Todav�a sent�a el olor de su transpiraci�n, el calor de esos
besos quemantes que nos hab�amos dado, la humedad de su leche desliz�ndose enre
mis piernas, y sus �ltimas palabras, te amo pendejo , te amo.

En Argentina pendejo no significa tonto, ni se lo usa tanto
para designar a los pelitos del pubis : pendejo o pendes significa en el argot
popular, un muchachito muy joven y yo lo era. Ten�a 16 a�os y lo que sigue es el
relato de mi primera cogida con el gran amor de mi vida, Daniel, Danny , Danito,
mi coraz�n salvaje .

El era el mejor amigo de uno de mis primos mayores, y cuando
lo conoc� tendr�a unos 29 o 30 a�os, y estaba comprometido para casarse con una
rubia de nombre Diana.

Hab�amos ido a un club, donde casi todos hablaban alem�n, con
mis padres y hermanos y al entrar al vestuario para cambiarme, me encontr� con
Daniel a quien solo conoc�a de vista pero nunca hab�a tratado....

Se estaba bajando los pantalones y llevaba abajo un jock
strap, esos suspensores yankies que desnudan el culo al tiempo que sostienen los
regalos de la abuela, para que no se escapen de madre.

Siempre lo hab�a visto vestido, con ropa de �ltima moda y
marcas conocidas , por lo que al verlo casi desnudo , me sorprend� de su
belleza: no era un cuerpo de gimnasio ni el de un hombre fornido: era el f�sico
esbelto de un nadador, espaldas anchas, pecho trabajado, b�ceps triceps y dem�s,
cintura peque�a , peirnas largas, culito arrebatador y un bulto para comer con
pan, de tan lindo. Me vi� y aunque me reconoci� fingi� no verme y yo lo agradec�
pues, no pod�a ocultar la erecci�n de mi pija de 16 a�os, que ya promet�a
dimensiones fuera de lo normal , modestamente lo digo.

Esa noche me masturb� pensando en la verga de Daniel, y en su
cuerpo bien trabajado y en sus vellos bien distribuidos y en sus huevos gordos y
en el deseo de coger con �l aunque sab�a que era imposible. Pero mi mano sobre
mi pija dura y h�meda imaginaba ese cuerpo hermoso que dibujaba el jock,
abrazado a m� y dici�ndome ternuras.

Ese verano, lo pas� con mi primo su mujer y sus hijos en una
playa al sur de Mar del Plata y me cuid� mucho de preguntarle a mi primo sobre
su amigo Daniel, hasta que un d�a mientras com�amos, �ste lleg� del brazo de su
novia Diana. Recuerdo que me puse rojo de verg�enza, quiz�s por recordar mis
muchas pajas pensando en �l, quiz�s por sentir esa atracci�n que sab�a que no
estaba bien vista. Llevaba puesta una remera blanca que dec�a Acapulco, muy
apretada y que marcaba sus pezoncitos y un slip peque�o de lycra color turquesa,
que atesoraba su verga y sus huevitos lindos.

Esa tarde se quedaron con nosotros en la playa, y me hice
amigo de Diana, que qued� sola gran parte del tiempo pues Daniel y mi primo y
sus hijos fueron a jugar al volley de playa.

Me di cuenta que ella era una buena persona y que esperaba
casarse pronto, pero contrariamente a lo que yo pensaba no estaba fijada la
fecha de casamiento.

Me qued� leyendo una revista y cuando Daniel volvi�, me la
reclam� como si fuera suya yo le insist� que era mia y muy a rega�adientes se
fue , insistiendo que le pertenec�a. Al rato volvi� para pedir disculpas. El
ten�a otro ejemplar de la misma publicaci�n en su bolso y se hab�a confundido.
Creo que fueron las primeras palabras que me dijo en su vida y all� pude ver sus
ojos azules muy oscuros, sus cejas pobladas como las m�as, su boca roja, sus
dientes bien blancos. Ay papito que bien que est�s, pens�.

Recuerdo haber mirado su culito espectacular , como dos
pomelos redondos separados por una linea vertical y en ese momento sent� que mi
pija se paraba y que mi coraz�n lat�a con mas fuerza....

Era muy joven pero no dejaba de advertir que �l era
heterosexual, ten�a novia y planes de casamiento inminente , y por eso, salvo mi
imaginaci�n calenturienta, todo conspiraba contra mis deseos de hacer el amor
con �l.

Recuerdo una comida en el piso de mi primo, en donde lo mir�
toda la noche y el ni siquiera me vi� y yo rogaba que me mirara, como aquel
personaje de un aviso televisivo que mentalmente trata de conseguir que una
chica lo mire. Mirame, mirame mirame por favor mirame. M�rame.

Hab�a terminado el verano y supe que Daniel hab�a cortado con
Diana y que esta sal�a con otro, y me dio tristeza por �l , y no pens� en mi
pues pensaba que era imposible.

Una noche de viernes, sent� la necesidad de salir de mi casa,
me ahogaba, me sent�a preso , encerrado, como mustio... Casi no ten�a amigos y
no pod�a confesar a ninguno de los pocos que me quedaban, que me gustaban los
tipos, y encima que me hab�a enganchado con un tipo mas grande y encima
heterosexual.

Camin� casi sin rumbo y termin� en la famosa Avenida Santa Fe
de Buenos Aires, la calle del giro gay, la calle mas homosexual de mi pa�s, con
sus bandadas de muchachos y hombres buscando compa��a, sexo, amistad, algo con
que paliar la soledad y el abandono o saciar la animal necesidad del sexo.

Termin� entrando a un bar donde un tipo pelado me empez� a
mirar con inter�s mientras se largaba un chaparr�n y de pronto la calle se hizo
un diluvio de lluvia que me espantaba. Aunque no era el momento mas apropiado
sal� del bar para evitar esa mirada indiscreta del calvo y me encontr� caminando
por la Avda Callao hacia el Norte, y llovia y el viento esparc�a la lluvia y mis
l�grimas y las calles comenzaban a anegarse, y me saqu� los zapatos y las medias
y camin� bajo la lluvia hasta que un auto me toc� bocina y me di cuenta que no
era un viejo que me quisiera levantar sino que era Daniel. Daniel que me ped�a
que me detuviera que subiera a su auto, y yo que segu�a caminando.

Se baj� y me meti� en su auto como a un patito mojado y me
llev� a su casa que quedaba cerca, y me sac� la ropa, y yo llorando, sintiendo
l�stima por mi condici�n de puto, por mis diecis�is a�os sin amor, por mi cuerpo
mojado hasta el tu�tano, y el me sec� con una paciencia y ternura inigualables,
y me cubri� con una robe de toalla, y me hizo tomar un cognac y un t� caliente,
y se sent� a mi lado y me dej� llorar y puso m�sica , y lo mir� a los ojos y me
mir� a los ojos y dijo que tambien �l ten�a frio y yo me encog� de hombros, no
hab�a mas tragedia que la m�a.

Me dorm� en sus brazos y so�� que me quer�a, que le gustaba,
que no me consideraba un adolescente llor�n y medio est�pido. Y amaneci casi
desnudo abrazado a su cuerpo casi desnudo, y me acerqu� a su cara que acariciada
por el sue�o era a�n mas bella, y acarici� su pecho peludo y su vientre y segu�a
la l�neas de pelo que bajaba desde la cintura al pubis, y encontr� su pija y sus
huevos y sus piernas peluditas y calientes,

Y acerqu� mi boca a su pija y ol� el olor de su sexo, el
aroma de sus huevos, el perfume de su leche asom�ndose en el glande, y entonces
me d� cuenta que estaba despierto y a�n as� lo empec� a mamar como quien nunca
hab�a mamado, y el se movi� y acarici� mis cabellos, y segu� mamando y el
repitiendo mi nombre como un mantra y aquella frase "te amo pendejo te amo" y yo
necesitando su leche para sobrevivir, buscando su explosi�n su orgasmo su
estallido.

Y esa leche me salpic� el coraz�n y nos abrazamos y besamos
despu�s, y le dije mirame mirame mirame y el no solo me mir� sino que acomod� mi
cuerpo para preparar la cogida mas hermosa que he tenido y me la puso de a poco
, como quien tantea el terreno, y bombe� como me dijo, nunca lo hab�a hecho, en
mi culo virgen, y gritando, sollozando, gimiendo, aferrado al sue�o imposible de
la inmortalidad, acab� unos chorros de leche calientes y vibrantes. Ay mi macho.

Con la pija de Daniel, todav�a dura y gruesa adentro de mi
orto, y con su aliento en mi boca y con su leche en mis piernas, me qued�
dormido.

Al amanecer, par� de llover.

galansoy

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