Relato: Adi�s adolescencia, adi�s inocencia Adi�s adolescencia, adi�s inocencia
Cap�tulo 23 - Adi�s Alemania. La �ltima aventura. El oto�o avanzaba lento pero seguro ocasionando que los d�as se fuesen acortando y las noches alargando. Y yo prosegu�a con mi debate interno con el estudio, aun cuando ya me encontraba bastante avanzado en el mismo. Todo el grupo pensaba en el pr�ximo verano, ya que all� ser�an los ex�menes finales del estudio y luego la graduaci�n. Ac� se debe aclarar que ese momento o acto no se celebra a la manera de los gringos ni en Latinoamerica, simplemente se va a la direcci�n del tecnol�gico y en la secretar�a le entregan al estudiante el certificado de ingeniero, nada m�s, ninguna bomba y mucho menos platillos, ni acto de graduaci�n con blusa ni birrete; todo ello es popular all� en el <>; mas no en la seca y fr�a Alemania, pa�s que no se parece absolutamente en nada a Gringolandia.
Bien. Adem�s de ello, tambi�n asist�a con frecuencia a nuestros encuentros all� en nuestro s�tano para distraerme de la frustraci�n del estudio que ya me ten�a casi al borde de un ataque de nervios. De vez en cuando se organizaban tambi�n algunas fiestas privadas a las cuales iba por invitaci�n de los celebrantes, que eran generalmente personas muy cercanas a m�. En una de aquellas ocasiones se present� que habr�a una fiestica organizada por la residencia para darle la bienvenida al oto�o. Bien, a pesar de los problemas en mi estudio, decid� bajar esa tarde al s�tano nuestro para distraerme un poco y olvidar la cagada que me estaba sucediendo en el tecnol�gico, la cual me ten�a ya casi al borde del suicidio mental, que no corporal... Aquella tarde me acompa�aban los griegos, Dimitrios y Stelios, quienes estaban muy alegres porque hab�an muchas chicas solas y por tanto la cacer�a se presentar�a f�cil. Cada uno sosten�amos un vaso, ya fuera con cerveza o vino, e incluso con agua mineral, pues Stelios era ac�rrimo enemigo del alcohol. Observ�bamos el panorama femenino, ya que las chicas se hallaban repartidas en grupitos y cuchicheaban entre ellas mientra aspiraban de sus cigarrillos y beb�an de sus vasos o copas.
-" Arturo, Arturo, mira las dos chicas que est�n en la puerta, no sab�n ad�nde ir ni qu� hacer; anda e inv�talas"-. Dimitrios se�al� hacia la entrada mientras me acuciaba con sus aguijoneantes golpes de dedos en mi espalda... Y all� se plantaban dos interesantes germanitas que ya hab�a visto en ocasiones anteriores en otras fiestas; siempre ven�an buscando a Klaus, un gran amigo de Herbert, esa tarde �l se hallaba ausente visitando a su familia en su ciudad natal llamada M�nster. Eran dos chicas totalmente diferentes en su aspecto, pero ambas lindas y dignas de ser conquistadas. Una rubia, de pelo larguito y figura muy elegante, ojillos encantadores y en especial sus caderas rumberas; la otra era de aspecto tranquilo, pelo casta�o oscuro muy largo, su silueta era fr�gil, muy fr�gil; a mi memoria vino Hilde all� en Berl�n. S�lo que esta ni�a portaba lentes y era demasiado tranquila; un aut�ntico aspecto inocente... Dimitrios aguijone� una vez m�s mis caderas para que fuese hasta las chicas; Stelios me empuj� y de repente me vi frente a ellas. Ambas me conoc�an de vista y nombre, pero nunca hab�amos tenido contacto cercano, excepci�n hecha de alg�n intercambio verbal durante la bailadera en ese s�tano que no podr� olvidar jam�s. Al verme prorrumpi� en saludos y preguntas la rubiecita: -"hola Arturo, �c�mo est�s?, �est�s bien?... �Has visto a Klaus?, nos invit� y nos dej� ac� solas y plantadas, nos dijeron que se fue a su casa... Pero t� nos podr�as invitar a entrar"-. La trigue�ita callaba observ�ndome, ya que s�lo me conoc�a de vista... La rubia prosegu�a con sus preguntas y proposiciones: -"�podemos guardar nuestros abrigos en alg�n sitio que no sea �ste?, sabes, vinimos desde D�sseldorf y estamos deseosas de pasarla bien, aunque el Klaus no est� ac�; queremos estar bien un rato, comer algo y luego bailar para divertirnos, �verdad Sybille?"-. �sta asinti� silenciosa observando la escena.
Dimitrios me azuz� al igual que Stelios; yo no sab�a qu� hacer, pero s� sab�a que deb�a reaccionar pront�simo. Y all� sucedi� algo que cambi� toda la situaci�n. La silenciosa Sybille se report� con una voz muy melosa: Arturo, �podr�amos dejar los abrigos en alg�n sitio seguro?, ac� hay mucho humo, �s�?, �tendr�as tanta amabilidad?"-. Y ahora fue un zapatazo tremendo, as� como un codazo de Dimitrios lo que me alent� a llevarlas a mi covacha para que dejasen all� sus abrigos y botas, es decir, para que se pusiesen ch�veres. Mi gran amigo griego, bailador de siritaki y fervoroso lector de Nikos Kasansakis intervino: -"Arturo, lleva las damitas a tu cuarto para que se puedan cambiar y se pongan m�s lindas; �acaso no has entendido a la lindita Sybille?, �qu� te pasa Arturo?, anda, ll�valas a tu refugio y all� ellas se puedan acicalar para que bajen a bailar y se diviertan"-. Ellas se sintieron muy halagadas por las alegor�as del desciendente de S�crates y me horadaron con sus miradas. Tom� de la mano a la rubiecita elegante, y �sta asi� del brazo a la trigue�ita gafufa. As� salimos del sal�n buscando mi refugio para que ellas se pudiesen poner c�modas y lindas. Entramos a mi minihabitaci�n -15m�-, entonces se avalanzaron al espejo para maquillarse un poco, luego se deshicieron de sus mamotretos oto�ales, se quitaron sus largas botas; quedando en sus largos vestidos enterizos que llegaban hasta sus rodillas, aparecieron sus zapatitos lindos y sus elegantes siluetas; maravillosas eran ambas en sus diferentes aspectos; <> habr�a dicho mi gran amigo Jorge G�mez all� en Berl�n Occidental; Tano tambi�n habr�a dicho lo mismo o algo similar. La rubiecita que se llamaba Margrett hal� a la flaquita invit�ndola a que la siguiera.
En el s�tano ya estaba la fiesta armada con m�sica a mucho volumen y bebidas por montones; las parejas se contoneaban alegres al ritmo de las melod�as inglesas de moda en aquella �poca. Apenas entramos, de inmediato se voltearon las miradas hacia ellas porque eran muy dignas de admirar. Dimitrios se nos acerc� para ver qu� pod�a pescar, la rubiecita tom� mi mano indicando que ya hab�a tomado la decisi�n, quedaba la trigue�ita que era muy sencilla y discreta, por tanto no era de f�cil acceso. Busc� una silleta alta, solicit� una bebida y se dedic� a observar la escena; los griegos hubieron de olvidarse de ella. Yo me fui a la pista de baile con la rubiecita. Y se inici� la danza con ella que deseaba desatar toda su alegr�a, o su frustraci�n porque el Klaus la hab�a dejado plantada en aquella tarde oto�al. Yo me dej� embriagar espiritualmente por su presencia y me anim� a contonearme con ella mientras que la gafufita entrecruzaba sus lindas piernitas sentada en la barra observando el espect�culo de las parejas bailando. Los griegos hallaron presas -parejas- y por tanto se olvidaron de las dos chicas lindas; as� mismo los dem�s amigos m�os que ten�an a su lado a sus compa�eras que se convertir�an m�s tarde en sus esposas.
La rubiecita se contoneaba airosa y candorosa sosteni�ndose de una de mis manos giraba como un trompito mientras yo la sosten�a para que no perdiese la direcci�n. Se contoneaba cadenciosa, a cada vuelta me iluminaba con su mirada seductora. Yo no le perd�a el paso y la atra�a refreg�ndole mi nariz en la suya, y de paso aprovechaba para posar mis manos en sus orgullosas nalgas, ella no se defend�a, s�lo sonre�a picarona mientras me ofrec�a toda su voluptuosidad. La trigue�ita segu�a sentada en su banco alto bebiendo un t� caliente al tiempo que observaba la escena de la fiesta. Margrett, a quien le dec�an Blondi porque era rubia, se divert�a mucho conmigo, pues se escuchaba de vez en cuando m�sica latina lo cual hac�a que ella aumentase el contoneo de sus caderas, sus largas piernas se mov�an desenfrenadas y luego paraba su ritmo para abrazarme ligeramente, luego se separaba para mostrarme su elegante silueta. El DJ coloc� un elep� de m�sica b�vara con lo cual todas las parejas se retiraron de la pista para irse a sus asientos. Cada una de ellas inici� su toqueteo particular. Nos acercamos a la Sybi para animarla a que buscase una pareja para que bailara y se divirtiera. Dimi se apareci�, ya que su chica se hab�a ido a los sanitarios, sonre�a alegre porque parec�a que la noche le ser�a placentera... Y de repente se fueron las luces.
Una lanza humana se incrust� en mi espalda, eran los dedos de Dimi empuj�ndome hacia Blondi. Fue tanto el impulso propinado por �l, que me vi obligado a abrazarla para no resbalarme o incluso caerme, ella busc� mis labios con los suyos en la penumbra, y nuestras bocas se conjugaron en un largo beso, mis manos buscaron sus nalgas y ella aprovech� para manosear mi masculinidad arropada tras la ropa, sus dedos frotaron ardientes all� abajo mientras mis manos le refregaban su trasero incesantemente... Y la luz se hizo de repente, tal y como se hab�a ido. Nuestros labios se separaron, sus manos cesaron de manosearme as� como las m�as sus nalgas. Sybi segu�a sentada en su banco alto sin conseguir admirador; Dimi se escudaba detr�s m�o riendo picar�n, entonces lleg� su parejita y me dej� en paz. El DJ coloc� un elep� de los Beattles y las parejas saltaron -saltamos- para abrazarse bajo las notas del famoso Yesterday. Blondi me avasall� entre sus brazos, se notaba que estaba alegre y deseosa de pasar una tarde divertida; Sybi segu�a sentada e impasible observaba la escena, tom� un cigarrillo y lo encendi� para fumar, ning�n macho se ocupaba de ella. Se baj� de su banqueta para solicitarme la llave de mi covacha y se perdi� en la salida. Blondi me explic� que no era muy amiga de esas fiestas as� tan ruidosas, prefer�a las reuniones de un par de personas, mas no ese bullicio de parejas con tanta m�sica estruendosa, humo de cigarrillos, un par de borrachos persiguiendo chicas y meti�ndole la mano por todos los sitios posibles, besuqueos intensos en los apagones premeditados; necesitaba tranquilidad en lugar de mucha bulla.
Blondi y yo continuamos bailando animados por la m�sica rom�ntica que el DJ colocaba para complacencia de las parejas. Los apagones no cesaban, como tampoco los besuqueos intensos. Blondi estaba muy entusiasmada, pues aprovechaba para manosearme en detalle, as� como para mordelonearme los labios, l�bulos y aprisionar mis test�culos; yo le mord�a su boca mientras le apretujaba sus redondas nalgas caus�ndole harto placer porque me envolv�a entre sus brazos hasta casi asfixiarme... Nuevamente se oy� m�sica b�vara lo cual oblig� a las parejas a retirarse a sus puestos, Blondi se mostr� algo preocupada: -"sabes, vamos a ver qu� hace Sybi; ella no es muy amiga del ruido ni del humo del cigarrillo, debe estar recostada durmiendo, ven"-. Tom� mi mano para sacarme del recinto, los griegos aullaron contentos, pues pensaban que me iba con ella para iniciar la faena y la culminar�a con sendas estocadas... Toc. toc. Toqu� y segundos despu�s abri� ella la puerta sosteniendo su cigarrillo y un vaso con refresco, estaba descalza. En mi cabecera ten�a abierto un libro; se hab�a puesto muy c�moda, pues del tocadiscos emanaba m�sica. Blondi y yo entramos para cerciorarnos de que no estaba mal o algo as� parecido, nos calm� con voz suave: -"no se preocupen, estoy c�moda, Arturo tiene de todo ac� en su cuarto, m�sica, bebidas, cigarrillos y muchos libros para leer; s�lo que los servicios est�n afuera, por cierto, tengo que ir al ba�o, esp�renme, ya regreso"-. Nos quedamos all� imp�vidos.
Blondi me empuj� hacia mi mueble cama, de inmediato se me sent� en el regazo y me envolvi� entre sus brazos para aplastar sus labios sobre los m�os, entre cada beso gru��a feroz: -"grrr, grrr, dame tu lengua, tus labios, tu boca, grrr, tengo muchas ganas de ti"-. En ese instante se oy� el clic clac de la puerta abri�ndose, Sybi nos sorprend�a en ese tremendo besuqueo, mas Blondi no se inmut� y sigui� sentada en mis piernas, una mano m�a se paseaba por debajo de su minifalda, ya sus zapatos descansaban desordenados en el piso; Sybi se dirigi� a la nevera para sacar una botella con agua, bebi� de ella y se sent� a nuestro lado, entonces tuvo una idea genial: -"Blondi, te propongo que regresemos a D�sseldorf, ac� hay mucho ruido, all� tambi�n tenemos m�sica y bebidas; adem�s, mucha tranquilidad; escucha los alaridos all� abajo, nos lo llevamos a �l y lo traemos el domingo en la tarde"-. Blondi aprob� la idea: -"s�, pero t� manejas; est� muy buena la idea tuya, s�, largu�monos ya y bien pronto... Arturo te vas con nosotras, no tienes que ir en tu carro, nosotras te traemos el domingo, pasas todo el fin de semana con nosotras en D�sseldorf, �qu� te parece la idea de Sybille?, �linda verdad?"-.
Yo estaba estupefacto con la proposici�n de ambas, mas me plac�a la idea porque ten�a ya tiempo sin mujer fija, as� tambi�n me olvidar�a un poco del ajetreo en el tecnol�gico. Asent� sonriendo silencioso, Blondi aull� victoriosa: -"s���, no te arrepentir�s, ya lo ver�s que no; anda, prepara r�pido tus cosas y nos largamos a la tranquilidad de nuestro apartamento... Sybi, saca el carro porque te llegamos enseguida; Arturo, t�malo con calma; Sybi pasaremos dos d�as muy lindos con �l en nuestro refugio cerca del Rin"-. La flaquita desgarbada se coloc� su abrigo oto�al, sus botas, su bolso, su paraguas y sali� mir�ndonos coquetamente de reojo, sonri� picarona y se perdi� tras la puerta. Blondi se lanz� otra vez sobre m� para apoderarse de mi boca mostrando su insaciable deseo de hacerme suyo, entre chuponazos y besos murmulleaba feroz: -"hoy me tienes que hacer feliz y bastante rato, desde hace tiempo te tengo en la mira, pero no se pod�a porque Klaus estaba siempre ac�, �l no est� y hoy quiero que seas m�o, grrr; d�jame morderte tu lengua, grrr... Vamos porque Sybi nos espera y ella es muy impaciente, por el camino nos entretenemos, pues son bastantes kil�metros, ji, ji, ji, ji; adem�s, ella tambi�n te tiene mucha hambre y el ojo puesto, ji, ji, ji, est� casi virgen, ya que despu�s de su defloraci�n ya lejana, pues s�lo con consolador y el dedo a medianoche; ji, ji, tienes una tarea divina este fin de semana que est� comenzando, ven y vamos a buscarla; pero antes tengo que ir a los ba�os, la cerveza, ji, ji, ji"-. Una vez que ella hubo regresado sonriendo p�caramente tom� entonces mi malet�n para bajar a la calle en donde ya estaba Sybi con su escarabajo. Desde el s�tano se o�a la aulladera de los chicos y chicas, as� como la m�sica sonando a alto volumen. Pronto vendr� la polic�a me dije y segu� a Blondi, ella abr�� la puerta del carrito de Sybi orden�ndome muy clara y segura: -"t� te sientas atr�s, ji, ji, ji"-. As� lo hice, entonces vi que ella tambi�n se sentar�a atr�s conmigo dejando sola a la gafufita adelante al volante, cerr� la puerta orden�ndole claramente: -"arranca ya y conduce pronto, pues a esta hora la autopista est� solitaria"-. Palmote� en su espalda para indicarle de esa manera que pod�a iniciar el viaje. La gafufita fr�gil enrumb� su escarabajo buscando la autopista.
Apenas salimos de la ciudad y se perdieron las �ltimas luces tras nosotros, Blondi se adue�� de m� abraz�ndome intensa y ofreci�ndome sus labios muy entreabiertos para que le invadiese su boca; posicion� la m�a sobre la suya introduciendo mi lengua mientras mis brazos la atra�an encerr�ndola suavemente entre ellos. Ella se dej� abrazar aprovechando para descalzarse y posicionar sus piernas sobre las m�as. Mi mano izquierda empez� a subir y bajar por sus largas extremidades rozando su tersa piel blanca; una mano suya se desliz� por mi pecho tratando de abrirme los botones de la camisa, sus dedos temblaban invadidos por los nervios y la tensi�n. Por fin logr� entrar y hallar los vellos de mi torso superior. Su otra mano busc� una m�a y la llev� hasta sus piernas, esa mano inici� un largo recorrido descubriendo una sorpresa agradable, no ten�a pantaletas; ahora entend�a la risilla picarona que hab�a lanzado al retornar de los ba�os. Mi mano avanz� m�s hasta encontrar la vellosidad de su pubis, as� como la entrada a su feminidad. Varios dedos m�os se hundieron entre su vellosa carnosidad provocando en ella ciertos espasmos que recorr�an todo su cuerpo, pues sus piernas tiritaban nerviosas; gru�� ansiosa a mi o�do: -"grrrrrr, s���, m�teme m�s la mano y bien profundo, acar�ciame la pepita; grrrrr, s�, s�, s�-".
Sybi manejaba tranquila porque la autopista estaba pr�cticamente vac�a y ello le permit�a controlar muy bien el carro. Nosotros atr�s nos dedic�bamos a manosearnos detallada e intensamente; ella introduciendo su mano en mi bragueta y yo hundiendo mis dedos en esa carnosidad vaginal suya que se humedec�a fervorosamente al ritmo de mis frotaciones; y su mano no se cansaba de subir y bajar por mi miembro ya babeante facilitando as� su tarea. Nuestras bocas no cesaban de acariciarse, nuestras lenguas se buscaban enroll�ndose al tiempo que nos abraz�bamos ferozmente. Las respiraciones aumentaban r�tmicamente, as� como el calor de nuestra fogosidad. Ella se subi� a mi regazo posicionando sus nalgas indic�ndome directa y abiertamente su hambre y deseo de ser pose�da en aquella tarde oto�al en la fr�a Alemania. Me abraz� voraz y feroz susurr�ndome al o�do: -"quiero tu miembro en m� bien hondo y largo rato, ven..."-. Y fue ella quien tom� la iniciativa, ansiosa introdujo su mano buscando la deseada presa para que se introdujese y hundiese entre sus carnes. Un s�lo y �nico impulso suyo bast� para que la erguida masculinidad penetrase en su inundado para�so carnal, mientras el pene se perd�a m�s y m�s debido a la presi�n que ella ejerc�a al tiempo que suspiraba rabiosa: -"s�, s�, s�, m�s, m�s, m�s; todo, lo quiero todo, todo, todo"-.
Mis manos le torturaban sus senos y nuestras bocas se conjugaban, tal y como nuestros sexos se un�an. El carro avanzaba cada vez m�s veloz conducido por Sybi quien nos espiaba por el retrovisor de vez en cuando aprovechando la soledad de la autopista. Del radio sal�a una m�sica cl�sica instrumental recordando a Wolfgang Amadeus Mozart all� en Salzburgo, su ciudad natal. Blondi no se distra�a con nada, s�lo le interesaba que mi masculinidad le acariciase lo m�s profundo de su feminidad que estaba totalmente inundada de beligerancia sexual. De su boca emanaban s�labas incongruentes, pues sus labios se apretaban sobre los m�os invadiendo mi boca con su lengua loca; sus nalgas y muslos se inundaban de lujuria l�quida producto de nuestro contacto directo por intermedio de nuestras sexualidades; todo lo m�o en lo de ella, y todo lo de ella abrazando y abrigando todo lo m�o; una c�pula total a 120 kms por hora en la autopista; �qu� fantas�a tan loca!
Su apartamento
-"Estamos llegando ya a D�sseldorf-". La suave voz de Sybi nos sacudi� y despert� de nuestro entretenimiento, las luces de la ciudad empezaron a inundar el interior del veh�culo; Blondi ech� su trasero hacia atr�s quedando al aire libre mi masculinidad bamboleante y muy erguida, ella la cubri� con ambas manos y la empuj� para que desapareciese tras la bragueta, subi� el cierre mientras sonre�a coqueta y picarona al ver la casita de campa�a que aparec�a provocada por mi a�n demasiado erecto pene. Trat� de aplacar dicha erecci�n con una de sus manos, mas con ello s�lo logr� que yo la tomara estrechamente entre mis brazos para besarla apasionadamente. Otra vez la voz de Sybi nos despert�: -"bueno llegamos, ahora al apartamento"-. Blondi me mir� murmurando bajamente: -"arriba seguimos; y luego la calmas a ella, pues no sabes cu�nto desea que la ames y la complazcas, ji, ji, ji, s�lo que no te lo demuestra, ji, ji"-. Una vez m�s se oy� la voz tierna de Sybi: -"b�jense para trancar el escarabajo, me esperan en el ascensor para subir juntos"-. Blondi se acomod� su falda y yo luchaba para esconder mi todav�a enhiesta erecci�n, escond� todo mi cuerpo debajo del abrigo oto�al y as� se solucion� ese rollo, Blondi sonri� muy traviesa, Sybi me observaba de reojo. Nos dirigimos a la puerta del edificio para buscar el ascensor el cual esperaba. Subimos mir�ndonos comprensivamente, como si supi�semos de antemano que nos esperaba una larga noche repleta con mucha lujuria sensual y carnal, una peque�a org�a privada; ellas sonre�an picaronas y coquetonas, en especial Blondi, Sybi observaba silenciosa y muy tranquila.
Durante el viaje en ascensor estuvimos manose�ndonos con Blondi al tiempo que Sybi nos oteaba por encima de sus horribles lentes de aumento, pero los cuales al mismo tiempo le otorgaban un cierto candor porque destacaban su tierna feminidad incitante; su mirada era seria, mas no dictatorial, de sus ojos emanaba c�ndido encanto. Blondi no se preocupaba de esos detalles y continuaba arrull�ndose en mi cuerpo sostenido por las paredes del ascensor lento y paquid�rmico en su accionar... Til�n, se oy� al llegar al piso de su apartamento y las puertas se abrieron para darnos paso hacia su morada en ese quinto piso con vista a las riberas del Rin; bell�simo el paisaje. Sybi abri� para que entr�semos, las luces se encendieron y apareci� una amplia sala con una mesita y un mullido sof� gigantesco; Blondi me empuj� hacia �l mientras que Sybi murmuraba suavemente: -"me voy a la ba�era, estoy muy sudada, muah, muah"-. Reparti� besitos y desapareci�.
Blondi entonces me empuj� hacia el sof� hasta que qued� sentado en �l; y luego se avalanz� sobre m� dirigiendo nerviosa sus manos hacia mi bragueta hasta hallar el cierre, tir� de �l hacia abajo e introdujo una mano suya hasta hallar mi bulto escondido entre la suave tela de la ropa interior, me mir� picarona conteniendo una sonrisilla, hurg� bien hasta que lo extrajo sosteni�ndolo segura con su mano, entonces gru�� casi silenciosa: -"esta noche me deber�s complacer mucho y largo rato; y a ella la tienes que hacer feliz porque desea que la poseas mucho tiempo; d�jame y te lo chupo para que se ponga bien duro, luego me penetras ac� en el sof� y despu�s vamos a la ba�era para meterla en la fiesta; ji, ji, ji; abre bien las piernas para met�rmelo en la boca y chup�rtelo para que se te ponga bien duro y grueso, y as� me llenes toda la alcanc�a m�a, pues est� bien h�meda y as� me entra todo"-. Una mano suya corri� suave el prepucio hacia atr�s para que apareciese el glande brillante, sus labios se adue�aron de �l envolvi�ndolo garosa; su lengua refregaba sobre la sensible piel provoc�ndome intensos espasmos en todo mi cuerpo. Solt� el miembro preguntando: -"�te gusta?, �s�?, �te gusta as�?, �verdad que s� te gusta que te lo acaricie y chupe?, pues ahora tenemos tiempo, espera me siento encima para que me llenes toda de carne bien r�gida porque ahora s� est� bien duro; �ahhh, c�mo vamos a disfrutar este fin de semana contigo!"-. Se alz� para posicionarse sobre mi regazo, tom� el miembro con una mano y lo llev� hasta su alcanc�a, lo sostuvo mientras empujaba su bajo cuerpo para que la llenase y complaciese, suspir� feroz: -"grr, s�, as� me gusta; d�jame y yo me muevo para que me llenes de mucho l�quido"-. Sus caderas se mec�an intensamente tratando de que no nos separ�semos un �nico mil�metro; su boca chasqueante se adue�aba de la m�a invadi�ndola para mordelonearme los labios y la lengua; estaba convertida en una verdadera gata feroz y voraz. Se agach� hasta mi o�do m�s cercano para susurrarme ardiente: -"vente ya y ri�game ampliamente"-. Y ya no me pude contener m�s, de mi fuente masculina eman� un l�quido suficiente para haberle sembrado hasta trillizos; ella se balanceaba ardiente al sentir que su intimidad era irrigada fervorosamente.
Inclin� su cabeza sobre mi hombro para indicarme que se sent�a complacida... Me mir� enternecida para murmurarme queda: -"me lo has hecho lindo, esperemos hasta que �l salga solo y entonces vamos a buscar a Sybi; ven y b�same, ch�pame las tetas, m�teme el dedo en mi culito para sentir una doble penetraci�n... S�, as�, bien despacito pero m�temelo todo... �Ah, qu� dedito el tuyo tan divino!, y mi alcanc�a todav�a tiene toda tu lanza... Uhmmuah, uhmuah"-. Unos largos segundos estuvimos as� hasta que suspir� delirante y hasta muy enternecida: -"me complaciste mucho y bien; �ah, qu� bien me siento! D�jame y me recupero, luego vamos a buscar a Sybi quien nos est� esperando all� en la ducha o ba�era... �Ah, ya sali� de mi cuevita!, ahora saca ese dedo travieso de mi huequito trasero, y luego nos desnudamos completos para acompa�ar a Sybi que sue�a d�a y noche contigo; y no la desilusiones; te adora, te adora"-. Se fue separando lentamente de m� hasta que quedamos frente a frente observ�ndonos, mi masculinidad erigida bamboleaba entre sus piernas, ella me observaba sensual, murmur� lentas frases: -"desvist�mosnos y vamos a buscarla, creo que est� tendida esperando que le lleguemos y pronto"-. Nos ayudamos mutuamente para deshacernos de nuestras ropas, apareci� su elegante silueta adornada por esos largos cabellos rubios y sus senos como manzanas coronadas por suaves guindas rosadas, maravillosa era esta rubiecita atrevida.
Me tom� de una mano para llevarme hasta la habitaci�n adornada con la honda ba�era y la complaciente ducha. All� descansaba Sybi entre la espuma flotante que la cubr�a toda; sus ojos se entrecerraban como si meditase. Blondi se sent� en el borde para sacarla de su ensue�o taciturno: -"Sybi, ac� te lo traigo tal como t� quer�as, ac� lo tienes; m�ralo, enteramente desnudo con todo lo suyo bien orgulloso, tal y como t� te lo supon�as; abre los ojos para que lo admires y compruebes que es la pura realidad"-. Sybi entreabri� muy lentamente sus ojos para contemplarnos, la mir� a ella y luego a m�, se hundi� en la espuma hasta sus narices sonriendo entre penosa pero complacida, emergi� alargando una mano invit�ndonos para que la acompa��semos. Nos sentamos en el borde, pues la ba�era no era muy amplia, s�lo para dos personas. Sybi no me quitaba la vista recorri�ndome de arriba a abajo, segu�a escondida bajo la fragante espuma que flotaba en la superficie; Blondi chapaleaba divertida, y yo correspond�a a la mirada dulzona de la flaquita encantadora, rompi� el silencio con su voz muy melosa: -"caribe�o, ven y enjab�name para que me acaricies toda, sin excepci�n".- Se puso de pie entreg�ndome el l�quido jab�n para que le acariciase con �l todo su cuerpo, incluyendo su m�s rec�ndita intimidad, especialmente all� quer�a ser enjabonada.
Un chorro del l�quido cay� en una mano m�a, con ella le embadurn� todo su pecho y vientre as� como su espalda, las guinditas de sus senitos se enrojecieron suavemente; prosegu� hacia abajo hasta llegar a su pubis el cual le frot� generosamente y aprovech� para hundir leve y suavemente mi dedo coraz�n en su semivirginal alcanc�a, un temblorcillo sacudi� su cuerpo y mi miembro se irgui� demostrativo, ella cerr� sus ojos orden�ndome quedamente: -"ahora atr�s, mi ojito, embad�rnamelo; quiero estar toda fresquita para ti"-. No me hice esperar y la enjabon� al m�ximo, ella suspiraba cadenciosa porque le dediqu� bastante rato a esa zona con ambas manos, adelante y atr�s le met�a los dedos en todas sus ca�adas y ranuras. Blondi contemplaba la escena casquivana. La flaquita susurr�: -"ahora d�chame para sacarme el jab�n y luego me le haces a mis pies"-. La regu� ampliamente hasta que qued� s�lo el aroma del jab�n revoloteando; ella entonces se sent� en la ba�era, yo lo hice en el borde y le tom� sus pies para masaje�rselos uno por uno concienzudamente para complacencia suya y m�a. Blondi se me arrim� arrastrando sus nalgas y alarg� una mano hasta hallar mi enhiesto miembro, lo envolvi� entre sus nerviosos dedos masaj�andolo suavemente desde el glande hasta la base, hizo lo mismo con los test�culos y luego volvi� a oprimirlo casi hambrienta, voraz, entonces se dirigi� a ella sosteni�ndolo muy firme: -"m�ralo y bien, esto todo ser� para ti, para que los disfrutes al m�ximo, m�ralo muy bien"-. Sybi murmur� temblorosa de emoci�n: -"s� Blondi, no me canso de admir�rselo y de pensar que pronto lo tendr� todo en m�, y que me llenar� corporal y espiritualmente todita"-. Hundi� sus pies en el agua para deshacerse del jab�n y se sent� en el borde proponiendo melosa pero firme: -"ahora ustedes y pronto para entonces irnos a la cama"-. Blondi me empuj�, ca�mos ambos al agua enjabonada entre carcajadas de los tres. Nos refregamos mutuamente y luego Sybi nos refresc� con la regadera para quitarnos la espuma jabonosa. Sybi sali� de la ba�era buscando una toalla, retorn� implor�ndome: -"caribe�o, ven y s�came"-. La cubr� para sacarle toda la humedad de su cuerpo, luego la envolv� y la levant� en vilo sosteni�ndola en el aire con ambos brazos; ella grit� divertida: -"Blondi ven y ay�dame, no dejes que me rapte, acompa�ame pronto, ven; ji, ji, ji; qu� rom�ntico, me siento casi como una princesa raptada por su enamorado para amarla, ji, ji, ji; Blondi, ven ya para que me ayudes, es mucho para m� sola, ven"-. Blondi nos sigui� ara��ndome ansiosa las nalgas. La rubia entr� primero al cuarto proponi�ndonos divertida: -"ji, ji, ji, juntemos las camas y as� estaremos m�s c�modos, ven Arturo, su�ltala ya y me ayudas a correr mi cama, ji, ji, ji"-. Dej� caer lentamente a la flaquita quien pos� sus pies mientras sosten�a la toalla para proteger y ocultar su desnudez, Blondi y yo empujamos su cama hasta unirla con la otra, Sybi observaba coquetona y divertida la escena.
Sybi se tendi� en la cama cubierta por la toalla, Blondi se sent� en el borde y me hal� hacia ella aprisionando con ambas manos mis muslos, luego me empuj� para que me sentase mientras ella gru��a feroz: -"grr, si�ntate ya, ven ya, grr, quiero chup�rtelo todo, desde la cabeza hasta la base y huevo por huevo me los quiero meter en la boca, grrr; uhm, que caliente y dura tienes la cabeza, uhm, uhm, uhm, grrr"-. Sybi miraba silenciosa pero al mismo tiempo muy curiosa mientras Blondi se agachaba para chupar ansiosa y amasarme los test�culos con una mano, sus labios absorb�an y su lengua refregaba el glande provocando que el miembro se irguiese y endureciese m�s a�n con cada chuponazo, Sybi observaba acarici�ndose sus labios vaginales con una mano, le hice se�as para que se acercase a m�, se arrastr� hasta llegar a nosotros quedando desnuda, le pas� un brazo por su espalda para atraerla m�s y as� besarla, una mano buscaba sus nalguitas y la otra oprim�a la cabeza de Blondi para que no cesase de mamar y chupar, era muy experta. Atraje a Sybi para besarla tiernamente buscando su leng�ita, entre tanto Blondi se met�a huevo por huevo en su boca loca de ansias y deseos de tragar carne y savia. Sybi se dejaba invadir su boca y toquetear sus nalgas. Blondi alz� su cara hasta quedar a nuestra altura, entonces Sybi le solicit� un favor muy peque�o: -"Blondi, ens��ame a chup�rselo, tambi�n quiero tenerlo en mi boca y comerme sus huevos como lo haces t�, d�jame probar, ven y mu�strame, pues quiero que quede muy contento conmigo para que venga con much�sima frecuencia a complacerme"-. Blondi le explic� risue�a: -"le envuelves la cabeza con tus labios y luego chupas, luego se la lames y refriegas con la lengua, y as� vas alternando, mientras tanto le acaricias los huevos con una mano y despu�s te los metes uno por uno en la boca, as� cambias y �l se siente muy complacido, as� se le pone bien duro para que te penetre bien profundo y sientes mucho placer al sentir que los pelos de sus huevos te rozan las nalgas mientras la carne r�gida y erguida te llena toda tu muschi*; �entendiste?"-. *Diminutivo alem�n equivalente a pussy en ingl�s...
Sybi se arrodill� a mi lado y se fue agachando hasta envolver el glande con sus labiecitos finos, yo le acariciaba sus nalguitas y hund�a mis dedos en sus ranuras, un leve temblorcillo sacudi� su fr�gil cuerpo, Blondi me abraz� desde atr�s refregando sus senos sobre mi espalda y mordelone�ndome el cuello al tiempo que leng�eteaba mi nuca. Sybi hab�a entendido bien las explicaciones, chupaba ocasion�ndome unos calorcillos en todo mi cuerpo. Mis manos recorr�an su espalda y nalguitas lentamente, entonces sent� el implacable deseo de lambetearle toda, muy en especial su bajo vientre, as� como mordelonearle su trasero y hundir la lengua entre sus nalgas, le hal� suavemente la cabeza y la mir� fijo, ella reaccion� un poco sorprendida e insegura entreabriendo su boquita: -"�qu� te pasa?, �no te gusta?, �lo estoy haciendo mal?"-. Blondi, aferrada a mi espalda la calm�: -"no, no, lo haces muy bien, es s�lo que �l tambi�n te quiere complacer y acariciarte todo tu cuerpo con su lengua, as� que ponte bien c�moda y abre tus piernas para que te meta lengua all� en tu muschi, ji, ji, ji"-. La flaquita extendi� su cuerpo para que la lamiese, me puse en cuatro a su lado e inici� el lambeteo en sus minisenitos erguidos, uno por uno le mord� suave sus pezoncitos mientras mi mano derecha se ocupaba de su genitalidad hundi�ndole los dedos en su ranura y huequito; Blondi detr�s m�o jugueteaba con mis test�culos y pene sin soltarlos en ning�n momento mientras lam�a mis espaldas. Baj� con mi boca hasta hallar sus labios vaginales para meterle la lengua en esa ca�ada y segu� hasta su anito, tal como le hab�a hecho a la Hermosura en nuestras t�rridas horas �ntimas all� en Berl�n. Su cuerpecito fr�gil se sacudi� susurrando: -"�ahh, qu� lindo es y me hace!, m�s, m�s, m�s lengua y despu�s quiero sentir toda tu hombr�a en mi muschi, m�s, m�s"-.
La rubia extendi� la mano hasta hallar la base del pene y murmur�: -"Sybi, ya est� bien duro, ahora ponte c�moda para que te lo meta muy hondo, ponte como a ti m�s te gusta"-. Ella alz� su rostro y se tendi� de espaldas susurrando: -"me gusta as� y que �l me alc� una pierna y me enganche con ambas y al mismo tiempo me lo hunda poco a poco en la muschi"-. Me tend� a su lado, ella ech� su pierna derecha hacia su pecho y yo, de medio lado, le pas� un brazo por debajo de su espalda y la envolv� con mis piernas quedando sus caderas entre mis extremidades inferiores, el miembro bamboleaba buscando refugio, Blondi lo tom� enrumb�ndolo hacia la cuevita de Sybi quien temblaba emocionada buscando mis labios con su boca, Blondi coloc� el pene en la entrada de su vagina, yo empuj� lentamente para que disfrutase de cada mil�metro de carne enhiesta. El miembro se hundi� pronto debido al anegamiento interno, nuestros pubis se encuentran, mi pierna derecha se posa sobre su bajo vientre y su pierna derecha descansa sobre mi cadera, estamos unidos como dos tenazas en sus v�rtices, Blondi, detr�s m�o, masajea los test�culos y me mordelonea la espalda, Sybi suspira feliz: -"�ahhh, por fin, por fin!, �por fin lo tengo en m�!, �qu� dicha! D�mele mordiscos a mis teticas, pezoncitos y dame muchos besitos tiernos mientras me lo metes y sacas muy, muy lenta y suavemente... S�, d�mele masajes a esa campanita que tengo deseosa de cari�os... S�, as�, as�, y despu�s me la acaricias con tu boca y lengua, ahh, qu� delicia ser amada por ti, uhmuah, uhmuah... S� m�telo y s�calo as�, suave, suave, muy suave, ahh, qu� felicidad y dicha, muah, muah, muah, ahh, ahh, lindo, ahh, lentamente, muy lentamente, siento tu gorra subiendo y bajando, dichosa soy"-.
Ambos estamos frente a frente y nos miramos intensamente, ella cierra sus ojos, yo le mordeloneo y halo los vellos de sus axilas, suspira dichosa, me voy hasta su boca para invad�rsela con mi lengua, tambi�n cierro mis ojos y me imagino tener entre mis brazos a la deidad escandinava de Berl�n, pues la fragilidad es igual, sigo cerrando los ojos mientras sue�o con Hilde... Sybi suspira cada vez que saco y meto lentamente mi carne dura en su enlagunada alcanc�a; Blondi detr�s m�o muerde mi espalda y una mano suya masajea mis test�culos, de vez en cuando echo una mano hacia atr�s para acariciarle su bajo vientre con alguno de mis dedos, ello hace que me muerda y aru�e la espalda gru�endo fiera y feroz; Sybi suspira ahogada por mis besos mientras que se aferra a m� con sus manos hundiendo sus dedos con u�as en mi espalda pidiendo silenciosa caricias internas. As� seguimos por mucho rato hasta que llegamos a nuestro �xtasis los tres, pues con un brazo me aferraba a Sybi y con la otra mano hacia atr�s le hurgaba a Blondi sus huequitos y ranuras provocando en ella placer que demostraba mordi�ndome la espalda y nuca mientras sus manos se aferraban a mis nalgas y acariciaban hambrientas mis colgantes dep�sitos de savia reproductora... La flaquita suspira implorante: -"ahora ch�pame los labios de la muschi con tu boca y masaj�ame la campanita con tu lengua, ven y compl�ceme torbellino caribe�o, soy toda tuya y haz conmigo todo lo que quieras; ven y d�mele cari�itos a estos lindos labiecitos de mi muschi llena con toda tu carne dura y r�gida, plena de vigor, ven y d�mele placer ahora con tu boca y lengua"-.
Me coloqu� de rodillas a su lado, ella le lanz� besos con una mano suya al miembro y luego roz� con ella mi boca, me fui inclinando hasta bucear entre sus piernas y hallar sus labiecitos rosaditos y tersos, se los tom� uno por uno y luego dirig� la punta de la lengua hasta su campanita, ello la hizo temblar y suspirar; Blondi tambi�n participaba a mi lado y le chupaba los senos al tiempo que con una mano sopesaba mis test�culos y orde�aba mi pene, Sybi suspiraba enso�ada: -"�ah, qu� felicidad!, me siento volando con tanta caricia; s� Blondi, mis senitos, h�zmelos brotar... �Ay, ay, ay, mi campanita, mi muschi, mi ojito!, todo me acaricias, m�s, s�, m�s, no pares m�s, hazme volar m�s, m�s, uyyy, me desmayo de tanta dicha... Ahora ven a poseerme y llegamos juntos"- Ech� sus delgadas piernas hacia su pecho ofreci�ndome su para�so, la pose� de inmediato hundi�ndole el pene hasta la base sin contemplaci�n, aull� loca de pasi�n: -"s����, as�, todo y bien hondo, aggg, me muero, me muero de felicidad, no pares d�melo y con todo, s���"-. Una generosa carga de savia sali� y se deposit� en sus entra�as mientras mi pubis vapuleaba el suyo; Blondi me mord�a la espalda y se ensa�aba con mis nalgas apretuj�ndolas con una mano suya convertida en garra, la otra masajeaba constante mis huevos repletos de l�quido procreador. Por fin nos calmamos, ella me besuquea el rostro recorriendo con sus manitas mis espaldas, susurra leve: -"b�jate y ponte a mi lado para lamerte tu boca con sabor a m� y saber qu� sabor tiene mi muschi... S�, as�, y abr�zame para dormirme entre tus brazos; Blondi, abr�zalo para que duerma entre ambas y sentirlo toda la noche... �Ah, qu� linda noche! Muah, gracias caribe�o, gracias Blondi"-. Me rodearon con sus ardientes cuerpos, sus manos recorr�an todo mi torso y bajo vientre, a veces sus manos se encontraban en el mismo sitio y se enredaban con las caricias que le propinaban a mi cuerpo, en especial mi genitalidad era la zona preferida al tiempo que me besaban y mordeloneaban mis tetillas y boca; ello provoc� una nueva erecci�n del miembro, Sybi musit� ansiosa: -"espera y me pongo de espaldas para que me penetres y as� dormirme con �l bien hondo en mi cuerpo"-. Se dio vuelta ofreci�ndome su espalda y alzando sus nalgas para que la poseyese, la abraz� suave pero firme mientras que mi masculinidad ferrea se hund�a en ella para su benepl�cito, ella murmulleaba queda: -"s�, m�s, m�s, m�telo todo y abr�zame bien fuerte, ahhh, qu� placer sentirte en m�, no te muevas para que no se salga nada; s�, con muchos besitos en mi nuca y espalda; Blondi, vente a mi lado y me chupas los senos, quiero dormirme en medio de muchas caricias"-. Y Blondi se coloc� al frente suyo iniciando una intensa chupadera de sus tetas mientras yo le met�a la mano a su vulva; as� la intensidad post coitum disminu�a poco a poco, pues ya era tarde en la noche. No era necesaria una cobija porque nos transmit�amos los mutuos calores de nuestros cuerpos, sus caricias cesaron y la oniridad nos invadi� a los tres. Sybi en el medio con mi miembro hundido en su vagina y Blondi d�ndole su calor. Lindo.
El siguiente d�a
La claridad me despierta y pienso que hace apenas un momento hab�a cerrado los ojos, siento el calor de un cuerpo femenino d�ndome la espalda, es Sybi que respira profundo y no se ha movido nada desde que nos hab�amos dormido, Blondi delante de ella tambi�n duerme tranquila, cierro mis ojos y compruebo que mi miembro est� erguido buscando un refugio, palpo sus nalgas y lo dirijo a su alcanc�a, se lo voy hundiendo muy lentamente para no despertarla, �l entra y se pierde en la tersura de sus carnes bastante h�medas, me dejo llevar por el sue�o y caigo en sopor agradable sabiendo que me acompa�an dos f�minas deseosas de ser complacidas hasta el cansancio.
-"Hola, lev�ntate, despi�rtate ya, hola, hola, ji, ji, ji; no duermas m�s perezoso, ji, ji, ji, grrr"-. Es Blondi sentada a mi lado quien me tira de las orejas d�ndome leves empellones rematados con un mordisco gru�ente en mi hombro y as� trata de sacarme del sopor en que me hallaba despu�s de esa entretenida noche con ellas en su apartamento muy cerca del Rin. Abr� mis ojos y contempl� su esbelta silueta que estaba cubierta por un baby doll hasta su bajo cuerpo as� como una seductora pantaleta de seda que dejaba entrever la vellosidad de su pubis. Estir� una mano hasta hallar sus piernas y recorr� sus c�lidos muslos tratando de abrirle las piernas para llegar a su veleidosa y jugosa alcanc�a vaginal, protest� risue�a: -"no seas tan glot�n, apenas te despiertas y ya quieres montarme; anda te aseas bien y bastante para que desayunemos, pues Sybi prepar� algo especial para que te recuperes y sigas con tu <>, ji, ji, ji, no te olvides que estar�s ac� hasta ma�ana en la tarde y no te daremos respiro, especialmente ella debido a la euforia de tenerte ac� y disponer de ti todo el tiempo y las veces que quiera, mejor dicho, que queramos porque yo tambi�n te llevo hambre, ji, ji, ji"-. Se fue al closet y sac� una toalla junto con una bata masculina de faldas cortas, me lanz� todo ri�ndose burlona: -"anda y b��ate muy bien para poder acariciarte a leng�etazo limpio y puro, como a ti te gusta; nosotras ya nos aseamos perfumamos, ven y hu�leme"-. Y baj� su cuerpo hasta m� para que aspirase sus aromas de champ� y jab�n, me llen� los pulmones de su frescura; atr�s se o�a la cantarina voz de la gr�cil Sybi, as� como el ruido de platos y cubiertos, pues estaba poniendo la mesa para desayunar en esa ya avanzada media ma�ana.
Regres� pronto del aseo y ba�o, pues mi coraz�n palpitaba acelerado s�lo de pensar que pronto las tendr�a otra vez en el lecho porque esa era la meta de los tres, fornicar hasta el agradable cansancio. Sybi llevaba una dormilona tambi�n transparente, pero hasta sus tobillos y se hab�a hecho una colita de caballo que dejaba destacar a�n m�s la tersura de su rostro, tras la dormilona se dejaba adivinar un minibikini en lugar de pantaleta, muy seductora se ve�a, me invit� a sentarme acerc�ndose: -"ven y nos ponemos bien c�modos para desayunar, ven y si�ntate entre nosotras para que no te sientas solo; �ahhh!, pero primero un besito cari�oso, uhmuah, ji, ji, ji, otro, uhmuah, divino"-. Su boca fresca se pos� en cada una de mis mejillas ensaliv�ndomelas coquetamente mientras me empujaba suavemente para que me sentara en el sitio indicado por ella. All� me percat� de la mesa puesta por ella, la premi� con un besito en la comisura de sus labios al tiempo que la apretujaba suavemente hacia m� susurr�ndole mis agradecimientos por sus esfuerzos; Blondi se acerc� y me propin� un par de pellizcos en las nalgas mientras nos aupaba a terminar las caricias: -"ya est� bien de tanto besuqueo y manoseo, basta ya y desayunemos"-. Ella nos oblig� a sentarnos para tomar los alimentos lo cual hicimos con calma para disfrutar de las viandas servidas por la flaquita Sybi.
Blondi llev� los trastos a la cocina mientras que yo me ocupaba de Sybi, pues quer�a seguir con ella la labor iniciada la noche anterior... De pronto: rin, rin, rin, el tel�fono repic� insistente, Blondi corri� para responder, era una amiga suya: -"hola Jannelore, s� estamos bien; oh no te puedo invitar porque tenemos visita de un amigo caribe�o y estaremos muy ocupadas con �l todo el fin de semana porque no vive ac� y no puede venir a diario; s�, hablamos el lunes en la feria; s� claro, claro que disfrutaremos mucho con �l, ji, ji, ji, adi�s"-. Y colg� sonriendo monamente picarona: -"ji, ji, ji, Jannelore est� sola y necesita entretenimiento, su amiguito se fue de viaje y precisa de un hombre para disfrutar con �l bastante rato; bueno, vamos al dormitorio, pues ac� hay mucha luz"-. Y sali� buscando la c�mara con las dos camas juntas, yo alc� a Sybi para transportarla al lecho, pues no ve�a el momento de tenerla otra vez estrechada entre mis brazos al tiempo que mi masculinidad se hund�a en su tersa y estrecha feminidad; ufff, qu� deseos de copularla para so�ar que era la rubia Hilde all� en el Berl�n de mis amores y dolores del cual nunca me olvidar�a ni pod�a olvidar debido a las miles de peripecias vividas all�.
La deposit� en el lecho y la encerr� entre mis brazos sin oposici�n o resistencia alguna suya, Blondi se tendi� tambi�n despojandose de su baby doll siendo cubierta s�lo por su sedosa pantaleta. Una mano m�a le subi� la larga dormilona hasta hallar su casi tanga, entonces all� me susurr� levemente al o�do: -"Arturo, anoche me hiciste mucho tiempo y ahora tengo una ligera irritaci�n en la muschi, y creo que me arder�a algo o mucho si me amas, habr�a que esperar hasta esta noche o ma�ana para que me ames intensamente, �comprendes?"-. La mir� muy atento, mi mente vol� a Berl�n y record� la terapia de la Hermosura, le hice se�as a Blondi para que se acercase y as� susurrarle a sus o�dos, luego ella se lo dijo a Sybi: -"sabes, �l conoce una terapia muy f�cil y efectiva, ji, ji; en la nevera tenemos yogur natural, anda y lo traes porque eso sirve como remedio casero y no tiene qu�micos da�inos, �l lo sabe de buena fuente, anda y ap�rate para que �l te haga esa terapia maravillosa, de repente yo tambi�n me la dejo hacer, ji, ji, ji"-. Sybi salt� y corri� a la cocina, regres� con un recipiente y quej�ndose: -"s�lo tenemos una vasito, espero que alcance porque de lo contrario tendr� que ir al supermercado"-. Blondi me oberv� casi interrogativa, le dije que para empezar era suficiente, se levant� hasta Sybi aup�ndola: -"s� basta por el momento, veremos despu�s; ven y qu�tate la dormilona y la tanguita, y ti�ndete de medio lado, �l ya me explic� c�mo es la terapia, es muy linda y efectiva"-.
La flaquita fr�gil obedec�a a las instrucciones de la rubia coquetona, me tend� detr�s de Sybi, Blondi destap� el recipiente e introdujo dos dedos extrayendo una porci�n de la masa blancuzca colocando una parte entre los labios vaginales y otra en mi glande, entonces le dijo a ella explicativamente: -"ahora �l te penetrar� llevando el yogur para expandirlo en tu muschi, as� se refrescar� todo all� y as� s� podr�s hacer mucho el amor con �l intensamente; yo le pondr� su pene entre tus labios y �l entonces empujar� lentamente, t� dices si te hace muy intenso y si debe disminuir la penetraci�n; rel�jate para que �l te pueda penetrar bien hondo"-. Y coloc� el glande entre sus ninfas para as� iniciar la terapia, envolv� a Sybi entre mis brazos mientras empujaba el miembro, ella era recorrida por un ligero temblorcillo mientras Blondi empujaba con una mano el miembro para que no se saliese y con la otra me acariciaba los test�culos para que de la uretra saliese l�quido seminal y as� el camino se pusiese m�s resbaloso; Sybi suspir�: -"�oh!, que frescura siento ya, por favor, por favor, con mucha calma y no me hagas mete y saca; Blondi, m�s yogur, me cae bien; caribe�o, s�calo muy lentamente"-. El miembro se retir� despacio como lo hab�a hecho aquella vez con la Hermosura. Blondi palp� el miembro comprobando que podr�a estar m�s duro, entonces le particip� a Sybi: -"espera un momento y le chupo la cabeza para que se ponga bien r�gido y as� te masajea m�s y mejor"-. Encerr� en sus labios el glande absorbiendo intensamente y provoc�ndome un leve espasmo mientras yo sosten�a a Sybi que yac�a silenciosa esperando la segunda parte de la terapia. A Blondi le fascinaba meterse el miembro en su boca y chuparlo desde el glande hasta la base, as� como meterse huevo por huevo en su boca, y no lo hac�a mal, al contrario, era muy experta en esa t�cnica del fornique. Blondi la anim�: -"ahora s� est� bien duro y derrama l�quido, mientras te penetra otra vez yo le masajeo los huevos para que eyacule y se extienda bien el yogur y te refresque todita"-. Su masaje dio resultado y pronto eman� de la uretra un mont�n de l�quido seminal inund�dola para satisfacci�n de Sybi: -"s�, s�, ya siento fresca humedad, tendr�s una linda recompensa"-. Yo permanec� detr�s suyo sosteni�ndola firme hasta que murmur�: -"necesito m�s yogur para la terapia, Blondi, cuid�melo, pues ir� al supermercado a comprar m�s, no me demoro"-. y se levant� para vestirse, se oy� el classhh de la puerta tras ella, entonces Blondi se me lanz�: -"yo no necesito terapia, pero s� carne y bien dura, d�jame chup�rtelo para que se pare y entonces me haces feliz, pues cuando ella regrese hasta el culo te dar�, pues esa es la recompensa que te va a dar, culo con yogur, ji, ji, ji, ji; ven y d�jame te lo chupo y as� se te ponga pronto bien duro y r�gido... Uhm, uhm, uhm, ves ahora s� est� bien, ven y me haces desde atr�s, pero en la cosita, el culo te lo regalo m�s tarde... Ahora ya estoy en cuatro, ven y c�breme y me lo metes bien hondo... S�, s�, s�, s���, todo, todo, m�temelo todo, uffff, ufff"-.
La terapia contin�a
Blondi me atenazaba entre sus brazos y piernas para que la amase intensamente, pues ella era muy activa y de largo alcance en el proceso, no se contentaba con ser penetrada y luego rociada r�pidamente. Prosigui� engull�ndose mi lengua mientras mi pene estaba hundido totalmente entre sus blancas ninfitas llen�ndole su vagina, pues ella yac�a ahora bajo mi cuerpo con sus piernas echadas hacia su pecho para darme acceso total y de esa manera la pudiera poseer completamente, nuestros pubis se chocaban ardorosos, ella se com�a mi lengua mientras que sus manos se aferraban a mis espaldas como garras, de su garganta sal�an sordos bufidos pidiendo m�s y m�s dura carne masculina: -"m�s, m�s, uggghh, uhmmm, m�s, duro, duro; es maravilloso lo que me haces, m�s, m�s, ch�pame la lengua, s�, ughh"-. Y seguimos am�ndonos arduamente entre sus bufidos y mis exhalaciones profundas mientras que nuestros sexos no se cansaban de auto complacerse, lo m�o en lo m�s hondo y profundo de ella, y lo de ella dej�ndose penetrar con pasi�n desenfrenada. Me abraz� intensamente cesando sus empujes, me susurr� fiera: -"ahora s�, ahora s� te quiero sentir en mi culo, s�calo y me lo metes en el ojito con mucha calma para que me lo hundas lentamente; s�calo, s� s�calo, ohh, ya sali� todo, espera y pongo la cabeza en la entrada de mi huequito... Ya est� ah�, ahora empuja poco a poco para que llenes de carne mi culo, ven a poseerme all�, uhmuah, s���, poco a poco, sin prisas, pues si ella viene tendr� que esperar a que acabes conmigo, as� como yo esper� a que la complacieras a ella anoche; ahhh, qu� lindo, m�teme la lengua en mi boca y termina de entrarlo todo all� atr�s m�o... Uhmmm, qu� sabroso, dame golpecitos con el pubis para que entre todo, s�, m�s golpecitos; ahhh, vente ya para que me riegues all�, grrr, grrrr, grrr, uhmuah, uhmuah"-. Una generosa eyaculaci�n le irrig� sus intestinos mientras oprim�a mi miembro con movimientos de sus m�sculos anales para sentir m�s todav�a la carne r�gida en su trasero. La descarga ces� y entonces ech� sus piernas hacia adelante arque�ndolas mientras yo continuaba yaciendo sobre ella incrust�ndole a�n el pene en su trasero h�medo y resbaloso de tanta emanaci�n seminal, ella me mord�a los labios suavemente murmurando muchos danke, danke -gracias, gracias-.
Me apoyo sobre mis codos y la contemplo, ella cierra los ojos murmulleando: -"me hiciste muy lindo... Mira hacia atr�s"-. Gir� un poco mi cabeza y vi entonces a Sybi observ�ndonos sentada al final del lecho, silenciaba respetuosamente, rompi� el silencio: -"no quer�a que interrumpiesen ese coito tan apasionado, miren lo que les traje"-. Hab�a entrado muy sigilosamente sin que nos percat�semos de ello y mucho menos de su presencia y hab�a sido espectadora pasiva de nuestra enardecida fornicaci�n. Entonces nos mostr� la compra, el yogur y unos vinos italianos que estaban muy de moda por aquella �poca en la Alemania de la pos guerra debido a la afluencia de trabajadores de Italia y con ello la irrupci�n de la cocina de ese pa�s. Blondi y yo nos desenlazamos pausadamente, ella sosten�a mi miembro ahora ya casi desfalleciente e inquiri� la flaquita fr�gil: -"mira, ahora puedes continuar con la terapia, pero antes ll�vatelo y se lo lavas bien, yo me dar� un sue�ito porque me dej� rendida y muy complacida, ji, ji, ji, y llena de l�quido por todas partes, adelante y atr�s, ji, ji, ji"-. Y se dio vuelta cubri�ndose con la frazada de lana. Sybi me susurr� queda: -"anda y l�vate pronto, te espero en el sof�, pues ella desea dormir bastante rato y no quiero que la molestemos, la dejaste rendida. Muah, a m� me tienes que tratar con mucho cari�o"-. Me fui a la ducha para lavarme muy bien los restos del fornique anal, me sequ� y fui directo a la sala, ella hab�a cerrado las celos�as y las cortinas provocando una semioscuridad excitante. Sybi se percat� de un detalle importante: -"uff, lo tienes un poquito dormido a�n, y as� no puedes entrar en m� profundamente, d�jame y te acarici� con mis manos para que se ponga duro, pues no soy una experta con la boca todav�a y quiero que se ponga duro pronto porque deseo que me llenes con bastante yogur y as� poder dejarme amar de ti sin problemas"-. Sus manos se adue�aron del pene subiendo y bajando, dej� caer unas gotas de saliva sobre �l para que resbalasen mejor, me oteaba coqueta. Sus tratamientos dieron el resultado apetecido por ella y pronto salieron las primeras gotitas de semen al tiempo que el miembro se erig�a para satisfacci�n de ella: -"ohh, ohhh, ahora s� podr�amos probar"-. Se deshizo de sus ropas tendi�ndose otra vez de medio lado y sosteniendo un vasito repleto de yogur natural, ech� su pierna derecha hacia su pecho ofreciendo su vagina, llev� una gran porci�n y se la coloc� entre sus rosados labiecitos murmurando: -"ven a m�, ll�valo bien adentro, s�, s�... Ahora s�calo para ponerme m�s, espera... Bien, y ven otra vez para que me refresques la cosita, despacio, oh s�, siento que me refresca"-. Y as� continuamos unos minutos largos. Ella entonces me susurr�: -"ahora s� v�monos a la cama con ella"-. Sigilosamente regresamos al dormitorio, Blondi dorm�a a pierna suelta, ella se tendi� lentamente de medio lado d�ndome la espalda hasta que me coloque detr�s suyo penetr�ndola cuidadosamente y manteni�ndome quieto con el pene sembrado entre sus carnes. Ella suspiro profundo y ech� una mano hacia atr�s atray�ndome m�s, la abrac� para dormir.
Brindemos
-"Hola, hola, despi�rtense ya dormilones, miren lo que les tengo en la bandeja"-. Era Blondi sentada en una banqueta baja frente a la cama y sosten�a una bandeja con copas repletas de vino tinto y unos pasapalos -pasabocas-. Su vestimenta segu�a siendo muy ligera y se notaba que hab�a estado largo rato tendida en la ba�era, pues se ve�a muy fresca, perfumada, su cabello reluc�a y brillaba, como invitando a que le chupetease todo su cuerpo, desde sus talones hasta la coronilla, sonre�a casquivana mientras colocaba la bandeja en los pies de la cama. Sybi le solicit�: -"por favor Margui*, l�rgame la levantadora y mis pantuflas, lo mismo para �l su bata corta"-. *Blondi se llamaba Margrett, y �ste era -es- el diminutivo. Muy coquetona nos trajo nuestras ropas y las lanz� riendo burlona, nosotros nos enfundamos las ligeras vestimentas. Blondi trajo la bandeja y la coloc� entre ambas, yo tom� asiento en la banquetica frente a ellas, la rubia nos ofreci� los trocitos de pizza y las copas con el vino tinto, comimos y brindamos mientras nos aclaraba que hab�a pedido pizzas durante el tiempo en que hab�amos dormido, por tanto el almuerzo cena estaba listo y no tendr�an que cocinar. Terminamos con los pasapalos y el vino lo cual nos cay� bien, la rubia se llev� la bandeja y regres� para colocar m�sica instrumental de Bert Kaempfert, Extra�os en la noche se esparci� por el umbral de la habitaci�n, regres� y tom� asiento junto a la flaquita, ambas me observaban silenciosas, como esperando una reacci�n m�a.
Y yo reaccion�, mis manos aterrizaron en las piernas de cada una de ellas y se fueron arrastrando hasta llegar a sus pubis, ambas manos les halaron sus pantaleticas con su ayuda, pues alzaron sus nalgas para deshacerse de ellas, cayeron al piso. Ahora mis manos se fueron hundiendo entre sus piernas buscando sus feminidades, ellas abrieron sus piernas observ�ndome silenciosas, Blondi rompi� el silencio para obervar: -"�y t�?, �t� no te vas a desnudar?, d�janos y te ayudamos"-. Ahora fueron sus manos las que se adue�aron de mi chor, halaron y qued� all� desnudo en su frente, volv� con mis manos a sus v�rtices para que mis dedos iniciasen la labor de exploraci�n en ambas cositas lindas suyas. Mis dedos �ndice y coraz�n se hundieron en ambas alcanc�as y el pulgar busc� sus campanitas, ambas respiraron hondamente y suspiraron en coro: -"�oh, qu� caricia tan linda!, s�, s�, masaj�anos la campanita"-. Blondi le indic� a Sybi: -"t� lo masturbas y yo le doy masajes en los huevos, anda, ag�rraselo y le haces sube y baja lentamente"-. Entonces sent� sus manos ansiosas y hambrientas que me tomaban toda la masculinidad mientras yo les masajeaba sus inundadas alcancias, ellas se acercaron para besarme las mejillas, y yo les correspond� con sendos besos voraces mientras que segu�a con el masaje en sus vaginas totalmente enlagunadas. La m�sica se o�a como fondo inund�ndonos espiritualmente. Mis dedos frotaban sus cositas y ellas masajeaban mi masculinidad, de repente Blondi me bes� muy apasionada susurrando muy bajo: -"no te olvides del culito, masaj�anos el culito tambi�n, t� lo haces muy bien... Sybi, deja que te meta un dedo atr�s para que sientas ese masaje triple"-. Hube de convertir mi mano en un trinche, uno se hundi� entre sus nalgas, otro entre sus labiecitos enlagunados y el otro frotaba sus campanitas; ambas me premiaron con jugosos besos mientras prosegu�an masaj�andome el miembro y los test�culos, yo aprovechaba la cercan�a suya y les chupaba sus senos erguidos y casi vidriosos debido a la excitaci�n que les embargaba sus humanidades, ellas me relam�an mis hombros d�ndome leves mordiscos y leng�etazos, sus manos me acariciaban.
Luego de un largo rato de masaje y besuqueo mutuos Blondi rompi� el silencio: -"Sybi, y ahora nos lo comemos entre ambas al mismo tiempo y �l �dem a nosotras"-. La flaquita la observ� entre incr�dula e interrogante, la rubiecita no se dej� sacar de su tranquilidad y continu� su explicaci�n: -"mira, �l se tiende boca arriba en la cama y nosotras nos adue�amos de �l, ji, ji, ji; una se le sienta sobre su pubis y se deja penetrar para disfrutar o tambi�n se lo puede lamber y meterse los huevos uno por uno en la boca y chup�rselos, la otra se le sienta en el pecho y �l le lame la muschi y la campanita con su lengua, luego cambiamos y as� hasta que nos cause mucho placer porque la erecci�n es m�s duradera as�"-. Sybi sonri� muy divertida anotando: -"tienes mucha fantas�a, pero debe ser lindo, �l debajo acarici�ndonos y nosotras encima disfrutando; s�, s�, pues entonces comencemos porque me gust� mucho su lamedera en mi muschi con su boca y lengua, �uhmmmm, qu� lindo y divino!"-. Blondi me hizo se�as para que me tendiese boca arriba y que me relajase porque la tarea ser�a ardua, pero bastante placentera para los tres.
Ellas intercambiaron miradas interrogativas, pues deber�an pr�cticamente rifarse los puestos para saber qui�n estar�a sentada sobre mi bajo cuerpo y qui�n lo har�a sobre mi pecho. Yo me tend� perezosamente al tiempo que ellas se bisbiseaban secretos sonriendo hambrientas de seguir disfrutando de los placeres sexuales y observando que el miembro estaba bien r�gido, por tanto ideal para una penetraci�n bastante profunda en especial en esa posici�n en la cual una de ellas se sentar�a sobre �l. Blondi aconsej�: -"sabes, primero lo chupeteamos todito para disfrutar de su cuerpo y �l nos mete mano mientras lo asaltamos, y luego s� disfrutamos de su sabroso rabote; m�raselo, ya casi est� bien duro, como para com�rselo pronto, pero antes lo chupeteamos todo, empecemos"-. Y ambas se agacharon hacia mi cuerpo, la rubia alegre se dirigi� hacia mi bajo cuerpo trazando una h�meda l�nea con la punta de su lengua mientras una mano palpaba mis huevos con cierta voracidad medida, lleg� a su destino y de inmediato encerr� el glande entre sus labios succionado feroz; la flaquita fr�gil busc� mi boca al tiempo que una mano suya se enredaba con la vellosidad de mi pecho, susurr� muy suave: -"acar�ciame los pezones con tu boca y d�meles mordisquitos y despu�s me siento en tu pecho para me le des chuponazos a las ninfitas de mi muschi que tanto te gusta, muah, muah, muah; ven, ch�pame mis roseticas"-. Y coloc� sus senos delante de mi boca para que se los arrullase con mi boca; Blondi se com�a literalmente mi hombr�a, se o�an los chasquidos de su sevicia bucal acompa�ados del intenso masaje a mis test�culos... As� fueron cambiando las posiciones y se alternaban para ser masajeadas bucalmente en sus m�s remotas intimidades y al mismo tiempo ser penetradas. En uno de esos intercambios ya no me pude contener y de la uretra floreci� una gran cantidad de l�quido seminal que se aloj� en las entra�as de Sybi, pues ella estaba precisamente sentada sobre mi bajo cuerpo dejando que el pene se alojara totalmente en su m�s honda intimidad.
Una oscura sorpresa
Yacemos agradablemente cansados mim�ndonos bucal y manualmente; mis manos se pasean por sus espaldas y nalgas, pues estoy entre ambas, ellas recorren con sus manos libres mi cuerpo a su disposici�n. Ya empezaba a oscurecer en esa tarde de ese d�a tan lleno de traj�n, silenciamos contempl�ndonos abstra�dos totalmente; Sybi se aferra a mi cuerpo suavemente cubriendo mi pecho y rostro de muy cari�osas caricias bucales, Margui me contempla socarrona en silencio. Rin, rin, rin, rin. De repente truena el tel�fono sac�ndonos de nuestra infinita y silenciosa abstracci�n, Blondi se levanta y corre hasta la mesita tom�ndolo nerviosa: -" s� d�game"-. Nos hizo se�as para que nos call�semos, una amplia sonrisa invadi� su rostro: -"s�, s�, soy Margui, ah, �eres t� Yomo con N�Gigia y Francis?, qu� bien, �tienen una fiesta y yo soy la invitada de honor?, s� claro, claro que puedo ir pero me tienen que buscar porque no tengo carro, Sybi lo necesita hoy y ma�ana; s�, en una hora estoy lista, tocan el timbre y yo bajo de inmediato, hasta dentro de un rato"-. Y colg� sonriendo p�cara: -"Son mis amigos africanos de la feria, tienen una fiesta privada, �quieren venir?, mucha m�sica, mucha alegr�a y al final mucha diversi�n privada"-. Sybi silenci� y neg� con su cabeza, luego murmur�: -"no Margui, anda t�, son tus amigos, yo no los conozco y adem�s prefiero quedarme con �l ac�, estoy un poco cansada luego de esta activa tarde que hemos tenido, anda y disfruta con ellos, pues seguro te van a complacer al m�ximo, �no es cierto?"-. Blondi continu� sonriendo mal�fica: -"ji, ji, ji, no sabes del fiest�n y fest�n que te pierdes, los tres son muy queridos, bueno te dejo con �l, me voy a la ducha para refrescarme un poco, ji, ji, ji"-.
La flaquita levant� la frazada para cubrirnos con ella y luego sonri� tambi�n picaroncita: -"sabes, es m�s fest�n que fiest�n, pues ella se encama con los tres al mismo tiempo porque le fascina que la penetren doble y al mismo tiempo llenarse la boca con otro pene, cuando ellos vienen ac� yo me voy a mi pueblo porque es una gritadera y chilladera suya, as� como muchas carcajadas de esos africanos, la penetran y fornican en el sof�, en la cama, en la ba�era, y hasta en el balc�n, se cambian de posici�n hasta que los tres la han pose�do, vaginal, anal y bucalmente, luego ellos se van y ella queda rendida y llena de esperma por todo el cuerpo, pero feliz afirma ella; bueno que disfrute y goce con ellos... Sabes, cuando se vaya ella nos vamos a la ba�era para reponernos y despu�s nos hacemos una noche linda entre t� y yo, con todo el apartamento a nuestra disposici�n; esperemos a que ella se vaya"-. Y me arrop� con sus brazos.
Blondi volvi� pronto envuelta en su bata revoloteando por la habitaci�n mientras se perfumaba y acicalaba al tiempo que se vest�a con prendas bastante f�ciles de quitarse, un top, pantaleta de seda y bien estrecha, una minifalda verdaderamente corta, las botas de oto�o y un abrigo corto, estaba como para chup�rsela enterita, volvi� a interpelar a Sybi explic�ndole: -"sabes, a mis amigos les gustan mucho estas ropas tan sensuales, les fascinan; y bueno Sybi, no sabes lo que te pierdes, tres hombres muy bien dotados y de largo trajinar, te complacen todo lo que una les solicite, ji, ji, ji, mira as� los tienen, como para desmayarse cuando te penetran"-. E hizo una exagerada se�al en el aire riendo muy burlona mostrando las dimensiones masculinas de sus tres pretendientes africanos, luego se sent� en el borde de la cama mir�ndome coquetona e incit�ndome: -"bueno, t� no est�s tan mal, tambi�n lo tienes sabroso, me hiciste muy feliz; bien, me la cuidas y tratas bien, ji, ji, ji; Sy
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Relato: Adi�s adolescencia, adi�s inocencia
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