Durante Enero me port� bien, ya que como fui de vacaciones
con mi marido y mi hija de cinco a�os, mucha libertad no tuve� sin embargo, not�
que mi marido estaba preocupado por alguna cosa; yo le pregunt� varias veces y
siempre me contestaba que eran cosas del trabajo. Finalmente, me confes�, una
vez en casa, que ten�a miedo que lo echaran del trabajo, en Febrero se esperaba
una reducci�n de personal y cre�a que �l, con 35 a�os, pod�a quedar incluido�
por supuesto que todo eso me preocup�, pero ya una vez acostada en nuestra cama,
me puse a pensar y me acord� acerca de algo que mi marido mencion� cuando se
refiri� a su jefe, el due�o de la peque�a empresa donde trabaja:
"Es un viejo verde, que se pasa todo el d�a mirando el culo
a las secretarias�"
Bueno, bueno�pens� yo, algo voy a tener que hacer para
defender a mi maridito. Y ah� nom�s comenc� a preparar un plan de emergencia.
Un d�a, durante el desayuno, le dije a mi marido que lo
pasar�a a buscar al mediod�a para almorzar juntos, tal como esperaba, me dijo
que cre�a que no iba a estar en la oficina porque ten�a que visitar unos
clientes; para justificar mi visita a su oficina, le contest� que pasar�a de
todas maneras, ya que estar�a por la zona y si no estaba, me volv�a para casa.
Como ese d�a era muy caluroso, me puse un conjunto de
pantal�n y casaca de bambula blanca, semitransparente y saqu� del caj�n de la
ropa interior un corpi�o y bombachita (panties) color rosa fuerte, tambi�n
transparente y con encajes; me mir� en el espejo y me gust� lo que vi: el
corpi�o se trasluc�a por la bambula, lo mismo que la bombachita, si me levantaba
el fald�n de la casaca. Estaba segura que el jefe de mi marido iba a fijar su
vista en el triangulito rosado que ni con la mejor buena voluntad del mundo
pod�a tapar mucho de mi culo!!!.
Cerca del mediod�a entr� a la oficina y pregunt� por mi
marido, que no estaba; entonces le dije a la secretaria que me gustar�a ver al
se�or Carlos (pong�mosle este nombre). A los pocos minutos Carlos me hizo pasara
su oficina.
Carlos es un viejo de m�s o menos 60 a�os, un poco barrig�n y
pelado, no m�s de un metro sesenta de altura, no muy cort�s, al que le gusta
tener lindas secretarias (aunque tengan m�s aire que cerebro en la cabeza); se
cree que se las sabe todas, que todas las mujeres son potenciales putas. Por
�ltimo, es bastante hijodeputa en su trato con los que considera inferiores a
�l. En resumen, es lo que en Argentina llamamos, un ZORETE (trozo de mierda).
Le dije que, ya que hab�a pasado a buscar a mi marido y no lo
encontr�, quise saludarlo, pues no lo hab�a hecho para Navidad. Su mirada pasaba
de mis ojos, mientras habl�bamos, mis tetas�
Me pregunt� c�mo nos hab�a ido en las vacaciones; le contest�
que bien, pero que a mi marido lo notaba preocupado, especialmente por el
trabajo� el tipo, no dec�a mucho, asent�a con la cabeza y dec�a algunas frases
comunes sobre la situaci�n del pa�s.
Le segu� comentando que yo tambi�n estaba un poco preocupada
por c�mo estaba mi marido pues algunas cosas personales no andaban del todo
bien� mientras lo dec�a, dej� caer mi bolso al piso, entonces me levant� de la
silla y me agach� para mostrarle un poco mi traste� me sent� nuevamente (Carlos
ya me miraba m�s atentamente y se refregaba las manos).
"� Si? � me imaginaba que todo andaba bien entre ustedes dos
� dijo � cre� que eran la pareja ideal".
"Si..si�claro� pero� no se como decirlo� pero, bue� mi marido
siempre dice que Ud. es como un padre para �l�as� que creo que no va a haber
problema si le hago una peque�a confesi�n" ment� yo, sabiendo que tiraba el
anzuelo y el pescado lo iba a morder.
"Resulta que con todo estas angustias que le genera saber que
habr� una reestructuraci�n en la empresa� bueno�ya no funciona como antes�me
entiende, no?".
El viejo se hac�a el que no comprend�a, y me alent� a ser m�s
explicativa.
"Bueno� no es f�cil contarlo� pero es que desde hace unas
semanas� bueno�con mi marido no pasa nada en la cama�", al tiempo que lo dec�a,
baj� la vista como si tuviera verg�enza de lo que contaba y lamentaba no saber
c�mo hacer para fingir un rubor.
El viejo se adelant� y apoy� sus codos en el escritorio.
"No sab�a que tu marido estaba tan mal�", dijo, "� no debe
ser f�cil, no?".
"Imag�nese�", continu� yo, "� siempre tuvimos una vida sexual
muy activa� y ahora esto�y todo por el temor de perder el trabajo�", y como
hablando a mi misma, "�har�a cualquier cosa para que no se quede sin trabajo"
suspir�. Entonces pens�, que si con esto no se da cuenta, no s� que m�s
insinuarle.
El viejo se acerc� a m�, me puso una mano en mi brazo y en
tono meloso me asegur�:
"No se preocupe� ya veremos que podemos hacer por su marido",
y agreg�: "� te puedo tutear?"
"Claro que si� c�mo no me vas a tutear".
Me levant� de la silla.
"Ahora me siento mejor, m�s tranquila�", le dije sonri�ndole,
y agregu� en tono de complicidad: "� ya tengo telas de ara�as entre las
piernas�".
Apenas termin� de decirlo y me arrepent�, me di cuenta que
hab�a ido, quiz�s, demasiado lejos, parec�a demasiado evidente que me regalaba;
por suerte para m�, Carlos estaba m�s que caliente; se acerc� a m�, hasta que su
barriga toc� mi vientre y me susurr� al o�do:
"Quiz�s te pueda ayudar� tengo un buen "cepillo" para sacarle
el polvo�".
Emit� una risita tonta y confes�. "� mal no me vendr�a�".
Enseguida sent� su mano ancha, de dedos gruesos y callosos,
apoyada sobre el pantal�n y que me frotaba el Monte de Venus. Uno de sus dedos
empujaba contra la tela y se meti� ligeramente entre los labios entreabiertos
junto con las telas del pantal�n y la bombacha y forz� un poco m�s la entrada,
la costura del pantal�n cedi� y el dedo me penetr� junto con la tela de la
bombacha; no pude evitar un suspiro de placer.
"Si ten�s tiempo�quiz�s podamos charlar un poco ahora��te
parece? �".
"Si� no tengo que volver a casa hasta dentro de tres horas�".
"Esperame en el bar de la esquina� voy a buscar el auto y te
paso a buscar por all�, �Ok?�"
Baj� y lo esper�. A los pocos minutos par� su auto y sub�. Me
llev� a un hotel que est� en las afueras de Buenos Aires, sobre la autopista que
lleva a la ciudad de La Plata, y que parece un castillo medioeval.
"Ya reserv� una habitaci�n para los dos� creo que te va a
gustar�".
La habitaci�n era estupenda, ten�a un jacuzzi y, adem�s, una
ducha con paredes de vidrio que daba al dormitorio.
Carlos pidi� una botella de champan y mientras llegaba
comenc� a desnudarme ante �l, que me miraba tirado sobre la cama, ya descalzo.
"Metete en el jacuzzi�" me orden�, "� cuando llegue la
botella voy para all�".
Prepar� el jacuzzi y me met� en �l para disfrutar del agua
tibia. Enseguida lleg� Carlos, todo desnudo y se sent� a mi lado. La vista no
era del todo lo sensual que una espera en estas ocasiones: pecho peludo y
canoso, los pechos un poco gordos, la panza peluda que tapaba en parte los
�rganos genitales, una verga de piel amarronada y no totalmente erecta y,
finalmente, un par de huevos que colgabas de dos sacos arrugados.
Me abraz� y comenz� a besarme, meti�ndome su lengua dentro de
mi boca, con una manos amas�ndome una teta. Yo busqu� su verga, que yac�a bajo
la barriga; a�n estaba un poco fl�cida, as� que jugu� con ella para que
endurezca, con un poco de esfuerzo logre que tomara mejor aspecto. Cuando cre�
que Carlos ya estaba a punto le pregunt� si quer�a ir ya a la cama. Salimos del
jacuzzi y nos secamos con un par de batas que all� hab�a.
Nos tiramos sobre la cama, me abraz�, comenz� nuevamente con
sus besos y sus manoseos en mis tetas y vagina� yo volv� a agarrar su verga que
ya hab�a perdido parte de su dureza. Lo gir� para que quedase boca arriba y me
corr� hasta quedar con mi boca a la altura de su verga; me la met� y chup� como
si fuera un caramelo, esperando que pudiera volver a endurecerla. Los pelos de
su pubis se me met�an en la nariz, caus�ndome cosquillas, pero poco a poco, pude
conseguir que estuviera lista.
Me di cuenta que no tenia que perder mucho tiempo si no
quer�a que se aflojara nuevamente; entonces busqu� un preservativo que estaba en
una mesita junto a la cama y se lo coloqu�, me sub� encima de Carlos, un poco
inc�moda por la barriga de �l, agarr� su miembro y me lo acomod� entre los
labios vaginales; descend� y me dej� penetrar.
Lo cabalgu� suavemente. Me preguntaba cuanto durar�a el viejo
y si pudiese yo acabar antes que se le pasara la erecci�n. Puso sus manos en mis
tetas y me las apretaba, como si quisiera exprimirlas. Una leve baba le apareci�
en la comisura izquierda de la boca. Me mir� a los ojos y me dijo que siempre
hab�a querido cogerme, que me miraba el culo cada vez que me ve�a y que sabia
que detr�s de mi apariencia de mujer casada, no hab�a otra coas que una putita
mal cogida. Por supuesto que no era momento para refutarle lo de mal cogida, as�
que lo dej� pasar.
En ese momento son� mi celular, que lo hab�a dejado sobre la
mesita; de un vistazo veo que el numero de la llamada entrante corresponde al
celular de mi marido.
"Es mi marido�atiendo un momento�".
Carlos no quiso que atendiese, pero igual lo hice.
"Hola, c�mo est�s�" dije mientras continuaba cabalgando a
Carlos, "� pas� por la oficina y no estabas�".
Carlos pareci� asombrado porque cabalgaba y hablaba por
celular al mismo tiempo.
"� como no te encontr�, sal� a caminar un rato y a ver
vidrieras en el shopping�".
Me baj� de Carlos y me puse en cuatro patas, le hice se�as
que se moviera y me diera por atr�s. �l se empez� a excitar con la situaci�n: yo
hablaba con mi marido y �l me estaba cogiendo.
"�no, no� no me compr� nada�".
Carlos me agarr� de las caderas y me la meti� hasta el fondo
de mi h�meda y caliente concha.
"� no�voy a llegar mas tarde a casa�"
Carlos bombeaba su verga, sac�ndola casi por completo y
volvi�ndola a meter, yo mov�a las caderas acompa��ndolo.
"� Para qu� quer�s saber donde estoy?..ya te lo dije� en el
shopping�"
Yo o�a la respiraci�n jadeante de Carlos y not� que estaba
por terminar, como a m� me faltaba algo de tiempo a�n, apoye la cabeza contra la
almohada, con una mano sosten�a el celular y con la otra me frotaba el cl�toris.
"�No me crees?..bueno..te confieso la verdad� estoy encamada
con un conocido. cuando acabe voy para casa�.".
Carlos casi se muere del susto cuando oy� esto.
"Bueno..un beso�yo tambi�n te amo�chau".
Carlos me mir� con ojos interrogantes.
"No pasa nada�es un juego entre nosotros dos� dale segu� que
no sabe nada!!!�".
Termin� enseguida� yo a�n no hab�a acabado. Nos acostamos los
dos sobre la cama y dej� que Carlos se relajara. Comenc� a jugar con su pito
dormido, pero no hubo caso, no se despert�, de manera que yo me qued� caliente.
"Muy bueno, espectacular�.�acabaste bien?�"
�Qu� pod�a contestarle?.
"Hac�a tiempo que no terminaba as�..gracias!�", le ment� con
mi mejor cara de satisfacci�n (fingida, por supuesto).
Carlos me dej� cerca de casa.
Despu�s de la cena, lo agarr� a mi marido en la cama para que
me sacara toda la calentura que me hab�a quedado desde la tarde. A �l lo excit�
cont�ndole, como si fuera una invenci�n m�a, que me hab�a cogido a un viejito
conocido, medio asqueroso por cierto, pero que de ninguna cog�a como �l.
Dos d�as m�s tarde, mi marido lleg� contento a casa y me
cont� que le hab�an dado un peque�o aumento de sueldo.
"Parece que Don Carlos tan zorete no es�", dijo un poco
extra�ado por tanta generosidad.
Por lo pronto, la semana que viene me dar� otra vuelta por la
oficina de mi marido.