Relato: " El toro campeon"
Tenia, 25 a�os y estaba terminando mis estudios de
veterinaria, en la Pampa, Argentina.
Tuve la oportunidad de conocer mediante los viajes que
realizabamos con la Facultad, distintos campos, estancias, chacras y criadores.
Me encantaba la vida de campo, y sobretodo estar solo durante
varias horas mirando el horizonte pampeano sin fin.
La cosa, que en la facultad, me dijeron que vaya a una
estancia a unos 300 km de donde yo estaba estudiando, era una pasantia,
gratuita, solo casa y comida me avisaron.
Tenia que ir a trabajar con la raza Heresford, vacunar los
animales , examinar y ver sobretodo como se trabaja en un rodeo de cria.
Cuando llegue me recibio un veterinario, que me saludo y me
presento enseguida al due�o del campo, Don Roberto. Tendria unos 65 a�os, bien
puestos, de origen gringo, pero con rasgos criollos, piel curtida, pelo negro,
camisa cuadrille, y bombachas verdes militar apretadas al tobillo y un par de
botas media ca�a de cuero marrones con la punta gastada. Tenia un pa�uelo en
cuello, y una boina en su cabeza de color negro. Hablaba pausado, en tono bajo.
Me llamo la atencion su espalda y sus brazos.
Aunque el era el due�o, seg�n me conto el doctor, el atendia
el campo a diario y realizaba algunas tareas junto con los peones del lugar, a
quienes respetaba muchisimo.
Bueno me dijo que la tarea era ardua, que prestara mucha
atencion que si laburaba bien podia seguir o contratarme para el a�o siguiente
pero con un sueldo. Bueno asi todos los dias me levantaba temprano, y me
acompa�aba un peon, y al principio el veterinario.
Todo para mi era nuevo, grande, con muchas distancias y a la
vez rustico.
Todos los animales eran de la raza Heresford, la cual ellos
criaban de generacion en generacion. Pasaron asi dos meses, y me puse como
decimos en Argentina, algo canchero, o sea que ya mas o menos conocia lo que
tenia que hacer con bastante facilidad
Me habian dado una habitacion simple, modesta pero amplia y
con una ventana que daba a un monte.
Un dia aparecio Don Roberto, que venia de Buenos Aires, y me
lleva a comer al casco (la casa principal). Me sirvieron como si fuera la ultima
vez y vi como Don Roberto comia todo lo que ponian en la mesa.
Hay que alimentarse bien, hombre, ya que ma�ana hay que
madrugar y va caer la helada. Me dijo.
Anda, y tirate un rato que ya ma�ana empieza lo jodido,
volvio a decir.
Me acoste, me senti incomodo al principio hasta que me
acostumbre a la cama. Me tape bien porque sentia mucho frio, tambien la cabeza
me daba vueltas porque no habia podido meterla en dos meses, los peones me
decian que yo estaba haciendo la dieta del caballo, o sea a pura paja y agua.
Me invitaban a la ciudad a buscar putas, pero siempre las evitaba con alguna
salida. Realmente me habia hecho bastantes pajas, era verdad, pero tenia que
mentir y decia que iba al pueblo a coger con una chica conocida. Ni hablar de
putos u homosexualidad por esos lares, ya que este tema estaba totalmente
prohibido. En estos pueblos chicos los gay no existen, aunque esten en el
placard. Aunque yo tenia novia, en mi lugar de origen, nunca rechace una
invitacion con un macho, desde los veinte a�os me excitaba ver un tipo bien
puesto, bien masculino, no afeminado. A las dos de la ma�ana , me desperte por
los ronquidos que venian al lado de la pared . Eran terribles bocanadas, como
de ogro, que se terminaban en un grave espiracion.
Estaba nervioso, intranquilo,me levante, a oscuras y me
atrevi a salir de la habitacion, pase por donde dormia Don Roberto y mirando
por la puerta entreabierta, con la luz del velador encendido lo veo boca
arriba, casi en bolas, apenas con la sabana cruzada que le tababa un slip
blanco, y en la otra mano una revista. No pude ver que era. Tambien estaban su
par de botas marrones paraditas bien acomodadas al lado de una silla que tenia
su ropa.
De la habitacion, salia un aroma a hombre, mezclado con
humedad y olor a cuero.
Ese olor a cuero me hizo inspirar nuevamente y quedarme con
esa aroma en mi nariz por un tiempo. Me toque sin querer una tetilla y tenia
ganas de masturbarme pero el frio me hizo olvidar. Me llamo la atencion los
muslos y el pecho peludo algo blanquecino, me quede mirando como seguia
roncando con la boca abierta, y no pude evitar mirarle el bulto, saber si
estaba erecto, pensar si se excitaba, si se pajeaba, como era su vida sexual,
no se, mi mente se fue para el carajo pensando en ese cuerpo de macho
sesenton.
Me sente un rato en una silla del comedor, y me prendi un
poco la radio, bajita, para no llamar la atenci�n.
La cosa que escuchandola me fui quedando dormido y de golpe
siento una mano en mi hombro, que me sacude.
_ Vamos gaucho, es hora de salir. Anda a mear un poco,
lavate y vamo pa las mangas (el lugar por donde pasan las vacas para
revisarlas o vacunarlas). Era Roberto, ya estaba cambiado. Me llamo la
atencion verlo de camisita con el frio que hacia. Se tomo una ginebra y
salimos.
Me llevo en una camioneta, al ver como apretaba el embriage
me di cuenta que llevaba botas de goma, de ca�a alta, negras y bien limpias.
Sin que se diera cuenta mientras me acomodaba en el asiento toque mi pu�o una
de las botas, y senti el calor cerca del borde de su pantorrilla debajo de la
bombacha que estaba calzada en la bota.
Todavia de noche bajamos cerca de la manga.
Anda y ponete las botas me dijo, cambiate atr�s de la
camioneta y bajate lo que necesitas me aclaro.
Yo me habia ido en alpargatas, asi que subi atr�s, me sente
con el culo sobre el piso de la camioneta y estire mis piernas. Me saque con
un talon las alpargatas empujandolas y tirandolas a un costado. Me coloque las
botas de goma, las mias eran amarillas, de ca�a larga, bien brillantes, y con
suela de goma.
Antes de ponerme la ultima, me desabroche el jean que tenia
pase mi mano por los pendejos del vientre, y acaricie la raiz de mi pija.
Senti mucho calor, y con mi lengua mirando que no haya nadie, le di un
lenguetazo a la bota, y luego otro y sin querer me puse a lamerla.
Ya traen el rodeo, me dijo, hoy tenemos que revisar a las
hembras para saber si estan para servirlas, y revisar los machos para saber si
no estan jodidos, - me grito Roberto. Eso me acelero y me ubico en el lugar,
puse rapidamente la bota y me baje de un salto.
Yo me prepare el maletin, busque mis cosas, me puse el
delantal, y de paso prepare unos mates.
Le convide uno, se lo tomo en dos sorbos, asi con el agua
bien caliente, chupo la bombilla e hizo un ruido a la bruto.
No se que paso, pero verlo chupar la bombilla me movilizo,
nunca lo habia observado como hombre pero la forma que puso los labios sobre
la boquilla y como miraba hacia abajo me hizo pensar en su masculinidad.
De a poco me pasa el mate, y al darmelo siento la piel de
su mano, rustica, sus pelos, el calor en ese dia frio, le miro el cuello, veo
sus venas, su pa�uelo, y el nacimiento de sus vellos en el pecho.
La camisita que el tenia estaba abierta hasta el cuarto
boton, lo que me dio lugar a deslizarme un poco disimuladamente y tratar de
observar de costado la tetilla que rozaba con su punta la tela.
El sentir retumbar el golpeteo de las pezu�as en el piso me
hizo olvidar los ratones que empezaban a moverse en mi cabeza.
Me ubique en la manga y empezamos a revisar una a una las
hembras.
Le hice tacto rectal, revise sus vulvas y vaginas y luego
separamos las mas aptas.
Les toco el turno a los machos, dos toros campeones
espectaculares, uno de 800 kg seg�n me conto. Mis botas empezaban a llenarse
de bosta. Estaban bastante sucias y caminaba sobre un suelo blando.
Las botas de Roberto tambien habian cambiado de color,
ahora eran mas verdes y sucias.
Bueno coloco el toro cercano a mi, revise los aplomos, y
luego lo puso en el cepo, mire sus patas traseras que es donde recarga todo el
peso cuando sirve a la hembra y luego empece a medir sus huevos, y a ver si
tenia algo raro.
Eran impresionantes, duros, pendulados, y calientes, luego
mire si el pene estaba preparado, le hicimos unos lavajes en el prepucio y
luego nos pusimos a hablar.
Yo toque el tema y le dije a Roberto:- mierda, semejante
bicho con este peso y se la monta sin drama, como se la ensarta con semejante
pija y tan poca concha.
Roberto se rio, y dijo, - viene de familia y seguia
riendose.
Yo lo mire pero no lo entendi bien, entonces le dije : -
Si, claro son hijos de toros campeones.
El se empezo a cagar de risa, y tocandose un poco los
huevos bajo la bombacha de campo, me dice: - no macho, de esta familia, todos
ensartamos bien las conchas.
No hay ninguna que se resista.
Me puse nervioso y colorado, el noto que yo quise cambiar
de tema. Vamos, le digo,se toma unos verdes Don Roberto?
No para, te falta medirle el diametro del escroto, me
aclara.
Pero yo ya lo hice.
-No no lo hiciste, y tom� la cinta metrica. Ven�, agarra
aca.
El coloca la cinta cerca del testiculo del toro en la parte
mas ancha.
El toma mi mano, y junto con la el me dice como hacerlo.
-Ves, pasas la mano por aca boludo y asi medis mejor.
Me parecio bastante confianza cuando me dijo el : -por aca
boludo. Pense que le habia caido bastante bien.
Entonces en un segundo baja mi mano con la cinta por los
testiculos del toro, rapidamente y la lleva a su pierna, siempre sujetando mi
mano.
Con la otra el abre su bragueta y enseguida saca afuera unas
tremendas bolas, grandes, oscuras y con vellos. Enseguida siento su calor y su
mano me aprieta con la mia esos dos tremendos huevos. Me sobresalte y temble
como un idiota. El se movi�.
Viste, que te faltaba otro toro?- me dijo riendose.
Yo pense que era una broma, pero el siguio desabrochandose el
boton de la bombacha.
Siento el roce de una piel suave, de algo duro, tibio al
principio y caliente a medida que el frio exterior me golpeaba.
No pude resistirlo y empece a tocarselo.
Esto es tuyo, macho? � le pregunte, y el enseguida dijo:
- Si, pero en este caso no es pa la hembra , es para otro
macho, claro , si es que ese macho se deja.
Enseguida me tomo del brazo y me hizo parar, me llevo a la
camioneta, me hizo subir y encendio el motor. El olor a goma y bosta de las
botas lleno el gabinete.
Aguantese, me dice, que ya vamo pa las casas y la leche esta
por hervir.
Yo me calente cada vez mas, viendo que ni siquiera pudo
subirse sus pantalones. Y su cabeza roja asomaba por entre los botones de su
bragueta apretada por el elastico de su slip blanco.
Llamo a uno de los peones y le pregunto si en el galpon no
habia nadie.
El tipo le dijo que no, que vaya tranquilo, y que no se
preocupara por nada. Se saca las botas y me dice que haga lo mismo.
Les da las mismas al peon, y le dice que vaya a lavarlas.
No te voy a dejar en patas- agrega- y busca en una caja un
par de alpargatas que me da, y el saca un par de botas de cuero.
Se las calza con fuerza, si tira para atr�s para que le
entren, eran de cuero negro, bien lustrado, de vaca, de media ca�a, estaban
forradas por dentro y por fuera la cruzaban unos pespusten de color blanco
haciendo una especie de rombos.
El olor no era a nuevo pero si a botas con poco uso. Quise
ayudarlo a calzarlo pero se levanto rapidamente sin darse cuenta casi de mi
acci�n.
Buenas botas don Roberto, le dije, donde las consigue-
Tengo un par bastante variado, hace a�os que me las hace
un hombre que viene al festival de la doma en enero,- me explicaba.
Abrio unas puertas bien grandes, senti el olor a caballos y a
heno seco. Se sento en un banquito de troncos y empezo a revolver una caja.
Saco unas mantas con las que cubren a los potrillos, se saco
la camisa y se bajo la bombacha y el slip, y pude ver el tremendo cuerpo de
macho maduro. Bien velludo. Sus tetillas rojizas, relucian en esa mata de pelo
entrecano.
El vino hacia a mi y de un sacudon me fue sacando la ropa..
Me dejo en bolas, me tapo un poco con otra manta y se me
empezo a tocar. Toco lentamente mi cara, mi cuerpo, mis manos, se quedo mucho
tiempo en mi vello pubico el cual se ve que lo excitaba, y enseguida como un
calenton, se lanzo encima, sintiendo en mi vientre la estocada de su pija
caliente. Estaba mojada, se sentia el liquido pegajoso en su cabeza que chocaba
contra mi vientre.
Empezo a bombear, a sacudirse, a ir hacia delante y atr�s,
moviendose entre mi pija y los huevos. Coloco su pija con la mia, la sujeto con
las manos y comenzo de nuevo a moverse. Jadeaba, palpitaba, se agitaba, sentia
el vapor de su aliento en mi cara, en mis oidos, me calentaba las orejas.
- Veni guachito, me decia, veni que te voy garchar putito.
Nunca me habian tratado asi, pero me lo banque y empece a
decirle cosas olvidandome que era quien me contrataba. Yo enseguida trate de
acariciarle las botas. Pero no llegaba.
Entonces le dije: - por favor sacase todo y dejese las botas
que me recalientan.
El no me entendio.
Que me pregunta, mientras trataba de acomodarse al lado mio.
Que se saque todo menos las botas.- le volvi a decir.
Otra vez se sienta, hace otro esfuerzo y se saca las botas
nuevamente, tira la bombacha de un golpe, se saca el slip r�pidamente, y me dice
que yo se las pusiera.
Tome las botas suavemente, meti mi nariz adentro y me quede
unos minutos regocijandome con ese olor a cuero. Comence a lamerlas y a
ponerselas de a poco.
Segui lamiendo el cuero, la ca�a y llegue a sus pantarrillas,
lami un poco su piel y pelos y luego otra vez las botas.
Tome una punta y la coloque en mi labio inferior. Saque la
lengua y mostrandosela como un puto zarpado empece a lamer mas rapido.
Se noto que su pija tomo una dureza que la dirigio hacia un
costado.
Me saco de la boca la bota y vino a mis oidos.
- Quien es tu putito, hijo de mil putas, guacho de mierda- me
dice y vuelve a hablarme:
- Vos cagon, vas a ser mi putito, te vas a comer toda la
pija, pendejo-y agrego- las minas se vuelven locas por este pedazo, puto, y vos
no te lo vas a comer?
Eso me volvio loco, y empece a agarrarselo, a sacudirlo, lo
aprete hacia mi, empece a sentir sus tetillas duras en mi pecho, sus manos que
buscaban mi culo por debajo de mis huevos, sus piernas que no me dejaban mover.
Busque sus axilas, bien peludas, y comence a tocar cada uno de sus pelos, luego
se las lami, hasta perder mi boca debajo de su sobaco.
De golpe se puso encima de mi cara y empezo a golpear su pija
en ella, me golpeaba la pija en la frente, en la nariz y esquivaba la boca.
Hasta que yo busque meterla adentro.
Se la comi de un golpe, la saque de mi boca y busque sus
huevos, empece a chuparlos de a poco, uno adentro, luego el otro, lo lamia, lo
tragaba, lo escupia... Con las botas me apretaba la cintura.
El jadeaba, se volvia loco y me decia
- segui guacho, segui, pendejo puto...!!!
De golpe le empece a chupar el tronco, despacio, llegando al
frenillo lo leng�eteaba y volvia para abajo otra vez. Eso lo volvia loco, de
golpe me dice.
- Chupa hijo de mil puta. Chupa la verga.
Empece entonces a tragarla lentamente, lo senti humedo,
salado. Sentia tambien el olor a macho excitado, sus huevos, su culo.Me apreto
con una mano mi cabeza y llevandola hacia abajo me hizo sentir su pija en la
garganta.
Senti como una arcada, pero me hizo seguir chupandola
deliciosamente.
No quise hacerlo acabar , enseguida, le dije que me
penetrara, pero no me respondi�.
- Dale macho haceme acabar -me decia .
- �No! le dije yo, demostrame lo que hace un toro con una
vaca.
Entonces me llevo a un caballete, que tenia un cuero de vaca,
mas o menos me llegaba la cintura, estaba en el medio del galpon.
- Ves, aca los toros practican su hombria, se montan este
cuero, y nosotros le sacamos el semen con una concha de goma.
Me puso mirando el cuero y con la cintura en el borde del
caballete, me hizo mirar hacia abajo y quede doblado en dos, me abrio las
piernas y separo mis gluteos.
Primero siento un aire caliente, como que me soplan, y su
nariz, empieza a recorrer mi agujero. Luego el placer, una punta de lengua se
mete en mi. Me siento mojado, humedo, me estremezco, me muevo hacia el con cada
lamida de su lengua.
Abro y cierro el culo, una y otra vez. La lengua cada vez va
mas adentro, siento sus manos apretadas en mis gluteos separados y una embestida
de lengua total.
Se mojo el dedo con saliva, con una escupida grande, y me
empezo a meter el dedo en orto, suavemente, pero despues arremetio con todo.
Senti su dedo que se abria buscando algo, me recorria todo y
empujaba mas.
- Dilatate puto, me decia, dilatate, abri el orto macho y
seguio metiendome y sacandome el dedo.
Yo lo disfrutaba. Cuando me quise acordar tenia dos dedos
adentro.
Despues se paro y le pedi que me metiera la punta de la bota.
Subio una pierna, la doblo y busco por la raya una y otra vez el agujero. Me
metio la puntita despacito y me empujaba hacia adentro. Mi agujero sentia el
frio del cuero y se abria mas. Mis nalgas aprisionaban el pie enfundado en esa
bota. De golpe no senti mas el cuero. Quedo un silencio y una ausencia de goce.
Giro mi cabeza y veo que se estaba poniendo un forro. Me agarro la cabeza y me
la dio vuelta para adelante como que no mirara lo que hacia.
- Quieto machito, ah� va su toro, me tomo fuertemente de la
cintura y un poco mas abajo, senti una ensartada terrible, como si me partiera
en dos.
Un dolor terrible, un calor en el agujero que se hacia mas
fuerte.
De golpe eso desaparecio, y empece a sentir un goce, sentia
entrar y salir su miembro.
Lo queria cada vez mas adentro, mande mi brazo y mano hacia
atr�s para sentirlo.
Ya estaba golpeando con sus huevos. Me recalento. El siguio
cogiendome.
Bombeaba, y jadeaba. Me agarraba cada vez mas fuerte y mas
adentro la metia.
Depues el metio su mano por delante, busco deseperadamente mi
pija y comenzo a tirarme la piel hacia atr�s.
- Ahora vas a ver como papito te hace la paja � decia
entrecortado.
- Dame la leche � me dijo
Seguia bombeando su pija en mi culo, hasta que de golpe senti
un calor tibio en el forro.
Senti como salio un liquido de su interior, y se inflaba la
punta del forro, el apreto mas sus huevos hacia mi orto. Me abrazo con la pija
adentro y se mando un terrible : - AAHHHHHH!!!!!! Que hijo de puta que sos!!!!!
De golpe me masturbo mas rapido y diciendome:
- Dale larga la lechita macho, dale que te orde�o puto.
De golpe me senti venir, y no pude contenerme.
El toco una de mis tetillas y me la apreto fuertemente, con
la otra mano, me mando la piel hacia atr�s y salto un chorro de semen hacia el
cuero de la vaca.
Otro chorro mas de leche cubrio de nuevo el caballete.
- UHHHHHH, pap�, que bestia--- me dijo.
- Viste cuanta lechita sacaste, pendejo_ volvio a decir.
Me di vuelta, lo bese de golpe y me comio la boca. Senti su
lengua, la boca bien abierta y siguio chupandome.
Le toque la pija, y estaba bien mojado de su leche. Le
desparrame las gotas con la mano y unte su vientre con la misma.
Respiramos profundamente, y nos besamos otra vez.
Nos recostamos en la manta y nos tapamos.
- Y te gusto este toro de 65 a�os? � me pregunta
susurrandome.
- Mierda, le dije yo, con un toro asi est� para que te monte
todos los d�as.- contest�.
Y el me dijo:
- Si pendejo, te tomo la palabra. Y otra vez me partio la
boca de un beso.
Seguimos asi hasta dorminos, yo le saque antes las botas y me
las puse sobre el pecho.
Durante mi pasantia me monto unas cuantas veces mas. Una sola
vez me lo cogi y fue su primera vez me dijo. Cuando el trabajo termino me
despidio casi como un hijo diciendome que este atento al contrato.
Yo tuve que volver a mi ciudad despues de recibirme y me puse
un consultorio.
Al poco tiempo recibi su oferta pero tuve que rechazarla
diciendole que le de la oportunidad a otro chico.
Senti la tristeza por no verlo mas, pero tengo colgadas en la
pared un par de botas marrones de cuero que solo se usan pero no precisamente
para caminar.
Tuve la suerte desde hace ya dos a�os, de encontrarlo cada
a�o en la exposicion rural que se hace en Buenos Aires, y les puedo decir, que
ahora a los 67, monta como un toro joven que recien empieza.
Son esos machos dificiles de olvidar.....
Baboo.