Su figura era digna de mirar, alta bien formada, labios
carnosos, cintura sensual una edad indefinida en sus ojos brillantes que
encandilaban todas las miradas que sobre ella se posaban, tomando el t� en ese
mismo bar donde se la ve�a con su pareja, marcaban un aura de que posada sobre
ella sin lugar a dudas nos dec�a que era una mujer especial.
Ese joven la acompa�aba desde hace dos meses justo cuando se
cumpli� el primer aniversario de la muerte de su marido, mi trabajo de camarera,
teniendo juventud y un buen cuerpo me permiti� dejarlo acercar, en verdad acepte
su invitaci�n para interiorizarme de la vida de esa reina, que desde a�os antes
de que yo trabajara iba al sal�n junto al r�o.
Acepte la invitaci�n de sexo, puesto me encanta practicarlo
con cualquiera y en verdad este chico es agradable, el departamento al que me
llevo no era nada especial, el manejo de los tiempos por ambas partes nos dejo
satisfechos, al preguntarle por la dama, lo sent� molesto pero igual accedi� a
contarme, en definitiva era su t�a y lo alimentaba dando el dinero y la vivienda
cerca de su casa, acepte una invitaci�n para conocerla en su casa, dado que
ambos �ramos amantes circunstanciales, mi propia postura me desconcert�,
pens�ndolo, era mi intriga sobre ella la que me tenia ah�.
Al llegar a ese piso me di cuenta que esta mujer ten�a dinero
en serio, Carlos su sobrino me presento como su amiga, me llamo la atenci�n que
nos dejara solas, una charla amena fue reemplazada por la de sexo, primero
heterosexual y luego de todo tipo, al ver su mirada puesta en mi cuerpo, me
imagine desnuda junto a ella, su invitaci�n al dormitorio parec�a una
transcripci�n de un gui�n ya le�do y vivido por mi, fue ella qui�n me desnudo
suavemente y lam�a mi piel, ambas desnudas sobre la cama nos sent�amos atra�das
fue en ese instante que me di cuenta que me gustaba estar con ella, un
consolador con dos falos apareci� en su mano fue ella qui�n se lo introdujo
dejando la otra manija a la cual sub� con una naturalidad impensada horas antes,
un acompa�amiento suave y firme me puso en �xtasis, al acabar nos refregamos y
bes�bamos los senos con la fluidez propia de amantes , el ingreso del sobrino
nos hizo unir en mamar su verja en conjunto, ambas chupamos esa barra uni�ndonos
en la punta y bes�ndonos degustando los l�quidos preseminales, ver su cara de
felicidad cuando le entraba por el ano yo le chupaba su cl�toris y ella
acariciaba y lam�a mi cuerpo, fue el inicio de varias veces hemos repetido los
juegos con la t�a y el sobrino, adquiriendo un bisexualidad para pintar
cualquier historia como lesbiana o en org�a .
Los 69 que hacemos con la t�a son espectaculares, los juegos
con distintos aparatos nos llevan al paroxismo , no extra�amos a Carlos, pero
cuando el se presenta lo dejamos exhausto con su semen en nuestras cuevas, hoy
hace tres meses que vivo con ella ahora somos tres en la mesa tomando el t� , su
aura permanece inalterable y es un gusto pertenecer a ella, tiene 46 a�os
mientras su sobrino y yo 26, estamos charlando de arte espa�ol, mientras
recordamos al pasar que anoche, mientras Carlos le hac�a el felacio con su
enorme lengua , lo mamaba a �l hasta sacarla toda esa leche que trague con las
ganas de propias de una mamadora que mis labios y lengua recibieron con fruici�n
.
Las sonrisas de nuestras bocas enmarcaban la felicidad de los
juegos que en tr�o invent�bamos, todos los d�as nos compenetramos en hacer
figuras distintas , la que m�s me gusta es la que coron� mi primer noche, donde
penetrada vaginalmente bajo mis cachas mamaba hasta llenar mi cara de los flujos
de mi reina.
Mientras a Carlos lo enloquec�a ser mamado por las dos y que
chuparan la leche sabore�ndola con nuestras lenguas.
Nuestra reina como llamamos a la t�a, le encanta jugar con el
consolador doble mientras mamamos de a dos el falo de Carlos.
Si alguna vez tienen ganas de jugar de a tres recuerden
nuestras experiencias. A nosotros nos satisface este tr�o haci�ndonos felices.