MADRE ADOPTIVA, CUIDADO, ESTE ES UN GRITO DE ALERTA.I.-
(Adagio: Cr�a cuervos y te comer�n los ojos)
Reflexiones:
Hola soy SUSAN.
Las vivencias de mi relato, no han sido producto de algo que
hubiese sucedido de un d�a para otro o como una cosa sorpresiva, ello no ocurri�
as� y como en muchos de los casos que he le�do con inter�s en este escabroso
mundo de las relaciones incestuosas, estas cosas se van anidando lentamente en
nuestras mentes o en la mente de quien t�, pasas a ser un instrumento de alta
estimulaci�n sexual, ya sea por lo vulnerablemente consentidora o por tu
atractivo f�sico que normalmente va acompa�ado de una fuerte sensualidad de
quien lo posee, lo que finalmente gatilla este deseo aveces irrefrenable de
involucrarse consangu�neamente en una actividad secreto-sexual.
Siempre pens� que estas cosas en nuestros tiempos estaban muy
marginadas y que eran cosa de una marcada promiscuidad degenerativa, ya que
normalmente le�mos en la prensa de violaciones de padres a hijas, casi nunca
relaciones entre madres e hijos, o entre hermanos, por lo que he quedado
sorprendida al leer variados relatos en la Web, que esto ocurra con tanta
asiduidad, entendiendo que, quienes env�an estos relatos (ignorando yo, que
porcentaje de ellos son reales o nacidos producto de las fantas�as), esas
personas tienen acceso a un computador y su conexi�n a Internet, no son personas
modestas y humildes o despose�das de valores y educaci�n, ello no es as�, y
ustedes queridos amigos lo saben tambi�n. Las cosas suceden a todo nivel y
ocurren porque se dan las situaciones propicias, mentales, f�sicas y de
intimidad para que as� ocurran, como me ha ocurrido a mi.
Los Hechos:
En mi sexto aniversario de matrimonio con Ernesto, vino a
alegrar nuestras vidas un hermoso ni�o de dos a�os de edad, producto de una
adopci�n en una instituci�n especializada, ya que yo por constituci�n org�nica y
biol�gica, pese a todos mis tratamientos no pod�a concebir un hijo y pensamos
que lo mejor era adoptar a Robertito para entregarle todo nuestro abrigo,
educaci�n y cari�o.
As� me convert� en madre en plenitud, justo cuando apagaba
las veintiocho velitas de la torta de mi cumplea�os. Los a�os que siguieron
estuvieron matizados por mi constante preocupaci�n por un ni�o que crec�a y se
desarrollaba con toda normalidad y hasta hab�a tomado un cierto parecido a mi
marido. En la intimidad del hogar, siempre propendimos a una educaci�n de
puertas abiertas y el hecho que nos viera desnudos ya sea duch�ndonos o en la
cama era de lo mas normal para �l, incluso en m�s de una oportunidad nos
sorprendi� haciendo el amor y s�lo se limitaba a preguntar --- � Se est�n
queriendo otra vez?
Mi vida matrimonial funcionaba de maravillas, con un marido
profesional en el �rea de la inform�tica de alto nivel y yo tambi�n experta en
el mismo campo, complement�bamos muchos proyectos juntos, pero en casa
desconect�bamos todas las pantallas y cerr�bamos las ventanas computacionales
para dedicarnos a Robertito, al hogar y a la intimidad. Y en la intimidad
acopl�bamos perfectamente, mi marido con una capacidad y variedad copulativa
extraordinaria, con un miembro bien proporcionado y una amatoria excitante, con
el tiempo me convirti� en una mujer sexo-dependiente, logrando deliciosos
orgasmos que se multiplicaban en cada una de nuestras entregas, con decirles que
muchas veces me ven�an esos orgasmos en forma electrizantes por el s�lo hecho de
hablar por tel�fono con �l, incluso una m�dica amiga, me aconsej� limitar un
tanto mi dependencia hacia el sexo pues era presa de una constante sobre
excitaci�n, que no era buena para m�.
Me sent�a muy afortunada con el marido que hab�a logrado,
para �l yo me convert�a en la intimidad del hogar en objeto de una verdadera
adoraci�n, aveces pensaba que era algo enfermizo en Ernesto, yo para �l era su
ni�a de cristal, me mimaba y proteg�a como una joya valiosa, aunque no era
celoso ni nada que se parezca, le gustaba que nos reuni�ramos con amigos y
lucirme ante ellos y disfrutaba cuando alguien con unas copas dem�s , alababa mi
figura en su presencia
Pero los cuentos de hadas son cortos y el m�o no ten�a porque
ser la excepci�n. Por razones de trabajo viajamos desde Santiago de Chile a
U.S.A. Miami y nos radicamos con muy buenas expectativas, rentamos una casa
amplia en un muy buen sector y logramos que Robertito, nuestro hijo, fuera a un
buen Colegio, tomando profesor particular para mejorar todos nuestro ingles.
Ernesto a partir del tercer a�o en USA., empez� a viajar constantemente a N.York
y cada vez su estad�a se prolongaba por m�s tiempo. En ausencia de su padre, por
las noches Robertito, quien ya ten�a doce a�os, se met�a en mi cama para
acompa�arme, pero tambi�n aprovechaba para que yo le regaloneara o jugara con �l
metiendo las manos en aquellos lugares en que a uno le producen risas y que en
mi pa�s se conocen como "cosquillas".
Le gustaba mucho acariciar mi piel y aveces apegaba
fuertemente su cuerpo al m�o hasta dormirse. Tres a�os despu�s mi matrimonio
termin� en forma irreconciliable dando paso a los tr�mite de separaci�n o
divorcio.
Ah� explot� otra bomba de tiempo, ya que sali� a la luz la
calidad de hijo adoptado de Roberto, cosa que �l ignoraba hasta entonces. Esto
le produjo una reacci�n muy adversa, justo cuando cumpl�a sus diecis�is a�os y
cursaba su �ltimo grado en secundaria. Todas sus iras las apuntaba en mi contra,
no aceptaba mis excusas y explicaciones como tampoco aceptaba asistir a un
tratamiento psicol�gico. En casa andaba malhumorado, daba de portazos y se
encerraba en su cuarto bajo llave, subiendo el volumen de la m�sica hasta
hacerla estridente.
Pasadas tres semanas en que nuestra relaci�n se hac�a
insostenible y mis nervios a punto de estallar, cuando se produce un cambio
sorpresivo en �l, sin que yo interviniera de la noche a la ma�ana, cambi�
totalmente su estrategia de conducta hacia mi persona, eso me dio que pensar,
sab�a que algo fraguaba en su desconcertante mentalidad de adolescente. Volvi� a
ser un joven amable y comprensivo y me confes� que me perdonaba pues entend�a su
situaci�n. Yo le volv� a mimar y aprovech� de aclararle todo respecto a su
adopci�n y lo mucho que le quer�a y c�mo premio a su cambio, acept� su petici�n
de dormir esa noche en mi cama. Volv� a sentir su cuerpo apegado al m�o y sus
manos acariciando mis mejillas, me di cuenta que mi peque�o Robertito, estaba
sosteniendo un cambio importante en su persona, su voz se engrosaba y su delgado
f�sico tomaba formas espigadas de un joven con claros signos de hombre.
En las noches siguientes notaba que productos de sus caricias
cada vez mas osadas sobre mi cuerpo se inquietaba mucho y se excitaba de
sobremanera, ya que sent�a el roce de su joven pero potente miembro con claras
intenciones de penetrarme en cualquier momento, cosa que casi lo consigue la
noche anterior. Ello entr� a preocuparme de sobremanera por lo que opt� por
restringirle su acceso a mi cuarto y a mi cama, rompi�ndose nuevamente nuestras
buenas relaciones amistosas.
Por mi trabajo y trato con clientes deb�a cuidar mucho mi
f�sico y mi vestuario, recibiendo siempre halagos por ello. Al respecto y como
�l llegaba casi siempre a casa antes que lo hiciera yo, notaba que me esperaba
con verdadera inquietud e impaciencia, me desnudaba con sus ojos y espiaba todos
mis movimientos para luego acosarme con sus ruegos que le permitiera volver a mi
cuarto a dormir conmigo, pero ante mi tenaz resistencia, se iba a su encierro y
colocaba incluso pel�culas pornogr�ficas en su reproductor de videos aumentando
el volumen cuando las parejas fornicaban, llegando a mis o�dos todo tipo de
gemidos y exclamaciones sexuales. En una de esas sesiones logr� sigilosamente
abrir su puerta sin seguro y lo encontr� tendido en su cama desnudo viendo
mujeres desnudas y con una mano se masturbaba a voluntad. En esa oportunidad,
logr� verle su fuerte y hermoso pene, cosa que me dej� impresionada del porte y
grosor que hab�a adquirido. Me retire sin que se diera cuenta y me met� en mi
cama, pero ya mi poder de resoluci�n no era el mismo, esa noche me atac� una
fuerte excitaci�n que me llev� irremediablemente a manipular mi h�medo sexo y en
mi mente aquel hermoso falo de mi Roberto que fuera de hacerme perder el
control, me lo imaginaba todo dentro de mi, lo que tra�a como l�gica
consecuencia hacerme caer en unos deliciosos y fuertes orgasmos. Sin lugar a
dudas, notaba que yo tambi�n estaba sufriendo las consecuencias de una
prolongada abstinencia sexual.
Buscaba mil soluciones para poder aplacar los deseos carnales
de Roberto y tambi�n los m�os, evitando que ninguna de ellas pasara por
intimidar con �l. Me sumerg�a en esas cavilaciones, sabiendo que ya a esa
alturas, mi resistencia ten�a serias vulnerabilidades y me encontraba a punto de
sucumbir, cuando como un �ngel de la guarda apareci� mi amiga Victoria, una
viuda fabulosa casi de mi misma edad, muy liberal y doblemente sensual. Me
contact� con ellas telef�nicamente y nos juntamos una tarde en un caf� central,
confes�ndole todo mi drama con mi muchacho, junto a ello le rogu� por su ayuda.
Mi amistad con Victoria naci� por el hecho que nos conocimos
en el colegio de Roberto, ya que su hija Virginia cursaba el mismo grado. Una
tarde de s�bado me invit� a su casa y fuera de tomar el t�, nos tomamos casi una
botella de Brandy a solas. Ella me confidencio parte de su azarosa vida sexual y
yo no pude callar mis experiencias con mi ex marido. Esa tarde de mi petici�n
ella medit�, sac� algunos c�lculos y por fin me dijo "Hag�moslo".
Roberto, no conoc�a a Victoria, aunque yo ya sab�a que a �l
le entusiasmaban mucho las mujeres maduras y de buen f�sico, por lo que
justifique su estad�a en casa diciendo que era una amiga de Los �ngeles,
California. que pasar�a algunos d�as con nosotros. La presi�n que ejerc�a
Roberto sobre m�, se suaviz� bastante y su acercamiento a Victoria funcionaba a
la perfecci�n, para que ese acercamiento fuera m�s eficaz, tram� e invit� a mi
amiga a una tienda de lencer�a fina y nos volvimos locas adquiriendo prendas
s�per sexy que en nuestros ya maduros pero juveniles f�sicos lo realzaban todo.
Cuando, ese anochecer llegamos a casa todo estaba en calma y
las luces apagadas, pensamos que Roberto, se hab�a quedado con alg�n amigo y
regresar�a mas tarde. Nos fuimos a mi alcoba a probarnos nuestras coquetas
prendas intimas, est�bamos tan entusiasmadas que yo hice un verdadero
espect�culo de strep-tease para sacarme lo puesto y vestir esas diminutas
prendas, nos pase�bamos as� en desfile de moda calzando nuestros zapatos de
altos tacos y riendo de buenas ganas, despu�s en el sumo de nuestra excitaci�n,
me tend� desnuda sobre mi cama y le ped�a a Victoria me trajera un hombre que
quer�a copular y me mov�a y contorsionaba como si lo estuviera haciendo
realmente. Victoria. Que en ese momento me observaba con deleite, al verme tan
sensualmente ardiente, se me fue acercando y llena de lujuria se tiende sobre
mi, sent� de inmediato su suave piel pegada a mi y sus labios ansiosos en busca
de los m�os, luego me siento incapaz de quitar sus manos que acariciaban mis aun
firmes senos para luego ir a mi ardiente vagina y estimular en forma
extraordinaria mi cl�toris. Nuestros mutuos jadeos y gemidos de mujeres
calientes no se hicieron esperar. Aunque no lo crean, era mi primera experiencia
con otra mujer y lo que antes imaginaba repudiable o anormal, ahora lo sent�a
delicioso y con deseos de continuar gozando juntas. En los momento de nuestro
pleno apogeo; no se donde aparece Roberto, tambi�n desnudo, dejando ver un
fuerte miembro tieso y enrojecido, su mirar era como de un ser posesionado y con
una idea fija, hacerme suya a como diera lugar. Sus pasos se encaminaron
decididos hacia mi y cuando ya estaba a mi alcance se interpuso mi amiga
Victoria, quien desnuda se estrech� junto a �l, cosa que aprovech� para saltar
de la cama e irme a encerrar en el cuarto de ba�o, hasta que mi amiga pudiera
aplacar a mi caliente muchacho. Ah� en el cuarto de ba�o, encontr� la ropa de
Roberto. El muy astuto nos hab�a estado espiando desde ese lugar y no se hab�a
perdido detalle de nuestros lesbi�nicos juegos y de lo asombrosas que era para
�l, contemplar nuestras desnudas y excitantes anatom�as.
Agitada y nerviosa en mi encierro voluntario escuchaba
dialogar a Victoria con Roberto, fuerte al principio pero mas calmados despu�s,
luego los movimientos sobre mi cama y los t�picos gemidos de excitaci�n me
llamaron poderosamente la atenci�n. Entreabr� la puerta del ba�o y mi visi�n
sobre la cama era perfecta, no sal�a de mi asombro de ver a mi Robertito
convertido en todo un hombre penetrando como todo un experto a mi experimentada
amiga Victoria, que sent�a las profundas clavadas del muchacho con particular
placer. Pude notar en el rostro de ella la venida de un par de fuertes orgasmos
antes que mi fornido muchacho eyaculara con gran espasmo, derramando su casi
infantil lechecita en el fondo uterino de mi agitada amiga. Sin darme cuenta y
desnuda como me encontraba, me bastaron leves toques de mis dedos sobre mi
cl�toris para descargarme como pose�a por un rayo de electricidad que me hizo
doblar las piernas hasta tocar el suelo con un inmenso placer que me recorr�a
entera.
Sigilosamente abandon� mi escondite y de pasada logr� sacar
de un closet mis prendas de dormir y aprovechando que Roberto yac�a inerte y a�n
agitado sobre el desnudo cuerpo de mi amiga, sal� de la habitaci�n no sin antes
hacerle un gesto a Victoria que hab�a observado mis movimientos, advirti�ndole
que me trasladaba a la habitaci�n contigua.
Durante la noche continu� escuchando los efectos de nuevas
fornicaciones con invitaciones a viva voz de Robertito, qui�n descaradamente me
llamaba a que concurriera a presenciar como se lo hac�a a mi amiga o incit�ndome
a formar un triangulo con ellos, creo que esa noche acab� tantas veces como
ellos lo hac�an. Al d�a siguiente nadie trabajaba, Roberto no iba al Colegio por
lo que mi despertar fue m�s tarde que lo habitual. Al levantarme me dirig� a mi
dormitorio para darme un ba�o y vestirme, ambos dorm�an cual marido y mujer.
Roberto ten�a una cara de ni�o satisfecho que no se la hab�a visto en mucho
tiempo y el rostro de mi amiga Victoria, evidenciaban cuanto hab�a gozado con mi
muchacho. Despu�s de mi ducha y una vez vestida, despert� muy despacio a mi
amiga, para que me acompa�ara a tomar el desayuno y aprovech� el pesado sue�o de
Roberto, para escurrir la sabana que lo cubr�a y pude observar su pene a�n semi
erecto, enrojecido e hinchado por tanto bombeo a mi querida Victoria.
Cuando Victoria llego a acompa�arme a la mesa, se ve�a
agotada y ojerosa pero optimista, me levante y la abras� y bese d�ndole mis
agradecimientos por su gesto de amiga tan comprensiva y leal.
Ese muchachito tuyo se las trae mi amor, no se le baja la
cosa ni con hielo y me hac�a acabar con una facilidad incre�ble --- fueron los
primeros comentarios de Victoria ---
Tambi�n me confes� ella que Roberto le habia dejado de
manifiesto, que lo que m�s deseaba era fornicar conmigo, que mi presencia lo
manten�a sobreexcitado y que ya no me consideraba su madre adoptiva; sino como
mujer deseable y que mi f�sico lo volv�a loco, el ten�a claro que nuestra uni�n,
si ocurr�a no pod�a catalogarse de incestuosa dado que no hab�a lazo
consangu�neo entre ambos sino s�lo afectivo y que ello pod�a prolongarse entre
nosotros de otra forma. Todo eso me asust� y me pon�a en una encrucijada de �
Que hacer, Dios m�o?. Pasaron unos d�as que para Roberto junto a Victoria, se
transformaron en una verdadera "Luna de Miel" anticipada, mi madura amiga en mi
ausencia no le negaba nada, el muchacho, nunca antes se hab�a demorado menos
haciendo el trayecto del colegio a su casa. Llegaba buscando ansioso su nuevo
juguete y se deleitaba con �l hasta que ella lo dejaba exprimido cual lim�n. En
casa el tema diario y obligado era la capacidad copulativa de mi hijo adoptivo,
de lo mucho que hab�a aprendido con Victoria y del deseo latente de Robertito de
hacerme sentir su potencia viril. Al parecer que este fuego, yo lo estaba
apagando con bencina.
Fin Relato Adoptivo 1.... Espere el pr�ximo que viene de
miedo......Susana