Relato: Por una apuesta de mi marido
Me llamo Sonia tengo 34 a�os mido 1.77 m peso 68 kg soy blanca de pelo casta�o claro y ojos color miel. Lo que les voy a contar ha sido la experiencia m�s impactante que he vivido. Estoy casada desde hace 4 a�os con un hombre mayor, mi marido tiene 68 a�os y es un tipo muy caliente y morboso, no me molesta que sea as� pero a veces como que se pasa de morboso y me obliga a hacer cosas muy sucias, pero en fin es mi marido y yo lo obedezco y le doy gusto en todo lo que me pida. El problema es que tambi�n es un jugador empedernido, tiene muy arraigado el vicio del juego, ha apostado todo y ha perdido muchas cosas. En una ocasi�n hace 2 meses sin saberlo yo, como ya no ten�a que apostar me apost� a mi, su amigo con el que jugaba me conoce y me he dado cuenta que me desea, as� es que no objet� en aceptar la apuesta, como era de esperarse mi marido perdi� y tuvo que pagar, esa noche lleg� a la casa con su amigo el que le hab�a ganado la apuesta, era un hombre de 70 a�os, gordo, chaparro, con mucha pansa, barb�n y bigot�n que apenas se le ve�a la boca y prieto. Entraron a la casa, su amigo llamado Felipe me salud� y me encuer� con la mirada, mientras mi marido le dijo que esperara en la sala y me pidi� lo acompa�ara a la rec�mara, ah� me dijo "r�pido c�mbiate de ropa y ponte algo muy femenino y sensual que Felipe te est� esperando". Yo no entend� que pasaba pero como estoy acostumbrada a obedecer a mi marido sin retobar, saqu� del ropero un vestido de cuello redondo sin mangas cortito a medio muslo, unas sandalias de tac�n alto de aguja de 10 cm sin punta y sin tal�n y unas medias transparentes. Mi marido entr� de nuevo a la rec�mara cuando ya me hab�a puesto el vestido y las sandalias de tac�n alto y me dispon�a a ponerme las medias, me dijo "d�jate las piernas sin medias que a Felipe le gustan m�s as�". Yo segu�a sin entender que ten�a que ver Felipe, sal� a la sala y Felipe al verme me recorri� con la mirada y se puso de pie, sus ojos brillaban de deseo y de lujuria, me dijo "que buenota te ves as� Sonia" y me tom� por la cintura me dio vuelta y me recarg� su verga entre mis nalgas, sent� como al contacto su verga se endurec�a y se apretaba en mi culo, le dije a mi marido "Fer que pasa, Felipe se me est� recargando" a lo que mi marido contest� "t� d�jate y no protestes que ahora Felipe es tu due�o". Yo no daba cr�dito a lo que acaba de escuchar, mi marido se sali� a la calle y Felipe continu� recarg�ndome su verga entre mis nalgas, adem�s meti� sus manos por debajo de mi vestido y acarici� mis piernas levantando mi falda hasta sobarme mi panocha. �l me dijo, ya Sonia no hagas panchos, si ese cabr�n de Fer te quisiera de verdad nunca te habr�a apostado, pero ni modo te apost� conmigo y perdi�, ahora se chinga t� a partir de ahora eres mi hembra y me vas a obedecer s�lo a mi. Al oir aquello le dije "que significa exactamente que soy tu hembra Felipe" y �l me contest� "significa que de ahora en adelante vas a sentir como mi verga se unde totalmente en tu pepa y como te la llena de mocos". Dicho esto me tom� de la mano y me sac� de la casa para llevarme hasta su camioneta, me subi� en ella y nos dirigimos hacia su casa, todo el camino me fue acariciando las piernas levantando mi vestido hasta descubrirme las pantaletas y sob�ndome la panocha. Cuando llegamos a su casa meti� la camioneta y cerr� la puerta con llave, me llev� de inmediato a su rec�mara y apoy�ndose en el tocador me pidi� me parara adelante de �l, obedec� y sent� de nuevo su verga entre mis nalgas y sus manos acariciando mis piernas, me dio la vuelta para besarme la boca y el cuello mientras raspaba mi bajo vientre con su verga y acariciaba mis piernas por detr�s. Se tendi� en el piso boca arriba y me pidi� me parara arriba de �l con mis piernas abiertas, as� lo hice y �l qued� entre mis piernas y debajo de mi falda, sent�a como sus manos acariciaban mis piernas en toda su longitud, me dijo "me encantan tus piernas largas, robustas y parejitas Sonia, adem�s las tienes muy suavecitas, est�s bien buena". Luego me tendi� en la cama me baj� las pantaletas y se quit� los pantalones junto con sus calzones, me mostr� su verga bien parada y me dijo que siempre hab�a deseado undirme su verga en mi pepa.
Vi como ese viejo de 70 a�os se colocaba entre mis piernas, se acomodaba la pansa para que no le estorbara y colocaba la cabeza de su verga en la entrada de mi panocha, me mir� fijamente y sonri�ndose malevolamente me dijo "Sonia mamacita hay te va toda mi verga parada de 70 a�os dentro de tu pepa joven de 34 a�os" y me embisti� undi�ndome toda su verga hasta dentro, as� estuvo largo rato frot�ndose dentro de mi hasta que al fin se puso r�gido y empez� a arrojarme chorros de semen blanco, espeso y muy muy caliente dentro de mi panocha, sent�a como sus mocos me quemaban, en verdad estaban muy calientes, Felipe bufaba mientras se ven�a dentro de mi, por fin termin� de venirse y se qued� acurrucado en mis senos con su verga a�n dentro de mi cuerpo. Luego de un rato de reposo sac� su verga de mi panocha y me di� la mano para ayudarme a levantar, me abraz� y me bes� en la boca y en el cuello y me dijo "Sonia mamacita siempre me has gustado y te he deseado y me mor�a de ganas por enterrarte toda mi verga en tu pepa, ahora que ya te cog�, que ya fuiste mia te voy a hacer mi vieja, mi hembra, mi puta, mi todo, a partir de ahora vas a vivir conmigo y vas a tener siempre tus nalgas acopladas a mi verga, vas a sentir mis manos acariciando tus piernas y vas a abrirlas cada vez que yo te diga para ensartarte tu pepa con mi verga parada". Despu�s de decirme esto me bes� de nuevo en la boca y en el cuello y me pidi� que me olvidara que alguna vez hab�a sido la vieja del pendejo de Fer. Ahora soy la mujer, la hembra, la puta de Felipe y �l cada vez que siente ganas (que es muy seguido) me toma por atr�s, me recarga su verga entre mis nalgas, me acaricia las piernas y luego me tiende en la cama para ensartarme con su vergota bien parada y cogerme bien rico hasta llenarme mi panocha con sus mocos blancos, espesos y muy muy pero muy calientes que me queman.