Relato: mi pene...mi condena

Soy un tipo negro, de padre sudafricano y madre afroamericana, aunque mi familia vive en Chile desde antes que naciera. Chile es un pa�s muy bello, pero los extranjeros llaman mucho la atenci�n y los negros que decir, somos objeto de risas morbosas cada vez que pasamos. Debo admitir que da mucha risa imaginar que lo primero que piensan al vernos es en el tama�o de nuestro pene, pero como soy nacido ac� y siempre he vivido en Chile, soy uno m�s. Bien, esto de ser negro tiene sus cosas buenas y malas, buenas porque nunca me han faltado mujeres, creo que he tenido m�s relaciones sexuales que el promedio de las personas, no es que sea un semental, pero me va muy bien en ese �mbito. Por otra parte, mal pues mi sue�o siempre ha sido tener sexo anal, pero ninguna mujer me ha dejado intentarlo. El por qu� es f�cil, mi pene mide 25 cent�metros y es�digamos�algo grueso�..Mi pene ha sido mi carta de presentaci�n en todas partes�..en el colegio cuando est�bamos en los vestidores de los gimnasios siempre mis compa�eros me molestaban por las dimensiones de mi �amigo�, lo que gener� en mi mucha verg�enza de pasearme desnudo. Adem�s soy alto y eso hace que me vea m�s imponente (en Chile la estatura promedio no pasa el 1,75). Pues bien, como dec�a he tenido mucho sexo en la vida, tr�os, swinger, al aire libre, lugares p�blicos, etc, pero jam�s anal, lo que me tenia medio decepcionado. Fue as� que en una oportunidad en que asist� a una fiesta con unos amigos del equipo de basquetball de mi universidad, en la casa de campo de uno de ellos, y estando con un poco de trago, me puse a conversar con mi amigo de toda la vida, Alfonso, un tipo muy bien parecido, de un cuerpo bastante atractivo, lo que le podr�a permitir estar con varias mujeres si quisiera, pero solo le he conocido tres en toda la vida (ahora me explico porque) El caso es que esa noche estuvimos hablando de mi �problemilla� y de lo avergonzado que me pon�a tener que exhibir mi pene en los ba�os y esas cosas, pues siempre alguien sacaba el tema del tama�o y ya estaba medio mosqueado, mi amigo me dec�a que no se explicaba como las mujeres se negaban a darme el culo, indicando que el ano era muy el�stico y se adaptaba a cualquier tama�o. Por mi parte asent�a, teniendo como referencia las pel�culas porno, pero a mi nadie me dejaba hacerle el culo. En la conversaci�n notaba a mi amigo muy interesado en hacer mi sue�o realidad, con frases como: �si yo fuera mina, te daba el culo sin siquiera pensarlo� o �si fuera mina te mamaria el pene hasta dej�rtelo seco�. Hasta que su cara se transform� cuando le dije que todo el tema me hab�a puesto muy caliente y se me hab�a parado, por lo que estaba incomodo, pues la presi�n me causaba dolor, a lo que ��el me dijo que fu�ramos al aire libre para que me lo sacara hasta que se me bajara, total era de noche y nadie se dar�a cuenta. Borracho como estaba no me pareci� mala la idea, total estaba con mi amigo y salimos al campo cada uno con un trago en la mano. Ya alejados de la casa me saque el pene del pantal�n y sent� el alivio de soltarlo inmediatamente, pues es verdad que dol�a. En un principio Alfonso se re�a, pero note como cada vez le era m�s dif�cil sacar su vista de mi barra de carne. De los a�os que nos conoc�amos, jam�s me vi� erecto. Afuera la conversaci�n no cambi� de tema y segu�amos que si alguna mujer me dejara hacer le el culo, que si tan solo tuviera la oportunidad, que esto que aquello, hasta que mi amigo, mi mejor amigo, me dijo, sabes qu�?, yo te paso mi culo. De una se me pas� la borrachera e inmediatamente supuse que era una broma, pero el comenz� a decirme que era lo que siempre hab�a querido, que no era que estuviera enamorado de mi, pero que siempre le hab�a atra�do sexualmente y yo no daba cr�dito a lo que escuchaba hasta que sin decir agua va se agach� y se hecho mi glande a la boca solt� el vaso y comenc� a recibir la mejor mamada que jam�s he recibido. Se lo tragaba con una clase que no conoc�a, tomaba mis test�culos con fuerza y me apretaba luego los gl�teos, mientras sus dedos entraba y sal�an del orificio, era incre�ble, nos alejamos de la casa hasta la orilla de un lago cercano, donde nos desnudamos y me ofreci� su culo��un culo depilado, blanco, duro, redondo y por lo que pude ver, con bastante uso. Sin pensarlo ni un segundo, hund� mi lengua en el ano, sabore�ndolo entero, con una pasi�n que me descontrolaba y nublaba mis sentidos. Comenc� a meter mis dedos, que como imaginaran son igualmente gruesos, notando que no hubo problemas en meter tres al mismo tiempo, por lo que le dije, prep�rate, estas a punto de gozar como nunca los hecho. Escup� su ano y lo deje con mucha saliva, poniendo la punta de mi negro m�stil en la entrada de ese hoyito. Cuando entr� la cabeza al instante se arrepinti� de lo prometido, pues me dijo que mejor no lo hici�ramos, que le dol�a mucho, pero mi raz�n no escuchaba y solo pensaba mi pene, por lo que segu� hundiendo mi pene en su culo, mientras Alfonso me gritaba que parara, que lo estaba rajando...aun no entraba ni la mitad. Le ped�, no, le suplique que por favor aguantara, a lo que accedi� hasta que entro casi todo, dej�ndolo all� un instante para que se acostumbrara, fue cuando comenc� un bombeo incesante, de entradas y salidas de profundo placer, entonces lo di vuelta poni�ndolo de espaldas con sus piernas en mis hombros para seguir penetr�ndolo. JAMAS una mujer me hab�a dado tanto gusto, entonces, mi amigo acab� sin siquiera tocarlo, su esperma se aloj� en nuestros pechos y luego lo segu� yo, teniendo el orgasmo mas fant�stico que recuerde, botando mucho semen blanco y espeso dentro de su ano. Al sacar mi pene, su culito estaba rojo, se notaba que le ard�a mientras no paraba de botar de la leche que segundos antes me encargue de llenarlo. Luego de un rato de recuperaci�n, tratando de entender que hab�a pasado, me cont� que era bisexual pasivo (se not�) y que desde siempre le atraje, pero nunca se atrevi� a dec�rmelo.

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