Esta historia me la mand� uno de mis lectores de esta pagina
y me pareci� muy buena. As� que en lugar de adaptarla como me pidi�, prefiero
que la le�is tal cual me la envi�. Espero que os guste y consigamos otro
escritor para esta p�gina.
Llegu� a casa a eso de las 8. Vivimos en una bonita
urbanizaci�n a las afueras de Alicante. Desde nuestra casa se ve el mar. No es
una casa de lujo pero tenemos bastantes comodidades.
Marta estaba en el sof�, leyendo. Llevaba puesto un vestido
que utiliza s�lo para bajar a la piscina o a la playa. Bastante corto. Cre�a que
iba a celebrar el verme, pero no se mostr� muy efusiva.
-�Est�s enfadada cielo?
-No, �por qu� iba a estarlo?
Me acerqu� al sof� y le d� un beso.
-�Es que llevas el m�vil desconectado? -Me dijo- Te han
llamado de Madrid, har� cinco minutos. El domingo tienes viaje.
Hice como que no importaba. Me levant� y saqu� la botella de
Chivas.
-Me apetece un whisky, T�mate uno conmigo.
Se levant� a por la Coca Cola, pues no soporta el Whisky
solo, y al hacerlo me di cuenta de que no llevaba nada bajo el vestido.
Enseguida empec� a notar el dolor que hab�a tenido toda la tarde en mis huevos.
Tuve que controlar mucho para no ir detr�s de ella y foll�rmela en el pollo de
la cocina, pues quer�a que leyera tu relato, y que estuviera un poco bebida.
Vino con la Coca Cola y el hielo y prepar� los cubatas. Al
sentarse le vi el co�o, que mostraba unos pelitos en fase de crecimiento pues se
lo depila con cierta frecuencia. Se di� cuenta de que la estaba mirando y
sonri�. Le tuve que decir que la quiero, pues muchas veces, como esta me sale
del coraz�n.
-Esta tarde te has dejado el horno encendido. Y ahora por lo
que veo quieres que todav�a est� caliente. Lo he tenido que apargar yo. Lo
siento.
Cuando me dijo esto me qued� vacio. Le d� un trago largo al
cubata y saqu� del bolsillo el texto con tu historia.
-�Me dejas que te lea esto?
No contest�. Se sent� a mi lado y prest� atenci�n a la hoja
mientras yo le�a. Ella no dec�a nada, pero mi polla estaba a reventar, releyendo
la histor�a y pensando lo que pod�a estar provocando en ella.
Al poco not� que su respiraci�n estaba cambiando. Termin� de
leerle la historia y le met� la mano por debajo del vestido. Estaba muy mojada.
Marta siempre lubrica mucho, pero nunca la hab�a visto de esa manera. Me dijo:
-Mira como he puesto el sof�.
De verdad que el sof� era un charco. Estaba empapado de su
l�quido viscoso. Le dije que lo limpiara. Me mir� algo sorprendida pero se
arrodill� y empez� a lamerlo. Entendi� perfectamente lo que yo quer�a. Le sub�
el vestido hasta mitad de la cintura y qued� ante mi su culo, tan bien formado.
Marta tiene uno de los mejores cuerpos que he visto en mi vida. Le cog� el co�o
y empec� a magrearlo con cierta violencia. Entonces me fij� en el agujero del
culo. S�lo me la hab�a follado por ah� una vez, y tampoco fue gran cosa, cuando
ten�a media polla metida la tuve que sacar porque dec�a que le dol�a mucho. Eso
fue al poco de estar viviendo juntos. Pero ayer ten�a claro que aunque le
doliese me la iba a follar por ah�. Se di� la vuelta y me cogi� la polla con la
mano. Tir� del pellejo para atr�s hasta que me dej� todo el glande al
descubierto. Entonces tir� a�n mas fuerte como se quisiera ver hasta donde pod�a
llegar. Mi frenillo estaba muy tenso. Pens� que si segu�a tirando me lo iba a
partir. Entonces se acerc� y empez� a lamerlo. Tras estar un rato lamiendome
s�lo el frenillo yo estaba que me corr�a. Entonces abri� la boca y se met�o todo
el capullo dentro. Lo hac�a con mas violencia que otras veces. Le dije:
- Pero mira que eres puta. C�mo te gusta.
- No soy una puta. Soy tu puta. Y adem�s hoy puede ser tu
esclava con la condici�n de que no te vayas el domingo a Madrid.
- De acuerdo. Tumbate.
Se tumb� en el sof� y empec� a comerle el co�o. Muy pronto
tuvo la primera convulsi�n. Mi Marta se estaba corriendo sin apenas haberla
tocado. Empec� a lamer mas lentamente para prolongarle el orgasmo. Ten�a tal
cantidad de flujo en mi boca que ten�a que hacer un esfuerzo para tragar. Lam�
mas fuerte y con mas violencia, c���ndome al cl�toris. Marta gritaba, estaba
loca. Mov�a su cadera en busca de mi lengua. Cog� mi dedo me�ique y se lo met�
un poco en el culo. Se volvi� loca y se corri�. Muchas veces le noto que cuando
se corre se le cierran los ojos y no puede abrirlos.
Se incorpor� un poco y me dijo que me acercara. Me la quer�a
volver a chupar. Pero me dijo:
- Fran, me ha encantado lo del culo, pero por favor no me lo
vuelvas a hacer.
- Bueno, en Madrid me pensar� si te lo voy a volver a hacer o
no.
- No seas hijo de puta y no me hagas chantaje.
Se acerc� y me bes� los labios, mientras me volv�a a tocar lo
polla. Se recog�o de nuevo el pelo con la pinza y empez� a chupar. Al mismo
tiempo me tocaba los huevos por debajo. Estaban enormes y duros. Not� que me iba
a correr y me dej� ir. Ahora era yo quien ten�a las convulsiones. Empec� a
meterle la polla bien adentro de la boca. Le empujaba fuerte, ya ven�a. Not�
como me temblaba todo el cuerpo. Era intens�simo. Not� la primera descarga, la
segunda, la tercera. El semen empez� a salirsele de la boca.
- No quiero que desperdicies ni una gota, le dije.
Vinieron una cuarta y una quinta convulsi�n. Adem�s cada una
de ellas con gran cantidad de leche. Marta ten�a la boca llena. Tosi� y se le
sali� un poco. Mi reacci�n me sorprendi� hasta a mi, pero le di un fuerte
bofet�n y le dije que se lo tragara todo. Ella trago y me mir� con la cara un
poco apenada. Nunca le hab�a pegado, pero es que me sent�a violento.
Recogi� con la mano el semen que me quedaba en la polla y se
lo llev� a la boca. Lo mismo hizo con el que ten�a ella en la cara. De pronto yo
not� que me ven�a otra convulsi�n. La cog� fuerte del pelo y le tir� hacia
atr�s, empec� a menearme la polla pon�endola a la altura de sus ojos. Otra
descarga fort�sima me sali� y le llen� la cara. Me temblaban las piernas porque
not� que me corr�a de nuevo, pero esta vez call� al suelo. Marta hacia rato que
no dec�a nada. Se agach� y lami� el suelo, como si fuera una perra. Se levant�
limpi� su cara con la mano y tambi�n se lo trag�.
Yo ca� exhausto en el sof�. Estaba rendido. De mi polla nunca
hab�a salido tanta leche. Pero not� que a Marta se le hab�a escapado una
lagrimilla, y eso me produjo una mezcla de tristeza con algo de excitaci�n.
- �Quieres otro whyski?, me dijo.
- Si, pero trae mas hielo.
Se levant� y fue para la nevera. De pronto se quit� el
vestido. Estaba completamente sudada.
Se me nubl� la vista y me levant� hacia donde estaba ella.
Cuando llegu� a su altura se volvi� y me abraz� muy fuerte. Me dijo que me
quer�a, y nos fundimos en un largo beso. Not� que la polla se me estaba
volviendo a poner dura. Gir� bruscamente a Marta y la apoy� contra la encimera
de la cocina. Ella solt� una carcajada. Carcajada que se convirti� en un grito
de dolor seco cuando le met� el dedo coraz�n por el culo. Hasta adentro.
- Para Fran, me estas haciendo mucho da�o.
Not� que se le saltaban las l�grimas pero esta vez no de pena
sino de dolor. Empec� a mover el dedo fuertemente adentro y afuera.
- Para cari�o, me vas a reventar.
Mi erecci�n volv�a a ser notable, o mejor dicho,
sobresaliente. La apoy� con mas fuerza contra la encimera y le met� la polla por
el culo. Al principio me cost�. Ella respiraba fuertemente. Le cog� las tetas y
se las apret� mientras se la iba metiendo. Ya llevar�a metidos unos doce
cent�metros cuando Marta di� un grito de dolor que me asust� un poco. Hice el
amago de parar, pero hab�a algo dentro de mi que me hac�a seguir empujando.
Cuando llevaba unos diecisiete cent�metros de polla en el culo de Silvia, not�
como por debajo sal�a algo de sangre. Ya no quise seguir penetrando, pero empec�
a moverme adentro y afuera. Me iba a correr de nuevo. Silvia gritaba, lloraba y
sudaba. Me corr�, no tan intensamente como antes. Saqu� la polla del culo de
Silvi, le d� la vuelta y le bes� en los labios. Ten�a cara de dolor. Le dije que
la quer�a mucho. Ella se toc� el ano con los dedos.
- Me has hecho mucho da�o. Mira estoy sangrando.
Se volvi� a tocar y sac� una mezcla de sangre, semen y sudor,
y entre sollozos se lo llev� a la boca y se lo trag�. As� lo hizo hasta tres
veces. Me bes� y se fue corriendo a la habitaci�n. Cuando yo sub� estaba
durmiendo.