Esto que les voy a contar no es ficci�n, sino que una
experiencia real. Me llamo Carlos, tengo ya 35 a�os y lo que les voy a contar,
me sucedi� cuando ten�a 14 a�os.
El d�a en cuesti�n, como de costumbre, regres� del colegio
directo para cenar. Estaba en eso, cuando ingresa mi madre al comedor y me dice
que la t�a Elizabeth (su hermana), estaba en la cl�nica casi lista para tener su
beb�. A lo cual le respond� muy feliz que me alegraba de ello. Entonces, luego
agrega, el problema, es que ella debi� salir de emergencia a la cl�nica y no ha
llevado nada de lo que ten�a preparado par recibir su beb�. Por lo tanto, ya que
tu t�o Guillermo (el cu�ado de mi madre y esposo de mi t�a Elizabeth), est� de
viaje quiero que a la noche te vayas a su casa, y te quedes ah�, y muy temprano,
por la ma�ana, antes de irte al colegio, quiero que pases a la cl�nica a dejar a
tu t�a Elizabeth, la maleta que ellos dej� preparada en su cuarto.
Bueno, dado que al d�a siguiente tenia clases, luego de
cenar, prepar� mi bolso con los libros y una peque�a muda de ropa interior, para
no tener que ir con la misma. Entre una cosa y otra, por fin cerca de las 10 de
la noche sal� rumbo a la casa de mi t�a Elizabeth, que no era muy lejos y por lo
tanto caminando, me tomar�a cerca de 10 minutos. Por fin cuando llego, ingreso
la llave por la cerradura y no abr�a la puerta, algo por dentro la ten�a
cerrada. Supuse entonces que hab�a llegado mi t�o Guillermo, por lo que empec� a
tocar el timbre. Pasaron algunos minutos y no me abr�an la puerta. Entonces
insist� varias veces con el timbre, hasta que por fin siento que por dentro
corren las cerraduras que me abrir�n la puerta. Efectivamente, era el t�o
Guillermo, que ven�a vestido solo con un diminuto y ajustado calzoncillo tipo
bikini. Tra�a cara de dormido y me pregunta que hago yo ah�. Por lo tanto le di
la buena noticia y le cont� lo que me hab�a pedido mi madre. Muchas veces,
durante el embarazo y debido a los viajes de mi t�o Guillermo, era habitual que
mi t�e Elizabeth pasara por mi casa y se regresara muy tarde, por eso el t�o no
se hab�a extra�ado que al llegar, no la encontrara.
Luego fuimos a su cuarto, vimos la maleta que ten�a que
llevar al d�a siguiente y mi t�o me fue a preparar un sof� de la sala para que
yo duerma. Ellos solo ten�an un dormitorio habilitado. Mientras sacaba frazadas
y s�banas para el sof�, yo sin querer, no pod�a alejar mi vista de su "paquete",
se notaba que su verga era algo grande ya que el bikini le resaltaba muy bien el
contorno. En esa �poca, mi t�o debe haber tenido unos 35 a�os, mide como 1.80 y
debe haber estado pesando unos 90 kilos. El es muy peludo, usaba barba completa
y era algo robusto, pero bien marcado debido a su trabajo de minero.
Por fin estaba listo el sof� para dormir, fui al ba�o a
lavarme los dientes y luego me acost� a "tratar" de dormir, ya que cerraba los
ojos y me segu�a inquietando mi t�o. Sent�a unas ganas enormes de bajarle el
calzoncillo y saber que guardaba bajo esa prenda �ntima. Debe haber pasado como
media hora, cuando decid� ir al cuarto de mi t�o a decirle que ten�a fri� para
pedirle otra frazada (era invierno). Entonces llego y el estaba acostado sobre
la cama durmiendo pl�cidamente. No pude dejar de mirar sus piernas, su espalda y
todo su hermoso cuerpo. Me acerco sigilosamente para no asustarlo, me siento en
la cama y lo toco en el hombro para despertarlo, le dije que necesitaba otra
frazada y el me dice, "�Por qu� mejor no te acuestas aqu� conmigo?, esta cama se
me hace grande, estaremos c�modos y no pasar�s fr�o. Le dije que si, y con mucho
cuidado, me met� en la otra mitad de la cama. Por lo tanto el se meti� de nuevo
en la cama y se acost� de espalda. Pas� otra media hora y mi mente no dejaba de
funcionar, yo sent�a levemente el roce de mi cuerpo con el suyo y hab�a empezado
a erectar mi verga. Eso me pon�a muy nervioso y cada vez m�s caliente. Por fin
decid� ponerme de lado para tratar de dormir y solo por el placer de sentir su
cuerpo rozando el m�o, me baj� mi pantal�n de pijama para que mi culo quedara
casi descubierto. No recuerdo nada m�s ya que a los pocos minutos, por fin me
qued� dormido.
No s� cuanto rato pas� cuando de pronto despierto con una
sensaci�n de dolor en mi trasero. Abro mis ojos y siento que mi t�o me ten�a
abrazado, aprision�ndome contra su cuerpo ya que me estaba tratando de penetrar
su pene en mi ojete. Le digo, �t�o que haces? Y el me responde, �crees que no s�
que esto es lo que quer�as?, me di cuenta como mirabas mi verga cuando estaba
con el calzoncillo y luego cuando viniste con el pretexto de la frazada, apenas
te acostaste en mi cama, comenzaste a rozarme las piernas y todo lo que pudiste.
Yo estaba pasmado, no pod�a decir nada, ten�a una mezcla de temor y placer que
me dejaron at�nito por varios minutos. De pronto reaccion� y le dije, t�o, le
duele mucho eso que estas haciendo. Entonces el me dice, bueno, b�jate hasta mi
verga, ch�pamela y cuando ya la hayas dejado llena de saliva, te la vuelvo a
meter para que te duela menos.
Me solt� de los hombre, me baj� de la cama y camin� para
arrodillarme en el piso al lado de la cama, le bajo las s�banas y por fin veo
eso que me ten�a tan intrigado, su verga era recta, muy gruesa y debe haber
medido unos 22 cent�metros. La mir� y pens� que eso no me cabr�a en la boca. Por
fin la tomo entre mis manos, la trato de meter en mi boca y no me cab�a m�s que
una tercera parte. Eso me puso fren�tico y empec� a lamerle su gran verga,
mientras �l gem�a de placer con cada pasada de mi lengua.
Le pregunto si puedo lamer sus bolas y el me dice "si mi
putita, tr�gatelas todas". Yo no pod�a creer lo que me estaba pasando, era el
hombre de mis fantas�as sexuales hecho realidad y su verga era un monumento a la
virilidad. Por fin despu�s de varios minutos, el me detiene y me ordena ponerme
en cuatro porque me la quiere meter. As� es que con mis manos le pon�a mucha
saliva para que no me doliera tanto. El estaba muy caliente y apenas su glande
toco mi ojete, sent� un empuj�n y me lo meti� fuerte que yo d� un peque�o grito
de dolor, sent� que me part�a en dos. Por fin el no dejaba de entrar y salir de
mi trasero, sent�a cada vena rozando mi recto y eso me pon�a loco de placer.
De pronto el dio un grito y siento como si un chorro de agua
caliente fluyera dentro de mi, me empuj� cerca de seis veces meti�ndome su leche
que era tanta que incuso sal�a por mi raja y ca�a en las s�banas. Luego de que
acab� todo dentro de mi, me orden� que lamiera y me trague toda el semen que se
encontraba desparramado en la cama. Yo como a�n estaba muy caliente, sin
pensarlo dos veces hice lo que me pidi�. Ahora, mete tus dedos en tu ano y
s�cate le leche que te met� parque quiero ver como te lames los dedos.
Eso me pudo mas caliente a�n, lo hice y el sabor de su leche,
mezclada con mis fluidos internos sab�an a manjar. Por fin me dijo, ahora
c�rrete para que nos durmamos. Debo haberme tocado una vez y salt� mi leche por
todo mi pecho. Luego fui al ba�o a secarme y al regresar, �l ya estaba acostado,
durmiendo.