Relato: LA DUE�A DEL GRAN DANES
Antes de narrarles los hechos, me identificar�: me llamo alicia y tengo 49 a�os; estoy casada y como la mayor�a de las mujeres casadas a partir de esta edad no somos atendidas completamente por nuestros maridos, bien sea porque ellos est�n muy ocupados con su trabajo o tambi�n porque nuestros maridos ya han pasado de los cincuenta y no tienen tanto deseo sexual como antes. En mi caso particular mi marido tiene 59 a�os, es diez a�os mayor que yo; es un ejecutivo importante de una empresa y est� todo el d�a viajando. Y las pocas veces que para en casa siempre es para coger ropa nueva y volver a hacer las maletas, as� que de practicar sexo nada de nada. Les har� una confidencia hace que no follo tres a�os y aunque soy una mujer madura todav�a tengo deseos de ser follada por mi marido. Me conservo muy bien y visto ropas caras, soy atractiva, rubia y buena altura para ser mujer. Mi cuerpo debe ser deseable para los hombres, pues me dicen cosas al pasar; pero el �nico que parece no fijarse es mi marido. En fin que me encuentro muy sola durante mucho tiempo, sin que nadie se ocupe de m�, en todos los sentidos. Tango un grupo de amigas, de la misma edad, que me dicen que salga con ellas a bailar; son todas separadas y alguna de ellas liga en el baile y se lleva luego al hombre a su casa, yo las he dicho que no salgo con ellas, porque entre otras cosas si ligase con alg�n hombre, tardar�an muy poco tiempo en informar a mi marido. De todas formas una tarde me arm� de valor y me decid� a ir sola a una discoteca, que hab�a o�do que iban chicos adolescentes muy guapos, porque claro si hay que pecar que sea con uno m�s joven que yo. Me puse un vestido negro muy ajustado, que hac�a que insinuese provocativamente las formas de mi cuerpo, resaltando mi pecho y mis nalgas; me arregl� y me decid� a ir a esa discoteca. Era muy moderna y estaba llena de chicas y chicos muy j�venes que bailaban como locos. Me sent� en una mesa y ped� una consumici�n. Me ve�a un poco fuera de ambiente con tanta juventud. Los chicos me deb�an ver muy vieja para ellos; sin embargo pusieron una pieza lenta y uno de ellos se acerc� a m� sonriendo y me sac� a bailar. Yo acept� encantada de que un chico guapo y tan joven se fijara en m�. Empezamos a bailar lentamente y el chico me abraz� impulsivamente y quedamos apretados y muy juntos, lo yo tom� como algo natural debido a su juventud. En seguida junt� su cara a la m�a y poco a poco acerc� su boca a la m�a, besando mis labios, a lo que yo no me negu�, pues era muy dulce y abr� mi boca dejando que el chico metiese su lengua y tocase la m�a. Pon�a pasi�n y a m� me gustaba su juventud; pero sin pensarselo dos veces baj� sus manos de mi cintura y las apoy� en el vestido sobre mis nalgas. A m� eso me pareci� vulgar, que ya en la primera pieza me tocase el culo descaradamente, quiz� si hubiese sido un poco despu�s lo habr�a aceptado, as� que le quit� las manos de mi culo y me separ� un poco de �l.
-No te gusto -me dijo.
-Como no me vas a gustar, si eres 30 a�os m�s joven que yo -respond�.
Entonces �l r�pidamente agarr� mi mano y la dirigi� hacia la pernera de su pantal�n y me la puso sobre su polla, que por cierto era muy grande y me hizo apret�rsela con mi mano y me dijo:
-Despu�s me la chupar�s.
Me parecieron sus palabras y su forma de actuar vulgares y groseras y aprovechando el final de la pieza, fuimos a la mesa cog� mi bolso y le dije, voy al tocador. Me fui de la discoteca dejando al ni�ato maleducado y llegando a mi casa cabreada.
Otra vez estuve tentada de llamar a un anuncio de internet, en el que se ofrec�a un muchacho de color para se�oras casadas solventes. era un negrazo guapo y enorme, deb�a medir dos metros y ten�a unos musculos increibles. Lo que m�s llamaba la atenci�n era su enorme polla de 30 cm, totalmente negra y maciza. Estuve dudando, porque sab�a por alguna amiga que hab�a una discoteca, que frecuentaban negros y a la que asist�an matrimonios liberales. Ellas iban muy guapas, con top de tirantes muy ajustados y amplio escote, que hac�an que sus voluminosas tetas se viesen casi totalmente y unas faldas muy cortas, ense�ando todos los muslos de sus piernas. Eran matrimonios maduros que practicaban lo que llaman vida de cornudo, es decir que el marido permit�a que su mujer follase con el negro delante de �l. Las mujeres eran lo que se llama casadas calientes, que hab�an hablado con su marido de lo que quer�an y �l hab�a aceptado. Buscaban como hembras salidas en la discoteca negros enormes que llaman corneadores, las mujeres se los disputaban entre ellas, sac�ndoles a bailar delante de los maridos y se pegaban a los negros bailando y permiti�n que los negros las besaran y manosearan. Luego el negro y la casada hablaban de practicar sexo y pactaban las condiciones que sol�a ser follar si l�mite a excepci�n de hacer sexo anal, no porque ellas no quisiera hacerlo, sino porque como los negros la ten�an tan enorme las produc�an desgarros y sangre en su culo y era muy doloroso. Luego el matrimonio sal�a de la discoteca y el negro les segu�a detr�s discretamente hasta su casa. All� la mujer practicaba sexo con el negro de todas las posturas y de todas las maneras, sexo oral, vaginal, dec�an que los corneadores eran capaces de follar a la mujer durante tres horas seguidas sin parar y que cuando las mujeres ya estaban exhaustas, agotadas de tanto follar y de tanto placer y estaban rendidas en la cama, que los negros se volv�an locos las daban la vuelta y la mujer boca abajo era intentada ser penetrada por el culo por el negro, lo que hac�a que ella gritase de dolor y llamaba al marido para que detuviese al negro y que �ste pegaba al marido y luego violaba analmente a la mujer dejando al matrimonio sangrando, el marido por la cara y la mujer por el culo, y que les roba las joyas y el dinero. Total que al final no me atrev� a llamar y me qued� con las ganas. As� que por las tardes, sola en mi casa, empec� a beber, a ver pel�culas pornos y a masturbarme para hacer m�s llevadera mi soledad.
Todo cambi� cuando mi marido un d�a vino con un regalo; era una mascota, un perro gran dan�s de color negro. Era un cachorro precioso. Mi marido me dijo que era para que no estuviese tan sola, cuando �l estaba ausente. Me vino muy bien este regalo, pues me entreten�a mucho Sans�n, como as� llam� a mi perro gran dan�s. Me ocupaba de darle de comer, le lavaba, iba a la calle con �l y hasta dorm�a por las noches en mi misma cama, los dos abrazados haci�ndole caricias y Sans�n agradecido me lam�a con su lengua y llenaba de babas mi cara y mi boca; a m� no me daba ning�n asco, pues era mi perro y estaba sano. As� pasaban los meses y lo que era un cachorro se convirti� pronto en un perro muy grande, ya que los gran danes parecen gigantes en comparaci�n con los otros perros. Yo segu�a ocup�ndome de su limpieza y le lavaba acarici�ndole, pudiendo observar que le hab�an crecido unos grandes genitales donde de cachorro ten�a dos peque�as bolitas, as� que dej� de tocarle ah� donde de cachorro le acariciaba.
Una de esas tardes en mi soledad me sent� en el sof� y me puse una copa y a ver pel�culas porno; ten�a a mi lado a mi perro Sans�n, tambi�n echado en el sof� adormilado y con mi mano acariciaba su cabeza y su lomo. Sans�n mov�a el rabo. Estaba un poco harta de las pel�culas que ve�a, pues siempre era lo mismo practicar sexo hombres con mujeres, mujeres con mujeres; ya no me produc�an la misma excitaci�n que antes y que me hac�a que me masturbase, incluso delante de mi perro hasta que consegu�a el orgasmo. Sin embargo esa tarde cambi� de canal y aparecieron unas im�genes, que hasta entonces eran nuevas para m�. Eran im�genes de zoofilia; se ve�a a mujeres haciendo sexo con perros. Me parecieron de mal gusto; pero sin embargo por curiosidad no cambi� de canal y pude ver como mujeres muy hermosas, con un antifaz sobre los ojos para no ser reconocidas, pues deb�an ser amas de casa casadas, eran folladas como perras en celo salidas por enormes perrazos. Me qued� sorprendida y asombrada de que hubiese mujeres tan guapas practicando sexo con animales y hasta haciendo felaciones a los perros, en vez de con hombres. Las mujeres gritaban con una mezcla de dolor y placer al ser penetradas por el perro y el animal jadeaba y lanzaba alg�n aullido. Los gritos debieron despertar a mi perro Sanson que estaba a mi lado y parec�a que las im�genes y los gritos le llamaban la atenci�n, pues no quitaba los ojos de la televisi�n. Ten�amos los ojos abiertos como platos tanto Sanson como yo. Me parec�an las im�genes asquerosas, pero not� que me estaba excitando y mi pecho sub�a y bajaba. Quit� la televisi�n y acarici� a Sanson y le bes� el morro cari�osamente y le dije:
-Eso que ve�as no es verdad. Son fantasias. No hay que hacerlas.
Esa noche me acost�, pero no consegu�a dormir de los nervios que me hab�an puesto las im�genes de los perros, y no dej� que mi perro se acostase conmigo como siempre hac�a.
Al d�a siguiente segu�a dando vueltas a lo de los perros, no pod�a creer que hubiese mujeres que se dejasen follar por perros, pens� que ser�a trucos de cine y que no llegar�an a ser penetradas por el animal. Consult� el varias paginas de internet y para mi sorpresa lei que hab�a mujeres a las que las gustaba follar con los perros, por ser algo nuevo, porque era muy excitante hacerlo con una bestia y que lo que m�s las gustaba es que el perro al ser un animal era incontrolable y que no se sab�a nunca lo que el animal las har�a, que era una situaci�n nueva y que era lo desconocido lo que m�s las gustaba.
Un d�a oi unas voces y vi a mi vecina que intentaba separar a su perrita d�lmata de mi perro Sanson. Mi perro estaba con sus patas encima de la perrita intentando montarla. Separ� a Sanson y acarici� a la perrita, cogi�ndola entre mis brazos.
-No seas malo Sanson. No vuelvas a hacer da�o a la perrite -le dije.
-No solo a la perrita. Antes ha tirado al suelo a esa ni�a, que hab�a estado jugando con la perra, y ha intentado montar a la ni�a. Y f�jese que verga tiene su perro, es grand�sima -me reproch� mi vecina.
Me fij� en Sanson y vi que ten�a un miembro enorme y me avergonc�.
Cuando volvimos a casa comprend� que tanto Sanson como yo est�bamos faltos de sexo y me dio mucha pena, por los dos.
Esa tarde sentada en el sof�, Sanson estaba muy excitado y no paraba de meter su hocico por entre mis piernas y subirme la falda.
-Est�te quieto Sanson -le dec�a. Pero el animal no paraba y lleg� a meter su cabeza hasta mi braga y empez� a lamer con su lengua mi sexo.-No hagas eso -y le di con la mano en la cabeza. Pero el perro estaba como loco y consigui� con sus patas darme la vuelta e intent� ponerse encima de m�. Yo me fui corriendo asustada a mi dormitorio. Cerr� la puerta y el perro me sigui� ladrando e intentando abrir la puerta, a lo que yo me negu�. Estuve toda la noche pensando en las im�genes de los perros y en lo que Sanson me hab�a intentado hacer y me crec�a la excitaci�n cada vez m�s. Pensaba que no era natural follar con un perro y mque deb�a olvidar esas tentaciones y malos pensamientos. Pero no lograba quit�rmelo de la cabeza y empec� a masturbarme pensando en ello y me corr� como una perra salida.
Una tarde que hab�a bebido m�s de la cuenta me qued� desnuda completamente sobre la cama y llam� a mi perro. Comenc� a masturbarme el clitorix con la mano y indicaba a Sanson que me lamiese mi pulpa con su lengua, pero mi perro no hac�a m�s que dar vueltas y no me hac�a nada. Me puse a cuatro patas, como las perras, a ver si mi perro era capaz de montarme y s�lo logr� que subiese sus patas sobre mi cuerpo, produci�ndome ara�azos que me dol�an. As� que desist�.
Unos d�as despu�s coincid� con mi vecina y su perrita d�lmata y la acarici�, cogi�ndola y abraz�ndola entre mis brazos, me impregn� del olor de la perrita.
Llegu� a casa y not� como Sanson se alteraba al verme y pon�a sus patas en mis piernas.Acarici� a Sanson y con mi mano manos�e la polla del perro, que se hizo enorme en seguida. Me desnud� r�pidamente y solo me quede con una camiseta que me protegiese de las u�as de mi perro. En el dormitorio me puse a cuatro patas sobre la cama y luego apoy� mi cabeza y mis hombros sobre la cama y puse mi culo en pompa, sobresaliendo a la vista de mi perro. Llam� a Sans�n y le hice se�as con mis manos para que se pusiera encima de m�. Le cog� sus patas delanteras y le indicaba que me montara. Sanson se pon�a encima de m� y empezaba a culear, pero no lograba introducir su miembro en mi vagina. Una y otra vez lo intentaba el animal, pero no hab�a forma. Yo estaba desesperada. En una de esas ocasiones not� que entraba violentamente su verga en mi co�o, haci�ndome mucho da�o. El animal insist�a sin parar. Yo cog� su pata sujet�ndosela para que no se moviese y me siguiera haciendo da�o y logr� que el perro se montase encima de mi culo, con su miembro dentro de mi vagina y yo sujet�ndole las patas para que no se moviese. El animal pareci� entenderlo y se qued� quieto encima de mi y con su polla introducida. Yo notaba unas sensaciones de placer increibles sintiendo la verga de Sanson dentro de mi co�o. Me produc�a placer y dolor al mismo tiempo. Yo no paraba de gemir. Durante veinte minutos estuvimos en esa postura, yo no paraba de gemir y gritar de placer; intermitentemente sal�an de mi boca: -�Ooh!...�Aah!...�Aay!, hasta que not� que mis muslos se llenaban de un l�quido; deb�a de ser mi perro que se hab�a corrido llen�ndome toda mi vagina de su semen y se sal�a entre mis piernas. Con la polla de Sanson dentro me masturb� con mi mano con fueria mi clitorix y consegu� un orgasmo bestial; como una perra. Luego mi perro se separ� y se puso detr�s m�o y empez� a darme leng�etazos sonre mi co�o y lamiendo con su lengua su l�quido; lo que hizo que me corriese de nuevo. Ya no me sent�a mujer, me sent�a perra follando con mi macho. Me ech� en un extremo de la cama, boca arriba y sacando parte del cuerpo de la cama llam� a Sanson, que puso sus patas delanteras sobre mis tetas y yo llev� mi cabeza por debajo del animal hasta su verga y all� la agarr� con la mano y me introduje la polla de Sanson en mi boca y empec� a chuparsela al perro. No me daba asco y su l�quido que le sal�a era dulz�n. La ten�a enorme. Me incorpor� y me puse sentada en el borde de la cama con las piernas abiertas e hice que Sanson se colocase delante de m�. Agarr� su polla con la mano y me la introduje en mi co�o mojado, haciendo que con mi mano la sacase y la metiese dentro de m�. Volv� a correrme. Estaba como loca, como poseido por el diablo. Era una aut�ntica perra en celo salida disfrutando con una bestia. Puse una almohada en el suelo en el borde de la cama y me coloqu� de rodillas apoyando desde la cintura mi cuerpo en la cama, ofreciendo mi culo a Sanson. Hice que el perro pusiera su culo enfrente del mio, juntos los dos y con mi mano cog� su verga y la introduje nuevamente en mi vagina y con mi mano hac�a que entrase y saliese de mi co�o que soltaba flujo vaginal a chorros. Not� que Sanson se soltaba y pens� que el animal ya estaba cansado de tanto follar conmigo; pero para mi sorpresa vi que se pon�a detr�s de mi y colocaba sus patas delanteras apoy�ndolas en el extremo de la cama y me sujetaba con ellas mis cintura con fuerza, que hac�a que imposibilitase cualquier movimiento por mi parte y not� como con una bruca sacudida el animal me penetraba salvajemente. Me dol�a mucho, pero aguantaba, adem�s no me pod�a mover. Sanson culeaba sin parar, una y otra vez, metiendo su enorme polla en mi vagina. Yo lloraba y gritaba de Placer: -�Aaayyyy! -Sanson que me matas. Empezaba a sentir esas sensaciones que dec�an las otras mujeres que sent�an con los perros y que las volv�an locas de placer. Era hacer el sexo con un animal que desconocia las normas y que solo se mov�a por su instinto de bestia. Yo me resign� a que Sans�n me follase e hiciese conmigo lo que quisiera hasta que o� un aullido del animal: �Guaaauu! y el perro se corri� dentro de m�. Yo despu�s de esto tuve tres orgasmos seguidos.
Desde ese d�a no necesit� ni a mi marido, ni a mis amigas, ni al chico de la discoteca, ni al negrazo de los 30 cm. solos mi perro Sanson y yo compart�amos las tardes de soledad, satisfaci�ndonos mutuamente. Que soy una guarra, pues es posible, pero me gustar�a veros en mi situaci�n, a ver qu� hac�as. De todas formas todas las que tengais perro y estais solas, podeis probarlo pues criticar antes de hacerlo no tiene sentido. Os animo a que lo intenteis y los conteis en otros relatos. Un beso. Alicia.