Deb�a correr el a�o 1988, pues Blanca ten�a 13 a�os. Como todos los veranos
Blanca pasaba unos dias en casa de su amiga (a la que llamaremos Conchi). Era en
un pueblo cercano a Valencia pero ya en la provincia de Teruel. All� se quedaba
unos d�as con Conchi, su hermano, y los padres de estos.
El padre de Conchi ten�a 41 a�os, era un comercial que entre sus aficiones
contaba el atletismo, por lo que era a parte de guapo bien parecido. Blanca lo
ten�a como ideal de padre.
Su madre era una bella mujer de 38 a�os, de estatura media, rubia con el pelo
por la espalda y un buen tipo. Lo que mas llamaba la atenci�n a Blanca era la
madurez que llevaba reflejada en su bonita cara.
Blanca y Conchi por aquel entonces no eran mas que dos ni�as que a�n no se
hab�an empezado a desarrollar, aunque Blanca ya anunciaba con sus andares, sus
gestos, sus muecas y su tipillo que iba a ser una mujer muy sexi, y ya le
despuntaban unos peque�os pechos con un pez�n muy bonito y pronunciado, por lo
que empezaba a ponerse sujetadores.
Los padres de Conchi sol�an salir todas las noches a cenar con amigos. Se
arreglaban mucho, y sobre todo la madre (Esther ?) que siempre iba muy
provocativa pero eso si, sin perder la elegancia, que era otra de sus
caracter�sticas.
Una noche Blanca y Conchi estaban en la habitaci�n mientras la madre se
arreglaba. Esther estaba en ropa interior y llevaba puesto un bonito conjunto de
color naranja. Una braguita tanga con mucha puntilla y un sujetador que dejaba
libre mucho pecho tambi�n con mucha puntilla. A Blanca le llam� la atenci�n que
Esther se pusiera medias siendo verano, pero Conchi le explic� que eran
especiales para esa �poca del a�o, y se sujet� las medias con unas ligas que le
quedaban muy ce�idas al muslo. Blanca no perd�a detalle de todo lo que hac�a la
madre de su amiga. Sin ponerse a�n la ropa se perfum� todo el cuerpo, y despu�s
se puso una minifalda negra a mitad de muslo pero bastante ajustada. Arriba se
puso una blusa blanca, muy transparente que dejaba ver con descaro el sujetador
naranja. La blusa le dejaba al descubierto un vientre liso, con un ombligo
perfecto. Se puso unos zapatos con un tac�n muy fino que le hac�an unas piernas
perfectas. A Blanquita le pareci� que iba preciosa y que en cuanto cumpliera
los 18 a�os se comprar�a ropa as�, pero tambi�n cre�a que ella nunca tendr�a las
maravillosas caderas de Esther ni el 95 � 100 de pecho que se gastaba esta.
Blanca fue corriendo al ba�o, cerr� la puerta y se quit� su camiseta para
contemplarse los pechos. Se di� cuenta que lo iba a tener dificil, pues otras
ni�as de su clase ya los ten�an bastante mas desarrollados, pero tambi�n se di�
cuenta que cuando se los tocaba y sobre todo cuando presionaba un poco con el
pulgar y el �ndice sobre los pezones, sent�a una agradable sensaci�n que le
sub�a de las piernas, muy parecida a la que sent�a cuando se acariciaba el
chochito o se met�a un boli y se le aflojaban las piernas y le lloraban los ojos
del placer.
Entonces empez� a hacer c�rculos sobre sus peque�as tetas, y la presi�n sobre
los pezones se hizo cada vez mas fuerte hasta que empez� a arderle la
entrepierna y su mente le obligaba a llevarse la mano all�. Pero justo en ese
momento golpearon a la puerta. Era Conchi, para decir que sus padres ya se iban.
Los acompa�aron hasta la puerta y vieron como sub�an en el coche del padre
(Fran?) y pronto arrancaron y se perdieron por el camino de tierra que conduc�a
al pueblo.
Ellas estuvieron viendo la tele hasta las 12 y decidieron irse a la cama.
Conchi se durmi� pronto, pero Blanca estaba muy inquieta, no paraba de dar
vueltas. Se levant� y tras asegurarse de que el hermano de su amiguita tambi�n
dorm�a, entr� en la habitaci�n de los padres. Abri� el armario de la ropa y
empez� a tocar y oler primero la ropa de Esther. Se entretuvo con la ropa
interior que en su mayor�a era del estilo que se hab�a puesto esa noche, pero
con una gran variedad de colores. Vi� que tambi�n ten�a un liguero, pero no
acababa de entender la utilidad pr�ctica de esa prenda. Despu�s se fue a la
parte del armario de Fran. Volvi� a tocar y oler la ropa pero esta no ten�a nada
especial para ella. Lo que si que le llam� la atenci�n fue una botella de
colonia que abri� y estuvo oliendo bastante rato. Empez� a recordarle a Fran y
reforz� mucho mas en ella su ideal de padre aunque esta vez volv�a a sentir el
ardor en la entrepierna. Sigui� estudiando la habitaci�n sin soltar el frasco de
colonia. Estudi� con mucho detenimiento la cama. Cuando se dispon�a a abrir una
de las mesillas oy� la puerta. Ya no pod�a salir de all�, si sal�a del cuarto la
descubririan. Deb�an ser cerca de las dos de la ma�ana. Hab�a perdido la noci�n
del tiempo en esa habitaci�n.
Se qued� paralizada por el miedo a ser descubierta, cosa que ocurrir�a en
cuanto los padres encendieran la luz. Pero Esther y Fran entraron bes�ndose y se
sentaron directamente en la cama. Fran meti� la mano bajo la minifalda de Esther
y le quit� las bragas. Blanca se preguntaba que c�mo era posible que no la
hubieran visto, pero se qued� quieta sin moverse. Enseguida Fran meti� la cabeza
entre las piernas de Esther y empez� a comerle el co�o. Esther le agarraba
fuerte y le acariciaba la cabeza en se�al de aprobaci�n. Blanca miraba alucinada
como la madre de su amiguita empezaba a gemir, ahora ya no hab�a fuerza en el
mundo que la moviera de donde estaba.
Esther le quit� la ropa a Fran, y al trasluz se le pod�an distinguir a este
su potente pecho y sus marcados abdominales. Pero lo que de verdad llam� la
atenci�n de Blanca fue la enorme poya que a medio empalmar colgaba de sus
piernas. Esther la cogi� con una mano y empez� a lamerla de arriba abajo, por
fuera, intentando no tocar el glande para que el calor fuera aumentando a fuego
lento. Se agach� un poco y le chup� los huevos, sobre todo por la base. Despu�s
de estar as� un rato meti� toda la poya en su boca y empez� a hacer movimientos
con la cabeza de arriba a abajo. Blanca sab�a que los adultos hac�an esas cosas,
pero no pensaba que lo hicieran los padres de su amiga. Fran empez� a mover las
caderas y a follarse la boca de Esther, esta se quit� la blusa y el sujetador y
dejo al descubierto sus dos magn�ficas tetas, incre�blemente preciosas con unos
pezones erectos que apuntaban al techo. Se di� la vuelta y se puso a 4 patas en
la cama. Fran le subi� la falda hasta la cintura y con cuidado le meti� la
verga, ya completamente erecta y enorme, por el co�o.
Blanca estaba muy asustada pero a la vez el chochito le volv�a a pedir que le
pasara la mano. Las tetas le dol�an. Y all� estaban los padres de su amiga
follando como perros, �l completamente desnudo, de pie movi�ndo aceleradamente
las caderas contra el culo de ella, y ella boca abajo, con la falda por la
cintura, con medias y ligas, y con los zapatos de tac�n puestos. Hubiera sido un
buen momento para escapar de la habitaci�n pero ahora no pod�a moverse, la
excitaci�n se lo imped�a y los fuertes gemidos de Esther la estaban volviendo
loca. Esther empez� a emitir un peque�o chillido, y a decir que se iba a correr.
Fran reaccion� bajando un poco la intensidad de sus movimientos, ahora es como
si estuviera haci�ndolo a c�mara lenta, se agach� y cogi� uno de los zapatos de
Esther, que empez� a respirar mas aceleradamente como si se estuviese poniendo
nerviosa. Directemente meti� el fino tac�n por el culo de su mujer, de una
estocada, sin vacilaciones. Sin dejar libre el co�o de Esther jug� con el zapato
unas cuantas veces en el culo de ella. Despu�s lo introdujo a tope y empez� a
dar fuertes caderazos hasta que ella empez� a gritar y a decir que ya se hab�a
corrido.
Fran sac� la poya y el tac�n de sus respectivos agujeros, y cuando Esther fue
a cambiar de posici�n descubri� que Blanquita estaba all�, mirando, pasmada.
Esther se levant�, la cogi� del brazo y le di� un bofet�n. Le dijo que si
llevaba mucho tiempo ah� y que qu� era lo que hab�a visto. Fran la cogi� con
cierta violencia y la tir� encima de la cama. Su mujer no hizo nada por
impedirlo. Blanca no hablaba, pero miraba con su carita inocente como Fran le
quitaba el pantaloncito corto que llevaba como pijama y hac�a lo mismo con la
camiseta.
Esther se puso detr�s de ellos, ahora era ella la que iba a mirar. Fran
separ� las piernas de Blanquita y se tumb� encima. Puso su enorme poya en la
entrada del chochito de la ni�a y empez� a apretar sin piedad mientras la
manten�a cogida por los brazos. Consigui� penetrarla completamente, Blanca
volv�a la cabeza y respiraba muy fuerte demostrando mucho dolor, pero no lloraba
ni dec�a nada. Fran bombeaba muy r�pido, estaba desvirgando a una ni�a de 13
a�os y no ten�a ninguna piedad.
Blanca busc� con la mirada a Esther pidiendo compasi�n y vi� que esta se
estaba masturbando mientras ve�a la escena. Empez� a agarrarse fuerte a las
s�banas pues el dolor ya era muy grande, pero al mismo tiempo empez� a notar la
sensaci�n que le sol�a subir por las piernas, pero multiplicada por mil y el
primer sonido que sali� de su boca fue un gemido de placer. Esther se agach� y
le sob� el pecho, se hab�a vuelto a correr masturb�ndose. Fran ya iba muy
r�pido, se iba a correr tambi�n. Blanquita empez� a gemir de forma cont�nua, le
ven�a su primer orgasmo con un hombre. Fran se corri� dentro del co�ito de
Blanca, pero no la solt� ni sac� su poya de all�. Blanca los mir� a los dos
asustada. La hab�an violado pero estaba encantada. �Ser�a eso pecado?
Se levant� de la cama y se di� cuenta de que un chorro de semen le ca�a del
co�o resbalando por los muslos. Hizo uno de esos gestos que a�n hoy en d�a
conserva, que parece un puchero, y dijo que lo sent�a, que ella no quer�a mirar.
Esther le dijo que no se le ocurriera contar nada de lo que hab�a pasado, y
que si lo hac�a se enfadar�a mucho.
Blanca nunca lo cont�, por lo menos hasta ahora. Y me dijo que lo que
recuerda con mas claridad es notar como el semen de Fran estuvo fluyendo de su
co�o toda la noche.