Elsa y Juan � Parte V
El d�a siguiente se despertaron a las diez de la ma�ana. Elsa
llam� a Jane y le encarg� caf� con leche tostadas y fruta, nada de desayuno
ingl�s porque era tarde. Desayunaron y enseguida se fueron para la playa El
enorme toldo estaba ya instalado y hab�a una caja t�rmica con fruta fresca, agua
y refrescos varios. Tambi�n hab�a dos tumbonas comod�simas.
- Jane es muy eficiente. � Coment� Juan. � Y muy mona...
adem�s se le ve una chica culta. � A�adi� Elsa. Mientras tanto se desnudaron
completamente. - As� es. A lo mejor estudia y hace esto en verano para ganar
alg�n dinero. �Mami, nos damos un chapuz�n?
Ella lo cogi� de la mano y entraron en el agua. La arena era
muy blanca y el mar muy transparente. Se ve�an much�simos pececitos de varios
colores. � Juan, no puedo sentirme m�s amada por nadie c�mo por ti, como
continuamente me demuestras... sin embargo, cuando pienso en la diferencia de
edades y en el echo de ser tu madre me siento tan insegura... J�rame que si un
d�a dejas de quererme ser� la primera en saberlo. � la mir� a los ojos y se
qued� p�lido. - �Elsa, a que viene eso ahora? Todav�a no dimensionas la
grandiosidad de lo que siento por ti. El echo de ser tu hijo lo amplifica a�n
m�s. Nunca olvidar� los sacrificios que hiciste por m�... la forma c�mo me
acompa�aste todos estos a�os, la fuerza que me diste y sigues dando para
triunfar en los estudios.
T� para m� eres una diosa, una madre extraordinaria, una
amante insuperable, la mujer m�s linda que conozco con diferencia... no olvides
que tuve novias muy guapas y algunas tambi�n inteligentes, pero comparadas
contigo... pobrecillas. De echo no me duraban nada porque estaban ocupando un
lugar que te pertenece y nadie te lo puede quitar. Quiero vivir contigo,
disfrutar contigo, envejecer contigo y... puede que tambi�n... morirme
contigo... - �Qu� dices? Eres tonto. No vuelvas a decirme una burrada as�. �
Juan ten�a los ojos mojados. � Si, Elsa... nunca se sabe, pero lo normal es que
por ley de vida los padres se adelanten a los hijos en ese viaje. Me veo solito
con sesenta y tantos a�os... sin mi compa�era de toda la vida... solo siendo tu
hijo puedo decirlo as�. Es el �nico caso en que se pude decir "de toda la vida".
�Qu� har�a sin ti? La vida no tendr�a sentido... � Se abrazaron, esta vez sin
ninguna clase de sexo por medio. � Bueno, mi querido... no hablemos m�s de
dramas. Perdona mi debilidad, pero no puedo imaginarme sin tus dos formas de
amar. Perd�name.
Estuvieron toda la ma�ana en la playa, ba��ndose, sec�ndose
al sol, otras veces a la sombra del toldo...
A cierta altura Elsa se qued� dormida sobre la toalla. Juan
muy delicadamente la abri� de piernas. Segu�a dormida. Empez� a hacerle un
suav�simo y sensual�simo beso negro. Se puso bastante gel en los dedos y empez�
a penetrarla con el �ndice de la mano derecha. Sinti� el esf�nter muy relajado y
continu� la penetraci�n. Logr� meter dos dedos. Un poco de dificultad al
principio, pero todo bien. Elsa gem�a bajito... se hab�a despertado sin saber
bien si era un sue�o o la realidad. � Mi amor, hazme-lo ahora, creo que estoy
preparada. � La ayud� a ponerse a cuatro patitas. � Cari�o, si te duele me lo
dices y paro el movimiento sin sacarlo para fuera hasta que te relajes y deje de
hacerte da�o. Despu�s contin�o la penetraci�n. As� lo haremos hasta que est�
totalmente dentro. Si te duele mucho lo saco hasta el punto en que deje de
dolerte. Si a cierta altura no quieres continuar paramos hasta que tu digas.
Juan estaba muy excitado. Lo ten�a igual que una barra de hierro. Se puso
bastante gel y empez� a introduc�rselo muy despacio. � Qu� bueno mi amor... me
gusta... para un poquito ahora. No... no lo saques... no te muevas, yo hago el
movimiento y as� lo controlo mejor. � Juan hizo c�mo ella le dijo. Ya sent�a la
glande a empezar a forzar el esf�nter. � Ahhhh...ahora s� que me duele un
poco... ya me est� pasando... probemos un poquito m�s... ahhhh... ahhhh... todo
dentro... pero no te muevas que me est� doliendo un poco. � Juan estaba
contento, pensaba que iba a ser m�s dif�cil. Era delicioso. Qu� culito tan
apretado ten�a su querida mami. Elsa ya m�s relajada empez� a moverse para tras
y para delante. � La monjita ten�a raz�n, cari�o. Es delicioso... pero todav�a
est� un poco dolorido. No intentes controlarte, c�rrete ya si puedes, mi amor. �
Juan la inund� con sus calientes lechecitas de amor. � Es delicioso, querido. Es
c�mo un b�lsamo caliente, ya no me duele nada, pero creo que lo m�s prudente es
parar ahora.
Elsa estaba un poco preocupada. Hab�a sangrado un poquito. No
ten�a dolores pero le sal�a un peque�o hilo de sangre por el reci�n desvirgado
culito. Juan la tranquiliz�. � No te preocupes mama. En lo que le� dejaban claro
que habitualmente ocurre... deb� hab�rtelo dicho antes. No es ninguna
hemorragia. Ahora nos vamos a casa, te lavo muy bien y en los pr�ximos dos d�as
no te toco ah�... excepto con la lengua. Te gustar� y adem�s la saliva tiene
propiedades cicatrizantes.
Elsa se sent� en el bid�. Juan la lav� muy bien con una
mezcla de agua y un producto de higiene �ntima para mujeres. La sec� y la lev�
en brazos para la cama. La puso boca abajo y le introdujo con el dedo un poco de
crema para las hemorroides que se hab�a comprado antes de venir, no porque
padeciera de ese mal, sino porque la quer�a exclusivamente para ese fin. Ella
estaba muy bien y no ten�a ninguna molestia. � C�mo cuidas a tu mama, cari�o.
Eres un tesoro... y eres muy apreciado por mis amigas... una tarde me enfad�
mucho con Paloma. �Sabes qui�n es? � Juan hizo que s� con la cabeza. � Me dijo:
"Elsa, tienes un hijo que est� para com�rselo. Est� buen�simo, es guapo, es
inteligente... si yo tuviera una cosa as� a mano... ya me importar�a tres
pimientos que fuera mi hijo. Me lo com�a enterito". Le contest� muy mal: "�C�mo
puedes decirme una cosa as�! Eres una depravada, bien se ve que no tienes
hijos... seguro que tu marido te trae muy mal atendida. No vuelvas a decirme
otra chorrada semejante o me enfado en serio". � Juan se re�a a carcajadas. - �Y
eso cuando fue? � Har� ahora unas tres semanas... � Juan solt� otra carcajada. �
�Tres semanas? Pues ten�as que haberle dicho: "Vienes tarde, cari�o... hace
tiempo que no me lo estoy comiendo sino... devorando". � Fue su vez de re�rse. �
S�, claro. Le digo eso y no veas la que se arma. �Con estas hay que tener un
cuidado! Por mucho menos dejan la reputaci�n de qui�n pillen por los suelos. Me
qued� muy preocupada. Llegu� a pensar que a lo mejor desconfiaba de algo. Luego
las otras le echaron una bronca de mucho cuidado. Al final la pobre me dio pena.
Me pidi� perd�n, dijo que era una broma sin intenci�n de ofender... pero yo
ten�a que mantener el teatro... sobre todo porque era lo que estaba haciendo y
no quer�a que nadie lo sospechara.
Elsa estaba muy feliz. Hab�a podido ofrecer su virginidad a
su amor, le hab�a encantado y deseaba poder repetir la experiencia para
disfrutarla en pleno. Eran las doce. Puso el despertador para las 13:45. Se
abrazaron, Juan le dio suaves y tiernos besitos hasta que ella se qued� dormida.
Esta vez estaba besando a su madre, no a su amante y tuvo una extraordinaria
sensaci�n de paz. Enseguida se durmi� tambi�n.
Durante la comida, coment� con ella: - �Mama, te gust�
adormecer mientras te besaba, o ni te diste cuenta? Sabes... en este rato que
estuvimos en la cama solo he podido sentir que estaba con mi querid�sima madre,
recordando mi infancia. Fue maravilloso. Como ves no dejas de ser mi madre aqu�
bien dentro de mi coraz�n. � Ella sonre�a de felicidad. � Me alegro de que me lo
digas. No quer�a decirte nada no siendo que te quedaras triste, pero a m� me
pas� lo mismo... nada de morbo, nada de sexo... estaba con mi hijo que me besaba
con una ternura tan linda y tan sutil... Creo que empezamos a tener una
comunicaci�n total, casi telep�tica. Es cierto lo que me dijiste un d�a: "Es un
amor total". No deja de ser incesto... pero al ser libremente asumido por ambos,
al ser algo en que el sexo no es m�s que la materializaci�n de un amor total y
sincero, si realmente hay Dios... nos dar� su bendici�n. � Juan le cogi� la mano
entre las suyas y la bes�. � Te amo tanto, mama... no tengo ni palabras para
decirte lo que siento.
Por la tarde se fueron de paseo por la isla. Se cog�an de la
mano con los dedos entrelazados c�mo dos novios. Elsa se sent�a como una
jovencita enamorada. Juan, todo lo contrario. Se sent�a un hombre hecho y
derecho. Ambos intentaban sin darse cuenta estar a la altura del otro.
- Tienes que contarme m�s detalladamente tu caso con Mercedes
y sobre las ganas que tuviste de acostarte con ella. Lo veo muy normal, para m�
las relaciones l�sbicas son algo que veo totalmente normal, siempre que no sea
una actitud exclusiva... o sea la bisexualidad femenina es algo que yo veo
totalmente normal y bello. Me parece tan natural... � Elsa lo escuchaba
interesada. � En eso coincidimos. No s� si te voy a decepcionar, pero hay algo
que pensaba contarte en su momento... no quiero que ignores nada de mi pasado,
presente o futuro... pero no s� c�mo lo tomar�s... creo ha llegado el momento de
cont�rtelo. � Juan la miraba interesado. � Cu�ntame. Tambi�n te cont� que me
acost� con chicas cuando estaba enamorad�simo de ti. Sea lo que sea no me
parecer� mal. �Fue con Mercedes? � Ya te dije que no tuve nada con Mercedes,
excepto una sesi�n de besos y tambi�n me dej� acariciar los senos, pero sin
quitarme la ropa ni nada... y ah� acab� todo.
Se sentaron en el suelo aprovechando la sombra de una roca.
- Yo ten�a doce a�os reci�n cumplidos. Ya llevaba un par de
meses menstruando. Un d�a me fui con mi madre a casa de Elena, una amiga suya y
me qued� con su hija Eva en su habitaci�n. Ella ten�a entonces diecisiete y era
mi admiraci�n. Mi madre y Elena entraron en la habitaci�n, est�bamos nosotras
muy entretenidas mirando unos libros muy interesantes sobre reptiles que le
hab�an regalado a Eva. Nos dijeron que se iban al Corte Ingl�s y si quer�amos
ir... resulta que no quisimos acompa�arlas. "Vale ni�as, entonces quedaros aqu�
las dos. Tardaremos un poco. Eva, dale de merendar a Elsita. Hasta ahora". �
Juan no las conoc�a. � Pues no s� quien son. � Claro. Elena, que era viuda,
muri� en un accidente de coche cuando t� eras muy peque�o. En cuanto a Eva, se
cas� en Estados Unidos y vive en Santa B�rbara, California. Somos muy amigas,
pero hemos perdido el contacto. � Juan estaba deseando saber todos los detalles.
� Bueno... sigo. Yo empezaba a cambiar y ya se me notaban las mamitas. Eva a
cierta altura me las toc�... me qued� muy cortada pero los pezones se me
pusieron muy duros y me sent� muy nerviosa...
Elsa empez� a recordarlo y a cont�rselo con todos los
detalles...
- Mmmm... ya tienes mamitas, cari�o. Venga... no te pongas
colorada, es normal. � Es que me da mucha verg�enza. T� si que las tienes
grandes. - �Te gustan? � Bueno... no s�... creo que s�... las m�as son tan
min�sculas... � Venga... t�camelas. � Se quit� la blusa y el sujetador, me cogi�
la mano y me la puso sobre el pecho que era lind�simo. Ser�a un 34, con pezones
marr�n claro muy puntiagudos. Me qued� cortad�sima, sent� su pez�n a crecer y a
endurecer... est�bamos las dos excitad�simas. Sab�a que deb�a quitar la mano y
poner fin a todo eso pero algo muy interior me lo imped�a. Estaba c�mo
hipnotizada. � Ahora quiero ver las tuyas. � Empez� a desnudarme y a besarme en
la boca, me introdujo la lengua... yo le correspond� loca de excitaci�n. � No,
Eva... por favor. No puedo... � Ella no me hizo caso y me desnud� el pecho,
siempre bes�ndome. Ni intent� resistirle. Mis pezones estaban a punto de
explotar y mi vagina mojad�sima.
Eva entonces empez� a chuparme los pezones, uno y otro
alternadamente. Me acariciaba un pecho con una mano y con la otra cog�a la m�a
para que le acariciara los suyos. � Yo estaba en un total descontrole y
dispuesta a todo lo que a ella se le antojara. � Ch�pame los m�os Elsita... por
favor, cari�o. � Yo se lo hice mientras ella se acariciaba por dentro de las
braguitas y la verdad es que me encant�, tengo que confesarlo. Eva tuvo a cierta
altura una reacci�n rar�sima, como si tuviese espasmos por todo el cuerpo y
gem�a. Me asust� porque no ten�a ni idea de lo que era un orgasmo.� �Elsa, ya te
masturbas? � La mir� extra�ada. � Ya o� hablar de eso pero no s� bien lo que es,
Eva. � Le dec�a la verdad. Se ech� a re�r. � �Mira cari�o, nunca sentiste as�
una cosa rara y agradable ah� abajo en el chochito? � Y puso la mano en mi
entrepierna. � Si, a veces con ciertas escenas en las pel�culas, pero nunca tan
fuerte c�mo ahora... � No te imaginas la cara de felicidad que puso. - �Esta es
mi ni�a! Mira, te voy a ense�ar c�mo quitarte ese agobio y a quedar
relajad�sima. Ver�s lo bueno que es. � Empez� a desnudarse... � Qu�tate todo,
cari�o. � Yo quer�a hacerlo pero estaba asustada. - �Y si vienen nuestras
madres? Mira Eva, es mejor dejarlo... � Me tranquiliz�. � No vienen antes de
unas dos horas c�mo m�nimo. En caso de que vinieran te pasar�as al ba�o y ni
desconfiar�an de nada. Tranquila, cari�o. �Me prometes que ser� nuestro secreto?
� Claro que te lo prometo, si mi madre lo supiera me morir�a de verg�enza. -
�Pero... te est� gustando, o no? - �Mucho! Pero... dime la verdad... �No es malo
lo que estamos haciendo? � Me mir� con una expresi�n muy cari�osa y me bes� los
labios... yo me derret�a de pasi�n y morbo. - �Qu� va! Estamos las dos a gusto,
nadie est� forzando a nadie... disfrutamos de nuestra intimidad y del placer de
nuestros cuerpos, encima no hay riesgo de embarazos ni enfermedades... es un
tema nuestro y por eso es nuestro secreto. La gente es muy hip�crita... quieren,
les encanta... pero no quieren que se sepa.
A lo mejor nuestras madres hacen lo mismo, vete t� a saber...
� Me qued� alucinada. - �Tu crees? � No tengo ni idea, pero si lo hacen, nadie
se entera y est�n a gusto... problema de ellas. �Qu� lo disfruten! � El
planteamiento me parec�a correcto. Me hab�a convencido. Mi curiosidad de hembra
incipiente fue m�s fuerte que el sentido com�n y me quit� toda la ropa. �
Mmmm... qu� chochito tan lindo tienes y qu� rubita eres ah� tambi�n. Mira,
Elsita... haz lo mismo que yo... as�... �brete el co�ito con tus deditos,
cari�o... Eso es... observa el m�o... estos son los peque�os labios, esto es el
cl�toris... nunca lo acaricies con los dedos secos. � Lo ten�a muy grande, gordo
y se sal�a del capuch�n c�mo un cent�metro y medio. Era c�mo una bellota
peque�ita. Yo estaba fascinada y con ganas de toc�rselo. Su vello era negro, no
muy espeso, muy bonito tambi�n. Es que ella ten�a la piel muy blanca y el pelo
negro. � Aqu� un poco m�s abajo... mira... es la salida de la uretra. Es por
aqu� qu� hacemos pis. Tambi�n es una zona muy placentera, pero hay que
acariciarla con cuidado para no irritarla. Hay que tener el dedo muy mojado, o
bien con nuestros propios jugos, o con saliva, o con un lubricante. Nada de
vaselina, que es cancer�gena... lo mejor es usar aceite para bebe o leche
hidratante tambi�n para bebe... en caso de sentir alg�n escozor, ni tocarlo.
Espera un momento. � Fue al ba�o y trajo dos toallitas peque�as. Se puso una en
la cama y se sent� encima.
Me dio la otra. � Haz lo mismo... estamos las dos mojad�simas
y no quiero que quede ning�n olor en la cama para que mi madre no se entere de
nuestras maniobras. - Pas� dos dedos por su sexo y los lami�. Volvi� a hacerlo y
me los introdujo en mi boca. Yo no sab�a c�mo reaccionar y se los chup�. No me
dio ning�n asco... y me gust� mucho. - Ahora hazte caricias, cielo... as� como
hago yo... d�jame chuparte los deditos, coraz�n... mmmm... qu� sabrosa eres...
dame m�s... Sigue acarici�ndote... �Qu� tal? � Yo estaba haciendo mi primera
pajita, pero quiz� por los nervios no me estaba dando mucho placer. � Bueno, no
s�... creo que no lo hago muy bien... � entonces se levant�... � D�jame
ayudarte, cari�o... rel�jate. Mira... Acu�state aqu� en mi cama. � Me sent� con
las piernas fuera de la cama de las rodillas para bajo, me recost� y me puso su
almohada bajo la cabeza. Yo estaba muy c�moda. Te quiero muy relajadita, mi
amor... cierra los ojitos y disfruta. � Mmmm... qu� mojadita est�s... ni hace
falta ponerte aceite. � empez� a acariciarme con las yemas de los dedos. Con la
otra mano me daba suav�simos pellizcos en los pezones, mientras me lam�a junto
al ombligo. Era una experta. A los pocos minutos tuve el primer orgasmo de mi
vida. Fue delicioso. Ella me dijo que continuara tumbada, que lo mejor estaba
por venir. Obedec�... empez� entonces a acariciarme el sexo con la lengua,
apret�ndome el cl�toris con los labios... Me beb�a todos mis abundantes jugos.
Yo chorreaba por todos los lados. Mojaba los dedos en mi co�ito y me los pon�a
en la boca. Me encantaba chup�rselos. � Ahhh... Mi amor, eres tan deliciosa...
te trago toda. Dime si te gusta... � Yo no pod�a hablar. Estaba gozando mi
segundo orgasmo. Pens� que me mor�a de placer... � Siiiii... Eva. Siiii...
Sigue, no pares ahora... � Y tuve una sucesi�n de espasmos menos intensos que el
primero, pero extraordinarios.
Juan, estaba extasiado con la narraci�n. Casi pod�a verlas,
tal era el realismo con que su madre lo describ�a. � Elsa... tengo que comerte
el co�ito ahora... quiero follarte toda... quiero inundarte con mi leche... �
Nunca hab�a empleado un lenguaje tan crudo. Hicieron el amor en la playa y
tuvieron ambos unos orgasmos violentos... apasionados... con un morbo incre�ble.
� Elsa estaba cansada y consolada. - �No te quedaste chocado? - �Me qued�
extasiado! Emanas morbo y sensualidad por todos los poros... C�mo me gustar�a
tener una m�quina del tiempo e ir a veros... tuvo que ser alucinante... todo un
festival de morbo y lubricidad. Me encant�... adem�s adoro a las lesbianas. Una
mujer que no sea bisexual no es una mujer completa. Hay algo que un hombre nunca
te puede dar... toda la sutileza de una relaci�n l�sbica es algo de maravilloso.
� Elsa lo miraba at�nita. - �Ser�as capaz de compartirme con una mujer? � Juan
la mir�... sin saber bien lo que contestar, no siendo que lo mal interpretara. �
Creo que todo lo que hagamos de com�n acuerdo est� bien... no querr�a tener a
nadie interfiriendo con nuestras vidas, pero... echarle un poquito de sal y
pimienta alguna vez que otra... no dir�a que no. �Est�s chocada? � No, mi amor.
S� que est�s con miedo de herirme o de que piense mal, pero tranquil�zate...
pienso igual que t�. Puede que alg�n d�a cometamos alg�n pecadillo con mucha sal
y mucha pimienta... uno m�s... de todas formas el infierno ya lo tenemos
ganado... �Me dejar�as que te hiciera alguna sorpresita? � A Juan le saltaban
los ojos de las �rbitas... � Todo lo que quieras menos introducir a alg�n hombre
en nuestra relaci�n... adelante, mami. � Elsa sonre�a.
Todos los hombres eran iguales... nada de admitir a otro
gallo en su jaula. Su mirada era enigm�tica y p�cara. � Tranquilo, cari�o. Otro
hombre en mi vida es algo que nunca se me ocurrir�a. �Lo dejas a mi criterio o
quieres prepararlo conmigo? � Te lo dejo a ti. Solo una pregunta: �no piensas
hacerlo con Mercedes, verdad? � Elsa puso una cara de p�nico. - �Ni hablar! Ese
grupo, sin ninguna excepci�n, tiene que seguir pensando que soy una fr�gida
cr�nica, totalmente asexuada. Nada de chicas de nuestro entorno. - Bueno...
sigue cont�ndome lo de Eva. � Ella se ri�. � Te lo contar� otro d�a. Ahora
continuemos el paseo. El morbo del desconocido y la expectativa son
afrodis�acos...
... Sigue...