Relato: mama sin bragas en vacaciones de semana santa



Relato: mama sin bragas en vacaciones de semana santa

Quisiera contar lo que me est� sucediendo desde vacaciones semana santa ha cambiado totalmente nuestras vidas.
Somos un matrimonio ya madurito, Silvi mido 1,68 m y peso 51 Kg tiene unas tetas redonditas y bien puestas, uso una talla 85, a pesar de dos hijos y un culo de esc�ndalo , rubia de bote , largas piernas ,44 a�oy yo de 48. Llevamos casados 22 a�os y como todos, creo yo, hemos tenido una vida sexual m�s o menos normal, hasta hace un par de a�os en que la cosa fue decayendo, de tal forma que foll�bamos una vez al mes o cada dos meses. La rutina, el estr�s, el trabajo, bueno todo nos hizo llegar a una crisis que incluso pensamos en separarnos. Hablamos del problema y yo le propuse de hacer cosas nuevas o intentar realizar alguna de las fantas�as nuestras para incentivarnos.
El caso es que ella no estaba muy convencida y aunque pon�a m�s inter�s no mejor�bamos. El caso es que decid� tirar la casa por la ventana y le propuse irnos los dos solos, sin ni�os, a una ciudad DE FIESTA . Lejos de la nuestra y pegarnos una semana loca de sexo desenfrenado, hacer lo que nos diese la gana, sin tab�es pero en pareja. A los dos o tres d�as me contest� que SI, rotundo. Entonces reserv� un Hotel en LLORET de MAR para pasar una semana , hay mucha marcha.

Mi primera sorpresa me la llev� a 20 km de BARCELONA, puesto que par� en una gasolinera para repostar y mi mujer se march� al WC. Estaba pagando en el mostrador y oigo decir a un o de los que esperaban para pagar �hostia, vaya pedazo de hembra�..uf que polvazo tiene�. Mir� y me qued� de piedra, ERA MI MUJER. Llevaba una super minifalda negra muy ajustada que casi dejaba ver el inicio de sus nalgas. Unas sandalias de tiras negras con unos taconazos de v�rtigo y una chaleco vaquero y cortito y escotado que hacia que sus tetas se fuesen a salir en cualquier momento. Vamos, parec�a un put�n verbenero de a�pa. Pagu� y entr� en el coche y le pregunt� a que se deb�a el cambio y me dijo que durante estos d�as pensaba exhibirse por todo LLORET y ser la t�a m�s puta de la ciudad. Me qued� con cara de imb�cil mir�ndole mientras ella se pon�a la mini en la cintura y con las piernas apoyadas en el salpicadero iba ense�ando su potorro a todos los camioneros y conductores, puesto que se hab�a sacado la tanga, y me dec�a �mira hacia delante no sea que tengamos un accidente�.

Cuando llegamos al hotel estaba yo con un calent�n . Mientras nos registr�bamos en recepci�n ella se sent� en un sof� del hall y mientras le�a una revista desinteresadamente mov�a sus piernas de tal manera que todos lo que all� est�bamos nos pusimos cachondos. Que espect�culo�.! All� estaba mi mujer dejando que todo el mundo viese que no llevaba bragas, mostrando su chochete rasurado.

Nada m�s entrar en la habitaci�n, la empuje a la cama, la puse a cuatro patas y me la foll� de una forma salvaje. Ella apoy� su cara en la almohada, y mientras yo le hac�a el mete y saca a una velocidad de v�rtigo ella no hac�a m�s que gritar de gusto. Cuando se hubo corrido al menos 3 veces se dio la vuelta y se meti� mi polla en la boca. Me la chup� como una posesa hasta que me corr� en su boca. Se lo comi� todo. Le ech� varios chorros en su boca pero tambi�n le ech� en la cara y en el pelo rubio . Menudo polvazo y menuda mamada. Estaba salido perdido. Nos besamos y me pregunt� si me hab�a gustado. Le dije que estaba muy contento con el cambio y que me gustaba su forma de comportarse. Entonces me confes� que algunas veces que hab�amos follado o que ella se hab�a masturbado hab�a tenido la fantas�a de exhibirse en p�blico como una puta cualquiera, pero que la verg�enza en unos casos y el que dir�n en otros no se hab�a atrevido ni siquiera a mencion�rmelo, pero que ella, en su intimidad se lo hab�a imaginado m�s o menos as�. No quer�a perderme por sus perversiones sexuales y se absten�a de mostrarse as� ante mi y cualquiera que pudiese decir algo de ella. Y ahora, casi me pierde por no hacerlo, que paradigma, verdad?

Yo me la com� a besos y le dije que compart�a su fantas�a, ya que a mi me excitaba mucho que otros la viesen y sobre todo la idea de que mi mujer fuese un put�n me pon�a caliente . Durante un buen rato, mientras deshac�amos las maletas, estuvimos hablando de sexo guarro y desenfrenado, y al final me dijo � ya veras lo puta que es tu mujer�. Si tanto te excita, durante estos d�as vas a tener a la mas guarra de todas contigo�.je�.

Y as� fue. No quiero extenderme mucho, pero os contar� que ning�n o de los d�as us� ropa interior. No se puso otra cosa que micro faldas que no le llegaban a tapar ni siquiera las nalgas. Iba hasta a desayunar con taconazos y el gusto de un VOYEUR es afeitar el co�o de su mujer ,asi lo hice cada dia le afeite su raja ,sin un pelo bien limpita.

No quiero perderme en descripciones f�sicas de mi esposa, solo dir� que no aparenta los 44 a�os que tiene, que su cuerpo es el de una mujer que va al gimnasio cuatro veces por semana y que es muy femenina. Ella tiene un don de la naturalaza, y que a partir de esos d�as sabe sacarle provecho, adem�s de tener una mirada de viciosilla mala Dios le ha dado unos labios que cualquier hombre que la ve no piensa en otra cosa que como har� las mamadas esta t�a. Si, tiene cara de puta mamona, lo sabe y ahora lo resalta bien, con los pintalabios y un piercing que se ha puesto en el labio inferior, para poner caliente a todos los hombres.

Durante todos los d�as sal�amos a pasear, de compras o a comer, tomar algo o de fiesta. Ella vestida como una PUTA sin bragas ni sujetador. Se dejaba meter mano en cualquier sitio y cuando est�bamos en alg�n bar, restaurante o incluso en las discotecas se sentaba de tal forma que se le viese bien que debajo de la minifalda no hab�a m�s que unas hermosas nalgas y un co�o bien mojadito. Nos lo hicimos en los callejones, me la chupo en los WC de cualquier bar o discoteca. Me la tir� en un parqu� como a una guarra y nos lo hicimos en el ascensor del hotel. Est�bamos todo el d�a follando como los monos.

Pero lo mejor de todo fue el pen�ltimo d�a, que estando follando en la habitaci�n yo la llamaba puta y zorra y la dec�a muchas guarradas a la vez que le dec�a que todos se la quer�an tirar y follar porque era una guarra exhibicionista que pon�a calentorros a todos los t�os y ellos no pensaban mas que en foll�rsela. Bueno eso se lo dije muchas veces, y se pon�a como una perra de calienta, llegando a correrse hasta m�s de 3 o 4 veces en alguna ocasi�n. Pero ese �ltimo d�a no paraba de tener orgasmos y cuando nos quedamos rendidos encima de la cama me dijo que a la noche quer�a desmadrarse en la discoteca, ligarse a alg�n t�o, comerle la polla en el WC y luego llev�rselo al hotel para que entre los dos la di�semos ca�a a tope por sus agujeros.

No me lo pod�a creer, que mi santa mujer me estuviese diciendo aquello. La verdad es que su comportamiento hab�a sido hasta ese momento el de una puta, pero una puta par mi, puesto que todo lo hizo conmigo. Si, si es verdad, que todos los d�as se exhib�a en p�blico, pero la gran mayor�a solo ve�an a una t�a que vest�a como un put�n y algunos tuvieron la suerte de verle el chichi o el culo. Pero aquello que me dec�a era otra cosa. A mi me excitaba que se comportase como una guarra pero pens� que aquello lo hab�a dicho porque estaba muy caliente en ese momento y por complacerme. Nos quedamos durmiendo echando la siesta y cuando me despert� me di cuenta que estaba solo en la habitaci�n. Ser�an las 22:00 horas, pens� en ducharme pero decid� llamarle al m�vil, por saber donde andaba, cuando en ese instante entr� por la puerta. Tra�as unas bolsas y d�ndome un beso apasionado en la boca, me dijo que se hab�a despertado dos horas antes y que hab�a salido a comprar unos trapitos para ponerse a la noche. Medio dormido le sonre� y me met� a la ducha y mientras me lavaba comenc� a darle vueltas al coco. Que se habr� comprado? Por qu� no me habr� llamado? Igual quiere sorprenderme con algo especial. Jo�y como se ha atrevido a salir sola, sin mi, y vestida como una guarra. Si porque al entrar llevaba puesto un mini pantal�n, que m�s bien parec�a una braguita, de color blanco, muy fino y ajustado, ,tanto que por detr�s se le met�a entre las nalgas y por delante le marcaba totalmente sus labios vaginales. En las tetas llevaba la parte superior de un bikini, tambi�n blanco, que justo le tapaba los pezones, aunque era igual porque de lo duros que los ten�a se le quedaban tan marcados que parec�an que iban a perforar la tela, y en los pies se puso unos zuecos, con alzas, de color blanco que tiene un taconazo de 18 cm. Vamos, yo me encuentro una t�a as� , sola por la calle y pienso que va buscando guerra y con lo caliente que estaba ella esos d�as me entr� la duda de si no habr�a estado follando con alguno o le hab�a hecho alguna mamada a alguien. Lo que si era evidente es que estaba muy cachonda, puesto que sus jugos la delataban al tener la parte del pantal�n que estaba en contacto con su potorro totalmente mojado. No me atrev� a preguntar nada, primero porque me invadieron los celos y segundo porque me excitaba tanto la idea de que fuese verdad que no quer�a estropearlo con una pregunta indiscreta.

Cuando sal� de la ducha ella estaba apoyada en la barandilla de la terraza de la habitaci�n. Era una visi�n lasciva verla de espaldas, con su culo en pompa, mostr�ndome sus nalgas y aquellas piernas que parec�an interminables al mirarlas. Se gir� al o�rme, y corri� a besarme. Me dec�a que estaba loca de contenta, que como hab�a cambiado nuestra vida en tan poco tiempo, que la pasi�n la desbordaba, que estaba caliente como una perra de lo golfa en que se estaba convirtiendo. Que si yo la quer�a, que si la deseaba�.en fin, que me puso el rabo tieso de verla como estaba vestida, de las cosas que me dec�a y de pensar en el pedazo de put�n que ten�a por mujer y lo que me gustaba el cambio que hab�a dado. Sin darnos cuenta est�bamos en la terraza, yo desnudo, de pie y con la polla firme, mirando al cielo y ella en cuclillas haci�ndome una mamada como nunca. No tarde ni 2 minutos en tirarle varios chorros a la cara y boca y mientras ella se relam�a y se los met�a en la boca con los dedos me di cuenta que varias habitaciones m�s all� de la nuestra y en su terraza hab�a unos j�venes extranjeros que aplaud�an la faena de mi esposa mientras le mostraban sus vergas tiesas en su mano, con claro gesto de pajearse. Ella se qued� mir�ndolos, eran 4, y no tendr�a m�s de 20 o 25 a�os, me mir� y me dijo � has visto lo cachondos que los he puesto�..pues ahora ver�s, ja�.� E inmediatamente se quit� el mini pantal�n y all� mismo, de pie, comenz� a masturbarse delante de ellos. Se met�a los dedos mientras les miraba y se pasaba la lengua por los labios. Con la otra manos e frotaba el cl�toris y no hacia m�s que jadear de gusto. Ellos se hac�an una paja y la miraban incr�dulos del espect�culo de semejante hembra caliente. No tard� nada en correrse. Tuve que agarrarla porque las piernas le flojearon del gusto que le vino, pero no perdi� detalle de las pollas que los chicos masajeaban y pronto le obsequiaron con unos chorros que sal�an disparados de sus pollas hacia la calle. Ella les sonri� y les envi� unos besos cari�osos mientras ellos se met�an los dedos en la boca, haciendo el gesto de la mamada, pidi�ndole a mi mujer que fuese a la habitaci�n.

Nos metimos en la nuestra, ella temblaba de lo caliente que estaba y me dec�a si le hab�a gustado el espect�culo. Yo estaba otra vez empalmado y quise foll�rmela poni�ndola otra vez a cuatro patas, pero ella me par� y me dijo que no fuese impaciente, que ten�amos toda la noche para divertirnos y que quer�a tenerme en plena forma. Me hizo vestirme con un pantal�n vaquero ajustado, y por dentro una tanguita de cuero negra. Me hab�a comprado esa misma tarde ella una camiseta negra de manga corta, de lycra que se me pegaba al cuerpo. Como me machaco en el gimnasio tengo buenos m�sculos para lucir. Y tambi�n unas botas camperas muy extravagantes. As� vestido ten�a un a�re a macarra que no me lo quitaba nadie. Vamos un chuleta de playa. Me bes� meti�ndome la lengua hasta la campanilla, me toc� el paquete con su mano derecha y me susurr� al o�do �te voy a chupar hoy hasta la ultima gota de leche�.cacho cabr�n!�.Antes de salir de la habitaci�n, nos besamos levemente; no me dej� besarla en la boca para no estropear el maquillaje de los labios, pero solo con el abrazo y sentir el olor de su perfume, me fue suficiente para experimentar una leve erecci�n; la noche se presentaba idealFue entonces cuando se me pas� por la cabeza una idea maravillosa, que me excita much�simo y que a veces le he pedido a mi mujer: consist�a en que cuando baj�semos a cenar el restaurante, lo hiciese ella sin ropa interior; es decir, que fuese a cenar sin bragas; ella se hab�a depilado las piernas y las ten�a mas suaves que la superficie del m�rmol y, aunque no hab�a afeitado la totalidad de la vulva, se hab�a dejado su vello �ntimo muy cortito, reduci�ndose casi su extensi�n a la zona del pubis.

Me fue inevitable pensar en la situaci�n en la que Sharon Stone en "Instinto b�sico", mostr� al grupo de polic�as que la interrogaban -y al mundo entero-, sus encantos de una forma fugaz. Tampoco lo consegu� a la primera; tuve que insistir var�as veces y casi enfadarme, argumentando que uno de los objetivos de nuestro viaje era precisamente dejar de lado la monoton�a que en lo sexual nos hab�a invadido anteriormente.

Al final acept�; se despoj� de las medias delante de m� y pude comprobar que el color de la piel de sus muslos, todav�a sin broncear, era mucho m�s natural y bello que el color de sus medias; a continuaci�n, de espaldas a m�, se subi� la falda y pude ver sus bragas blancas que ocultaban sus preciosas nalgas. Introdujo sus manos entre la tela de las braguitas y su piel y tir� de ellas hacia abajo. Mientras descend�a la pieza por sus muslos, pude ver su culo, lo que me produjo otra leve erecci�n que me hizo pensar en la posibilidad de no ir ni a cenar ni a ver el espect�culo porno que ten�amos previsto. Pero me aguant� y supe esperar.


Y as� vestido me hizo salir del la habitaci�n y me dijo que le esperase en un restaurante que estaba cerca del hotel, en el que hab�amos cenado hace tres d�as. Yo le pregunt� que qu� iba a hacer ella mientras y me contest� que era una sorpresa, que me fuese de una vez que se le hacia tarde.

Estuve casi una hora escondido cerca de la salida del hotel. Estaba mosca y quer�a saber a donde iba. Pero no sali�. Pens� tambi�n que hab�a aprovechado para ir a la habitaci�n de los chavales de antes y pegarse el lote con ellos, pero tampoco, pues a los pocos minutos de haber salido yo, ellos lo hicieron detr�s de m�, incluso me vieron y con el gesto del dedo �ndice hacia arriba y con un gui�o de ojo me dieron el visto bueno a la faena de al terraza. No se me ocurri� pensar que posiblemente se estaba arreglando concienzudamente de una manera sexy y provocativa para mi. Enseguida me di cuenta y me fui cuanto antes al restaurante no sea que me pillase y jodiese la noche.

Despu�s de varias cervezas y de reservar una mesa lleg� ella. Me di cuenta por la cara del camarero y de algunos clientes que estaban cerca de mi. Me gir� y ya ten�a su boca en mis labios. Me bes� como si fuese mi perra viciosa y me espet� delante de todos �te gusta tu PUTITA�..? �. Estaba impresionante. No daba cr�dito. Como mi mujer hab�a cambiado en unos d�as. Por mi cabeza pasaron muchas cosas r�pidamente pero lo m�s importante era que est�bamos disfrutando los dos del sexo gracias a que hab�amos liberado nuestras mentes, sin tab�es y sobre todo que coincid�amos en los gustos. Dentro de ella se escond�a una mujer exhibicionista, muy puta y muy guarra con un marido chulo, vicioso y putero. Si amigos m�os, all� estaba ella vestida de PUTON , bueno vestida por decir algo porque era tan poca la ropa que llevaba que adem�s de mi.No me fue posible quitarme de la mente ni un solo momento el hecho de que mi mujer estuviera sentada con falda y sin bragas; ella bien se preocup� de cerrar bien sus piernas, incluso llegando a cruzarlas de vez en cuando, evitando as� la mirada directa de alg�n curioso que se apercibiera de tal situaci�n creo que todos los t�os que hab�a en el restaurante estaban con la polla tiesa y deseando de follarse a aquel pedazo de put�n.

Para la cena se visti� estupenda: formado por una micro falda blanca y una blusa clara con botones muy transparente; ligeramente pintada estaba estupenda. La belleza de su cuerpo se ve�a aumentada por unas medias de red y por sus zapatos de tac�n, que hac�an juego con la micro falda .
Evidentemente solamente le tapaba la mitad de sus nalgas, pero ese remate de puntilla disimulaba un poco tanta carne, porque entre lo que se pod�a ver y lo que se dejaba a la imaginaci�n pod�a uno pensar que no llevaba nada debajo. Ella, como si me leyese el pensamiento, se dio una vuelta sobre si misma y mir�ndome a los ojos me volvi� a preguntar, ingenuamente, si me gustaba o no. Evidentemente al girarse la minifalda cogi� vuelo y nos ense�o a todos lo bonito que ten�a trasero y lo depiladito que llevaba el co�o. La guarra de ella se sonri� y bes�ndome en lo labios me dijo si ya hab�a reservado mesa. Je, pens� yo, y aunque no lo hubiese hecho y no hubiese mesa seguro que aquel camarero que la miraba con ojos desorbitados se hubiese buscado la vida para que semejante belleza se quedase en ese restaurante para poder seguir disfrutando de ella. Mientras tom�bamos unas ca�as la observaba. En la parte de arriba llevaba un corpi�o de charol negro, atado por delante y por detr�s con cuerdas, de tal forma que le hacia una cintura de avispa. Por detr�s dejaba al a�re casi toda la espalda y por delante le hac�a un escote exageradamente voluptuoso, sus tetas parec�an que iban a explotar si respiraba m�s fuerte de lo normal. En Los pies llevaba unas medias de red blanca solamente hasta los tobillos, enfundadas en unas sandalias de charol negras, de tiras finas y con un taconazo de aguja exagerado, por lo menos med�an de 18 a 22 cm., estaba completamente de puntillas, apenas pod�a caminar. Los pasos los ten�a que dar muy cortitos para no caerse, pero ella le daba una gracia al movimiento que parec�a una gatita en celo mostrando su cola. Las u�as tanto de los pies como las manos las llevaba pintadas de negro brillante, al igual que los labios, remarcando el reborde con rojo intenso, para que resaltara m�s si cabe su cara de come pollas. Los ojos los llevaba muy pintados, con exceso de rimel y las pesta�as eran postizas y muy largas. En el cuello llevaba una cinta roja ajustada lo que le daba un a�re de fulana que me pon�a caliente, adem�s, con la cara de viciosa que tiene yo no sab�a si iba aguantar toda la noche sin tir�rmela all� mismo delante de todos. Adem�s la muy puta se me hab�a presentado con dos coletas que ya no hab�a lugar a dudar que mi querida esposa era toda una puta calienta poyas.

Cenamos, si, durante 2 horas largas fuimos atendidos por diferentes camareros que se mataban por ver a la guarra de mi mujer. Ella se pas� todo el rato provocando, dejando ver sus lindas piernas, su tetas que por momentos parec�an quererse salir de aquel apretado corpi�o. Se levanto al WC varias veces y nos deleit� a todos lo comensales con su provocativo meneo de caderas mientras la minifalda volaba de lado a lado de su piernas dej�ndonos ver sus morbosas nalgas. Ella sab�a que la mir�bamos y se recreaba exhibi�ndose. En fin que fue una cena muy pero que muy caliente. Yo ten�a la polla que me dol�a de lo que me apretaba el pantal�n y ella estaba muy pero que muy caliente, la perra de ella echaba jugos que daba gusto. Cada vez que se levant� al WC dejaba el asiento mojado y si te fijabas en la parte interna de sus muslos se le notaba el brillo de los l�quidos que resbalaban entre ellos.

Cuando salimos de all� eran casi la una de la madrugada. Nos invitaron a varios chupitos y ya no sab�an que hacer para retenernos m�s. Uno de los camareros se atrevi� a decirnos que hab�a un Pub cercano en el que se pod�a tomar una copita a gusto. Que �l iba casi siempre al cierre y que si �bamos nos acompa�aba para ense��rnoslo. La verdad, yo hubiese hecho los mismo. Mi mujer fue al que m�s calent� en toda la noche. Lo ten�a loco y el chaval no sab�a como hacer para tir�rsela. Le ech� huevos pero mi mujer ten�a otros planes. Con una sonrisa en los labios le contesto que tal vez ir�amos y meneando su trasero salimos de all� mientras todos nos la foll�bamos con los ojos.

Dando un paseo nos dirigimos hacia la zona de los Pub y discotecas cuando en una de estas me dijo �entra en ese local y cuando me veas entrar te vas al WC�. As� lo hice, a los 10 minutos de entrar yo lo hac�a ella acompa�ada de alguno que la hab�a visto en la calle y quer�a lig�rsela. Nada m�s verme ir hacia los servicios ella le dijo al otro que enseguida volv�a que tenia que orinar. En cuanto entr� ella me empujo hacia adentro y aunque hab�a dos chicos orinando en los de de pi�, ella me meti� en uno de los que tienen puerta y all� si mediar palabra me cogi� la mano y me la llevo a su encharcado chochete. Dios m�o, era un lago, nada mas apoyar mis dedos estos se hundieron dentro, resbalaron en su interior sac�ndole un gemido mientras me mord�a la oreja y me suplicaba como una perra en celo � F�llame�.m�temela dentro, so Cabr�n,�..f�llame aqu�, como a una guarra�.um�.metemela ya�.si�dame tu polla hijoputa��.ah�.quiero correrme como una perra���..um�. Realmente estaba salida, menudo pedazo de put�n que tenia por mujer. Se la met� sin contemplaciones. Yo tambi�n estaba que iba a explotar. Ella me daba la espalda, apoyaba sus manos en la pared mientras pon�a el culo en pompa que con los taconazos que llevaba se lo dejaba m�s alto que mi polla, por lo que yo agarr�ndola de las caderas pod�a follarmela a placer. No tard� nada en correrse, apenas un minuto o dos. Estaba muy caliente y tuvo que meterse el dorso de la mano en la boca para apagar sus aullidos de placer, aunque si hab�a alguien fuera pod�a saber perfectamente que la muy puta estaba corri�ndose de gusto, como as� fue luego al salir. Yo tampoco aguant� m�s y le llene todo el chocho de mi leche caliente. En cuanto la sinti�, ella misma se sac� mi polla y agach�ndose delante m�o me limpi� la polla con su boca como si en ello le fuese la vida. Desde mi posici�n pod�a verle el co�o, todo abierto rezumando un l�quido blanquecino, mezclado con sus jugos. Se levanto y me bes� guarramente, meti�ndome la lengua por todos mis recovecos de la boca mientras se mezclaban nuestras salivas y los restos de mi corrida. Le ech� mano al co�o y estaba encharcado, le resbala por los muslos. Que guarra estaba. Enseguida me quit� la mano y me dijo que no le limpiase, que fuera hab�a un t�o que la estaba esperando y que se lo iba a traer al servicio para que le comiera el co�o y se lo dejase s�per limpio. Ella a cambio le har�a una buena mamada. Joder, menuda cerda, yo quer�a ver si aquello era verdad, pero no hubo suerte. Imagino que algunos de los que salieron del WC comentaron lo que pasaba dentro y el t�o con el que entr� se asque� de esperar o se pens� que otro se le hab�a adelantado. El caso es que despu�s de tomarnos un cubata en ese local nos metimos en una discoteca del paseo con mucho extranjero muy joven.

Ser�an ya m�s de las 2 de la madrugada y nada m�s entrar mi mujer fue agasajada por uno chicos, los vecinitos de la tarde que se hab�an pajeado mientras ella se exhibi� y corri� delante de ellos. Mi mujer estaba muy caliente,. Pod�is imaginaros como iba con todo lo que llev�bamos de marcha. Pasar un d�a as� es una pasada, es incre�ble como tienes las pelotas de lo cachondo que vas y m�s ella que enseguida me dijo al o�do � cari�o�um��..estoy muy caliente, necesito pollas�.v�monos para el hotel que quiero que tu y los vecinos me folleis hasta que me salga leche por la orejas��.Le gui�� un ojo y le dije que lo estaba deseando, no me dio tiempo a moverme, enseguida se acerco a uno de los chicos le dio un morreo que le limpi� todos los dientes mientras con su mano derecha le sobaba el paquete. Cuando otro de lo chavales quiso morrearla, ella se abraz� a su cuello y mientras le hablaba al o�do �l no dejaba de masajearla las tetas por encima del corpi�o mientras que el que acababa de besar le sobaba las nalgas por debajo de la mini y le met�a los dedos en el co�o, hizo un gesto de sorpresa y los sac� pringados de un l�quido pegajoso, ella los tom� con la mano y se los llev� a la boca chup�ndolos como ella solo sabe hacer. Todo ocurri� muy r�pido y ya estaba ella abrazada a la cintura por dos de ellos, mientras con la lengua haciendo bulto en su boca y con el pu�o cerrado como si tuviese algo dentro les hacia el gesto de mamar vergas y les dec�a a ellos y a mi � quiero vuestras pollas��.quiero mamarlas y que me folleis como a una puta�..�.

En el camino al hotel la estuvimos metiendo mano por todos lados. Ella se dejaba y se notaba que estaba muy caliente. Me miraba y se relam�a de gusto mientras me dec�a que iba a saber lo puta y guarra que era, que se iba a dejar follar por todos sus agujeros hasta no aguantar m�s. Ellos no entend�an nada de lo que dec�amos pero solo de verla y o�rle decir puta, guarra y otras obscenidades, se frotaban el paquete. Justo antes de llegar al hotel conseguimos hacerles entender que entraran ellos primero y que luego lo har�amos nosotros. De esta forma por lo menos, en recepci�n, no sabr�an que �bamos a hacer. Adem�s los chavales, estaban tan salidos que daban unas voces de esc�ndalo, y eso que solamente eran dos. Les hicimos entender que les esper�bamos en nuestra habitaci�n.

As� lo hicimos y no acab�bamos de entrar cuando tocaron a la puerta. Eran Eric y Jon, los dos chicos anteriores. Nada m�s entrar mi esposa los recibi� con un buen morreo a los dos, se agach� delante de ellos y sac�ndoles sus pollas se las meti� alternativamente en la boca, mam�ndolas como una perra en celo. Chupaba con tantas ganas que los muchachos no le aguantaron nada y enseguida comenzaron a echar chorros de leche en su cara y boca. Ella segu�a mam�ndoles hasta no dejar ni una sola gota en sus pollas. Hab�a que verle la cara de puta que ten�a, una viciosa con aquellas coletas pringadas de corrida y los labios de su cara desbordando cuajada de aquellos chavales. Yo me estaba pajeando de ver lo guarra en que se hab�a convertido mi santa esposa y si aguantar m�s la cog� por detr�s, meti�ndole la polla en su encharcado co�o, y con un ritmo fren�tico de mete y saca de infarto la hice chillar como una cerda. Los chavales intentaban taparle la boca con las manos, para que no se oyera tanto esc�ndalo pero fue imposible, se corri� tres veces seguidas, quedando tendida en el suelo mientras ped�a m�s pollas � quiero m�s�cabrones����.follarme m�s. Darme pollas�..soy vuestra puta���follarme�. No aguante y me corr� en su co�o dej�ndola toda pringada. La escena era de lo m�s morbosa. Mi mujer estaba en el suelo de rodillas, con la cara llena de semen apoyada en el suelo, que con esas coletas y el maquillaje que llevaba le daban un toque guarro y vicioso. Su culo en pompa, ofrecido hacia nosotros tres, las piernas muy abiertas y chorre�ndole semen por el co�o, cayendo un hilillo blanco de esperma a la moqueta. Nosotros tres est�bamos desnudos de cintura para abajo y ten�amos nuestros rabos en la mano, nos los mene�bamos mientras mir�bamos a la puta de mi mujer como nos insultaba y nos ped�a que la foll�semos, que le di�semos polla. As� est�bamos cuando tocaron nuevamente a la puerta. Pens� que alg�n cliente del hotel se hab�a quejado de la escandalera de mi mujer y que alguno de recepci�n ven�a a llamarnos la atenci�n. No me dio tiempo ni de acercarme a la puerta, ni siquiera para no dejar ver lo que hab�a dentro o de taparme la polla. Eric, abri� de par en par y all� hab�a cinco chavales m�s, los otros dos que estaban con Eric y Jon, que se llamaban Sa�l y Jonatan, y tres mas que por lo que luego supe conocieron en la discoteca y que eran del mismo lugar que ellos. Se llamaban Johnny, Abdul y Karim, evidentemente estos dos �ltimos eran origen �rabe y se les ve�a dos chavales curtidos,. Muy altos, 1,90 o m�s musculosos y con una pollas impresionantes. Se conoce que al llegar al hotel y cuando nos separamos para entrar, Eric les avis� por el m�vil dici�ndoles que estaban con la guarra de mi mujer, que se la iban a tirar con mi consentimiento, que si estaba salida perdida, que le hab�an metido mano, que si era una calentorra�.etc�..Bueno que se pusieron cachondos y se apuntaron a la fiesta. Estubimos durmiendo toda la ma�ana hasta las 18.oo horas
agotados y de semejante noche salvaje.
Al d�a siguiente nos marchamos del hotel despues de finalizar la cena, regresamos a nuestra habitaci�n, para asearnos un poco y para que ella retocara su maquillaje; all� le propuse de nuevo a mi esposa que asistiese al espect�culo porno sin sus bragas, pero est� vez no lo consegu�; aunque no se cambi� de ropa, se puso sus braguitas blancas de algod�n y las medias que antes se hab�a quitado.

Hicimos un poco de tiempo hasta la hora de inicio del espect�culo porno, ordenando cosas, leyendo los prospectos del hotel donde, por cierto, se ofertaban toda clase de masajes relajantes y sensitivos, y probando la televisi�n, alcanzando a ver varios canales de pel�culas X. Dios m�o, el sexo estaba presente en este hotel por todas partes.

- "Estoy intrigada por lo del espect�culo", me dijo mi mujer mientras se pintaba los labios.

Pedimos un taxi en recepci�n que nos acerc� al local entre LLORET y BLANES en cuesti�n. Cuando entramos no hab�a mucha gente en su interior, pero lo que si hab�a era paridad: todo eran parejas; con nosotros, unas seis en total. Tengo que reconocer que en principio el lugar no me gust�; el sitio no era elegante, las luces y la decoraci�n eran mas propias de un club de alterne que de un ambiente m�nimamente selecto, donde su supon�a que asistir�an parejas un pel�n exigentes.

Pero cuando descendi� la intensidad de luz y el espect�culo iba a empezar, todo ello qued� en un segundo plano, y nos dispusimos a disfrutar de lo que all� se nos iba a ofrecer, fuese de la calidad que fuese; adem�s, si ello se hac�a insoportablemente obsceno, siempre quedaba la opci�n de abandonar el local y que ello quedara en una an�cdota m�s de nuestras breves vacaciones.

Inmersos en una luz tenue, un hombre hizo la presentaci�n de una mujer; ella apareci� luciendo un ligero vestido transparente que dejaba ver perfectamente su ropa interior, que consist�a en un brev�simo sujetador y unas braguitas tipo tanga, todo ello de color blanco que brillaba intensamente bajo el influjo de una luz ultravioleta.

La mujer, algo vulgar debido a sus elevad�simos tacones tipo prostituta, estaba buen�sima de ver�s: era guapa y estilizada. Comenz� a bailar al ritmo de una m�sica de fondo mel�dica; poquito a poco, se fue despojando del vestido, qued�ndose en ropa interior. Todos aplaudimos. Mi mujer sonre�a y observaba detenidamente el espect�culo.

- "�Est�s c�moda?", pregunt� a mi mujer.

- "S�, claro. Calla y observa", me espet�.

La chica comenz� su striptease lentamente; nos descubri� sus pechos, que se me antojaron perfectos y, al ritmo de la m�sica y de espaldas, se fue bajando lentamente su tanga hasta dejar su culo totalmente al aire. Todos aplaudimos y ella, en agradecimiento, se dio la vuelta y nos dej� ver su pubis desnudo, cubierto de un triangulo muy poblado de vello oscuro.

Se apagaron todas las luces durante un momento y, cuando se hizo la luz de nuevo, la chica ya hab�a desaparecido. Todos volvimos a aplaudir.

- "�Qu� te ha parecido?", pregunt� a mi mujer.

- "Bien, muy bien", me contest� ella, visiblemente sonrojada.

Despu�s, bebimos y charlamos de temas triviales, hasta que de nuevo la intensidad de la luz descendi� y apareci� el mismo presentador, que ahora hablaba del pr�ximo n�mero. Pronunci� dos nombres: uno femenino y otro masculino, instante en el que nos imaginamos que era el n�mero "fuerte" el que est�bamos a punto de ver.

Apareci� una mujer andando lentamente de una forma elegante y sensual; se trataba de una mujer muy joven, pelo largo y rubio, que me imagin�, por sus rasgos, procedente de alg�n pa�s del este. Era guapa, m�s guapa que la anterior y en absoluto vulgar. Ten�a un traje de chaqueta y pantal�n de corte masculino, que no ocultaba lo m�s m�nimo su excelente figura. Ten�a los labios gruesos y sensuales, y realizaba con ellos a menudo el gesto del beso.

Apareci� de inmediato un hombre joven, tambi�n rubio, elegante y bien parecido, vestido con un traje de marinero; ambos empezaron a bailar lenta y sensualmente. Not� que mi mujer experimentaba una creciente excitaci�n.

- "�Te gusta el chico?", le pregunt� a mi mujer.

- "�Vaya!", fue lo �nico que contest�.

Poco a poco, mientras bailaban, se fueron despojando de su ropa: chaquetas, pantalones y camisas fueron cayendo al suelo, y pronto quedaron ambos en ropa interior; ella qued� imponente con su conjunto transparente de sujetador y braguitas.

Mi mujer y yo est�bamos ahora muy relajados y disfrutando del espect�culo que se nos ofrec�a, seguros de que lo que estaba por venir era mucho m�s fuerte y excitante.

Los actores bailaban sensualmente al ritmo de la m�sica lenta, frente a frente y en silencio. Entonces el hombre desabroch� el corchete del sujetador de la chica y sus pechos quedaron desnudos; inmediatamente �l puso sus manos sobre ellos y los empez� a sobar con descaro. Ella cerr� los ojos y gimi� en voz alta.

Ahora el hombre descendi� sus manos a la parte trasera de las bragas de ella y meti� su mano por dentro; sob� a placer sus nalgas con movimientos circulares amplios y un poco mas tarde fue descendiendo la prenda a lo largo de sus muslos y finalmente se agach� para liberarla de ambos pies. La chica estaba ahora totalmente desnuda, manteniendo �nicamente en su cuerpo los zapatos de tac�n y las abundantes joyas que portaba en cuello y mu�ecas.

De nuevo hubo aplausos, comentarios y murmullos de excitaci�n. La chica se apart� un poco de �l y se agach�, colocando su boca a escasos cent�metros de su pene; sus manos fueron bajando poco a poco la prenda que lo ocultaba, hasta dejarnos a la vista un pene fl�cido y colgante; ella lo acarici� y empez� a besarlo de inmediato, provoc�ndole una visible erecci�n que no dej� indiferente a ninguna mujer del p�blico, tampoco a la m�a, que aunque t�mida a veces, ahora estaba presa de una terrible calentura, y notaba que disfrutaba enormemente con ello.

La boca de la chica se acercaba sin demora al pene que acariciaba, ahora de un tama�o mas que considerable -casi veinte cent�metros, dir�a yo-, hasta rozar con sus labios la punta del glande. Sin m�s dilaci�n, se lo meti� casi entero en la boca, lo que provoc� un grito al un�sono en las gargantas de todas las mujeres presentes.

Ahora, ella lo chupaba y succionaba visiblemente, moviendo la cabeza de una forma obscena pero encantadora; se percib�a claramente que el ritmo de las chupadas iba in crescendo de forma inevitable.

De repente, el hombre se retir� de ella y se cogi� el pene con la mano, masturb�ndose visiblemente, tardando no m�s de veinte segundos en correrse, emitiendo una buena cantidad de semen, que fue a desparramarse en los pechos de la preciosa mujer.

La luz se volvi� a apagar y cuando regres�, ya no hab�a nadie en el escenario. Otra vez, aplausos, risas, expresiones de admiraci�n,� el numerito hab�a sido realmente bueno y el p�blico as� lo reconoci� con su actitud.

Volvimos a hablar y a beber algo m�s, unos chupitos que ya acus�bamos un poco, sobre todo mi mujer, que ya desinhibida, me comentaba abiertamente lo que acababa de ver, centrando sus comentarios en el tama�o del �rgano del hombre y en lo poco que �l hab�a tardado en correrse, todo ello descrito con palabras obscenas que mi mujer no sol�a utilizar normalmente, tales como "polla", "mamada" y "chorros de leche".

Bueno, la cosa no va mal, pens� yo. De nuevo sali� el presentador, exponiendo lo que iba a ser el tercer y �ltimo numerito de la noche: "el m�s picante", como defini� �l. Para ello, necesitaba la colaboraci�n de alguna mujer del p�blico. Las risas nerviosas y los comentarios soeces invadieron la estancia.

Se trataba -explicaba el presentador-, de hacer un striptease por parte una mujer del p�blico all� presente, siempre que no le importase colaborar y desnudarse hasta el punto que ella deseara; es decir, si alguna mujer llegase a realizar un striptease completo, lo har�a sin ninguna obligaci�n y, si no se atreviese a tanto, el p�blico restante valorar�a seguramente que se quedase al menos en ropa interior, tanto o m�s como el desnudo de las chicas profesionales con el que tanto hab�amos disfrutado anteriormente.

Al poco tiempo, las luces descendieron hasta una intensidad m�nima y dos chicos j�venes y atl�ticos, de rasgos caribe�os, aparecieron en el escenario: ellos ser�an los encargados de "ayudar a desnudar" a la mujer voluntaria.

Aunque los chicos animaban a ello, ninguna mujer se decidi�. Entonces uno de ellos se dirigi� al publico y al azar se acerc�a mi mujer!.

Aunque ella se neg� a levantarse, los chicos, con su acento meloso y con su irresistible simpat�a, la conminaron a levantarse y se la llevaron, cogida de las manos, al escenario. Aunque me mir� con los ojos a cuadros, esperando que yo la librase de esa situaci�n tan comprometida, no hice nada al respecto ni tampoco opuse ninguna objeci�n.

Una vez en el escenario, ella se re�a abiertamente al tiempo que negaba con la cabeza; a veces, se tapaba la cara para disimular su evidente sonrojo, poco visible ahora por la baja intensidad de los focos que iluminaban el escenario.

- "�C�mo te llamas, preciosa?", le pregunt� uno de los chicos.

- "Yolanda", contest� tartamudeando.

- "No te preocupes, SILVI; no har�s nada que no quieras", la tranquiliz� el otro.

- "Eso espero", dijo mi mujer con risa nerviosa.

- "Si en alg�n momento te sientes inc�moda, no tienes m�s que marcharte", dijo el primero.

- "De acuerdo", dijo ella, sinti�ndose m�s tranquilizada.

Una m�sica mel�dica invadi� el ambiente; yo no me atrev�a a mirar directamente a mi mujer a los ojos, porque pens� que si nuestras miradas se cruzaban en aquel instante, ella tomar�a conciencia de la situaci�n y se marchar�a del escenario. Y yo quer�a en realidad que mi mujer pasara por aquello. Pens� para mi mismo: "Tranquil�zate Yolanda. Aqu� no nos conoce nadie".

Se retir� uno de los chicos a un lado y el otro, el m�s atractivo, se puso a bailar con mi mujer; bailaban lentamente, frente a frente, bien acompasados. Con una delicadeza dif�cil de explicar con palabras, el chico le quit� a mi mujer la chaqueta y la deposit� sobre una silla que hab�a en el escenario.

Siguieron bailando durante dos minutos m�s. Entonces, �l se puso a sus espaldas sin parar de bailar, le acariciaba la cintura a mi mujer y ella no opon�a resistencia alguna. En un determinado instante, las manos de �l subieron hasta el bot�n superior de su blusa e intento desabrocharlo. Ella con un movimiento de brazos no lo permiti�, pero �l le dijo algo al o�do y volvi� a intentarlo; ahora ella no se lo impidi�.

Fue desabroch�ndole lentamente todos los botones de la blusa hasta dejarla abierta por completo. Su sujetador qued� a la vista de todos los all� presentes. Las manos h�biles del chico continuaron su trabajo y se deslizaron por los hombros de ella, quit�ndole la blusa por completo.

- "�Me permites?", dijo �l, colocando sus manos cerca de sus pechos.

- "Adelante", dijo ella, con los ojos cerrados.

Y tras esto, puso sus manos sobre los pechos de mi mujer, acarici�ndolos suavemente con movimientos circulares. No solo acariciaba sus pechos, tambi�n sus hombros eran objeto de sus caricias.

Poco a poco, mientras bailaban, fue deslizando los tirantes del sujetador por los hombros, dejando a la vista sus pezones, quedando instantes despu�s la totalidad de sus pechos a la vista de todos.

Le desabroch� el corchete posterior y tir� la prenda encima de la silla, donde se encontraba el resto de la ropa. El publico, en ese momento, aplaudi� agradecido. De nuevo se colocaron frente a frente y continuaron bailando agarrados; ella le mir� a los ojos directamente, excitada por el modo en que la estaba desnudando.

- "�Quieres desnudarte completamente?",le pregunt� �l, visiblemente excitado.

- "Si, claro", contest� ella decidida.

Alejada del p�blico a unos escasos metros, Yolanda se quit� la falda con toda naturalidad mientras me observaba. Para entonces ya hab�a superado toda la verg�enza que hab�a experimentado al principio; la ve�a segura, relajada, encantada de gustar y al mismo tiempo estaba excit�ndose ella misma.

El chico se retir� a un lado y ella se qued� sola en el centro del escenario, siendo el centro de todas las miradas. Se volvi� de espaldas y dudando unos segundos, tir� hacia abajo de sus bragas, se agach� y las sac� de ambos pies; se incorpor� de nuevo, mostr�ndonos las nalgas m�s preciosas que pudimos ver en toda la noche.

Cuando se dio la vuelta, nos dej� ver su vello p�bico al descubierto; era breve y debajo de �l se insinuaba perfectamente la rajita de su vulva.

El p�blico volvi� a aplaudir, ahora con mucha m�s intensidad.

El otro chico, el que no hab�a bailado con ella, hizo su aparici�n en el escenario y se coloc� a su lado:

- "Extraordinaria; eres realmente preciosa", dijo.

- "Gracias", coment� ahora mi mujer, totalmente desnuda y visiblemente emocionada.

- "�Quieres que me desnude yo?", dijo el chico.

- "Si, por favor", contest� mi mujer.

Le ayud� a quitarse y a desabrocharle la camisa. �l toc� sus tetas y pellizc� suavemente sus pezones. Ella sonre�a. �l se desvisti� por completo. Su cuerpo estaba totalmente bronceado. Ten�a un pene grueso y oscilante, pero no se encontraba en erecci�n.

Se abrazaron ambos y comenzaron a bailar. El p�blico estaba en silencio absoluto, totalmente expectante, disfrutando de un espect�culo sin igual. �l se dio media vuelta, y se coloc� de espaldas a ella; mi mujer ahora estaba detr�s de �l acarici�ndole el pecho; fue bajando hasta coger el pene con sus dedos y se puso a acariciarlo suavemente. Lo masturbaba muy despacio y todos pudimos comprobar que el miembro crec�a visiblemente.

Se volvieron a colocar frente a frente y se besaron en la boca; sus bocas se fundieron en un beso largo y profundo, mientras se acariciaban sus cuerpos mutuamente. �l acarici� su cintura y descendi� lentamente hasta sus nalgas. Las palpaba directamente sin recato. Pudimos comprobar que ten�a el pene ahora completamente duro, apuntando hacia arriba, con el capullo perfectamente visible y mas hinchado que nunca.

Mi mujer fue observando su cuerpo mientras iba descendiendo hasta adoptar la posici�n en cuclillas; el pene del chico qued� entonces a dos cent�metros de su boca. Lo cogi� con una mano. Se notaba que disfrutaba con su rigidez y su tama�o. Ella se inclin� lentamente hasta besar la punta del pene; comenz� a pasar los labios por la tersa piel de su enorme glande y en un momento dado, se meti� la mitad del pene en su boca.

Comenz� a mamarlo con suavidad, moviendo r�tmicamente la cabeza adelante y atr�s, mientras le agarraba la base del pene con fuerza. �l empujaba la cabeza de mi mujer para s�, deseando que el miembro se introdujese m�s al fondo de su boca, pidi�ndola ahora, en voz alta, que se la metiera m�s adentro.

Como se trataba de un pene muy grueso, los labios de ella permanec�an totalmente abiertos mientras se lo chupaba; se trataba de una imagen deliciosamente obscena, pero que a todos los presentes se nos antojaba maravillosa.

Ahora notaba que mi mujer estaba disfrutando verdaderamente, con aquel pene totalmente erecto alojado en su boca. El chico empez� a mover su pelvis m�s r�pido y de repente un violento orgasmo le hizo temblar; no se retir�, pero todos le sentimos correrse. Las luces se apagaron y la oscuridad total nos sac� del trance en el que todos est�bamos inmersos.

A los dos minutos, se hizo la luz. El escenario estaba totalmente vac�o. Casi al instante, sali� al escenario un grupo de seis personas -tres hombres y tres mujeres- bailando salsa; no era un baile de corte er�tico, pero si muy espectacular. En aquellos momentos me empec� a sentir mal; aunque al principio fue muy excitante, ahora parec�a estar arrepinti�ndome de haber empujado a mi mujer a realizar aquello. Reflexion� mucho sobre ello mientras esperaba a mi mujer.

A los diez minutos, regreso SILVI; estaba radiante, muy guapa, guap�sima. Estuvimos un rato largo sin hablar, sin que nadie dijera nada. Fue ella quien rompi� el hielo:

- "�No era eso lo que quer�as?", me pregunt� preocupada.

- "La verdad es que si; muchas gracias mi amor; has estado estupenda", contest�, no muy convencido.

- "No me he corrido, �sabes?; estoy tan caliente como t� y quiero que ahora en la habitaci�n del hotel sea especial", dijo.

Ya en el hotel, a solas con mi mujer, hablamos de todo lo que hab�a sucedido durante el espect�culo er�tico. Mi mujer dijo haber disfrutado como una loca con la exhibici�n; tambi�n admiti� que la ayuda del alcohol ingerido en el local hab�a sido determinante para llevar a cabo aquello delante de tanta gente.

- "Quiero hacerte una pregunta y deseo una respuesta sincera", le dije.

- "Adelante cari�o, no te mentir�", me contest�.

- "�Te gust� la polla de aquel chico?", pregunt�.

Entonces ella se fue desnudando poco a poco; yo, sentado en la cama, disfrutaba del streptease que me ofrec�a, pero no hab�a contestado a mi pregunta.

Cuando se desnud�, se acost� en la cama boca arriba. Se abri� de piernas y levant� bien las rodillas, agarr�ndoselas con las manos. Su co�o semiafeitado estaba de lo m�s apetecible.

- "Si, me encant� su polla; era grande y dura,� �era eso lo que quer�as saber?", dijo.

- "�Te excit� chup�rsela?", volv� a preguntar.

- "Si, disfrut� como una puta guarra", me dijo, casi gritando.

Mi polla estaba a punto de reventar; me quit� los pantalones y los calzoncillos en un santiam�n y la penetr� casi salvajemente. Mientras la estaba follando, me pidi� que la insultase, y eso me encant�.

Entre gritos de "puta" y "guarra", me corr� en su interior; fue un orgasmo intens�simo; no recuerdo nada similar.

Despu�s me agach� para chuparla, le com� el cl�toris y la entrada de la vagina y ella se corri� de inmediato. Le sub� las rodillas y abriendo sus piernas al m�ximo pude ver tambi�n el precioso agujerito de su culo: me inclin� para bes�rselo y chup�rselo. Continu� chup�ndole el co�o y el culo y not� que ella volvi� a correrse de nuevo, casi gritando.

Cansados los dos, ca�mos rendidos y dormimos profundamente.

Los d�as siguientes no hablamos m�s de lo que ocurri� durante la noche del espect�culo. Los d�as siguientes fueron transcurriendo sobre ruedas, en lo tocante al sexo. Fuimos a unas playas nudistas, y disfrute como un loco cuando ve�a a mi mujer exhibirse desnuda, no perdiendo de vista a las dem�s mujeres que por all� deambulaban.

Lo cierto es que ahora me encanta recordarlo, porque fue algo encantador, por lo prohibido, por lo obsceno, por observar como mi t�mida mujer se transform�, con la ayuda del alcohol, en una verdadera puta; que era, al fin y al cabo, lo que yo le hab�a pedido que hiciera.
Al d�a siguiente nos marchamos del hotel y comenz� una nueva vida para nosotros. Esto ocurri� hace unas semanasde vacaciones de semana santa.... y vivimos las fantas�as sexuales a flor de piel. Ella es una grand�sima puta, se ha vuelto muy guarra y se pasa el d�a caliente pensando en que historia montar para disfrutar a tope los dos.




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Relato: mama sin bragas en vacaciones de semana santa
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