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Relato: Peluquera a domicilio, masajista ocasional.



Relato: Peluquera a domicilio, masajista ocasional.


Peluquera a domicilio, masajista ocasional.



Hola soy Casandra, la prima Ana, tengo 17 a�os. Estoy
bastante formada, incluso m�s de lo habitual, en mi edad, voy adelantada para
mis a�os. Debe ser, por la facilidad en sentirme estar enamorada... Si he de
tener complejo de algo, lo tengo de alta, pues mido casi 180 cm.; y tengo una
preciosa y larga mata de pelo, muy ondulado y que luzco hasta media cintura.
Est� mal decirlo, pero soy "una coco", he realizado por dos veces dos cursos en
uno (o sea lo de 4 a�os, lo he hecho en dos y con buenas notas) y eso; que me
aburren las ni�er�as y me gustan las chicas mayores que yo. Dado, que voy
sobrada, para acabar los estudios he de buscar alicientes y siendo lesbiana, a
veces me propongo conquistar alguna chica; si tiene novio mejor, es mayor el
incentivo y cuando la consigo hacer m�a, se da mucho m�s, descubriendo el nuevo
mundo de sensaciones.


Me dedico a trabajar por las tardes, de secretaria, hago de
administrativa-adjunta a la direcci�n de la empresa (por relaciones de mis
padres). Tambi�n estudio por las ma�anas, en la Escuela Massana de Barcelona...
Pero, he estudiado maquillaje y peluquer�a, y ejerzo libremente esta ocupaci�n,
desplaz�ndome a domicilios particulares y cobrando en met�lico, en dinero negro,
fresco y vivito. Me he especializado en atender a amigas, y a las amigas de
amigas, algunas veces tambi�n a sus madres.


Una de esas veces atend�a, a una mujer preciosa, algo menos
alta que yo, pero no mucho menos, a lo sumo un par de cent�metros; acud�a a su
casa y la juzgu� como simp�tica, pero algo t�mida. Pues me recibi� en bata,
pantal�n tipo ch�ndal y con su ropa interior, bastante aparente (lo digo por el
sujetador, y despu�s supe que tambi�n por su m�nima braguita de tri�ngulo).


Ella, Susana, tiene 23 a�os est� un poco acomplejada, de ser
maltratada o ninguneada por los chicos, que solo se fijan en ella, por su cuerpo
y que se desesperan por meterle mano a contra reloj. Ella, est� harta de que
vayan tan a pi��n fijo, y que no le pregunten m�s y atiendan sus opiniones
gustos, y salgan solo pensando en tener pronto un buen polvo, y ya est�. La
chica ha estudiado, ejerce de profesora interina y realmente al verla tan ligera
de ropa, ruborizada y nerviosa pens� que se hab�a estado mirando o tocando, y me
propuse "tener un bis a bis, alg�n d�a".


Para m�s detalles, me habl�, al ir comentando eso de como
quiere arreglarse, para ir a una boda, y que quiere que su novio le haba m�s
caso. Yo, viendo su cuerpo, la encontr� muy guapa y "empec� a darle bola, sobre
lo que me dec�a de su novio": es un chico alto, que ejerce de jefe de protocolo,
de una importante empresa, y est� bastante acomplejado por su imagen (gimnasio,
lo que quiere lograr y el divorcio de sus padres). Total, que es el tipo de t�o,
que quiere tener una chica, solo pendiente de �l, que le prepare las cosas, lo
oiga y lo atienda como su madre y lo mime. Y este hombre, Josep, est� bastante
inseguro de s� mismo, es una persona v�lida, pero necesita golpecitos en la
espalda; ha tenido su promoci�n profesional, y espera que su compa�era, sea una
atenta ama de casa, pero que profesionalmente est� por debajo de su nivel
profesional y no se dedique a ejercitar sus capacidades.


Susana, necesita una inyecci�n de moral, que la valoren y eso
a veces viene gracias a un cambio o mejora en su aspecto, sea compr�ndose
vestidos, o bien que le hagan un nuevo corte del cabello, de modo que cargue sus
pilas, y se vea m�s segura. No le basta, con ser solo una compa��a de salidas,
que se llamen 3 o 4 veces al d�a, y que salgan entre semana 1 � 2 veces, y los
fines de semanas m�s. Me cay� bien, me hizo desearla, valorarla y me decid� a
hacer lo que ella indicase, pero realz�ndola y haci�ndole ver que cosas la
favorecer�an m�s; por cierto atin� bastante, con ella y se me entreg�, se
relaj�. Puse una m�sica apropiada y la recoloqu� en la silla, fue como una
correcci�n, de postura de manos, codos espalda y cabeza y tambi�n de sus
piernas; y eso le gust� a ella, al punto de que entramos en intimidades.


Es mi costumbre, si me encuentro muy a gusto con una
clienta/amiga, hacerle un masaje de manos, mu�ecas y brazos. Y en este caso, se
lo coment� y ella estuvo de acuerdo, incluso me puntualiz�, que sus hombros y
cuello, esperaban ese tipo de cosas de Josep, su novio; pero el susodicho, como
que a rega�adientes y con poca gracia. Y entonces, empez� a fluir m�s y mejor la
comunicaci�n; de tal forma que siendo 2 chicas j�venes, estando solas fuimos
bromeando y torn�ndose la cosa m�s calida y m�s subidita de tono, un poco
provocativa (por mi parte). Ella, se dejaba arrastrar, segu�a el hilo y mis
manos con el corto masaje tuvieron su parte de contribuci�n.


Aprovech�, para saber cosas de ella y eso se increment� m�s
pues, le dije que se sacase el jerseito, para ser m�s eficiente en mi labor,
evitar impregnarlo de champ� o humedec�rselo, con los aclarados. Ella, se
sonroj� y se lo sac�, y yo al colocarle el cubre hombros, pues no es el caso que
se quede as�, solo en sujetador (ser�a muy evidente). Mi masaje se pronunciaba
en hombros y brazos; y por delante los dedos llegaban a presionar, remover y
hacer sentir una agradable caricia. Digo que, mis yemas rozaban las bases de las
copas, lo que el fino sujetador no cubr�a. Tambi�n le masaje� la espalda y
presionaba con los pulgares, haciendo que ella se arqueara, sin oposici�n
alguna.


Por otro lado not�, que se ahuecaba el cubre-hombros, y ella
cerraba los ojos, se dejaba sostener por el asiento y los reposa brazos, y not�
que este masaje le gustaba mucho. Era muy significativa su melodiosa y suave
voz, tan relajada y ralentizada, a la hora de dejar salir sus palabras. Not� los
espacios entre palabras, el ritmo de su respiraci�n. Y vi, como su vientre se
quedaba en vilo, como separ� un tanto sus piernas. Pero especialmente not� como
sus pechos sub�an y bajaban con lentitud, con y se quedaban ah� arribita. Y al
bajar, al exhalar el aire, not� que ten�a los pezones completamente salidos.


Ver a esta chica morena, de ojos verdes y senos grandes, con
una cintura de una talla 38-40, y el resto de manos y piernas iban acompa�ados
de una cara perfecta, ovalada y con una lengua que se dejaba entrever. Eso, me
excit� y me hizo pensar que ella empezaba a sentir ganas de "jugar", y que
semejantemente a m�, se estaba humedeciendo a media que le realizaba preguntas
m�s �ntimas, m�s personales y relativas a situaciones tan embarazosas, que al
final Susana se conten�a y casi solo le sal�an monos�labos, de afirmaciones o
negaciones, pero contestaba. Y mis dedos, la hac�an m�a, con entradas y salidas
entre el laberinto de sus cabellos, que eran corridos y descorridos entre mis
manos.


Y as�, yo me iba poniendo m�s y m�s; cuando not� que ella
estaba apoy�ndose en las puntas de sus pies, en los deditos y que separaba y
cerraba un poco las rodillas y muslos. Me concentr�, en la vivacidad del masaje
a su cuello y cabeza, luego intercalando acciones del secador y de mis dedos. Y
esa, mujer daba se�ales de no solo no oponerse, sino de ir disfrutando de un
placer solo vislumbrado, y al que quer�a recibir.


Y yo le iba cortando el cabello, y cada poco rato mis dedos
se ocupaban de empujar, lo cachito de su cabello que ca�an sobre una parte u
otra de su cuerpo. Not�, como ella estaba esperando algo y le coment�:


--Casandra: �Mira, Susana creo que ya lavada y aclarada, el
cubre-hombros est� de m�s! T�, como lo ves...


--Susana: No se, estoy... bien. Pero ahora que lo dices,
puede que s�.


--Casandra: �Te, lo retiro entonces?


Esto se lo dije, mir�ndola a los ojos en el espejo de la
salita y adem�s el radiador como que tambi�n hizo lo suyo. Especialmente, porque
yo en un momento. Estando ella con los ojos cerrados, le aument� algo la
temperatura. Y el masaje, la desarmaba m�s y m�s. No persegu�a nada m�s, digo
eso de ella, solo quer�a sentirse moldeada y distendida.


Pero, al sacar el cubre-hombros, no t� que la ligera tela, le
produjo un peque�o escalofr�o; y a�n, se le pronunciaron m�s los dos pezones.
Ella, Susana, empez� a notarse excitada, mirada y con todo no le desagradaba.
Era una extra�eza agradable, sugerente y prometedora.


En eso, me la qued� mirando, repas�ndola y ella "abri� los
ojos y me mir� fijamente". Su boca abierta, y sus piernas separadas, su
sujetador semitransparente y moldeando sus tetas; y los pezones como
prometedores fresas, deseando un algo m�s. Ella, se not� objeto y compa�era de
juegos de amor. Se puso colorada, y respiraba en semi trance. Y en ese momento,
le coment�:


--Casandra: �Eres una chica muy guapa, me gusta mirarte y
atender tu persona! Eres un bomboncito, casi... te morder�a o algo as�...


--Susana: �Me haces sentir, como cuando me mira un chico!
PUEDE QUE DISTINTO, PERO NO..., NO PUEDO NEGAR QUE ME GUSTA LO QUE ME HACES Y
QUE, SIENTO ALGO.... No me pas� esto antes, no se como eres pero, me tienes
ESPERANDO QUE ME MUERDAS.



--Casandra: Lo esperas, quieres pues que te muerda o que te
toque.


--Susana: NO VOY A MOVERME, NI A GRITAR. ESTOY, AQU� INMOVIL,
CREO QUE NO SER�A CAPAZ DE IRME.


--Casandra: �Me gustar�a verte, mejor, digo sin complejos, si
tu quieres s�lo ser� eso! ME GUSTAS, ESO LO SUPE DE INMEDIATO SUSSANA.


--Susana: ME TIENES INNOTIZADA, O EMBOBADA, DESDE HACE RATO.
LAS DOS LO SABEMOS, CREO QUE LO HAS NOTADO. NO SENT� AS�, NADA DESDE QUE TENGO
MEMORIA. ESTOY EN TUS MANOS...


--Casandra: Si lo est�s, ahora y t� quieres pueden pasar m�s
cosas. �Cosas que las dos queramos...! YO QUIERO, QUIERO QUE EST�S AS�. Ha
sucedido si, y me haces estar excitada CADA VEZ M�S....


--Susana: ME PASA LO MISMO. DESDE QUE TE ABR�A LA PUERTA, NO
SE COMO PERO... ME PENOS MUCHO. Y SIEMPRE ME CUESTA QUE ME PONGAN, HAGAN LO QUE
HAGAN O DIGAN LO QUE DIGAN. Y llegas t� y me siento como una cr�a, no se decirte
que pares. Se lo que pasa, me gusta, al punto que no he sentido esto con nadie.
Chicos o chicas, no consiguieron esto. Estoy temblando, desde los masajes del
principio. Y, no quiero que...


--Casandra: NO QUIERES QUE.... QUE PARE... QUIERES SEGUIR AS�
O M�S...


--Susana: Quiero, que esto siga. NO PARES... Me gusta, y no
puedo enga�arte, ni enga�arme a mi misma. SI QUIERES SIGUE...


As� las dos solas, durante un rato nos confesamos y le
acarici� la cara, sus p�rpados y su boca y la excitaci�n fue creciendo m�s que
antes. Pero, mis manos empezaron a jugar con sus costados y baj� hasta rozarme
con mis pechos en su cuello y hombros. Y mientras, le desbotone su pantal�n y le
baj� la cremallera. Como son� ese ruido, descorri�ndosela y ella separando las
piernas, mordi�ndose nerviosa un labio.


Me miraba en el espejo y su cabeza se mov�a, para rozarse con
mis pechos. Y yo, ante ella, a su espalda, decid� dar un paso m�s. Me dedique a
meter dos de mis dedos y bajarle un poco el pantaloncito. Ella se incorpor�,
levantando sus nalgas lentamente, primero la izquierda y luego la derecha. Le
baj� un poco y vi, su braguita multicolor y muy peque�a, roja amarilla y
naranja, compuesta de un triangulito lanceolado y unos cordones amarillos, que
sal�an de cada una de sus aristas. Los cordones se marcaban en su piel,
denotando que son de goma el�stica, recubierta y que produce una tensi�n de
sujeci�n.


Pero por eso de las cosas, el cord�n del v�rtice inferior, se
le introduc�a unos 2 cm., entre los labios de su concha, que se separaban y
dejaban notar el cord�n el�stico, y un mil�metro o dos a cada lado. No se met�a
hondo el cordoncito, pero por acci�n de la goma presionaba y ejerc�a su acci�n y
con la excitaci�n ella percib�a, ese cacho de goma como un tocamiento �ntimo y
se estremec�a. As�, mientras la tocaba y rozaba con mis pechos, me incorpor� me
saque el jersey, y quede en sujetador. Me baje el sujetador y ella hizo lo
propio, y nos toc�bamos mirando a la otra. Un rato as�, de agon�a placentera y
cada vez deseaba m�s....


--Casandra: �B�jate el pantal�n, y s�catelo quieres....!


--Susana: Vale,... Si... Claro.


Ella lo hizo, mir�ndome, entregada y saboreando cada momento,
como inici�ndose en d�rseme. Yo ah�, exponi�ndome e insinu�ndome, a sus ojos y
diciendo cosas as�:


--Casandra: �Te gusta mirarme mis tetas, verdad?


--Susana: ..... (Dice que s� con la cabeza, sin hablar...)


---Casandra: T�cate el vientre y los costados, sube y baja
las manos, r�zate muy suave pero mir�ndome todo el rato.


--Susana: ..... (Dice que s� con la mirada, parece que se
ahoga y separa y junta las piernas, se humedece gustosamente; todo eso lo vive
un hacer manso y casi sin hablarme, pero mir�ndome mucho y sintiendo m�s...).


---Casandra: �Verdad que quieres abrazarme y poderme tocar?
Piensa en eso, mientras te acaricias y saca la braga de forma lenta y l�brate de
ella pero parcialmente, d�jala a medio muslo. Y r�zate por encima, dibujando los
labios. Abre los dedos, pon 2 y 2 a cada lado... Ahora para, sost�n las los
valvas de tu concha abiertas, y r�zate con el pulgar de ese lado. Me tu otro
pulgar en la boca y ch�palo.


--Susana: ..... (Lo hace, a ratos duda y me mira... Sigue, y
se humedece m�s y m�s....)


Le sale una l�nea de flujo, que baja, gotea en el escay
sint�tico, del asiento en que est�, y eso poco a poco hace un charquito; que
lentamente se embalsa y venciendo el m�nimo saliente del cosido de m�quina,
gotea al suelo. Eso, es en un todo continuado, ralentizado y vivido por ella;
algo, que yo aprecio al coger una silla y ponerme delante de ella, as� me toco
ante ella, un rato. Imito lo que hace, luego ella sigue mis acciones y nuestros
dedos entran brevemente, dentro de nuestras cucas que laten, un poco... Paramos,
sintiendo aquietarse los latidos, o hacerse m�s moderados, pero siguen. Yo me he
tocado, por dentro de mi tanga. Ella mira, se est� descubriendo como amante y
como objeto de amor de una mujer, como ella. Agita su cabeza y los cabellos,
cierra los ojos y me mira...


Me levanto, me aflojo mi pantal�n, me lo saco ante ella,
luego me doy la vuelta y siento como me mira el culito con muchas ganas; mucho
m�s de como lo hace, cuando se siente observada y nota que me doy cuenta de su
deseo. Me doblo, y su mano ha bajado hasta tomarse una de sus tetas, pues
previamente le ha descorrido el tejido que la cubr�a y ahora se toca, as� misma
con la mano ahuecada. Su palma siente el latir atropellado, en su pecho
izquierdo. Nota como trota su coraz�n, y se toma la aureola, la roza y coge el
pez�n, entre pulgar e �ndice.


--Casandra: �B�jamelo,...!


--Susana: �El que,....!


--Casandra: Lo que tienes ante ti, hazlo. �TE LO REPITO,
HAZLO!


(Veo, que va a usar su mano. Espero..., y cuando apenas me
tocan sus yemas y tienen el segmento el�stica, le digo...)


Casandra: NO, CON LA BOCA... FR�TATE CON LA CARA, Y HU�LEME,
MIRA Y L�MEME.


(Me acerco a ella, y as� me lame, se frota y restriega, se me
roza y su piel contacta conmigo (sus labios, dientes, nariz, la frente y algo de
su cabello).


As�, me excita lo indecible. Y ella, mira mi cara girada
hacia atr�s. Comprende, y acelera su ritmo, para venirse conmigo. Y llegamos. De
una forma distinta, pero muy caliente.


LUEGO SIGUIERON LAS CARICIAS, ABRAZOS, BESOS Y AMOR DE
MUJERES, PERO NI�AS A LA VEZ. Permanec� 3 horas con ella, luego hablamos de casi
todo. O�mos m�sica y nos prometimos vernos, repetimos otros d�as, y nos vemos a
veces cada 15 d�as, otras veces hasta 4 d�as por semana. Somos independientes,
pero nos damos libremente. Y el amor va a m�s....


Pero, ese d�a su mirada y la m�a, fueron cual dardos
certeros. Y a�n hoy, me humedezco pensando en eso y hasta algunas noches me
toco, preferentemente si se que el d�a siguiente hemos quedado de nuevo. Eso,
hace que ya me plantee vivir con ella, dentro de unos meses, si todo va bien me
mudar� a su casa


Cuando llego, tras subir deprisa en el ascensor o por las
escaleras. Saco las llaves y abro la puerta del Ed�n, y su ella est� dormida no
hago ruido, pero me masturbo mir�ndola y si no est� a veces tambi�n. Y es que
con ella vivo una pasi�n arrolladora. E incluso, rozo su cuerpo por encima de la
ropa de la cama. Y, si est� despierta no abrazamos y nos damos besos y hacemos
la cena o cosas; pero, en un momento u otro salta la chispa.


Se que estoy enamorada, como nunca. Y me encanta o�rla y
hacerla disfrutar, una vez y otra; as� hasta quedarnos satisfechas y abrazadas y
dormirnos juntas... Enamoradas, nos tenemos la una a la otra, somos felices... Y
recordamos juntas, esa primera vez con un sentimiento especial.




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Relato: Peluquera a domicilio, masajista ocasional.
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