Continua la parillada en casa de Ra�l. Vicente Rodr�guez no alcanzaba a ver quienes eran las personas que hab�an entrado, pero si pod�a escuchar claramente el sonido de los besos y mientras terminaba de limpiarse la mano pens� que tal vez era alguno de sus compa�eros que ven�an acompa�ados por su novia.
Una de las experiencias mas calientes de mi vida fue con un inexperto chaval menor que yo que conoci en la playa con un muy buen trozo de carne entre las piernas.