Soy una mujer de 42 a�os, bien educada, con estudios, con un
trabajo estable y una familia. Me cas� a los 29 a�os con Ricardo. Por un
descuido me qued� embarazada enseguida, as� que a los 30 a�os fui madre de un
ni�o precioso, le pusimos de nombre Manuel.
Como explicaba mi vida ha sido normal y todo me ha ido bien.
Me eduqu� en la correcci�n y buenas costumbres cristianas y en los valores
tradicionales. Amo a mi marido y a mi familia como a nada en el mundo.
Con mi marido la relaci�n funciona bien con momentos buenos,
raros, bajos... como en cualquier pareja supongo. Sexualmente el asunto funciona
bien, la verdad es que yo siempre he sido reacia a muchas propuestas de mi
marido por pudor, verg�enza ... y no he utilizado demasiado la imaginaci�n.
Hace pocos meses regalamos a mi hijo Manuel un ordenador y lo
conectamos a internet, �l ya tiene 12 a�os largos y necesita estar al d�a. Yo de
Internet no ten�a ni idea. Gracias a mi hijo he aprendido a conectarme y
navegar.
Un d�a hablando con mis amigas del tema Internet, sali� el
tema de sexo en la red, p�ginas calientes ... y alguna coment� lo de los relatos
que aqu� se pueden encontrar. Aprovechando los momentos que estaba sola en casa
entr� y comenc� a descubrir las interesantes historias que aqu� se narran. Y
leyendo, leyendo aprend� a notar mis propios deseos y fantas�as, notaba, m�s que
nunca, la humedad de mi sexo y, aunque parezca mentira, me empec� a masturbar,
nunca antes lo hab�a hecho.
Como ya he dicho la educaci�n en casa era m�s bien de corte
tradicional, as� que eso de vernos desnudos, entrar en ba�o mientras hab�a otra
persona... nada.
Un d�a que estaba mi hijo en casa, se hab�a dejado la puerta
del ba�o un poquito abierta, nada muy poco, pero lo suficiente como para ver qu�
ocurr�a dentro. �l estaba orinando, yo me par� para ver al o�r el ruido que
hac�a su pip� al caer. Me daba mucha verg�enza la situaci�n: yo mirando como
orinaba mi hijo. Su pene estaba fl�cido y lo mov�a para que cayeran todas las
gotitas. Me retir� para que no se diera cuenta de nada.
Me sent�a mal por lo que hab�a hecho, pero al mismo tiempo me
daba cuenta que me hab�a excitado mucho viendo el pene de mi hijo, su imagen
ven�a continuamente a mi mente y hac�a que me mojara, de ah� fui a mi habitaci�n
y, en la intimidad, me masturb� pensando en lo que hab�a visto.
La relaci�n con mi hijo era excelente, era un buen
estudiante, sin ser brillante, colaboraba en casa, era cari�oso y muy guapo,
como su padre.
A ra�z de lo ocurrido a mi me costaba ser natural con Manuel,
�l en me preguntaba si me pasaba algo y yo me evad�a como pod�a.
Un d�a iba a entrar en su habitaci�n, �l estaba de lado a la
puerta en el ordenador mirando p�ginas er�ticas, nunca lo hab�a "pillado" as�,
no dije nada y me qued� observando. Yo hab�a entrado de la calle y Manuel no se
hab�a dado cuenta, por eso estaba tan tranquilo. Me qued� mirando en la puerta
semiabierta, espiando nuevamente a mi hijo. �l estaba absorto en las im�genes
que ten�a delante. A los pocos minutos vi como llevaba su mano hacia su pene,
como lo sacaba y empezaba a toc�rselo poco a poco. A sus trece a�os ten�a un
pene precioso, no por grande, sino por bonito. Mi hijo se estaba masturbando
delante de mi! Mi vagina se puso caliente y comenz� a segregar jugos que mojaban
mis braguitas, estaba poni�ndome muy, muy caliente. Mi hijo levant� su camiseta
y empez� a masturbarse con m�s fuerza hasta correrse, pude ver como su leche
ca�a sobre su abdomen y su mano. Se qued� parado un rat�, como reponiendo
fuerzas. Yo a todo eso me hab�a desabrochado los pantalones y me estaba
masturbando en pasillo viendo a mi hijo. �l hizo adem�n de levantarse y yo
desaparec� del pasillo y me fui a mi habitaci�n. �l se fue al ba�o.
No le coment� nada, a �l s� le extra�� verme por casa ya que
se pensaba que estaba s�lo.
A partir de aquel d�a intent� espiarle pero era muy dif�cil
ya que no se produc�an situaciones. As� que cambi� mi estrategia: yo me pondr�a
a tiro visual de mi hijo para excitarlo, ten�a como una necesidad de que me
viera, de que me tocara y de tocarlo.
Dejada la puerta de mi habitaci�n medio abierta, la del ba�o
tambi�n, cuando est�bamos los dos solos en casa iba sin ropa interior y algo
suelta para que �l se pudiera fijar ... y evidentemente, como mi hijo no es de
piedra, me di cuenta de que �l se fijaba en mi y comenzaba a espiarme. La
primera vez que le descubr� (sin decirle nada) yo estaba en mi habitaci�n
cambi�ndome de ropa, al darme cuenta que estaba mirando por la puerta decid�
cambiarme de toda la ropa, pero no le dej� ver demasiado, para que tuviera que
imaginarme, as� que se tuvo que conformar con una de mis tetas, que a�n son
bonitas, y mi culito, que ya no es lo que era, pero a�n es muy apetecible. Otra
vez not� que me espiaba cuando yo estaba haciendo pip�, al darme cuenta simul�
una masturbaci�n, pero esta vez tampoco le dej� ver gran cosa.
Y as� pasaron algunos meses, yo notaba que Manuel estaba
diferente, que me miraba diferente, �l ya hab�a �umplido 14 a�os. Tanto �l como
yo est�bamos al l�mite, yo tambi�n hab�a tenido nuevas oportunidades de
espiarle, supongo que �l se hab�a puesto a mi vista voluntariamente. No hab�amos
hecho ning�n comentario del tema, ni referencia, ni iron�a ...nada.
Evidentemente mi marido era ajeno a lo que ocurr�a.
Un buen d�a de invierno Ricardo, mi marido, se ausent� un fin
de semana por una cuesti�n laboral. El viernes por la noche Manuel y yo nos
pusimos a ver la tele despu�s de cenar, hac�an una pel�cula. Nos hicimos unas
palomitas y nos sentamos en el sof�. Los dos �bamos en pijama, yo no llevaba
sujetador. La pel�cula estaba entretenida, acab� y los dos continuamos sentados.
S�lo terminar empez� otra pel�cula, que ya anunciaban como er�tica, mayores de
18 ... Yo me levant� fui a la cocina y prepar� m�s palomitas, me volv� a sentar
pero con la excusa de que era invierno, me apretuj� con Manuel y puse una
mantita por encima de los dos. Ninguno de los dos hicimos comentario alguno, �l
sab�a perfectamente que ya deber�a estar en la cama, a esas horas nunca le
hab�amos permitido estar en la TV, y menos viendo pel�culas de ese tipo.
Empez� la pel�cula y, como anunciaban era muy subida de tono,
con im�genes muy expl�citas, tanto que algunas parec�an m�s pornogr�ficas que
er�ticas. Los dos est�bamos absortos en la pel�cula, ninguno de los dos hac�a
comentarios, ni siquiera com�amos palomitas, as� que la dej� en el suelo. Cuando
ya llev�bamos unos veinte minutos de pel�cula, yo estaba encendi�ndome y notaba
que Manuel tambi�n, as� que com muchos nervios decid� pasar al ataque muy
t�midamente.
Primero empec� a tocar con dos dedos su pierna y muy poco a
poco coloqu� toda mi mano sobre ella, not� como Manuel se erizaba, pero no dijo
nada, ni siquiera nos miramos. Una vez mi mano estuvo sobre la pierna empec� a
hacerle suaves caricias y fui subiendo poco a poco hacia su entrepierna, todo
muy lentamente. Yo me estaba poniendo muy caliente y notaba mi sexo humed�simo.
Finalmente con mi dedo pu�lgar pude sentir su pene, que estaba en erecci�n, lo
toque como accidentalmente. Yo no pod�a aguantar m�s, hab�a una tensi�n brutal.
Coloqu� el dedo pulgar sobre la goma de su pijama y comenc� a introducir
lentamente el dedo, me di cuenta que no llevaba calzoncillos. Pronto tropec� con
unos pelillos con los que empec� a jugar, fui bajando hasta encontrarme el pene,
entonces met� toda la mano con suavidad y empec� a acariciar.
Notaba como ya comenzaba a salir el presemen, Manuel estaba
muy excitado, continuaba el silencio, empec� a masturbarle poco a poco, y en un
momento dado, tot� que mi mano se calentaba con el semen que sal�a a borbotones.
�l no sab�a como reaccionar, as� que tom� su mano y la acompa�� hasta mi vagina,
una vez ah� Manuel empez� a tocar con suavidad, al principio torpemente, pero
enseguida descubri� mis interiores h�medos, mi cl�toris y comenz� a masturbarme,
alcanc� un orgasmo r�pidamente y no pude evitar gemir de placer.
Nos quedamos mirando, yo volv� a tomar la iniciativa. Me
despoj� del pijama y le quit� el suyo. Manuel me miraba can unos ojos de asombro
incre�bles. Su pene hab�a disminuido as� que acerqu� mi boca y comenc� a chupar
hasta que not� que volv�a a estar a punto. Cuando par� �l se escurri� hacia
abajo en el sof�, yo le acerqu� mi vagina y comenz� a lamer con verdadera
dulzura. Yo estaba otra vez muy excitada y necesitaba ser penetrada. La cabeza
me dec�a que ya hab�a sobrepasado el l�mite con creces, pero el cuerpo quer�a
m�s, as� que sucumb�.
Volv� a incorporar a Manuel, lo rode� con mis piernas,
acarici� su pene para comprobar que estaba a tope y me deje caer poco a poco
haciendo entrar la verga de mi hijo. Empec� un movimiento lento que ambos fuimos
acelerando, al minuto volv� a explotar, y pocos segundos despu�s lo hizo Manuel
en mis entra�as. Nos quedamos abrazados un buen rato, nos besamos en la boca,
nos lavamos y fuimos a dormir juntos. Empezaba una bonita relaci�n.