Mi Prima Socorro.
A continuaci�n mi relato totalmente ver�dico. He dejado de
lado nombres y lugares para no poner en evidencia nuestra identidad.
Cuando empez� mi adolescencia ya hab�a tenido algunas
experiencias, pero mi prima Socorro ten�a algo muy especial que me llamaba la
atenci�n sobre manera y a decir verdad hasta me pon�a caliente. Pasaron muchos
a�os en que vivimos alejados hasta que ella se cas� y tuvo un hijo. El tiempo
pas� y por razones econ�micas tuvo que mudarse sola a la gran ciudad en que yo
viv�a. Compart�amos el mismo departamento con mis dem�s hermanos y el trato fue
siempre cordial; pero en el fondo yo tenia vivas esas im�genes de la ni�a bella
que deseaba con pasi�n. Alg�n tiempo despu�s la invitaba a salir o hacer algo
fuera de casa con la intenci�n de estar junto a ella, me di cuenta que ella a�n
me atra�a bastante. Cierta noche que salimos en mi coche despu�s de hablar de
diversas cosas incluyendo el sexo me atrev� a robarle un beso porque la verdad
es que la deseaba; ella no reaccion� de mala forma y me reproch� el atrevimiento
de una manera muy suave, como aceptando mi actitud. Despu�s de aquello pens� que
no desear�a salir mas conmigo; pero a la siguiente semana estuvimos de nuevos
juntos y solos dentro de mi coche.
All� le declar� todo lo que hab�a sentido por ella a trav�s
del tiempo. Ella estaba casada por un par de a�os y alejada de su marido por
casi medio a�o. Posiblemente la falta de sexo y mis besos la pon�an caliente,
poco a poco empec� a acariciar sus pechos y luego sus piernas; cuando puse mi
mano sobre sus jeans a la altura de su cuevita ella estaba realmente caliente
que me atrev� a ir mas all�. Al tiempo que la besaba le baje el zipper y pude
sentir que estaba bien mojadita, pero ella no quer�a continuar porque ten�a
temor y est�bamos en un parqueadero publico.
Para hacer que pierda su timidez yo me saqu� el pene y empec�
a masturbarme delante de ella hasta eyacular; esa acci�n la puso mas calentona
pero al final tuvimos que volver a casa con todas las ganas reprimidas. Despu�s
de un tiempo ella me confes� que al ver mi pene r�gido sent�a cierto temor
porque lo notaba m�s grueso que el de su marido. En otra oportunidad tambi�n
solos en mi coche empec� a besarla y acariciarla y como siempre ella estaba
bastante h�meda; intent� penetrarla en el asiento del acompa�ante pero por la
posici�n eso era bastante incomodo; nos fuimos al asiento trasero y entonces si
ella ya estaba dispuesta a todo, desnuda por debajo de la cintura. Le separ� las
piernas y por primera vez introduje mi pene en su vagina caliente... era para mi
la gloria porque su co�ito era bien ajustado y adem�s ella estaba bien
aguantada. La emoci�n de hacerlo con mi prima y el estar en un sitio publico
hac�an que todo tenga el sabor de una gran aventura. Posteriormente lo hicimos
algunas veces en mi coche y encontramos un parqueadero detr�s de un supermercado
que de noche estaba algo vac�o. Siempre dentro del coche encontramos muchas
manera de amarnos con pasi�n; all�, con poca luz casi siempre empezaba lamiendo
y chupando su cl�toris y toda su vagina hasta ponerla a punto, ella me demostr�
ser una mamadora de primera y siempre termin�bamos teniendo sexo como locos.
Ella no pon�a condiciones o excusas, casi siempre estaba dispuesta.
Despu�s empezamos a frecuentar un hotel cercano a la casa
donde acud�amos los fines de semana para all� si entregarnos totalmente. La
primera vez en el hotel fue inolvidable porque por fin estuvimos desnudos los
dos y con unas ganas guardadas desde hace mucho tiempo. All� por primera vez
pude jugar con sus tetas peque�as pero sabrosas, sus nalgas redonditas y siempre
calientes y su vagina carnosa, h�meda y dulce. Con la libertad que nos brindaba
el hotel yo besaba su cuerpo desde la cabeza a los pies; hac�amos el 69 por
largos periodos de tiempo hasta estar a punto de venirnos. Luego ven�a la
penetraci�n vaginal que siempre me encantaba por la estrechez de su vagina; eran
sesiones interminables donde al final termin�bamos adoloridos los dos. All�,
ella s� pod�a gemir, gritar, y pedir y lo que le apetec�a, a diferencia de
cuando lo hac�amos furtivamente en su habitaci�n de la casa. En esas largas
sesiones me di cuenta que nunca una mujer me hab�a hecho tan feliz en la cama
como mi dulce primita Socorro.
Despu�s de algunas sesiones me brind� su ano tambi�n estrecho
a apetecible; algunos meses atr�s ella me hab�a dicho que su ano era solo para
su marido, pero el amor y nuestras calentonas lo cambiaron todo. Ella nunca se
hab�a tragado el semen de un hombre, y un buen d�a le cont� lo que los muchachos
por aqu� dec�an: que si una mujer te quiere de veras tiene que tragarse tu
semen; al d�a siguiente ella tambi�n quiso probar mi semen y se lo trag� hasta
la ultima gota. Nuestra aventura hab�a llegado bastante lejos, lo hac�amos en
cada lugar donde era posible y a cualquier hora del d�a; muchas veces cuando
todos dorm�an me met�a en su habitaci�n para tener noches inolvidables de amor y
sexo.
Despu�s de casi un a�o de tener sexo casi todos los d�as
notamos que su vagina ya no era tan estrecha como al principio cuando me calzaba
como un guante. Despu�s de un tiempo su marido ven�a a vivir con ella y nuestro
romance ten�a que cambiar. Ella siempre le hab�a dicho que no ten�a nada con
nadie y que lo estaba esperando.
Una de las cosas de la que ella es consciente y que jam�s
podr� cambiar es que su vagina ya no es la misma; ya no se percibe la estrechez
del inicio; �se dar� cuenta el marido?, �le reclamar� directamente?, �lo callar�
para investigar lo ocurrido?. Despu�s de llegar el marido cre� que todo hab�a
terminado; pero no, nuestras sesiones se sexo continuar�an aprovechando que �l
trabajaba y cada espacio de tiempo libre que pod�amos tener, bastan 15 minutos
para hacernos muy felices y para sentirnos renovados los dos.
Ella ahora vive con su marido pero yo en silencio la sigo
amando, esperando encontrarla sola por lo menos otros 15 minutos.