Me quito la bata y me meto a la ducha nuevamente. Me
restriego con furia queriendo sacar la mancha invisible que me cubre, pero �sta
no sale. Me sereno. Tengo que pensar. S�, todo est� bien, no ha pasado nada
malo. Tengo que vestirme para preparar el almuerzo. Salgo de la ducha.

Me miro al espejo, recuerdo que all� estuvo ese hombre. Me
horrorizo. No, no me horrorizo, mi mente me juega malas pasadas. Miro la puerta.
All� est� el ojo de la cerradura. La luz del pasillo se filtra. -Despu�s de todo
no fue tan malo �pienso. Nadie lo sabr�.

Estoy en mi dormitorio y me visto. Quisiera tener de esas
braguitas que salen en las revistas de Avon, pero mi madrina nunca me compra de
esas, as� es que tengo que usar mis calzones pasados de moda. Me pongo una
faldita, sujetador y una polera holgada encima. Me cepillo el pelo y me maquillo
un poquito, no mucho porque si no mi madrina me reta. Juro que nunca m�s he de
pasar por algo as� en mi vida. Lo pienso mejor y me prometo que si algo as�
ocurre nuevamente, nadie ha de saberlo. No quiero que piensen mal de m�.

Soy buena cocinando, me ense�aron mi madre y luego mi
madrina. Mi padrino dice que hago pura comida para p�jaros, pero no es cierto.
Lo que pasa es que a veces �l viene a almorzar a casa aprovechando que yo estoy
de vacaciones y prefiere cocinar �l, claro que �l hace puras cosas que engordan.

Ir� al almac�n a comprar algo de laurel, pan y algunas
verduras que faltan. A lo mejor diviso al Rafa. �Qu� lindo ser�a!.

All� est�, conversa con alguien, tal vez un amigo. Me acerco,
tengo que pasar frente a su casa. Me ve. Sigue conversando, pero gira su cabeza
cada tanto para verme, creo. Su amigo me mira. Le dice algo. Rafa me mira. Me
siento desfallecer. Bajo la cabeza y sigo. Alcanzo a escuchar al amigo del Rafa
diciendo algo as� como ".....t� espera aqu�".

El amigo del Rafa me sigue. No, no me sigue a mi, me pasa y
camina delante m�o. Entra al almac�n. Entro al almac�n. Hay m�s gente. Elijo la
verdura. �l tambi�n parece buscar algo. Est� muy cerca m�o. Me mira sonriente.

-Hola �me dice

-Hola �le respondo. Es lindo �l. Se ve simp�tico.

-�T� vives por aqu� cerca, no?.

-S�

-Ah, claro... el Rafa me ha contado.

-�Qui�n?

-El Rafa, el amigo con quien estaba conversando reci�n.

-Ah

-�T� lo conoces a �l, no?

-Ehh, s�, pero... o sea... no.

-Bueno, s� o no -r�e

-S�, pero nunca hemos conversado. No somos amigos.

-Ah, bueno, pero tampoco nosotros somos amigos y aqu� estamos
conversando �me dice con una amplia sonrisa.

�Me llamo Diego.

-Vero �le respondo ya con m�s �nimo como para sonreir
tambi�n.

Me acerco al mes�n, pido el pan y me ponen la verdura en una
bolsita pl�stica. Pago y salgo. Quise despedirme del pero �l se dirige a la
salida conmigo. Me cuenta que �l vive en otro barrio, pero que vino a invitar al
Rafa. �Invitaci�n a qu�?, -me pregunto, pero callo. Me siento tan tonta. Nunca
s� qu� decir. �Qu� rabia ser tan t�mida!. Nos acercamos a la casa del Rafa, �l
sigue parado ah�. Nos mira. Su amigo sigue caminando conmigo y no parece tener
intenciones de cruzar a su acera. Cuando llegamos frente al Rafa me dice que
espere y me toma del brazo.

-Hey Rafa!, -lo grita se�al�ndole que se acerque. Me quiero
morir. Que me trague la tierra ah� mismo. Rafa se acerca sonriendo. Lo miro s�lo
por un segundo, miro a su amigo y me quedo ah� sin saber qu� decir. �l llega a
nuestro lado.

-Oye, -dice su amigo. Quer�a presentarte a Verito.

-Hola, -me sonr�e y acerca su mejilla.

-Hola, -respondo. Nos saludamos de beso.

Me acompa�an hasta la puerta de mi casa. Diego se despide de
mi y de Rafa. �ste �ltimo se queda parado junto a m�. No s� qu� hacer. Me
menciona que hace calor.

-�Quieres pasar a tomar una bebida?

-Bueno �me dice.

�Me siento tan inadecuada!. Ojal� yo tuviera m�s personalidad
y pudiera afrontar las cosas con mayor naturalidad. �l tampoco se ve muy c�modo,
la verdad.

Ya termin� el colegio y ahora trabaja ayud�ndole al pap�. De
eso me entero cuando ya tomamos confianza como para decir algo, porque entre los
dos somos un atado de nervios. Me he olvidado del almuerzo y ahora estamos ambos
sentados en la sala, conversando. Tiene 18 a�os. Se sorprende de saber que tengo
14. Pensaba que ten�a 16. Sonr�o (me halaga saber que me confundi� por alguien
mayor). No me acuerdo en absoluto de lo que pas� un rato antes con el
pordiosero. Estoy feliz. Sonr�o sin motivo.

-Tienes una linda sonrisa �me halaga.

-Gracias, t� tambi�n �replico.

Sonre�mos ambos y luego callamos. Nos miramos.

-Te pued....? �ambos lo decimos a la vez y nos largamos a
reir. Estamos sentados en el sof� y �l toma mi mano. Me mira a los ojos y me
dice que le gusto. A duras penas levanto la vista y, sonrojada, le susurro que
�l tambi�n me gusta. Me atrae hacia �l y cierro los ojos.

Se siente rico. Besa mis labios con suavidad y me dejo
llevar. Con una mano acaricia mi nuca y con la otra me abraza por la espalda. Yo
toco su brazo. Se siente rico. Suave, pero firme. Lo acaricio y me imagino cosas
con �l. �Me siento tan dichosa!. Los pelitos de la nuca se me erizan con sus
dedos que hacen c�rculos deliciosamente placenteros. Es tal cual lo imaginaba.
�Rafa!, �Te quiero!, el grito s�lo retumba en mi mente. Sus labios no me
permiten decir nada. Se separa de m� y me mira fijamente a los ojos.

-�Ya somos pololos? �me susurra.

-�S�! -le digo yo con mis mejillas encendidas.

Me embarga tal emoci�n que ni siquiera me acuerdo de lo que
pas� hace s�lo un par de horas atr�s. Tampoco quiero echar a perder el momento
sublime que estoy viviendo con ese deseo que me aqueja tan frecuentemente.
Aunque igual le dedico un par de pensamientos. Y no me parece que est� mal, al
contrario, s� que Rafa no har�a algo as�. �l es distinto.

Quedamos en que hablaremos con mis padrinos para que me den
permiso para pololear con �l. �Mi padrino!, �Oh!, debe estar por llegar. Se lo
digo a Rafa y �ste me dice que mejor se ir� para que no lo encuentre all� y
volver� en la tarde cuando est�n ambos... pero no alcanza a decir eso y suenan
las llaves en la puerta. Mi padrino entra y se queda parado mir�ndonos. Serio.

-�Hola, padrino! �lo miro con indisimulada felicidad.

-Hola mija �me responde mirando a Rafa con curiosidad o
fastidio, no s�.

-Padrino, tengo algo que decirle.

-�Si?, �y qu� ser�?

Miro a Rafa y sonr�o.

-Padrino, �l es Rafael. Es el vecino de la cas...

-S� qui�n es, mija. Hola Rafael �le extiende la mano.

Rafa lo saluda y un poco atropelladamente le explica que �l y
desde hace un tiempo nos gustamos y que quer�a pedirle permiso para pololear
conmigo. Mi padrino no dice nada, pero yo s� que �l, por lo anticuado que es, se
siente bien por lo que Rafa le dice ya que �l siempre anda hablando de que los
j�venes de hoy no tienen respeto, etc. etc. Me pide que vaya a la cocina y se
quedan ambos conversando en la sala. Espero que Rafa no se ponga muy nervioso ya
que �l es bien t�mido y mi padrino bien mand�n.

�Soy tan feliz!, mi padrino no ha dicho que s�, pero yo s�
que aceptar� porque dijo que hablar�a con mi madrina primero. Yo s� que eso
significa que s� porque... �qui�n mejor que Rafa?. Adem�s ya va siendo hora que
yo tenga amigos, eso no se le puede prohibir a nadie. Acompa�o a Rafael a la
puerta y le doy un beso en la mejilla (es que con el padrino hay que tener mucho
respeto).

Me uno a mi padrino en la cocina y lo abrazo feliz. �l me
abraza tambi�n, un tanto sorprendido. Mi mejilla roza los pelitos de su pecho
que sobresalen por la camisa y nuevamente uno de esos pensamiento me ronda la
cabeza. Me dice que me quiere mucho, pero que no le parece bien que ese muchacho
est� a solas conmigo en la casa. Sonr�o y le digo ��S�, padrinito!, y me empino
a darle un beso en la mejilla justo en el instante en que �l da vuelta su cara
y... creo que roc� sus labios. Nos ponemos manos a la obra para cocinar. De
reojo me parece notar que el bulto del padrino est� m�s prominente y me acuerdo
del pordiosero. �Ay!, �Por qu� hice eso! �me recrimino.

Luego mi padrino se va a dormir la siesta y me pide que lo
despierte en una hora m�s. Lavo los platos y me pongo a hacer aseo, porque con
los eventos de la ma�ana, ni me acord�. Luego veo mi telenovela favorita. Bueno,
en realidad no es mi favorita, pero igual la veo.

Tengo que despertar a mi padrino, -pienso. Me paro y me
dirijo a su cuarto. Abro la puerta y entro. Mi padrino duerme un poco encogido
de frente a mi. �llega a roncar!, �pobrecito, trabaja tanto!.

-Padrino �le llamo.

-Mmmhh �rezonga, mientras levanta una pierna y se estira,
pasando a llevar con ese movimiento la colcha que lo cubre.

-Pad... �se me atraganta el llamado en la garganta. Ese
movimiento lo ha dejado descubierto y si bien no est� desnudo del todo, s� se ha
acostado s�lo con un calzoncillo de esos de pierna ancha que usa �l. Eso no
tendr�a nada de malo, pero se ha retorcido dejando salir por un costado su
miembro. Me quedo est�tica mir�ndolo. Tiene una cosa rotunda y morena. Su
cabecita con forma de hongo est� cubierta de un pellejo grueso y apenas se deja
ver. Me acuerdo del pordiosero. Se le parece mucho. Por mi mente pasan escenas
de lo que hice esa misma ma�ana. Pienso qu� se sentir� chup�rsela al padrino,
pero me arrepiento de pensar eso. �Es parecer m�o o la cabecita del pene ahora
est� m�s descubierta?. No, no es mi imaginaci�n. Esa cosa se est� agrandando
cada vez m�s. �Oh, Dios!, ��c�mo puede crecer tanto eso?!. Las bolas parecen
moverse, distenderse, engrosarse. Miro a mi padrino y creo ver que cierra los
ojos. Salgo de la pieza y decido volver y tocar.

-Ya voy... �me contesta mi padrino con voz adormilada.

Al rato despu�s aparece en la sala listo para irse a su
trabajo nuevamente. Miro su entrepierna, no parece tan grande como antes, pero
a�n as� se nota. Mi padrino se la arregla con una mano y como si nada se acerca
a m�, me da un beso y me recuerda que no quiere que deje entrar a nadie a la
casa mientras est� sola.

En la tarde Rafa no viene a la casa. Me siento insegura.
Llega mi madrina y le cuento todo. Bueno, todo lo que pas� con el Rafa. Es
decir, casi todo. La parte de que le va a pedir permiso para que me deje
pololear con �l nada m�s. Mi madrina me hace muchas preguntas, pero no parece
enojada ni mucho menos. Me dice que tendr� que conversar con Maroto (mi padrino
se llama Mario, pero mi madrina le dice as� vaya uno a saber por qu�).

Ya est�, han conversado y convenido en que me permitir�n
pololear. �Salto de felicidad! Abrazo a mi madrina y le doy un beso y luego a mi
padrino y le doy uno a �l tambi�n. Claro que... Rafa no ha venido y no s� por
qu�.

Ya es hora de dormir. Me acuesto asaltada por los
pensamientos de todo lo que ha ocurrido aqu�l d�a. �Qu� d�a tan peculiar!; chup�
una pija, v� otra y estoy pololeando con Rafa. Tal vez no sea todo tan malo
despu�s de todo.

Esta ha sido una semana maravillosa. Rafa vino al d�a
siguiente y convers� con mi madrina y mi padrino. No vino antes porque su pap�
lo retuvo en el trabajo. Nos hemos visto todas las tardes, pero s�lo en la
puerta porque mi padrino no quiere que estemos solos en la casa y yo soy muy
obediente... aunque a veces nos metemos un ratito a la salita. Nos ponemos a
escuchar m�sica y �l me abraza en el sill�n. Me gusta cuando me recuesto en su
pecho y �l cruza sus brazos por delante m�o y me besa en el pelo. Es tan rico
sentirlo as�, cerquita m�o. Ayer est�bamos as�, acurrucaditos los dos y yo por
tratar de acomodarme me afirm� en su pierna y me dio verg�enza porque mi mano
qued� muy cerca de... bueno, de ah�. No pude evitar acordarme que algunos
hombres tienen un bulto muy grande en ese lugar. �C�mo lo tendr� el Rafa?.

Hoy es domingo. Mi madrina y yo hemos ido a la parroquia y mi
padrino se ha quedado durmiendo. A �l no le gusta acompa�arnos, no s� por qu�.
Al volver, mi madrina me mand� a despertarlo, aunque ya era tarde. �Soy tan
tonta!, �Tantas veces que me han dicho que toque antes de entrar!. Abr� la
puerta y no lo v� en su cama, entr� y all� estaba mi padrino.

-�Ya volvieron? �dijo, sin mirar.

-..... �Yo, muda

-No encuentro calzoncillos, negra �dice �l y justo entonces
mira y me ve.

Yo sigo muda, mir�ndolo, paralizada. �l se encuentra desnudo
al lado de la c�moda. Su pene es m�s grande de lo que pensaba. Cuelga entre sus
piernas sobre dos enormes bolsas oscuras llenas de pelos. Se ve poderoso,
grueso, oscuro. No puedo dejar de mirarlo. Siento lo mismo que el d�a que recib�
al pordiosero aquel. Mi padrino no se cubre ni hace nada, s�lo me mira
fijamente. Estoy toda coloradita de verg�enza y... y me siento rara.

-Pens� que era mi mujer �dice.

-Est� en la cocina �replico �Me mand� a despertarlo.

-Ah. Es que no encuentro los calzoncillos �Me dice muy
bajito.

-A lo mejor est�n en el segundo caj�n �respondo tambi�n
bajando mi voz.

Por primera vez levanto la vista y lo miro a los ojos. Su
mirada es muy rara. Su expresi�n seria. Miro su miembro de nuevo. Esta vez es un
garrote inmenso que apunta al frente. Su cabeza media descapullada se ve h�meda.
Siento tantas ganas. Me acerco a �l. Tiemblo.

-Padrino �susurro con mi voz temblorosa.

-Shhh �me hace callar tomando mi mano y llev�ndola hacia su
falo palpitante.

Quema. Siento mi mano arder en ese fuego que irradia. Me
abraza fuertemente y me da miedo. Lo suelto y corro hacia mi pieza. All� me
siento en mi cama, asustada de sentir tantas cosas que no conozco. Pienso en
Rafael. S� que �l es distinto.

No salgo de mi pieza hasta que me llama mi madrina a
almorzar. Creo que me qued� dormida. Ya la mesa est� puesta. No s� qu� cara
tengo. Mi madrina piensa que estoy enferma. Apenas pruebo la comida. Mi padrino
a ratos me mira. Terminan ellos de almorzar y mi padrino comenta que dormir� una
siesta, que lo despierten para ver el f�tbol y se va a su cuarto.

Lavamos la loza con mi madrina y mi �nimo mejora porque me
pregunta por Rafael y me dice que lo invite a pasar la tarde conmigo ya que
ellos estar�n en su pieza y as� lo hago. Llamo a Rafa y �ste luego est� conmigo.
Ya todo est� bien.

Lo que no me gusta de Rafa es que a �l le gusta una m�sica
muy rara. Trajo unos cd�s de rock de su casa y a m� lo que me gusta es la m�sica
rom�ntica, pero a�n as� lo pasamos bien, nos reimos harto, cuidando de no meter
mucha bulla. �Qu� lindo besa mi Rafita!.

A la hora baja mi madrina de su cuarto y nos dice que saldr�
un momento a visitar a una comadre y me pide que despierte a mi padrino en una
media hora m�s. Me acord� cuando hab�a pasado una hora as� es que sub� r�pido al
dormitorio de mi padrino y toqu� a la puerta. Mi padrino me grit� que pasara y
as� lo hice. Estaba despierto y ten�a ya la TV encendida.

-�Y la negra? �pregunta.

-Fue donde la se�ora Norma �respondo.

-�Me traer�a una cervecita, mija? �me dice.

-S�, padrino �le respondo y salgo a buscar una botella de
cerveza del refri.

Vuelvo y esta vez entro a la pieza sin golpear. Mi padrino
est� sentado en la cama, con almohadones en su espalda. Su pecho desnudo se ve
muy peludo igual que sus brazos. La s�bana lo cubre de la cintura para abajo.

-�No quiere hacerme compa��a un ratito, mija?

-Es que estoy con el Rafa, padrinito.

-Ah, est� el muchacho. Bueno, si se va luego, se viene para
ac� �quiere?.

-Bueno, padrino �le digo y siento como unas cosquillitas en
el est�mago.

Creo que el Rafa me siente distinta, porque al rato me dice
que se va a buscar al Diego y me pide que nos juntemos con �l m�s tarde. No le
insisto en que se quede. Me siento nerviosa y creo que s� por qu�.

Subo al dormitorio de mi padrino y entro. Sigue igual que
antes, recostado en su cama con el pecho desnudo. Me mira y se corre hacia un
lado haci�ndome una se�a para que me ubique a su lado. Me pasa un brazo por
debajo de los hombros y quedo as� muy pegadita a �l. Me toma de una mano y la
pone en su barriga haci�ndome cari�os en el dorso. Se inclina a besarme en la
cabeza mientras siento sus abundantes pelos en su cuerpo. Tiemblo.

Poco a poco comienzo a acariciarlo. Mi mano recorre su cuerpo
haci�ndome sentir tantas cosas que no puedo explicar. Se inclina hacia m� y
busca mi boca. Cierro los ojos y abro los labios. Recibo su lengua que se
enrosca con la m�a. Su cara es �spera y se siente tan viril. Poco a poco abre
los botones de mi blusa y saca mis pechos al aire. Se abalanza hacia ellos y
apret�ndolos toma un pez�n entre sus labios y chupa fuertemente haciendo ruidos
con la succi�n. Aprieta las tetas enloquecido haciendo que mil sensaciones
recorran desde mi vagina hasta mis pezones. Los amasa y dice incoherencias. Con
los pies se deshace de las s�banas y todo su cuerpo queda al descubierto. Su
pene se bambolea potente y viscoso.

Cierro los ojos. No creo poder ser capaz de sentir tantas
cosas al mismo tiempo. Me concentro un rato en sus chupadas a mis tetas, luego
en el roce de sus piernas rudas, luego en su verga que se restriega en mis
piernas. �Oh!, �es demasiado!. No creo poder resistir. Siento que me desnuda. Me
quita la faldita. Ya me ha sacado el sujetador, ahora son los calzones. Me los
quita r�pidamente y sin pre�mbulo se zambulle all� abriendo mis piernas con sus
manos fuertes. Un escalofr�o recorre mi ser. Quiero gritar de gusto al sentir su
lengua entre mis piernas. Nunca imagin� siquiera que eso se pudiera sentir. Mi
cara arde. �Aghhh!, ha metido su lengua entre mis pliegues. �Qu� hace!, me chupa
algo que me hace desfallecer. �Ahhh!.

-�Pa...dri...noooo! �Ahhh! ��qu� me... est�....ahhhhhh....!

Luego se pone de espaldas en el centro de la cama y me sube
al rev�s sobre �l. Tira de mis piernas y nuevamente me ataca en ese lugar que ni
yo sab�a que pod�a hacerme sentir eso. Su verga queda frente a m�, palpitante,
chorreando sus jugos que caen en hilitos sobre sus bolas inmensas. Puedo ver sus
venas gruesas y salientes. Me vuelvo loca de placer. La tomo entre mis manos y
chupo con todas mis fuerzas. Mi padrino tiembla. Se siente salada y caliente.
Dura. Se estremece en mi boca.

Mete un dedo en mi cuevita y me hace saltar de gusto. Estoy
muy mojada all�. Luego pone el dedo en mi botoncito y casi me desmayo de placer.
Sigo chupando, cada vez entra m�s en mi boca. Siento que algo me viene. Creo que
me hago.... mi vista se nubla. �Aghhhhh!. Mi cuerpo se convulsiona y luego todo
se me hace negro. Mi cabeza cae entre sobre sus bolas y su pene lo siento en mi
cuello quem�ndome la piel.

Reacciono. Mi padrino me ha acostado de espaldas y est� sobre
m�. Su pene est� tocando mi cuevita. Sus manos sostienen mis piernas. Siento
como su cabeza entra en mi ser. Se queda quieto y me mira con los ojos
entrecerrados. Su cara demudada de placer. Se inclina sobre m� y lo mete. No me
duele nada. S�lo siento que resbala hacia adentro. Me siento llena de su carne
ardiente. Me besa y comienza un salvaje ritmo que hace que me falte el aire. Sus
pecho me aplasta las tetas. Siento sus pelos en mis pezones. Su cuello est�
mojado de transpiraci�n. Lo abrazo fuerte. Aprieto su cabeza contra m� mientras
muevo mis caderas en un baile que reci�n me doy cuenta que conozco sin que nadie
me lo haya ense�ado. Se siente tan rico. Sus bolas golpean contra mis nalgas. Su
pene me aserrucha con violencia. Levanta su cabeza con la boca abierta y emite
un rugido seguido de convulsiones de su cuerpo todo y luego escupe su leche en
mi interior. �Ahhhhh! �Qu� rico mijitaaaa!!! �gita mientras siento como su
l�quido resbala en mis paredes interiores en un sinf�n de estertores de su verga
magn�fica. Me retuerzo de placer mientras un segundo orgasmo se apodera de m�.
Desfallezco.

Nos quedamos abrazados as�, �l sobre m�, sin sacar su verga
que me ha hecho mujer al fin.

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