Relato: El Inocente Cuando ten�a siete a�os me invitaron a una estancia a pasar las vacaciones de verano, all� viv�an mis t�os con dos hjas grandes y dos hijos, uno de veinte a�os y otro de siete como yo.
Con el primo de mi edad and�bamos juntos para todos lados, hac�amos todo juntos, lo que m�s nos gustaba era ir al arroyo cercano a la casa a ba�arnos, y lo hac�amos completamente desnudos. En ning�n momento hubo con mi primo nada malicioso, �ramos totalmente inocentes con respecto al sexo, pero de acuerdo a lo ocurrido unos d�as m�s tarde, con mi primo grande la cosa era diferente.
Su nombre es Alvaro y como ya dije tiene veinte a�os, es alto, musculoso y como lo comprob� dolorosamente, muy bien dotado, no tenia novia en esa �poca, por lo que andaba siempre caliente.
Todo empez� como jugando, me jorobaba pregunt�ndome si con Josesito hac�amos como la vaca y el toro, al principio no lo entend�a, pero en una oportunidad vi a un toro mont�ndose a una vaca y not� la inmensa pija que retiraba cuando se bajaba de ella y no tuve mejor idea que pregunarle a Alvaro que estaban haciendo.
Ahora me doy cuenta que ca� en una trampa yo solito, mi primo me llev� a unos galpones alejados de la casa y me dijo que me iba a explicar, yo siempre fui curioso y como ya dije antes era tan inocente que entr� en su juego sin darme cuenta.
El se sent� en unas bolsas de lana y me puso en su falda, hasta ese momento su actitud era para mi totalmente normal, pero empez� a decirme que el toro se sub�a a la vaca para hacerle un ternerito, que los hombres se lo hac�an a las mujeres para hacerles un hijo y me pregunt� si hab�a sentido algo cuando vi al toro cogi�ndose a la vaca. En realidad cuando vi aquello se me hab�a puesto dura la pijita, pero no lo asoci� con nada, me pregunt� si me hab�a gustado lo que sent� y yo inocentemente le dije que s�, que me hab�a gustado mucho y ah� me prgunt� si me gustar�a sentir aquello otra vez, le dije que s� y en ese momento se cerr� totalmente la trampa a mi alrededor.
Alvaro empez� a acariciarme suavemente entre las piernas y subiendo hacia mi ingle sus manos me hizo sentir un estremecimiento, fue tan evidente que no necesit� nada mas, se fue directo a mi pija y a mi cola, un calor se me subi� a la cara y sent� como algo grande y duro se colocaba ente mis nalgas, cuando le pregunt� me contest� que era su pija y que me la quer�a pasar entre las nalgas, que me iba a gustar y que era un juego.
Mi �nica vestimenta era un short de amplias piernas y con el�stico en la cintura, en un santiam�n me lo baj� hasta las rodillas y sent� su pija directamente entre mis nalgas, la sensaci�n fue linda, era suave y caliente y me hac�a latir alocadamente el coraz�n.
En un instante m�s ya me hab�a sacado el short completamentewe y cuando me agach� un poquito para ver lo que sent�a entre las piernas, casi me ahogo de la sorpresa, acostumbrado a mis bolas y pija chiquitas y totalmente lampi�as, lo que v� me asmbr� realmente, sus huevos eran inmensos y colgaban en una bolsa grande y llena de pelos y m�s arriba un pedazo de pija como jam�s hab�a visto, calculando en el tiempo creo que m�s de veinte cent�metros y muy gruesa, pero lo que m�s me asombr� fue la cabeza, grand�sima, algo azulada y con un l�quido transparente en el agujero.
Ah� reaccion� y trat� de escaparme, pero eso era algo que Alvaro no iba a permitir, me atrajo hac�a s� violentamente y sent� como dec�a: "ni lo pienses guacho de mierda, ese culo virgen va a ser m�o y de nadie m�s" y me sent� en aquella bestia cabezona sin ning�n miramiento. Empez� un grito que muri� en el mismo instante en que perd� el conocimiento, cuando reaccion� estaba solo, vestido y ni rastros de mi primo.
Estuve un rato tratando de componerme totalmente y cuando cre� que pod�a caminar normalmente me fui hacia la casa, pero en el camino sent� unos retorcijones en las tripas y cre� que me hac�a encima, corr� como pude hacia un muro de piedra, me baj� el short y dej� que saliera lo que yo cre�a ser�a materia fecal, pero me sal�an chorros de un liquido blanquezino mezclado con sangre.
Cuando llegu� a la casa le dije a mi t�a que algo me hab�a caido mal pues estaba con descompostura y hab�a echado una gran cantidad de un l�quido blanquezino mezclado con sangre y que me ard�a mucho el culito, reci�n muchos a�os despu�s entend� la mirada de mi t�a a mi t�o y el comentario que hizo moviendo la cabeza de un lado a otro, "este hijo nuestro va a tener que conseguir novia".
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Relato: El Inocente
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