Dos d�as despu�s, me encontr� con Bob y Andr�s, cenando en un
lugar muy discreto de un selecto sector de la capital, conforme a lo convenido
ni Bob, coment� nada de lo nuestro, ni Andr�s se identific� como mi yerno, tan
s�lo como un antiguo compa�ero de la universidad amigo de mi hija y con algunas
pretensiones con su madre. A la hora de los postres y con objeto que ambos
muchachos tomaran alg�n acuerdo de lo que vendr�a m�s adelante, los dej� a solas
con la intenci�n de pasar al tocador de damas, All� me felicit� por tener a mi
lado a dos tipazos de esos que no se les puede negar nada y que yo sab�a que
ambos buscaban con pasi�n , el tener el m�ximo de placer conmigo.

De lo que conversaron los hombres es un secreto que no pude
revelar, solo que me sacaron de all� con el objeto de ir a otro lugar a tomarnos
los bajativos, cosa a la cual no puse objeci�n, y aunque el lugar escogido era
un exclusivo Motel, me deje llevar cual novata en manos de unos bribonzuelos. Un
amplio lugar con sala de estar, m�sica y tragos, para encender nuestras l�vidos,
bail� con ambos muchachos quienes se mostraban s�per encendidos conmigo y yo
para no ser menos me contorneaba toda rozando sus ardientes cuerpos hasta que
todos quedamos muy calientes. los hombres all� presente me miraban
insistentemente y eso tambi�n me pon�a ardientemente sensual.

Unos minutos despu�s, era de verlo y no creerlo, yo en
persona, la misma Maribel, tan se�ora, tan fiel a su marido, tan virginal e
inocente, que su m�ximo pecado era haber so�ado una fantas�a de desliz, que no
niego me hab�a dejado muy encendida, ahora estaba frente a una hermosa y
tremenda realidad. Ten�a a mi disposici�n a dos j�venes hombres desnudos,
asedi�ndome y acos�ndome con unos hermosos f�sicos y unos tremendos falos duros
y amenazadores, mientras yo, sin mas defensa que mis desnudos atributos con que
Dios y mi esfuerzo me manten�an en este mundo, encend�a en ellos unos
incontrolables deseos de acariciarme y recorrerme toda con sus grandes manazas y
con la abierta intenci�n de penetrarme y gozar de m�, sin compasi�n.

Quien as� lo hizo primero fue Bob, a quien sent� intensamente
sus vertiginosas clavadas muy dentro de mi, mientras mi buen Andr�s se ubic�
cerca de mi rostro para que le diera sendas mamadas . As� comenc� una noche de
infatigable placer con dos imbatibles s�per machos que se esmeraban por
complacerme y se deleitaban con mis extraordinarios orgasmos.

Fue Andr�s quien en su m�xima calentura desvirgino mi
apretado ano, y aunque al principio casi no lo resist� por el dolor que me
produc�a, vencida todas mis resistencia, fui penetrada por completo por esa
parte caus�ndome lentamente un fuerte placer, siendo yo quien ped�a ahora a mi
yerno no me lo sacara, mientras convertida en verdadero emparedado, ten�a a Bob,
penetrado vaginalmente, no les cuentos como ca� en ese tremendo orgasmo,
penetrada , acariciada y besada por ambos hombres, sufr� una verdadera explosi�n
en todo mi desnudo cuerpo y cre� desfallecer de tanto gozo, mientras sent�a la
inundaci�n seminal de ambos machos junto a las convulsiones que por simpat�as se
apoderaban de nuestros cuerpos.

Para mi fue una experiencia inolvidable, que no dudar�a en
repetir las veces que me fuera posible ...... Y como no hacerlos ........ si en
esos momentos vividos con tanta complicidad, donde hombres extra�os a tu marido,
te llenan de deseos y ternuras, recorren tu anatom�a con sus ansiosas manos
queriendo impregnar en ella toda tu aterciopelada piel de mujer y se entregan a
ti y te penetran con esas cosas maravillosas y te hacen gozar de tal formas que
t� no lo puedes resistir m�s y caes una y otra vez en unos orgasmos maravillosos
en que pareciera se te va la vida al disfrutar intensamente de cada uno . Amigas
he sido infiel, este ahora es mi gran pecado, ---- pero creo ha valido la pena.

Pronto m�s noticias m�as.

Maribel.