En el internado
Esta es la historia de una chica llamada Amalia, todo sucedi�
cuando ella tenia 16 a�os. Despu�s de un curso escolar nefasto, sus padres
decidieron enviarla a un colegio interna durante los tres meses de verano, hasta
comenzar el nuevo curso. Y as� podr�a preparar las asignaturas de las cuales s�
tenia que examinar en septiembre.
Cuando lleg� el d�a en el que le llevar�an a su nuevo hogar
durante los pr�ximos tres meses, ella estaba asustad�sima, nunca hab�a estado
tanto lejos de su casa, y esta situaci�n le parec�a el peor castigo de toda su
vida. Nunca hab�a o�do cosas buenas acerca de los internados. Entr� al colegio a
rega�adientes, como la gran mayor�a de las chicas que tambi�n iba a pasar el
verano all�. Todas juntas en fila llegaron a un peque�o sal�n donde hab�a una
chica medianamente joven que deb�a ser la supervisora, ya que ella fue la que
asigno el orden de las habitaciones a las chicas.
A Amalia le toco compartir la habitaci�n con otras tres
chicas de su misma edad: Zuri�e, Ana y Bea. Las cuatro estaban extremadamente
asustadas, no eran capaces de entablar una conversaci�n coherente y empezaron a
discutir por la asignaci�n de las camas. Al rato desistieron y cada una se qued�
con la cama que m�s cerca tenia. Estaban muertas de hambre y decidieron
investigar un poco para encontrar la cafeter�a. Salieron desde el pasillo de las
habitaciones, bajaron sigilosas las escaleras principales del edificio, y se
metieron en un pasillo extremadamente largo. Comenzaron a investigar, no
encontraron nada de comida, pero si un gimnasio, una piscina interior, una gran
biblioteca, varias aulas... quedaron entusiasmadas con lo que vieron, ya no
estaban asustadas ni tristes, sus padres les hab�an enviado a un gran colegio
que para suerte de las chicas tenia todo tipo de instalaciones.
Volvieron a su habitaci�n muertas de hambre y salieron a la
ventana para ver donde se situaba realmente el internado y para saber como era
por fuera ya que al entrar no se hab�an fijado ninguna de ellas. Lo que vieron
les dejo impactadas, ten�an varias canchas de tenis, una pista para correr,
canchas de baloncesto... hab�a de todo en aquel colegio.
Decidieron ponerse manos a la obra a sacar la ropa de sus
maletas para colocarla ordenadamente en los armarios. Mientras Ana y Bea
vaciaban sus maletas, Amalia se hab�a metido a la ducha y Zuri�e se estaba
lavando los dientes. Cuando cada una termin� de hacer todo lo que ten�an que
hacer, se relajaron y esperaron a que llamaran para cenar.
A las 8:30 son� un estruendoso timbre que les avisaba a todas
las chicas que era la hora de la cena. Ten�an que salir de sus habitaciones para
ir ordenadamente hasta el comedor. Nada mas salir de sus habitaciones se
encontraron a Alicia, la chica que les hab�a recibido a su llegada; Ella pasar�a
lista y les guiar�a hasta el comedor.
Cuando llegaron al comedor, las mesas ya estaban puestas y en
cada mesa venia el nombre de cada una de las chicas. Por suerte a las 4 les toco
ponerse juntas. Estaban hambrientas y devoraron la suculenta cena que les ten�an
preparada. Una vez cenaron les avisaron que se tendr�an que acostar para poder
levantarse al d�a siguiente a las 7:00am, nuevamente Alicia les gui� hasta sus
habitaciones y volvi� a pasar lista.
Una vez dentro cada una se fue poniendo su pijama, menos
Amalia. Amalia odiaba dormir con pijama, ella era hija �nica y nunca hab�a
compartido su habitaci�n con nadie, estaba desconcertada, no sabia que hacer y
decidi� coment�rselo a sus nuevas compa�eras que ya estaban apunto de meterse a
la cama.
(Amalia) Chicas, tengo un problema...
(Chicas) Que te pasa Amalia? Porque no te pones el
pijama?
(Amalia) Es que...
(Chicas) Que pasa?
(Amalia) Es que odio dormir con pijama, estoy
acostumbrada a dormir desnuda y quer�a preguntaros si os importar�a que me
acostara as�...
(Bea) Tranquila, por m� puedes dormir como quieras, no me
molesta.
(Zuri�e) a mi no me importa
(Ana) por m� puedes acostarte como quieras, yo misma
estaba pensando en quitarme el pijama, no acostumbro a dormir tan vestida.
(Amalia) Gracias chicas.
Finalmente Amalia se desnudo y de acost� ante la atenta
mirada de Ana que no pod�a dejar de mirarla. Ana decidi� hacer lo mismo y a los
5 minutos se desnudo y se volvi� a meter en la cama. Cuando parec�a que todas
estaban dormidas a Amalia le despert� un ruido procedente de la cama del al
lado, de la cama de Ana. Mir� para aquel lado y vio a Ana en la oscuridad medio
destapada, parec�a estar masturb�ndose. La simple visi�n le excito much�simo y
decidi� que no pod�a desaprovechar la oportunidad. Le hizo un gesto claro a Ana
para que fuera al ba�o. Ana se sobresalto no esper� que nadie estuviera
mir�ndola, pero al rato se fue al ba�o al encuentro de Amalia. Las dos estaban
desnudas en el ba�o, ard�an en deseos por amarse... Ana le miraba at�nita a
Amalia, hasta que ella dijo:
B�same, no ves que te deseo. Quiero sentir tu cuerpo
desnudo junto al m�o, quiero sentir el roce de tu piel, esa piel
aterciopelada que tanto deseo.
Ana se acerc� a Amalia, despacio muy despacio y la beso
apasionadamente, sus lenguas se unieron en una batalla mortal. No pod�an dejar
de besarse, deseaban tanto ese momento... Estaban excitad�simas solo de ver sus
cuerpos desnudos. Pensaron que lo mejor seria ir a la cama de Amalia y seguir
all� con aquel juego de amantes mientras Zuri�e y Bea dorm�an placidamente.
Corrieron a la cama, primero entro Amalia que se tumb� boca
arriba a la espera de su amada Ana. Ana lleg� y se puso sobre Amalia deseosa de
volver a beber de sus labios... se besaron con locura mientras con una mano Ana
masajeaba el menudo pecho de Amalia, que ya estaba totalmente mojada por
aquellas caricias. Ana fue besando cada palmo de la piel de Amalia comenzando
por su cuello que beso con premura, bajo a sus pechos que deleito con dulzura,
se entretuvo en lamer sus pezones que al contacto con su lengua hab�an
endurecido como una piedra. Sigui� bajando con su lengua dando peque�os
circulitos, mientras ve�a que la respiraci�n de su amada cada vez era mas
profunda y entrecortada.
Llego a su sexo, ol�a dulz�n, deseaba saborear aquella fruta
pasional... Amalia ya no pod�a dejar de gemir... le estaba volviendo loca... no
pod�a aguantar mas... suplicaba que no parase...
Ana continuaba con su trabajo, paso su lengua por toda su
vagina, saboreando el n�ctar de aquella maravillosa mujercita que la tenia tan
excitada... se entretuvo en buscar la fuente del placer, al fin encontr� el
preciado cl�toris y lo sorbi� con suavidad, viendo que Amalia se estremec�a con
el contacto. Sigui� chupando y chupando y meti� un dedo en su vagina... estoy
hizo que Amalia comenzara un movimiento r�tmico con su cadera que la hacia
enloquecer. Segu�a chupando y pasando su lengua por aquella deliciosa vagina que
tanto estaba agradeciendo sus caricias, hasta que sinti� que Amalia se
contra�a... el orgasmo era inminente, y cogi�, con sus labios el hinchado
cl�toris y lo chupo con sa�a hasta que sinti� que Amalia se corr�a en un
tremendo orgasmo que la dejaba agotada.
Ana subi� y la beso apasionadamente, estaba muy excitada y
necesitaba apagar su fuego. Amalia hizo que ana se colocase abajo mientras ella
se pon�a sobre Ana. La bes�, juguete� un rato con sus pechos, unos pechos
grandes, duros y tan sabrosos... Ana enloquec�a, necesitaba mas, no pod�a
esperar mas, empez� amover sus caderas como se�al de que no aguantaba m�s.
Amalia cogi� la indirecta y fue bajando poco a poco, se deshizo de las mantas
que las cubr�an, hizo que Ana abriera sus piernas, y se coloco en el borde de la
cama para poder ver bien aquella maravillosa vagina que pretend�a saborear en
breve. Pas� la mano por la h�meda vagina, Ana volvi� a mover su cadera para
poder sentir mas profundamente esa caricia. Pas� su lengua por los labios
vaginales, ya completamente mojados y deseosos de recibir mimos. Comenz� a
chupar su vagina como una loca, cada vez m�s r�pido, pasando cada vez por su
cl�toris ya hinchado y extremadamente sensible. Dejo de chupar e intento meterle
un dedo en su vagina, pero Ana la par� en seco... no sabia que pasaba... Amalia
volvi� a subir para arriba, la beso profundamente y le pregunto muy tiernamente
que es lo que le pasaba...
Que es lo que te pasa amada m�a?
Soy virgen y tengo miedo...
Tranquila mi amor, conf�a en mi, veras como vas a
disfrutar tanto como tu me has hecho disfrutar a m�...
Ten cuidado...
Shhhhhh ( mientras Amalia ya hab�a vuelto a bajar entre
las piernas
de Ana y volv�a a chupar �vidamente su vagina. volvi� a
intentar meter uno de sus dedos suavemente, pero esta vez no encontr� ning�n
obst�culo que le impidiera su cometido. Meto el dedo con suavidad, aunque la
entrada de la vagina esta muy estrecha entro con facilidad por la gran
lubricaci�n que tenia. Ana estaba disfrutando mucho y era evidente que le
gustaba como le hacia el amor Amalia, empez� a mover con mucha rapidez su
cadera, y Amalia se puso a chupar con mayor rapidez hasta que sinti� que Ana se
iba a correr... se corri� en un orgasmo muy largo... y le mojo toda la cara a
Amalia, que beb�a de su n�ctar, feliz... hasta que no quedo ninguna gota...
Las dos estaban agotadas, se besaban apasionadas... se
amaban, desde aquel momento supieron que no querr�an vivir la vida separadas. No
quer�an que terminara aquel verano que tan apasionadamente hab�a empezado.
Despu�s de aquella noche vinieron otras muchas... aprendieron muchas cosas en
aquel internado de verano, pero sobre todo dos... Eran Lesbianas y se amaban.