Soy hu�rfana desde que ten�a unos meses ya que mis padres
murieron en un accidente de circulaci�n. Era hija �nica y tuve que crecer en un
orfanato. Cuando ten�a doce a�os, en una excursi�n que hicimos a la gran ciudad,
el autob�s en el que viaj�bamos sufri� una aver�a y ca�mos por un puente al r�o.
Un par de compa�eros murieron y varios quedamos heridos de gravedad. Yo me pas�
varios meses en el hospital. Ten�a casi todo el cuerpo inmovilizado, todo me lo
ten�an que hacer. Entre las enfermeras y auxiliares, hab�a dos hombres que
ven�an a levantarme cuando ten�an que cambiarme.
Estaba sola en la habitaci�n y uno de los enfermeros, ven�a
por las tardes cuando ten�a libre para leerme algo, darme masajes, etc. Un d�a,
estaba d�ndome el masaje diario, est�bamos hablando y not� que su mano sub�a por
mis muslos hasta mi entrepierna.
--�Te gusta? �me pregunt�.
--S�, siento una especie de cosquilleo �le contest�.
Sigui� acariciando mi rajita cada vez m�s h�meda. Cre�a que
me hab�a orinado y se lo dije con la cara roja de verg�enza. Ariel, que as� se
llamaba el camillero, me contest� sonriendo que no me hab�a orinado, sino que
era por la excitaci�n, que a todo el mundo le pasaba. Entonces, sin dejar de
acariciarme mi conchita ya mojadita, me quit� el camis�n y empez� a besarme todo
el cuerpo. Primero me bes� en la boca, luego sigui� con mis pechos que se me
pusieron duritos como piedras y posteriormente, baj� sus labios hasta mi
conchita. Era la primera vez que alguien me hac�a eso y estaba disfrutando de lo
lindo. Empez� a meter y sacar su lengua de mi vagina mientras que sus dedos
acariciaban mi botoncito y con la otra mano en mi culito, me iba metiendo y
sacando un dedo de mi ano. Vi las estrellas de puro gozo. Tuve mi primer
orgasmo. Luego, se puso de pie junto a mi cabeza y me meti� su polla en la boca.
Al principio me daba corte, pero poco a poco empec� a saborearlo. Primeramente,
le lam� todo el borde con mi lengua, despacio. Sent�a c�mo se estremec�a; luego,
por fin me lo introduje en la boca y lo chup� como si fuera un rico helado.
Cuando por fin se vino, me tragu� todo su rico semen.
Despu�s, me volvi� a poner el camis�n, me dio un beso de
despedida y se march�. Al d�a siguiente volvimos a hacer lo mismo. As� estuvimos
varios d�as. Cada d�a, me iba metiendo y sacando sus dedos de mi ano y mi
vagina.
Hasta que lleg� el gran d�a. Aquella tarde, despu�s de
excitarnos, me puso al borde de la cama, me abri� completamente de piernas y se
introdujo dentro de m�. No dejaba de besarme, para que mis gritos no alertaran a
nadie. Al principio, lloraba y gem�a de dolor, pero despu�s empez� el suave y
continuo vaiv�n y el dolor dio paso a la excitaci�n y el inmenso placer. Su
polla entraba y sal�a de mi vagina con unos embistes cada vez m�s duros y
profundos. Consegu� correrme antes de que Ariel eyaculara su rica leche dentro
de m� lo que hizo que volviese a correrme.
Pero un d�a dej� de venir. Adem�s, los m�dicos descubrieron
que estaba embarazada. No sab�a lo que pasaba y lo echaba de menos. Al parecer,
hac�a lo mismo con otras dos pacientes de la misma planta y lo cazaron. Las
otras dos chicas no quer�an casarse. Eran m�s expertas que yo y de ellas pudo
librarse. Pero conmigo le dieron a elegir: O se casaba conmigo en silencio y sin
que se enterara nadie o iba a la c�rcel.
Aunque al parecer no quer�a casarse, eligi� la boda, pues no
quer�a pasar varios a�os en chirona. Lo arreglaron entre un m�dico y una
enfermera que eran los �nicos que estaban enterados de mi situaci�n. Una ma�ana,
me lavaron, peinaron y me pusieron un camis�n que debi� de traer la enfermera.
Al rato, lleg� Ariel y posteriormente, un cura y un juez. Nos casaron en la
habitaci�n siendo testigos el m�dico y la enfermera. Despu�s de casarnos, nos
dejaron solos.
Mi recuperaci�n fue lenta y para cuando pude salir del
hospital, ten�a una barriga enorme, pues esperaba mellizos. Como todav�a era
menor de edad, ten�a que vivir con �l por lo menos hasta mi mayor�a de edad en
que decidir�amos si segu�a con �l o no. Fuimos a su casa. Los dos quer�amos
seguir teniendo relaciones por lo que no hubo problemas para dormir en la misma
cama.
Tuve a los ni�os. Despu�s de un tiempo, empec� a trabajar.
En la empresa, conoc� a un hombre con el que me li� por un
tiempo. M�s que nada lo hice para probar con otro distinto a mi marido. Pero
despu�s de poco tiempo, lo dejamos.
Han pasado muchos a�os desde entonces. Cumpl� la mayor�a de
edad, y decidimos seguir juntos. Aunque nuestra relaci�n nunca ha sido
maravillosa, en la cama s� que ha funcionado de maravilla. Despu�s de los
gemelos, tuve a la ni�a.
Ya tiene trece a�os y mi marido ya la ha iniciado en el sexo.
Siempre ha dicho que le encanta iniciar a jovencitas. Y su hija lo tiene loco de
deseo, aunque nunca ha dejado de cumplir conmigo.