Tengo una amiga con la cual me sincero totalmente. Ella es
alta, no est� delgada pero tampoco gorda, tiene una melena morena hasta la
cintura que m�s de una desear�a, unos pechos peque�os y redonditos a los que
siempre se les nota un disimulado pero apetecible pez�n y unos ojos marrones
preciosos. No tiene un tipazo 10, pero cuando se pone unos vaqueros negros que
le quedan ajustaditos con esa camisa casi transparente que tiene, ...uf, me
vuelve del rev�s y no s� por qu�. Yo soy heterosexual pero ella es lesbiana y
muchas veces me ha echado los tejos cuando ve mi culito redondito y mis pechos
bien colocados debajo de la camiseta.
Ella trabaja en una oficina de trabajo temporal, como
recepcionista; yo en una oficina como administrativo, y por la relaci�n que
tienen nuestros oficios, m�s de una vez quedamos para tomar un caf� o para
comentar los t�picos problemillas del trabajo.
Un d�a que estabamos super estresadas las dos y mi marido no
estaba en casa, entonces en vez de dar un paseo, decidimos ir a pasar la tarde
al r�o. Sin pensarlo dos veces, nos montamos en el coche y fuimos camino del
r�o; a los 10 minutos ya est�bamos all�, dimos una vuelta para ver los sitios
que hab�a libres; cuando nos percatamos de que no hab�amos cogido los ba�adores,
ella dijo:
- Da igual, nos ba�amos con ropa y cuando lleguemos a
casa, la secamos.
Asent� con la cabeza, ya que ella llevaba un top ajustado y
quer�a verlo pegado a su piel y por su mirada comprend� que ella quer�a ver mis
grandes pezones a trav�s de mi fina camiseta, ya que iba sin sujetador al igual
que ella.
Empezamos a jugar con el agua: una mojaba a la otra y
viceversa, nos descalzamos y nos metimos en el agua poco a poco. Ella fue m�s
r�pida que yo y cuando estaba totalmente mojada en una zona que cubr�a bastante,
me intentaba provocar para que me diera prisa en mojarme totalmente. Cuando
llegu� donde estaba ella, la rode� con mis piernas, acerqu� mis labios a su o�do
y le dije:
- Eres una zorra; no me provoques; sabes que me gustas
pero como amiga y estoy felizmente casada, cari�o.
Mientras estaba en esa posici�n, ella me tocaba el culo
presionando con sus manos para que cambiara de opini�n. Eso me molest�, as� que
me sal� del agua: mi camiseta blanca dejaba ver, claramente, el contorno de mis
pechos: su tama�o y su excitado pez�n; me tumb� en la hierba, me apoy� sobre los
codos y flexion� una rodilla para que el sol secar� un poco mi camiseta y mis
pantalones cortos, ya que me marcaba todo.
Cuando ella me vio fuera del agua, en aquella posici�n y
marc�ndolo todo, sali� del agua y se tumb� a mi lado; era una visi�n o no, su
top estaba totalmente pegado a aquellos peque�os pero sabrosos pechos
capitaneados por unos apetecibles pezones.
Me pregunt� porque hab�a salido del agua tan r�pido, y yo se
lo expliqu�:
- S� que te atraigo, t� a m� me gustas, pero no tienes
que presionarme para que haga algo o lo deje de hacer.
- Ya s� lo que piensas y te pido perd�n, pero est�s tan
atractiva con la ropa pegada al cuerpo...- me contest�.
Nos hab�amos tumbado en un sitio donde no hab�a nadie,
circunstancia que ella aprovech�, y al rato de estar tumbada empez� a tocarse
las piernas hasta llegar a la entrepierna; yo la miraba: primero con cara de
susto y luego con cara de complicidad, ella me mir� y me dijo:
- �Quieres ayudarme? Si quieres te dejo que metas tu mano por
dentro.
Yo segu�a enfadada por lo de antes, pero aquello me atra�a
mucho; le di mi mano y ella la puso en contacto directo con su cl�toris.
Pregunt� si pod�a hacer lo mismo conmigo, asent� y exig�.
�C�mo me masturbaba!, aquello era una pasada; yo con mi mano
all� dentro rodeaba su cl�toris con la yema de los dedos, le separaba los labios
para que este quedara totalmente libre y presionaba para intensificar su pacer.
Se acerc� a m� y me dijo:
- Aqu� la �nica zorra que hay eres tu: primero me
calientas, luego me dejas y ahora te lo montas conmigo; pues espero que
est�s dispuesta a pasarlo bien.
La escuch�, asent� y para callarle la boca, me acerqu� y la
bes�: Le met� la lengua hasta la garganta, momento que aprovech� para bajar sus
pantalones, separarle bien las piernas y continuar con la masturbaci�n; cosa que
agradeci� mordiendo mis pezones por encima de mi camiseta. Tuve que gemir para
darme cuenta de lo que est�bamos haciendo y donde lo est�bamos haciendo; fue
entonces le suger� ir a un sitio m�s reservado; acepto mi proposici�n. Nos
subimos al coche y esta vez conduc�a ella; me llev� por unos caminos que no
conoc�a, le pregunt� que d�nde �bamos, pero ella me mand� callar.
Al cabo de media hora, se detiene y apaga el motor; sale del
coche y muy cordialmente va hasta el otro lado para abrir mi puerta:
- Se�orita - y ofreci�ndome su mano me ayuda a salir del
coche -, bienvenida a mi humilde morada.
A continuaci�n toma la delantera para abrir la puerta de su
casa, entro y me dice:
- Ponte c�moda, cari�o, voy a buscar algo para que est�s
ligera de ropa y a gusto y a por unas cosas que quiero ense�arte � y por una
puerta desapareci�.
Me trajo una bata de seda transparente; me desnud� y despu�s
de acariciar mis pechos me puse la sugerente vestimenta que mi amante me hab�a
tra�do.
A los pocos minutos lleg� ella: estaba bell�sima, me dej�
boquiabierta: llevaba una bata de seda negra, que dejaba ver su cuerpo desnudo;
la suave seda daba forma a unos pechos espl�ndidos y excitados; tambi�n marcaba
sus hombros rectos, la curva de sus caderas y un sexo pidiendo que alguien le
prestara un poco de atenci�n para satisfacerlo; estaba alterada y totalmente
excitada.
Se acerc� a m� para contemplarme mejor: me hab�a recogido el
pelo ya que la tarde se divisaba c�lida, mis pechos estaban totalmente erectos,
marcados por un sonrosado pez�n, mi estrecha cadera daba paso a un monte de
Venus totalmente depilado; pas� su mano por mi bata: me mord�a los pezones
mientras con su mano buscaba mi placer. Cuando lo encontr� y comenz� a frotarlo
para proporcionarle placer, met� mis manos debajo de su bata y me puse a jugar
con aquellos peque�os, sabrosos y jugosos pezoncillos, mientras con mi lengua
recorr�a su cuello; sab�a que era una cosa que le gustaba porque me lo hab�a
comentado hac�a ya alg�n tiempo. Nos quitamos la bata simult�neamente, las
dejamos caer y despu�s de una caliente mirada, entrelazamos nuestras manos,
unimos nuestras bocas; nos fundimos en un c�lido e inmenso beso, en donde
nuestras lenguas jugaban.
Estuvimos un rato de esa forma, hasta que no pudimos aguantar
el deseo: nuestras manos se separaron, nuestras bocas tambi�n y d�ndonos
peque�os mordisquitos en los pezones, nos arrodillamos una enfrente de otra,
y...: empezamos a palmarnos inmediatamente; sus manos recorr�an mis hombros, las
m�as su cuello; seguidamente, mis manos, fueron bajando hasta sus exquisitos
pechos, ella hizo lo mismo con sus manos en mis pechos, pas�bamos el dedo
alrededor del pez�n para que �ste se endureciera, y una vez endurecido lo
ara��bamos con las u�as, um..., sab�is que placer produce eso? como las dos nos
dimos cuenta de que nos gustaba, estuvimos bastante rato ocup�ndonos de los
pechos; me gustaba tant�simo lo que me estaba haciendo y como lo estaba
haciendo, la empuje para atr�s ,y al estar de rodillas, todo su conejito qued�
abierto ante m�, ofreci�ndome sus suculentos jugos, y con cara de perra en celo,
abr� mi boca para comerle a mi amiga todo aquel manjar que me estaba ofreciendo.
Le separ� bien los labios, para que lo que me interesaba estuviera a la vista y
comenc� pas�ndole un dedo, despu�s le di un lametazo para que siguiera excitado;
a continuaci�n dej� caer un poco de mi saliva.
- Cierra los ojos y disfruta, princesa � le dije antes de
empezar.
A lo que ella respondi� echando su cuerpo totalmente para
atr�s y dej�ndolo a mi entera disposici�n. Me acerqu� a su sexo y lo empec� a
trabajar: le chupaba el cl�toris de abajo hacia arriba, met�a mi lengua por su
co�o empapado del placer que estaba sintiendo; ella gem�a, se intentaba dar la
vuelta, iba a estallar entonces con una de mis manos, le tocaba las tetas para
producirle m�s placer, cuando... ah!, ah!, ah!, acab� por darme mi recompensa:
una suculenta corrida lleg� a mi boca; ella segu�a gimiendo y dando peque�os
suspiros; acab� de chup�rsela, se incorpor� y despu�s de morrearme, me echo
hacia atr�s; con sus manos fue bajando desde mis hombros, deteni�ndose en mis
pechos, jugando con mi ombligo, hasta que finalmente llego a mi sexo; pas� su
lengua por mi monte, separ� mis labios y fuertemente comenz� a comerme la fuente
de mi placer, que iba aumentando su tama�o r�pidamente; met�a su lengua en mi
sexo y jugaba con ella haciendo c�rculos dentro de mi mojado co�o; yo gem�a,
suspiraba, le agarraba la cabeza para que no la levantar�: quer�a que ella
tambi�n comiera de mi sexo.
Despu�s de otro ratito de descanso, se me ocurri� una genial
idea, aunque no sab�a si con ella funcionar�a. Le pregunt� d�nde ten�a la
nevera, me dijo que en la cocina y fui para all�; despu�s de un rato volv� con
una cubitera hasta los topes de hielo.
- �Para qu� es eso? �Te vas a preparar algo refrescante?
- Si, espera y ver�s lo que pienso hacer.
Le mand� que se despojara de la bata sutilmente, le dije que
se tumbara en el suelo boca a bajo; entonces yo cog� un cubito de hielo y empec�
a jugar con �l en la espalda me mi amiga; se le erizaba la piel por segundos,
primero le pasaba la puntina de la lengua y despu�s el hielo. Al cabo de un rato
le dije que se pusiera boca a arriba, y esta vez los cubitos de hielo
endurecieron sus pezones, que se pusieron grandes y duros. Luego quiso jugar
ella conmigo y los hielos; me puso uno en cada pez�n para que se endurecieran
antes, despu�s me los lami�, mordisque� y chupete�, y bajando hasta mi sexo sin
perder de vista mis tetas me volvi� a comer el co�o con mucho arte.
Para ser mi primera experiencia con otra mujer no estuvo nada
mal, es m�s, creo que estoy esperando la pr�xima oportunidad para ir al r�o.