Relato: Mi primera vez Tuve que vivir en una pensi�n para terminar mi a�o escolar, lejos de mi familia que se hab�a trasladado a la capital. Fueron solo seis meses. La estancia era grata, estudiaba yo mi pen�ltimo a�o de ense�anza media antes de la universidad. Los d�as eran muy similares, me levantaba temprano, iba a clases, volv�a a almorzar y en las tardes estudiaba en mi habitaci�n, a veces hac�a deportes, etc.
Una tarde me qued� estudiando en mi habitaci�n, era d�a de mucho calor, as� que llevaba puesto solo calzoncillos. En eso golpe� mi puerta un joven que se encargaba del aseo en las habitaciones. Me cont� que estaba aburrido, cansado y trasnochado por la juerga de la noche anterior. El chico tendr�a unos veintid�s a�os, era delgado, bien blanco, estatura mediana, pelo casta�o, era bien parecido, estatura similar a la m�a. Hab�amos hecho amistad cuando nos encontr�bamos en el d�a a d�a, me ca�a bien, era simp�tico.
Acced� a que descansara en mi habitaci�n, se recost� en la otra cama, como hac�a mucho calor procedi� a quitarse la ropa y quedar igual que yo solo en calzoncillos. Se tendi� sobre la cama. Sin insinuaciones ni nada. Al rato est�bamos durmiendo. Igual lo miraba de reojo. Le mir� el paquete que formaba su pene bajo el calzoncillo, lo mismo hac�a cuando me duchaba con compa�eros en el colegio luego del deporte, aunque no manifest� inclinaci�n les miraba sus penes y los comparaba con el m�o. Incluso hab�a un compa�ero en especial que se jactaba de su tama�o y me hac�a bromas mostr�ndomelo, lo ve�a largo y fl�cido como colgaba, m�s grande que el m�o. Nos re�amos.
Al cabo de una hora de dormir despertamos, el chico se sent� en la cama, experimentaba una erecci�n, not� que le hab�a sorprendido, me cont� que era normal en �l despertar as�, erecto y duro. Me pregunt� si a m� me pasaba lo mismo, a lo que respond� que a veces despertaba muy duro tambi�n. Yo siempre fui muy sexual en mi vida, desde peque�o que soy caliente, viv�a pensando en el sexo, mirando las piernas de mis compa�eras, sus tetas, sus caderas, sus culos, le�a revistas pornogr�ficas, imaginaba situaciones, invitaciones, seducciones, etc. Me llamaba mucho la atenci�n el sexo oral en las revistas, ver esos grandes penes recorridos por lenguas h�medas, me excitaban de gran manera, sent�a muchas ganas de tener sexo.
Con mi amigo nos entramamos en una conversaci�n muy caliente acerca de nuestras experiencias y fantas�as sexuales, nos re�amos, hasta que sent� mucha calentura y comenc� con una erecci�n. El se dio cuenta de inmediato y nos seguimos riendo. El era flaco, buen cuerpo, similar al m�o. No sent�a atracci�n sexual hacia �l como hombre, pero me calentaba una relaci�n sexual, a hacer cosas sexuales escondidas, el morbo me excitaba. Not� que ambos ten�amos ganas de sexo, eso era evidente. No s� si por estrategia o no pero me manifest� gran curiosidad acerca de comparar el tama�o de nuestros penes as� que decidimos sacarnos los calzoncillos y medirlos uno contra otro. Nos paramos y pusimos en paralelo ambos penes, nos rozamos m�s de una vez, ah� sent� deseos de algo mas, al tocarlo con el m�o su piel me calent� m�s, pero me daba verg�enza.
El m�o mide unos 14 cm. es rosado y con vello delgado no abundante. Actualmente trato de mantenerlo con poca vellosidad, lo recorto seguido. Su pene era un poco m�s largo, de igual grosor, rosado tambi�n, tambi�n con poca vellosidad, bien blanco. A esas alturas me sent�a realmente muy caliente, sab�a que no era normal lo que hac�amos, pero me gustaba el juego. Luego de comparar los tama�os donde �l me gan� me defend� con que el m�o era m�s duro que el suyo, por lo que decidimos comprobarlo y nos tocamos mutuamente, apret�ndolos con las manos.
Puse mi mano en el suyo y lo sostuve un rato, luego con las dos manos, estaba con mucha temperatura, se notaba caliente. El me tom� el m�o y lo apretaba tambi�n, lo sent�a muy rico. En ese instante ya sab�amos que hab�amos traspasado la l�nea, por lo que preferimos evitar hablar fuerte. Su pene era hermoso, no dejaba de mirarlo, yo sab�a que eso era contrario a la educaci�n sexual recibida en mi familia tradicionalista, sin embargo cada vez me entusiasmaba m�s la situaci�n, adem�s que tampoco hab�a tenido relaciones con mujeres a esa edad. Su car�cter era muy tranquilo, para nada agresivo, muy t�mido, lo que me tranquilizaba.
Comenzamos una leve masturbaci�n, luego me propuso que uno pajeara al otro y despu�s vici versa, se lo tom� y not� lo caliente y duro que lo ten�a, su piel era suave. As� nos entretuvimos un rato hasta que por tanta calentura me propuso que hici�ramos lo mismo pero con el pene entre las nalgas, acostados encima un rato cada uno. A esas alturas ya no aguantaba m�s y encontr� buena la idea. Yo desconfiado le dije que �l se pusiera debajo m�o inicialmente, luego le tocar�a su turno. Accedi� y yo puse mi pene entre sus nalgas lo que increment� m�s mi calentura. Me dieron ganas de penetrarlo, pero me contuve.
Yo gozaba tremendo. Fueron algunos minutos, no tantos. Luego fue su turno, se subi� sobre m�, sent� su pene mis nalgas, muy duro, me estrechaba hacia �l, me apretaba fuerte, yo igual temblaba por la situaci�n, me daba mucho susto, sin embargo me dej� llevar y lo goc� sin discreci�n. Sentirlo sobre m� erizaba mi piel. Su tiempo fue mayor, no quise interrumpir el goce, el me punteaba, tambi�n yo mov�a mi cola bajo �l, sab�a que le gustaba, por lo mismo lo hac�a cadenciosamente. Me punteaba despacito como tratando de meterlo, a veces empujaba con su punta en mi culo, pero luego resbalaba hacia arrida. El canal de mi culo transpiraba.
No satisfecho me propuso probar dentro, lo que me asust� de veras, acced� siempre y cuando ambos prob�ramos lo mismo. El acept� y por sorteo era yo quien lo recibir�a primero. A esas alturas y por la calentura quer�a probarlo, sentirlo dentro de m�. Mi est�mago se llenaba de adrenalina por lo que pronto hab�a de ocurrir. Me puse de guata y �l se arrodill� detr�s. Me pas� su lengua en mi culo, exquisita, hac�a retorcerme, me enloquec�a. Escupi� varias veces, echando abundante saliva. Me pas� sus dedos por mi culo varias veces, los que al ingresarlos pod�a sentir toda su suavidad dentro m�o. Hasta que toc� el momento de enfrentar su pene.
El ingreso cost� en un principio por lo que tuvo que disponer de m�s saliva y paciencia, luego poco a poco logr� entrar, primero la cabeza, luego hasta la mitad, al final todo entero. Pude sentirlo dentro m�o, muy rica sensaci�n, al principio algo de dolor que se fue de a poco transformando en placer. No puedo dejar de pensar que de veras fue una sensaci�n extra�a al inicio, pero luego me fue gustando, cada vez m�s, comprend� cu�nto placer se sent�a. Le ped� que no se moviera por un rato, pues me dol�a y quer�a disfrutarlo. No quer�a que se saliera, su abdomen pegado a mi espalda me aseguraba que lo ten�a dentro. Es extra�o, tan caliente que yo estaba sin embargo teniendo su pene dentro m�o mi erecci�n cedi� y dej� fl�cido mi pene, igual me sent�a tanto o m�s caliente que antes. �Ser� que aflor� mi parte femenina en ese momento?
Me mov� suavemente tratando que llegara de a poco a su orgasmo, me sent�a tan bien, tan deseado. Lo sent�a exquisito dentro m�o, lo disfrut� a concho, sent�a sus huevos golpear mis nalgas, sus manos me apretaban mi abdomen hacia �l, su respiraci�n en mi nuca, siempre jadeante, urgente, �l gem�a, yo me retorc�a. Sus manos tocaban mis piernas, mi espalda, mis nalgas, me besaba el cuello, su lengua me mojaba entero. Se puso a bombear m�s ligero, pero al mismo tiempo fue s�per delicado, ya no hubo movimientos bruscos, dur� as� bastante rato, unos minutos hasta que pasados unos espasmos eyacul� dentro m�o, pude sentir su leche caliente que me invad�a entero. Me dio un fuerte y largo apret�n, se retorci� y fue solt�ndome de a poco. Su respiraci�n bajo. Se qued� inm�vil un buen rato, su pene dentro de m� se fue achicando, mi culo le pertenec�a. Me sent� tan deseado sabiendo que lograba darle gran placer. Me sent� de veras muy bien en sus brazos. Sus manos siempre estuvieron abraz�ndome, tocando mi cuerpo, mis nalgas, me sent�a muy bien cerca suyo. Unos �ltimos tiritones y se baj� de mi, sali� de a poco, su pene era peque�o ahora, dentro m�o dej� su leche. Me avergonc� un poco, no quer�a ver su cara, pero luego lo mir� y nos re�mos con complicidad, vi su cara de satisfacci�n. Descansamos un rato, me dol�a un poco el culo, pero nos re�mos sin decirnos nada. Se recost� en la otra cama. Descansamos.
Pasado un rato me par� de la cama y manose� mi pene, indic�ndole que era mi turno. Se puso de guata esperando mi penetraci�n. Al ver sus nalgas tuve una r�pida erecci�n y con harta saliva puse mi lengua en su culo, la met� de a poco. Con harto cuidado tambi�n le ech� abundante saliva. Luego con mis dedos prepar� su culo. Sus piernas estaban abiertas, yo arrodillados detr�s enfoqu� mi pene y comenc� a meterlo. Primero la cabeza, luego de a poco el resto, hasta quedar completamente dentro. Estaba estrecho. Se sent�a muy rico, tomaba sus caderas y le paraba su cola, gem�, goc�, me acalor�, se lo sacaba hasta la punta y volv�a a meterlo. Todo tan rico igual que cuando estaba tras m�o y me penetraba. As� segu� hasta que no me aguant� y eyacul� en su interior. Qued� un rato tumbado en su espalda hasta que perd� la erecci�n. Luego nos separamos y cada uno descans� en su cama. As� fue esa tarde, luego nos vestimos y se fue. Nos despedimos como amigos, nos gui�amos un ojo y prometimos vernos nuevamente m�s adelante. Si les ha gustado pueden escribirme a y contarme algunas historias de ustedes o que les gusta del sexo. Me encanta conversar de sexo. Esta fue mi primera vez, luego les cuento qu� pas� m�s adelante.
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Relato: Mi primera vez
Leida: 20219veces
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