MI PRIMERA VEZ ( CON MI NOVIO )
Hola de nuevo, la historia que les voy a contar pas� unos
a�os despu�s de mis primeras experiencias ( aqu� relatadas ).
Yo ten�a 14 a�os cuando conoc� a mi primer novio, un muchacho
de 19 que viv�a frente a nuestra casa. El chico que hac�a un par de meses que
hab�a llegado a nuestro vecindario se mostr� desde el primer momento muy
interesado con las chicas de nuestro barrio, hasta el punto que no tardo m�s de
dos semanas en conocernos a todas.
Javier, as� se llama el joven, se present� ante nuestros ojos
el d�a despu�s de haberse mudado, era alto, fornido y atl�tico, se notaba que le
gustaba el deporte puesto que andaba siempre con un monopat�n a cuestas. Su
semblante apuesto, sus ojos negros y pelo casta�o r�pidamente causaron sensaci�n
ante nuestras inexpertas miradas de primerizas adolescentes.
Nos saludo y se acerc� a nosotros, se present� como el nuevo
vecino con una amplia sonrisa que no ocultaba su seguridad y su dominio, por
edad, de la situaci�n. Nosotras, mi amiga Alba, su prima Sara y una servidora,
enrojecimos ante la osad�a del reci�n llegado y tan s�lo pudimos articular unas
breves palabras est�pidas que lamentamos despu�s.
Tengo que decir que a los 14 a�os las chicas, en la mayor�a
de los casos, ya han sentido el despertar de su sexualidad debido a su " cambio
" hormonal y f�sico; nuestra sexualidad la de mis amigas y yo, no era una
excepci�n y ya hab�amos fantaseado con nuestro dedito en m�s de una ocasi�n. De
hecho en mi caso, particular ya hab�a tenido alguna que otra experiencia con el
sexo. Sin embargo, la experiencia que este chico nos hab�a prometido seg�n
nuestras fantas�as ten�a ya que ver con lo que se supone que unas chicas como
nosotras experimentan a tal edad.
Javier a la noche siguiente vino a nosotras, se acerco a
nuestro rinconcito del parque junto a nuestro barrio, donde �bamos a explicarnos
nuestros chismes e historias. Nos saludo y pregunt� si pod�a quedarse un rato
hablando con nosotras, nosotras nerviosas asentimos. Estuvimos charlando un rato
sobre trivialidades y gastando peque�as bromas hasta que mi amiga Alba y su
prima Sara se percataron que ya era hora de cenar, y que ten�an que marcharse a
sus respectivas casas. Yo inocentemente tambi�n hice adem�n de marcharme aunque
confes� que yo cenaba media hora m�s tarde que mis amigas; oy�ndolo Javier me
pregunt� si quer�a quedarme un ratito m�s con �l, y as� nos conoc�amos un poco
mejor. A lo cual asent�.
Alba y Sara me miraron con cara de envidia mal disimulada,
aunque remolonas se fueron cuchicheando entre s� una vez se hubieron despedido
de nosotros. Yo muy nerviosa casi no pod�a mirarlo a la cara mientras �l me
miraba con fijeza. Javier una vez solos se acerco m�s a mi y me sonre�a con
confianza. Al ver que no le miraba directamente el sonri� un poquito m�s y me
dijo:
Sabes Pilar tu eres la m�s bonita del grupo y si quieres
te voy a hacer mi preferida.
YO, sonriendo tontamente, enrojec� m�s si cabe, y le dije con
un t�mido ( y casi inaudible ):
Bueno...
Con una voz m�s aterciopelada y casi siniestra me dijo que
para que eso ocurriera, yo ten�a que ser muy obediente puesto que �l me iba a
ense�ar a jugar a sus juegos favoritos. Yo ya no le pod�a mirar y tan s�lo
asent�a con la cabeza; �l alarg� su mano y la coloc� encima de mi rodilla,
despu�s con una suave caricia fue subiendo hasta que con un ligero movimiento me
invitaba a que abriese un poco las piernas. Yo que llevaba una faldita de
cuadros y una blusa blanca ( indumentaria habitual de las chicas un poco menores
que yo, pero que a�n lo utilizaba por que mi madre inconscientemente prefer�a
retrasar simb�licamente mi crecimiento ). Yo empec� a sudar y a temblar y �l me
dec�a:
- Buena chica, �brete un poquito m�s para que pueda darte
mimos
Yo fui abriendo un poquito m�s hasta que su mano roz� mi
cuquita, la cual se hab�a ya mojado un poquito. Con un par de dedos frotaba mi
conchita mientras me dec�a que era una chiquita muy hermosa y que iba a ser muy
bueno conmigo. Despu�s, de repente retiro su mano de mi concha y se puso de pie,
desabrochando lentamente sus pantalones y baj�ndose la cremallera me hablaba de
lo bonito que era darle mimos a la gente que se quiere. Me pidi� que le mirar� y
que le bajara los pantalones, con naturalidad lo hice, y le dej� al descubierto
un terso miembro que apuntaba directamente a mi cara. No tuvo que ped�rmelo, yo
ya sabia que hacer, cerr� los ojos abr� la boquita y me lo introduje en la boca.
Lo lam�a como si fuera un helado, y abriendo los ojos le
miraba la cara agradecida, me sent�a contenta de hacerle feliz, �l iba
resoplando y le notaba su cara de placer, mientras lo lam�a de largo y ancho, le
besaba sus bolitas y me lo com�a entero. Ten�a un bonito miembro que muy duro
casi me lo pod�a introducir de pleno, de hecho no hab�a cosa que me gustar� m�s
en el mundo que lamer colitas. �l resoplaba cada vez m�s fuerte hasta que me
dijo:
Chiquita creo que estoy llegando, ahora quiero que hagas
una cosita, quiero que te lo saques y con la manita me la vayas moviendo
ante tu carita
Yo obedec�, con un rictus de placer en mi cara, le iba
moviendo su colita ante mi cara esperando el inevitable momento en que me dar�a
lo que ansiaba: su cremita. Javier empez� a respirar fort�simo y a jadear hasta
que de golpe se estremeci� salpicando mi frente y nariz de su lechita que,
dejando su colita, me fui apetitosamente llevando a la boca con mis dedos. �l me
sonre�a mientras me acercaba su colita semierecta a mi cara, yo entendiendo,
abr� mi boquita y se la relam� mientras le limpiaba su cremita que como el mejor
manjar lo paladeaba y tragaba.
Al acabar se visti� y yo segu�a abierta de piernas y lamiendo
su lechita extasiada, �l me dijo que si quer�a ser su novia en adelante, le dije
que s� sin pens�rmelo. Me bes� y me dijo que ya era hora que regresasen a sus
casas, la cena deb�a estar preparada...
Nos fuimos caminando abrazados hasta el inicio de nuestra
calle, nos besamos y nos separamos sonriendo...