Relato: La Dulcerita (2)



Relato: La Dulcerita (2)

Sandy lleg� al piso, avanzando muy lento por mis piernas; sin
dejar de masturbarme y mirarme la verga, pas� junto a ella d�ndole un r�pido y
veloz lenguetazo. Como una aut�ntica viborita, reptando se desliz� sobre mis
piernas desnudas con mis pantalones y b�xers hasta los tobillos, pas�ndome su
entrepierna vestida sobre ellas y mis rodillas, restreg�ndose con pasi�n
inexplicable en una ni�a de 13 a�os.



Al fin qued� montada en mis pantorrillas; con las manos sobre
mis muslos bien derechita, me miraba fijamente la reata en silencio, con una
carita de vicio y calentura que la hac�a verse muy bonita. Yo le ense�aba la
verga sacudi�ndomela frente a sus atentos ojos, mostr�ndole completos lo bien
largo y grueso de ella, que siempre me ha enorgullecido y hecho sentir tan
seguro de sus dimensiones y de su efectividad en todos mis encuentros con el
sexo opuesto. Ahora se la mostraba a esta nena, de quien s�lo sab�a su nombre y
edad, adem�s de que ya me hab�a aceptado, sin entrar en detalles, que no era la
�nica verga que hab�a visto en su vida, pero por la expresi�n de su cara, yo
notaba que era la mejor que hasta hoy conoc�a, y �sto lo iba yo a aprovechar,
vaya si no.



La diferencia de estatura quedaba de manifiesto en la postura
en que est�bamos, su casi metro y medio descansaba c�modamente en mis piernas (
yo ando sobre el metro 85 ), incluso se acomod� con confianza, con sus codos en
mis muslos, para ver m�s de cerca el garrote que le ense�aban, viendo a escasos
20 cms como me lo jalaba y me pelaba bien la cabezota, que para entonces ya era
morada de lo caliente que me encontraba; ni siquiera sent�a su peso, de no m�s
de 40 kgs y para nada me molestaba tenerla montada sobre mis piernas, estaba muy
ligerita la nenita. Solita acerc� su carita a mis pelotas, roz�ndolas con la
naricita con suavidad y con cari�o; as�, de detr�s de mi garrote, me mand� una
tierna y traviesa sonrisa. Ni aqu� y ni as� dejaba de ser una ni�a.


Yo la tom� de la nuca y le puse la verga a lo largo del
rostro, con la barbilla descansando en la base, sobre mis test�culos, cruz�ndole
por la boca, la nariz y la frente... uffff!!, le sal�a sobre el copete toda la
cabezota de mi pitote y de ancho casi le tapaba la mitad de la carita.



Ah� aflor� mi lado s�tiro, el que yo no conoc�a... Le pas� el
fierro por las mejillas muy lentamente, sin prisas, no s�lo gozando de la
sensaci�n de la caricia, sino del cuadro mismo que en primera fila observaba. El
desigual encuentro de un adulto bien dotado con una Lolita de facciones
infantiles y con esa expresi�n de vicio en ellas al sentir como le acariciaban
tan obscenamente la cara con una vergota de m�s de 8 pulgadas, me puso loco.


Le levant� la cara y la enderec� para que me la agarrara con
las manos y me la jalara, la tom� y la sacudi�; un sincero y admirado "Est� bien
grande!!", sali� de su boca antes de ponerse la punta del chile en los labios,
sola se meti� la cabeza y me la empez� a succionar con calma, sabiendo lo que
hac�a. Era obvio que no hab�a tenido algo as� en el interior de su boca pues
buscaba el modo de mam�rmela sin rozarla con los dientes, quer�a abrir la boca
lo m�s que pudiera, pero ya era todo lo que daba. Esta ni�a bien que sab�a el
efecto inc�modo que causan los incisivos en la delicada piel de un pito
masculino. Vaya!!, cu�ntas sorpresas.



As� estuvo un rato, mam�ndome bien el tolete, ya m�s c�moda
despu�s de que le dije que me lo llenara bien de saliva para que resbalara mejor
entre sus labios y de que su boca dio de s�, aceptando ya muy bien toda la
cabezota y algunos cent�metros de verga invadi�ndosela casi hasta la garganta.
��Qu� vicio, qu� delicia!! La tomaba de su cabeza por los o�dos y le marcaba el
ritmo, sintiendo lo peque�o de su cabecita, mis manos la agarraban con facilidad
como si fuera una pelota mediana, movi�ndola y forz�ndola a los lados para ver
como se le dibujaba mi glande en las mejillas, distendi�ndolas al m�ximo,
abusando de ella. Parec�a que quer�a agujer�rselas con mi pitote.



Ella se retir� de mi verga y se puso una cosa, como liga
forrada, que tra�a en la mu�eca para sostenerse el pelo en un chongo, qu� linda
se ve�a!! con sus brazos sobre su cabeza, maniobrando para hacerse el chonguito
sin dejar de mirar un solo instante mi irritada y ensalivada palomota. Parec�a
una mujercita en miniatura.


Al terminar se dispuso de nuevo al juego, yo al notar como le
cambi� la cara con el cabello recogido, no la dej� volver a clavarse mi pico en
la boca, sino que la levant� en vilo y me la mont�, a�n vestida, sobre mi
abdomen para besarla, acomod�ndole la verga entre las piernas.



Ella se tom� de mi cuello y empezamos otra sesi�n de h�medos
besos. Mis manos la empezaron a recorrer como si de una mujer hecha se tratara.
Le acarici� la espalda y las nalguitas sintiendo como respond�a y sus besos se
apasionaban m�s y c�mo se mov�a sobre mi camote, not�ndolo claramente a lo largo
de su rendijita apretada por su pantaloncito.


Le met� las manos por debajo de la camisetita que tra�a y le
sob� los incipientes pechitos, s�lo sent�a sus pezoncitos muy parados, casi no
hab�a m�s, pero a ella le gust� mucho y solita se levant� la blusa, forz�ndola
porque le quedaba muy justa, y me tom� de la cabeza invit�ndome a probar. Tuve
que levantarla un poco de las axilas, no alcanzaba bien, y me puse a chupetear y
lamer esos botoncitos como frijolitos tiernos del mismo color de su piel.



Ella sola se empez� a desabrochar el pantaloncillo, mientras
yo le chupaba los pezones, tal parec�a que estaba dispuesta a pasar al siguiente
nivel. Cuando vi que ya el broche y el sierre estaban libres la baj� de m� y la
puse de pie en el suelo. Sus manos deslizaron la prenda por sus caderitas y
aparecieron sus calzones, blancos, inmaculados... Sin darle tiempo a que
siguiera quit�ndoselos, la atraje a m� y le met� la mano entre el calz�n y su
abdomen, era incre�ble la humedad que encontr�, parec�a gel y su cantidad era
much�sima.


Le met� un dedo y ella sumisa abri� las piernas para que yo
le siguiera. Entonces met� otro dedo y cupo!! Le pregunt� si ya no era virgen y
me dijo que no, s�lo con la cabeza, como ya era su costumbre.



La puse de espaldas y me la sent� en la verga, con su
pantal�n hasta medio muslo. Desde all� met� mi mano otra vez por entre su
calz�n, sin quit�rselo y le recorr� toda la pepita, llen�ndomela del liquido
vaginal que la cubr�a toda la vulva y le segu�a saliendo.


Le met� los dedos y ella sola se restregaba apasionadamente
mi vergona en las asentaderas, movi�ndose como una serpiente, descontrolada.


Se vino la nena... y vaya que se vino. Me parec�a que se iba
a desmayar, por un momento me asust�. La sent� ponerse tiesa, hasta pes�
menos... Me sac� un susto, carajo!!



Cuando reaccion� la puse de ladito sobre m�, como beb� y la
mir� de cerca, examin�ndola. Como si de una mujer se tratara, abri� sus ojos, se
limpi� el sudor de la frente con ambas manos y mir�ndome fijamente me dijo:
"Haayyy, qu� rico... Oiga... Qu� rico me hizo"... No pude menos que volver a
prenderme de esa boca y meter mi lengua lo m�s profundamente que pudiera,
impresionado y destanteado por esta criatura que no terminaba de sorprenderme.
Desde luego ella acept� perfectamente la lascivia de mis besos acopl�ndose de
inmediato a mi exigencia. As� descansando en mi brazo la tom� con mi otra mano
de la cara y con mis dedos le apretaba las mejillas forz�ndola a abrir bien la
boquita y as� le met�a la lengua y le ped�a que sacara la suya para chup�rsela y
lenguete�rsela con la m�a, en un beso muy, pero muy cachondo.



Ya muy calientes le dije que se la quer�a meter, que si
podr�a aguantar mi vergota... Respondi� que s�, s�lo que se lo hiciera despacito
pues la ten�a demasiado gorda. Le pregunt� que comparada con qui�n. No lo pod�a
creer, me interesaba mucho saber qui�n m�s le met�a mano a esta ni�a, como si se
tratara de una mujer... de una de mis mujeres.


En eso est�bamos, casi le saco la confesi�n cuando se escucha
el cerrojo de la puerta principal... En la madre!!, qui�n podr�a ser a estas
horas, tal vez mi padre... Ya vali� verga!!



Como en las caricaturas a toda velocidad nos empezamos a
vestir y yo desesperado notaba c�mo no pudieron abrir y empezaron a tocar la
puerta con fuerza. Ella tranquila me dijo que hab�a puesto el cerrojo interior,
que no iban a poder entrar si no lo retir�bamos desde adentro. Bendita seas!! Si
no hubiera hecho eso cuando lleg�, nos hubieran sorprendido gacho.


Escuch� el grito de: "Licenciado, Licenciado...�branos!!"
Eran los se�ores que hac�an la limpieza, un matrimonio de edad al que pap� ten�a
confianza para trabajar de noche en el aseo general de las oficinas, no me
acordaba. Agarr� a Sandy de la mano y con su canasta la llev� al lobby y la
escond� bajo el escritorio de la recepcionista. Les abr� a los se�ores del aseo,
confiado en que siempre empezaban de atr�s hacia delante, o sea del fondo hacia
el frente de las instalaciones. Nos saludamos y ellos se fueron al fondo a
empezar su labor.



Cuando vi que estaban lejos y ocupados fui y saqu� a la nena
de donde la escond� y le dije que si me esperara en la calle, que se fuera a la
esquina de a dos cuadras y que pasar�a por ella en mi coche, que si pod�a ser?,
que ten�a muchas ganas de cog�rmela y no aguantaba . Claro!!, oiga -me dijo- yo
tambi�n quiero todo con usted. Nos besamos como novios y la saqu� a la calle, no
sin antes asomarme a ver si no hab�a quien nos viera... ��Qu� onda, cabr�n!!,
que chingados me pasaba?? Esta chavita me tra�a loco perdido, c�mo era
posible...



Fui y me desped� de los afanadores y me sub� al carro,
todav�a evaluaba lo que iba a hacer, pero no hab�a m�s: Hasta la saliva de esa
criatura me gustaba!!, los que han tenido muchas mujeres en su vida me
entender�n, cuando se junta el gusto por una combinaci�n de detalles de una
mujer ( f�sicos desde luego, los "internos" como ellas dicen, nos valen madre),
esa nos pierde, nos enloquece, y tal parece que no importa su edad...


Me dirig� a la esquina acordada y all� estaba. Puta madre!!,
es una ni�a, no mames... pens� cuando la vi tan peque�a, media cuadra antes de
llegar. No tra�a su canastita. Al subirse le pregunt� por ella y me dijo que la
hab�a encargado en el resturante de la esquina, amigos de ella, para no tener
que cargarla, que all� la dejaba siempre.



Y ahora qu�?, pens�. No. No, se me hace que ah� la dejamos,
no me vaya a meter en un pedo... en un bronc�n. Casi estaba por decirle que
mejor ah� la dej�bamos, que se bajara, cuando en un sem�foro en rojo, se hinc�
en su asiento y ech�ndome los brazos al cuello me meti� la lengua en la boca; me
dio un beso tan sabroso y me apret� la verga con suavidad sobre el pantal�n, que
me desarm�. Dici�ndome con sinceridad inocente: -"Hay, oiga, ya quiero estar con
usted. Me gusta bastante, lo amo... nunca pens� que se me hiciera con usted; se
lo voy ha hacer bien rico"...


Ufff!!!, la verga me dio un brinco, sent� clarito como me
sal�a un chisguete de jugo preseminal retenido; pinche ni�ita... le sacaba a�os
luz a algunas pendejas, mucho mayores que ella, que se han cruzado en mi camino.



El sem�foro cambi� y avanzamos, aprovechando que traigo los
vidrio tintados y que ella no hac�a mucho bulto, me abr� la bragueta y me saqu�
la reata rampante y muy hinchada, por la poca acci�n de la semana y por como me
la pon�a esta mocosa.


Ella se sent� bien y la mir�, encantada y feliz. Me la
saradi� y conduciendo le dije: -M�mamela, chiquita, mira que rica la tengo.
Solita se inclin� sobre m� y se puso a saborear su nuevo juguetote, mientras yo
pensaba en una lugar seguro para darle final feliz a mi locura. Incluso, mov� el
espejo interno para con la luz mercurial, ver aunque sea poquito, como me la
chupaba. As� de ladito le cab�a m�s porci�n de chile y se sent�a divino.



Me acord� de un motel, sobre una carretera de las que entran
a la ciudad, a donde he ido varias veces. En auto entras hasta el cuarto, nunca
se ve a la pareja que llevas, solo sacas el dinero por la ventanilla, por una
rendija sin bajar el vidrio. Sandy iba d�ndome una mamada deliciosa, de esas que
sientes que las plantas de los pies te arden, cabrona ni�a, que bien sab�a comer
verga!! En los sem�foros la agarraba de la cabeza y le dec�a c�mo le hiciera,
que me lamiera con su larga y delgada lengua todo el camote y que me la metiera
por el agujero de la cabezota. Iba yo encantado!! La tuve que interrumpir para
que me dijera hasta qu� hora podr�a llegar a su casa, ya eran casi las 9 pm. Fue
algo chistoso o�r el ruido que hizo su boca cuando le saqu� el fierro de ella,
incluso la tuve que agarrar del chongo pues se resist�a a separarse de la
vergona que se estaba refinando. Me dijo que no hab�a problema, que ella algo
inventaba, que no me preocupara. Se clav� el garrote otra vez hasta las
am�gdalas y le sigui� sin importarle siquiera ad�nde �bamos.



Al llegar a las cercan�as del motel, la separ� de mi reata y
le dije que se echara mi chamarra encima hasta la cabeza. As� entramos sin
problema. Despu�s de pagarle a un tipo nos pasaron a una habitaci�n con cochera
y cerraron tras nosotros el port�n. Baj� a la nena envuelta en la chamarra y yo
con la reata de fuera y nos encerramos con llave. Ya estaba, ya no hab�a
reversa, le iba a meter mis urgidas 8 pulgadas y � en su agujerito de 13 a�os.


Encantada se puso a revisar el cuarto y a moverle al
televisor, feliz e impresionada, no creo que hubiera pisado un motel en su vida,
ya ser�a mucha mamada.



Entr� al ba�o, a enjuagarme la verga en el lavabo y
exprim�rmela un poco, cuando sal� ya estaba desnuda, encueradita completamente.
Se acerc� a m� y me abraz� por la cintura, recargando su cabeza en mi pecho; de
puntas en sus pies era notable la diferencia de estaturas. Le di un besito en la
cabeza y la separ� de mi, la cog� de las manos y la invit� a que me modelara
para verla bien.


Muy delgadita, espigada. Sus pechitos apenas eran una promesa
y su cintura muy breve. Sus caderas si eran algo sinuosas, seguramente por los
camotes que ya se hab�a tragado y sus piernas bien proporcionadas a su delgadez,
largas y torneaditas. Su chuminito era lampi�o, ten�a algunos pelitos, no gran
cosa. Lo que me gust� mucho fueron sus nalguitas, llenitas y esponjosas,
redonditas y muy tersas.


-Qu� bonita!!, chiquita, qu� chula est�s...le dije, sabiendo
que su joven vanidad necesitaba incentivos y eso, a m�, me dar�a mejores
resultados. �Le gusto?, oiga. Usted tambi�n me gusta mucho, siempre me ha
gustado... desde hace mucho que me lo quer�a "echar"... me confes�, inocente y
enamorada.



Vaya con la ni�a, ya me tra�a en jab�n!!


Algunas veces conversando con mis amigos tocamos el tema de
las chavitas y discut�amos cuando alguien afirmaba que ya ellas estaban muy
adelantadas. Ahora lo compruebo.


La acost� boca abajo en la cama, con las piernas colgando y
me dispuse a gozar de esas nalguitas que tanto me hab�an gustado. Me hinqu� en
el suelo y se las bes� con calma y se las lam� metiendo mi lengua entre las dos,
acariciando la tersura de sus muslos. Ella se empin� un poco y pude llegar
f�cilmente hasta su culito y su rajadita. Qu� delicia, limpiecitos, deliciosos.
Suspirando se subi� bien en la cama y se puso de rodillas y empin�ndose arque�
sus nalguitas dej�ndome el camino m�s f�cil todav�a, para meterle la lengua bien
adentro de la pepita y en la colita.



Despu�s de un rato, la volte� y la puse de espaldas en la
cama, le abr� bien las piernas y me dej� ir a su rajita a lamer y chupar como
bien sab�a que le gusta a las viejas. Se puso como cami�n y se vino en un
delicioso orgasmo, temblando como un pajarito mojado, apret�ndome la cabeza con
sus muslos. Agridulce, fresco, exquisito, as� es el jugo de esta criatura;
caliente y suave... Nunca prob� nada igual.


Mientras ella estaba como dormida, como antes en la oficina
en su primer orgasmo de la noche, yo me desvest� completo. La cargu� y la llev�
a un sof� que estaba a un lado de la cama, para quitar las s�banas y meternos
bajo ellas.


Cuando regres� por ella ya estaba "conciente" y, recargada de
lado en el sof� con las piernas abiertas, se tocaba con los dedos la rajadita de
la pepita. La manera como me miraba me hizo pensar si acaso no ser�a una mujer
hecha y derecha atrapada en un cuerpo de ni�a de 13 a�os. Qu� pendejadas,
verdad? No puedo describir la expresi�n de su rostro, de sus ojos. Era una
mirada de "mira lo que te ofrezco, sabor�alo...", de calentura inaudita,
descarada y cachonda.



Me acerqu� y ella en ning�n momento dej� de acariciarse sola
y de mirarme a los ojos. Al verla as� se me antoj� un beso de esos que ella sabe
dar y me puse de rodillas en el piso. Me acerqu� y me pegu� a su boca sintiendo
el delgado estilete de su lengua entrar hasta mi campanilla. Estuvimos cerca de
10 minutos ensaliv�ndonos mutuamente las bocas, ella nunca dej� de acariciarse
la vulvita mientras me besaba. Me enderec� y le ofrec� mi garrote, henchido ya
de la presi�n que tra�a, con las bolas a punto de romp�rseme de lo atrasado que
andaba.


Se lo met� en la boca y le solt� el pelo de la liga que
tra�a, se ve�a muy sensual... Mov�a su cabellera, cambiando de posici�n para
mamarme bien la verga, echando su cabellera sobre ella y retir�ndola de un golpe
de su cuello y cabeza, buscando mi fierro desde otra posici�n.



La recargu� otra vez en el sof� y me mont� encima de ella,
con mis rodillas a ambos lados de su cuerpo. La tom� de la cabeza y la empec� a
poseer por la boca. Le met�a mi palote hasta que topara y se lo sacaba todo,
s�lo para que tomara aire o para hacerla que me besara y lamiera los guevos y se
la volv�a a enterrar con firmeza. Al no sentir sus manos ni en el fierro ni en
mis piernas, las busqu� y las encontr� entre sus muslos, paje�ndose a todo lo
que daba con ambas. Nunca dej� de autosatisfacerse.


De su boca sal�a una gran cantidad de saliva que ella sorb�a
cuando le daba oportunidad. Mi verga estaba incre�blemente parada y gorda. S�lo
la loca casada que me estoy cogiendo ha logrado pon�rmela as� y eso cuando me
dice en la cama que quiere que su marido nos vea cogiendo para que vea el verg�n
que le est�n metiendo y que sepa c�mo se hace; y como lo conozco a �l y esta
perra antes de m�, era muy mojigata, me acelera la arrastrada.



Sent� como desde lo m�s profundo de mi pr�stata se
desprend�an los mocos por litros y me recorr�an todo el tubo del fierro y sin
parar de literalmente jod�rmela por el hocico, le dej� ir lo primero que sali�,
dando un grito que seguramente se escuch� por todo el puto motel. Ella se
aguant�, firme, valiente. La leche le sal�a a presi�n por los lados de la boca,
como si ella misma la estuviera escupiendo sobre mis muslos. Cuando se la quise
sacar ella no se dej�... quer�a que me la siguiera chingando por la boca. Se la
volv� a meter y as� a medio palo, volvimos a la carga s�lo para que un par de
minutos despu�s ella fuera la que descansara en un sabroso orgasmo, m�s
silencioso que el m�o, pero no menos rico. Se hab�a estado masturbando mientras
yo se lo hac�a por la boca, ser� caliente la nena?



Nos fuimos al ba�o y nos metimos en la ducha. Con cari�o y
paciencia me lav� bien todo el garrote y los test�culos mientras platic�bamos.
Le preguntaba que con qui�n m�s hab�a estado y se resist�a a responder. Le dije
que no fuera fea, que me tuviera confianza, que me pon�a triste que no me lo
dijera... �No, oiga, no se ponga triste porque me hace llorar...yo lo amo y no
quiero verlo as�... me respondi�, y se le llenaron los ojos de lagrimas.



Ah chingado!!, pens�. Pues cu�ndo empez� esta ni�a a so�arme?
Bueno, pues ah� voy. Tengo que aprovechar y sacarle la sopa, no? A ver que me
dice. Adem�s falta lo bueno, dejarle ir mi buen amigo, "el 8 pulgadas y �",
hasta que tope bien adentro de sus entra�as....




... CONTINUAR�...




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Relato: La Dulcerita (2)
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