Por Mujer Dominante 4

Las historias de vampiros son una exageraci�n. Matar a las
v�ctimas tom�ndose su sangre, es algo est�pido. Yo prefiero tomarles su leche.
As� que los orde�o y orde�o hasta que de tanto abusarlos, no les sale m�s leche.
Y no hay ristra de ajos ni crucifijos que los protejan.

No voy a negar que mi rebosante culo de color �bano enloquece
a los hombres, porque hasta a m� me enloquece, y veo los estragos que les hace
en cuanto se los aplico en algunos de mis tratamientos. Pero s�, quiero destacar
que mis enormes melones son mi principal arma de batalla, a la hora de atraerlos
a mis servicios. "�LOLA TE LA MASAJEA COMO NADIE! �DEJAME QUE TE HAGA UN BUEN
MASAJE, NENE, Y TE VOLVER�S UN ADICTO M�S!" y mi foto con mis paradas tetonas al
aire.

Algunos de mis clientes no vienen a que los pajee, sino que
pagan por comerme el co�o. A esos les cobro el doble, porque suelo correrme
varias veces durante sus devotas lamidas. As� que tengo m�s desgaste.

Una de las cosas que m�s me gusta es doblegar a los muy
machos. Cuando me llega uno de esos tipos peludos que alardean de su virilidad,
les meto un dedo en el culo. Y se lo muevo y muevo, cogi�ndoles el culo, como si
yo me estuviera haciendo una paja en el dedo. Si es necesario les aferro la
tranca, que se les pone dur�sima. Pero muchas veces no es necesario, y despu�s
de un ratito de cogerlos con mi dedo, empiezan a largar sus chorros de leche. Y
se van bastante confundidos. Yo creo que a todos los hombres les gusta que les
metan un dedo en el culo, y que se los cojan con una buena tranca, tambi�n. Creo
que todos los hombres son un poco putos. Por lo menos, cuando pruebo con el dedo
no me falla ninguno.

El culo es todo un asunto. A veces es la �nica parte de m�
que uso para un masaje. Algunos tardan un poco m�s, y bueno, se los cobro, pero
quedan muy agradecidos y acabados, en el sentido sexual del t�rmino se entiende.
Algunos, varias veces acabados. Y bueno, les cobro por cada polvo, que una no
trabaja gratis.

A mi pareja, Adri�n, lo suelo trabajar mucho con mi culo. Le
digo "Ven�, nene, que te hago un masaje con el culo" y ya lo tengo tendido,
esper�ndome. Por lo general empiezo por los pies, rode�ndole primero un y
despu�s otro con mi culo, para que sienta bien mis gl�teos. Y a veces, de paso,
me hago una paja, logrando meter su dedo gordo en mi ojete. Debiera tener m�s
cuidado con esa pr�ctica, porque hace un mes casi le rompo el dedo, de tantos
meneos que le d�. Y el pobre anduvo medio rengo por algunos d�as. Pero no puedo
con mi genio.

Despu�s voy subiendo por sus piernas, despacito, un poquito
hacia delante y otro poquito hacia atr�s, haci�ndole sentir el calor de mi
ojete, lo que lo va poniendo a mil. Para cuando llego a la rodilla, su polla
flamea locamente. Si me quedo un ratito frotando mi culo contra su rodilla,
puede que lo tenga corri�ndose en un par de minutos. Y cuando le monto uno de
los muslos, lo mismo. Claro que todo el tiempo est� como hipnotizado por mis
enormes tetones. Creo que con ellos lo conquist�. Pero despu�s fui consolidando
la conquista usando mis dem�s redondeces. El pobre est� rendido ante m�. Creo
que ni siquiera le importar�a ver como me cogen otros hombres, ni la cantidad de
pollas que orde�o por d�a. Pero por las dudas, no le cuento.

Aunque tuve un novio al que le gustaba que mientras le
frotaba el culo en la cara, contra el piso, le contara las cogidas que me hab�an
dado ese d�a. Pero eso te lo cuento otro d�a.

Bueno, como te dec�a, le voy subiendo el culo por el cuerpo a
mi novio, siempre como en un masaje. Claro que cuando llego casi hasta la polla,
lo tengo gimiendo, eso si no se ha corrido ya. Pero a m� me gustan las dos
cosas. Si se corri�, porque se que lo pude, que sucumbi� a la dominaci�n de mi
culo. Si gime, porque me enloquece tener a un hombre gimiendo bajo m�o.

Ah� se me plantean varias alternativas. Si cabe le aplasto la
poronga contra la panza, y se la pajeo con mi orto. �Las lechadas que le hice
echarse con eso! O tambi�n cuando me lo entierro hasta el fondo y me lo cojo con
el culo hasta que suelta los chorros. Pero a veces, ni la una ni la otra:
contin�o subiendo por su panza mientras lo escucho gemir, bajo mis avances y
retrocesos. Creo que el peso de mi culo lo vuelve loco. A veces siento los
lechazos contra la parte de atr�s de mi cintura, porque no pudo aguantar m�s la
tensi�n er�tica. Pero si la pudo aguantar sabe que tiene un premio. Con mi culo
contra su pecho tiene una visi�n alucinante de mis enormes tetones parados, y yo
lo dejo disfrutarla un ratito, hamac�ndome sobre su pecho. Si ah� no me lanza
sus chorros sobre la espalda, entonces le doy el premio. Y con lenta
deliberaci�n, como para que pueda tener una buena vista de lo que se le viene,
le voy bajando mi soberbio culo sobre la cara. Generalmente, en ese momento,
siento sus chorrazos sobre mi nuca.

Cuando le tapo el rostro con mi culo, sus gemidos suenan m�s
apagados. Y cuando veo que comienza a retorcer el cuerpo con desesperaci�n,
levanto un poco el culo para que pueda tomar algunas bocanadas de aire. Y
enseguida se lo vuelvo a bajar. Una y otra vez, y as� le voy cabalgando la cara.
Yo me entusiasmo mucho, y me echo varios polvos sintiendo su nariz en mi ojete.
Pero me tengo que andar con cuidado, porque sino, le aplasto el rostro por unos
momentos tan largos durante mi acabada, que m�s de una vez se me ha desvanecido.
Y un d�a me lo puedo encontrar asfixiado. Pero �l igual me adora. Yo creo que al
novio es el hombre del cual m�s una debe abusarse. Hay que abusarlo y abusarlo,
hasta que ya no sepa ni como se llama. Eso es amor.

A veces, cuando levanto mi culo de su cara, despu�s de un
catacl�smico orgasmo, y veo sus ojos vidriosos, su cara congestionada, y el gran
charco de semen en su panza, siento tanta ternura que le vuelvo a coger la cara
con el culo. Mi amado nunca se va a sentir privado de mi culo sobre su
persona...

En el consultorio tengo un cliente que me paga para que lo
mee. Es un se�or mayor, pelado, bajito, que se enloquece cuando siente mis
chorritos amarillos de pis caliente en la cara. Y el los recibe gimiendo, y
tragando lo que puede. Me pide que me ponga sobre la camilla, con una rodilla a
cada lado de su cara, y que me abra los labios de la concha, as� �l puede ver el
pis cuando brota. A m� me resulta pr�ctico, porque me evito algunas idas al
ba�o. Pero si no se corri� cuando se me acab� el pis, entonces me paga otro
turno y se va a la sala de espera hasta que yo le avise que estoy lista de
nuevo. Tambi�n le gusta oler mi peluda concha, tanto antes como despu�s de que
lo haya meado. A este le cobro un poco m�s, porque sino �d�nde estar�a el abuso?

entre meada y meada me espere en el ba�o que tengo en el
consultorio, as� cuando tengo ganas voy y lo meo. Y en el entretanto puede
entretenerse paje�ndose. Acept� alborozado.

As� que ahora lo meo directamente en el ba�o, haci�ndole
poner la cara boca arriba en el inodoro. Una meadita, vuelvo al consultorio,
otra meadita, y as�. Al no tener que juntar tanto puedo mearlo m�s seguidito. El
hombre chocho. Claro que el ba�o se va llenando de olor a pis, pero con cerrar
la puerta y abrirla y cerrarla rapidido, alcanza.

No le he contado nada a mi novio de este se�or, por temor a
que se ponga celoso y me pida que lo mee tambi�n a �l. Ser�a un enchastre con
las s�banas. Bueno, en realidad tampoco le cuento de mis otros clientes, como te
dec�a, as� que todo est� bien.

Mi amiga Sandra dice que ese viejo es un pervertido, pero a
mi no me parece. Yo no soy una pervertida porque me guste mear. Y si �l me paga
por hacerlo en su cara, �qu� problema hay? Perversi�n ser�a si no me pagara,
pienso yo.

"�A ti te parecer�a una perversi�n si yo te cagara en la
cara?" A Sandra le brillaron los ojos: "��Looolaaa!!" me dijo.

Bueno, que siga con sus clientas femeninas. No puedo
imaginarme que variantes ha encontrado para no aburrirse.

Uno de estos d�as le voy a pedir que me deje asistir a una
sesi�n suya...

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Recibo muchas cartas de mis lectores envi�ndome sus relatos y
pidi�ndome consejos. Pero yo no me dedico a eso, por falta de tiempo. As� que
siempre les digo que le escriban a Bajos Instintos 4, que s� se dedica a la
ense�anza y supervisi�n, en su taller virtual de narrativa er�tica. Si ese es tu
caso, y quieres escribir bien, te paso su direcci�n de email:
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