A las 8 estaba saludando a Cristina, empleada del bar, nos
conocemos hace bastante tiempo, tiene 35 a�os, separada y una jovencita de 16
a�os, cuyo nombre es Cristina como ella. Mientras tomaba el caf�, me dijo que su
cu�ada Olga, necesitaba de mis servicios. Si pod�a visitarla esta misma ma�ana.
Apunto su direcci�n en la agenda y le dije que me diera el tel�fono con objeto
de llamarla y concertar la hora. Llam�ndola por tel�fono le dije que ten�a antes
un par de visitas, pero que sobre las 10 de la ma�ana estar�a en su domicilio.

Emma y Sonia.

A las 9 aproximadamente me encontraba con Emma.

_Buenos d�as Emma. Buenos d�as Antonio, Pasa por favor.

Como es su costumbre me dijo, pasemos a la alcoba y preparas
la inyecci�n. Dejemos un poquito a Sonia que descanse. Llevaba una bata por
encima de las rodillas. Mientras preparaba el inyectable estuvimos conversando
un poquito. Una vez preparada la inyecci�n, quit�ndose la bata observe que
llevaba puesto un picard�as de color azul marino junto con unas braguitas del
mismo color. Se recost� en la cama y una vez subido el camis�n y baj�ndose la
braguita con toda naturalidad, efectu� un leve masaje en la nalga izquierda.
Seguidamente observ�ndola relajada introdujo la aguja e inyecto suavemente el
contenido de la jeringa.

Me permit� aplicarle el algod�n en la zona inyectada y sub�
su linda braguita. Como he comentado anteriormente esta se�ora, madurita como
dice ella, es de una belleza incomparable. Y no digamos del cuerpazo que tiene.
Hermoso busto y de cintura y caderas, para que contar. Incorpor�ndose de la cama
fue a despertar a Sonia.

Me dispongo a preparar la inyecci�n en el sal�n. Emma me
dijo, puedes pasar. �Lista jovencita? Por supuesto, toda sonriente se coloco
preparada para la inyecci�n. Se�alando su trasero me dice, ponla en el lado
izquierdo. Desinfectando su lindo culete, introduje la aguja aplic�ndola
despacio como es mi costumbre. Esta noche terminas con el tratamiento. As� es,
si el doctor que tiene que venir hoy no dictamina lo contrario. Hasta la noche
pues, Adios Antonio, gracias.

Despidi�ndome de Emma fui a las vecinitas del piso contiguo.

Bel�n y Laura.

De nuevo me encontraba a ver a mi rubita Bel�n. Que tal
Bel�n, buenos d�as. Como ha pasado la noche Laura. Muy mal Antonio, Fui a la
alcoba y d�ndole los buenos d�as le dije, ya me ha comentado Laura que estas
bastante fastidiada, as� es. �Has tomado tu temperatura? Si, y tengo d�cimas de
fiebre. Ahora me iba a poner un supositorio. �Me lo puedes poner? Por supuesto
Laura. Se puso de costado en la cama y baj�ndose la braguita tuve el placer de
separar sus nalgas, vi�ndole el agujerito de su ano, que daban ganas de lamerlo
y meter mi glande. Introduje el supositorio muy despacito recre�ndome como iba
entrando en su culete.

La cubr� un momento con la colcha de la cama y preparando el
vial, le dije. Hoy es solo una inyecci�n. En que sitio te la aplico, donde
quieras Antonio. Dando el masaje de rigor en ese trasero tan delicioso,
introduje la aguja en la nalga izquierda, administr�ndola muy despacio. Bueno
Laura puedes subirte la braguita, hasta la noche pues. Gracias Antonio.

Bel�n se encontraba en el sal�n. �Prefieres la inyecci�n
ahora? Lo dejamos para la noche �no te parece? Claro Bel�n, no hay inconveniente
ninguno. Anoche goce de lo lindo, d�melo a mi cielo. Toda la noche estuve
pensando en ti. Lo repetiremos dijo ella. Si Laura se encuentra mejor, quiero
que disfrutemos los tres juntos. Tenemos una serie de juguetitos que de vez en
cuando lo compartimos.

Ahora tengo que marcharme, tengo que realizar una visita
urgente y luego abrir el consultorio. Hasta la noche Bel�n. Adios cielo.

Seguidamente me fui a casa de Olga, una nueva paciente .Tiene
30 a�os, estatura media, un poco gordita. Morena, con el pelo rizado. Trabaja de
cajera en unos almacenes. Llego puntual a la cita. Una vez me abri� la puerta me
encontr� con una belleza de mujer. Vest�a una especie de t�nica de color blanco.
Se le marcaban a trav�s de la misma, el sujetador y las bragas.

_Buenos d�as Olga, buenos d�as Antonio, pasa por favor. Que
bueno que te diera el recado Cristina. No ten�a tu tel�fono. Aqu� te dejo mi
tarjeta con las se�as de casa y el consultorio, as� como los tel�fonos.

En el dormitorio tengo los inyectables, pasa por favor.
Prefiero me inyectes en la cama. Le hab�a recetado su ginec�loga:

2 envases de 6 ampollas. � ven�an en dicho envase 3 ampollas
de 2 ml., y 3 ampollas de 1 ml. Aplicaci�n 1 ampolla al d�a. Ella estaba sentada
en la cama y observaba como preparaba su inyecci�n. Cuando quieras Olga. Con
toda naturalidad, subi�ndose su linda t�nica, tuve el placer de ver su
maravilloso cuerpo. Coloc�ndose boca abajo, y deslizando la braga a la altura de
la rajita del culo.

Puse el algod�n impregnado de alcohol un poquito sobre la
nalga izquierda. Efectuando un ligero masaje, le dije, rel�jate por favor.
Introduje la aguja aplic�ndole la inyecci�n muy despacio. Nuevamente deje el
algod�n en la zona inyectada y le dije, �te doli�? Que va Antonio, nunca me han
puesto las inyecciones con tanta delicadeza.

Levant�ndose y cubriendo ese lindo trasero me dice. �Podr�s
venir sobre esta hora? Por supuesto Olga. Caso contrario te avisar�a. Hasta
ma�ana entonces Antonio, y gracias. De nada Olga ha sido un placer el conocerte.

Llegar�a al consultorio sobre las 10.30. Estuve rellenando
las fichas de mis pacientes. Desde mi mesa de despacho ve�a la sala de espera. A
los 15 minutos aproximadamente entraba una chica joven. �Es usted el
practicante? Por supuesto se�orita, que se le ofrece. Aplicarme unos inyectables
se�or, vengo del ambulatorio.

Era rubia, talla 1.70, no aparentaba m�s de 20 a�os. Me
dispuse a abrirle ficha.

Nombre.- Paula, tel�fono, direcci�n, etc. Iba vestida muy
elegante, cazadora vaquera y falda a juego. Me dio los inyectables junto con la
receta del doctor. No acostumbro a inyectar sin comprobar la receta. A no ser a
gente que conozca. Pase detr�s del biombo y se recuesta en la camilla, enseguida
estoy con usted.

Preparo las inyecciones, 2 ampollas intramuscular profunda
lenta. Una inyecci�n en cada gl�teo. Cuando fui a inyectarla, estaba recostada.
Con la falda quitada y mostr�ndome unas piernas y muslos todos dorados por el
sol. Piernas largas y torneadas. Llevaba unas braguitas de color rosa, la que
previamente se hab�a bajado hasta donde comienza la rajita del culo. Di primero
con el algod�n y alcohol sobre la nalga izquierda y le dije, rel�jese.
Efectivamente, notando su culito relajado introduje la aguja. Administr�ndole el
contenido de la jeringa, �duele? Un poco se�or, lentamente puse todo el vial,
d�ndole nuevamente con el algod�n.

Ahora pincharemos la otra nalga. Administrando la inyecci�n
delicadamente. Puede vestirse, mientras paso a tirar las jeringas desechables.
Hice anotaci�n en la ficha del antibi�tico aplicado y a los pocos minutos estaba
completamente vestida y pregunt�ndome, que tenia que abonarme. Me abono los
servicios prestados.

Me dijo si pod�a pasar por su domicilio sobre el mediod�a,
para que fuera a inyectar a una compa�era que se encontraba en cama. Por cierto
me mostr� la receta prescrita por el doctor. Dije que no hab�a inconveniente,
d�ndome una tarjeta con las se�as, quedamos en que ir�a a su casa sobre las
13.00 horas.

Sigo con mi labor y salgo un momento al bar, a tomarme un
bocadillo y una cerveza, llevaba solo el caf� de primera hora de la ma�ana.
Charlo un poco con Cristina, y leo la prensa del d�a mientras almorzaba. Le dije
a Cristina que sobre las 14.30 o 15.00 horas, regresar�a a comer ya que suelo
hacerlo diariamente. Estuve un rato en el consultorio y aproximadamente a las
12.30, sal� hacia el domicilio de Paula.

Me abri� Paula que seguidamente me hizo pasar a la alcoba de
su compa�era, de nombre Irene, sobre unos 22 a�os, morena y escultural cuerpo,
como pude comprobar mas tarde. Una vez hecha las presentaciones Irene me dijo
que sobre la c�moda estaban los inyectables. Me dispuse a prepararle el vial,
pues era una ampolla dos veces al d�a. Al parecer ten�a una afecci�n gripal.
Paula me dijo que una vez terminara deseaba charlar conmigo. Por supuesto le
dije, sin ning�n problema. Venga cari�o, dijo Paula vu�lvete para inyectarte.
As� lo hizo, deslizo el cobertor de la cama, visionando un lindo cuerpecito.
Bajando la braguita dijo, cuando quiera se�or, pero por favor vaya con cuidado
me dan horror las agujas.

Tranquil�zate dijo Paula, esta ma�ana me puso dos inyectables
mas fuertes que los tuyos. Mojando el algod�n con unas gotitas de alcohol, doy
masaje en ese lindo culete, concretamente en el lado izquierdo y dando una leve
palmada para que se relajara introduzco la aguja. �Ay! administro muy lentamente
el vial, una vez terminado me dice, gracias se�or, ha sido muy delicado
inyectando. De nada Irene. Hasta la noche, adios y gracias. Sal� con Paula
qued�ndome un poco intrigado, �Qu� querr�a esta jovencita? Resultaba ser una
casa de masajes, siendo ella la due�a, coment�ndome que si podr�a ocuparme de
las chicas en cuanto a medicamentos, tensi�n arterial, curas, etc. Le dije que
de acuerdo, quedando agradecida y dici�ndome que sobre precios no habr�a ning�n
problema. Volviendo a Irene me dijo que aparte de la inyecci�n de la noche,
hab�a que aplicarle unos enemas. Yo en mi interior pensaba en lo que iba a
disfrutar manipulando ese culo con el irrigador y poniendo inyecciones a todas
sus chicas.

Despu�s de la charla mantenida con Paula, me dijo si conoc�a
a alguna ginec�loga especialista de confianza, lo cual le dije que podr�a
recomendarle a una amiga m�a, no hice menci�n de quien se trataba pues primero
deber�a hablar con ella. Me desped� de Paula, volver� sobre las 20.00 horas para
inyectar de nuevo a Irene. Me dijo que probablemente deber�a inyectar a dos
nuevas pupilas que esperaba aquella tarde.

Fui a comer, pues eran casi las 14.00 horas. Luego sub� a
casa y descansar un rato, pues tenia que abrir el consultorio sobre las 17.00
horas. Mientras servia la comida Cristina, me dijo que necesitaba inyectarse.
Por supuesto, cuando termine de comer te acercas un momento. Hab�a ido al
ambulatorio, recet�ndole unas inyecciones bals�micas. Una vez acabada la comida
le dije, vamos a poner esa inyecci�n. Acompa��ndome al consultorio me dio la
caja de las inyecciones. Eran 4 ampollas de 5 ml., �chate en la camilla. Toda
acostadita baj�ndose el pantal�n junto con unas braguitas de color negro.
Mir�ndome de reojo con la inyecci�n en la mano me dice, vamos coraz�n p�nchame
el culete donde mas te guste. Froto con el algod�n sobre su nalga izquierda e
introdujo la aguja, estaba para meterle la otra de calibre grueso, muy despacio
inyecto el contenido de la jeringa y masajeo el trasero. Con toda confianza le
subo la braguita, listo guapetona. Incorpor�ndose de la camilla y con el
pantal�n subido me dice, eres un solete. Tienes unas manos que valen un imperio.

Gracias Cristina, nos vemos luego, ahora cierro y subo a casa
a echarme un rato. Acord�ndome de lo que me dijo Paula, la chica del sal�n de
masajes, llamo a Laura la doctora, y le comento la propuesta de esta se�orita.
Hoy no tengo consulta me dice, as� que si te parece bien puedo acercarme ahora a
tu casa, adem�s de paso me pones unos inyectables. Por supuesto Laurita, te
espero. Tr�ete el malet�n, luego iremos a visitar a estas chicas. Vale Antonio,
siempre lo llevo preparado con medicamentos, instrumental, etc.

Te dejo que descanses un rato Antonio, nos veremos luego.
Colgu� el tel�fono y me dispuse a descansar un rato. Pr�cticamente, llevar�a una
media hora en el sof� cuando llamaron a la puerta. Era Laurita, hola Antonio,
�poco has descansado verdad? No te preocupes, adelante. �Quieres tomar algo?
Gracias, pero ahora no se me apetece nada. Bueno cu�ntame sobre lo que te han
dicho esas se�oritas. Esta tarde pienso que me acompa�es si no te importa, y lo
dejo a tu elecci�n. Por supuesto que voy contigo, pero ahora quiero que me
pongas la inyecci�n. Laurita como yo la digo, vest�a un traje color marr�n,
compuesto de falda y chaqueta, llevaba debajo una blusa camisera, de color
blanco. Asimismo zapatos de tac�n alto, tiene un magnifico cuerpo, talla 1.60,
morena y muy guapa. No pude por menos que piropearla y decirle lo linda que es.
Tiene 34 a�os y �ltimamente seg�n me dijo, llevaba separada.

Mantenemos una gran amistad, y sinceramente por motivos de
trabajo y dem�s no nos ve�amos desde hace un poco de tiempo. Sacando el
inyectable del malet�n me dijo, ves preparando la inyecci�n, me dispuse a
prepararla y le dije que pasara al dormitorio, se encontrar�a m�s c�moda
acostada. Cuando est�s lista me avisas. A los pocos minutos entro al dormitorio,
encontr�ndola sobre la cama, solo con la ropa interior. �Dios m�o! Laurita que
haces. Nada papi, tengo ganas de hacer el amor contigo, lo necesito. La
inyecci�n como sabes es el contraceptivo que me toca pon�rmela hoy. Baj�ndose la
braguita, se puso de espaldas y me dice: venga papi date prisa. Le di el
masajito sobre la nalguita y le puse el inyectable. Fui al ba�o a tirar la
jeringa desechable y me dije manos a la obra.

Me desvest� apresuradamente y acost�ndome junto a ella
empezamos a jugar un poquito, sac�ndole el sujetador empec� besando esos labios
carnosos, continuando el recorrido por sus senos, su ombligo tan perfecto y todo
su pubis, de lindos rizos negros. Quiero comerte ese lindo co�ito, abri�ndose de
piernas y separando ella misma con sus manos los labios mayores me dijo, todo
tuyo. Met� mi lengua en toda esa cavidad vaginal, sonrosadita, al mismo tiempo
introduje el dedo masturb�ndola fren�ticamente.

Cambi�ndose de postura, dice quiero comerte ese rabito tan
bueno que tienes, ya lo creo Laurita, nos pusimos en la posici�n del 69. Ella me
sorb�a el pene a punto de estallar. Mientras yo me deleitaba chup�ndole el rico
n�ctar de sus jugos vaginales. Al mismo tiempo met� un dedo en ese agujero
marroncito de su culo. Saco el dedo y introduzco mi lengua, suplic�ndome que
parara, pen�trame por favor, se volvi� como una gata en celo. Abr� el caj�n de
la mesita de noche y saco r�pido el preservativo, ella rompi� el envoltorio con
su boca y me lo puso con una maestr�a extraordinaria.

Quiero cabalgarte me dice, coloc�ndose encima, asi� mi rabo y
se lo fue introduciendo lentamente movi�ndose sobre mi. Yo la tenia cogida por
las nalgas y al mismo tiempo puse la punta de mi dedo sobre el culo, ese
botoncito de placer. Nos corrimos mutuamente y extenuados nos levantamos de la
cama y nos metimos en la ducha, enjabon�ndonos mutuamente. D�monos prisa cielo,
aun debo abrir un rato el consultorio y marcharnos luego a visitar a las nenas
del sal�n de masajes.