Te pregunto cosas y tu me respondes, cortante, pero no porque
quer�s, sino porque tus nervios son mayores. Miro tus manos, esas manos que
tantas noches me acariciaron en mis sue�os, y est�n temblorosas. Tu mirada est�
perdida, como sino estuvieras seguro de lo que estas haciendo. Agarro tus manos
y te tranquilizas, ahora tu mirada se centra en mis ojos, y una sonrisa se
dibuja en tu cara angelical.

Yo no aguanto mas la tentaci�n y acerco mis labios a los
tuyos. Una corriente el�ctrica recorre nuestros cuerpos por primera, pero no por
ultima, vez esa noche. Ahora tus miedos parecen haberse esfumado y tus labios
arden contra los m�os. Tus manos acarician mi cabello, lo despeinan como tantas
veces prometiste que lo har�as. Mis manos recorren tu espalda, esa l�nea de la
columna que me vuelve loco y que deseo besar y sentir.

Te acercas m�s a m�, y ahora son tus manos las que recorren
mi espalda, mis besos ya se desviaron de tu boca, y pasaron a tu cuello, al
l�bulo de tu o�do derecho... tu solo cierras tus ojos azules y te dejas llevar
por el momento.

Tus manos inquietas ya entraron bajo de mi remera, ahora
siento la yema de tus dedos rozar mi piel, y me estremezco totalmente. Vuelvo a
tus labios, los beso apasionadamente como si ese fuera el ultimo beso que voy a
dar en mi vida, como si mi existencia dependiera solo de ese beso. Tu comienzas
a sacarme la remera, yo hago lo mismo, mientras no dejamos de mirarnos a los
ojos y besarnos.

Te recuesto en el sof�, mis labios comienzan a recorrer tu
cuello, bes�ndolo una y otra vez, sigo bajando, ahora tu pecho es mi due�o, tu
solo cierras tus ojos y suspiras fuerte, siento tu coraz�n latiendo a mil por
hora, mi lengua se vuelve loca en tu pecho, mientras sigo bajando, tu abdomen,
tu rico abdomen, que me puede hacer llegar al orgasmo sin ni siquiera tocarme,
ahora es m�o...

Me detienes, me tiras en el sof� y tu lengua juguetona
comienza el trayecto desde mi boca a mi abdomen, siento que mor� y que volv� a
nacer, cada vez que tu respiraci�n, la humedad de tu lengua, tocan mi piel.

Sin previo aviso, te doy vuelta y tengo tu espalda a mi
disposici�n, comienzo en tu cuello, y bajo lentamente con miles de besos
interminables en esa columna que me vuelve loco, llego a tus caderas y vuelvo a
subir, pero esta vez, no son mis labios, sino mi lengua, la que recorre esa
l�nea interminable que me fascina probar, t� te arqueas, parece que lo
disfrutas, entre susurros se escucha que pides m�s...

Te giro nuevamente hacia m�, miro tus ojos, y t� entiendes la
mirada, agarras mis manos y las llevas a tus jeans, las sueltas y me dices:
hacelo... Comienzo a desabrochar el cintur�n, mientras no dejo de besarte, ahora
el bot�n y lentamente bajo el cierre, a esta altura, t� s�lo suspiras y te
arqueas... debajo de tus jeans encuentro un slip blanco ajustado que deja ver
claramente, que est�s disfrutando de mis caricias... T� haces lo mismo,
desprendes los botones de mi pantal�n holgado, que a�n as� tambi�n dejan ver
como estoy gozando de esta sesi�n de caricias... Te encuentras con los boxers
negros que tanto te coment�, aquellos que me quedan ajustados y que me excitan
de s�lo mirarme al espejo...

Te recuestas sobre m�, tu en slip, yo en boxers... y mi mano
comienza a acariciar tu espalda, con el fin de llegar a ese santuario que en ti,
todav�a permanece virgen... Te sientas sobre mis piernas, y comienzas a sacarte
lentamente tu ropa interior, como queriendo liberar a un ser en celo, y en ese
momento... la bocina de un veh�culo me estremece, abro mis ojos... y una vez
m�s, compruebo tristemente que estaba so�ando con la noche perfecta.

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