Hola amigos, nuevamente los saluda la Garganta de Cuero.
Quiero agradecer sus cartas y sus comentarios, me gusta mucho leerlos. Hoy les
traigo una suceso que le dio un nuevo giro (otro m�s) a mi vida.

Andaba caminando con mis beb�s por el mercado, estaba
cansada, Kik�n corr�a de un lugar a otro, Estelita andaba de muy mal humor y
quer�a estar solo cargada, y Juan, dorm�a como un tronco en su carruaje. De
repente, en una esquina, un bus extraurbano hijo de puta pas� ech�ndonos lodo
encina, mis beb�s y yo quedamos cubiertos de esa materia f�tida y asquerosa.
Como madre que soy, comprender�n como me puse al verlos todos sucios.

Mi marido no estaba en la casa, ese d�a andaba con Tito en un
turicentro, de seguro se lo iba a coger de noche y de d�a y regresar�a con el
culo abierto como una reposadera.

Alberto Jos� May�n fue, y sigue siendo, mi mejor amigo de mi
adolescencia. Lo conoc� en una kerm�s, y desde la primera mirada me llam�
poderosamente la atenci�n. Era un muchacho un a�o mayor que yo, alto, de piel
blanca y ojos grises� unos ojos grises preciosos como nunca he vuelto a ver
otros. Yo ten�a 14 a�os, el andaba por los 15. Yo tampoco le fui indiferente, a
mis 14 era una mu�equita morena, delgadita pero con curvas.

Solo le di un beso� mi primer beso. Desde ese d�a nos hicimos
grandes amigos, �bamos juntos a todos lados, el conoc�a todo el drama de mi casa
y yo el de el� bueno, casi. Beto era del tipo de personas que caen bien en todos
lados a donde van, que tienen una gran facilidad de hacer amigos. Las personas
siempre lo percib�an como un muchacho bueno y amable, bienintencionado,
confiable.

De hecho, confiaba tanto en el que le daba libertades que no
le di a Kike sino hasta luego de casarnos. Por ejemplo, cuando iba a verlo a su
casa, especialmente luego de una golpiza que mi padre me hubiese dado, me
acurrucaba a su lado y me dorm�a, a veces en su misma cama. Estaba segura que el
no me pondr�a una mano encima nunca, nunca, y nunca lo hizo. Varias veces,
estando acompa�ada por el, qued� en condiciones y circunstancias un tanto
"peligrosas". Por ejemplo, cierto d�a en una fiesta a la que fui (le dije a papa
que solo era una cena de cumplea�os) le echaron algo raro a mi bebida, quedando
yo como drogada. As�, sin tener control sobre mis actos, me quit� el vestido,
quedando solo en ropa interior. Ya no quedaban amigas m�as en ese lugar, tan
solo Beto, que, como el m�s caballero de los caballeros, se quit� su camisa de
vestir y me la puso. Luego me meti� en una habitaci�n y se sent� en la cama,
conmigo acurrucada a su lado. No trat� nunca de hacerme nada, lo s� porque no me
dorm�.

Caminamos hasta mi casa y entramos, inmediatamente me dirig�
a mi habitaci�n con mis hijos, despu�s de decirle que se pusiera c�modo, que ya
sal�a. Me ba�� con los 3 nenes y me vest� a mil por hora. Cuando sal� del
cuarto, como 15 minutos despu�s, el estaba mirando las fotos de la sala.

A pesar de llevar casi 10 a�os de no vernos, Beto aun pod�a
ver a trav�s de mi como un libro abierto, y por el brillo caracter�stico de mis
ojos supo que quer�a llorar. Se me acerc� despacio, me tom� de las manos y me
susurr� tierna y suavemente al o�do, "�qu� pas� Lalita?".

Ya no aguant� m�s, romp� en un fuerte llanto y termin�
cont�ndole todo sobre mi vida marital y sexual. Como bien sabr�n, mi esposo,
cuando se convierte en Kika, es la mujer de Javier y de su propio padre. Ya
leyeron esas historias y creo que no tengo que ahondar mucho en ello. Solo dir�
que, como se imaginar�n, esas 2 situaciones me causaron mucho conflicto al
principio.

Primero Javier, que en cuanto Kika lo acept�, se la llev� a
vivir con por lo menos un fin de semana al mes. Durante ese tiempo mi esposo se
convierte en su esposa, su novia, su amante� su puta. Le hace todos los
quehaceres de la casa y se deja coger por las noches como a su macho le de la
gana. De hecho, se deja coger por todos los hombres que Javier le hubiese
aprobado previamente, casi siempre termina metida en org�as en donde ella es la
principal atracci�n.

Un tiempo despu�s, en el marco de esas org�as y aventuras,
termin� teniendo sexo con su padre, sin saber que se trataba de el, claro. Mi
suegro qued� prendado de la bellaza de su hijo �nico var�n convertido en chica,
y le pidi� que viviera con el como su mujer. Y as� pas�, Kika pasa otro fin de
semana al mes con su pap�, ocupando el lugar que una vez tuvo su madre.

Lo malo es que esos 2 fines de semana, poco a poco, se fueron
volviendo una semana cada uno, con lo que mi esposo pasaba la mitad del tiempo
vestido de mujer, viviendo como tal y cogiendo como loco con cualquiera de los
2, lejos de su hogar. 2 semanas al mes fuera, por supuesto que aquello no me
hizo mucha gracia a mi, �d�nde qued�bamos sus hijos y yo? Por supuesto que el
trataba de compensarlo, pasando todo el tiempo que pod�a con ellos y conmigo,
pero no era suficiente. Adem�s, Kike pasaba vestido de Kika demasiado tiempo, y
cuando eso pasa asume por completo la personalidad de una mujer. No niego que es
divertido tener una amiga como ella para platicar, pero yo me enamor� de un
hombre y no de una mujer.

Por otro lado, Kika es un cero a la izquierda en las cosas
que normalmente hac�a Kike, como trabajar en nuestra finca y los trabajos
manuales de la casa. Esto provocaba que cada d�a dependi�ramos m�s de Javier y
de Tito, mi suegro. Si algo necesitaba ser reparado, y estaba Kika y no Kike,
hab�a que llamar a Javier o a don Tito, que siempre ven�an prestos a darnos una
mano� y luego se quedaban metidos entre el culo de su viciosa mujer.

Aparte, eso provocaba que el tiempo a su lado se redujera m�s
todav�a, pues una vez que llegaba Javier o su pap�, se quedaban all� el resto
del d�a. Y Kika, deshaci�ndose para atenderlos bien, releg�ndome a mi a un
segundo plano. Es cierto, pod�a calmar mis ansias de sexo con ellos o con
cualquier otro hombre, pero yo amo a Kike y quiero estar con el.

As�, poco a poco, Kike dej� de atender la finca, dej�ndole la
mitad a Javier para que se la administrase, y la otra a su padre, y yo sent�a
que nos �bamos distanciando lentamente. Me sent�a sola, abandonada, relegada.
Bianca era un gran consuelo, pero ella no pod�a irme a ver hasta Zacapa cada vez
que yo me sent�a mal, lo mismo con mis hermanas, ten�a que hacer algo� y ese
d�a, ese algo pas�.

Me tom� de la cara con suavidad y me dio un beso en la
frente. Me dej� en la sala, recostada sobre el sof� grande, mientras el se met�a
en la cocina a preparar algo de comer. En realidad termin� pidiendo pizza pues
es una vaca echada en la cocina.

Almorzamos, luego Beto se qued� conmigo por el resto de la
tarde, haci�ndome compa��a, mim�ndome como cuando sol�amos tener 14 o 15. Me
sent�a extra�a, el continuaba siendo aquel amigo que yo tanto quer�a, pero yo ya
no era esa dulce ni�a que el proteg�a tanto, yo hab�a cambiado bastante. Ahora
lo ve�a distinto, diferente, ninguno de los 2 �ramos ni�os ya, el ahora era todo
un hombre� �y qu� hombre! Med�a como 1.90, era fuerte como un �rbol y robusto
como un toro. Su piel blanca y su cabello negro segu�an igual, pero ese par de
ojos grises brillaban como con fuego. Y su rostro, otrora angelical y bello, era
ahora la cara de un hombre apuesto, guap�simo. Y esa incipiente atracci�n que
siempre sent� hacia el, ahora regresaba con fuerzas renovadas.

Pero no, Beto era solo mi amigo y yo no pod�a hacer nada m�s,
ya conoc�a la mayor�a de mis puter�as pero no quer�a que me viera como una
ramera en toda la regla, aun hab�a que salvar algo de aquella ni�ita bella que
era yo. Pero aun as�, me parec�a demasiado atractivo.

Platicamos por un rato m�s, lo invit� a que se quedara a la
cena y que luego se fuera a su hotel, el acept�. Prepar� fideos y cenamos junto
a mis 3 beb�s. Claro que a Tonito le di pecho, hecho que prendi� la mecha de esa
noche. Como lo m�s natural del mundo (cosa que as� es), me abr� 3 botones de mi
blusa y me saqu� la chiche derecha de mi brasier de maternidad. Aquello no era
nada nuevo en la vida de mi amigo, el hab�a crecido toda su vida en medio de
mujeres y, definitivamente, hab�a tenido que ver lactar a alguna de ellas. Sin
embargo su mirada fija en mi oscuro y crecido pez�n, mientras era succionado por
Tonito, no pudo menos que calentarme, pero estuvo lejos de molestarme.

Una hora despu�s llev� a todos mis nenes a dormir, estaban
cansados y no me fue dif�cil que cayeran como troncos. Mientras tanto, en la
sala, Beto me esperaba para despedirse y regresar a su hotel. Curiosamente se me
hab�a olvidado cerrarme la camisa, apenas si me medio guard� el pez�n, aun
continuaba medio caliente. Luego de la broma de mi amigo, nuestras miradas se
cruzaron varias veces, eran miraditas c�mplices, p�caras, que conten�an mucho
m�s de lo que ambos alcanz�bamos a adivinar.

Casi sin pensarlo, me sent� a su lado, muy pegada a el, Beto
no quit�, ni se trat� de correr. Entonces un silencio tenso apareci� entre
nosotros, ninguno adivinada qu� decir para romperlo. Lo cierto es que no hab�a
mucho qu� decir, especialmente cuando me qued� viendo como tonta ese hermoso par
de ojos grises que el tiene.

Para cuando reaccion�, no atin� a quitar mi mano de la de el.
Y m�s aun, el me la estrech�, no quer�a que me separara. Y sin pensarlo ninguno
de los 2, nos acercamos lentamente hasta sellar nuestros labios en un apasionado
beso. Primero fue suave, luego m�s intenso hasta que nuestras lenguas se
fusionaron en una sola, el me estrechaba entre sus gruesos brazos contra su
fuerte pecho, besaba tan rico.

Nos separamos al cabo de unos minutos, nuestras miradas
hab�an cambiado, �ramos como 2 extra�os, pero que a la vez se conoc�an desde
siempre. Mi blusa se hab�a abierto y mi teta se me sali�, asom�ndose curiosa por
encima del sost�n. Por mi lactancia hab�a tenido problemas con mis sostenes, no
me gustaban los grandotes, y los que ten�a apenas si me quedaban. Los ojos se le
abrieron a Beto, mir�ndome con cara de ni�o. Yo, que lo conozco muy bien, sab�a
lo que quer�a, y yo misma lo invit�.

No necesit� que le dijera nada m�s, se me acerc� y se puso a
palp�rmela, mientras yo echaba la cabeza hacia atr�s para gozar de sus suaves
caricias. La leche brot� de mi pecho suavemente ante su presi�n, sus ojos se
brillaron cuando vieron ese chorrito surcar el aire. Baj� lentamente y le dio un
beso, luego me sac� la otra y la bes� tambi�n. Con la punta de su lengua recog�a
las gotitas que hac�a salir mediante suaves apretones, me estaba orde�ando y
lamiendo mi lecho simult�neamente, y yo me calentaba cada vez m�s.

Uno a uno, captura mi pezones oscuros con sus labios y
succiona con algo de fuerza, bebi�ndose el raudal blanco que de all� sale. Nunca
he tenido problemas para producir leche, de hecho, siempre produje m�s de lo que
mis beb�s se pod�an tomar. Supongo que mi esposo favoreci� esta situaci�n, pues
siempre se pon�a a mam�rmelos por las noches, y recuerden, lo que hace producir
la leche no son solo las hormonas o un beb�s, la estimulaci�n oral del pez�n
juega un papel fundamental.

Mientras me chupaba los senos, me iba quitando poco a poco la
ropa, yo hac�a otro poco la de el, desabroch�ndole los botones de su camisa. Me
di cuenta de que su f�sico era tremendo, Beto se hab�a convertido en un hombre
sumamente musculoso y deseable. Su pecho ancho estaba cubierto de una fina capa
de vello, perfectamente recortado y arreglado, que cubr�a unos pectorales
enormes y se continuaba hasta cubrir unos abdominales perfectamente bien
marcados, sobre un vientre plano y duro. Su espalda era igualmente fuerte y
ancha, muy marcada por el ejercicio. Sus brazos, como ya dije, gruesos y
definidos, sus piernas duras y robustas, igualmente bien definidas. Y ese
hermosos trasero que nos hac�a suspirar a todas a los 15, estaba hecho de 2 de
las nalgas masculinas m�s grandes y hermosas que he visto, tan solo superadas
por las de mi Kike. En resumen, Beto estaba para com�rselo.

Me tendi� desnuda sobre el sof�, tan solo con mis braguitas
negras puestas. Se qued� impresionado por mi cuerpo moreno, de curvas generosas
y pronunciadas, unidas por una cintura estrecha, como de hormiguita. Mis
turgentes y grandes nalgas eran las delicias de los transe�ntes que caminaban
detr�s de mi por la calle, y mis senos, crecidos una barbaridad por la
lactancia, amenazaban con romper todos mis sostenes.

Lo tom� de las nalgas e hice que adelantara su cuerpo, hasta
sentarlo sobre mi abdomen. As�, una enorme verga de no menos de 20 cm queda
frente a mi, tiesa, horizontal, r�gida, palpitante. Se la agarro con una mano y
con mis labios se la envuelvo con mi lengua, empap�ndola de mi saliva antes de
engullirla �vidamente. Le chup� el glande, apenas un poco m�s grueso que el
resto, y lo succiono como a un helado. Luego me la saco y la rode� con mis
senos, que gracias a la hinchaz�n del embarazo la logran envolver por completo.
As� le empiezo a hacer un deliciosa paja rusa, que en algunos pa�ses tambi�n le
dicen cubana.

Beto entrelaz� sus dedos con los m�os que manten�an mis senos
alrededor de su duro pene, pronto el mismo comenz� a embestir como si me
estuviera cogiendo por la vagina o por el culo, incluso por la boca. Chorritos
de leche se me sal�an de los pezones, embadurn�ndome las mamas, su verga y sus
piernas, aquello no calentaba m�s todav�a.

Generalmente lo llevo recortado en forma de V o de tri�ngulo,
pero dada mi reciente (y por tercera y orgullosa vez) maternidad, lo hab�a
descuidado un poco, dej�ndolo crecer como un peque�o matorral. Adem�s, el
abandono de mi esposo no me motivaba a cuidarlo m�s.

Beto se arrodill�, yo me sent� con las piernas abiertas, ya
sab�a lo que iba a hacer y yo lo estaba deseando mucho. Hundi� su boca y nariz
dentro de mi vulva, lamiendo con hambre, como queriendo arranc�rmela.
Mordisqueaba suavemente mi cl�toris, comprobando r�pidamente lo f�cil que se me
dan los orgasmos cuando inund� su boca. Luego el se par�, con su tremendo palo
apunt�ndome a la cara, su rostro estaba lleno de mis flujos y de mi placer, y yo
lo esperaba ansiosa con las piernas abiertas y levantadas en el aire.

Se tendi� sobre mi, recostada yo sobre el sof�, ambos con un
pi� apoyado en el suelo. Pude sentirle encima, rozando con el glande de su
m�stil mi delicada vulva, jugueteando con mis pezones, estrujando mis tetas y
bebi�ndose su leche. Lentamente me penetr�, me sent� llena a fondo, y comenz� a
darme, primero suave, pero al ve como mov�a mis caderas para acelerar las
penetraciones, aceler� con fuerza.

Comenc� a gemir con fuerza, el ten�a uno de sus brazos bajo
mi cabeza para cercarla a la suya y poder besarme, la otra me agarraba de las
nalgas, lleg�ndome a meter un dedo entre mi culito apretado. Y a medida que la
cogida avanzaba, ambos nos desinhib�amos m�s.

Mis piernas acabaron sobre sus hombros y el echado sobre mi,
sostenido de sus fuertes brazos a cada lado de mi cabeza. A cada golpe de sus
caderas, mis rodillas casi rozaban mis o�dos, mis caderas estaba pr�cticamente
en el aire, y ese semental se me ven�a encima con m�s fuerza cada vez. Su sudor
ca�a a goterones sobre mi piel morena empapada, mis flujos sal�an como r�os por
mi vagina. L�stima que no hab�an espejos en mi sala, hubiera podido ver el
imponente f�sico con ese hombre de 1.90, cay�ndome encima con toda su fuerza, a
mi, una diminuta mujercita de 1.65 de estatura, delgada y menuda. Seguro que
solo con esa imagen hab�a terminado varias veces m�s.

Por fin, luego de 15 minutos de una deliciosa y tremenda
cogida, luego de por lo menos 3 orgasmos m�os, Beto daba se�ales de querer
terminar. As� acab�, est�bamos tan calientes los 2 que ni le dio tiempo de
sac�rmela, ni yo me di cuenta de que se ven�a en mi interior, hasta que sent�
sus calientes chorros inundarme y su semen sali�ndoseme por los laterales de mi
sexo.

Despu�s, desnudos aun, me llev� en sus brazos hasta mi
habitaci�n, en donde se acost� a mi lado, abraz�ndome mientras yo lo empiernaba,
quedando profundamente dormidos los 2, satisfechos y sin pensar ni un minuto en
el siguiente d�a� eso lo arreglar�amos despu�s.

Continuar�

Garganta de Cuero.

P.D.: pueden mandarme sus comentarios y sugerencias a mi
correo electr�nico, besos y abrazos.