas embestidas pronto
rindieron sus frutos y entre gritos y sollozos de dolor un nuevo orgasmo me
recorri� de pies a cabeza nubl�ndome la vista mientras aflojaba mi cuerpo casi
desmayada. Cuando me recupere un poco comprend� que el "suplicio" solo
terminar�a cuando �l consiguiera venirse otra vez pues no dejaba de moverme
tratando de conseguirlo. Haciendo acopio de fuerzas para aguantar el tremendo
dolor comenc� a moverme sin su ayuda. Bajaba y sub�a apretando mi ano
fuertemente contra su enorme verga sintiendo a cada movimiento la misma
sensaci�n que se provoca al vaciar los intestinos pero sin que el dolor dejara
de atormentarme. Cuando se dio cuenta de que voluntariamente galopaba sobre su
miembro dejo de apretarme las caderas y aprovecho entonces sus manos para
acariciarme.


Mientras, se deleitaba apretando mis nalgas y pechos y
sobrepon�a su mano a la m�a para mantenerla acariciando firmemente mi cl�toris,
comento:


-Ya ves, ya te ense�e una nueva forma de coger. No me digas
que no te gusta y si agregamos un poquito de esto-.


Y mientras terminaba de hablar meti� su mano bajo la m�a e
introdujo sus dedos en mi vagina metiendo y sacando lentamente mientras la palma
de su mano se restregaba contra mi cl�toris. Nuevas sensaciones comenzaron a
llenarme de gozo contrastando con el dolor que segu�a desgarrando mi ano al
ritmo de mis propios movimientos. Ahora eran sus dedos los que marcaban el ritmo
de la cogida que a cada momento se hacia m�s intensa.


Ten�amos de frente la ventana y a pesar de tener los ojos
empa�ados por las lagrimas esta vez pude ver claramente la silueta no de uno,
sino de dos hombres asomados. Pero en esa situaci�n nada pod�a hacer sino
esperar a que todo terminara. Aunque confieso que del intenso dolor la presencia
de los mirones contribu�a a excitarme mucho m�s.


El hombret�n acelero el ritmo de sus dedos y yo incremente
proporcionalmente mi sube y baja y ante las tremendas estocadas que recib�a en
un acto reflejo met� las dos manos por debajo de las nalgas para abrirlas mas
tratando in�tilmente de suavizar el roce del pene que empezaba a ser
insoportable otra vez. Para mi fortuna consegu� con esto mayor penetraci�n
logrando que instantes despu�s volviera a venirse ahogado de placer. Cuando
termino de vaciarse al fin me libero. Por suerte para m� su miembro estaba ya
muy fl�cido y solo me lastimo un poco cuando sal�a.


Casi no pod�a moverme y me quede tumbada sobre el piso
tratando de recuperarme. El se hab�a arrellanado sobre el sill�n agotado por el
esfuerzo. Hice acopio de valor y consegu� pararme teniendo aun la sensaci�n del
enorme miembro en mis entra�as. Mientras penosamente avanzaba hacia el ba�o las
siluetas de la cabeza de los mirones segu�an mi recorrido. Cerr� la puerta tras
de m� y vaci� mis esf�nteres que sent�a llenos a reventar. Me duche durante
largo rato tratando de apagar con el agua caliente el inmenso ardor que tenia en
la vagina y en el ano.


Cuando sal� el ya no estaba, tampoco se ve�a a nadie en la
ventana y la puerta permanec�a cerrada. Me vest� completamente y me maquille lo
mejor que pude pues ya no estaba dispuesta a nada mas y solo deseaba salir de
ah� lo mas r�pidamente posible. Toque la puerta de la oficina insistentemente y
un momento mas tarde esta se abri�. El chofer me miro nervosamente. Le dije que
tenia que irme y �l solicito se puso a mi disposici�n indic�ndome que tenia
ordenes de no separarse de m� hasta que estuviera en mi casa.



Lo mire recordando que a pesar de mis gritos y sufrimiento
jam�s me presto ayuda y que incluso habr�a observado junto con alguien mas y
lleno de lujuria la forma en que hab�a sido abusada. Mir�ndolo con desprecio lo
mande al demonio y orgullosa regrese al sal�n mientras �l iba silencioso tras de
m� por el pasillo.


A pesar de que me estaba completamente maltrecha fui hasta
donde se encontraban los amigos que prometieron regresarme a casa y para mi
fortuna ellos estaban por irse y solo hac�an tiempo esperando localizarme.
Aunque el baile continuaba el sal�n no estaba tan lleno como antes. La mesa de
honor lucia semivac�a. Por ning�n lado vi al Delegado ni a los dem�s directivos
incluyendo a los que me hab�an disfrutado. Incluso mi mesa aparec�a desolada,
cosa que me alivio bastante pues no tenia cara para presentarme de nuevo ah�, ni
siquiera para despedirme al menos.


Mientras mis amigos terminaban de despedirse, yo sin fuerzas
ni �nimos para nada mas los espere de pie frente a su mesa. Partimos y media
hora despu�s estaba abriendo la puerta de la casa mientras a lo lejos se perd�a
el autom�vil de la pareja. Cuando casi cerraba vi pasar el auto puesto a mi
disposici�n mientras el chofer volteaba a mirarme en se�al de despedida. Eran
mas de las cuatro de la madrugada y afortunadamente para mi, papa y mama estaban
bien dormidos cuando pase para avisarles de mi llegada.


Me encerr� en mi habitaci�n y con todas las luces encendidas
me pare totalmente desnuda frente al espejo para revisar a conciencia mi cuerpo.
Tenia muchos chupetones y huellas de mordidas y pellizcos amoratados en la
espalda, nalgas y la parte superior de mis muslos exactamente donde terminaban
las medias y arriba hasta la entrepierna. En la nuca los hombros y el cuello
tambi�n se encontraban huellas. Lo m�s desastroso eran mis senos que luc�an
amoratados y enrojecidos casi por completo. Pero fuera de una marca en la parte
frontal del cuello que se ve�a enrojecido por la inflamaci�n, las dem�s quedaban
cubiertas por mi cabello que en esa �poca tenia mas all� de media espalda.
Suspire aliviada pues los dem�s moretones quedar�an perfectamente tapados por mi
ropa a la ma�ana siguiente. En cuanto al cuello un poco de maquillaje bien
aplicado y en todo caso la invenci�n de un pretendiente demasiado apasionado
salvar�a la situaci�n.


Tome un par de analg�sicos y completamente desnuda me met� a
la cama y fui recordando paso a paso lo sucedido.


Llevada por cada uno de mis amantes hab�a transitado en una
sola noche desde ser utilizada sin atenciones hasta el orgasmo exquisito o
violento producto del doloroso desvirgamiento anal. Adem�s dos hombres
observaron tal vez todo lo sucedido amparados en el anonimato de la oscuridad.
Una cosa tenia clara bien clara: en adelante tratar�a de tomar la rienda de mis
actos sin atenerme a las promesas de seguridad y protecci�n del Delegado.


Aun tenia la sensaci�n de sus vergas en mi boca, vagina y
sobre todo en mi hoyito que ahora imaginaba como un enorme agujero que seria
prueba irrefutable ante un jurado de mi horrendo crimen. Me lo toque
descubriendo que conservaba su tama�o normal y por un momento la sangre se
agolpo nuevamente en mi cerebro. Me di cuenta que a pesar de todo disfrute como
nunca descubriendo placeres que jam�s hubiera imaginado. Y al mismo tiempo me
sent� enormemente desdichada cuando me quedo completamente claro lo que hasta
ahora nunca quer�a aceptar: �adoraba el sexo! Desde el mas apasionado hasta el
brutal al que fui sometida.


� Era una ninfoman�a consumada?. Con ese pensamiento me quede
dormida profundamente.



Este es otro testimonio de mi alocada vida. Espero tus
comentarios. Si te gusto no dudes en hac�rmelo saber y si no tambi�n me
encantar�a que me lo dijeras, Es mejor desalentar a una p�sima escritora a
tiempo que dejarla continuar con sus malos relatos. Me encuentras en el correo
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Relato: Desvirgamiento Anal
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