Relato: Las hago gozar Experto en orgasmos de chicas
(Con Claudia, su prima y amigas I)
La primera vez que logr� provocarle a una chica cinco orgasmos chup�ndole su conchita, cl�toris, tetas y cuerpo completo ocurri� por casualidad. Ten�a 21 a�os, era universitario y la favorecida fue una pendeja de 17 a�os que me levant� en un baile. Desde aquel momento me fui convirtiendo en un experto en sexo oral a mujeres.
Hasta ese momento mi experiencia sexual con chicas hab�a sido muy escasa. La primera vez fue cuando ten�a 19 a�os, con una puta, una mujer de 35 a�os, rubia te�ida, culona, quien se compadeci� de mi ignorancia y me ense�o lo b�sico durante una hora y media. A los 20 a�os cog� tres veces, pagando. Eso significaba que el sexo que conoc�a bien eran las casi diarias pajas que me daba de noche recordando los labios, piernas, pechos, culos de las hermosas potras de la universidad. Con esas pajas aprend� lo rico que era �la previa�, antes largar la leche; me refiero a cuando comienza a salir el l�quido preseminal y se moja el glande.
Una noche de esas, con dos revistas pornogr�ficas en la cama donde estaba desnudo, con la pija palpitante, me anim� a probar mis juguitos: calentito, saladito, riqu�simo� Desde ese momento me pajeaba imaginando que probaba las tetas y las conchitas y muslos de alguna de esas pendejas que ve�a tan provocativas, sabi�ndose inalcanzables.
Con una pendeja y sin pagar
La casualidad mencionada ocurri� una noche de viernes de abril. Hab�a un baile universitario. El sal�n estaba repleto, y, lo mejor, era que a diferencia de un boliche, hab�a m�s chicas que varones.
Sandra, una compa�era media fe�cha se me acerc� y me pregunt� por que no bailaba. Le contest� que todav�a no hab�a entrado �en ritmo�.
- Bueno, entonces �cuando entr�s en ritmo�, buscame, estoy con mi prima, que no es de la universidad y no conoce a nadie.
- �D�nde vas a estar? � le requer� interesado en su prima.
- Al costado derecho de la entrada � me respondi� coquetamente.
Dej� pasar 10 minutos y me acerqu� adonde estaba la compa�era y su familiar. Resumiendo, me fui a bailar con la prima, Claudia, de 17 a�os.
Era una pendeja morocha, alta (1.70), carita linda, pelo negro largo, boquita seductora, labios finos y armoniosos, dentadura blanqu�sima, cuello largo, hombros estrechos y delicados, piel suave, tetas grandes seg�n se insinuaban en su vestido color lila, con escote profundo, sin corpi�o, cintura fina, colita firme, piernas largas, que advert� duras desde la brevedad de su vestidito.
Al llegar la m�sica lenta, la abrac� con firmeza y suavemente fui estrechando su cuerpo contra el m�o. Como no mostr� ninguna resistencia le apoy� mi pedazo viril, que comenz� a crecer al contacto con su pierna firme. Al tercer tema lento le recorr� con mi lengua su l�bulo derecho, y al sentir su gemido avanc� mi boca a la suya y la bes� suavemente, al comienzo, para luego meterle apasionadamente la lengua dentro de su boca, jugando con su lengua, paladar, dientes.
Le dije al o�do que vayamos a sentarnos (en los sillones ubicados en la zona m�s oscura del sal�n). La tome de su mano derecha y la dej� sentada en un sill�n alejado de miradas. Ped� unos minutos para ir a buscar bebidas (ella me pidi� una cerveza) y al volver me regal� una hermosa sonrisa. �Era preciosa!
Ella tom� un largo trago de su vaso de cerveza (le llev� uno gigante de � litro) y yo tom� la cuarta parte de mi trago de Fernet con coca y un chorrito de whisky.
Luego me acerqu� a ella y tras piropearla la bes� con suavidad, para luego hacerlo con pasi�n. Ella comenz� a gemir y eso me calent� y anim� a m�s: le baj� los breteles de su vestido y le lam� los pezones, mientras mi mano derecha se meti� debajo de su falda y alcanz� la bombacha; �estaba mojad�sima! Mi verga se puso al m�ximo. Claudia se dio cuenta pues baj� su mano izquierda y la apoy� sobre la bragueta del pantal�n. Lanz� un peque�o gritito de sorpresa y me mir� con deseo.
Le dije al o�do que salgamos afuera, pues conoc�a un lugar tranquilo para los dos. Saqu� del guardarropa mi campera y ella un tapado.
Gritando de placer
Como era uno de los organizadores del baile universitario, ten�a copia de la llave de un dep�sito, a menos de 50 metros de d�nde est�bamos, en donde sab�a que hab�a colchonetas. All� la llev� a Claudia, tomada de la mano, mansita.
Entramos, cerr� la puerta con llave, y luego de besarla y calentarla con mi lengua me recost� en una de las colchonetas.
- No, no te acost�s preciosa, quedate parada�, pero sacate el vestido -le ped� con firmeza.
Claudia desprendi� algunos botones y dej� caer su prenda, quedando s�lo con su bombacha de algod�n, con florcitas.
La m�sica llegaba n�tidamente hasta en donde nos hall�bamos, justo estaban sonando unos temas seductores, y ella, sin que se lo pida, comenz� a bailar de modo er�tico, moviendo su cuerpo como una serpiente�
- Alberto, �te gusta lo que ves?, �soy linda? � me pregunt�, con voz excitada.
- Claudia, �sos hermosa!, y sino, mir� como est� mi amiguito de ac� abajo� -le respond�, se�alando mi abultada bragueta.
- �Y por qu� no la sac�s y me la mostr�s?
- �Estoy para servirte hermosa! � y tras abrir el cierre del pantal�n dej� que salt� mi pija que estaba en sus 18 cm de largo.
- �Mmm...!...
- �y vos?, �est�s bien mojadita ah� abajo�?, �sent�s que te palpita tu conchita�?
- �Si amor, estoy muy caliente�! �si me toc�s en cualquier lado no se que har�!
Entonces se me ocurri� otra cosa, no tocarla, sino que, en cuatro patas, me puse debajo de su entrepierna y comenc� a lamer su bombacha mojada, pasando mi lengua y dedos suavemente sobre la telita, en donde se transparentaba su vagina, con los labios de su concha hinchados. Claudia se retorc�a de placer.
- Cuando te acercaste me di cuenta que deb�as tener un buen pedazo, y mir� tu boca y me imagin� que sab�as besar, no como los pendejos babosos del colegio, y cuando me pasaste la lengua en la oreja y me besaste empec� a mojarme, �y sab�a que quer�a coger con vos! � dijo, entre gemidos, la preciosa.
- Yo te voy a coger bien rico, pero antes vas a tener muchos orgasmos, como nunca tuviste �le promet�.
Y me puse a trabajar sobre su cuerpo, pensando que si a mi me gustaba cuando me mojaba con mis juguitos y soplarme el glande mojado, a una hembra tambi�n le deb�a gustar. Entonces tom� aliento y comenc� a respirar fuerte, c�lidamente, sobre su centro de mujer, corriendo apenas su bombachita�
- �Hermosa!, �est�s depilada!; �que preciosa conchita!, �qu� hermoso perfume te brota! � exclam� al paladear sus secretos sin pelitos.
- �Es que esta noche vine a coger! � dijo entre gemidos.
Sus rodillas se aflojaron y la sostuve por las piernas, y comenc� a bes�rselas, a lamerlas, desde sus muslos trigue�os, delicados, hasta la parte trasera de sus rodillas, en donde me entretuve, para luego continuar acariciando con mis dedos y lengua sus pantorrillas hasta llegar a sus pies para chuparle sus dedos una y otra vez.
- �Aghhh, me muero, mmm, me est�s derritiendo amor, ahhh, es hermoso, estoy loca, ven� ac�, chupame�!
- Si beb�, reci�n empezamos, goz�, �te gusta como te hace gozar este macho?
- �Si macho m�o!, �soy tu hembra puta, tu putita, aghhh�!
Me excitaba verla y sentirla tan caliente, y con mi lengua fui subiendo hasta detenerme en las caras internas de sus muslos, a 3 cent�metros de su agujero delantero.
- �Alberto!, �creo que� agh� mee� parece que estoy� que tengo un orgasmo� aghhhh�!
- �Si amor, es tu primera acabada!, �y vas a tener muchas m�s�! � le dije.
Entonces me levant�, qued�ndome de rodillas entre sus piernas, y met� mi boca, nariz y ment�n en su vagina cubierta por la bombacha mojada, olorosa, caliente� Respir� fuerte sobre su concha, mientras mis dedos le acariciaban su colita dura. Eso fue suficiente para que se agitase nuevamente y tuviese otro orgasmo.
Por mi parte, si bien no hab�a acabado, segu�a con la pija dura, disfrutando de los jugos que derramaba la pendeja. Y quer�a que tenga m�s orgasmos; cinco me hab�a propuesto como meta, antes de darle mi leche.
Con este objetivo fui con mi boca hacia su pierna izquierda, mientras que mi mano derecha le acariciaba la derecha. Claudia gem�a y se retorc�a de placer. Regres� a los dedos de sus pies y fui subiendo con mi lengua por sus piernas, alternativamente, en tanto mis manos se aferraban a su cadera o culito. Nuevamente me entretuve en la depresi�n tras sus rodillas, hasta que llegu� a su bombacha empapada. La jovencita no dejaba de moverse, casi como si tuviese convulsiones, y sent� que le llegaba el tercer orgasmo.
- �Por favor amor, cogeme, no doy m�s�! � balbuce� la putita.
- �Despu�s de tu quinta acabada, cuando est�s desesperada de pija, si me suplic�s, capaz que te la meto hasta el fondo�!
Le baj� la bombachita con mis dientes y dedos. Cuando termin� de sac�rsela, la hice acostar, me dirig� a su boca y la bes� con pasi�n, recorriendo con mi lengua la suya, el paladar, los cachetes internos�
Con mi lengua caliente y chorreando su saliva, fui bajando hasta sus tetas, que dej� mojadas y luego chup� y di breves mordiscos en sus pezones que parec�an dos piedras marrones. Y de all� me dirig� con mis besos y lamidas a sus axilas, que estaban bien depiladas y limpitas, mientras que mis manos masajeaban su vientre plano y firme y su conchita que era un lago de flu�dos calientes. Claudia hab�a dejado de gemir; �ahora gritaba y chillaba como una cerda! El cuarto orgasmo la hac�a agitarse sobre la colchoneta, y abr�a las piernas y los brazos desesperada de lujuria.
Entonces baj� mi cabeza a su concha, en donde se ve�a bien salido, rosadito y latiendo, su cl�toris. En todos los rincones externos e internos de su cuevita preciosa me entretuve largo rato, respirando mi aliento caliente, hundiendo dedos, lengua, nariz, ment�n. Mi cara estaba empapada de sus jugos, y me encantaba, me fascinaba chuparla, lamerla, besarla, deleit�ndome con el olor que desprend�a su sexo.
Me dej� mojar y entonces, comenc� a jugar. Lam� suavemente los labios exteriores de su conchita, la entrada, para luego recorrer lentamente los labios interiores, hasta tocar con mi lengua su cl�toris, que estaba duro y parado. Me detuve, respir� profundamente sobre esa partecita, mientras ella mov�a su cadera de modo circular y gem�a. Puse mi lengua plana y la saqu� completa para lamer despaciosamente, arriba y abajo ese botoncito; luego se me ocurri� hacer tres lentas chupadas de vagina y cinco chupadas r�pidas en el cl�toris, de izquierda a derecha. As� estuve cuatro veces, sintiendo otros dos orgasmos consecutivos, para luego succionar el cl�toris y dejarlo dentro de mi boca, mientras le daba peque�os golpecitos con la lengua. Claudia apret� su pelvis contra mi boca y la mord� suavemente, logrando que largase m�s jugos, los cuales tragu� con placer. Pero dej� un poco en la lengua, y sub� para besarla y pasarle sus fluidos.
Ella s�lo dec�a palabras incoherentes, hasta que dio un grito largo y tuvo dos orgasmos seguidos, largando una especie de lechita, que me tragu� toda.
Ella gritaba de gozo y me ped�a que la coga.
- �Amor!, �nunca goc� tanto�! �Sos incre�ble�! �Pero cuando me vas a meter tu pijota�?
Como estaba encima de ella, ambos desnudos, sent� como continuaba moj�ndose, as� que baj� nuevamente a su concha y volv� a chuparle la conchita, el cl�toris y la entrepierna, hasta que me di vuelta y puse mi verga dur�sima y mojada sobre su cara. Claudia abri� su boquita golosa y la trag�, jugando con la lengua en todo el glande, mientras yo volv�a chuparle, sorber, lamer y morder todo el interior de su vagina chorreante� �Est�bamos en un mojado, caliente cunnilingus mutuo, en un 69, chup�ndonos como helados!.
Estaba maravillado con nuestros jugos ricos como chupetines mezcl�ndose en nuestras boca, y por eso, con todos sus n�ctares en mi lengua, me dirig� a sus labios, para darle mis salivas y sus l�quidos sexuales, a lo que ella contest� con otro orgasmo que volvi� a convulsionarla de arrebatado placer�
Ya hab�an transcurrido alrededor de dos horas desde que comenzamos a franelearnos en el sill�n del sal�n del baile hasta el sexo oral en el dep�sito donde est�bamos d�ndole rienda suelta a todas nuestras lujurias. Entre sus pedidos de que le meta la pija y la coga y mis ganas de acabar dentro de su concha, la puse boca arriba y sin aviso le met� mi verga en su agujero empapado y caliente; entr� sin problema, hasta el fondo los 18 cm y 5 de ancho, tan f�cil que parec�a que su abertura pod�a recibir hasta dos pijas adentro.
Entonces, mientras mi pedazo entraba y sal�a, con una mano le frot�a el cl�toris y con la otra le acarici� vigorosamente sus tetas.
- �Ay�! �qu� rica se siente adentro, la siento tan grande y caliente��quiero que me llen�s de tu leche, d�mela�! �dejo la pendeja emputecidas.
- �Si!, �te voy a inundar de mi leche, hasta que se te desborde para afuera�! � le respond�.
Sin embargo, advirtiendo lo mojados y enchastrados en fluidos y sudores que est�bamos, y lo f�cil que entraba y sal�a mi pija de su concha, se me ocurri� algo que no quise decirle para no alarmarla. Suavemente la d� vuelta, le ped� que se ponga en cuatro patas, como una perrita, dej�ndome ver su culo redondo y duro y los agujeros preciosos de su concha y culito.
En rodillas, con la pija larga, dura y grande, se la met� por la concha, desde atr�s, para empaparla con todos los jugos olorosos que ten�amos en nuestros sexos. Le tom� los cachetes de sus nalgas, se los abr� al m�ximo, y sin previo aviso, saqu� la pija de su vagina y se la hund� en el agujerito estrecho de su ano�
Al principio ella no se dio cuenta hasta que sinti� que algo grueso se abr�a camino en su culo, entonces comenz� a quejarse de dolor y a gritarme que era virgen de atr�s; yo la acariciaba su cuerpo, tetas y cl�toris, hasta que logr� calmarla y a continuaci�n hund� toda mi pija por atr�s. Ella se desplom� y solt� un alarido, para luego quedarse quietita y poco a poco mover su cadera en c�rculos�
Yo hab�a llegado al l�mite de mi aguante, y comenc� a sentir que se me mov�a mi interior y bajaba mi esperma, hasta que se hinch� m�s mi pingo y la llen� de leche. Saqu� mi pija a�n chorreante y palpitante y se la llev� a la boca, para luego sac�rsela y besarla, mezclando nuestras lenguas mojadas con saliva y semen.
Claudia hab�a tenido m�s de seis orgasmos y estaba rendida. A los dos minutos se durmi� semi boca abajo. Me vaci� la cerveza y comenc� a mirarla. Me costaba creer que hab�a cogido a una hembrita tan linda y puta.
De tanto mirarla, la pija se me puso un poco dura, por lo que comenc� a pajearme. Ahora no me preocup� por aguantarme, entonces a los dos minutos sent� que me llegaba la acabada y dirig� la verga hacia su culo redondito como una fruta tropical. Mi leche decor� sus nalgas y parte de su agujerito canela.
Sent� fuertes golpes en la puerta del dep�sito, y confundido por la cogida y el sue�o camin� y abr�, desnudo como estaba. Al ver a Sandra, mi compa�era universitaria y prima de Claudia, advert� la situaci�n y mi desnudez. La pija estaba semi parada, pero gruesa, y ella, con ojos brillantes de lujuria, la mir� sin ruborizarse y una sonrisa perversa apareci� en su cara.
- �Perdoname, me despertaron los golpes en la puerta y me levant� sin darme cuenta donde estaba! � dije avergonzado.
- No te preocup�s�, veo que la pasaste bien�; estoy buscando a Claudia, mi prima, �est� con vos? � me pregunt� mientras se desliz� a mi costado y entr� al dep�sito.
La encontr�, desnuda, boca abajo, y con el rostro relajado.
- �Ah�, bueno, veo que la pas� mucho mejor que yo! �Te gust� mi primita? �Qu� lastima que no me invitaron�! � coment� con picard�a.
Su insinuaci�n sexual me excit� y la pija se me alz�. Sin pensarlo la estrech� contra mi y la bes�. Sandra respondi� desbocada y baj� su mano derecha para tocarme la verga. Ella no era linda de cara, pero ten�a tetas grandes, morenas, agigantadas en la remera ajustada que llevaba. Sus pezones estaban erectos y eran impresionantes.
La conduje hasta otra colchoneta cercana a la que alojaba el sue�o profundo de Claudia y la acost� boca arriba, desnud�ndola mientras continuaba bes�ndola.
Durante 45 minutos le hice una versi�n reducida de la cogida con su prima, dedic�ndome generosamente en sus pechos, en donde me pidi� que le vuelque mi lechazo. Ella hab�a tenido tres orgasmos. Las �ltimas gotas de semen me las sac� de mi pija, chup�ndola hasta dejar limpita�
- �Sos incre�ble cogiendo!, �nunca me hicieron acabar tres veces! � asegur� llev�ndose parte del semen a sus labios.
- A Claudia la hice acabar siete veces� Tuvo la ventaja de que me agarr� fresquito�
- �Hijo de puta! � dijo sonriente - �Y cu�ndo me va a tocar a mi? �nos vas a seguir cogiendo a las dos?
- Por mi no hay problema� Depende de ustedes; hablalo con tu prima y capaz que podemos hacer una fiestita en mi casa�
- Te cuento un secreto: con Claudia cogemos entre nosotras� No nos privamos de nada, hacemos todo� - afirm� con mirada brillosa.
- �Deben coger riqu�simo�! � le respond�, luego de un breve silencio ante la caliente confesi�n, tratando de conservar la calma.
- Bueno, despertala a Claudia y decile que la espero afuera�
Al otro d�a, a la noche, la pendeja lleg� hasta mi casa y cogimos todo el fin de semana. El lunes nos comunicamos por medio de Facebook. All�, en su biograf�a, puso mi foto contando que era su novio. Y agreg� la sugestiva frase: �El hombre que me hizo mujer completa con su virilidad, su boca, su lengua, sus dedos. Un experto en hacer gozar a una chica�
Todas sus compa�eras de la secundaria, amigas y conocidas me enviaron invitaciones para ser que les sume a mis contactos de la red social. En tres d�as ten�a m�s de 150 amigas nuevas. Y al menos 30 se me lanzaron, proponi�ndome sin reparos para tener sexo. Yo mir� sus fotos e informaci�n, y una a una fui cogi�ndolas, perfeccionando mis t�cnicas de chupadas, caricias y lamidas para hacerlas acabar.
Estas historias las contar�, como la caliente relaci�n que comenzamos Claudia, su prima Sandra y yo.
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Relato: Las hago gozar
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