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A pesar de que nuestra vida sexual ha sido bastante intensa
durante a�os, tanto mi mujer, Ana, como yo, Ra�l, ven�amos notando, de un tiempo
a esta parte un cierto aburrimiento y cada vez menos pasi�n. Ambos estamos en la
mitad de los cuarenta y f�sicamente nos mantenemos bastante bien. Especialmente
Ana, alta y morena, con un buen par de tetas que todav�a hacen volver la cabeza
a m�s de uno. Como digo nuestra situaci�n sexual era cada vez m�s l�nguida y yo
no ve�a forma de reactivarla. A veces us�bamos pel�culas pornogr�ficas tratando
de excitarnos, foll�bamos en lugares m�s o menos arriesgados (el garaje,
probadores,...) pero la cosa no mejoraba.

Yo llevaba alg�n tiempo incitando a mi mujer a que hici�ramos
intercambio con otra pareja. Cuando estabamos follando y ella estaba a tono me
dec�a que estaba deseando ser penetrada por otro t�o mientras yo lo ve�a todo.
Sin embargo cuando trataba de retomar el tema despu�s siempre llegaba la misma
negativa: no quer�a ni oir hablar del asunto.

Hace algunos meses le� en una secci�n de contactos de
internet que una pareja de edad similar a la nuestra buscaba otra pareja para
follar juntos pero sin intercambio. Aquello me pareci� un posible primer paso y
se lo cont� a Ana. No le gust� la idea pero poco a poco mi labor perseverante
acab� convenci�ndola de que pod�a ser divertido y morboso y no era tan fuerte
como el intercambio.

Contest� al contacto y al poco nos lleg� su respuesta con una
foto de ambos desnudos de bastante buen ver. Era una pareja de Valencia con la
que, en teor�a, encontr�bamos bastante en com�n. Les mand� una foto nuestra y
finalmente decidimos concertar una cita. Era el mes de Junio y decidimos quedar
en un hotel nudista de Vera para pasar el fin de semana.

Llegamos al hotel el viernes por la tarde y despu�s de
ducharnos nos arreglamos y bajamos al restaurante a cenar. Ana se visti� con un
traje ibicenco blanco que le queda sensacional con su piel morena. Llevaba solo
el tanga debajo y sus espl�ndidas tetas adivinables bajo la ligera tela. Alli
cenaban varias parejas pero entre ellas yo no era capaz de reconocer a nuestros
amigos. Llam� a su m�vil pero deb�a estar fuera de cobertura y no conseguimos
contactar. Acabamos la excelente cena regada con una botella de blanco y salimos
a la terraza a tomar una copa. El tiempo era sensacional pero yo estaba
desilusionado con la espantada de los valencianos.

En la mesa m�s pr�xima a la nuestra estaba una pareja que nos
salud� cort�smente al sentarnos. Era de edades similares a nosotros o tal vez
algo m�s j�venes. Ella ten�a aspecto de centro europea mientras que �l era
moreno. La mujer era bastante guapa, muy rubia y con hermosos ojos claros. Ten�a
la piel tostada por el sol con ese aspecto saludable y fresco de qui�n dedica
mucho tiempo al deporte y al aire libre. Vest�a una incre�ble minifalda que
dejaban al descubierto unas largas y estilizadas piernas que apoyaba de forma
displicente sobre la silla que hab�a frente a la suya. No llevaba zapatos y en
sus morenos pies destacaba el color oscuro de las u�as pintadas. Por arriba
vest�a tan solo una especie de pa�uelo brillante que llevaba anudado al cuello y
que dejaba toda su espalda al aire. Pude apreciar que debajo del pa�uelo sus
tetas eran peque�as y que los pezones resaltaban tensos bajo la tela.

�l, despu�s de algunos comentarios banales sobre la estupenda
noche y la cena del hotel, donde tambi�n se hospedaban, se present� como Manuel,
espa�ol nacido en Sevilla y emigrante desde mucho tiempo a Alemania donde
trabajaba y donde hab�a conocido a su segunda mujer, Rachel. Rachel, que era la
mujer sentada junto a �l, casi no hablaba espa�ol y durante este rato parec�a
como ausente dedicada a mirar el mar y a dar ligeros sorbos en su copa. Poco
despu�s nos invitaron a sentarnos con ellos lo que educadamente hicimos. Rachel,
al quitar los pies de la silla libre, abri� totalmente las piernas dejando a la
vista todo su co�o. A partir de ese momento no volvi� a cerrar las piernas en
ning�n momento por lo que yo ten�a que hacer aut�nticos esfuerzos para alejar la
vista. Sin embargo comprob� que cuando me sorprend�a con la mirada fija en su
sexo aprovechaba para abrirlo m�s y m�s. Hubo un momento en que su falda estaba
tan alzada que yo creo que estaba directamente con el culo en la silla.

Mi mujer y yo cruzamos una mirada ella entre incr�dula y
curiosa, yo m�s bien excitado a tope. Manuel nos cont� que ellos aprovechaban y
siempre que pod�an se escapaban una semana desde Alemania al calor de Espa�a.
Iban siempre alg�n d�a a Sevilla y luego a este hotel a ponerse morenos. Nos
pregunt� de sopet�n si �ramos swingers (utiliz� esta palabra). Yo advert� que
Rachel de repente atendi� a la conversaci�n. Ante nuestro embarazoso silencio �l
nos cont� que ellos lo practicaban desde tiempo atr�s. Que para ellos follar con
otras parejas, juntos o por separado, no era ning�n problema y que aprovechaban
su estancia en esta zona para contactar con parejas similares. Al final me anim�
a contarles cual era nuestro objetivo de ese fin de semana, como hab�amos
quedado con otra pareja para iniciarnos en el mundo del sexo y como nos hab�an
dado plant�n.

Not� la intensa turbaci�n que produjeron estas palabras en
Ana, vi como se dilataban las ventanillas de su nariz pero al tiempo pude
apreciar tambi�n en su mirada que no rechazaba la propuesta. Me mir� y
accedimos.

Decidimos subir a su habitaci�n. Cuando Rachel se puso en pie
puede apreciar en su conjunto su excelente tipo. Era delgada, de piernas
largu�simas y culo redondo y alto. Al ponerse en pie tuvo que bajarse algo la
falda porque directamente se le ve�a el conejo.

Entramos en su habitaci�n que era una suite de tama�o
bastante mayor que la nuestra. Ten�a una gran terraza que daba al mar y un
enorme jacuzzi. Rachel seg�n entr�, con un ligero movimiento, enrroll� su
el�stica falda en la cintura quedando con el chocho desnudo frente a nosotros.
Nos sentamos en la terraza y ella sonriendo, frente a m�, abri� todo lo que pudo
las piernas para que no nos perdi�ramos detalle de su sexo.

Al momento le dijo unas palabras en alem�n y ella se le
acerc�, se agach�, tir� del pantal�n de Manuel y tras observar brevemente la
descomunal polla a medio estirar de �ste comenz� a mamarsela. Se la estaba
chupando de pie, con su culo en nuestra direcci�n. Mientras Manuel segu�a
charlando como si tal cosa.

El mismo ri� su gracia y se la tradujo a Rachel que sonri�
sin dejar de mamar. La muy puta me miraba mientras chupaba y comenz� a tocarse
el co�o. �Se estaba masturbando tan tranquila!. Me acerqu� a Ana que segu�a la
escena imp�vida y nos dimos un morreo. Le pregunt� que si quer�a follar y me
dijo que si sin dejar de mirar la polla de Manuel. La verdad es que era un rabo
colosal, sobre todo de longitud. Era bastante fino y a�n sin estirar del todo
era enorme.

Le saqu� el traje y se qued� solo con el tanga. Vi la mirada
apreciativa de Manuel y como Rachel se incorpor� un segundo para apreciar las
tetas de Ana. Me desnud� por completo. Aunque mi rabo no era tan largo como el
de Manuel si es bastante grueso y con unas venas tremendas que le dan el aspecto
de un tronco de �rbol. Ana, a�n con el tanga puesto, empez� a sobarme mientras
yo le com�a las peras. Comeme la polla, puta, que te vean estos aprendices, le
dije. A Ana en ciertos momentos le encanta este tipo de lenguaje. Cuanto m�s
soez y bestia m�s disfruta ella. Me dedic� una mamada gloriosa mientras yo no
pod�a dejar de mirar a Rachel, todav�a con el pa�uelo cubri�ndole el pecho, que
en este momento le com�a los huevos a Manuel. Este se puso a cuatro patas y le
pidi� algo que enseguida entend� que era que le chupara el ano.

Rachel le met�a la lengua por el ano mientras lo masturbaba.
De vez en cuando nos miraba. El t�o le berreaba en alem�n cosas ininteligibles
pero cuyo sentido era f�cil adivinar. En un segundo se coloc� tras ella
clav�ndole la polla en el culo de un solo golpe y de una manera brutal. Rachel
dio un respingo y yo creo que hasta alguna l�grima cay� por su mejilla pero
culeaba como loca. Su marido le arranco el pa�uelo y la falda que llevaba en la
cintura dej�ndola en bolas. Ten�a anillas en cada pez�n y desde luego ni una
sola maraca de ba�ador. Manuel estaba volcado encima de ella tir�ndole del pelo
metiendo y sacando su largu�sima minga en el culo de la alemana. Adem�s no
dejaba de hablar "os gusta ver como la jodo?" y mezclaba frases en alem�n:
Rachel me miraba como me chupaba Ana. De repente con un regular castellano me
dijo:

Ana me mir� dejando de mamar. Yo no sab�a que hacer. Deseaba
como nunca joderme a aquella puta pero eso no formaba parte del acuerdo. Ana me
susurr�, con mi rabo entre sus manos: follatela

No dude un instante. Me coloqu� delante de ella y se la clav�
en la boca. Le sujet� el pelo y empec� a darle con toda mi fuerza. La t�a mamaba
como una m�quina. Para mi sorpresa Ana, ya sin el tanga y con la cara alterada
de excitaci�n, se morre� con Manuel meti�ndole la lengua hasta la campanilla.
Manuel le acariciaba el culo a la vez que segu�a dale que te pego con su mujer.

Me d� cuenta que �ste tambi�n llevaba los pezones con aros.
Ana comenz� a com�rselos, tirando de los aros. Yo estaba a punto de correrme y
quer�a sacar la polla de la boca de Rachel pero no hab�a manera. Manuel pidi� en
ese momento que si cambi�bamos. Yo entend� que quer�a cambiar la posici�n pero
cual no fue mi sorpresa cuando al oirlo Ana retir� a la alemana y se puso a
cuatro patas entre los dos. Follame el co�o, le dijo a Manuel. Este no se hizo
esperar cogi� su largu�sima verga y de fuerte mandoble se la hinc� hasta los
huevos.

Ver a mi mujer totalmente desnuda jodiendo con un desconocido
que la insultaba y sobaba era demasiado para mi. Ni en el mejor de mis sue�os lo
hubiera imaginado. Mientras yo se la met� en la boca lo que agradeci� con
fruici�n. Por los bufidos que empez� a dar not� como Ana se corr�a con los
empellones de Manuel en su co�o. El muy cabr�n se la follaba a conciencia y le
sobaba las peras por debajo.

En esto not� una mano que, por atr�s, me trabajaba los huevos
y una lengua que recorr�a el canal de mi culo de abajo a arriba. Note como su
lengua entraba en mi ano y lo humedec�a con su saliva a la vez que con sus manos
sujetaba mi polla en la entrada a la boca de Ana. Rachel se incorpor� detr�s de
mi y gir� mi cara para morrearme. Not� una mirada viciosa en su cara y advert�
que un dedo de su mano derecha se estaba introduciendo con sorprendente
facilidad en mi ano. Puede apreciar que eran dos los dedos que la zorra me
clavaba con un mete saca descomunal. �La muy puta me estaba dando por culo con
todas las de la ley!.

Manuel empez� a gritar de gusto diciendo que se corr�a. Saco
la polla de mi mujer y sob�ndosela con la mano derecha se corri� en la palma de
su otra mano. Rachel dej� mi culo y se abalanz� sobre la mano de su marido a la
vez que �ste comi�ndose entre los dos todo el semen. Dejaron la mano sin una
sola gota y luego se besaron acabando de mezclar el semen de las dos bocas.

Aquello me produjo tal excitaci�n que me corr� sin avisar en
la boca de Ana que lo admiti� con alg�n suspiro de resignaci�n.

La guarra de la alemana vino entonces a limpiarme con su boca
hasta la �ltima gota que qued� en mi capullo. La muy cerda despu�s de saborearlo
se fue a morrear con su marido.

Al momento son� mi m�vil. Eran los valencianos que se
excusaban por su tardanza, hab�an tenido un contratiempo con el coche, y
llamaban desde la recepci�n del hotel pregunt�ndonos si segu�amos con la idea de
la fiesta. Se lo coment� a Manuel y me dijo que les pidiera que se incorporaran
a la nuestra. Les expliqu� en qu� habitaci�n nos encontr�bamos y les puse en
antecedentes de que ya est�bamos liados. Me respondieron que mejor, as� se
evitaban proleg�menos.

En estas vi algo que me la puso dura nuevamente. De rodillas
en la moqueta Ana le com�a la polla a Manuel. Mejor dicho Manuel de pi� con sus
manos en las sienes de mi mujer, la follaba por la boca mientras, detr�s de
ella, Rachel sujetaba los brazos de Ana para que no se moviera. Vi como la
gigantescas verga de Manuel entraba casi hasta los cojones en la boca de mi
mujer. Luego aplastaba la cabeza de Ana contra sus huevos y la manten�a as�. Ana
con la cara deformada y los ojos cerrados entre los pelos del pubis de Manuel
hacia esfuerzos por mantener toda la minga dentro. Mientras Manuel la insultaba
a voces:

Despu�s de unos eternos segundos se la sacaba y Ana volv�a a
respirar pero era solo un breve descanso ya que al momento se la hund�a con m�s
fuerza. Tem� por mi mujer. Pens� de repente que era contra su voluntad y dejando
el tel�fono me acerqu� hasta ella y con la excusa de besarla en las orejas le
pregunt� como estaba. Me mir� con la polla dentro y pude ver una cara de placer
y vicio como jam�s hab�a visto en mujer alguna. Aprovechando que Manuel se la
sac� me dijo:

No me hice de rogar atrap� a Rachel, la gir� violentamente y
la puse a cuatro patas delante de mi mujer. Cog� mi pene con la mano para
follarla y cuando ella sinti� que me acercaba a su co�o me grit�:

Como ya he comentado no la tengo muy larga pero si gorda.
Apunt� a su ano y de un solo empuj�n entr� hasta el fondo. La muy cerda gritaba
de placer y dolor mientras se estiraba de los pezones. Golpee su culo con la
palma abierta de la mano la vez que la sodomizaba.

Mi mujer miraba con la boca ocupada. Pude apreciar que al
tener los brazos libres se estaba masturbando hasta que entre gritos y bufidos
se corri�. Rachel ten�a el culo rojo de las bofetadas pero no cesaba de pedir
m�s. Con mis empellones nos fuimos acercando a Ana y Rachel, por debajo de los
huevos de su marido, comenz� a morder los pezones de Ana. Luego le pasaba la
lengua por todo el pecho. Finalmente Ana, sin dejar de mamar, se tumb� para que
Rachel le comiera el co�o. Yo nunca hab�a visto a Ana abierta de piernas con una
mujer comi�ndole, con aut�ntica ansia, el chocho. A la vez Manuel dio algunos
pasos y se posicion� sobre Ana follandole la boca.

Estaba a punto de correrme en el culo de Rachel cuando
sonaron golpes en la puerta. Manuel la sac� de la boca de Ana y, tal como
estaba, desnudo y con la polla enhiesta, abri� la puerta.

Una pareja apareci� con un par de botellas de cava y unas
copas en la mano. Eran los valencianos.