Relato: La aventura de mi vida (07: Visita a la clinica)





Relato: La aventura de mi vida (07: Visita a la clinica)

Un saludo a todos. Antes que nada quiero agradecer a todos
los que aun contin�an leyendo esta serie de relatos. Les agradezco sus
comentarios y los invito a que me sigan mandando correos mostr�ndome sus
preguntas, sugerencias o comentarios. A los no han le�do los relatos anteriores
de esta serie, les recomiendo que lo hagan antes de leer este para poder ir
entendiendo todo lo que en este les explico.


Despu�s de aquella tarde en que tuve ese sueno tan
incre�blemente er�tico. Me dedique a mi tarea de saber que deber�a hacer para
alcanzar ese sue�o tan anhelado: el transformarme en la bell�sima Carolina. Para
lo cual y aprovechando la ya amistad que se hab�a formado entre D�bora (mi
sirvienta) y yo con las experiencias tan calientes que hab�amos vivido, le ped�
que me diera algunas sugerencias. Ella muy linda y amable me recomend� una
cl�nica que se encontraba en una ciudad cercana a la m�a, en donde seg�n ella
eran muy profesionales y ten�an una gran calidad en sus trabajos. Ella me
advirti�, que debido a eso, sus costos eran altos, pero eso no me desanimo. Al
fin y al cabo, contaba con una gran fortuna que me daba oportunidad a gastar sin
reparo en eso con tal de alcanzar mi objetivo. As� que le ped� el tel�fono y el
nombre del doctor y al d�a siguiente me lo paso.


Hice la llamada para concertar una cita, y quedo todo fijado
para dos d�as despu�s. Yo estaba tremendamente emocionado y excitado. Inclusive
el d�a anterior de la cita, llegue a la casa temprano para darnos D�bora y yo
una tremenda cogida mutua. Ella se quedo a dormir conmigo esa noche.


Al d�a siguiente me apresur� para vestirme y estar listo y
puntual para la cita fijada. Le ped� a D�bora que me acompa�ara, ya que me
encontraba un poco nervioso y quer�a a alguien conocido junto a mi. Ella acepto.
Cuando me estacione, pude ver que la cl�nica por fuera se ve�a bastante bien, lo
cual me dio gran confianza. Entre y la recepcionista nos pidi� que esper�ramos
sentados en una salita que estaba enfrente de ella, que el doctor me recibir�a
en cualquier instante. Pasaron unos 10 minutos, y por fin nos hicieron pasar a
la oficina del doctor.


El doctor tenia un aspecto muy diferente al que yo me
esperaba, ya que era alto muy alto, corpulento, fuerte y por el tipo parec�a de
aquellas personas muy velludas. Tenia buen tipo. El se presento muy formalmente
y me pregunto que era lo que yo buscaba al visitarlo. Yo le explique al
principio un poco temeroso, y con el pasar de los minutos ya un poco menos. Al
final de mi explicaci�n, D�bora le dijo al doctor que quer�a ser mas o menos
como ella.


El doctor nos explico detalladamente cual seria el proceso,
no sin antes mencionarme que para alcanzar lo que yo buscaba deber�a de ser
paciente, soportar algunos momentos no muy gratos, aunado con el costo que se
generar�a. Yo le explique que por el costo no exist�a ning�n problema y que ya
me imaginaba algunos de los s�ntomas por los que deber�a de pasar, y que si bien
no me encantaba la idea, estaba dispuesto a soportarlos.


Dicho lo cual me empezo a realizar unas preguntas para llenar
un formulario previo. Mientras yo fui respondiendo cada una de las preguntas, de
pronto entro una enfermera bastante guapa debo reconocer. Ella era morena oscuro
sin llegar a ser negra, de una estatura mas o menos alta, aprox. 1.75 y venia
vistiendo un uniforme blanco bastante entallado que por lo corto de la falda
mostraba generosamente unas impresionantes piernas, En la parte superior el
escote tambi�n dejaba disfrutar un par de melones exquisitos, redondos y
desafiantes.


Algunos minutos despu�s, y con el doctor en su escritorio, la
enfermera a un lado de el y D�bora sentada junto a m�, me pidieron que me
sentara en la cama de auscultaci�n que se encontraba a unos pocos metros. Esto
me puso un poco nervioso, pero me levante como resorte y me sent�. Me tomaron la
presi�n, me revisaron mis ojos, etc. Lo normal. Entonces me pidi� que me quitara
la ropa detr�s de un biombo que se encontraba junto y que me pusiera una peque�a
batita blanca que all� se encontraba. Esto obviamente me causo mas nervios, pero
lo hice. Camine hasta detr�s del biombo, y poco a poco me fui quitando las
ropas, cuando solamente me encontraba en trusa y me dispon�a a baj�rmela,
alcance a ver por mi espalda como paso la enfermera rumbo a una puerta que por
all� estaba.


Ella hizo una pausa para ver como yo me quitaba mi ropa
interior. Yo estaba de espaldas a ella, por lo que cuando lo jale hacia abajo,
quedaron expuestas mis nalgas ante ellas. Y alcance a escuchar un t�mido suspiro
por parte de la enfermera. Esta situaci�n provoco que mi verga se empezara a
despertar. Lo malo es que como ahora yo solamente tendr�a puesta la batita, la
erecci�n iba a ser bastante evidente. Trate de esperarme un momento, para ver si
se bajaba, y si lo hizo, pero no fue demasiado. As� que no pudiendo hacer
esperar demasiado al doctor, me decid� a salir y me sent� nuevamente en la cama.
Esta cama, como todas las normales en los hospitales, contaba con unos
accesorios en un extremo que permit�an levantar y descansar all� las piernas.
Entonces tanto el doctor como su excitante enfermera se acercaron a mi, para
continuar la revisi�n. �l tra�a algunos instrumentos m�dicos, y ella una tabla y
unas hojas en donde iba anotando lo que el doctor le dictaba. Me levanto una
pierna primero, y luego la otra, pasando suavemente sus manos por mi piel.


Me indico que tendr�a que someterme a un tratamiento para
perder el vello que mis piernas mostraban. Este tacto que me realizo, nuevamente
encendi� mi pen�, que se fue levantando lentamente por debajo de la bata y que
en unos cuantos minutos era imposible disimular. La enfermera se dio cuenta de
esta circunstancia y solamente hizo una peque�a sonrisa, pero sigui� anotando en
su libreta. Luego el doctor subi� un poco mas sus manos, haciendo que se hiciera
bolas un poquito la bata sobre mis muslos y los empezo sentir, eso mas bien era
una caricia para mi. Hasta que llego el punto en que mis huevos se asomaron a la
vista de todos. Entonces le pidi� a la enfermera que siguiera el tratamiento.
Ella dejo la tabla con las hojas en la mesita con ruedas que estaba junto a
ella, y me empezo a tocar las piernas ya muy cerca de mis partes m�s intimas.
Haciendo que pareciera accidental, logro que la bata se subiera aun m�s y fue
cuando mi erecci�n quedo expuesta totalmente. Ella segu�a acariciando toda mi
piel, pero sin llegar a tocar en si mi pen� o mis test�culos. Siempre se deten�a
a unos cuantos mil�metros antes. Mi excitaci�n era completa, yo necesitaba que
alguien ya me ayudara a aliviar esta situaci�n.


Entonces D�bora, se acerco hasta donde est�bamos y le dio un
poco de risa, la situaci�n. Por que por un lado ve�a mi tranca completamente
erecta y desafiante y por el otro lado ve�a mi cara que expresaba una mezcla de
preocupaci�n, verg�enza y excitaci�n. Los ojos de D�bora tambi�n se cruzaron con
los de la enfermera y aparentemente alcanzo a gui�ar, dando una especie de
aprobaci�n. D�bora tomo mi pen� sin previo aviso, lo apret� ligeramente y empezo
a hacer un sensual sube y baja sobre �l, al recorrer mi piel ligeramente hacia
abajo, dejando el glande al descubierto, permiti� que un poco del liquido
preseminal se escurriera lentamente.


Entonces y sin previo aviso tambi�n la puntita de la lengua
de la enfermera hizo contacto con la punta de mi verga. Despu�s cambio la forma
de su boca y me planto un formidable beso. Ella argumento despu�s que solamente
era una prueba para conocer algunos de mis reflejos. Evidentemente era una
excusa solamente, ya que continuo una formidable mamada, por espacio de unos
minutos. Con una mano aprovechaba para acariciarme mis huevos, mientras que con
la otra se empezaba a acariciar sus propios senos por encima del uniforme.
Pasaron algunos minutos as�, y fue cuando le avise que estaba pr�ximo a venirme,
entonces ella se detuvo solamente un momento para abrirse el escote del uniforme
dejando a la vista completamente desnudos sus dos magn�ficos senos, y prosigui�
la mamada. No sin antes pedirme que cuando me viniera le echara mis mecos en sus
senos. No paso demasiado AHHHHHHHH!!!!! tiempo cuando por fin lo hice, y fue muy
gratificante como los chorros que salieron de mi pen� rebotaban graciosamente y
luego escurr�an entre sus pelotas.


Mientras Camila que as� se llamaba la enfermera, se limpiaba
el pecho, me pidi� que me diera vuelta acost�ndome boca abajo. En ese momento
pude ver como D�bora ya se hab�a acercado al Doctor y le estaba propinando una
estupenda mamada al pen� del doctor, el cual era impresionante. Parec�a estar
sacado de una mism�sima fotograf�a. Enorme, largo grueso, venoso y con ayuda de
la saliva de D�bora, tenia la cabeza deliciosamente brillosa. D�bora estaba de
rodillas frente al Doctor y su minifalda ya estaba un poco enrollada hacia su
cintura dej�ndome ver su hermoso culito. El doctor sostenia la parte trasera de
la cabeza de D�bora para incrementar la fuerza de cada entrada, y cada vez lo
hacia con mas velocidad, hasta que un grito de satisfacci�n y completamente
varonil salio de el cuando eyaculo finalmente.


Yo cambie mi posici�n tal y como me lo hab�an solicitado. Por
la altura de la cama, la batita se enrollo un poco hacia arriba, dejando
expuestas la mayor�a de mis piernas y el borde de la bata quedo justo en el
borde de mis nalgas. Si alguien se hubiese agachado ligeramente podr�a alcanzar
a ver lo oscuro de mi culo, el cual estaba �nicamente tapado por los pelos que
lo enmarcan.


En ese momento el doctor volvi� a donde yo me encontraba, sin
embargo ahora yo no lo pod�a ver, ya que se encontraba justo detr�s m�o.
Enfrente de mi se encontraba Camila, y por la altura de la cama, mi rostro quedo
a unos cuantos cent�metros del borde de su mini uniforme a la altura de su sexo.
Sent� las manos c�lidas del doctor abri�ndome las piernas y empezo a
acariciarlas seg�n �l para hacer una revisi�n de mi piel. Mientras tanto Camila,
me acariciaba desde mi espalda, pasando por mis hombros, llegando a mi cuello y
a la parte posterior de mi cabeza. Meti� sus dedos entre mi cabello, haciendo
que mi peinado se deshiciera por completo.


Al mismo tiempo acercaba mas y m�s su cadera, para que mi
cabeza se encajara mas y m�s en su cuerpo. Ella hizo una pausa, retrocedi�
apenas unos cent�metros y se fue abriendo su uniforme por los botones
delanteros. La formidable enfermera no tra�a brasier, y solamente usaba una
tanguita negra con un par de hilitos a los costados. Tal parec�a que esa
formidable hembra hab�a sido un previo cliente del doctor, ya que por debajo de
la tanguita una poderosa verga luchaba por salir de su encierro. Era
impresionante, yo no sabia si estaba mejor que la que le hab�a visto al mismo
doctor. Mi instinto hizo que acercara mis manos y le acariciara ese pen� por
encima de la tela. Alcanzaba a escuchar unos gemiditos de Camila cuando hice el
primer contacto. Al mismo tiempo ya mis nalgas estaban completamente
descubiertas y eran masajeadas delicadamente por el doctor. Algunos dedos de el,
se entreten�an muy cerca de mi ano, y me empezaba a aplicar un gel o crema por
encima.


Mis manos se fueron a los costados de la tanguita, y
comenzaron a bajarla lentamente, de pronto la poderosa verga que se encontraba
aplastada verticalmente debajo, salto como si tuviera vida propia y alcanzo a
golpearme el rostro. Era impresionante esta verga, tremendamente dura y
desafiante. No lo pens� dos veces y me dedique a mamarla como si la vida se me
fuera en eso. � dale, dale � me dec�a la enfermera. Era caliente y ya babeaba
l�quidos deliciosos. Mis manos cambiaban constantemente de sus preciosos
test�culos a sus nalgas empuj�ndolas para que la poderosa verga me entrara mas
aun en mis labios. Las nalgas de Camila eran abundantes y duras tambi�n, sin
unos vellos por encima. tambi�n empec� a coquetear con su hoyito. Para ese
momento las manos del doctor se introduc�an de forma descarada en mi propio
culo. Y sin dar aviso, enterr� algo que era mucho mas grueso que un simple dedo.
AHHHH!!!! Era la verga del doctor, que ya tenia la cabeza adentro. Esa misma
verga que hace unos minutos me hab�a sorprendido, siendo mamada por D�bora,
ahora se encontraba preform�ndome el culo.


�l me estaba atravesando lentamente de forma deliciosa. �
quieres ser una putita, verdad? � me dec�a el doctor. Una vez que llego hasta el
fondo, espero unos segundos para que mi cuerpo se amoldara a eso. Despu�s empezo
un r�tmico ir y venir. � te gusta esta verga verdad?- Yo sent�a como mis huevos
y los del doctor rebotaban cuando su pene llegaba hasta lo mas profundo de mi
ser. Era delicioso estar ensartado por ambos extremos en ese momento. � tienes
un buen culo, un culo para ser cogido � dec�a entre embate y empujon el doc.


Pasaron los minutos y Camila fue la que primero hizo gestos
de que se iba a venir. Levanto una de sus piernas para ponerla sobre la cama,
permitiendo que su culo se abriera mas aun y yo pudiera acariciarlo hasta donde
emtraban los dedos. Ella me aviso de esto, para que yo me preparara. As� que me
aleje ligeramente, por que quer�a ver como esos chorros sal�an disparados hacia
mi boca. No tardo demasiado para que sucediera. Estaban tremendamente calientes
esos mecos. El grito de ella fue sexy pero un poco ronco. El cuerpo de Camila se
convulsionaba a cada lanzamiento, el sudor le escurr�a entre las nalgas y le
llegaba hasta su culito. Me tomo de la cabeza y parecia que no la queria separar
de su arma. Mi espalda, y nalgas tambi�n sudaban. Y ni que decir de mi estomago
que se encontraba aplastado contra la cama. Mi verga estaba completamente dura y
para entonces ya era mamada salvajemente por D�bora, que se hab�a acomodado por
debajo de nuestros cuerpos.


Las embestidas que me arremet�a el doctor eran cada vez mas
largas y fuertes. � vas a ser una buena puta, se ve que te encanta en el culo-
gritaba el doctor para este momento. Tenia una resistencia incre�ble, ya que
para entonces ya hab�an pasado no se cuantos minutos y el dolor inicial ya se
hab�a convertido en un placer incre�ble.


El doctor para entonces ya tenia mis piernas completamente
estiradas volando a los lados de su cuerpo, no hab�a nada que impidiera que
entrara hasta que su pene tocara en fondo de mi ser. Yo empec� a expulsar leche
de mi verga, la cual no fue desaprovechada en lo absoluto por D�bora. Nuestros
cuerpos completamente escurridos en sudores hac�an sonidos tremendamente
sexuales cuando golpeaban. Por fin, despu�s de mas minutos, el doctor sin
avisarme empezo a chorrearme copiosamente mientras segu�a taladr�ndome. �
com�tela, es toda tuya!!!!- La cantidad de leche era incre�ble, esta empezo a
escurrir de mi culo, y D�bora tambi�n la lami�.


Luego el doctor saco su impresionante herramienta y se la dio
a D�bora para que se la limpiara. Al mismo tiempo yo deje la tranca de Camila
completamente limpia, toda su leche me la trague.


Hubo una pausa, para que nos acomod�ramos y despu�s de un
rato, el doctor me indico que tendr�a que pasar con la psic�loga para que me
realizara otros estudios. As� que me acomode nuevamente la batita y pase a otra
oficina que estaba cercana.


Esta oficina estaba semiobscura, solamente se ve�a un gran
sill�n para tres personas iluminado, entonces junto con D�bora me sent� al
centro del sill�n y espere. Camila se acerco y dejo una charola con una jarra
con agua y un par de vasos. Esperamos unos minutos, escuchando una agradable
m�sica de fondo.


Entonces escuchamos como se abri� la puerta y entro una rubia
bell�sima, enfundada en una bata blanca que le llegaba por debajo de las
rodillas. Debajo de eso solamente se ve�a un par de zapatillas negras
extremadamente puntiagudas.


Se presento con nosotros como Larissa. Saludo a D�bora,
denotando que ya la conocia previamente. Entonces se volteo hacia mi y me dijo -
as� que te quieres convertir en una se�orita -. A lo que le respond� que mas o
menos esa era la idea, sin embargo no quer�a cambiarme completamente de sexo,
quer�a tener el cuerpo de una bella dama, pero conservando mi pene tal y como lo
tenia hasta el d�a de hoy. � ok - me respondi�.


Me pidi� que me levantara y me pusiera de pie frente a ella.
As� lo hice. Ella camino a mi espalda, y solt� el nudito trasero de la bata.
Entonces mi bata cayo dej�ndome completamente desnudo. Con una mano firme tent�
mis nalgas comprobando su consistencia, incluso me dio una peque�a nalgada. Con
la otra mano me empujo ligeramente la espalda, sugiriendo que solamente bajara
la espalda para dejar mis nalgas a su disposici�n. Una vez en esa posici�n, ella
se puso en cuclillas y con ambas manos, me abri� los cachetes de las nalgas. -Me
gusta tu culito - dijo. Se acerco y meti� su lengua puntiaguda directamente en
�l. Esto fue r�pido, y se levanto nuevamente, caminando hacia mi frente.
Entonces su mirada se quedo fija en mi verga que obviamente para entonces ya
estaba completamente erecta.


La tomo con una mano, y la acaricio suavemente. -
Definitivamente, es una buena verga...... no valdr�a la pena, desperdiciarla-
dijo. Se volteo hacia donde estaba Camila y camino solo algunos pasos. Entonces
le pidi� a Camila y a D�bora que la ayudaran a quitarse la bata. D�bora se
acerco por un costado y Camila por el otro. Poco a poco le fueron retirando los
botones frontales de la bata y la abrieron dejando ante mi expuesto su cuerpo
apenas cubierto por un conjunto de body negro con medias copas que solamente
llegaban a la parte inferior de sus tetas, dej�ndolas estas completamente
desnudas . Esas formidables tetas estaban terminadas con un par de pezones
impresionantemente negros y puntiagudos. Sin duda se encontraba en un gran nivel
de excitaci�n. Mas abajo el body terminaba justo arriba de su ombligo. El
estomago era impresionantemente plano. Y m�s abajo estaba una tanguita negra
semitransparente. Las dos piernas impresionantes estaban enfundadas en unas
medias que eran sostenidas por un liguero tambi�n de color negro. Era una diosa.


Luego le pidi� a Camila y a D�bora que se quitaran lo que
tra�an, pero que se ayudasen mutuamente. Camila, le quito la minifalda y el top
que tra�a D�bora. Se agacho y solt� la tanguita para dejar libre a su verga. Y
despu�s D�bora hizo lo mismo con la enfermera. Unos segundos despu�s ellas dos
se encontraban completamente desnudas, paradas cada una a un costado de la
psic�loga, mostrando sus poderosas vergas en actitud de guerra, sin ning�n
pudor. Larissa acariciaba ambas vergas con cada una de sus manos.


Entonces le pidi� a Camila que fuera por su instrumental.
Camilo sali� apenas unos segundos y regreso con un consolador con arn�s para
Larissa. Le pidi� a D�bora que le cambiara la tanga por el consolador y as� lo
hizo. El consolador que ahora usaba la doctora era de goma negro y enorme.
Parec�a que ella estaba completamente a gusto con esta nueva herramienta.
Entonces me indico que me pusiera de espaldas hincado en el sill�n y que
levantara mis nalgas. Como aut�mata y sin preguntar por que, as� lo hice.
Larissa, le pidi� a Camila que me pusiera un antifaz negro sobre mis ojos, y la
otra obedeci� inmediatamente.


Entonces sent� como unos delicados deditos, colocaron sobre
mi ano, un gel. Jugaron, entrando y saliendo, primero uno, despu�s dos y por
ultimo tres. Por las voces que escuchaba, me imaginaba que Camila y D�bora se
encontraban a un lado m�o. Ellas me acariciaban los pezones y me frotaban las
nalgas. Entonces sent� como algo, se recargo en la entrada posterior m�a, y de
manera salvaje, lo empujo hasta el fondo, y sin titubear. El dolor fue extremo,
me hab�a partido en dos. � as� la quer�as? As� te gusta? - Solamente se detuvo
hasta que su cuerpo choco en mi parte mas interna. Era el consolador negro que
tra�a Larissa. De pronto lo saco por completo y repiti� la salvaje arremetida.


As� lo hizo como 8 veces, en las primeras el dolor fue
incre�ble, violador, desgarrador. El consolador era bastante grueso, y por el
material del que estaba hecho, no se doblaba. Ya en las veces posteriores, ese
dolor se fue transformando en placer. El sonido de su piel contra mi piel era
embriagador. Me daba una y otra nalgada de cada lado, pronto mis nalgas
empezaron a tornar en un color rojizo. � as�, que te gusta la verga � me dec�a,
al principio a un volumen bajo, pero como si la fuerza de las embestidas se
contagiara, al rato las palabras eran mas fuertes, casi al convertirse en
gritos. Todo esto acompa�ado de nalgadas cada vez m�s fuertes. Al mismo tiempo
Camila y D�bora me pellizcaban cada vez mas fuerte mis pezones y tambi�n,
enterraban sus u�as en mi espalda. � com�tela, ac�batela � me dec�a la psic�loga
una y otra vez. Mi pene rebotaba de un lado a otro, yo no pod�a toc�rmelo ya que
con mis brazos me sosten�a despu�s de cada embate. El pene golpeaba contra el
asiento del sill�n, y como este era de piel, tambi�n se escuchaba un cierto
sonido en cada rebote. Larissa saco el consolador y escupi� mi culo, y lo volvi�
a meter de golpe. � ahora cogetela tu � le indico a Camila.


Gustosa se cambio de lugar y sin dar aviso tambi�n, me empalo
completamente, sus huevos chocaban contra los m�os una y otra vez. Las manos me
agarraron las nalgas fuertemente para tener mayor posici�n, ella aprovechaba
para tomar mas fuerza en cada embate, jalaba mi cuerpo contra el suyo. En ese
momento Larissa ya se hab�a medio subido al sill�n dej�ndome su culo frente a la
cara y me ordenaba que me lo comiera. � com�telo, te gusta como huele? Te gusta
el culo de tu doctora?- Camila siguio varios minutos ensart�ndome con su verga,
clavando sus u�as en mis nalgas, hasta que aviso que iba a correrse. � dasela en
la boca � ordeno la psic�loga. As� que Camila me la saco y jalo uno de mis
brazos para que quedara arrodillado ante ella, me froto vigorosamente la verga
en la cara y yo alcanzaba a sentir la humedad de mi interior embarrada en su
verga. No tardo mucho y me la meti� fuertemente expulsando mecos y mecos que me
trague por completo. Las nalgas de Camila temblaban y escurr�an de sudor.


Para este momento yo ya me hab�a venido una vez sobre la piel
del sill�n, y estaba nuevamente derecho. � me lo puedo coger yo tambi�n �
pregunto D�bora. A lo que ella le respondi� que era su obligaci�n hacerlo. Loca
de gusto, y sin pedir siquiera permiso, me avent� al sill�n boca arriba, jalo
mis piernas para pon�rselas a los hombros, y me la meti� tambi�n de manera
violadora. Mi verga rebotaba entre mi estomago y el de ella. La doctora
nuevamente se subi� encima de mi y empezo a orinar sobre mi rostro. � tr�gatela,
b�betela � me dec�a. Esto, es por dem�s que no lo esperaba, sin embargo a pesar
de que no me encantaba, tampoco me molesto, y le bese su sexo cuando ya
solamente le sal�an algunas cuantas gotitas. Luego continu� las lamidas hasta su
culo. Ella recorri� su cuerpo hasta apoderarse de mi verga y se la meti�. De tal
forma quedaron D�bora y la psic�loga una frente a la otra, la primera cogiendome
y la segunda siendo cogida. Entre ellas se jalaban y pellizcaban las tetas
mutuamente. Algunos minutos despu�s, todos llegamos al orgasmo.


-creo que con esto, terminamos por hoy � me dijo Larissa.
-Programaremos todo para el lunes que viene, y te pido que venga alguien contigo
para tu internacion.- finalmente dijo. Yo pregunte por un ba�o para asearme un
poco, y Camila me pidi� que la siguiera. Aprovechamos para coger una vez mas y
al acabar, me desped� de la cl�nica para regresar el lunes siguiente.


Este relato esta dedicado a Carolina Cruz, quien con sus
formidables relatos ha sido una inspiraci�n de alguna u otra forma en los m�os.
Te mando muchos saludos, negra linda.


Esta serie comenz� con algunos datos reales, sin embargo con
el pasar de los cap�tulos, ya mas bien los hechos se han vuelto ficticios. Se ha
convertido en un sueno delicioso, que aunque no creo que se pueda llegar a hacer
realidad, constantemente aparece en mis sue�os noche tras noche.


Como en los anteriores relatos, les agradezco mucho los
comentarios que me han llegado y espero recibir muchos m�s. Tambi�n les comento
que me encantar�a estar en el Top 50 de esta pagina, por lo que s� te gusto el
relato, te pido no dudes en votar, para que pronto ese sue�o pueda ser tambi�n
realidad.


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


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