Mi padre mi maestro, en un momento inesperado el se convierte
en mi iniciador y me revela secretos sexuales para mi desconocidos hasta
entonces.
Soy un joven de treinta a�os, esto que voy ha contarles
ocurri� en mi adolescencia cuando yo estaba comenzando a descubrir los placeres
del sexo y mi energ�a era inagotable. Mi padre es un hombre sencillo que siempre
trabajo en tareas rurales en esa �poca era capataz en una estancia y portaba un
formidable cuerpo atl�tico y unos ocultos cuarenta a�os que no demostraba para
nada.
Yo apenas doce o trece a�os no recuerdo exactamente tal vez
catorce. En esa �poca viv�amos en un campo muy grande que el administraba en la
Prov. de Bs. As. (Arg) Estas estancias sol�an tener muchos empleados que Vivian
all� mismo con sus Familias incluso hasta en alg�n momento tuvimos una maestra
que venia a dar clases a todo los ni�os juntos que Vivian all� y en otras
ocasiones �bamos a clases a una escuela rural cercana todos los ni�os en un
mismo autob�s pagado por nuestros padres para tal fin.
En esos a�os de tanta efervescencia y descubrimientos, yo
tenia una amiga muy particular que tenia unos a�os mas que yo, a quien llamare
Marcela para no revelar su verdadero nombre, ella era una chica alemana de ojos
azules casi turquesa, pelo rubio y una piel blanca casi transparente, ella ya
portaba unos senos bien marcados redondos e indisimulables que siempre estaban a
punto de escaparse de entre sus ropas.
Tambi�n su cola era bien redondeada y bien paradita, sus
nalgas se mov�an con mucha gracia; por sus piernas yo me imaginaba una cola bien
blanca y blandita pero a trav�s de sus ropas se notaban bien firmes.
La verdad de todo esto es que yo hab�a empezado a jugar con
ella y con su cuerpo, ella tenia tambi�n mucha curiosidad sobre mi y sobre mi
cuerpo, una de las primeras situaciones calientes fue cuando ella me ense�o a
besar, siempre camin�bamos por el campo y charl�bamos largas horas, a veces nos
tom�bamos de las manos y nos bes�bamos con la excusa de aprender como se hacia,
lo cual provocaba en mi tremendas erecciones que ella disfrutaba mucho ya que
frotaba su cuerpo contra el m�o presion�ndome la verga y los huevos logrando que
se me pusiera mas dura cada vez, as� fuimos avanzando hasta que un d�a
propusimos desnudarnos y mostrarnos nuestros cuerpos, ella me pidi� que le
mostrara mi pene y ella me mostr� su tesoro mas guardado, yo empezaba a tener
unos pelitos muy t�midos que asomaban lentamente sobre mi verga y ella tambi�n
tenia unos pelitos rubios que se acomodaban bien ordenadamente al rededor de su
raya. ella me permiti� que le abriera con mis dedos su almejita y observaba ese
orificio hermoso, peque�ito y rosado por dentro, en ese momento tuve una
erecci�n tremenda, y ella me pidi� que le pusiera la cabecita de mi pene en la
puertita de su conchita, que hermosura nunca voy ha olvidar esa sensaci�n y ese
primer intento de penetraci�n, no llegue a penetrarla porque ella me dijo que
tenia temor que algo malo nos pasara y ese d�a la cosa quedo all�; a todo esto
mi padre seguramente se daba cuenta de lo que estaba pasando entre nosotros as�
que un d�a el me hablo claramente y me explico de las consecuencias que podr�a
acarrear el hecho de tener relaciones con ella con respecto a un embarazo, pero
en realidad creo tambi�n que el tenia una curiosidad inmensa de saber que estaba
pasando entre nosotros, yo le confes� lo que hab�a ocurrido hasta el momento y
hasta adonde hab�amos llegado.
Mientras yo le iba contando con lujo de detalles la cara de
mi padre se iba transfigurando, sus ojos se abr�an m�s grandes y tragaba saliva
como si se le hubiera echo agua la boca; en ese momento me dijo: - Hijo, es una
hermosa chica, si lo deseas puedo ayudarte a que disfrutes del sexo con ella -.
A lo que respond�, - me muero por tener sexo con ella pero siempre llegamos a un
punto donde ella se resiste -, el me dijo - no te preocupes, dile que yo puedo
ense�arles todo lo que deseen aprender sobre sexo, ella aceptara -.
Efectivamente ella acepto, seguramente porque mi padre es un hombre muy
atractivo, y en ese momento tenia un cuerpazo muy atl�tico y expiraba seducci�n
por todos sus poros.
A los pocos d�as tuve la experiencia mas explosiva de mi
adolescencia, la cita para nuestra primera clase de sexo se concreto en un
establo donde mi padre guardaba su caballo, herramientas y alimentos para los
animales, era un lugar muy calido ya que estaba construido de madera con unos
ventanales en lo alto que permit�an la entrada del la luz del sol, all� hab�a
muchos fardos de paja y estaba invadido del olor particular de paja calentita y
caballo, algo que me pone a full hasta hoy en d�a.
Est�bamos all� adentro cuando mi padre entro, cuando lo vi
cerrar la puerta empec� a sentir un hormigueo en mi estomago que me empezaba a
subir hasta el cuello, y al verlo caminar hacia nosotros mi miembro empez� a
hincharse lentamente, la respiraci�n de Marcela se acelero poco un poco, y mi
padre se desbrocho un poco la camisa porque all� la temperatura era un poco mas
alta que afuera, o porque estaba poni�ndose caliente igual que nosotros,
entonces tomo a Marcela de la cintura y empez� a bajarle su pollera y su ropa
interior despu�s, ella suspiro, el la puso contra la monta�a de hiervas secas le
abri� las piernitas y empez� a lamerle la colita, ella lanzo un gemido fuerte y
el le susurro, - no grites tan fuerte, esto reci�n empieza -, con sus dedos, le
separaba las nalgas y la penetraba mas con la lengua, yo observaba ese
espect�culo y sent�a una revoluci�n en mi interior, me vinieron unas ganas
tremendas de masturbarme.
Mi padre me pidi� que me acercara mas para observarle bien la
conchita a esta chica y me mostr� el cl�toris de ella, que estaba totalmente
erecto yo empec� a besarle con mis labios toda la zona, empezando por el
cl�toris, y luego segu� bajando por los labios vaginales hasta que introduje mi
lengua en su interior a todo esto mi padre me sacaba los pantalones y el
calzoncillo dej�ndome totalmente en pelotas y cuando ya estaba desnudo me dijo :
Bueno ahora penetrala, yo acerque la punta de mi verga a la puertita de su
tesoro que estaba mojado y caliente y mi padre me dio un empuj�n con su mano en
la cintura y la penetre de golpe a cual ella respondi� con un gemido fuerte, yo
sent� un placer enorme al notar como se resbalaba mi miembro en su interior y
comenc� el mete y saca hermoso que me transportaba al para�so, empec� a sentir
un placer enorme que nac�a en mis pelotas e invad�a todo mi cuerpo no pod�a
parar de moverme met�a y sacaba sin hacer ning�n esfuerzo mi cuerpo se mov�a
solo y la invasi�n de placer era tremenda cada vez sub�a mas arriba hasta mis
tetillas y luego mi garganta.
A todo esto mi padre con una hermosa verga recta grande y
gruesa le masajeaba los pezones y trataba tambi�n de introduc�rsela en la boca
algo que a la chica le era un poco dificultoso sobre todo cuando quer�a lanzar
un gemido fuerte ya que el aprovechaba ese momento para taparle la boca con su
vergota.
Yo no daba mas estaba a punto de explotar y mi padre me
gritaba, �vamos m�s fuerte! Yo me mov�a y gritaba sent�a todo el orgasmo pero la
leche no sal�a, entonces mi padre se acerco ha mi me hizo separar un poco las
piernas y me agarro de las pelotas y empez� a apretarlas masajearlas y tironear
hacia abajo como si me estuviera orde�ando entonces de pronto empec� a sentir
como mi verga se llenaba de un liquido ardiente detuve mis movimientos de golpe
y con los tirones que me daba mi padre la polla quedo fuera del ese canal
maravilloso y empec� a desparramar leche caliente sobre ella al mismo tiempo que
gem�amos de placer los tres, el primer chorro de leche que salto llego hasta su
cara y el segundo le ba�o los pechos, el resto quedo en su panza y alrededor de
su conchita.
Mi padre fue el ultimo en correrse, se puso de pie al lado
nuestro y empez� a darle las ultimas cascadas hasta que solt� un torrente blanco
que iba cayendo poco a poco sobre el vientre de ella y se confund�a con mi
lechita blanca.
Ella estaba muy feliz no paraba de elogiarnos y decirnos lo
bien que la hab�a pasado.
Estas clases continuaron por unos meses y son el mejor
recuerdo que tengo de los comienzos en el sexo.