Relato: Mi hermanita Hayde Han pasado ya mas de diez a�os desde que sucedieron estos
acontecimientos por primera vez. Yo ten�a 18 a�os y empezar� por describir a mi
familia en ese entonces: mi padre ten�a cerca de 50 a�os y era gerente de una
empresa dedicada a la venta de combustibles, mi madre ten�a 41 y era un ama de
casa dedicada al hogar y a sus hijos, aunque con 41 se ve�a como de 35, debido a
su gran belleza y a su car�cter agradable, pero en otra ocasi�n tocar� el tema
de mi madre. Finalmente Haydecita, mi querida hermanita que para ese entonces
contaba con 15 a�os reci�n cumplidos y como es ella quien fue la protagonista de
los acontecimientos que relatar� ahondar� en mi descripci�n de ella.
Hered� la belleza de mi madre y la estatura de mi padre, ya a sus 15 estaba
bastante alta y bien desarrollada. Tenia un rostro hermoso, del cual destacaban
unos perfectos labios rojos, los ojos eran verdes, algo almendrados, todo esto
contrastaba con la blancura de su piel; el cabello, era sencillamente hermoso:
lacio, de un color caoba oscuro profundo era abundante y formaba en su cabeza
una melena simplemente impresionante que le llegaba casi a la cintura y le daba
un aire realmente sensual. De su cuerpo, dir� que era una diosa. Largas y bien
torneadas piernas, cintura estrecha, nalgas anormalmente grandes, seguro
heredadas de mis t�as paternas y para completar la obra divina que era
Haydecita, unos senos peque�os pero turgentes, duros, como dos peque�os cerros
siempre apuntando al cielo.
Desde chicos fuimos muy unidos ella y yo, era mi hermanita menor y siempre la vi
de esa manera, pero hab�a algo en ella, algo que no era normal. Ella era muy
hermosa y desde chica despert� deseos enfermizos en casi todos los hombres que
la conoc�an. Por ejemplo: a los 11 casi fue violada por un vagabundo, ese mismo
a�o un profesor fue expulsado por querer tocarla. A los 12 tenia locos a todos
mis primos. Ella no sab�a lo que provocaba y creo le disgustaba sentirse
deseada. Con todo lo que he dicho obviamente a m� tampoco me era indiferente.
Pero yo me controlaba mucho y nunca le dej� ver que tambi�n a m� me provocaba,
eso seria terrible para ella, ya que me ve�a como su hermano mayor y yo sab�a
que me ten�a mucho respeto.
Ya la situaci�n estaba insoportable. No sab�a cuanto m�s aguantar�a. A veces la
observaba con sus ropas de deporte o saliendo de la ducha con s�lo una toalla y
me pon�a a mill�n, otras veces la ve�a cepillando su hermosa melena y me
excitaba aun m�s. Muchas veces me llamaba para que la ayudara a cepillarse el
cabello, ella sab�a que a m� me fascinaba su pelo, y lo hac�a y lo disfrutaba
mucho, tanto que despu�s de eso me iba al ba�o a masturbar pensando en ella. A
menudo la rozaba "accidentalmente" y sent�a sus peque�os pero formados senos,
otras la palmeaba "cari�osamente" en las soberbias nalgas que ten�a y pod�a
sentir su dureza y redondez.
Una noche no me contuve, y me decid� a ir a su alcoba. No s� qu� pensaba, pero
esa noche estaba demasiado excitado, as� que sigilosamente me dirig� a su
recamara que quedaba casi frente a la m�a. Era tarde y como sab�a que Haydecita
tenia el sue�o pesado y que la rec�mara de mis padres estaba en el otro piso,
eso me daba libertad de acci�n. Abr� muy despacio la puerta del cuarto y penetr�
la habitaci�n. Lo que all� vi fue algo realmente sublime: all� estaba Haydecita,
acostada , vestida nada mas con una pijama transparente, que dejaba ver la
voluptuosidad de su cuerpo en toda su extensi�n. Dorm�a pl�cidamente, y el
reflejo de la noche de verano la alumbraba t�midamente. Podr�a hab�rmela quedado
viendo toda la noche. Estaba hermosa: acurrucada de espaldas hacia la puerta, su
trasero sobresal�a y pod�a ver el calz�n que ten�a, llevaba el cabello suelto,
desparramado hacia atr�s, y s�lo se o�a su somnolienta respiraci�n.
El coraz�n me lat�a furiosamente, mi respiraci�n era pesada - debido a los
nervios, a la ansiedad y por supuesto a mi excitaci�n - me mov� r�pido y
silenciosamente. Me acerqu�. Lentamente estire la mano, y la pos� sobre sus
nalgas. �stas estaban cubiertas por la delgada seda de la pijama y se pod�a
percibir la tibieza del cuerpo de mi hermana. Eran unas nalgas realmente grandes
y redondas. Me di gusto acarici�ndolas, pas� mi mano una y otra vez, muy
suavemente, cuidando de no hacer movimientos bruscos que pudieran delatarme,
luego sub� a la espalda, toqu� esa piel tan suave y tersa que siempre hab�a
deseado, despu�s mi mano sigui� subiendo, y me intern� en el m�s suave y sedoso
cabello que jam�s hab�a tocado, lo acarici� por un rato, lo ol�, su aroma era
divino ; realmente Haydecita con 15 a�os ya era una mujer, y ol�a a mujer . Esa
noche s�lo me dediqu� a acariciar su cabellera y a tocar sus nalgas. Me sent�
culpable y por un momento cre� estar enfermo, imag�nense : morbosear a mi propia
hermanita es ya bastante pero de all� a tocarla. Promet� no volver a hacerlo.
A la ma�ana siguiente en el desayuno me salud� como siempre lo hac�a, a m� me
daba una verg�enza terrible y la evitaba. Ese d�a no pude dejar de pensar en lo
que hab�a hecho, pero con el quehacer diario se me olvid�. Esa noche al
acostarnos me dio las buenas noches con un beso, yo trat� de borrar cualquier
pensamiento morboso de mi mente y creo que lo consegu�. No fue sino como hasta
bien entrada la noche que despert� con una erecci�n bastante fuerte y unas
inmensas ganas de sentir la piel de Haydecita. Me levant�, sin tanto sigilo como
la noche anterior - ya estaba perdiendo el miedo - y me dirig� a la recamara de
mi hermana. Abr� la puerta despacio, y all� estaba Haydecita, como la mas bella
de las mu�ecas, durmiendo su hermoso sueno, sin imaginar las cosas que ten�a en
mente para ella. Ya con m�s decisi�n me acerqu� - ten�a que explorar mejor el
terreno - una delgada s�bana la cobijaba, esta vez dorm�a del lado de la puerta
as� que ve�a su rostro y la parte delantera de su bello cuerpo. No lo pens� dos
veces y muy sutilmente retir� la s�bana que la cubr�a, sab�a que casi no lo
sentir�a ya que est�bamos en verano, hecho �sto me acerqu� para verla mejor:
estaba con su pijama de seda transparente pero para mi sorpresa no llevaba
sujetador, me apresur� a retirar mas la sabana para ver si pod�a ver la parte
inferior de su cuerpo, en este punto confesar� que realmente me asust�, ya que
al tratar de retirar la sabana Haydecita cambio de posici�n y para mi
conveniencia qued� acostada boca arriba. Ahora que ten�a m�s f�cil la tarea de
retirar la s�bana me apresur� a hacerlo. Pude apreciar que mi hermana no llevaba
ropa �ntima. Se ve�a una sombra negra entre sus piernas, realmente era una
hermosa vagina, cubierta por un negr�simo vello p�bico, algo largo para mi
gusto, pero no importaba, lo que realmente quer�a era tocar esa vagina. Pero en
el momento reaccion�, y pens�: " Si lo hago ahora se puede despertar, y se
echar�a todo a perder, incluso puedo meterme en problemas mayores si lo hago.
Debo idear una manera de hacerlo otro d�a y en otra ocasi�n". Mientras pensaba
miraba a mi hermanita y comprend� que lo que provocaba en los hombres era algo
obvio.
Decid� irme a dormir, pero no me ir�a sin tocar algo, as� que como la ten�a
acostada en perfecta posici�n de frente, le tocar�a un seno y me ir�a
r�pidamente. Me arrodill� ante su cama, me inclin� hacia ella, acerqu� mi cara a
la suya, pod�a sentir su respiraci�n sobre mi rostro, me mor�a por tocarle el
cabello pero me dio miedo que se despertara, acto seguido alargu� mi mano hacia
su pecho. La dureza y suavidad de su seno hizo que casi eyaculara all�, hasta
ese momento solo ten�a la palma de mi mano haciendo la forma de su pez�n. El
coraz�n me lat�a furiosamente, y respiraba cada vez m�s r�pido. Hasta que tom�
su seno por completo en mi mano y lo palp� dos o tres veces. Fue una sensaci�n
que no podr�a describir. Pero s�lo para ilustrar dir� que era el seno m�s terso
y duro que hab�a tocado hasta ese momento. En ese instante sal� r�pida pero
silenciosamente, me fui a mi recamara directo a masturbarme.
Al otro d�a en el desayuno, mi padre le dijo a mi madre que el s�bado se ir�an
de viaje y que no volver�an sino hasta el domingo, nos preguntaron a Haydecita y
a m� si quer�amos venir, como ambos sab�amos lo aburridos que eran sus viajes,
dijimos que no. Esa ser�a mi oportunidad de poder hacer algo m�s arriesgado. El
s�bado como lo decidieron pap� y mama se fueron de viaje. Me apresure a poner en
marcha mi plan. Fui al cuarto de mis padres y saque dos de las pastillas para
dormir que a veces usa mi madre, cabe destacar que son bastante potentes. Baje y
estuve en lo m�o hasta la hora de almuerzo, all� , en el comedor le pregunte a
Haydecita que iba a hacer por la tarde y me dijo que iba a ver televisi�n que si
quer�a pod�amos alquilar una pel�cula, yo le respond� que saldr�a a jugar
basquet. Mientras ella hacia el almuerzo yo prepare un jugo de naranja y puse en
el vaso de Haydecita las dos pastillas molidas. Almorzamos como siempre y luego
me sent� a escuchar m�sica y como cazador que espera por su presa dej� correr el
tiempo. Despu�s de lavar los platos Haydecita me dijo que de repente le hab�a
entrado sue�o y que se ir�a a dormir la siesta.
Las ansias me estaban matando pero decid� esperar veinte minutos antes de subir
para cerciorarme de que est� en un profundo sueno. Al termino de casi media hora
y despu�s de pensarlo mucho decid� que ir�a y har�a lo que tuviera que hacer. Me
dirig� por tercera vez al cuarto de mi hermanita, pero esta vez era de tarde y
adem�s me hab�a asegurado de que las cosas fuesen bien. Abr� la puerta y la
pobre Haydecita se hab�a quedado dormida con el TV prendido, lo apagu�, cerr� el
cortinero y me dispuse a hacer lo m�o.
Lo primero que debo decir es que Haydecita estaba sobre la cama a�n vestida,
ten�a puestos unas bermudas y una camiseta, llevaba el pelo en un mono y estaba
de lado. Me asegur� que estaba realmente anestesiada, trat� de despertarla
samaqueando su brazo, pero no respondi�, por un momento pens� que a lo mejor se
me pas� la mano con los somn�feros pero respiraba y el coraz�n le lat�a normal.
La acomod� mejor, la acost� boca arriba, le solt� el mono que sujetaba su
hermosa melena y poco a poco la fui despojando de lo que llevaba puesto. Lo
primero que afloj� fue la bermuda, la saqu� y Haydecita quedo solo en calzones
brind�ndome una hermosa vista de su anatom�a inferior. Despu�s le quit� la
camiseta, esto fue algo dif�cil, porque tuve que sac�rsela como a una mu�eca y
tem� que despertara pero no lo hizo. Ahora s� estaba lista. En sostenes y
calz�n, toda para m�. Realmente yo estaba excitad�simo aunque hubiera preferido
hacer esto con ella consciente pero ni modo. Le quit� lentamente los sostenes y
ahora con luz pude observar los senos de Haydecita en toda su dimensi�n. Eran
peque�os, con los pezones puntiagudos, y su dureza era algo que me asombraba,
parec�an unos limones grandes. Acerqu� mis dos manos para tocarlos mejor, los
acarici� hasta que me cans�, luego me inclin� y empec� a chuparlos, a
mordisquearlos y para mi sorpresa Haydecita parec�a responder a las caricias,
claro , inconscientemente, pero ve�a como sus pezones se incorporaban. Luego me
dispuse a explorar sus partes intimas. Saqu� los calzones de entre esos dos
monumentos que eran sus piernas y por fin vi lo que tanto deseaba: un pubis
cubierto por un negr�simo vello, el vello estaba largo, se ve�a que nunca lo
hab�a afeitado. Separ� las dos piernas y me dispuse a realizar una exploraci�n
manual, aunque deber�a de tener cuidado con su himen, ya que pens� que Haydecita
a sus 15 anitos ser�a a�n virgen. Con delicadeza me fui internando por esa selva
espesa que era su vello p�bico, realmente ten�a un vello frondoso mi hermanita,
mis dos dedos sintieron la separaci�n de los labios y palp� ese hermoso regalo
que era Haydecita. Forc� los dedos a abrir los labios, para esto unt� algo de mi
saliva a los dedos y para mi sorpresa, los dedos se fueron adentro como si nada.
Ahora estaba dentro de Haydecita y mis dos dedos largos le cab�an completamente,
pod�a sentir sus paredes vaginales y no hab�a el tan preciado himen, lo cual
indicaba que Haydecita a sus 15 a�os no era virgen.
�Aj�! Pens�, la muy p�cara ya ha tenido de lo suyo. Sub� mis dedos y fui
buscando su cl�toris. �Lo encontr�!. Al hacer esto separ� m�s sus piernas y
acerqu� mi rostro para ver ese cl�toris. Era de tama�o mediano bastante rosadito
y estaba como ella, dormido. Voy a despertarlo, pens�. Acerqu� mi rostro
mientras con mi mano habr�a los labios vaginales de Haydecita y con mi lengua
fui acariciando ese cl�toris divino de mi hermanita. Con sorpresa vi que el
cl�toris poco a poco se levantaba, mientras mi lengua no solo jugaba con su
cl�toris sino recorr�a todo lo que alcanzaba. Sent� la respiraci�n de Haydecita
m�s pesada, y mientras mi lengua se paseaba por toda su �rea vaginal pude sentir
el calor propio del sexo y los primeros fluidos fueron apareciendo en ella. Lam�
todo lo que pude de ese manjar divino que brotaba de ella, ol�a a la gloria
hecha mujer. Realmente quien se comi� esto por primera vez debe haberse dado un
banquete, pens�.
Ahora le tocar�a el turno al otro lado, es decir al "culotte" de Haydecita. Muy
suavemente la volte� hasta tenerla boca abajo, acomod� su cabeza y tom� su
cabellera para que su rostro no quedara abajo sino mirando de costado.
Ciertamente que esa vista que me proporcionaba mi hermana Hayde era algo digno
de apreciar. La espalda blanqu�sima cubierta por esa larga melena caoba que
llegaba casi hasta la cintura que era bastante estrecha para dar paso a un
hermoso y redondo trasero, grande y abundante, que suger�a ser una fuente
infinita de placer. Lo acaricie. Lo primero que hice fue acariciarlo y sentirlo.
Luego, nuevamente separ� las piernas, para empezar una mas profunda exploraci�n
de su cavidad anal. Lubricado con una de las cremas que hab�a en la alcoba, unt�
mis dos dedos antes de penetrar en la deliciosa cueva que ped�a a gritos que
entrara. Al comienzo fue algo dif�cil, estaba bien cerrada, pero poco a poco
ayudados por la crema que ten�an, mis dedos fueron adentr�ndose . Pude palpar
bien sus esf�nteres, esas paredes que trataban de tragarse a mis dedos. Tambi�n
pude observar que mi hermana se estremec�a cada vez que avanzaba dentro de ella.
En una de esas met� la otra mano para disfrutar de su vagina y me sorprendi�
nuevamente la humedad que mostraba. Estaba totalmente lubricada, sub� y palp� el
cl�toris y lo tenia completamente erecto. Sin temor a equivocarme pens� que
Haydecita tampoco era virgen por detr�s y lo mejor de todo era que estaba
disfrutando el momento.
Ya hab�a pasado el tiempo y pude explorar cada una de las partes de mi querida
hermana Hayde, la tenia para m� y no quer�a desaprovechar el momento. Ahora
deseaba con todas mis fuerzas sentir mi pene dentro de su boca. Me dispuse a
acomodarla mejor para hacer esto. Tengo que recordar que la excitaci�n que ten�a
era much�sima y solo pensaba en saciar mis m�s bajos deseos con Haydecita. La
acost� de lado, de modo que su cabeza diera al borde de la cama, acomod� su
cabello y le fui abriendo la boca con ambas manos. No fue dif�cil ya que estaba
totalmente relajada. Una vez con la boca de mi hermana abierta introduje mi pene
en ella. La humedad de aquella boca y la vista de aquel hermoso rostro de
ni�a-mujer comi�ndose mi pene fue incre�ble. Empec� a moverme, y pude sentir su
lengua, su saliva.
Decid� hacer algo que siempre hab�a querido hacer con
Haydecita: masturbarme en su cabello. Tampoco fue dif�cil hacer esto ya que su
cabellera es abundante y larga. Lo sedoso de su cabello y el momento hicieron
que acabara bastante r�pido. No me contuve y le acab� en el pelo. Pens� que dado
que ten�a el cabello tan largo no se dar�a cuenta al despertar. La limpi�
r�pidamente y aunque ten�a bastante tiempo antes de que despertara me dispuse a
vestirla y dejarla como estaba. As� que r�pidamente junt� su ropa y la trat� de
acomodar para empezar. En ese instante un deseo mas terrible a�n se apoder� de
m� y la acost� boca arriba, me desnud� y me posicion� sobre ella. Con mis dos
piernas abr� las de ellas y de la manera m�s sorprendente penetr� a mi hermanita
Hayde. Debo decir que fue emocionante penetrar esa vagina.
El hecho de que Haydecita no fuera virgen me libr� un poco
m�s de los sentimientos de culpa que ten�a. Empec� a moverme como loco, sab�a
que acabar�a r�pido debido a las ganas que le ten�a, aunque la masturbaci�n en
su cabello me dar�a un poco mas de tiempo. Decid� que la coger�a por detr�s. As�
que nuevamente la puse boca abajo y puse un par de almohadas en su pecho.
Acomod� su cabeza, la puse casi en cuatro patas, unt� en mi pene y en su ano
abundante crema, me puse tras de ella , separ� sus piernas y ayudado de mis
manos fui abriendo el camino. Gentilmente fui introduciendo mi verga dentro de
su ano, era bastante estrecho, pero termin� cediendo. Al entrar por completo,
Hayde dio como un brinco y gru�� algo, pero volvi� a quedar dormida. Una vez
pegado a ella por detr�s la tom� de los cabellos y empec� a moverme, me mov�
hasta que me corr� dentro de su culo. Al salir, una mezcla de semen
sanguinolento y heces adornaban mi pieza.
Ca� a su costado y le murmur� al o�do: "Hermanita, no sabes como he disfrutado
la tarde contigo". Acto seguido la vest� y limpi� y trate de dejar todo tal
cual. Me fui a la calle y llegu� en la noche.
Lo que pas� despu�s ser� motivo de otra entrega.
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Relato: Mi hermanita Hayde
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