�rase una vez una chica que viv�a al lado de un bosque junto
con sus padres. Nunca le hab�an permitido internarse en el bosque, ya que seg�n
sus padres estaba lleno de lobos humanos. Cuando ten�a quince a�os, vio en el
pueblo a un grupo de chicos j�venes entre los quince a�os m�s o menos y los
veinte y un hombre mayor de unos cuarenta. Todos eran muy guapos. En el pueblo
le dijeron que eran un padre y sus hijos. Que la madre hab�a muerto al nacer el
m�s joven y el hombre con sus hijos se hab�an enterrado en el coraz�n del
bosque. Que si eran hura�os, que si no eran buenos... dec�an toda clase de cosas
sobre ellos. Y tambi�n aconsejaron a la chica que no se internara en el bosque.
Pero un d�a la curiosidad le pudo. Aprovechando que sus
padres hab�an ido a pasar el fin de semana con unos t�os, la dejaron sola. Y
ella aprovech� para penetrar un poco en el bosque. Peg� trocitos de esparadrapo
en la corteza de los �rboles para no perderse en el camino de vuelta. Lleg� a un
riachuelo en el que hab�a una poza. Y como ten�a calor, decidi� ba�arse para
refrescarse. No ten�a ba�ador por lo que se meti� en el agua desnuda. El agua
estaba muy fresquita y se estaba de maravilla. Al poco tiempo vio a un muchacho
que recog�a su ropa. Sali� del agua para coger su ropa, pero el chaval se
alejaba. Ella le sigui� y llegaron a un claro en el que hab�a una casa bastante
grande. Era la casa de los hombres guapos. Los lobos humanos que llamaban sus
padres. En la puerta de casa estaba el chico que le hab�a quitado la ropa,
tambi�n desnudo. Estaba buen�simo, ten�a m�s o menos su edad. Ten�a la ropa en
la mano y sonre�a.
--Dame mi ropa por favor.
--S�lo si te acercas y me das un peque�o beso �dijo ri�ndose.
Se acerc� un poco, pero el chico no ced�a y al final se
acerc� donde estaba �l. �l se meti� dentro de casa y le inst� a que entrara. Al
entrar en encontr� con la sorpresa de que hab�a m�s gente. En la sala estaba
otro hermano que s�lo llevaba un peque�o slip. Con la cara roja como la grana y
tratando de cubrirse con los brazos le inst� al chico a que por favor le diera
la ropa. En ese momento, sal�a del ba�o totalmente desnudo el padre de los
chicos. Al ver la escena se le empin� r�pidamente el rabo.
--Ya sabes, primero el beso �dijo el chico.
--Es un poco travieso con quince a�os, pero es un buen chico.
Y cumple las promesas. Si te dice que te dar� la ropa despu�s del beso, lo har�.
Y t�, Hugo, no seas gamberro. �C�mo te llamas?
--Alicia.
--�Alicia en el pa�s de las maravillas o Blancanieves? �dijo
el hermano ri�ndose. Se llamaba C�sar.
--Somos siete en casa como en el cuento, pero �te parece que
somos enanitos? �le pregunt� el padre a su hijo.
--No, nosotros no, quiz� este peque�ajo...
--Eh �protest� el m�s joven. Que todav�a estoy creciendo.
Igual hasta puedo llegar a ser m�s alto que t�.
--Arturo es el mayor de la familia y tiene 24 a�os, le sigue
C�sar, de 22, luego est�n los mellizos Javier y Pablo de 20, Flavio de 18 y
Hugo, el benjam�n de 17. Y yo soy Mario, y tengo 44 a�os. Mi esposa y madre de
estos chicos muri� cuando Hugo ten�a pocos meses y desde entonces hemos vivido
aqu�.
--Por favor, tengo fr�o �dijo la chica.
--El beso y podr�s vestirte. O si quieres que te calentemos
entre los tres... Porque est�s buen�sima y terminar�as ardiendo �le dijo C�sar
con sorna.
Alicia no dijo nada. Los dos chicos y el padre estaban
excitad�simos. Y los tres ten�an un rabo enorme. Se acerc� despacio a Hugo y se
estir� para tratar de darle un beso. �ste, peg� los labios a los de la chica y
le meti� la lengua en la boca. Empez� a besarla despacio y poco a poco Alicia se
excit�. Empezaron a besarse con fruici�n. Al poco, se acerc� el padre por detr�s
y le acarici� el cuerpo con las manos. En cuanto Hugo y Alicia separaron sus
bocas para respirar, Mario, el padre dio la vuelta a la chica y la bes� con
pasi�n. Meti� una mano entre sus cuerpos y la baj� hasta meterla entre las
piernas de la chica. Estaba h�meda.
--�Has hecho esto antes? �le pregunt�.
--Algunos besos, toqueteos y alguna mamada, s�, pero nunca me
han penetrado.
--�Con un chico o con varios?
--Con uno.
--�Sigues con ese chico?
--No. Era el hijo de unos amigos ricos de mis padres. Es el
que me ense�� lo que s�, pero muri� hace poco.
--�Era el que muri� en la estaci�n esa de esqu�?
--S�.
--�Y lo echas de menos?
--Un poco, sobre todo echo de menos lo que hac�amos.
--�Conoces el 69?
--He o�do hablar de ello a mis amigas, y s� c�mo se hace m�s
o menos, pero nunca lo he hecho.
--�Te gusta que te acaricie el co�o? �le pregunt� Mario
susurrando sin dejar de acariciarle el co�ito cada vez m�s empapado.
--S�.
--�Quieres probas las mieles del sexo verdadero?
--No s�...
En eso Alicia not� otra mano acariciando su cuerpo. Era C�sar
que se hab�a desnudado y se hab�a acercado a ellos.
--Anda, Alicia, aunque tu mente tenga dudas, tu cuerpo no.
Est� impaciente por nosotros. Nos est� gritando que le demos placer. Hace un
momento dec�as que ten�as fr�o. Te aseguro que con nosotros terminar�s ardiendo.
Las caricias no hab�an dejado de prodigarse y ya estaba loca
de deseo. Asinti� sin decir nada y la tumbaron en el suelo. Mario se arrodill�
con la cara sobre su co�ito. Hugo que hab�a tenido el placer de encontrarla le
meti� su pene en la boca y C�sar, se conform� de momento con mamarle las tetas
mientras ella lo masturbaba con la mano. Poco a poco los gritos y gemidos de
placer se fueron haciendo m�s audibles. Alicia sent�a los labios de Mario
acariciar toda su rajita de arriba abajo, luego su lengua busc� el bot�n sagrado
y lo acarici� con maestr�a para seguidamente meterse un poco en la vagina. El
cuerpo de Alicia temblaba como una posesa. Todos estaban muy excitados. El
primero en correrse fue Hugo, le sigui� su hermano y por �ltimo y pr�cticamente
al mismo tiempo, Alicia y Mario.

Cuando estaban en plena corrida Alicia y Mario, el pene de
Hugo segu�a en la boca de la chica y la mano de Alicia no hab�a dejado de mover
el pene de C�sar, entraron otros dos hermanos en la casa. Eran los mellizos
Javier y Pablo. La cara de sorpresa que pusieron fue genuina y al instante
estaban con el rabo tieso.
--�Eh! No puede uno salir de casa. En cuanto te vas estos
tres se traen a una titi buen�sima y se la tiran tranquilamente. �Y nosotros,
qu�?
Alicia se puso de pie y se qued� mir�ndolos azorada. No sab�a
que decir ante tanto rabo tieso. La verdad es que todos estaban muy buenos.
--�Y d�nde se han quedado Flavio y Arturo? �pregunt� el padre
a los tres
--Ahora vienen. Flavio quer�a ba�arse y Arturo ha ido a
ayudarlo.
--Flavio no puede andar. Se rompi� las dos piernas hace dos
a�os al caer desde el tejado. Eso s�, seg�n las chiquitas, es un fen�meno cuando
est� excitado.
As� estaban cuando Hugo viniendo por detr�s en cuclillas se
puso a mamar el co�o a Alicia. Al instante ella ya estaba muy excitada. Hugo
separ� la boca de su sexo y dijo:
--Quiero met�rtela, por delante y por detr�s.
--Chaval, con lo impetuoso que eres t�, le destrozar�as el
culo. Para su primera penetraci�n anal, necesita un experto que se lo haga
suavemente. Despu�s podr�s hacerlo t� �le dijo el padre.
--Bueno, vale, ser�s t� el que se lo meta por el culo la
primera vez. Y por el co�o, que elija ella.
--Uufff, no s� a qui�n decidir. Ponedme un pa�uelo en los
ojos, dadme unas vueltas y al primero que pille ser� el que me desvirgue. Y si
quer�is, al segundo que pille le mamar� el precioso rabo.
Todos asintieron. Le pusieron un pa�uelo y le dieron varias
vueltas sobre s� misma. El padre le ayudaba a sortear obst�culos y a decirme a
qu� lado ir. Agarr� Al primero que se puso al otro lado y despu�s fue en busca
del segundo. Consigui� pillarlo. Entonces se quit� el pa�uelo de los ojos. El
primero era Hugo, y el segundo uno de los mellizos, Pablo.
--El primero que se corra, que deje sitio a uno de nosotros,
que nos quedamos con las ganas.

Los chicos ya hab�an empezado a acariciarla para ponerla un
poco a punto. Le untaron con mucha crema el agujero del culo y le empezaron a
meter dos dedos por los agujeritos. Alicia estaba ya a mil. Entonces, padre e
hijo al un�sono, empezaron a meterle el rabo por los agujeritos. Consiguieron
meterle parte y Alicia chillaba de dolor.
--Me duele mucho, sac�dmelo, por favor...
--Aguanta, peque�a, aguanta �le dec�a Mario cari�osamente al
tiempo que le acariciaba el cl�toris.
Mario dirig�a a los dos y cogiendo impulso se metieron hasta
el fondo qued�ndose quietos los dos para que la chiquita se acostumbrara a esas
dos magn�ficas herramientas. Entonces, Pablo le meti� su verga en la boca y los
otros dos empezaron a moverse muy despacio. Poco a poco, se le fue pasando el
dolor y cada vez le gustaba m�s. La verga de Pablo cada vez crec�a m�s y m�s
hasta que estall�. Alicia se trag� todo el semen. Eso le hizo tener un orgasmo a
ella, lo cual sigui� que los hombres que le estaban dando, se corrieran. El
primero en salir fue Mario, aunque enseguida Alicia sinti� que otra verga
penetraba en su culito. Al rato, Hugo sali� de ella, se apart� y otro se puso en
su lugar. Alicia ya no pod�a m�s, hab�a tenido un mont�n de orgasmos, y estaba
tremendamente agotada. Cuando pudo recuperar el aliento, se dio cuenta de que
ten�a otros dos espectadores. Flavio que estaba en una silla de ruedas, pero con
el pene totalmente tieso y Arturo, tambi�n desnudo y excitad�simo.
--S� que quer�is hacerlo tambi�n, pero dejadme descansar un
poco, chicos �les dijo Alicia a los reci�n llegados.
--Est� bien �dijeron los dos j�venes.
Alicia los mir� a todos. Todos era guapos, pero los que mejor
estaban en su opini�n eran Mario, el padre y Flavio, el que estaba en la silla
de ruedas. Como ten�a el pene totalmente empinado, se dio cuenta de que lo ten�a
mucho m�s grueso que los dem�s.
--Se est� haciendo tarde. �Tienes mucha prisa por llegar a
casa?
--No, mis padres no est�n el fin de semana. Aunque sobre las
diez de la noche mam� llamar� para saber c�mo estoy. Tengo que estar en casa
para esa hora.
--Tengo una idea �dijo C�sar. Alguno de nosotros podr�a
llevarte hasta tu casa, esperar contigo hasta la llamada de tu madre y luego
volver aqu� y pasar con nosotros toda la noche, muy calentita, ya que por las
noches hace fr�o y tomando rica leche.
Alicia dud�. Los dem�s la instaron a aceptar, y al final
asinti�. Ten�a una inmensa curiosidad por probar la inmensa verga de Flavio, no
quer�a separarse de esos hombres tan apuestos.
Le dieron la ropa a Alicia, se visti� y tambi�n se visti�
Arturo, con el que todav�a no hab�a hecho nada. La acompa�� a su casa y Alicia
se meti� al ba�o. Necesitaba una ducha. A los pocos minutos, se meti� Arturo.
Empezaron a besarse a acariciarse y al momento, �l le meti� su verga por el
co�o. Se corrieron bajo el agua. Despu�s de secarse, Alicia prepar� unos
sandwiches para los dos y los comieron mientras esperaban la llamada de su mam�.
Cuando �sta se produjo, Alicia habl� un rato con ella y se despidieron hasta el
domingo por la noche. Todav�a era viernes. Volvieron a la casa del bosque
abrazados, ya que estaba oscuro.
Cuando llegaron, Flavio quer�a hacer un 69 con Alicia. �sta
acept� y Hugo la penetrar�a por el ano. Se tumbaron en la cama de Flavio, ya que
este no pod�a tumbarse y levantarse del suelo y Alicia se tumb� sobre el chico.
�ste le mam� primero las tetas puntiagudas y despu�s poni�ndose los dos c�modos,
hicieron un genial 69. La verga de Flavio no entraba entera en la boca de
Alicia. Despu�s de varios orgasmos, el chico le dio la vuelta y le meti� de un
golpe aquella suave, gorda y dura polla. Tambi�n sinti� a Hugo meterle la suya
por el ano. Los orgasmos que tuvo fueron tremendos. Tanta leche fluir por su
interior, la volv�a loca. Cuando estaba en plena follada con los dos chicos,
Mario entr� en la estancia y le clav� su polla en la boca.

--Mmmmm, as� mi ni�a, as�... qu� rico mamas nena, ch�pamela
toda con tu lengua peque�a, aaahhh, toma mi leche cielo, t�matela toda �le
gritaba Mario apretando la cabeza de la chica contra su cuerpo. As� tuvieron
otros inmensos orgasmos. Luego la chica se desplom� al lado de Flavio.
Alicia se despert� sintiendo unas manos acariciar todo su
cuerpo. Eran las de Flavio. Fuera estaba muy oscuro.
--�Cu�nto he dormido? �pregunt� a su compa�ero de cama-. �Y
los otros?
--Has dormido unas cuatro horas, yo tambi�n y los otros se
fueron a descansar �dijo sin dejar de acariciar su cuerpo.
--Ufff, parece que me ha pasado un cami�n por encima.
--Con el trote que has tenido desde que has llegado a esta
casa, no me extra�a �le contest� Flavio ri�ndose y aumentando el ritmo de sus
caricias.
La chica ya empezaba a moverse y a gemir de placer. Entonces
se mont� encima y la penetr� de una estocada. Al poco rato apareci� Javier que
se hab�a despertado con el ruido de la pareja. Flavio se dio la vuelta sin salir
del co�o de Alicia y Javier le meti� la verga por el ano. Despu�s de varios
orgasmos, Alicia se volvi� a quedar dormida.
A la ma�ana siguiente, cuando se despert�, algunos ya se
hab�an ido. S�lo quedaban en casa, Flavio y Hugo. Desayunaron los tres y luego
Alicia y Hugo se fueron a ba�ar a la poza. Despu�s de un r�pido folleteo,
volvieron a casa.
Al mediod�a, regresaron los dem�s de sus quehaceres. Mario
pregunt� a Alicia si la llamar�a su madre esa noche. Alicia dijo que no.
--�Est�s bien? �pregunt� Mario a Alicia
--Un poco dolorida.
--Siendo virgen como eras ayer y despu�s de todo el traj�n
que has tenido, es normal �dijo abraz�ndola-. Nos gustar�a que estuvieras aqu�
hasta el domingo por la tarde.
--Aunque nos gustar�a que te pudieras quedar para siempre con
nosotros �dijo C�sar-. Ser�a bueno tener una hembra tan bonita y ardiente para
siempre. Esos polvos pasajeros no me gustan demasiado.
--�Eh! No pensar�s qued�rtela para ti s�lo, �verdad?
�pregunt� Flavio.
--No. Ser�a la mujer de todos. Tambi�n compartimos a las
pibas las otras veces, pero resulta tan escaso...
--�Y t�, qu� opinas, Alicia? �pregunt� Mario
--�Por qu� no la llamamos definitivamente, Blancanieves,
aunque no seamos los siete enanitos? �dijo Hugo.
--Acabo de entrar en este mundo del sexo pero, me encanta. Y
lo de Blancanieves, me gusta �le dijo a Hugo-. Y me encantar�a quedarme con
vosotros. Hasta ahora pensaba que me casar�a, que tendr�a uno o dos hijos y as�
pasar�a la vida hasta la muerte. Pero eran ilusiones de chiquilla. Pensando en
pr�ncipes y cuentos de hadas.
--Bueno, aqu� tienes siete pr�ncipes �le contest� Pablo-. Te
podemos dar todos los hijos que quieras y lo de los cuentos de hadas...
--Di mejor, seis pr�ncipes y un rey, ya que estamos �contest�
Mario.
--Pap�... �protestaron los chicos.
--Y si tienes mucha ilusi�n por casarte, tambi�n te podr�s
casar con uno de nosotros, por lo menos sobre el papel, porque no dejar�n que te
cases con todos �dijo Hugo ri�ndose-. Ah, y jam�s pasar�as fr�o, eso te lo
aseguro.
--No s�... Me gustar�a, pero...
--Bueno, de momento qu�date hasta el domingo �dijo Mario-.
Despu�s te vas a tu casa y si al cabo de un mes m�s o menos ves que quieres
venir, hazlo.
--Y si con todo lo de estos d�as te quedaras embarazada,
�c�mo crees que reaccionar�an tus padres? �pregunt� Arturo.
--Me echar�an de casa.
--�Seguro?
--S�. Se lo o� decir a mi madre hace poco. Hablaban de una
conocida que se hab�a quedado embarazada con diecisiete a�os y eso que ten�a
novio. Mi madre coment� entonces que si a m� me pasaba eso, que me echar�an de
casa. Que no soportar�a semejante humillaci�n. Si por casualidad dentro de unos
d�as noto veo que no me viene la regla, me comprar� un test de embarazo y si es
positivo, me marchar� de casa.
--Entonces, si es el caso, te vienes aqu�. Lo digo en serio
�dijo Mario.
--Est� bien.
As� pas� el fin de semana. El domingo al atardecer, Mario la
acompa�� hasta cerca de su casa. All� la abraz� con fuerza y la morre� durante
un rato. Luego se fue. Alicia entr� en su casa y al poco tiempo llegaron sus
padres.
Unos d�as m�s tarde, estaban la madre y la hija haciendo
compras en el pueblo. Entraron en la tienda. Hugo y C�sar, aunque disimularon
delante de la gente. La madre le dijo a Alicia que no se le ocurriera entablar
ninguna conversaci�n con esos chicos. Alicia le pregunt� la verdadera raz�n.
--No son buena gente.
--�Han hecho algo malo?
--No, que yo sepa, no. Pero no tienen muchos estudios, viven
en el bosque. Y seg�n comentan, se llevan a su casa mujeres de mala vida.
--Son muy guapos. Mi ideal de chico es el mayor de los dos
que est�n ah� �coment� Alicia, m�s que nada para fastidiar a su madre-. Me
encantar�a que alguno de ellos fuera mi futuro marido. Mis hijos ser�an
preciosos.
--���Alicia!!! �se escandaliz� su madre-. Ni se te ocurra
pensarlo siquiera. Adem�s, tu futuro marido lo elegir�s entre los hijos de los
amigos de tu padre.
--�Qu�?
--Lo que has o�do. Cuando te llegue la hora, elegir�s entre
Quique, Pedro, Jos� y Alberto. Y no se hable m�s del tema. Todav�a eres muy
joven.
Alicia no habl� m�s. Al cabo de unos d�as, tuvo que comprarse
el test de embarazo. Y se puso azul. La prueba dio positivo. Al cabo de unos
d�as, tir� "sin querer" un papel en el carro de compra de C�sar. En ella pon�a
que estaba embarazada. Y que se ir�a de casa. Dos d�as m�s tarde, habl� con
Mario y Arturo. Les dijo que el fin de semana siguiente volver�a a estar sola.
--�Sigues queriendo volver con nosotros?
--S�. Os echo mucho de menos.
--�A nosotros o a nuestras pollas? �le pregunt� Arturo
bromeando.
--A vosotros y a vuestras hermosas y tremendas pollas.
--Nosotros tambi�n te hemos echado mucho de menos. Y a tus
calentitos agujeritos... ni te cuento.
--De todas formas -le dijo Mario a Alicia con la mirada
seria-, te acompa�ar� a un m�dico para que te vea. Ser� en una ciudad un poco
alejada, pero es mejor.
--Est� bien. Esta semana, durante tres d�as voy a estar sola
en casa de cinco a siete y media de la tarde. Si quer�is, puede venir alguien al
borde del bosque y le voy pasando algunas cosas para que las lleve a casa, si no
os importa.
--Te lo �bamos a proponer.
Para cuando lleg� el fin de semana, no hab�a mucho m�s que
pudiera llevarse. Dej� una carta para sus padres y se march� al bosque con sus
hombres. Cuando llegaron a la casa, Alicia se sorprendi�. Hab�an hecho un
a�adido a la casa.
--Es que como va a aumentar la familia en los pr�ximos a�os,
queremos estar prevenidos. Cada uno tiene su habitaci�n particular, y t� tambi�n
tendr�s la tuya.
--�Y tendr� que dormir sola en mi cama? �pregunt� haciendo un
moh�n.
Los dem�s se echaron a re�r.
--Si no quieres dormir sola, siempre tendr�s alg�n voluntario
para acompa�arte en tu cama. O si quieres dormir en las otras camas, tambi�n
ser�n compartidas.
--Est� bien. Y ahora tengo ganas de polla. Llevo mucho tiempo
sin una y no aguanto m�s.
Todos se ofrecieron voluntarios. Uno se ten�a que quedar sin
mojar en ese primer momento. Y Blancanieves que as� la llamaron desde entonces,
propuso que el que se quedara solo, esa noche ser�a la pasar�a exclusivamente
con ella. Una noche solo con ella. Aceptaron y entre ellos hicieron un peque�o
sorteo. Y el que se qued� para la noche fue Mario el padre. La desnudaron entre
todos y enseguida empezaron a tocarse y acariciarse. Javier se coloc� debajo de
Blancanieves, detr�s de la chica estaba Arturo. Ella masturbaba con las manos
los penes de Javier y Hugo y Flavio y C�sar se alternar�an metiendo sus penes en
la boca de la chica. Fue una org�a genial.
Despu�s de cenar, ella estaba cansada y Mario la llev� a la
habitaci�n en brazos. Se tumbaron en la cama y Mario empez� a acariciarle el
cuerpo suavemente mientras le daba besitos por toda la cara y los l�bulos de las
orejas. Luego peg� su boca a la de la chica y la bes� profundamente. Luego
sigui� bajando la boca hacia los pechos. Ten�a los pezones erectos. Se los mam�
golosamente, sin prisa.
--Mmmm, deliciosos. Te han crecido desde la �ltima vez.
Ella le bes� tambi�n como �l le hab�a hecho anteriormente.
Cuando lleg� a las tetillas del hombre, Mario se estremeci�. Luego, la chica se
dio la vuelta para que hicieran el 69. Despu�s de tomarse mutuamente sus jugos,
Mario le dio la vuelta a la chica, sigui� acarici�ndole con los dedos el
cl�toris a la vez que le met�a un par de dedos de cada mano en la vagina y el
ano. Mientras, Alicia no hab�a dejado de tocar el pene de su amante de turno. A
los pocos minutos, ya volv�an a estar los dos a mil. La hizo sentarse con la
espalda apoyada en el cabecero de la cama, le hizo pasar las piernas por sus
costados y entonces la penetr� hasta el fondo. Entr� deliberadamente, muy, muy
despacio, sintiendo cada roce de las suaves y ricas paredes de la vagina de la
chiquita en su grueso pene. Luego fue aumentando el ritmo. Blancanieves no tard�
en correrse. Mario eyacul� seguidamente sus torrentes de rico y caliente semen
lo que ella tuviera otro inmenso orgasmo.

Y as� pasaron los a�os. Dorm�a con todos. A veces con dos o
tres a la vez, otras con uno solo, pero nunca volvi� a dormir sola en la cama.
Alicia-Blancanieves, tuvo nueve hijos, de ellos tres ni�as para deleite de los
hombres de la casa. A medida que iban naciendo los ni�os, la familia iba
agrandando la casa. Mandaba fotos de los ni�os a sus padres pero nunca los
volvi� a ver. Cuando Alicia-Blancanieves cumpli� la mayor�a de edad, se cas� con
C�sar, m�s bien por efectos legales, porque en realidad ten�a siete maridos y
los adoraba a todos.
Y fueron felices y comieron perdices.