Estaba harta, completamente harta de enviarle se�ales a mi
marido para que se diera cuenta de que necesitaba sexo, hasta que decid� que ya
que �l parec�a feliz sin sexo, me buscar�a mis fuentes de placer en otro lugar
que no fuera mi casa. En el fondo, �l mismo dec�a siempre que si en casa no
encuentras lo que buscas, mejor buscarlo fuera. Pues bien, as� lo hice.
Puse un anuncio en uno de esos peri�dicos de contactos. Algo
discretito y tajante tipo "casada insatisfecha busca hombre dulce pero
apasionado para saciar su apetito".As� conoc� a Ernesto. Empezamos una
conversaci�n telef�nica que fue subiendo de tono cada vez m�s, hasta que me
convenci� para quedar al d�a siguiente.
No contaba con los nervios, que desde que colgu� me com�an
viva, acompa�ados de una creciente excitaci�n que me llevaron a masturbarme como
una loca esa noche, aprovechando que mi marido llegaba tarde.
Al d�a siguiente esper� que �l se fuera, y me vest� con ropa
formal pero sensual: falda negra hasta la rodilla, que marcaba mi culo e incluso
dejaba adivinar el liguero que llevaba debajo, una camisa blanca, sin sost�n,
a�n sabiendo que mis grandes pechos iban a su antojo, zapatos de tac�n y sin
braguitas. Accesible totalmente
Hab�amos quedado para tomar un caf�, era una excusa para
comprobar si nos gust�bamos. Y si, al verme ya not� como tragaba saliva, era un
hombre alto, moreno y de aspecto algo hippie, pero se ve�a limpio y con esa
mirada de deseo que siempre me ha gustado en un hombre, mezcla de admiraci�n y
ganas de follar.Nos sentamos tan cerca que pod�a sentir el calor de su pierna en
la m�a, y creo que �l ve�a perfectamente mis pezones rozando la camisa
acompa�ando mi respiraci�n.
Sin darme tiempo a reaccionar, su mano se col� entre mis
muslos, aprovechando que la mesa estaba tapada por un mantel que nos proteg�a
bastante de miradas indiscretas. Para no ser menos, una de mis manos se fue
directa a comprobar si su entrepierna era de mi agrado. Estaba bien dotado, pero
yo quer�a m�s que un magreo de estudiantes en un bar.
Salimos andando, con cara de circunstancias y una calentura
incre�ble, hacia el hotel m�s cercano. Ni recuerdo quien pidi� la habitaci�n,
solo s� que de golpe me encontr� en un ascensor, subiendo al piso 10 y
aprovechando el trayecto para saborear un morreo tremendamente experto de mi
nuevo amigo, mientras sus manos me apretaban contra �l para que notara su dura
polla.
No s� como llegamos vestidos a la habitaci�n, pero justo al
cerrar la puerta me empuj� contra la pared, me subi� la falda hasta la cintura ,
levant� una de mis piernas para abrirme el co�o y sin mediar ni un beso se sac�
la polla del pantal�n y me la clav� de un solo golpe certero. No era lo que yo
esperaba, pero ya era tarde, me estaba follando como un loco mientras de su boca
escapaban frases y gemidos
"joder, nena, tu co�o es dulce y voy a taladrarlo hasta que
me corra, aaaahhhhhh" y se corri�.
Me separ� de �l bruscamente, y sal� pitando hacia el ba�o
para llorar y lavarme. �Que decepci�n! dej� escapar unos cuantos lagrimones, me
limpi� el semen que resbalaba por mis piernas y volv� a salir, para encontrarme
con un hombre totalmente distinto, en su mirada hab�a un arrepentimiento
profundo.
No dej� que me fuera, y cuando insist� me arrastr� hasta la
cama, cogi� su cintur�n y me at� las dos manos al cabecero. Entonces s� me
asust� de verdad, aunque siempre hab�a tenido fantas�as de violaci�n, eso era
demasiado real.
"Esc�chame, preciosa, ahora voy a hacer que me perdones mi
falta de educaci�n, solo te he atado para que me des la oportunidad de
demostrarte que puedo hacerte gozar como nadie". �Menudo gilipollas! Mi
calentura casi se hab�a esfumado, y estaba cabreada, pero no pod�a hacer nada.
Y tampoco me resist�, la verdad, el da�o ya estaba hecho.
Empez� a pasar su lengua suavemente por mi cuello, mientras me desabrochaba la
camisa. Nunca me hab�an chupado los pechos como lo hizo �l, con una mezcla de
dulzura y salvajismo que me puso los pezones como piedras. Mientras, sus manos
bajaban por mi cintura para desabrochar la falda que acab� en el suelo.
Esa lengua era una maravilla, me abri� completamente de
piernas, puso una almohada debajo de mi culo y se dedic� a darme leng�etazas
largos y lentos una y otra vez, esquivando mi cl�toris hasta que me volv� loca
"aaaaaaahhh, por favor, no pares, chupame toda, por favor,
sigue, har�s que me corra en tu boca, cabron!"
Con los labios cogi� mi cl�toris, y aprovech� para meterme
dos dedos en el co�o mojado a m�s no poder, y el pulgar de esa misma mano en el
agujero cerrado de mi culo. Entonces s� me volv� totalmente loca, me corr�a sin
poder dominarme, y mi cuerpo se mov�a para clavarme esos dedos profundamente,
mientras el se beb�a todos mis orgasmos como un sediento en el desierto.
Levant� su cabeza, me mir� largamente, y v� que su polla
estaba enorme. Entonces me desat�
"quieres marcharte?"
"por supuesto que no, quiero que me folles hasta que se me
pase todo el hambre que tengo acumulada"
Me puse a cuatro patas sobre la cama, ofreci�ndole mi co�o
totalmente abierto, y esta vez me la meti� suavemente, pero no par� hasta que
sus huevos tocaron mi cuerpo. Y se mov�a largamente, sacando casi toda la polla
y volvi�ndola a meter, as� estuvo m�s de diez minutos, mientras su mano me
tocaba el cl�toris y yo volv�a a correrme.
"follame, follame mas, haz que grite. C�rrete como si fuera
tu puta, ll�name de leche!"
Pero no quer�a terminar en mi co�o. Me dej� sola sobre la
cama, y se sent� en un sill�n, haci�ndome gestos para que fuera all�. Su polla
era un poema, dura como una piedra, mojada de mis jugos, con una cabeza grande,
como a mi me gustan. Me arrodill� frente a �l, haciendo el gesto para
chup�rsela, pero no me dej�
"quiero tu culo, quiero que te sientes aqu�, enterrarme hasta
el fondo"
Nunca me hab�an follado por el culo, pero estaba excitada, y
ese hombre follaba de maravilla. Meti� una mano en mi co�o y aprovech� la
humedad para introducir un dedo en mi culo, mientras con la otra mano castigaba
mi rojo cl�toris. Al primer dedo sigui� otro, y despu�s un tercero, mientras yo
no resist�a la tentaci�n y le chupaba la roja cabeza de su polla, sin que el me
permitiera trag�rmela entera. No quer�a correrse en otra parte que no fuera mi
virgen culo.
Me hizo sentar sobre el, poner los pies sobre los brazos del
sill�n, y cogi�ndome por el culo me levant� un poco, dirigiendo su tensa polla
justo hasta apoyar la entrada de mi esf�nter sobre ella.
"por favor, cuidado, por favor, me va a doler, es demasiado
grande...aaaaaaaaahhhh"
Solo meti� la punta, esa gorda cabezota roja, y era un
suplicio. Yo intentaba levantarme, pero no pod�a.
Ernesto, con paciencia, se qued� en esa postura hasta que mi
culo se acostumbr�, ya hab�a pasado casi lo peor, y poco a poco fue solt�ndome
para que se me clavara su tieso aparato aprovechando mi propio peso
"diosssssss.... basta, me estas partiendooooooo....
noooo......" me dol�a, me dol�a mucho, pero poco a poco entr� toda, incre�ble,
hasta que me qued� totalmente sentada sobre el. Mi culo me ard�a, pero la
sensaci�n de tener ese palo r�gido y caliente dentro de m� me excit�. Nos
quedamos quietos, para que me acostumbrara a la sensaci�n, y empez� a
masturbarme con una mano, hasta que yo misma necesit� moverme
"ooooohhh, cielooooo, siiiii, me gusta tu polla, te gusta
follar mi culo, �verdad?" le repet�a mil cosas con voz cachonda mientras sub�a y
bajaba sobre su polla, hasta que me corr� como una fiera, creo que fue el
orgasmo m�s fuerte que he sentido en mi vida, y �l no pudo soportarlo
"putaaaaaaaa, siiiiiii, me estoy corriendo en tu culoooo,
agggggggh, toma mi leche, toma, tomaaaaaaaa"
Nos quedamos desmadejados en el sill�n, y me bes� dulcemente
el cuello, la espalda, acarici�ndome con gestos agradecidos, mientras yo pensaba
que ser�a capaz de dejar a mi marido por un amante as�.
Pero no hizo falta, aunque eso es otra historia, que ya os
contar� otro d�a.