Antes que nada voy a presentarme. Me llamo Mat�as, tengo 32
a�os, estoy casado con Andrea desde hace 8, y por causas que no viene al tema
comentar, no hemos tenido hijos.
Andrea es una verdadera belleza, tiene 35, y la conoc� cuando
pasaba unas vacaciones con mis amigos en C�rdoba, hace de esto una d�cada. En
ese momento se llevaba a cabo un concurso para elegir a la reina de belleza del
verano, y fui elegido, por casualidad, para integrar el jurado, ante la envidia
de mis amigos. Andrea, obviamente, participaba del mismo, con tanta suerte (o
no, ya que era infinitamente m�s hermosa que el resto) de que result� ganadora.
Est� dem�s decir a d�nde fue a parar mi voto. Luego, durante las fotos de rigor,
pude comenzar a charlar con ella, result� ser muy t�mida, todo lo contrario de
m�, que en cada lugar que estoy suelo transformarme en el centro de atenci�n.
Consegu� su n�mero telef�nico, y a los dos d�as, est�bamos
saliendo. Enseguida me di cuenta de su inexperiencia en el tema hombres, a todo
nivel (en lo sexual, con el tiempo, lo comprob�, ya que tuve que llevarla desde
cero, ya que era completamente virgen), lo cual me resultaba extra�o. Que
cordobeses idiotas, pensaba yo, dejando libre a semejante monumento, pero claro,
no iba yo a preocuparme por eso.
La cuesti�n es que al mes ped� un traslado en el banco en que
trabajo todav�a, ya a mi edad ten�a un puesto importante (hoy d�a soy gerente de
una sucursal en la Capital Federal), s�lo para seguir vi�ndola, nunca una mujer
me hab�a pegado de tal forma. S�lo estuvimos un a�o en C�rdoba, ya que me
ascendieron con un puesto en Buenos Aires, y me traje a mi novia conmigo.
El hecho es que un a�o despu�s nos casamos, y llegando al d�a
de hoy, hemos sido completamente fieles el uno con el otro. Pero aqu� es que
comienza la historia que quiero contarles. Estamos en una muy buena situaci�n
econ�mica, con chalet con piscina, dos autos �ltimo modelo, todo lo que nos hace
falta.
Sexualmente nos llevamos de maravilla, pero el tiempo nos
llev� a intentar nuevas cosas. Pero todo comenz� cierto d�a, unos tres meses
atr�s...
Estando un d�a mi sobrino en casa, ven�a siempre a disfrutar
la pileta. Reci�n empezaban los primeros calores de la primavera, y ese s�bado,
Hern�n (ese es su nombre), que tiene 12 a�os me pidi� permiso para tirarse un
chapuz�n. Le dije que se viniera, que no hab�a problema. El hecho es que verlo
disfrutar del agua nos tent� tanto a Andrea y a m�, que nos decidimos a
un�rnosle.
Estaba yo cambiado, cuando aparece mi esposa dici�ndome que
hab�a un problema.
- Como reci�n empieza el calor, todav�a no baj� los ba�adores
de la bohardilla, y hacerlo ahora me tomar�a toda la tarde. - Eso no es
problema, metete en bombacha y corpi�o... - Pero �y Hern�n?. - Es un ni�o,
adem�s una bikini muestra lo mismo, le dije...
Esto �ltimo la convenci�, se desvisti�, y se qued� con un
conjunto blanco de algod�n muy atractivo, sin duda era hermosa. Bajamos a la
pileta, Hern�n nadaba sin prestar atenci�n a sus t�os, que tomaban sol. Al salir
de la piscina, not� que mir� sorprendido a Andrea, como diciendo -Epa, mi t�a
est� en corpi�o y bombacha. Calculo que ser�a la primera vez que estaba frente a
una mujer en ropa interior, ya que lo not� inc�modo, pero a la vez curioso, ya
que trataba afanosamente de poder ver todo lo que le permit�an sus ojos.
No voy a negar que la situaci�n me excit� un poco, pero trat�
de restarle importancia hasta que...
- Voy al agua, dijo mi mujer.
Baj� por las escalinatas, y ante mis ojos era una sirena. Yo
segu�a en la m�a, pero notaba que ella, que al principio estaba m�s inc�moda que
el chico, ahora parec�a m�s desinhibida, y en ella, siendo tan t�mida, era una
se�al: lo estaba disfrutando.
Al salir del agua, tanto Hern�n como yo nos quedamos
boquiabiertos: el fino algod�n blanco, al haber tomado contacto con el agua,
dejaba traslucir sus redondos, rojizos y proporcionados pezones, adem�s del
monte de negros pelos de su entrepierna. Estaba desnuda, para hacerla mas
sencilla. Ella pareci� notarlo, ya que enseguida agarr� una toalla y se envolvi�
en ella. A los quince minutos, cada uno fue a un vestidor para ducharnos y
cambiarnos.
Era casi la hora de cenar, as� que le dije a Hern�n que
llamase a mi hermano mayor (su padre) para decirle que se quedaba a comer.
Parece que mi hermano ten�a planes, ya que pidi� hablar conmigo:
-Escuchame Mat�as, �hay alg�n problema en que se quede a
dormir all�?, porque hoy es mi aniversario, y aprovechando que Mariano (mi otro
sobrino, de 10 a�os) est� en casa de mis suegros, hab�amos pensado con Marta en
irnos de joda por ah�...
Contest� afirmativamente al pedido de Fernando, mientras me
re�a aprobando sus planes.
Durante la cena, Hern�n miraba a Andrea de una manera
especial. Ella estaba con una minifalda de jean, muy corta y un top de algod�n
que dejaba la panza al aire, estaba deliciosa...
Fuimos luego a la sala de juegos a mirar una pel�cula, Andrea
se acost� en el piso, apoyando su cabeza en mis piernas, y el chico se ubic�
frente a ella.
Era obvio que quer�a seguir viendo la ropa interior de su
t�a, ya que cada movimiento que hac�a Andrea, el se sonre�a con satisfacci�n y
aprobaci�n.
Al acostarnos, no sab�a como hacer para sacarle a mi mujer el
tema. Era obvio que algo hab�a notado, pero al ser tan poco r�pida en estos
temas, ten�a miedo que lo tomara a mal. Al desvestirse y quedarse s�lo vestida
con una hermosa y diminuta tanguita negra, aprovech� para comentarle... -Parece
que ejerciste un gran impacto sobre tu sobrino. -�Por qu� lo dec�s?, pregunt�
como sabiendo la respuesta.
-Bueno, el hecho de verte en ropa interior lo puso como loco,
reci�n, durante la peli, no hac�a m�s que mirar a tu entrepierna cada vez que te
mov�as. -Es cierto, es m�s, al principio no le daba importancia, pero a medida
que pasaba el tiempo, la situaci�n me produc�a una extra�a sensaci�n, y me
empec� a cruzar y descruzar de piernas cada vez en forma m�s evidente, para
dejarlo satisfecho, ya que si no, con las poses que hac�a para disimular, ma�ana
iba a tener un dolor de espalda y cuello que ni hablar. Adem�s, ya me hab�a
visto en bombacha en la pileta, no era nada raro...
Esto que dijo me sorprendi�, ya que ella no era de tomar la
iniciativa en estos temas, pero adem�s porque siempre fue una mujer preocupada
de no mostrar m�s de lo permitido, cosa que, sinceramente, no era de gran
importancia para m�, total una cosa es ver y otra tocar y disfrutar. A tanto
llegaba su obsesi�n en este punto, que recuerdo una an�cdota, que cada vez que
la cuento me hace llorar de la risa, y a ella ponerse de todos colores.
Estabamos pasando unas vacaciones en el Caribe, en un hotel
paradis�aco. Un d�a est�bamos en la habitaci�n y, como siempre, ped�amos
servicio de cuarto.
El chico que tra�a el pedido era un negrito de no m�s de 15 o
16 a�os, y yo hab�a notado que miraba a Andrea como deslumbrado por su belleza.
Me propuse jugarles a ambos una broma: luego de hacer el pedido, comenc� a
jugarle a ella como en la previa, a tal punto que la dej� tendida sobre la cama,
boca arriba, s�lo con la ropa interior, y le vend� los ojos, porque le dije que
le ten�a una sorpresa preparada. Cuando lleg� el mozo, le abr� la puerta y lo
hice pasar. Siempre lo hab�a atendido en la puerta, por lo que se sorprendi�,
entr� y cuando estuvo ante la cama se qued� paralizado, pero trat� de disimular.
Le dije a Andrea que la sorpresa estaba lista, y cuando vio al chico mir�ndola,
se puso colorada, muerta de verg�enza, y sali� corriendo para el ba�o.
Pero no quiero irme del tema principal. Nos quedamos
hablando, y as� seguimos durante todo ese mes, hasta que juntos decidimos, como
una especie de juego, fomentar actitudes como la de ese d�a en la pileta y la
pel�cula, pero siempre y cuando fuera con chicos, y no mayores de 15, porque a
esa edad pueden ser complicados de manejar, y tanto Andrea como yo quer�amos
tener un control total de las situaciones que se generaran. Una de las primeras
cosas que hice fue espejar el vidrio del quincho, que da a la piscina, con el
fin de poder espiar desde all� sin ser visto.
Ahora s�lo restaba esperar por una posibilidad de comenzar a
jugar nuestro jueguito...
Por razones de seguridad, y como para ir tomando confianza,
el primer receptor de nuestras fantas�as ser�a nuevamente Hern�n. Nunca hab�amos
repetido aquello, y el nunca hizo comentario alguno, pero era evidente que se
deber�a estimular mucho pensando en como hab�a visto a su t�a.
Un d�a que nos llam� para venir a la pileta, aprovechamos que
atendi� mi mujer para incitarlo, para lo que le dijo: -Dale, venite que yo
tambi�n quiero aprovechar este d�a, porque Mat�as tuvo que ir al trabajo a
arreglar unos asuntos, y no ten�a ganas de nadar sola...
Eso bast� para que en media hora estuviera sonando el timbre.
Yo me hab�a instalado en el quincho con las provisiones suficientes como para
quien va al cine a una funci�n continuada, por lo que me sorprendi� ver llegar a
Hern�n con otro chico, un amiguito suyo de la escuela llamado Javier. Era obvio
que Andrea tambi�n se sorprendi�, porque ni bien los chicos fueron a cambiarse,
entr� al quincho y me propuso suspender el evento. Yo, por el contrario, m�s
ganas ten�a de llevarlo a cabo. La convenc� dici�ndole que s�lo eran dos ni�os,
que iba a tener el control absoluto de la situaci�n. Acept� no muy convencida,
pero lo hizo para no quitarme el sue�o a m�.
Cuando los ni�os llegaron a la pileta, Andrea se estaba
cambiando, por lo que pude o�r claramente cuando Javier le dec�a a mi sobrino:
-Que buena est� tu t�a, �va a venir a la pileta?, a lo que Hern�n le contest�:
-C�llate la boca, que es mi t�a...
No termin� de decirlo, que apareci� Andrea con una bata de
toalla blanca, que hac�a un contraste maravilloso con el tostado de su piel.
Ambos se quedaron impactados. M�s a�n cuando Andrea (siempre de acuerdo al plan,
ya que hab�amos dise�ado infinidad de situaciones posibles, y como reaccionar
frente a ellas) los oblig� a ponerse el protector solar, debido al peligro del
sol a esas horas. Ambos se negaron, pero la insistencia tuvo su resultado.
Hern�n cedi� primero, -Te lo pon�s vos o quer�s que te lo coloque yo, pregunt�
Andrea. La respuesta fue obvia. -Me voy a sacar la bata as� estoy m�s c�moda, ya
estoy transpirando del calor que hace..., dijo, para proceder inmediatamente
qued�ndose s�lo con un conjuntito hermoso de ropa interior, blanco, con un
corpi�o con puntillas y una bombacha muy peque�a, tipo tanga, con puntillas en
los bordes y casi transparente en la entrepierna, de atr�s s�lo se ve�a una
delgada l�nea de tela que tapaba lo justo.
Hern�n se acost� en la reposera boca abajo y luego al rev�s,
mientras Andrea, sentada a su lado, le colocaba la crema. Luego fue el turno de
Javier, que no pod�a disimular lo bien que la estaba pasando, y se repiti� el
procedimiento.
El momento de m�s tensi�n fue cuando mi esposa, al terminar
con Javier, pregunt�: -Bueno, ahora me toca a m�, �qui�n va a ser bueno y me
colocar� la crema a m�?. Los chicos parec�an pelearse por responder, entonces
Andrea dijo:- Hacelo vos, Hern�n, que ten�s m�s confianza. Se acost� boca abajo
y se entreg� de lleno a la tarea de mi sobrino...
Empez� t�midamente por su espalda y hombros, yendo y
viniendo, hasta que Andrea le dijo, riendo, que ser�a bueno que el resto del
cuerpo tambi�n recibiera crema. Esto pareci� desinhibir a Hern�n, que comenz� a
acariciar su cuerpo poco a poco, toc� sus pies, sus piernas, sus muslos hasta
que al llegar a la cola, hizo como que la rozaba sin intenci�n, como para
tantear la reacci�n de Andrea, que ni se inmut�. De inmediato, tom� m�s crema y
la comenz� a untar en las nalgas de mi mujer, la cual se hab�a empezado a quedar
dormida debido al ritmo continuo de los masajes de mi sobrino. Termin� de
confirmarlo por las se�as que se hac�an los dos chicos, hasta que Hern�n
pregunt� en voz muy baja...
-T�a, t�a..., al no tener respuesta, echaron una sonrisa como
de satisfacci�n.
Javier, que a mis ojos parec�a un poco m�s despierto que
Hern�n, le dijo a �ste que era su turno, casi como una orden.
Yo ya estaba completamente excitado, acariciaba mi miembro,
pero esperaba un poco m�s...
Javier, llen�ndose de crema las manos, fue directo a las
piernas de Andrea, las toc�, las acarici�, pas� a su culito, repiti� la escena,
pero luego de eso se centr� en la tanga. Comenz� a tocarla suavemente, la
acomodaba, ya que debido a los masajes hab�a ido perdiendo su postura, y sigui�
jugando con ella, hasta que en un momento, y mirando a mi sobrino, la corri� de
su "canal", dejando a la vista de ambos la raya del culo de Andrea. No dec�an
palabra, estaban mudos... Hac�a rato que sus inexpertos elementos hab�an
comenzado a sentir el efecto, yo lo notaba desde el quincho...
Con suma curiosidad, Hern�n desabroch� el corpi�o, y tras
esto procedi� a despertar a Andrea, que se encontraba realmente dormida. Al
levantarse para darse vuelta, no se percat� de que el corpi�o no estaba
sujetado, quedando completamente en tetas ante los dos chicos. Se puso de todos
colores, mientras se lo acomodaba r�pidamente. -No puedo creer que me hayan
visto as�, dijo, sin imaginar que mientras dorm�a su raya hab�a sido
inspeccionada minuciosamente.
Se ubic� boca arriba y le dijo a Javier que era su turno.
Este rogaba que se durmiera de nuevo, por lo que empez� a acariciar,
principalmente, sus brazos y la cabeza, tocaba su rostro y jugaba con su cabello
casta�o, logrando que ella dijera, casi murmurando... -Chicos, que buenas manos
tienen, me estoy quedando dormida...
Unos segundos despu�s, las manos de Javier masajeaban el
vientre de Andrea, hasta que en un momento desembocaron en sus tetas, las mismas
que hab�an visto un rato atr�s. Las aplast�, las acarici�, pero siempre por
arriba del corpi�o.
En ese instante, Hern�n tom� coraje y apoy� su mano en la
entrepierna, primero con suavidad, luego con m�s �mpetu, provocando que Andrea
emitiera un peque�o gemido y se moviera un poco. -Mir�, la bombacha est� toda
mojada, dijo mi sobrino, a lo que el otro le alcanz� una toalla para secarla (en
ese preciso instante acababa por primera vez, sobre el piso del quincho,
acompa�ada de una amplia sonrisa por la ingenuidad de los muchachitos). Al
secarla, parece que corrieron la tanga del lugar original, porque Hern�n le
orden� a su amigo que ten�an que esconder todos esos pelitos antes que se
despertase su t�a, y all� fueron, escondiendo el sobresaliente vello de mi mujer
en su bombachita, para que la pobre no se diera cuenta del fest�n que se hab�an
echo los chicos...
Cuando terminaron, fueron al agua, no s� si a bajar el calor
o a hacerse una tremenda paja. En eso estaban cuando se despert� Andrea, y desde
el borde de la pileta les ofreci� un refresco, el cual vino a buscar al quincho.
La vi entrar con la cara m�s feliz que le recuerde, sus ojitos verdes brillaban,
se sent� frente a mi sobre mis piernas, y tuvimos el mejor sexo del que tenga
memoria. Lleg� a correrse unas 6 veces. Luego se dio una ducha, se puso la bata
(sin nada debajo) y les llev� el refresco a los chicos. No hubo tiempo para m�s,
porque les dijo que ten�a que cambiarse porque yo la hab�a invitado a cenar, por
lo que deb�an marcharse. Mientras se duchaban, sal� del quincho y colgu� en el
tendedero la blanca bombacha de mi mujer, adornada por los efectos del flujo que
hab�a despedido su vagina. Al sentir que sal�an los chicos, me escond�
r�pidamente en el quincho. Ya se iban, cuando not� que Javier le dec�a algo a mi
sobrino y regres� corriendo, como si se hubiera olvidado algo. Mi sorpresa fue
verlo descolgar la h�meda tanga, frot�rsela por la cara y guard�rsela en su
mochila...
En una ocasi�n, hab�amos invitado a cenar a un matrimonio
amigo, quienes vinieron acompa�ados por su hijo, que tiene 14 a�os. Como yo
estaba preparando el asado, no pod�a ir a comprar algunas cosas que faltaban al
supermercado, por lo que deb�a ir Andrea. Yo no quer�a que fuese sola por los
paquetes, pero como mi amigo me ayudaba con el asado, me dio una idea,
dici�ndome que porque no la acompa�aba Sebasti�n (su hijo), que estaba
aprendiendo a conducir, y dado que vivimos en una zona de poco tr�fico, podr�a
practicar un poco. Le coment� esto a mi esposa, que me contest� con una sonrisa
y me dijo. -Entonces deber�a cambiarme...
Al rato apareci� con una pollera de tela, de esas que se
cruzan por delante dejando ver las piernas cuando se sienta, y una remera blanca
de hilo. Lo que sigue lo s� por boca de ella...
Condujo ella las primeras cuadras ya que hay un control
policial, una vez pasado �ste, le pasar�a el volante a Sebasti�n. Cuando lleg�
ese momento, el chico quiso destrabar el seguro de la puerta para pasar al otro
lado, -Espera, est� roto y s�lo se puede abrir desde afuera. No hace falta que
nos bajemos, pas�monos de un asiento a otro, dijo Andrea, que se levant� un
poco, como para pasar ella por arriba y el chico por abajo. Cuando estaban
cambiando, ella aprovech� para caer sentada sobre las piernas de Sebasti�n.
-Pero que tonta que estoy, se disculp�...
-No hay problema, contest� �l, un poco contrariado.
Al sentarse en el asiento del acompa�ante, se descruz� lo
suficiente la pollera hasta mostrar sus fuertes muslos. El chico, cada tanto,
echaba una mirada a sus piernas, pero concentrado en la carretera. Iban hablando
de cualquier cosa, pero Andrea lo llevaba al terreno de sus amistades con las
chicas, quer�a averiguar que clase de experiencia ten�a. Sebasti�n, un tanto
avergonzado, le confes� que nunca hab�a besado a una chica, ya que ellas dicen
que �l es muy poco atractivo, -No le des importancia a eso, vas a ver cuando
crezcas c�mo cambia todo.
Al llegar al centro comercial, le pidi� a Sebasti�n que le
abriera la puerta.
Cuando lo hizo, se qued� esperando a que Andrea bajase. Esta,
conciente, al bajar su pierna derecha, la mantuvo as� abierta haciendo que
buscaba algo en el asiento trasero, dejando a Sebasti�n un panorama completo de
su entrepierna, y de su negra bombacha. Se mantuvo as� unos segundos, y al bajar
del auto, encontr� a Sebasti�n completamente colorado.
Buscaron las cosas que hab�an ido a buscar, pero a Andrea se
le ocurri� llevar al hijo de nuestros amigos un poco m�s lejos.
-Vas a tener que ayudarme en algo...
-�Qu� cosa?, pregunt� intrigado.
-Resulta que la pr�xima semana es el cumplea�os de Mat�as, y
hab�a pensado en darle una sorpresa, y dado que vos me dijiste que no ten�s
mucho trato con chicas, al ayudarme podr�as aprender algunas cosas.
Andrea se dirigi� al sector de Lencer�a y escogi� dos juegos:
uno de seda blanco, transparente, y otro de color rojo furioso, bien fiestero.
-Ves que est�s aprendiendo, ahora ya sabes que cosas hacemos las mujeres para
los hombres, �qu� te parecen estos conjuntos?, pregunt� de manera de hacer
entrar al chico en confianza.
-Espl�ndidos, dijo �l con la voz entrecortada y apenas
audible.
-Ahora esperame aqu� afuera que me los voy a probar, no sea
cosa de arrepentirme despu�s, dijo Andrea. A prop�sito, hab�a elegido los dos
conjuntos un par de talles menos de los que acostumbra usar.
Al rato, Andrea abri� la cortina del probador y le dijo al
chico que no pod�a abrochar el sujetador...
-�Quieres intentarlo t�?. El chico intent� desde afuera, pero
como Andrea le dijo que le daba verg�enza que alg�n extra�o la viera en ropa
interior, lo hizo entrar al probador. -A vos por lo menos te conozco, y s� que
es como si estuvieras viendo a tu madre, le dijo, aunque no lo crey� ni ella.
Primero la vio de espaldas. Ten�a puesto el conjunto de seda,
la tanga era un tri�ngulo encantador y suave. �l abroch� el corpi�o. -Ya que
est�s aqu� me vas a dar tu opini�n. Se dio vuelta hacia Sebasti�n, que casi
muere. La mir� de arriba abajo, aprob�ndola con un gesto muy tierno.
-�Me calza bien la bombacha?, pregunt� mi mujer, mientras se
la sub�a estir�ndola casi hasta el l�mite de su resistencia, para que empiecen a
aparecer los vellos negros a sus costados. Luego le pregunt�: -�Te parece que me
pruebe el rojo, o mejor vamos para que no se haga tan tarde...?
�l, r�pido de reflejos, contest�: -Creo que ten�s que
prob�rtelo, mir� si despu�s no te gusta.
-Bueno, cerr� los ojos que me voy a quedar toda desnuda, y no
corresponde que me veas as�, y se puso de espaldas al chico, quien s�lo mantuvo
cerrados los ojos hasta que ella no lo pudo ver.
La admir� mientras estaba desnuda, el hermoso culo de mi
mujer luc�a imponente mientras se agachaba para ponerse la otra bombacha.
Cuando termin�, se lo mostr�. -Genial, dijo �l.
-Gracias, Sebasti�n, sin ti hubiera sido imposible que me
decida tan pronto, parece que Mat�as y t� comparten los mismos gustos, le dijo,
para luego ofrecerle un fuerte abrazo que le marc� sus tetas en su pecho. �l no
dud� un segundo en corresponderle el abrazo, pasando sus brazos por la cintura
de Andrea, dejando muertas las manos, que tocaban "disimuladamente" su culo por
arriba de la tela de la tanga.
Nada ocurri� durante el regreso, sabiamente dej� que el chico
pensara y meditara en lo sucedido. Ella, como si no hubiera pasado nada. Al
llegar, Sebasti�n pas� media hora encerrado en el cuarto de ba�o.
Por la noche, cuando Andrea me cont� todo con lujo de
detalles (ese era nuestro acuerdo cuando yo no estaba presente), tuvimos otro
polvo de �sos que te acord�s por toda tu vida.
Luego, vino un per�odo en el que no tuvimos historias
relevantes, s�lo peque�os est�mulos pasajeros, algunos de los cuales detallar�
r�pidamente.
Principalmente, consistieron en peque�as exhibiciones de
Andrea mostr�ndose en ropa interior ante inexpertas miradas.
En una ocasi�n, atendi� al cadete del mercado con una bata
muy corta, que se abr�a ante el menor movimiento. Bajo la bata llevaba una
microtanga negra de encaje y sus tetas sin sost�n. El cadete entr� hasta la
cocina a dejar el pedido, tras lo cual ella le ofreci� algo de tomar. Al
agacharse para buscar la lata de gaseosa, la bata se abri� por completo,
permitiendo al cadete verle todo.
Otra vez, mientras �bamos en auto hacia la casa de mis
suegros, en uno de los sem�foros se nos acerc� un ni�o, de no m�s de 10 a�os, a
pedir algo de dinero. Andrea, que estaba de acompa�ante, se abri� la blusa y le
mostr� los senos desnudos. El peque�o no entend�a nada, tanto que se le fueron
al piso las monedas que mi mujer le dio.
Pero pronto volver�a al ruedo, y de una manera especial.
Resulta que Andrea, para pasar el rato, ya que como les dije, no necesita
trabajar, se dedica a ense�ar ingl�s a ejecutivos de empresas internacionales.
El caso es que uno de sus ocasionales alumnos, un tal Jorge, hab�a sido
destinado por sus superiores para cumplir tareas en Chicago, lo cual lo obligaba
a moverse de inmediato. El problema es que ten�a un hijo que no sab�a
absolutamente nada del idioma, y dado lo buena que hab�a resultado Andrea como
instructora para su padre, �l pens� que le pod�a explicar algunas cosas b�sicas,
como para poder defenderse los primeros tiempos...
Andrea no sol�a dar clases a ni�os, pero esta vez, debido a
la buena relaci�n con Jorge, acept�. Sin embargo, no fue hasta que vio al chico
que se decidi� a hacerlo part�cipe de nuestro morboso juego. Eric ten�a 12 a�os,
era un tanto gordito y llevaba gafas. Era el perfecto ejemplar que uno se
imagina sacando 10 en todas las asignaturas, pero no, el pobre result� ser
bastante limitado, cuesti�n que hab�a sido ya anticipada por su padre. Al llegar
a su primer clase, se sent� t�midamente a la mesa con su cuaderno. La primer
hora de clases result� de lo m�s normal, luego hicieron un recreo, d�nde tomaron
unas gaseosas y conversaron de todo un poco. Luego, como por la noche ten�amos
una cena de negocios, y se le hac�a tarde, le dej� a Eric unos trabajos,
mientras ella aprovechaba para pegarse una ducha. -En 10 minutitos bajo, le
dijo. Conscientemente, "olvid�" llevar al ba�o la ropa que hab�a preparado para
la cena, con lo cual tras la ducha, el ni�o empez� a escuchar a mi mujer
llam�ndolo. Se acerc� hasta la puerta del ba�o, para preguntar que pasaba.
-Escuchame Eric, and� hasta la puerta del fondo, que es mi
dormitorio, y en la cama vas a encontrar una ropa que prepar�. �Me hac�s el
favor de tra�rmela...?. cuando el chico golpe� la puerta, Andrea abri� envuelta
en una toalla, provocando al ni�o un asombro may�sculo. No pas� m�s nada hasta
la siguiente clase. Se las ingeni� para ense�arle el cuerpo humano, para lo cual
se apoyaba en un videocassette que hab�a comprado en una oportunidad. Se
sentaron en el sof� en la sala de juegos, donde se halla la TV, y comenzaron a
verlo. -Cualquier duda, me pregunt�s, �s�?. Ella llevaba una amplia pollera, de
esas que llegan hasta por debajo de las rodillas, y entonces se acost� en el
sof�, colocando sus piernas sobre las de Eric, que la mir� sorprendido.
-�No te molesta, no? Es que me duele la cintura y as� estoy
m�s c�moda...
Al rato, al ir el video describiendo las extremidades
inferiores, ella inst� al chico a decirle de alguna forma que se le ocurriese de
que parte hablaba el video. Obvio que teniendo las piernas de Andrea sobre las
suyas el chico empez� a se�alar las piernas de mi mujer como referencia. El pie,
la pantorrilla, y as� subiendo. Andrea, a todo esto, iba levantando su pollera a
medida que avanzaba la explicaci�n. Al llegar a los muslos, Eric se�al�
t�midamente. -Agarralo fuerte, demostr� que sab�s, le dijo desafiante Andrea. Al
ver que el chico no reaccionaba, le tom� la mano y le hizo recorrer sus muslos
de abajo a arriba, hasta llegar casi a la entrepierna. En eso estaban, cuando
escuch� la voz de Eric que le dijo: -Profesora, se le ve la bombacha.
Ella s�lo sonri�, y le coment�: -�S�?, ...�Y de qu� color
es?.
-Rosa, profesora.
-�Quer�s verla toda...?.
El ni�o asinti� con la cabeza, entonces Andrea se desabroch�
la pollera, y se la quit� inmediatamente. S�lo llevaba una remera y la ropa
interior. -�Me har�as masajes en las piernas, Eric?.
El chico comenz� a acariciar sus extremidades, se acercaba a
la rosada tela, pero sin llegar al contacto directo. Andrea comenz� a excitarse
como pocas veces en estos juegos. Sent�a humedecerse e iba entrando en un
cl�max, cada vez le costaba un poco m�s mantenerse fr�a para poder tener el
control total de la situaci�n. La tanga ya se mostraba manchada, lo cual era
completamente perceptible, y eso sirvi� para que Eric acercara sus dedos hacia
esa zona. Al tocar su concha, Andrea sinti� un placer tremendo. Tom� a Eric de
su cabeza y lo acerc�, casi hundi� su rostro en su mojada concha.
�l empez� a chupar por encima de la tela de la bombachita,
Andrea ya gritaba, agarr� fuertemente el instrumento del ni�o, que para su edad
ten�a un buen tama�o, y lo estruj� en sus manos. Se corri� por primera vez,
empapando la cara de Eric. Le baj� la cremallera del pantal�n, sac� su pene y
comenz� una mamada tal que el ni�o volaba como si estuviera en el cielo. Acab�
enseguida por su poca experiencia, pero disfrut� como pocas veces. Tras esto,
Andrea se detuvo. Llam� a un remise para que lleve al chico a su casa, luego de
hacerle prometer que no dir�a nada de su clase especial.
Cuando son� el timbre, ella le dijo al chofer que el chico
a�n no estaba listo, con lo cual le ofreci� subir a esperarlo, para indicarle el
lugar de destino. Atendi� al chofer tal como estaba (en bombacha), dej�ndolo
boquiabierto. Le explic� r�pidamente el sitio, tras lo cual dio un fuerte beso
en las mejillas del chico y salud� al hombre, quien antes de retirarse no pudo
evitar darle una palmadita en el culo a Andrea.
Mientras ve�a como se alejaban por la mirilla, escuch� que el
chofer le dec�a a Eric: -Que simp�tica es tu madre...
No terminan aqu� las aventuras. Tiempo despu�s, recib� un
llamado de mi hermano Fernando (�l y su mujer son m�dicos de muy buena
reputaci�n) para decirme que ten�an que viajar a una conferencia que tomar�a
lugar en San Pablo (Brasil), y que si pod�an dejar a sus hijos con nosotros.
Enseguida contest� que s�, aunque hubiese preferido que s�lo viniera Hern�n,
porque Mariano me parec�a muy peque�o para lo que tramaba...
Como yo estaba de vacaciones, era muy dif�cil que sucediera
algo, ya que mi presencia sol�a inhibir a los chicos, por lo que opt� por irme a
pescar con unos compa�eros de trabajo.
Andrea qued� en casa con mis dos sobrinos. Debo comentarles
que en casa trabaja una se�ora que hace la limpieza, Rosa, que tiene un hijo de
12 a�os, Ram�n, que la acompa�a porque estudia en un colegio cercano. En
contadas ocasiones, yo pesqu� a Ram�n espiando por la cerradura de mi habitaci�n
cuando mi mujer se cambiaba.
Ese d�a, llamaron a Rosa porque hab�a muerto una prima suya,
entonces tendr�a que ir al velatorio.
-Parece que tendr� mucha concurrencia hoy, pens� Andrea tras
el pedido de Rosa para que su hijo permanezca con nosotros esa noche. Les hizo
algo de comer, y tras esto, fueron a ver la televisi�n. Hern�n, que ya conoc�a
las actividades ocultas de su t�a, estaba coartado, tanto por los otros chicos,
y porque consideraba que �l hab�a aprovechado que Andrea dorm�a, y por lo tanto,
en las actuales condiciones, no hab�a mucho que esperar. Por supuesto que se
equivocaba...
No hab�a nada bueno en la tele, entonces Andrea propuso jugar
al TEG, un juego de estrategia en el que cada participante posee un ej�rcito y
debe conquistar pa�ses de acuerdo a su objetivo, para lo cual debe ir eliminando
a los otros contrincantes. A medida que perd�s un pa�s, deb�s cumplir una
prenda. Se sentaron en la alfombra. Andrea ten�a puesta un vestidito negro
bastante corto, no llevaba corpi�o, y una bombacha blanca de raso muy brillosa.
Al empezar el juego, se arrodill�, para no mostrar nada.
Las primeras prendas propuestas por los chicos consistieron
en llamados telef�nicos en broma, comerse un postre de un bocado, y estupideces
as�. Entonces Andrea quiso tomar cartas en el asunto, pensando que Ram�n y
Hern�n no tardar�an en captar el mensaje. A todo esto se sent� de frente a los
tres chicos, con las piernas cruzadas como en pose de meditaci�n, con lo que
sumado al largo del vestido dejaba claramente en evidencia su blanca ropa
interior. Los chicos empezaron a impacientarse...
La siguiente en perder (intencionadamente) fue Andrea.
Mientras iba a buscar algunas bebidas, los chicos discut�an sobre que le iban a
obligar a hacer.
Pero los chicos resultaron muy astutos, porque cuando ella
regres�, le dijeron que como eran tres y no se pon�an de acuerdo, cada uno le
har�a hacer la prenda que quisiese. Andrea caz� al vuelo la jugarreta, pero como
favorec�a sus planes, se hizo la ingenua.
Los m�s grandes se aprovecharon del menor, primero para
hacerle pedir una prenda pensada por ellos, y segundo, para que fuera el
primero. Mariano la inst� entonces a que les diera un beso a cada uno de los
chicos. Andrea, toda sonrojada ya que la sorprendi� el pedido, acept�.
Llam� a Hern�n y le estamp� un beso en la boca, un piquito,
con los labios cerrados, que dur� unos cinco segundos. Repiti� con Ram�n, y por
�ltimo, cuando fue el turno de Mariano le dijo: -Vos merec�s algo especial,
porque sos el de la prenda.
Se sent� en la falda del chico y le dio un beso en la boca
espectacular, esta vez con todas las condiciones: la boca abierta, lenguas, etc.
Dur� casi un minuto. Los otros dos estaban petrificados...
El siguiente fue Ram�n, que la oblig� a que realizara un
streap tease ante ellos. Andrea coloc� en el equipo de audio el CD de 9 semanas
y media, pero no el tema obvio, sino uno mas lento e intimista de Bryan Ferry,
llamado "Esclava del amor".
Sent� a los tres juntitos en el sof� y procedi�...
Empez� contorne�ndose muy sexy, mov�a el culo, se tocaba las
tetas, se agachaba y se paraba, con lo que el vestidito se iba subiendo, dejando
ya a simple vista, al aire, su trabajada y blanca bombacha. Se tocaba su cuerpo
con ganas, se sac� los zapatos, se acerc� al sof�. Sab�a premiar a los chicos,
pero especialmente al que le correspond�a cada prenda. Se sent� a caballo sobre
la pierna derecha de Ram�n, clavando las rajas del culo y la concha en sus
muslos, y le pidi� que le desabroche el vestido, que ten�a botones en la parte
posterior. Ram�n lo hizo. Andrea se puso de pie, de espaldas a ellos, y dej�
caer el vestido a sus pies. El maravilloso culo de Andrea qued� ante sus ojos
por primera vez, con excepci�n de Hern�n, que ya hab�a experimentado sutiles
acercamientos con esa parte del cuerpo de su t�a...
Vestida s�lo con su bombacha, mir� a los chicos dejando que
admiren sus tetazas...
-�Cu�l es tu prenda, sobrino?, le pregunt� a Hern�n.
-Quiero que esta noche los tres durmamos en tu cama, a tu
lado...
Esto realmente impact� a mi esposa, que al principio dud�,
pero luego de pensarlo un rato, dijo...
-Bueno, creo que es hora de ir yendo a la cama...
A ninguno se le ocurri� terminar el juego, claro, a quien le
importar�a ante semejante panorama...
Desvisti� a los tres, uno por uno, hasta dejarlos en
calzoncillos. Ella continuaba con su �nica prenda como ropa de dormir. Se
acostaron. Mis dos sobrinos a sus costados, y el hijo de la sirvienta a sus
pies. Hern�n comenz� a jugar t�midamente con sus pezones, que se fueron poniendo
duros poco a poco. La excitaci�n de Andrea era tal, que por el placer abri� las
piernas completamente, cosa que aprovech� Ram�n, que sin que Andrea se diese
cuenta, le baj� la bombacha hasta dejarla completamente desnuda. Comenz� a
chuparle instintivamente la concha. Andrea gem�a de placer. Mariano miraba
excitado, sin tomar conciencia de lo que pasaba. Su hermano le tocaba y chupaba
las tetas a la t�a, y el otro ni�o, hund�a su cara en la concha de Andrea, que
gritaba como loca.
De repente Andrea sinti� algo extra�o en su concha, cuando se
incorpor� para observar, Ram�n estaba comenzando a penetrarla. Ella no pudo
resistirse ni aunque hubiese querido. Su calentura era tal que no hab�a marcha
atr�s posible. Se corri� dos veces antes que Ram�n terminara su faena, tras lo
cual fue Hern�n el que quiso su premio.
La penetr� con fuerza, como un animal, su inexperiencia era
contrarrestada por su �mpetu y sus ganas. Andrea no pod�a discernir lo que
ocurr�a. Se la estaban cogiendo dos ni�os casi veinte a�os menores que ella,
mientras un peque��n de 10 contemplaba la escena absorto.
Andrea me dir�a luego que fue una de las noches m�s extra�as
y bizarras de su vida, pero a la vez, una de las m�s placenteras...
En cuanto a m�, cada vez disfrutaba m�s de mis nuevos
placeres, tanto del voyeur�stico como del exhibicionismo de mi esposa. Sin
embargo no me quedaba s�lo con eso. Aprovechaba que Andrea quedaba a mil tras
cada sesi�n exhibicionista y le echaba unos polvos impresionantes. Yo no era un
tipo celoso, si bien en su momento las condiciones del juego eran mirar y no
tocar, o tocar pero nunca inclu�a el sexo, algunas de las situaciones lo
contemplaban, y el hecho de que mi esposa fuera la primera mujer de estos ni�os,
que sea quien los iniciara me inspiraba una mezcla de morbo, orgullo y pasi�n
que conformaban un c�ctel irresistible para m�.
Al poco tiempo de la �ltima historia, nos inscribimos con
Andrea en un curso de fotograf�a. �ramos en total 10 personas en el mismo:
nosotros dos, otra pareja de nuestra edad, un matrimonio mayor con su hijo de 13
a�os, una chica de 22, y dos muchachos de veintipico, quienes por lo cercano de
su relaci�n supuse que eran homosexuales. Era muy interesante, las primeras
clases recorrimos la ciudad tomando fotos, las revel�bamos nosotros mismos.
La cosa es que al terminar la segunda semana deb�amos
presentar un set de tomas del tema que eligi�ramos. Era dif�cil de elegir. El
profesor nos dijo que lo m�s inteligente, dado que �ramos un grupo par, era
juntarnos de a dos, y tomarnos im�genes uno a otro, y viceversa. As� se hizo,
quedando libres el ni�o y la joven. Entonces se me ocurri� que Andrea forme
grupo con Daniel, y yo lo har�a con Vicky, una rubiecita de Barrio Norte,
verdaderamente hermosa, un bomb�n. Sinceramente, en mi decisi�n influy� tanto
poder desarrollar nuestro juego como el sacarle unas fotos a esta beldad.
Estoy seguro que Andrea capt� mis intenciones subliminales al
instante, porque no me dirigi� la palabra durante todo el trayecto de regreso a
casa. Yo me la pas� haciendo los t�picos chistes idiotas que hacemos los hombres
cuando sabemos que estamos haciendo algo incorrecto, lo que generaba en mi mujer
el efecto contrario al que yo buscaba, irrit�ndose m�s. Cuando nos acostamos,
ella comenz� a lagrimear, y me pregunt� si yo era capaz de enga�arla despu�s de
las cosas que ella hab�a hecho para complacerme, y ese tipo de cosas. Yo le
contest� sin dudar que no, y que s�lo se tratar�a de un trabajo para el curso, y
bla bla bla...
Pas� a buscar a Vicky por su casa. Como no estaba lista me
hizo pasar, y conoc� a Ariel, su novio, un muchacho bastante fornido, que luego
me enter� jugaba al rugby. Era muy simp�tico. Fuimos hasta el country donde
tiene una casa mi jefe, a quien se la hab�a pedido prestada por la tarde, ya que
el paisaje de ese club era muy atractivo como fondo para las fotos. Enseguida
pusimos manos a la obra, con lo que a las dos horas hab�amos terminado.
Durante el viaje de vuelta, conversamos de varios temas,
entre lo cual Vicky me dijo que hac�a unos d�as una amiga hab�a visto al rugbier
entrando a un albergue transitorio con una chica, y que a�n no le hab�a dicho
nada a �l, ya que no sab�a que hacer. Yo le aconsej� que hablaran y aclararan
las cosas, pero que no tomara decisiones apresuradas, que si lo quer�a tratara
de perdonarlo. Ella comenz� a llorar, y me dijo que lo quer�a m�s que a nada.
Cuando la dej� en la puerta de su casa, me dijo gracias, y me
dio unos de los besos m�s dulces que me hayan dado jam�s, el sabor a miel de su
lengua me qued� impregnado por el resto del d�a. Cuando llegu� a casa, a�n no
hab�a regresado Andrea...
Andrea pas� a buscar a Daniel en la "todo terreno". El chico
estaba impresionado con semejante m�quina. Estaba un tanto rencorosa por mi
actitud del d�a anterior. Iba a la casa de Vanesa, su mejor amiga, que estaba
trabajando por unos meses en Madrid. La casa ten�a un estilo muy moderno, era
excelente, al punto de que alguna vez pens� en comprarla para nosotros, pero me
limitaba el hecho de que no ten�a jard�n ni piscina.
Andrea tom� primero sus im�genes, para lo cual hizo posar al
chico de varias maneras, incluso disfrazado de estatua, y cosas as�. Para ella
hab�a llevado un bolso con ropa de todo tipo. Primero se puso un vestido de esos
estilo campestre, c�modo y amplio. Empez� a posar, el chico hac�a click y
sacaba.
En un momento, se sent� en un sof�, se subi� el vestido hasta
por encima de las rodillas, lo que hizo que al sentarse el chico pudiera verle
la ropa interior. Este mir� enseguida hacia all�, ya que ella se daba cuenta que
el "fot�grafo" buscaba hacer blanco en su "blanco", entonces ella se iba
moviendo para que cada vez fuera descubriendo m�s. Daniel era el m�s despierto
de todos los chicos que Andrea hab�a seducido, cuando ella le pregunt� que otra
foto querr�a sacar, este le contesto sin rodeos: -Creo que una de desnudos ser�a
lo ideal...
-�Pero est�s loco?
- No, pero si tu marido se enoja no. Yo lo digo para obtener
una buena foto, tu belleza se ver�a mejor...
- �Vos crees...?, no me animo, quiz�s si vos me ayudaras a
convencerme...
- Ven�, acercate, le dijo el chico. Ella se acerc� y �l la
tom� por la cintura, le acarici� el rostro, lo que enterneci� a mi mujer de tal
forma que sinti� el impulso de abrazarlo fuerte, tras lo cual le dio un ruidoso
beso en las mejillas.
- Vamos al sof� as� hablamos y te explico, le dijo Daniel. Se
sent�, Andrea iba a hacerlo a su lado, pero la tom� de su mano y la llev� hacia
�l, haciendo que se siente sobre sus piernas...
- Que paternal, sos un amor, lo pirope� Andrea, que de verdad
estaba deslumbrada con el comportamiento de Daniel.
Con ella sentada sobre �l, y con las actitudes que ven�a
mostrando, no tard� en convencer a Andrea de hacer esas fotos.
Primero la fotografi� en ropa interior, en lo cual gast� un
rollo, y luego quiso que se desnudara completamente, pero mi esposa le hizo
jurar que esas fotos ser�an para �l, y que no las presentar�a en el curso ni a
sus amigos, cosa que el chico acept� sin dudar.
Revelaron juntos los tres primeros rollos (el de Andrea, el
que el chico le tom� primero y el que le sac� en ropa interior), y el mejor se
lo llev� el chico.
Andrea se hizo copias de todas las fotos que el chico le
hab�a tomado, y las trajo para que esa noche nos exit�ramos en la cama al
verlas. Empec� por las primeras, y me iba calentando viendo a Andrea abriendo
sus piernas sutilmente, y c�mo Daniel centraba la imagen en el triangulito
blanco que brillaba desde su entrepierna. En las otras, ya sin el vestido, me
pon�an loco las poses, como mostraba el culo, como se acariciaba las tetas. Lo
gracioso es que el chico no intent� nada con ella, excepci�n hecha de alguna
caricia o palmada en la cola. El s�lo pensar en las fotos que me faltaba ver me
hac�a querer met�rsela ya mismo.
-Para ver las otras vamos a tener que esperar a la clase del
lunes, ya que Daniel me va a llevar unas copias all�.
Nos empezamos a besar, e hicimos el amor (y fue as�, porque
lo hicimos tan dulce y enamoradamente que parec�amos reci�n casados) toda la
noche. Luego dormimos abrazados.
Al llegar el lunes, era d�a del curso, por lo tanto hab�a que
exhibir las fotos a nuestros compa�eros, para lo que tuvimos que prepararlas
como diapositivas. Uno a uno, todos los integrantes del grupo fuimos mostrando
las nuestras, hasta que por �ltimo lleg� el turno de Daniel.
Mi pecho se infl� de orgullo cuando la primer imagen mostraba
a Andrea recostada en un sof�, con su corpi�o y bombacha blancos brillando, era
hermoso. Las miradas de todos se posaron en Andrea, primero, y en m�, luego.
-�Vos tomaste esas fotos?, le pregunt� a Daniel su madre,
sorprendida, mientras su padre ni abri� la boca (porque de haberlo hecho se le
hubiera ca�do la baba).
Pero fue la siguiente la que dej� a todos estupefactos, y
cuando digo todos incluyo a Andrea y a m� mismo. Andrea, con una mano en sus
tetas y con la otra tratando de tapar in�tilmente su monte negro. Obviamente el
chico hab�a expuesto una de las fotos que mi esposa no hab�a autorizado, pero
que pod�a hacer ahora. Al o�do me dijo de ir a gritarle algo, pero yo no la
dej�, ya que me hab�a gustado eso, sobre todo el efecto sorpresa, porque ni
remotamente me hubiera imaginado a mi esposa en una foto as�, menos en una foto
tomada por alguien que no fuera yo, y much�simo menos estar vi�ndola junto a
gente que apenas conoc�a...., fue sensacional.
No volvimos a ir al curso ya que Andrea se sent�a un poco
avergonzada, sobre todo ante los padres de Daniel, lo cual me pareci� correcto.
Pero faltaba la frutilla en el postre, y es el hecho que pone
punto final a esta sucesi�n de hechos, al menos moment�neamente...
Resulta que en el banco donde trabajaba, hab�a un empleado a
mis ordenes, Roberto, que tendr�a unos veinte a�os, aunque aparentaba tener
cinco menos...
El asunto es que parec�a muy t�mido, yo lo notaba en el trato
diario porque mientras sus compa�eros acosaban a las chicas que all� trabajaban,
las invitaban a salir (debo decir que m�s de una vez pesqu� a mis empleados en
situaciones comprometidas, pero mi discreci�n ante esos hechos hizo que me
ganara fama de "el mejor gerente de todo el banco"), �l siempre estaba
trabajando, incluso notaba las bromas que le gastaban los hombres, e inclusive
las chicas, que lo provocaban s�lo para fastidiarlo.
En el fondo sent�a pena por �l, por lo que poco a poco fui
tomando contacto para conocerlo mejor, lo invitaba a almorzar durante el receso,
lo llevaba a su casa al regresar, y cosas as�, lo que hizo que fu�ramos entrando
en confianza. As� pude enterarme que era virgen, y que apenas hab�a besado a una
chica a sus 15 a�os, y por esa vez solamente...
�l pensaba que yo era un playboy, ya que entre las empleadas
siempre tuve buena recepci�n, a pesar de no haber tenido nunca nada con ninguna,
es m�s, jam�s le fui infiel a mi amor. Aprovech� esa imagen que ten�a de m�, y
le dije que lo iba a llevar a un lugar donde conocer�a a una mujer, que dejara
todo en mis manos. -Esper� al viernes, le dije.
Pasaron los d�as hasta que ese viernes llam� a Andrea y le
dije que saldr�a tarde de trabajar, pero que ten�a ganas de ir a mover el cuerpo
por ah�, as� que le propuse ir a una disco. -Pero vas a tener que ir sola, yo me
encuentro all� con vos. Ah, ponete ese vestidito negro corto, ese sueltito que
tan caliente me pone.
Ella obviamente no sab�a que pensaba llevar a alguien m�s a
nuestro encuentro, y �l no conoc�a a mi mujer, ya que a las fiestas a las que
concurro con ella son de nivel ejecutivo, y como ni siquiera tengo fotos en mi
despacho, no podr�a conocerla...
Entr� con Roberto, la busqu� pero no la v�, por lo que supuse
que no habr�a llegado. En eso estaba cuando la veo entrar, estaba espl�ndida con
esa ropa, ese bronceado, era un bomb�n.
-Mir� esa, Roberto, �qu� te parece?.
-Una mina como esa jam�s me dar�a bolilla...
-Pero vamos de a dos, quien te dice...
Pero no era de tomar la iniciativa, entonces me le acerqu�
por atr�s, le susurr� unos halagos al o�do, y le coment� que no estaba s�lo,
pero que me siguiera la corriente en todo lo que yo dijese o hiciese. Ella no
entendi� casi nada, pero acept�, confiando plenamente en m�.
-Roberto, mir� que amiguita que acabo de hacer, te la
presento se llama Andrea...
Estuvimos bailando un buen rato todos separados, apenas
algunos roces, entonces propuse ir al sector de reservados, para sentarnos en
una mesa y tomar alg�n trago...
Tres tequilas, le ped� al barman, y nos sentamos. Al rato,
Andrea se levant� para ir al ba�o, aprovech� el momento para guiar a mi
compa�ero. -Desde que nos sentamos le estoy acariciando las piernas y no me dice
nada, �y vos?. -Yo nada.
-Pero que esper�s, est� regalada, haceme caso.
Cuando Andrea volvi� a sentarse, Roberto comenz� a acriciarla
despacio, ella, para animarlo, apoy� su cabeza sobre el hombro de �l, lo que
hizo que se fuera animando m�s...
Andrea ya se estaba humedeciendo, pero no ten�a idea de mis
planes. -S�ganm�, conozco un lugar ideal para seguir esto, dije.
Al subir al auto, le hice se�as a Roberto para que se siente
atr�s con Andrea.
Al rato, ella empez� a sentir su mano subiendo por sus
piernas (debido al calor, no usaba medias), ella las abri� como permiti�ndole
seguir. El puso su mano abierta en la tanga toda mojada de mi esposa, su concha
se estremeci�, se subi� el vestido, y �l pudo verle por primera vez la bombacha.
Empezaron a besarse, tocarse, al rato el vestido de Andrea estaba en el asiento
del acompa�ante. Le baj� el cierre y sac� su miembro, lo acarici�, lo chup� una
y otra vez. Yo hab�a detenido el auto a un costado de la ruta, y miraba el
espect�culo mientras me masturbaba tremendamente.
El le corri� la tanga, dejando un lugar para meterle los
dedos a mi esposa, ella gem�a como loca (luego me dir�a que el estar yo tan
cerca, y ella poder verme, la aceleraba el doble). Mientras le sobaba las tetas
como un animal, no ten�a forma de parar, mi mujer lo besaba en todo el cuerpo,
pero quer�a comerle la boca. Cuando lo logr�, se sac� lo �nico que le quedaba,
su bombacha, y se introdujo ella misma el pene de Roberto. No llegu� a contar
cuantas veces se corrieron, pero fueron unas cuantas. Yo estaba concentrado en
mi placer, no pod�a prestar atenci�n a nada m�s.
Dej� luego a Roberto en su casa, tras decirle que ahora era
mi turno, y yo volv� a nuestro hogar con mi hermosa y exhibicionista esposa,
donde sigui� la fiesta.
En ese momento, al igual que ahora, quise decirle: -Te amo,
mi amor.
FIN.