- Flaco, que nochecita!... nunca so�� con algo as�

Ese domingo la pase descansando, llame por tel�fono a
Graciela, la verdad es que la extra�aba y se lo hice saber, arreglamos para
vernos un rato el lunes por la tarde a la salida de su trabajo. Al despertar de
la siesta me encontr� con mi hermana durmiendo a mi lado, estaba tan cansado que
no me di cuenta cuando entro a mi dormitorio, me levante tratando de no
despertarla, me quede observ�ndola, realmente pens�, que era una lastima que
fuera mi hermana� ya era toda una mujercita.

Me sente y la bese en la frente, me abrazo diciendo.

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Al llegar notamos que el �mbito estaba "caldeado", nos
recibieron muy alegres, el living dividido en dos partes por el sill�n de tres
cuerpos, cada sector tenia un sill�n individual, uno con la mesa ratona y el
otro con la del tel�fono, este lo hab�an pasado al dormitorio, cada una con un
candelabro, la pantalla de la l�mpara de pie cubierta por un pa�uelo de cuello
anaranjado, un ligero aroma a rosas invad�a el ambiente, en el combinado sonaba
m�sica instrumental rom�ntica. La mesa estaba pronta en la cocina con sendos
floreros con las rosas del d�a anterior, las chicas un tema aparte, poco
maquillaje, cabello suelto, falda corta sin llegar a mini, blusa, sandalias de
taco, ambas vestidas igual la diferencia la marcaba el color de sus prendas,
sencillas, elegantes, femeninas y seductoras, nos recibieron con sendos besos en
las mejillas, luego de las preguntas y respuestas protocolares y los piropos
realzando sus femineidades nos convidaron con bebidas espirituosas, charlamos en
tono jocoso sobre temas en general hasta que indefectiblemente se toco lo
acontecido la noche anterior.

El Pecoso, con una sonrisa picara, apago la luz de la ara�a
encendiendo la de la l�mpara de pie, puso un long play de baladas de Elvis
Presley y levanto el volumen.

Comenzamos a bailar las parejas cambiadas, Mirta me fue
llevando alej�ndonos, Mario hizo lo propio, pens� que estaba haciendo lo que
hab�amos charlado, estuve mas de dos canciones bailando en silencio, sin atinar
a nada, realmente no sabia que hacer.

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Mientras las chicas preparaban la cena intercambiamos
informaci�n con el Pecoso, le describ� detalladamente lo acontecido con Mirta y
el me cont� que Rita se le hab�a insinuado, al principio casi no se hab�a dado
cuenta pero que a medida que charlaban hab�a intentado avanzarla y que si bien
le puso limites la notaba permisiva al punto que cortaron la conversaci�n con un
leve roce de labios y la insinuaci�n de seguir charlando cuando el quisiera en
el barrio.

La cena transcurri� en un ambiente distendido, alegre y
cargado de erotismo� veladas caricias� roces accidentales� indirectas�
confidencias sobre sue�os y fantas�as, historias de romances contados desde la
�ptica fundamentalmente sexual, nuestros intentos, generalmente fallidos, con
chicas de nuestra edad, ellas confesaron (verdadero o falso nunca lo supimos)
que hab�an tenido suerte de encontrarse con nosotros y que se sent�an unas
chiquilinas en busca de "aprender", con el Pecoso nos encargamos de dejar
ordenada la cocina mientras las chicas se ausentaron argumentando acomodar el
living para tomar el caf� en ese lugar.

El living segu�a en penumbras, nos acomodamos en el sill�n
grande esperando ansiosos la infusi�n prometida, grande fue nuestra desilusi�n
al verlas con sendas bandejas sin cambios en el vestuario, cada una se acomodo
sonriendo enigm�ticamente enfrentando a su pareja, en ese momento note que
adem�s de las tacitas y algunos bocaditos dulces hab�a colocado una rosa apoyada
sobre su ropa interior, la mire a los ojos sorprendido.

Un gemido fue su respuesta, la visi�n perif�rica me permiti�
distinguir dos sombras que se desplazaban hasta acomodarse en uno de los
sillones de un cuerpo� la invad� con los dedos pensando que todo se iba
desarrollando convenientemente, est�bamos desvergonzadamente compartiendo el
mismo ambiente las dos parejas, se dejaba hacer con los ojos cerrados� su mano
sobre la m�a manejaba el magreo a sus tetas, indic�ndome como brindarle placer�
su sexo parec�a tener vida propia� humedec�a las paredes tibias permitiendo un
lento mete y saca palpitando ante cada acometida� ninguno hablaba, el silencio
era interrumpido por el plop, plop, de mi mano encharcada en su conchita� sordos
gemidos, casi inaudibles, se escuchaban como un eco lejano en otro lugar de la
estancia indicando otra faena similar� pellizque duramente un pez�n arranc�ndole
suspiros de goce, - Si� apretalo fuerte� Siiiiiii � farfullaba aprobando el
tratamiento� acelere el traqueteo cuando note que tensaba las piernas� � No
pares� mi Bebe � gimoteaba estir�ndose brutalmente el otro pez�n� cruzo las
piernas apret�ndome la mano hasta impedirme el movimiento� - Ya, mi amor, - �
grito aneg�ndome la mano con sus flujos ardientes� fuertes gemidos y un �
Diosssss � se escucho apagado en otro rinc�n� el ambiente se impregno con un
fuerte olor a sexo haci�ndome volar la imaginaci�n�

Deje de acariciarle las tetas y comenc� a hacerlo con la
cabeza, con la otra mano, empapada por sus flujos la dirig� a los gl�teos, ya
mojados, sobandolos a voluntad, cerro los ojos relaj�ndose� pase reiteradamente
el dedo medio entre sus cachetes acerc�ndolo paulatinamente al ano� flexiono las
piernas elevando las rodillas y poniendo la planta de los pies en el asiento del
sill�n facilit�ndome la tarea, mi mano viajaba de la vagina al culo trasladando
sus humedades� comenc� a dedearla intentando que se afloje� abri� los ojos
recriminando mi actitud con un ligero vaiv�n de cabeza� me agache bes�ndola
suavemente sin dejar de acariciarle la cara y cabeza� con un gesto de
resignaci�n volvi� a cerrar los ojos y continu� con mi labor de ablandamiento�
note que su esf�nter aceptaba la intromisi�n� mov�a el dedo en c�rculos
introduci�ndolo mil�metro a mil�metro� lo sacaba� lo humedec�a en la vagina� la
provocaba acarici�ndole el cl�toris� y vuelta a empezar� comenz� a deslizarse
con facilidad y sin darme cuenta lo tenia totalmente metido� deje est�tico el
dedo medio deliciosamente aprisionado y comenc� a jugar con el pulgar
introduci�ndolo y sac�ndolo en su sexo� era fant�stico sentir que pod�a tocar
mis dedos a trav�s de una delgada pared de piel� lentamente fui quitando el dedo
de su ano� abri� los ojos y me sonri� tiernamente�

Repentinamente se paro, retrocedi� dos pasos, giro 180 grados
y comenz� a quitarse la falda, hasta ese momento la tenia enrollada en la
cintura, doblo un poco la cintura, apoyo sus manos en las rodillas mostr�ndome
el culo en todo su esplendor y comenz� a retroceder hasta ponerlo a cent�metros
de mi boca� lo agito incit�ndome� aspire profundamente el agradable olor a
hembra que emanaba� le bese y lam� las nalgas� con las manos se separo los
gl�teos, era un espect�culo morboso la visi�n que ofrec�an esas dos maravillosas
bocas� no sabia que hacer ni por donde empezar� me facilito la elecci�n
apoy�ndome el culo en la boca, lo bese desesperado� lo sent� latir intentando
tragarse mi lengua� le solt� las caderas y me baje la ropa haci�ndola un bollo
en mis tobillos� la gire mostr�ndole el pene� sonriendo se arrodillo� lo lami�
en toda la extensi�n ensaliv�ndolo� sent� que sus labios lo aprisionaban
golpe�ndolo suavemente con su lengua� cerr� los ojos y me deje llevar
disfrutando de tan maravillosa felaci�n�. fuertes jadeos acompa�ados de gemidos
me trajeron a la realidad, record� que no est�bamos solos y que la otra pareja
estaba gozando del �xtasis� tom�ndola de la barbilla la invite a que se parara�
la hice girar poni�ndola de espaldas a mi, la atraje a mi cara tom�ndola de la
cintura y comenc� a besarle los gl�teos� nuevamente doblo su cintura y separo
los cachetes facilit�ndome la lamida� ensalive el dedo medio y lo introduje
f�cilmente en su ano� con movimientos circulares consegu� que se relajara�
ejerc� presi�n atray�ndola para que se sentara sobre mi sexo� acomode el miembro
en la entrada del culo, me lo neg� tom�ndome el pene dirigi�ndolo a la concha�
se sent� lentamente introduci�ndoselo� cuando sus nalgas hicieron contacto con
mis ingles se detuvo� giro la cabeza mir�ndome para que la bese � Me gusto
mucho, pero otro d�a lo intentamos,,, si, mi amor? � la bese asintiendo y
comenc� a mover mis caderas� sent� que no iba a durar mucho� el plop, plop, plop
cortaba el silencio� me tomo las manos llev�ndolas a las tetas� las amase y
pellizque salvajemente� sus manos se aferraron fuertemente a mis muslos� sub�a y
bajaba violentamente� me clavo las u�as� me ensa�e con los pezones�. se envaro
de golpe al llegar al cl�max y sent� sus jugos calidos deslizarse por mi zona
p�bica� lanzo un fuerte gemido y se quedo quieta apret�ndome el falo con su
concha palpitante� lentamente reinicio el sube y baja� le avise que estaba a
punto de llegar al orgasmo� se desmonto y se lo llevo a la boca masturb�ndome�
me derrame abundantemente�

Una luz enceguecedora me lastimo las pupilas oblig�ndome a
cerrar los ojos� los abr� lentamente tratando de acostumbrarlos� estaba
derrengado en el sill�n boqueando tratando de aspirar el aire que se negaba a
ingresar a mis pulmones� Rita tirada en el suelo entre mis piernas con la cabeza
apoyada en el muslo respirando entrecortada, sonriente y a la espera que
nuestras miradas se cruzaran� Mario y Mirta, de pie, abrazados por la cintura
nos observaban en silencio�

Estaban proponiendo un juego de intercambio de parejas� Rita
dura como una piedra me preguntaba con la mirada si yo estaba de acuerdo�
entend� que ese no era el momento y agradeciendo con un beso en la mejilla de
Mirta me deshice de su abrazo tomando a Rita de una mano atray�ndola hasta
besarla profundamente� me respondi� invadi�ndome la boca con su lengua y
murmurando � Gracias mi amor -. El Pecoso y Mirta se dirigieron al ba�o,
dej�ndonos solos.

Me estaba dando una clase magistral de seducci�n, yo cre�a
ser el que manejaba la charla y era un simple pasajero, sus preguntas induc�an a
que mis respuestas sean halagos� Rita mientras bailaba con el Pecoso lo hab�a
provocado, Mirta hab�a hecho lo mismo conmigo, las dos veteranas estaban
probando hasta donde pod�amos llegar, ellas con las neuronas de la experiencia y
nosotros con las hormonas de la juventud, en lo personal no me disgustaba, en el
fondo ya lo hab�an anunciado, "yo lo hubiera echo pur�", "te voy a exprimir",
"mas adelante ahora tengo miedo", "tengo una fantas�a, con dos hombres",
"queremos sexo sin limites", "no se si me hubiera negado", en fin todo conduc�a
a que �ramos instrumentos para concretar sus apetencias haci�ndonos creer que
�ramos dos galanes irresistibles.

Cuando volvieron el Pecoso y Mirta lo hicieron con la pava y
el mate, con Rita fuimos a higienizarnos y comenzamos la ceremonia de matear
charlando, habiendo lugares de sobra donde sentarnos Mirta lo hizo sobre la
alfombra al estilo indio invit�ndonos a los dem�s a hacer lo propio, de esta
manera cada uno tenia sus intimidades expuestas a la vista de todos, el Pecoso
me gui�o un ojo picaramente y encogi�ndose de hombros comenz� la ronda de mates.
La conversaci�n, como era previsible, verso sobre temas er�ticos y de doble
sentido causando sonrisas y risas, cuando esto ocurr�a era un espect�culo
maravilloso ver como dos pares de tetas se bamboleaban acompa�ando las
carcajadas, inevitablemente nuestros sexos cobraron vida irgui�ndose orgullosos.

Rita se zafo de la caricia y mir�ndome fijamente a los ojos
avanzo gateando hasta tener mi sexo a la altura de su boca, comenz� a lamerlo
desplazando su lengua en toda la extensi�n apoye la espalda contra el sill�n
relaj�ndome y me deleite vi�ndole las dos moles de carne colgando y
bambole�ndose incontrolables al ritmo de la felaci�n� me empujo suavemente
haciendo que me acostara, poniendo su concha brillante en mi boca� se mov�a de
atr�s hacia adelante incit�ndome a que la chupe� mi lengua la recorr�a mezclando
sus flujos con mis babas� con los labios le atrape el cl�toris mordi�ndolo y
d�ndole golpecitos con la lengua� abr� los ojos y vi a pocos cent�metros el culo
y la concha de Mirta� estaba de rodillas entre las piernas del Pecoso mam�ndolo�
no pude resistir y mientras con Rita segu�amos haciendo un 69 antol�gico comenc�
a acariciar las intimidades de Mirta� esta me miro por entre sus piernas
aceptando los mimos� le introduje un dedo, luego dos� ante cada invasi�n gem�a
disfrutando la incursi�n, el Pecoso sin saberlo se beneficiaba con una soberbia
mamada� incre�blemente tenia a mi disposici�n cuatro maravillosos agujeros
dispuestos a ser mancillados, lamente que a dos de ellos solo pod�a disfrutarlos
con la mano, me consolaba pensando que el momento de poder besarlos, babearlos
estaba muy cercano� el panorama, exacerbado por la permisividad de Mirta hizo
que inconscientemente pusiera mas energ�a en incrementar la mamada en los
genitales de Rita� en cada lamida contra�a ese cautivador anillo rosado
provocando una sensaci�n de succi�n realmente cautivadora� Mirta mov�a
descontroladamente su cuerpo hacia adelante engullendo la verga del Pecoso hasta
lo mas profundo de su garganta y hacia atr�s perfor�ndose con mis dedos� su sexo
lat�a provocando una catarata de l�quidos tibios, casi calientes� desparrame sus
flujos por sus nalgas empap�ndolas� intente introducirle el dedo medio en el ano
e incre�blemente se deslizo sin ninguna dificultad hasta que hizo tope con mis
otros dos dedos� su elasticidad me llamo la atenci�n ya que acepto dos y hasta
tres de mis falanges� en ese momento sent� una cascada de l�quidos ardiendo en
mi pecho y un fuerte dolor en el sexo� Rita hab�a logrado un cl�max
descontrolado e inconscientemente cerro sus mand�bulas d�ndome una feroz
mordida, se me escapo un grito de dolor y el instinto me hizo llevar la mano a
la zona da�ada� - Perdon�me, mi amor � dijo tom�ndome la mu�eca e impidiendo que
mi mano calme la molestia causada� a trav�s de sus piernas observe su gesto de
infinita ternura besando y mim�ndome el pene� el malestar desapareci� como por
arte de magia transform�ndose en peque�as oleadas de gozo que me transportaron a
un incre�ble estado de relajaci�n� salio de la posici�n ubicando sus rodillas al
costado de mi cuerpo� gateo lentamente roz�ndome solo con los pezones� deslizo
sus labios por mi cara bes�ndome cari�osamente � Perdon�me, Bebe, no me di
cuenta -, - No paso nada, Bomb�n, ya paso -� puse mi cara entre sus tetas
lami�ndole el valle que las separa, me encantaba sentir su calor quem�ndome las
mejillas� resbale una mano por su vientre hasta el monte de venus, su bot�n de
placer emerg�a notablemente entre los labios� lo atrape acarici�ndolo
suavemente� - Si, mi amor � susurro en mi o�do, la penetre con dos dedos
empap�ndomelos� esparc� sus humedades por el caminito rugoso que conduce al ano�
la dede� intentando aflojarla� nos besamos intentando cada uno invadir mas la
boca del otro� - Suave, Bebe � murmuro en mi o�do, permitiendo que mi dedo
avasallara su esf�nter� apret� con mis labios el l�bulo de su oreja en tanto
circulaba el dedo procurando elastizar� - Despacio Bebe, lento � le susurraba
como si fuera ella la que lo dec�a� mojaba el dedo en su concha y lo introduc�a
en el culo, mil�metro a mil�metro cada vez mas profundo� - As� suave, Bebe �
reiteraba en su o�do anim�ndola� junte dos dedos venciendo lentamente la
resistencia de ese aro maravilloso, palpitante� los deje inm�viles intentando
que su cuerpo se adaptara al intruso� - Si, Bebe � murmuro resignada a lo
inevitable... pausadamente fui dilatando ese agujero que me obsesionaba metiendo
y sacando los dedos en los dos agujeros� puso las tetas en mi boca - Chup�las,
mi amor � dijo moviendo la cintura acompa�ando la intromisi�n en su intimidad�
con la otra mano las amase, apret�, lam�, mord� los pezones arranc�ndole
suspiros de gozo� llevo una mano a su sexo estimul�ndose� sus flujos se
combinaban con mi transpiraci�n encharc�ndonos� me tomo el miembro manose�ndolo,
lubric�ndolo con sus jugos se lo introdujo en la vagina de una sentada
oblig�ndome a sacar los dedos de su culo� cabalgaba violentamente levantando y
bajando las caderas introduci�ndose el miembro profundamente� me llevo las manos
a las tetas incit�ndome al manoseo� - Si Bebe, fuerte� mas�mas � se recost�
sobre mi pecho refreg�ndose furiosamente� � No pares� segu�si� � le abr� las
nalgas introduci�ndole f�cilmente dos dedos en el culo movi�ndolos fuertemente�
- Mi amorrrr � grito envar�ndose de golpe con las manos en sus tetas
apret�ndolas y estir�ndolas incre�blemente� sus l�quidos hirvientes me
encendieron haciendo que mi mete y saca no se detuviera� me beso dulcemente los
labios� - Ya� ya� Bebe, quieto� quieto� quietito�- su suave susurro hizo que
obedeciera qued�ndome est�tico� sin dejar de besarme se acomodo tom�ndome el
miembro y ubic�ndolo en la puerta del ano� - Tranquilo, mi amor� quieto, dejame
a mi -� Mirta y el Pecoso sentados en el sill�n observaban embelesados la
escena, verlos pendientes del espect�culo hizo que el morbo se elevara a la
en�sima potencia haciendo que el miembro se me endureciera como no recordaba�
Rita intentaba iniciar la penetraci�n gui�ndome el pene con la mano atr�s de su
cuerpo, fallo una, dos, tres veces� me miro a los ojos pidi�ndome ayuda� le
separe los gl�teos con la palma de las manos mientras con la punta de los dedos
acompa�aba sus intentos haciendo un canal que desembocaba en su agujero� empuje
con la cadera sintiendo que el glande penetraba lentamente caus�ndome un ligero
dolor por lo apretado del anillo� de golpe la cabeza, actuando como ariete
venci� la heroica resistencia y se desplazo invadi�ndola� � Aghhh � gimi�,
intente sac�rsela para evitar su padecimiento, lo impidi� sent�ndose� - No la
saques, dejala quieta � duro como una estatua aguarde sus indicaciones... se
quedo quieta mientras se adaptaba, note las paredes calientes latiendo
apret�ndome el miembro� era lo m�ximo, la quintaesencia del placer� apretaba y
aflojaba el esf�nter provocando un efecto de succi�n que lograba introducirse
muy lentamente� Mirta se acerco y comenz� a acariciarle la cabeza con un gesto
maternal. � Ya casi esta, Bomb�n, falta poco� aguanta � le dec�a anim�ndola�
Rita la observo agradeci�ndole con la mirada, - Basta Bomb�n, otro d�a � le
rogu� me miro firmemente, sonri� con una mueca, cerro los ojos y se sent�
violentamente � Aghhh� no te muevas� por favor�- pidi� entreabriendo los ojos�
la acaricie hasta donde me dieron las manos� Mirta me miro, sonri� asintiendo
con la cabeza� comenz� a moverse de arriba a abajo � Despacio� despacio� - se
dec�a a si misma� paulatinamente fue movi�ndose cambiando la expresi�n de dolor
a una neutra� se agacho bes�ndome muy suavemente � Los dos juntos despacio, mi
amor � me indico en un murmullo� me mov� imperceptiblemente sin perder detalle
de su rostro� su mete y saca fue acentu�ndose, yo me limitaba a seguirla sin
intentar nada, solo acariciarla� - Te quiero, Bebe � dijo bes�ndome los labios�
su actitud me tranquilizo de tal forma que me deje coger como si fuera por la
concha� una sonrisa ilumino su cara � As� mi amor� as� dulce� suave � me deje
llevar por esa nueva sensaci�n, su culo apretado aceptaba la cogida, sent�a las
paredes palpitando acarici�ndome el falo� mi cuerpo comenzo a convulsionar � Me
voy Bomb�n � le anuncie extasiado� - Llename, vaciate en mi, amor � me dijo
bes�ndome profundamente� alcance un orgasmo interminable, nunca me hab�a durado
tanto, un calor interno se apodero de mi cuerpo haciendo que por unos instantes
perdiera la noci�n de todo� cuando me recupere, abr� los ojos Rita me estaba
mirando sonriendo dulcemente, la atraje bes�ndole levemente los labios � Sos
incre�ble, Bomb�n -� intente sacar el miembro de su ano� - No, mi amor, dejalo
morir adentro� me encanta sentirte � Mirta segu�a arrodillada a nuestro lado,
hab�a sido una espectadora privilegiada, el Pecoso estaba a su lado abraz�ndola.

��������������������..

La reuni�n, que en principio era de dos parejas, se fue
transformando en una "pareja" de cuatro, las veteranas paulatinamente fueron
desinhibi�ndose hasta que, cada vez con menos limites, consent�an, aceptaban y
compart�an todos nuestros juegos er�ticos, al punto que en un momento Rita
estaba charlando animadamente con el Pecoso cont�ndole como hab�a llegado a la
sodomizacion y que hab�a sentido, incre�blemente no me molestaba ser oyente del
debate, es mas le estaba sintiendo el gusto morboso que implica participar del
sexo participativo, no se como paso pero me encontr� con Mirta sentada a mi lado
hablando del mismo tema.

Me llamo la atenci�n, mas tarde el Pecoso me cont� que le
hab�a pasado lo mismo, que Mirta intentara averiguar de Rita sobre dolor,
molestia, goce y todo detalle relacionado con lo ocurrido durante el coito
contra natura, su actitud protectora y comprensiva con Rita me hab�a convencido
que ella era conocedora del asunto, mas teniendo en cuenta que cuando juguetee
con su culito casi no hab�a encontrado resistencia de ning�n tipo, ni f�sica ni
moral.

COMENTARIO AL MARGEN DEL RELATO;

Cabe destacar que el esp�ritu c�ndido, casi idealista, de los
relatos se debe a los usos y costumbres sociales/religiosas imperantes en la
d�cada de los 60 principios de los 70, fundamentalmente en los barrios de clase
media/baja de la Ciudad de Buenos Aires, hago notar que la televisi�n era blanco
y negro, el cable no exist�a, si alguien hubiera hablado de Internet seguramente
habr�a sido recluido de por vida en el manicomio, el sexo era tab� y solo se
hablaba entre amigos y casi a escondidas, ver una teta era pornograf�a,
guard�bamos como un tesoro la fotograf�a de una negra semidesnuda en una pagina
arrancada de alg�n libro de geograf�a, por todo lo expuesto era corriente que
los chicos/as idealiz�ramos a hermanas/os, primas/os, t�as/os y hasta
madres/padres como s�mbolos sexuales aun sabiendo que eran imposibles. Si los
sucesos hubieran ocurrido hoy, el esp�ritu seria totalmente distinto, casi nada
de inocencia rom�ntica, me animo a decir que seria la exaltaci�n del sexo por el
sexo en si. Luego de esta digresi�n profunda y filos�fica, jejeje, prosigo con
el texto.

Rita, cruzo una mirada de inteligencia con su amiga y con
autoridad tomo el mando de la charla.

Con risas c�mplices, todos asentimos.

La ultima parte del comentario cayo como un balde de agua
fr�a, de golpe lo que era algarab�a, risas y distensi�n se hab�a convertido en
sombr�o, pesado, creo que Rita mientras era actora se hab�a dejado llevar por
sus instintos sin pensar mas all�, pero en ese momento al confesarse, estaba
tomando real conciencia de lo ocurrido y una sombra de dudas la estaba
cubriendo.

Mirta me toco levemente indic�ndome con un gesto que me
acercara a Rita, lo hice sent�ndome a su lado abraz�ndola, apoyo la cabeza en mi
pecho abandon�ndose a las caricias.

El Pecoso me miro divertido, recordando la charla que
hab�amos tenido y acentu� su abrazo a Rita, esta lo acepto riendo y
acurruc�ndose en su pecho, Mirta tambi�n riendo dijo pas�ndome un brazo por los
hombros � Ma que confusi�n, vos me quer�as acariciar, caradura -

El resto de la noche la pasamos jaraneando, charlando
divertidos, mimando indistintamente a las dos, estas a su vez respondiendo o
acariciando y besando a los dos, si alguien ajeno hubiera querido identificar
quien era pareja de quien no habr�a podido, el ambiente estaba saturado de
erotismo con un toque rom�ntico, creo que si hubiera sido mas temprano habr�amos
terminado mezclados, no hab�a apuro todos sab�amos que ese momento estaba a la
vuelta de la esquina.

Nuevamente Rita se quedo a dormir en el departamento, antes
de irnos Mirta propuso que durante la semana cada pareja arregle por si sola,
que las fiestas de fin de a�o y a�o nuevo (jueves y viernes) cada uno la pase
como tenia previsto pero que a partir de la noche del viernes (madrugada del
s�bado) nos junt�ramos los cuatro en el departamento para festejar el a�o nuevo,
obviamente el acuerdo fue un�nime.

Nos despedimos de las chicas y volvimos a nuestra casa, hab�a
sido un fin de semana espectacular y los d�as venideros pintaban ser
abracadabrantes.